Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9: Dos en uno


Ni bien sonó el timbre, los estudiantes salieron en tropel por todos los pasillos del edificio: era ya sábado al mediodía y el siguiente lunes llegaría acción de gracias, por lo que una buena parte de la escuela estaría pasando el día con sus familias, así que, como acuerdo informal, no habría clases ese día, resolución bastante cómoda para los planes que Akira y Wilson habían hecho juntos. Sin embargo, como otros días, la chica tendría que ir a sus sesiones vespertinas de fisioterapia, así que Wilson tendría que encontrar algo mejor que hacer mientras tanto.

Sin muchas ganas de pasar su tarde junto a Demian, Wilson decidió vagar por el campus, caminando con toda la calma del mundo para matar el tiempo en lo que Akira terminaba sus asuntos: después de eso, habían acordado ir al pueblo juntos, tal como otras semanas. Andando, Wilson pudo ver a un grupito de niños que a lo mucho estaría apenas en séptimo grado correteándose entre sí. Se veían felices y de seguro más de uno era al menos parcialmente ajeno a su propia condición, sea cual sea la que lo haya traído al Hellen Keller.

Aún sin deprimirse por el tema, Wilson no podía evitar darle muchas vueltas al asunto: ¿cómo se tomarían esos niños la idea de no ser normales, quizá de estar condenados a morir jóvenes? No se veían particularmente abrumados, quizá porque recibían atención psicológica o genuinamente se sentían más "normales" al rodearse de gente que era como ellos en ese sentido. Wilson nunca lo sabría: de cierto modo fue mejor que su enfermedad no se manifestase a tan temprana edad o ya estaría en los últimos años de su vida.

Con esto en mente, avanzó escuchando las risas de aquellos pubertos y niños más pequeños también: si ellos eran felices, ¿qué le impedía serlo también? Wilson siguió avanzando a una velocidad superior a la media, resonando su bastón contra las baldosas del suelo y provocando un ruido blanco que lo tranquilizaba, a la vez que lo ayudaba a acompasar sus pasos: lo encontró genuinamente confortante, como si el ajustar sus pasos al constante ritmo del bastón lo ayudase a mantener su coordinación, compensando un poco su falta de equilibrio.

Atrevidamente, Wilson se animó a dar dos o tres pasos sin apoyarse en el bastón, aunque haciéndolo sonar contra el suelo de todos modos y se asombró al darse cuenta de que no sintió la falta de equilibrio ni un poco. Sin atreverse a seguir, más por precaución que por falta de ganas, siguió andando un poco más hasta que llegó a la rotonda con la fuente en medio: ahí sentado estaba Shawn, simplemente viendo el agua caer de la fuente.

— ¿Te estás habituando bien? - Preguntó el obsesivo chico, acomodándose las gafas tan pronto notó la presencia de Wilson a un par de metros de él.

— Sí, supongo - Respondió Wilson, sin esperarse que Shawn desease conversar con él - ¿Me preguntas esto como representante de grupo o como amigo?

— No sé si habría diferencia - Contestó Shawn, razonando un poco el cuestionamiento en su cabeza aún después de haber respondido: parecía pensar mucho en cualquier cosa, de todos modos.

— Creo que sí, pero no creo que importe mucho contigo - Le restó importancia, tratando de evitar una línea de conversación filosófica - Pero creo que estoy bastante bien.

— ¿Eso significa que lo de hace un par de semanas fue solo un pequeño tropiezo? - Se atrevió a preguntar Shawn, consciente de que este era un tema delicado para Wilson, quien comprendió el porqué de la pregunta y lejos de ocultarlo, decidió que al menos podría aclarárselo a su compañero.

— Sí. Es como... a veces hay días malos, ¿entiendes? A veces hay un día que debería ser totalmente normal pero, exista una razón o no, te sientes mal. A veces ni siquiera puedes explicarlo, pero te sientes mal. Ese fue uno de esos días.

— Te entiendo. Cuando Mebarak y Johnsson tocan a mi puerta por las mañanas sin avisarme, sé que será un día malo, pero a veces, cuando no lo hacen, también es un día malo... solo que es por otros motivos, claro.

Era extraño formular el pensamiento en su cabeza, pero Wilson se sentía realmente en paz al convivir con Shawn, caso contrario que con Demian, quien parecía ser la ciega encarnación del caos. De cualquier manera, ambos se habían vuelto sus amigos (o eso asumía él, al menos). Afortunadamente, el miedo de Wilson a ser un marginado había terminado como una simple exageración, lejos de la realidad: quizá no hablase con todos en su grupo, pero no era necesario, ni siquiera antes del accidente era tan sociable. Con las cinco o seis personas de su círculo social era más que suficiente para él.

— Entonces... ¿tienes algo que hacer justo ahora, verdad? - Aventuró Shawn, tomando la iniciativa en la conversación una vez más.

Wilson asintió: eso se había sentido más como una manera de Shawn para recordarle que tenía un par de cosas pendientes más que una invitación para acudir a alguna parte. En parte, dicha suposición se debía a que si Shawn lo estuviese invitando a alguna parte, lo diría directamente (o eso le dijo el señor Klaus cuando le preguntó sobre en qué consistía el asperger durante la visita de la semana pasada). Una vez asintió, Shawn y él se despidieron, Wilson dirigiéndose hacia el edificio auxiliar y Shawn retomando su actividad de contemplar la fuente en silencio absoluto.

Mientras Wilson emprendía el camino de regreso hacia el edificio principal, dos borrones de persona corriendo a toda prisa pasaron junto a él, aunque esta vez ninguna mandó a volar su bastón o algo por el estilo: de seguro eran Mebarak y Johnsson yendo de camino a molestar a Shawn. Wilson evitó reírse, sintiéndose un poco mal por la paz que su amigo iba a sacrificar los próximos minutos. Wilson lo entendía: aunque le gustaba tener amigos, frecuentemente quería pasar tiempo a solas (o solamente con Akira, en todo caso). De cualquier modo, Demian había comenzado a hacer eso un tanto imposible, ya que las continuas charlas a mitad del pasillo parecían volver imposible tener tiempo a solas.

Desde la crisis del cumpleaños de Astrid, Demian parecía intentar ser menos como una bomba de sarcasmo humana y más como un amigo debería de ser, aunque sin soltar del todo su personalidad punzante y extravagante. Solo intentaba ser más comprensivo con el contexto socioemocional de Wilson (probablemente el enfermero Klaus y Shawn habían tenido una seria conversación con él). Wilson lo agradecía bastante, ya que aunque no detestaba al diarreoso conspiranoico adicto a las galletas que fue Demian cuando lo conoció, tampoco era alguien con quien quisiera pasar mucho tiempo: Demian realmente se estaba esforzando en caerle bien y eso era algo que Wilson no podía pasar por alto.

Tan pronto como entró al edificio principal, se percató de que se encontraba casi desierto: tan solo dos o tres estudiantes estaban en el pabellón interno del edificio, todos ellos separados y concentrándose en sus propios asuntos. Sin ánimos de quedarse ahí demasiado tiempo, Wilson pasó por en medio del jardín central para después dar media vuelta a la derecha, rumbo al edificio auxiliar. Justo cuando llegó a la puerta de la piscina, escuchó voces adentro y se preguntó si sería de mala educación entrar sin avisar, pero inmediatamente después, reaccionó: tan solo debía ser Akira y su fisioterapeuta, ¿no?

Abrió la puerta sin darse tiempo para sobrepensar las cosas y se encontró a la chica de pie afuera de la piscina, probablemente recién salida del baño, pues ya tenía puesta ropa más casual que el uniforme de la escuela (y el traje de baño también, claro).

— ¡Hola Will! ¿Ya estás listo para ir al pueblo?

— ¿Ya estás lista tú? - Devolvió la pregunta el chico, secretamente aliviado por no interrumpir nada.

— Anda. Por cierto Jeaninne, él es Wilson, el amigo de quien te hablé.

Jeaninne, una mujer de mediana edad, tez morena, alta y con su cabello negro bastante corto, parecía ser la fisioterapeuta de Akira. Al voltear a verlo, sonrió amablemente mientras alzaba la mano, mostrándole la palma a Will como saludo. Él repitió el gesto sin saber muy bien qué hacer, ya que aunque se esperaba que la terapeuta de Akira estuviese con ella todavía, no estaba preparado para interactuar con ella realmente.

— Entonces... ¿te veré hasta el siguiente miércoles, supongo? - Preguntó Jeaninne.

Akira asintió amablemente.

— En ese caso, feliz acción de gracias por adelantado. ¡Cuídense!

Wilson acompañó a Akira a la salida y después, en vez de pasar de nuevo por el pasillo que conectaba la enfermería con el edificio principal, salieron de las instalaciones por el otro lado del pasillo, que conducía a la pista de atletismo y demás instalaciones del colegio. Sin decirse mucho entre sí, ambos se dirigieron hacia la salida del campus, camino al pueblo, trayecto que fácilmente cubrirían en cinco minutos.

De nuevo, Wilson empezó a perderse en sus pensamientos mientras andaban: pese a que disfrutaba la compañía de Shawn (y válgame el cielo, incluso estar con Demian), Akira le proporcionaba una comodidad y felicidad a Wilson que ningún otro amigo le daba. Era paz, pero felicidad también, como si su humor no pudiese empeorar al lado de ella (y vaya que Demian podía empeorar su humor en cualquier momento sin siquiera proponérselo realmente). Akira sin duda era especial y no solo por ayudarlo a superar su depresión inicial cuando recién llegó al Hellen Keller. Ella era una persona bastante brillante, si es que Wilson intentaba definir su aura: era como si pudiese hacer brillar incluso al alma más apagada.

— Entonces... Demian dijo algo acerca de que te habías sentido mal hace poco. Supongo que ya estarás mejor, ¿no?

"Hay mejores maneras para preocuparse por la gente que ir con el chisme a todo el mundo, Demian", pensó Wilson, decidiendo que ya hablaría con él al respecto cuando volviese a los dormitorios.

— Sí, eso. Era algo de... lo venía arrastrando desde antes de entrar al Hellen Keller - Explicó vagamente Wilson, tratando de ofrecer una explicación tanto si Demian había hablado sobre los detalles más privados de su episodio depresivo de hace pocas semanas - Pero solo fue por un día. Gracias por preocuparte por mí.

— No fue nada. Realmente creí que algo malo había ocurrido cuando no llegaste a nadar conmigo, pero cuando tampoco llegaste a clases, fui con Shawn para pedirle que fuera a verte... y eso.

— Lo aprecio bastante, Akira.

Ambos desviaron la mirada el uno del otro, algo apenados en cuanto Wilson dijo el nombre de su acompañante, pues ambos se habían visto a los ojos durante poco más de un segundo.

— Yo también traía "cosas encima" durante mi primer año aquí, ¿sabes? Estoy en este colegio desde un poco antes de empezar el décimo grado, así que... tuve tiempo para eso. Nunca te acostumbras del todo a esta vida.

Wilson asintió, pues compartía ese pensamiento. Enseguida, ambos llegaron al pueblo y entraron directamente al minisúper, donde empezaron por recorrer tranquilamente los pasillos sin separarse, tomándose su tiempo para escoger los víveres necesarios aunque estarían fuera hasta el lunes en la noche. Sin embargo, a ninguno de los dos le apetecía hacer las compras tan tarde. Por esa razón habían acordado salir este día.

Afuera, el sol empezó a teñir el cielo de esos tonos anaranjados que indicaban que pronto empezaría a atardecer. Lentamente, Akira y Wilson caminaron hacia la caja, vacía como siempre que venían. La dependiente pasó monótonamente sobre el escáner cada producto que había escogido Akira, escuchándose el bip del aparato en cuanto leía su código de barras. Cuando acabó con ella, empezó a pasar también las cosas de Wilson. Antes de terminar con eso, Akira recibió una llamada en su teléfono, por lo que dejó sus bolsas junto a Wilson para poder contestar fuera del minisúper.

Akira regresó justo cuando Wilson estaba recibiendo su cambio, pero la expresión en su rostro había cambiado un poco, como si se encontrase apenada por algo.

— Disculpa, ocurrió una emergencia y Emma me necesita así que tengo que ir corriendo a los dormitorios - Y acto seguido, justo antes de irse, añadió - Perdóname, sé que era nuestra tarde juntos pero... ¡Te lo compensaré el lunes, sí!

— No te preocupes - Sonrió Wilson - Ve con ella.

— Anda... Gracias Will. Te quiero.

Después de esa breve despedida, Akira no tardó en poner pies en polvorosa rumbo al colegio, recordándole a Wilson lo rápido que podía correr esa chica y la cantidad de veces que había reducido la velocidad tan sólo para hablar con él mientras caminaban pese a que fácilmente podría dejarlo atrás si se lo proponía. Eso lo desanimó un poco: Akira realmente había hecho esfuerzos por adaptarse a él, mientras que Wilson poco o nada había hecho por ella.

Tratando de quitarse el mal sabor de boca que le ocasionarían esos pensamientos, decidió emprender el camino de regreso al colegio. Quizás podría ir a jugar videojuegos un buen rato con los chicos del pasillo veinte si se apresuraba. Sin embargo, mientras llevaba sus dos bolsas de despensa en la mano contraria al bastón, sintió cómo alguien se le acercaba por la espalda. Wilson volteó rápidamente, alarmado, tan sólo para encontrarse con ese chico rarito del fondo del pasillo veintiuno: Asimov o algo así, según recordaba Wilson.

— Es una bonita tarde - Dijo Asimov, sin expresar emoción alguna - O eso creo. ¿Te parece una bonita tarde?

Wilson asintió, sin saber bien cómo tratarlo.

— Entonces probablemente lo sea. Verás, Bones, no soy muy bueno tratando con las personas, como sabrás. El chico tímido y yo nunca nos ponemos de acuerdo y eso nos trae problemas, pero hemos podido sobrellevarlo. Al menos ya no intentan medicarnos para que uno de los dos se calle siempre. Eso es bueno.

¿De qué hablaba este tipo? Cuando Wilson empezó a creer que Demian y Shawn eran lo más extraño que había conocido en su vida, llegaba alguien más a hacerles la competencia. ¿Qué acaso no había ni un solo hombre más o menos normal en esa escuela? Todos parecían ser asociales excéntricos y con severos problemas mentales.

— Disculpa. No queríamos asustarte - Se disculpó Asimov, ahora con un tono de voz más suave y considerado que al inicio - La verdad, queríamos, err... quería un amigo. Cal dice que no es necesario, pero a veces, me siento bastante solo. A él no le molesta, pero yo... perdona si estoy siendo molesto, solo quería tener amigos y eso.

Rápidos flashbacks inundaron la mente de Wilson: ¿qué condición tenía Asimov exactamente? Demian lo había llamado "el ruso psicópata del fondo del pasillo" en más de una ocasión, pero él no estaba tan seguro de si quería catalogarlo así realmente. Asimov no parecía ser peligroso, aunque sí desconcertaba mucho a Wilson cuando hablaba. Entonces algo hizo clic en su cabeza:

"Trastorno de Identidad Disociativo".

Entonces era eso.

— ¿Cómo se llaman ustedes? - Preguntó Wilson mientras caminaba a un paso más lento que de costumbre.

— Yo, Calais. El llorón es Nico - Explicó Asimov - Pero nuestro nombre de pila es Nikolai, así que creo que así puedes nombrarnos si te da problemas saber quién es quién.

Wilson no sabía cómo procesar esa información: tampoco quería darle muchas vueltas al asunto, claro estaba. Simplemente lo tomó como una peculiaridad más de otro peculiar estudiante en aquella peculiar escuela como lo era el colegio Hellen Keller.

— Creo que podríamos ser amigos si te parece, Nikolai.

— ¡Sería increíble! Aunque no me llevo bien con casi nadie. Lo lamento si a veces no puedo estar con el resto de tus amigos. Pareces algo popular, ¿no crees?

Wilson negó con la cabeza: quizá para los estándares de Nikolai lo era, pero él se consideraba abrumadoramente normal. Nada en él destacaba además de su bastón, no era demasiado sociable pero tampoco demasiado retraído. Simplemente era Wilson Bones y era cercano a Akira Sato. Más allá de eso, no se le ocurría algo por lo que la gente a su alrededor pudiese reconocerlo como reconocían a Demian por su traje militar y anteojos, a Shawn por su permanente estado al borde de la histeria o a Johnsson y Mebarak por corretear en todas direcciones a diario. Él solamente andaba por ahí con un bastón muy parecido a lo que usaban varios otros estudiantes: tan sólo en su clase, había una chica que también usaba bastón, así que no podía decirse que eso fuese una característica única de Wilson.

Sin embargo, eso no pareció importarle a Nikolai.

— Eres amable - Atinó a decir Nikolai, aunque Wilson no sabía con exactitud cuál de las dos personalidades estaba hablando justo en ese momento - Aparentemente eso es importante. Me han dicho que intente ser amable aunque nunca me sale de manera natural. Eso no me aflige, pero se siente extraño ver a todos con alguien y después... estar aquí solo con... conmigo mismo, ¿no? Me lo han explicado infinidad de veces, lo normal es que fuésemos solo una persona, pero no es algo que yo controle. Me hace daño cuando intentan hacernos uno, pero aún siendo dos, necesitamos ir a terapia y hacernos controles cada cierto tiempo. Dicen que si nos descuidamos, empezarían a aparecer más de nosotros... y eso.

— Gracias.

— ¿Por qué, Bones? Solo estoy hablándote de mí. No estoy haciéndote ningún favor y quizá solo estés escuchando por educación.

— Por hablarme de ti. Casi ningún chico es sociable y creo que realmente te estás esforzando Cal, aunque digas que no.

Esperaba haber adivinado que Calais era quien hablaba en ese momento. Por lo visto Calais hablaba casi siempre, así que el margen de error no era tan alto.

— Supongo que somos amigos.

— Y supongo que es mi turno de hablar sobre mi... mi discapacidad, ¿no?

— Supongo.

Wilson tomó aire y siguió caminando, ahora un poco menos despacio que antes. ¿Por dónde empezar?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro