lavanda rosa.
Si le preguntaran a la florista Kim Namjoo cuál consideraba su flor favorita siendo ella una orgullosa aficionada a la flora, ella respondería que son los girasoles por el significado tan personal que le tiene. Sin embargo, ella se quedaría pensando en las margaritas porque las considera flores muy hermosas, pero también les diría que no puede negar que le encantan las astromelias porque parecen salidas de este mundo, pensaría en las amapolas por su película favorita y en lo mucho que ama las orquídeas porque le recuerdan a su madre.
Si le preguntaran a Kim Namjoo si tiene una flor favorita, ella respondería que tiene cinco favoritas y cada vez la lista seguiría aumentando. Ella siempre ha pensado en el curioso y difícil hecho de que solo te guste una cosa, una flor, un color, una canción, debía ser una persona muy decidida o muy rígida para amar solo un "algo".
Si a Kim Namjoo le hubieran preguntado por libros, música o flores en alguna de sus anteriores citas, tal vez hubiera dejado la postura tímida y por fin hablar de algo que sí sabía, y que encima la hacía feliz. Las preguntas en las citas eran demasiado rutinarias, aunque ciertamente no culpaba a sus citas por no haber querido indagar más sobre ella, porque los monosílabos que daba por respuestas eran prueba de la barrera que Namjoo colocaba entre ella y las mujeres del mundo. Las mujeres se terminaban decepcionando lo suficiente para no pedir una segunda cita, algunas con la esperanza de que la morena fuera quien tomara la iniciativa.
Pero a Kim Namjoo le costaba entender algunas normas sociales o las palabras entre líneas, por eso, aunque Yoonji y Hosook siempre le insistieran que fuera ella que le pidiera una segunda a las mujeres con las que no tuvo una cita tan mala, Namjoo le daba miedo hacerlo o encontraba suficientes negativas para no hacerlo.
Ella era feliz entre flores en su pequeño negocio, con el recurrente pensamiento de adoptar un gato, su adorable sobrina y sus amigas. Ella era suficientemente feliz con todos esos elementos en la vida, pero en medio de su felicidad, igualmente deseaba el amor como muchos. Era su contradicción diaria, quería amar hermosamente, pero no sabía como dar el primer paso.
Hasta entonces, por si preguntan por Namjoo, se encontraría haciendo arreglos de flores.
Lo cual también era un tema de debate en su mente, el arreglo de la intrépida Jeon Jungha.
A simple vista, estaba listo, era perfecto de principio a fin, pero ¿funcionaría para cautivar el corazón de la anhelada profesora Kim? Lo demás quedaría en manos de la pelinegra, pero deseaba poder ayudar más. Cosas de floristas, ustedes no entenderían.
Por eso llevaba al menos quince minutos mirándolo como si este de repente fuera a hablar y decirle lo que le faltaba para estar perfecto. Pero solo estaba mirando una esfera de vidrio con un pequeño mundo encantado de gardenias, un amor secreto que se revelaría junto con el destino de ese amor.
Está bien, Namjoo admitía que estaba nerviosa, eso era todo el conflicto interno que tenía, enfocarlo en algo en específico lo hacía más fácil. Sabía que su arreglo floral estaba perfecto (lo había hecho y deshecho mil veces por las dudas), pero se sentía muy ansiosa desde que despertó, como si cuerpo le estuviera advirtiendo de algo, sin decirle exactamente el qué.
No estaba en algún episodio o cuadro ansioso, no tenía más síntomas que el nerviosismo, un poco de rubor y el corazón algo acelerado. Tampoco trataba a estos síntomas como menores, pero eran tolerables, podía llevar su día con la mayor normalidad posible a pesar de las circunstancias. Eso hacían los adultos, ¿no? Namjoo con casi veintisiete años tal vez debería dejar de hacer ese tipo de cuestionamientos, ella hace algunos años había comenzado a ser una adulta.
Su amiga Jung Hosook le ayudaría a administrar la tienda mientras Namjoo hacía el delivery, aunque casi por unas dos escasas horas a más tardar, Jungha había pautado la entrega para casi las cinco de la tarde, cuando todos los cursos en el centro comunitario terminaban, pero lo curioso es que hace un par de horas Jungha pidió que se lo entregaran de forma personal a la profesora Kim en cuestión, tal vez se sentía menos presionada de esa forma.
Namjoo esperaba de corazón que la profesora Kim pudiera aceptar los sentimientos de su nueva amiga Jungha.
Hosook intervino la conferencia que Namjoo lideraba en su mente mientras modelaba por el local- "¿Qué opinas, Joochi? ¿parezco una chica flor?" – Namjoo a veces se preguntaba cómo le hacía Hosook para tener una personalidad como la que tiene de forma natural. Aunque ésta en su mayoría fuera una chica seria, perfeccionista y adicta al trabajo, solo necesitaba de dos segundos de interacción social para volverse una mariposa escandalosa y colorida.
Cargaba un abrigo mínimo tres tallas más grandes que ella lleno de pines de flores junto con un pantaloncillo diminuto con bordados en los bolsillos, maquillada de la forma más colorida posible y una corona de flores artificiales que seguro su novia le había comprado, a Nam siempre le había parecido curioso el uso de los bolsos para Hosook, entre más pequeños parecían ser la mejor opción, unos donde apenas entrarían sus llaves.
Sonrió – "Siempre luces muy bonita, Sooka. Sospecho que la corona funcionará, te ves algo excéntrica, el local lo necesita" – aseguró asintiendo.
- "Presiento que esto es lo mío, no tengo ni idea de lo que hago, pero ¿no me veo genial haciéndolo? – sonrió detrás de la caja como si fuera la dueña del local – deberíamos abrir un negocio juntas, Joochi, como mejores amigas debería ser algo que planeemos borrachas y que por alguna razón, funcione".
- "¿Qué tienes en mente, Hosook? Hasta donde sé ya tienes trabajo y en este momento estás haciéndome la suplencia en el mío".
- "Piénsalo Joochi, nos veríamos muy lindas en una cafetería. Tú siendo la pastelera estrella y yo la hermosa cajera"
- "Muy lésbico de nuestra parte ciertamente. Suena bien, me gustan las flores en este momento, pero anótalo para otra vida – ¿Kim Namjoo haciendo pasteles? Eso era un disparate completo – gracias por venir hoy"
- "Joochi, aquí estamos para ayudar, es un gusto para mí – Joo volvió a mirar la esfera de cristal, la hora y a Hosook de ultima, todo parecía estar en orden y sucediendo de forma natural hasta rutinaria".
Todo estaba bien, Joo necesitaba calmarse un poco.
- "Me gusta venir al local, me siento cómoda aquí. Amo el estudio de baile, pero a veces mi cerebro necesita apagarse – sonrió, pero Namjoo tuvo la leve sospecha que la pelinaranja no estaba hablando con ella realmente, parecía más un discurso interno dicho en voz alta – necesito despejar mi mente".
Todos necesitamos un descanso de vez en cuando, incluso de la vida, el trabajo y las cosas que amamos.
- "Gracias igualmente Sook, no creo tardar mucho de hecho. Pero por las dudas prefiero que el local se cierre solo cuando corresponde".
- "Está bien, no tenía mayor cosa que hacer. Hoy las clases fueron suspendidas por un arreglo del aire acondicionado, tenía la tarde libre. Taeha me recogerá al salir del trabajo".
- "¿Si es tu automóvil por qué no lo conduces tú?" – lo decía quien no tenía licencia de conducir aún, el colmo de la ironía.
- "Me gusta que Taeha lo haga, se ve como una sexy milf que recoge a su sugarbaby, es decir, yo" – pestañeó coqueta.
- "Literalmente eres mayor que ella".
- "Hay cosas que como amiga no te digo para que tu imagen de nosotras no cambie – podría pensar que Hosook no diría nada, pero la sonrisa pícara que puso fue la primera señal de alerta para Namjoo, si no la detenía, se enteraría de cosas que recordaría en momentos inoportunos –, sabes Joo buns, soy una princesa de almohada y me gusta que me-".
Interrumpió – "Quiero decir, es obvio – Hosook frunció el ceño en juego, como quien se siente ofendida – pero voy a detener esta conversación antes de que me expliques lo que hacen en la cama, prefiero irme a trabajar"
- "No puedes huir al sexo toda la vida, Joo Buns, iba a decir que te acordarás de mí cuando lo aceptes, pero no quiero que pienses en mí en ese momento, ¿o sí? – pensó un momento – me sentiría halagada de cierta forma, es decir, soy bonita".
- "Okay, espero no te aburras mucho. Si me necesitas, solo llámame" – terminó de colocar las cosas en su bicicleta saliendo del local.
- "Si si, mamá. Ve a trabajar, más pronto te vas, ¡más pronto vuelves!".
*******
- "¿Namjoo-ssi? Dime que estás acá, por favor" – la sonrisa esperanzada de la pelinegra se desvaneció cuando en vez de ver a su querida florista encontró a una mujer con cabello naranja con una corona de flores.
- "¡Bienvenida! ¿qué tipo de flor estás buscando?" – Hosook se acercó hacia la entrenadora con su típica sonrisa perfecta y el tipo de vibras que hacía que todos se sintieran cómodos. – "Realmente no sé mucho de flores, pero te puedo decir lo poco que sé y cuáles si fuera tu novia me gustaría que me regalen" – y si la frase de por sí aceleró el corazón de la pelinegra que olvidó el propósito por el cual había llegado a la tienda de Namjoo, lo peor fue que quien la dijo la terminó guiñándole el ojo.
Jung Hosook era peligrosamente guapa -y descarada- contra la aparente incapacidad de Jungha en articular una frase entendible (cerca de mujeres guapas).
- "Oh – se sonrojó antes de poder hablar coherentemente, Jungha empezaba a tomarse eso personal, ¿acaso no podía hablar de forma decente frente ninguna mujer hermosa? – yo estaba buscando a Namjoo-ssi, ¿podría llamarla si no es mucha molestia? Gracias" – todo dicho con un hilo de voz y una mirada brillante.
- "Sería un placer hacerlo si Namjoo estuviera en la tienda, pero justamente salió hace una media hora a hacer un delivery – hizo un puchero –, pero puedo dejarle el recado".
Jungha se permitió enloquecer por fin, la pelinaranja se asustó muchísimo cuando la más joven lanzó un chillido frustrado y se puso de cuclillas tapándose la cara.
- "¡Oye, bonita! ¿estás bien?" – pero Jungha solo podía balbucear cosas inentendibles mientras chillaba.
Hosook como pudo la levantó a pesar de que la superaba en peso y tamaño por mucho. – "Necesito que me hables, bonita. Algo entendible, así sea una frase, dame una palabra".
- "Gardenias".
- "¿Gardenias? Oh, está bien, supongo que es algo entendible – murmuró - ¿estás buscando gardenias? ¡oh, oh! Las gardenias son para los amores secretos, ¿algún amor secreto, eh?" – sonrió, pero Jungha asintió seria.
- "El arreglo de gardenias, era para confesar mi amor secreto. Pero Namjoo no está aquí, ahora todo está perdido, soy tan torpe".
- "¿Amor secreto? El delivery de Namjoo – de repente pensó haber entendido así que soltó un chillido altísimo haciendo un pequeño baile de la victoria – era para ella, ¿cierto? Te gusta nuestra Namjoo, que romántico.
Cuando todo el grupo de amigas se enterara estallaría en euforia, tenían años intentando a ayudar a la castaña a conseguir amor en su vida. Pero resulta que el amor la buscó a ella. Mientras Hosook se perdía en sus pensamientos, Jungha frunció el ceño.
- "¿Qué? ¡No, Namjoo es mi amiga! Creo, lo que me refiero es que ella haría un delivery con mi pedido a mi trabajo bajo otro nombre, pero no puede hacerlo – miró la hora en su reloj, estaba super jodida – ya probablemente debió haber llegado".
- "Si no era para Joochi, ¿entonces para quién era el delivery?" – aunque la más baja siempre quedara como una entrometida, nunca le habían negado contarle algo que imprudentemente preguntaba.
- "La mujer que me gusta es una colega que también trabaja en el centro comunitario, me le iba a declarar hoy, no tiene idea de mis sentimientos, o eso pienso" – aunque seguramente si recibe un arreglo floral con ese significado, la profesora Kim sospecharía que la profesora Jeon que de vez en cuando toma sus cursos, siente algo más que amigable por ella.
- "Gardenias, amor secreto. Buen detalle, probablemente lo pensó Joochi".
- "En una realidad alterna sería un buen detalle".
- "¿Por qué estás aquí y no declarándote a tu amor secreto, Jungha? ¿por qué te arrepentiste antes de hacerlo?".
- "La profesora Kim tiene pareja, de años. Me enteré hace poco, venía a detener a Namjoo antes de pasar una vergüenza con la profesora".
- "Oh, demonios. Eso es tener mala suerte, bonita".
- "Sí, esa soy yo. Lo peor es que Namjoo no contesta el teléfono, no quería que pasara un momento incómodo, no tenía la valentía suficiente para llevar el arreglo yo misma".
- "Namjoo se lo entregará en tu nombre, entiendo" – ambas hicieron una mueca, la florista había tomado el peor momento para no atender el teléfono.
- "No sé con que rostro veré a la profesora Kim ahora, seguro pensará que soy una imprudente o algo peor, me siento tan avergonzada" – de alguna manera habían terminado ambas en la puerta de la entrada mirándose una a la otra.
Una con pena, y otra con curiosidad.
- "No te preocupes, Jungha. Tengo el presentimiento que son escenarios que solo están en tu cabeza. Si Namjoo no ha llamado, seguro todo está bien, ¿quieres ir tomar algo? Ya voy a cerrar el local, yo invito".
- "Eso estaría bien, gracias Hosook-ssi".
*******
Paralelamente en otro lado de la ciudad Namjoo estaba a punto de tener la crisis oficial del día.
Tenía varios minutos de haber llegado, después de casi caerse de la bicicleta porque un irresponsable salió acelerando de un callejón (y casi causarle un infarto), su teléfono se había apagado antes de siquiera llegar al centro por la falta de batería y no podía llamar a Jungha.
Un día en la vida de Kim Namjoo. Aunque estuviera acostumbrada a los inconvenientes, casi entrenada para enfrentarlos, no podía evitar frustrarse, había despertado con la ansiedad burbujeando en su interior y estaba usando todo su autocontrol para no dejarla crecer más de lo que ya permitió.
El pedido realmente iba dirigido para la profesora Kim del curso de fotografía, pero Namjoo le había dicho a Jungha que la contactaría primero por las dudas que pudiera presentar la pelinegra, pero sin teléfono tendría que llegar en persona hasta la clase de defensa personal que imparte.
Pero cuando estaba por preguntarle a la recepcionista la ubicación de la profesora Jeon, una pelinegra alta con un delantal de cocina salió del pasillo tarareando muy alto una canción y bailando.
Ella se encontró sonriendo por eso sin darse cuenta, la mujer iba a pasar de largo para la administración, pero sus ojos conectaron con los de Namjoo.
Y por ridículo que sonara, Namjoo sintió que se había quedado sin aliento (esta vez no era por su creciente ansiedad), la mujer era probablemente la mujer más hermosa que había visto nunca.
Como buena lesbiana, era débil por unos ojos lindos, y estaba haciendo contacto visual los más lindos (y agresivos) que había visto.
- "Lo tengo, sé quién eres tú" – dijo por fin como si fuera una revelación grande, sonrió acercándose a Namjoo.
- "¿Me conoce?" – ¿era posible estar más sonrojada? ¿Dónde estaba la recepcionista cuando se necesitaba?
- "Eres la florista, la amiga que hizo Jungha – dijo con obviedad, mientras miraba la esfera de cristal, escrutando hasta el más mínimo detalle, y algo no la convenció no lo exteriorizó – originalmente el plan que tenía era declararse".
- "¿Iba? ¿en pasado?" – frunció el ceño.
- "Si, nos enteramos de cosas interesantes hace un rato, de hecho, se supone que no deberías estar acá. El pedido ya no es vigente" – dijo por fin mirándola otra vez, recargándose en el mostrador haciéndole ver algo intimidante.
- "¿Por qué? – hizo un puchero un poquito molesta, Jungha estaba muy ilusionada cuando le escribió temprano – ¿qué sucedió?".
- "Nunca le habíamos preguntado a nadie sobre eso, creo que fue nuestro error. Historia corta e irrelevante, pero me contó que tiene una pareja de años – Namjoo hizo una mueca con eso – que justamente la había dejado a su novia en el trabajo antes de venir al centro. Jungha estaba por arrancarse todo el cabello de la cabeza, te estuvo llamando, como no atendiste la llamada, se fue a la florista ella misma"
- "No tenía batería... – murmuró apenada – creo que debería irme entonces. Muchas gracias por la información, ¿señorita...?".
- "Mi nombre es Kim Seojin, doy clases de cocina acá en el centro, seguramente adivinaste por mi delantal, antes tenía uno que decía 'Chef Kiss', pero no quería desilusionar al público cuando no pudieran reclamar su beso – hizo un ruido que debería haber sido una risa corta, pero sonó más a un limpia parabrisas – oh diablos, yo estoy dando una clase" – pareció acordarse de repente.
- "Deberías ir, Seojin-ssi. Gracias nuevamente" – pero la reverencia fue interrumpida por la pelinegra jalando su brazo hacia el área de salones.
- "No tienes nada que hacer Namjoo-ssi, ¿cierto? Hoy serás mi asistente en la clase" – ofreció, pero, era más afirmación que un ofrecimiento a la más alta.
- "¿Yo? No, no. Yo debería-".
- "Te vas a divertir muchísimo, Joo-ssi. Mis clases son lo mejor de este mundo".
Y antes de que pudiera entender que estaba sucediendo, Namjoo estaba con un delantal y un gorro ayudando a Seojin a dar su clase.
Namjoo pudo haberse negado.
Pero Namjoo no lo hizo, porque no quiso negarse.
¿Un lapsus de valentía o las bajas defensas que tenía contra las mujeres muy bonitas?
lavanda, rosa.
este delicado color de rosa significa encanto y amor a primera vista , ideal para un romance floreciente.
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