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Capítulo Seis

-Espera -moviéndose a la velocidad del rayo, Goku se colocó frente al panel de botones por segunda vez.

Ella abrió la boca para protestar, pero él se adelantó: -No tienes por qué salir corriendo.

-¿Ah, no?

En su voz había una nota de histeria... o de humor, él no lo sabía con certeza; no la conocía lo suficiente como para saberlo.

-Creo que deberías pensarlo antes de tomar una decisión - murmuró, inclinando la cabeza para olerle el pelo.

Ella dio un paso atrás y él la siguió hasta que su espalda chocó contra la pared. No iba a apartarse a menos que ella se lo pidiera, y no estaba diciendo nada en absoluto. Fuera lo que fuera lo que había nacido entre ellos, era mutuo, ninguno de los dos podía disimular.

Levantó las manos, sin dejar de mirarla a los ojos, para besarle el pulso de las muñecas antes de enredar los dedos con los suyos lenta, sinuosamente. Una erótica imitación de cómo sus cuerpos se moverían cuando la hiciera suya...

-¡Espera! -gritó ella, apartando las manos para frotarse las muñecas como si hubiera estado atada-. No
puedo...

-Cálmate.

-No, por favor, no te acerques.

Él dejó escapar un suspiro, la farsa tenía que terminar, era hora de decirle que lo sabía.

-Lo has leído -murmuró la pelinegra-. No solo las primeras líneas, no, has leído todo el capítulo.

-No podía dejar de hacerlo, lo siento, debería habértelo dicho esta mañana.

-Sí, deberías.

-¿Y eso habría cambiado algo?

-Sí... no -Milk sacudió la cabeza-. No lo sé. ¿Cómo voy a saberlo?

-¿Entonces, era una fantasía o un sueño?

-Un sueño. ¿Por qué iba a fantasear contigo si no te conozco de nada?

Goku sonrió. -Parece que nos conocemos bastante bien.

Ella hizo una mueca. -Llevo años escribiendo mis sueños -admitió por fin. Pero no le habló de las sesiones con el terapeuta-. Hacen aflorar cosas del inconsciente y te ayudan a entenderte a ti mismo. No tiene nada que ver contigo.

El rubio inclinó a un lado la cabeza.-¿Tú qué crees que quería decir?

Ella había estado investigando las teorías del sueño y, según ellas, el problema era que no había amor en su vida y tenían razón. Los sueños en los que aparecía comida, particularmente fruta jugosa como fresas, moras o frambuesas, se asociaban con la sexualidad.

Sí, se trataba de frustración sexual, pero no iba a decírselo a Goku, y tampoco iba a decirle que nunca había tenido un sueño tan explícito.

-No tengo ni idea -murmuró.

-Sueño erótico o no, hay una atracción entre nosotros. Tú la sientes también, admítelo. No voy a dejarte salir del ascensor hasta que lo hagas.

-Muy bien, es verdad, pero ha sido una indulgencia momentánea.

-Quiero verte fuera de la oficina y te aseguro que no será momentáneo.

El brillo de deseo en sus ojos era irresistible, pero tenía que ser práctica. Nada iba a convencerla para que olvidase sus sueños y sus objetivos, ni siquiera Goku porque tenía la impresión de que podría cambiar esos objetivos a conveniencia.

-Me marcho del país y no quiero empezar nada...

-Cariño, esto ya ha empezado.

-Eso no significa...

El timbre del móvil la interrumpió. ¡Salvada! Milk lo sacó del bolso y respondió, dándole la espalda.

-Milk, soy Bulma.

-Hola, Bulma.

-Tengo un problema. ¿Podrías seguir ocupando mi puesto durante unos días más?

-Sí, claro -respondió -. ¿estás bien? ¿fuiste al médico?

-No te lo vas a creer: tengo varicela. El médico me lo ha confirmado hace una hora.

-Pobrecita, te llamaré de camino a casa. ¿Necesitas algo?

-Gracias, pero no necesito nada. Voy a desconectar el teléfono y a dormir durante horas. He intentado hablar con Goku antes de llamarte, pero no contesta al teléfono.

-No te preocupes, yo se lo diré. Llámame si necesitas algo, a la hora que sea.

Milk cortó la comunicación, pero no se dio la vuelta. No quería que Goku la distrajese ni distraerlo a él. El recuerdo de esos últimos minutos seguía haciéndola temblar.

¿Cómo iba a seguir en la oficina? Aunque ese dinero extra le iría muy bien...

-¿Qué ocurre? -preguntó él.

-Era Bulma -murmuró la pelinegra, guardando el móvil en el bolso.

-¿Y bien?

-Tiene varicela.

-¿Varicela? ¿Los adultos tienen la varicela?

-Parece que sí.

-Una pena -murmuró Goku, pensando que tendría a Milk en la oficina toda la semana, pero no en su cama, como había anticipado, porque él no se relacionaba con sus empleadas.

-Bulma ha intentado ponerse en contacto contigo, pero no respondías al teléfono. Dadas las circunstancias, buscaré a otra persona.

-No, quiero que te quedes -suplicó él-. Yo necesito una ayudante y tú necesitas trabajo. ¿No te vendría bien el dinero?

-Sí, pero...

-Entonces, te espero mañana a las ocho. Milk, eres una profesional, puedes hacerlo, piensa en Londres, en ese viaje a París.

-No pensaba ir a París.

-Todo el mundo piensa en ir a París.

-No, yo no -ella se mordió los labios-. Quiero ir a Roma y tal vez a Florencia -añadió, volviéndose para pulsar el botón.

-Entonces ¿no quieres que nos veamos fuera de la oficina?

-No, y quiero que me devuelvas mi prendedor, por favor.

Él sacó el prendedor del bolsillo.-Esto no va a funcionar.

-Soy tu empleada, existe una atracción entre nosotros, pero debemos olvidarnos de ella y...

-¿Tú crees?

-Sí.

-¿De verdad crees que podremos hacerlo?

-Estoy segura.

-Me gusta tu optimismo.

Cuando llegaron al aparcamiento, ella giró a la izquierda, sus tacones repiqueteaban sobre el pavimento.

-Estoy segura de que tú puedes hacer lo mismo. Los dos somos personas responsables.

Personas responsables, con el cielo lleno de estrellas sobre un océano en calma y la mujer a la que acababa de besar a su lado, ser una persona responsable era lo último que Goku tenía en mente.

La azabache se detuvo abruptamente, abrió la puerta del coche y tiró el bolso en el asiento del pasajero.

-Buenas noches.

Unos mechones de pelo se le movían con la brisa. Sus labios estaban un poco hinchados, como esperando otro beso, y respiraba con cierta agitación.

La noche tropical estaba hecha para el amor y, por una vez, Goku no quería ser profesional ni responsable, si fuese una cita, estaría desabrochándole el primer botón de la blusa.

No, la tendría desnuda y gimiendo debajo de él. Después de todo, sabía lo que le gustaba, ¿no?

-Muy bien, lo haremos a tu manera -asintió por fin-. Así que buenas noches, Milk. ¿Es lo bastante formal para ti?

Ella asintió con la cabeza, aunque parecía un poco decepcionada, a su pesar. -Buenas noches.

-Nos vemos por la mañana -él cerró la puerta del coche y la vio salir del aparcamiento.

Seguía dolida con él por haber leído el diario, pero daba igual que quisiera negar la atracción que había entre ellos, al día siguiente hablarían del asunto y le dejaría claro que sus planes para ir a Paoz la semana siguiente la incluían a ella.

~♡~

Milk miró por el retrovisor para comprobar que Goku no la seguía y se detuvo en el arcén para intentar calmarse.

«Santo cielo».

Había conseguido apartarse a tiempo, pero temblaba de arriba abajo. Le había hecho el amor con las manos como ella describía en el sueño... la única diferencia era que no estaba desnuda o tumbada en una suave alfombra que no existía en su casa en realidad. Y él también sabía eso.

Ella se llevó una mano a la frente, había leído su diario, lo sabía todo, ¡maldición!. Seguramente había estado observándola cuando no se daba cuenta, imaginando las cosas
que describía... Y besaba como en su sueño.

Suspiró, recordando el roce de sus labios, cómo le había enredado los brazos en el cuello y prácticamente se había aplastado contra él. La había dejado hacer el ridículo, no, lo había hecho ella solita enviando el correo equivocado. ¿Qué hombre habría dejado de leer después de ver las primeras líneas?

Como había aceptado seguir trabajando hasta que Bulma estuviese recuperada, no podía llamar para decir que había cambiado de opinión. Su orgullo no se lo permitía, y el sueldo de una semana más de trabajo sería más que bienvenido. Además, ella era una persona responsable y no estaba dispuesta a defraudar a nadie, particularmente a Bulma, su única amiga.

Pero aquello con el jefe, su jefe, no podía continuar porque afectaría a su relación profesional y a su capacidad para hacer el trabajo, al día siguiente le diría a Goku que la situación era
imposible y que no habría más besos.

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