Te he dedicado los versos más hermosos desde que me encontré contigo.

Aprendí la verdad irónica del amor cuando te fuiste con otro, 

deseé haber muerto porque ninguna herida duele más que un corazón roto.

Me he aprendido de memoria canciones que antes no conocía, 

no sé si es por la felicidad que representas 

pero siempre traes luminiscencia a mis días.

He comprendido la letra de esos autores amargos, 

son artistas del deseo por lo efímero y lo deseado.

Quise acabar mi vida contigo. Que nos entierren juntos 

o estará tu nombre en mi lápida, porque si muero en la horca

 de esta realidad tan ácida, serás tú quien me ha matado.

Yo solo deseo que nos entierren abrazados, 

para que envidien este romance que nadie más ha profesado.

Sé que miro la realidad del mundo cuando veo tus ojos, 

soy capaz de nadar entre primaveras y enfrentar volcanes.

¿Que no ves que te amo tanto?

Dijiste que sentías lo mismo, pero acá estamos.

He cortado pétalos de flores y ya me terminé el ramo,

ese que quise regalarte pero solo me has despreciado.

¿Me amas o solo yo te amo?

No sé captar indirectas pero tampoco soy digno de tus engaños.

Deberías corresponderme los besos, después de todos lo que te he regalado...

Mírame a la cara. Mírame a la cara cuando te hablo.

¿En verdad me amas o solo me has ilusionado?

Yo de verdad te amo, ¿sabes? Te he tratado bien todos estos años.

No importa si me amas o nos amamos. Al menos déjame follarte 

como recompensa por todo ese tiempo que te he dado.

Zorra. Puta. Malagradecida.

Te mereces esto por haberte negado a mi amor.

Te mereces esto y más, por haberme rechazado.

Fin.