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{Capítulo 2 Parte 1}

—Estoy maravillado con tu capacidad, Lucas. —Una enorme sonrisa se ocultaba dentro de la expresión de cansancio de Lucas así que sonrió de forma rápida agradeciendo como todo un caballero al escritor.

—Tienes mucho talento, ahora quiero que busques la oficina de Valentino Duran y le digas que fuiste contratado... Tal vez puedas durar más de dos semanas. —Las palabras de Luzbel sacaron a flote la gran sonrisa de Lucas quien de inmediato salió rumbo a la oficina que Luz le indicó.

Al llegar justo vio a la misma chica que esperaba sentada afuera de la oficina y que había llegado también a la entrevista así que la saludo para enseguida tomar asiento.

—Será un gusto trabajar a su lado señorita...? —Comentó el escritor esperando conocer el nombre de tan bella joven.

—Oh disculpa, me llamo Corina del Río, es un placer joven...?

—Ahora disculpa tu, mi nombre es Lucas y el placer es todo mío.

Corina y Lucas empezaron a conectar enseguida, a la vez que su platica se tornaba más amena y resaltaba una posible creciente amistad ya que las sonrisas contagiosas de Corina llenaban de dicha a cualquier otro ser humano.

...

Luzbel estaba totalmente atónito por haber encontrado un equipo de trabajo tan rápido; pero él sabia que el verdadero reto sería hacerlos trabajar a su ritmo por seis meses. Mientras el escritor divagaba en su mente, el sonido de un teléfono de la oficina lo sacó de sus pensamientos.

—Señor Goetia, afuera en la sala de espera esta la señorita Katrina Goetia e insiste en hablar con usted. —Una gota de sudor frío bajo por la frente del escritor quien con un tono aparentado de firmeza le respondió a la recepcionista.

—Si... Por favor que pase... Yo la recibo de inmediato.

Con la velocidad de un rayo, Luz se apresuró a limpiar su escritorio de manera compulsiva y recoger la basura que llegara a haber en el suelo de su oficina.

—Señorita Goetia por favor pase, su hermano lo esta esperando en su oficina. —Informó la recepcionista a lo que una fina figura se levantó de la sala de espera y el sonido de su taconeo afirmaba que estaba en camino, Katrina Goetia era la hermana de Luzbel, a pesar que nadie sabia la edad de ninguno, así que ambos compartían esa mirada indiferente con la excepción de que la de la hermana resultaba ser aun más fría que la del escritor.

La puerta de la oficina se abrió vislumbrando la forma alta de una mujer con una cabellera negra suelta y lacia que llegaba por debajo de su cintura, cubriendo la gran estatura de la dama era un vestido gris oscuro pegado a ella que había lucir las líneas de su cuerpo. Unos ojos verdes oscuros solo reflejaban una helada mirada dirigida a su hermano.

—Por que tan asustado, Luzbel? Parece que viste a un fantasma. —Una voz arrogante pero calmada salió de los labios pintados de negro de la mujer quien no apartaba su vista del rostro de Luz.

—No es susto lo que tengo, es sólo que no me es grato verte ningún día de la semana. —Una media sonrisa se presentó en la cara de Luzbel quien se levantó de su silla para encarar a su hermana.

—No tienes remedio, Luzbel. Vengo para corroborar la fecha para que ahora vayas tu al hospital a donar sangre para nuestro padre.

—Y ¿Qué tal si esta vez decido no ir a darle sangre a ese viejo bastardo? ¿Acaso me vas a regañar tu? O ya se ¡El fantasma de mamá vendrá a decirme que siga cuidando del viejo! —La tensión había aumentado tanto que las miradas frías de los hermanos ya mostraban un calor de fuego y rabia. Katrina quería golpear a su hermano siendo detenida por él con una gran firmeza, dejando incluso la muñeca de su hermana muy presionada.

—Ese hombre del que estas renegado y que necesita de NUESTRA sangre para seguir viviendo es NUESTRO padre y el hombre que tiene que firmar un testamento. No creo que quieras quedarte fuera de la herencia, o si?

—Bueno, supongo que no hay de otra... —Katrina se dio la vuelta golpeando un poco a Bel con su larga cabellera negra para enseguida salir de la oficina y del edificio.

A la cabeza de Lucifer llegaban recuerdos vagos de su juventud, imágenes de una gran casa de tonalidades opacas entre grises, azules, negras y cafés.

Otra visión del pasado golpeaba con fuerza siendo una bañera blanca pintada del rojo carmesí del cuerpo de la madre de Luzbel y Katrina Goetia.
La siguiente imagen era del propio Luz trantando de limpiar su brazo lleno de cicatrices recién abiertas similares a cortadas pero estas estaban tan mal hechas que la sangre caía a montones.
La gota que derramó el vaso respectó a sus recuerdos, fue ver una pila de libros siendo consumidos por el fuego dejando prácticamente todo hecho cenizas sin que un pequeño Luzbel de sólo 8 años lloraba sin que no pudiera hacer algo mientras su padre lo mantenía contra el suelo con mucha fuerza.

Una leve lágrima bajo por la mejilla del escritor quien se puso de pie y caminó directo a la oficina de Val para ir a ver a su nuevo equipo de trabajo.

...

La puerta de la oficina de Valentino se abrió con su gran sonrisa calentadora de corazones, para recibir en las sillas de espera a dos muchachos, una joven de dulce sonrisa y un chico de piel morena y cabello largo, hablaban de una forma tan amena que incluso él los interrumpió.

—¡Oh! Hola jóvenes, muy buen día, en que puedo ayudarles el día de hoy?

—Lucas y Corina se sorprendieron un poco por la estatura enorme de Valentino pero aun más que su intimidante aspecto era tanta amabilidad que les estaba mostrando.

—Muy buenos días señor Valentino, mire nos mando el señor Luzbel Goetia para informarle que fuimos contratados.

Los ojos de Val se abrieron tanto por la impresión que parecía que en algún momento explotarían.
—¿¡Luz los contrato!? Muchísimas felicidades chicos, pasen, pasen jóvenes por favor. —Lucas y Corina entraron felices a la oficina de Valentino quien les ofreció asiento seguidos por el gran hombre que se sentó sobre su silla aun sin poder creer que Luzbel haya podido conseguir un equipo laboral en literalmente solo dos horas.

—Miren, seré lo mas honesto y amable posible con ustedes chicos... No me imagino a ustedes trabajando máss de una semana con el mismísimo Lucifer, pero si el los contrato entonces tienen una gran carga encima. —El tono serio salió embozado por Val; así que un escalofrío recorrido la piel tanto de Corina como de Lucas quienes con mucha pesadez pasaron saliva esperando lo peor, aunque fue Valentino quien rompió el hielo mostrando delante de ellos un par de contratos que se encargaron de llenar rápido solo dejando como ultimo pendiente la firma final.

Corina por un momento recordó de forma amarga todo lo que había pasado en su antigua casa para haber llegado por fin con su hermano y ahora ella estaba sin saberlo embarcándose en una aventura que estaba a punto de cambiar su vida de una forma que no se iba a imaginar. Lucas pensaba en todas las posibilidades que tendría ahora que empezara a ganar el dinero suficiente para pagar todas su deudas, mudarse a un mejor barrio con su madre y cumplir su sueño de salir algún día con aquella chica Rouse.

Una vez que los contratos fueron firmados, Valentino los felicitó con una bella sonrisa y acompañándolos a la salida de su oficina donde reposaba sentado frente a esta el mismo Luzbel Goetia.

—A si que decidieron quedarse... Bienvenidos, comprobemos que realmente este trabajo era para ustedes. —Una sonrisa fingida logró convencer a sus nuevo trabajadores que se despidieron cordiales y tan rápido como el viento ellos se fueron sin cruzar una palabra más con Luz, después de todo Corina y Lucas debían descansar bien para su primer día de trabajo.

—Ven un momento a mi oficina, Luz... Tenemos que hablar. —Otra vez en tono serio se expresó del lado de Val. Así que Luzbel acompañó a su amigo a la oficina tomando los dos asiento.

—Tal vez los engañas a ellos por ser nuevos, pero yo conozco esa sonrisa falsa ¿Qué sucede? —Una rápida risa salio de la boca del propio Lucifer quien rápido volvió a su postura sería y fría de siempre.

—Estoy bien, Val. Pero gracias por la preocupación. —Contestó el escritor con naturalidad apresurándose para salir.

—Luz, sabes que somos amigos, ¿verdad? Esta editorial necesita que su mejor escritor este al 100%. —Por bastante tiempo se conocían Bel y Val
Así que siempre trataban de conectar pero casi nunca se concretaba una verdadera charla natural entre ellos.

—Bueno, supongo que no hay de otra. Volveré al trabajo así que nos vemos luego Val.

—Igualmente, Luz.

El escritor salió de la oficina dejando sólo a Valentino quien de entre su escritorio sacó una fotografía de Luzbel para enseguida abrazarla.

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