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{Capítulo 2 Parte 2}

—Bueno, a sido un placer conocerla. —Dijo el pintor estrechando la mano de Corina. —Igualmente Lucas, espero vernos pronto en nuestro primer día mañana.

Corina y Lucas se despidieron entre sí para enseguida tomar cada uno su camino, Lucas caminó directo a la escuela de artes donde hacía solo unos momentos recibió burlas y el apoyo de su amada mientras que Corina esperaba que su hermano llegara para que la recogiera y fueran casa.

Los pasos del pintor lo guiaron como era previsible a su antigua escuela.

—¿Como le fue al señor? ¿Viene con la cabeza agachada a pedir entrar de nuevo a la escuela? —La burla de un maestro se embocaba en sus palabras así que Lucas hizo caso omiso hasta llegar a la entrada sobre las escaleras mirando a su amada Rouse.

—Lo logré Rouse... —La chica interrumpió a Lucas con un abrazo tan fuerte que decir que el pintor estaba sonrojada sería decir poco. Así que los jóvenes no hablaron más y un gran abrazo fue única manera de decirse "Te Amo"

Al momento de que Lucas estaba por ir a casa para contarle la buena noticia a su madre y posiblemente celebrar. Rouse lo tomó del brazo mirándose sonrojada.

—Oye Lucas... ¿Podrías dejarme tocar tu rostro?

—¿Disculpa? ¿Tocar mi rostro?

Nuestro pintor no sabia como reaccionar en primera instancia así que un "SI" tímido fue su respuesta. La mujercita pelirroja se acercó lentamente hacia Lucas llevando sus delicadas manos blancas como la nieve sobre la cara de Lucas para lentamente acariciarlo y empezar a sentir sus facciones.

Cuando el pulgar de Rouse acarició los labios de Lucas, la señorita plantó un beso rápido para de inmediato volver a dentro del edificio de la escuela. Dejando al pobre Lucas con lo que podemos decir coloquialmente "con cara de tarado". El pintor se fue sin decir una palabra más pero con una gran sonrisa de oreja a oreja.

Sus pasos iba con un caminó directo a su casa sin quitar la sonrisa de su rostro, la puerta fue abierta lo más rápido posible por Beatríz, la madre de Lucas; ella vio la bella expresión de alegría de su hijo que aun se mantenía atónito así que lo llevó a sentarse a la mesa y fue cuando la primera pregunta fue lanzada.

—¿Co... Como te fue hijo? Tu cara se ve tan divina que me pone a mi también muy feliz. —Habló primero la madre del joven esperando respuesta.

—Pues... ¡CONSEGUÍ EL EMPLEO! Fue muy complicado, pero al final pude conseguirlo; así que podremos pagar las deudas y algún día irnos de aquí, mamá ¿no te emociona? —Lucas expresaba una gran alegría con sus palabras a lo que su madre lo acogió en sus brazos con un abrazo y un beso sobre su cabello.

—Me estas ocultando algo más, esa sonrisa no es sólo por el trabajo.

—Bueno tienes razón... Quiero salir con una chica de mi vieja escuela de artes. Realmente ella es muy agradable.

El resto de la tarde, Lucas y su madre platicaron y convivieron como hacia mucho tiempo no lo hacían. Beatríz le dio algunos consejos a su hijo para cuando estuviera en su primer cita con esa chica Rouse.

...

Luzbel reposaba sentado en su escritorio tratando de sacar de su cabeza esos desagradables recuerdo con su café tan oscuro como su mirada. Sus ojos estaban perdido en su calendario que marcaban el fin de semana como el día en que tendría que ir a ver a su padre y darle su sangre.

Un ligero quejido escapó de la boca del escritor quien rápido quiso escapar de la tortura de su mente mirando todas las notas en la pizarra que estaban esperando a que Lucifer le diera vida a su propia existencia del futuro libro.

—Señorita, podría traerme un jugo de manzana como siempre lo pido de la cafetería... Y que sea rápido. —Se dirigió Luz hacia su recepcionista con el mismo tono frío que de costumbre.

Las pisadas de Bel lo llevaron hacia un tocadiscos que lo observaba juicioso en una esquina de su oficina, entre la extensa cantidad de discos de vinilo que el escritor tenía; se decidió por una secuencia de violín que lo tranquilizaba. Un mesero de la editorial llegó a la entrada del calabozo de Luzbel con un vaso grande como para cócteles lleno de jugo de manzana con una rebanada de la misma fruta decorando al vaso.

—Ne... Necesita algo mas, señor? —Un titubeo del sujeto escapo para ser recibido por el escritor, quien respondió con una sonrisa rápida indicándole que podía marcharse.

El avance del violín marcaba a fuego los recuerdos de su memoria que intentaba ser extinto por su incendio con un simple jugo de manzana, un libro cayo de su lugar llamando su atención haciéndole caminar para recogerlo, al momento en que Luzbel levanto el libro se llevo una sorpresa al ver que una de las paginas estaba separada de las demás con una fotografía de su madre luciendo de lo mas hermosa. Y casi por hecho divino, la pagina era sobre una de las serpientes mas peligrosas que la madre naturaleza había arrojado al basurero del mundo terrenal.

"La mamba negra es una criatura veloz, inquieta y letal mente venenosa que, cuando se siente amenazada, puede resultar muy agresiva. Se le ha achacado la pérdida de numerosas vidas humanas, y los mitos africanos exageran sus poderes hasta proporciones de leyenda. Por todo ello, la mamba negra se considera sin discusión la serpiente más letal del planeta."

Una sonrisa pequeña pero pronunciada se marco en el rostro de Lucifer, parecía que en el fondo de su alma había encontrado a su igual en el reino animal y la idea de saber que había otros seres con su misma forma de ser lo alejaba de la tortura de pensar en su soledad perpetua... Soledad que muy pronto estaría cercana a terminar.

Luego de un rato de mantenerse pensativo solo él y su gran vaso lleno de jugo, pensaba sobre la suerte que había tenido durante ese día laboral al conseguir a su equipo laboral, aunque ya era tan repetido el hecho de que tenia que mantenerlos con el por el tiempo suficiente para que él consejo de la editorial lo dejaran de molestar y luego que eso pasara despediría los muchachos para volver a su rutina cómoda donde solo estaban el y su soledad. Mientras Lucifer seguía planeando todo lo que haría una vez que todo el consejo lo dejara en paz.

Fue interrumpido en su gran tranquilidad tensa por el sonido del teléfono de su oficina.

—¿Quien habla?

—Hola Luzbel, soy Valentino... Ya casi es la hora del almuerzo y quería invitarte al restaurante que queda a unas calles de aquí. —Del otro lado de la línea, Luzbel no podía ver el rostro de Val obviamente pero este tenia una expresión de mucho nerviosismo a la espera de que Luz le dijera que si saldrían a comer.

—Esta bien, Val. Solo mando a traer a alguien que se lleve unas cosas de mi oficina y te veo en la entrada principal. —Esa confirmación de Luz le saco una gran sonrisa a Valentino, en su mente ya veía a los dos comiendo algo exquisito, tomando el mejor vino del lugar y cuando llegue el momento perfecto intentar confesarle lo que siente por él.

Luzbel mando a traer a un mesero que se llevara su vaso y a alguien de limpieza para que dejara impecable su oficina, una vez que todo estaba listo tomó la rebanada de manzana que decoraba si vaso para devorarla y salir rumbo a la entrada del edificio. Por su parte, Valentino se arreglo lo más que pudo sacando una muda de ropa de su oficina una camisa roja, igual a las manzanas que tanto le fascinaban a Lucifer y salio corriendo para la entrada viendo ya a Luz en una de las sillas.

—Hola Luz, te hice esperar mucho?

—Para nada, vamos a comer.

Después del breve cruce de palabras los dos sujetos salieron al restaurante, un lugar impecable y con bastante buen ambiente. Valentino pidió una ensalada y Luz solo ordenó un pay de manzana, a Val le hacia mucha sorpresa como Luzbel podía comer tantas manzanas al día.

—Se nota que te gustan demasiado, me refiero a las manzanas. —Comentó Valentino con una rápida risa.

—Es cierto, no me puedo resistir a las manzanas... —Luz se dejaba ver mas relajado con el almuerzo y esto en lugar de tranquilizar a Val, le preocupaba más por no saber que hacer.

—Oye Luzbel... ¿Puedo decirte algo? —Una expresión de incertidumbre se formo en Bel quien asintió con la cabeza mientras seguía concentrado en su pay.

—Bueno, es algo difícil lo que quiero decirte y me gustaría que me prestes toda tu atención. —Y así Lucifer dejo de comer para mirar directo a los ojos a su amigo esperando que era lo que le quería decir.

—Luzbel Goetia, yo quería decirte que... Que tu me...

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