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{Capítulo 4 parte 1}

¡El día había llegado! Primer día de empleo y nuevamente ser jefe ¡¿Como sería el primer día para nuestros protagonistas?!

Luzbel se levantó antes de lo normal para dedicar ese tiempo a cuidar unas flores que guardaba con mucho cariño, unos narcisos para ser exactos. El simple hecho de oler las flores lo tranquilizaban en días de estrés como que el que estaba a punto de vivir; y cuando era hora de ir al trabajo, tomó una de sus manzanas favoritas notando que esa era la última que le quedaba.

Luz fue el primero en llegar a su oficina y en ella estaba Valentino esperándolo con una sonrisa de oreja a oreja que de hecho era un poco espeluznante.
—Emocionado por hoy?
—No mucho en realidad, ni siquiera sé ¿por que necesito un equipo?
—Porque ya se retrasó otra vez el lanzamiento de tu nuevo libro responde tu pregunta? —Preguntó Valentino con cierta ironía y saliendo un momento, mientras Luzbel se preguntaba si su nuevo equipo estaba listo.

El escritor se quedó en su silla y fue a ver lo que sería la oficina de su equipo de trabajo, tantas personas habían intentado trabajar con él y cada una de esas personas salieron corriendo de él. En medio de todos su observación de la oficina, Val volvió a entrar y con una noticia que le regresó el buen humor a Luzbel.

—¡Ya tenemos fecha! El festival de literatura de Ciudad Imperial será en  mes. —El tono alegre de Valentino era tan grande que su voz parecía volverse mas aguda y su sonrisa era titánica. —¡¿Enserio?! ¡Eso suena fantástico! —Luzbel corrió a ver el folleto que su amigo sostenía y no pudo contener su felicidad así que Val le dio un abrazo.

—Me pregunto cual será el premio, ojalá sea mi propia editorial... O un viaje a Ciudad Luna (Ciudad Luna es un lugar paradisíaco que esta a varías horas de Ciudad Imperial.)
—¡Eso seria geniaaaaal! ¿¡O que tal si el premio es mucho dinero!? —Los dos amigos se sincronizaron en su alegría y ya estaban fantaseando con todo lo que harían si ganaban el primer lugar del festival.

Valentino pensaba en quizá premio en efectivo y con eso darse a los dos una vida de lujos o en la idea de ganarse un viaje a Ciudad Luna con Luzbel.

¡Oh la bella y brillante Ciudad Luna! Que mas que ser una ciudad parecía una fiesta eterna. La ciudad estaba llena de hoteles de todo tipo, casinos donde el azar, la victoria y des fortuna abundaban; restaurantes de lujo con comida tan exótica que era de todas partes del mundo y la mejor parte es que contaba con atracciones turísticas maravillosas: la montaña rusa mas grande del mundo, una cueva antigua con recorridos guiados, y una playa preciosa considerada de las mas bellas de mundo.

—Sea que cual sea el caso, el festival será dentro de un mes así que mejor no celebremos antes de tiempo. —Sugirió Valentino ocultando su gran emoción. —¿Que dices? Si tienes delante de ti al mejor escritor de nuestra era. —Presumió el escritor a lo que ambos hombres rieron y cuando esa risa se acabó, los dos quedaron a unos céntimos de distancia.

—Lu... Luzbel.
—Si, Val? Todo bien...?

Valentino intento acercarse sólo un poco mas a Luzbel hasta que fue interrumpido por el teléfono de la oficina. —Señor Goetia, ya llegaron sus dos nuevos empleados. —Dijo su recepcionista con un tono seco.

Valentino tuvo que retroceder y salir de la oficina notoriamente avergonzado de no conseguir nada, y sobre todo molesto por haber sido interrumpido.

...

(Unas horas antes)

Lucas se levantó con un buen tiempo para estar listo y llegar a tiempo a su primer día de trabajo, se puso una ropa que fuera cómoda para él y a la vez se viera formal.

Corina despertó y tan pronto abrió los ojos, las aves ya cantaban para ella. Tomó la bufanda que la señora Margarita le regaló y comenzó a prepararse para su gran día.

—¿Como te sientes? —Preguntó su hermano Daniel parado en la entrada de a habitación de Cora. —Estoy bastante calmada, es sólo un empelo y estoy segura que me irá genial.

El muchachos no podía quitarse de la cabeza el incidente del día anterior con Rouse, ella le había pedido que la pintara y aunque solo hubiese sido una broma Lucas había visto tantas películas románticas que en su mente se imaginaba una escena muy "comprometedora" de él y su amada. Y por mucho que le gustara la idea su timidez nunca lo dejaría hacerle tal propuesta a Rouse.

Ella mentía, su sonrisa aunque era genuina también escondía su nerviosismo ante esta situación nueva y era una sensación extraña para ella; así que se acomodó su bufanda y mantuvo su sonrisa.

En fin, Lucas terminó un rápido desayuno y luego de recibir la bendición de su madre fue directo a su trabajo. Ese día toda la ciudad parecía estar en calma, los autos no silbaban como siempre en su lugar las calles estaban mas despejadas e incluso se podía decir que en la moderna Ciudad Férrica se respiraba un aire de paz y calma.

Lucas no se demoró mucho en llegar a la entrada de la editorial y ahí vio a parada a quien sería su compañera de trabajo. —¡Buenos días! —Oh hola, Lucas, verdad? —Si, la hora de entrada será en 5 minutos así queeee solo veremos la entrada o que?

Corina rió por el comentario y asintió dando ella el primer pasó, Lucas se pintó una sonrisa de confianza y aceleró el pasó a la entrada.

...

(Ahora si en el presente)

Los dos jóvenes entraron con decisión y fueron directo a la oficina de Luzbel Goetia sin titubear, la agria recepcionista no pudo ocultar la sorpresa de que Cora y Lucas si fueran a trabajar con Luz así que rápido los hizo pasar.

—¡Buenos días, señor!
—¡Hola señor Goetia!

Las voces de Corina y Lucas sonaron prácticamente al unísono dejando un poco sorprendido a Luz quien seguía algo desorientado por lo que podía pasar con Val.

—Veo que no le tuvieron miedo al trabajo, eso me alegra un poco. —Dijo el escritor recuperando rápido la compostura con una sonrisa retadora. —Después de todo ¿qué tan difícil puede ser ayudarlo en lo que necesite? —Corina fue quien contestó a la sonrisa de Luz y eso sorprendió tanto a al escritor como a Lucas.

—Si eso es lo que ambos creen, entonces vengan. —Luzbel hizo un gesto indicando que lo siguieran. —Solo que quede claro que yo no pienso igual que ella. —Un titubeó salio de la boca de Lucas que mas resultó tener mas miedo de lo que se esperaba.

Luz les mostró la oficina donde los dos estarían trabajando, un pequeño lugar con dos escritorios y un par de espacios para que los empleados guarden sus cosas y por último un armario bastante viejo hasta el fondo.

—Pongan se cómodos en su cueva y después vengan a verme. —Dijo el escritor riendo por lo bajo dejando a los muchachos estar sólos en su "cueva" como él le decía a la pequeña oficina.

—Pues al menos es... Acogedora. —Corina intentaba ver algo positivo del hueco donde Luz los fue a meter. —Es broma ¿cierto? No me imagino como alguien pueda trabajar aquí. —Lucas era el caso contrario, no le agradaba la idea de su nueva oficina.

Una vez que los jóvenes estaba en su oficina, Luzbel cambio su estado de alegría retadora a la de total sorpresa y nervios mientras una pregunta llagaba a su mente: —Y cómo rayos se supone que guíe a un equipo de trabajo? Si hace meses que no trabajo con más personas. —En medio de todo su ajetreo mental el teléfono de su oficina volvió a sonar.

—Si? Aquí Luzbel quien habla?
—Ay perdón señor, es que Lucas y yo estábamos probando todas las líneas del teléfono de aquí. —Corina se intentaba disculpar por su pequeñito error y colgó la llamada de inmediato.

Luzbel quería volver a pensar en cual iba a ser su primer paso para mandar a los muchachos así que por ser su primer día, decidió que les daría sólo una tarea a cada uno para ver que tan bien lo harían. A Corina le encargaría ir por sus manzanas en una de las plazas más exclusivas de la ciudad; y a Lucas lo mandaría al hospital donde Belén trabajaba para darle una carta. O ese era el plan hasta que su teléfono volvió a sonar.

—Si? Aquí Luzbel quien habla?
—Oh esteeeee perdón señor, soy Lucas es que quería revisar que Corina marcara bien que numero era el de su oficina, lo siento.

—¿¡¡¡Me están jodiendo ustedes dos!!!? —Luzbel soltó el primer grito dándole un toque cómico a la situación.

—Lo sentimoooooooos.
—Lo sentimoooooooos.
Corina y Lucas dijeron en coro a modo de disculpa.


El inició del día fue interesante por lo menos, y aunque tuvieron un comienzo algo difícil los tres protagonistas sabían dentro de si que todo podía ir a mejor. Retos muy grandes estaban por venir.

¡Que el segundo acto inicie!

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