Me costó horas y la intervención de Beth para conseguir el permiso de salir.

Las carreras se organizaron en la otra punta de la ciudad por obvias razones. Ulises dijo que él ya estaba esperándonos en compañía de Andrea. Los trillizos parecen haberse fusionado a la anatomía de Neptuno desde, según él, ayer.

—¿Neptuno tiene lunas? —pregunta Plutón.

—Sí..., tiene catorce. Una de ellas es la más grande del sistema solar —contesta Venus.

—¡Cállate, Venus. No le digas! —exclama Nep.

—¿Tritón? —pregunta uno de los trillizos.

—Mejor usemos las lunas de Urano —farfulla Nep.

—¿Urano? —pregunta un confundido Júpiter—. Pero... Ah, claro.

—Titania —asiento en dirección de Verde Limón—. Miranda —miro a Rosa Intenso—. Y Ariel —finalizo con Azul Marino.

—Ahh... ¿Nos estamos perdiendo de algo? —inquiere Titania—. Porque parece que nos estamos perdiendo de algo.

—¿Alguien tiene agua? —pregunta Marte, haciendo caso omiso a los chicos.

—¿No deberíamos esperar a que terminen las carreras y la prueba de Van? —interrumpe Júp.

—Estamos haciendo preparativos —dice Plut—. No queremos estar desprevenidos.

—Enserio —inquiere Titania nuevamente—. ¿Qué carajos...?

—Están intentando bautizarlos —dice Beth con una suavidad impropia de ella.

—Bautizarnos. —Repite Miranda.

El extremo Oeste de la ciudad es un abandonado llano de hierba y caminos de tierra que se extiende por kilómetros y kilómetros.

Hay luces de neón portátiles plegadas a las viejas señales de carretera y a los postes de madera que se mantienen en pie.

—A mil cuatrocientos millones de kilómetros del sol —escucho a mi izquierda— se encuentra la joya del sistema solar...

—Terry, como completes ese discursito...

—... Es el nombre que se le ha otorgado al gigante anillado, Saturno —continua como un pendejo—, por sus espectaculares y brillantes anillos que lo caracterizan. Los anillos de Saturno fueron descubiertos por el astrónomo Galileo Galilei en mil seiscientos diez. Y solo basta apreciarlos de cerca para deleitarnos con nuestra mirada...

Lo miro con un deseo asesino que al muy cabrón se le resbala porque estalla en carcajadas mientras pasa por mi lado y se sitúa junto a Marte.

—¿Esto pasa muy seguido? —pregunta Ariel, abriendo la boca por primera vez en toda la noche.

—Nah, miré un documental en YouTube hace rato —contesta Terry con el brazo sobre el hombro de Marte—. The Curious Español tiene unos videos impresionantes.

—¿Enserio? —pregunta Júp con sarcasmo apenas contenido.

—Sí, Júp, enserio. Tan enserio como tu amor por...

—Si valoras tu vida cállate —lo corta con frialdad.

—Bien —asiente Terry, luego:—. Lo que sucede es que yo no valoro mi vida. Así que...

—Terry como no te calles usaré tu trasero para orinar a partir de hoy —amenaza Júp.

—No creo que sea mi trasero el que quieras usar para cualquier cuestión relacionada con tu pene —replica Terry.

—Estoy tan arrepentido de esto —murmura Miranda.

—¿Es muy tarde para arrepentirnos por todas nuestras malas decisiones? —cuestiona Ariel.

—Nacimos —dice Titania—. Por supuesto que es tarde.

Hay menos gente que el día de ayer y con razón. No veo ningún integrante del equipo rojo, a pesar de que ellos no corren en la categoría, siempre se les veía apostando. Me siento ligeramente culpable.

—Ahí está Ulises —anuncia Venus.

Un chico de tez morena y cabello castaño oscuro ondulado está mirándonos fijamente a todos. Tiene huevos. Una chica está a su lado, pelo negro, tez blanca y unos profundos ojos azules, debe ser Andrea.

—Van —asiente el moreno.

—Ulises —asiente Venus en respuesta.

Júp resopla y Ulises lo mira con unos enormes ojos color avellana llenos de curiosidad. Maldita sea, me gusta Ulises.

Pasea la mirada y la detiene por una milésima de segundo sobre los trillizos. Levanta una ceja y se vuelve en dirección de la pelinegra.

—Ella es Andrea —dice con suavidad.

—¡Hola! —saluda la chica con efusividad.

—Hola —responde Venus, porque es Venus y por algún extraño motivo todos asumimos que en términos de legalidad cuestionable él está a cargo.

—Y bien —dice Júp, después de un tenso silencio—. ¿Quién de ustedes sabe correr?

—¿Por qué esto parece una entrevista para un trabajo? —Ariel les pregunta a sus hermanos en un susurro.

—No sé —responde Miranda—. Y no quiero averiguarlo.

No se me dificultó mucho aprender a diferenciarlos, aprendí que: Titania es el más astuto y observador; Miranda es más hiperactivo, curioso y descuidado: y Ariel es más callado, pero es más inteligente y tiende a pensar antes de actuar, algo que lo diferencia de sus hermanos, pero sobretodo de Miranda.

—Ambos —Ulises le dice a Júp—. Aunque Andrea es mucho mejor que yo.

—Perfecto —dice Júp con tono alegre y se gira hacia Venus—. No necesitamos al mocoso.

—¿Mocoso? —cuestiona Ulises.

—Cállate, James —advierte Venus con hastío.

—¿Huelen eso? —pregunta Plutón y hace un movimiento raro con la nariz.

—Hum, no... —responde Terry—. Uy, espera. Sí. Huele a...

—El Rey Tuerto —interrumpe Nep—, de Edwin Fadiman JR. Es una obra impresionante. ¿No te parece, Franco?

—Vaya que lo es —responde Ariel—. Y si me preguntas, en realidad Jane se merecía todo lo malo que le pasó, literalmente le generó traumas indescriptibles a Claude, y no conforme con eso, le pidió a Thad que lo enviara a un internado y...

Todos lo estamos mirando fijamente, exceptuando a Nep, quién tiene el rostro entre sus manos y parece lamentarse de todo, me parece escuchar algo como "Dios mío, ¿Por qué nací?" Pero no estoy muy seguro.

El resto de la noche transcurre con tranquilidad. Tranquilidad de esa donde simplemente pasa lo que debe pasar sin ninguna clase de problema, como que alguien choque o avisen a la policía sobre carreras ilegales otra vez.

Venus no deja de mirar su celular con expresión ceñuda mientras Júp lo ve con la misma expresión a él.

Maldición, lo peor que puede pasar en un grupo de amigos es que haya un amor no correspondido. Y en este caso todos sabemos que enamorarse de Van De Las Rosas es la peor cosa que puedes hacer. Y no es por insensible, es porque Venus puede ser la persona más extrovertida si se lo propone, pero por más que se intente, nunca se lo puede sacar de su zona de confort si es que ya se metió de lleno. Y su zona de confort no es nada más ni nada menos que un joven empresario de veinticinco años del que dice estar enamorado. Es una falacia total, Venus se acostumbró a él y él siempre vuelve a Venus porque sabe que siempre lo recibirá sin importar qué. Y sí, ya intentamos de todo para que vea que un hombre que solo lo busca cuando le dan ganas de besar a otro hombre no es alguien que lo ame de verdad, pero es más fácil hacer que una piedra logré bombear sangre a que Venus vea que está parado en un cráter.

Aunque Plutón tiene una de esas expresiones que dicen que lo ve absolutamente todo y está preparando un plan maestro para arreglar la situación que atormente a cualquier persona a su alrededor. Es una de sus cualidades y a la que Marte y Terry se sumaron hace tiempo, tal vez eso explica por qué están hablando casi a susurros entre ellos. No le habría tomado importancia si no fuera porque me miran casi con la misma insistencia con que miran a Venus y a Neptuno.

Cómo deseo que el suelo se abra bajo mis pies y me absorba. Sea lo que sea, sé que no me gustará.

De la nada Venus apaga su teléfono y lo guarda en el bolsillo trasero de sus vaqueros con un gesto que no presagia nada más que indignación y furia.

[NOTA DEL AUTOR:
En el próximo capítulo tendremos el privilegio de conocer un poco la mente de Venus :0
¿Pueden divinar quién es el interés amoroso de Terry?
No olviden votar y comentar pues me apoyan y alientan a seguir escribiendo :D.
P. D. Pueden seguirme en instagram como mc_books60 para datos curiosos de los personajes y/o historias.]
Aquí abajo les dejo el vídeo del que hablaba Terry.