{Capítulo 12 parte 1}
El frío viento de la mañana se sentía y mucho. A esa hora se podría decir que ni los pájaros se habían levantado para cantar los buenos días; incluso faltaba algo de tiempo para que los primeros rayos del sol se fueran a asomar.
Lücifer Goetia se mantenía con los ojos cerrados al tiempo que sostenía un vaso de café a la espera de su equipo de trabajo y a Agatha Petrov. Aunque claro, también esperaba ver llegar a Valentino. El escritor no sabía por qué se comportó tan grosero con su amigo y quería pedirle perdón. Pero tampoco fue capaz de llamarlo los días después de su pelea.
—¡Holaaa señooor! Dios, esta haciendo muchísimo frío hoy. —Era Corina que temblaba de frío y que llegó a buen tiempo, de hecho ella se sorprendió de sólo ver a Luzbel en la sala de espera del aeropuerto.
—Hola Corina, así es... Se siente un poco fría la mañana
—No vino con usted el señor Valentino por lo que veo. Le pasó algo? Lo último que supe fue lo que usted me dijo que se lastimo el brazo o algo así.
—... Valentino no vendrá al viaje, no se que pasó pero, él no va a venir.
Corina pudo notar cierta tristeza en su jefe así que ella hizo algo que sabía hacer muy bien: animar a los tristes.
—"Load up on guns and bring your friends
It's fun to lose and to pretend
She's over-bored and self-assured.
Oh no, I know a dirty word
Hello, hello, hello, how low
Hello, hello, hello, how low.
With the lights out, it's less dangerous
Here we are now, entertain us
I feel stupid and contagious
Here we are now, entertain us"
Era la canción que Corina cantaba por lo bajo contagiando con un poco de su sonrisa al escritor. —Lamento que el señor Valentino no vaya a poder ir... Pero podría comprarle un regalo o un recuerdo de Ciudad Imperial, quizá eso le guste. —Era claro que Corina no sabía nada de lo que pasó entre Lücifer y Valen pero, en la mente de Lüci esa idea no sonaba nada mal.
—Oh allí estaban, hola. Perdón por la tardanza es que casi se me pegan las cobijas. —Era Lucas que al igual que su amiga, se veía temblando de frío y con una expresión de no haber dormido en horas.
—Ni te preocupes, Lucas. Yo igual acabo de llegar... No sabía que podía hacer tanto fríoooo ¡voy a parecer un pingüino dentro de poco! —Ahora Corina y Lucas se sentaron a esperar junto a su jefe a esperar a Agatha mientras platicaban de como iba la relación de Lucas y Rouse, y demás cosas sin importancia.
—Creo que iré por otro café, alguno de ustedes también quiere? —Grande era el esfuerzo que hacía el demonio Lüzbel para que no se notará que sufría por saber que Valentino no estaría con él.
—Bueno yo si quiero uno, sirve de que se me quita el sueño. —Lucas y Lüzbel se levantaron para ir por un café dejando a Cori sola en una sala de espera que con el ambiente solitario, parecía que algún fantasma saltaría sobre ella. Y maso menos algo así paso, Agatha Petrov llegó corriendo y picó suavemente a Cora en sus costillas haciendo que Corina pegara un enorme salto y un gusto del susto mientras Agatha no hacia mas que reír a carcajadas.
—JAJAJAJA ¡Debiste ver tu cara, Corina! Aaaaay dios, ya con eso se me hizo el día... —Era Agatha que sostenía su panza que le dolía por tantas risas claro que sus risas duraron medio segundo ya que Corina se giró de inmediato soltando un fuerte puñetazo en el estómago de Petrov por haberlo asustado.
Y cuando Lucas y Luzbel regresaron, vieron a Corina intentando despertar a la pobrecita Agatha que aprendió a la mala que: hacerle bromas a Cori no era la mejor idea o acabaría semi inconsciente por la fuerte derecha de Cora.
—¡Wow que rayos pasó! Por qué Agatha esta más muerta que viva?
—Pe... Perdón señor, es que ella llegó por otras y me quería espantar. Pero me asusté y reaccione lanzándole un golpe al estomago. —Lüzbel se echó a reír a carcajadas por eso, asustando a Lucas en el proceso, ciertamente era espeluznante que el demonio se riera de lo que pasó pero al final entre Lucas y Corina ayudaron a Agatha a despertar.
—Ay que diablos me pasó? Recuerdo que iba a asustar a Corina y después todo se volvió negro... Me desmayé?
—Al parecer si señorita Petrov, pero mejor le contamos en el avión que ya casi sale el vuelo. —Dijo Lucas ayudando a Agatha a que pudiera levantarse.
Y justo a tiempo porque su vuelo hacía Ciudad Imperial ya estaba por salir.
—Esperen, ¡¿Corina me golpeó?!
—Ya cállate Agatha y vamos rápido que el avión se va sin nosotros. —Lüzbel tomó a Petrov por el brazo haciéndola correr junto él.
¡Que la gran aventura de inicio!
...
—"A esta hora él ya debería estar volando hacia Ciudad Imperial... No, debo concentrarme en lo importante ahora, no en un idiota." —Pensaba Valentino al tiempo en que golpeaba su costal de box pero sin poder apartar de su cabeza el recuerdo de su pelea con Luz. Él tampoco podía describir que fue lo que le pasó a Luzbel, es como si su amor platónico se hubiera convertido en otra persona completamente distinta.
Los guantes golpeaban con tanta fuerza como las palabras que Lucifer le dijo a Valen ese día: "Lo siento Val. No me esperaba esto, te aseguro que no." "Pero no siento lo mismo por ti Val, sólo eres un amigo para mi. Jamás podríamos llegar a ser algo más, nunca... Lo lamento." "Preguntas por qué? Y eso a ti que te importa? Cuida tus palabras "amigo"
Todos esos recuerdos encendían un enojo en Valentino que desquitaba con sus puños sobre el costal hasta que llegó el momento en el que la gota derramó el vaso. El costal de box explotó cuando Val dio un golpe letal y llenó de dolor dejando un montaña de arena en el piso.
—Te veo algo estresado, hijo ¿Qué te pasa? —Era el entrenador y mánager de Valentino, Roque Balboa. Un hombre algo viejo pero que fue militar y el campeón del mundo cuando joven. —Ehhh nada en particular, problemas del corazón.
—Ya veo, con que el corazón... Mira Valentino. Se como te sientes, cuando yo era joven me separé de mi esposa porque ella creía que amaba más el boxeo que a ella... La parte mas dura de un peleador es decidir entre tu sueño y tu amor.
—Tiene razón señor, pero no estoy seguro en que debería enfocarme. Pasé tantos años pensando en que la persona que amaba necesitaba de mi.
—Mira Valentino, cuando llegaste a mi gimnasio llegaste con el sueño de obtener el camponato de peso medio. Pero algo paso, conociste a ese escritor y dejaste de lado tu sueño. Y no es malo enamorarse pero no puedes tirar tus sueños a la basura ni por el ni por nadie. —Valentino se quedó de piedra al oír a su entrenador pero en cierto modo el hombre de pelo cano tenía razón.
—Si tienes un sueño te tienes que esforzar por lograrlo. Así que ahora mismo limpias ese desastre, llevas a coser ese costal y cuando vuelvas subimos al ring ¡¿Soy claro?!
—Si... ¡Si señor! Tiene razón. Yo voy a ser el campeón mundial de la división de pesó mediano y de ahí voy a escalar por el campeonato del peso pesado.
—Así se habla "Tigre Valen" ahora ve.
Valentino limpió la arena lo mas rápido que pudo y corrió a ver una sastre que arreglaba los costales del gimnasio donde Val entrenaba para enseguida volver y subir al ring del gimnasio. No sin antes que Roque se pusiera lo necesario para entrenar a Valen.
—Quiero que lances varios rectos, ya sabes el clásico "1, 2" después un "jab" izquierdo y remata con un "uppercut" derecho. —Y Valentino obedeció, así estuvieron practicando los golpes de Val por casi una hora hasta que llegó el momento de practicar sus patadas igual por otra hora.
—Muy bien, ¡Ahora ve a correr y da 10 vueltas al parque... No, mejor dale 25 vueltas y cuando regreses te vas a poner a practicar con Iban un sparring!
—¡¡¡Si señor Balboa!!! Como usted mande.
Cuando Valentino salió a correr, Roque se sentó un momento para reflexionar sobre ese hombre al que estaba entrenando. —"Ay Valen, sé que ahora te duele el corazón pero también sé que sabrás usar ese dolor para volverte más fuerte."
Caminando hasta su oficina, el señor Balboa vio en su computadora un email donde le dijeron quien sería el próximo oponente de Valentino.
—¡Vaya, pero que sorpresa tan interesante! El ex campeón del peso mediano Dante Miller y si Valentino gana volverá a pelear contra Jason Ávila y de ahí... Su primer oportunidad por el titulo del campeón de los pesos medios. ¡Es momento de la fiesta!
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