Capitulo 10
Estaba convencida de que los días libres no tenían precio. No había nada mejor que dormir hasta la hora que quisieras y andar con las ropa más ancha y cómoda simplemente porque nadie podía juzgarte en la cómoda estancia de tu hogar.
Esa clase de paz no tenía ningún precio.
Podía criticar todo sobre el manicomio que tenía como instituto, pero si había algo de lo que no podía hacerlo era de su día libre a la semana, era un detallazo por parte de la directora a decir verdad.
El olor de comida casera inundaba la casa, lo que significaba que ya debía ser la hora del almuerzo y a juzgar por el canto del gallo de la vecina-el cuál se llamaba Pikolino-ya era medio día.
Podría haber ignorado el canto del gallo fácilmente, pero lo que si no podía ignorar era lo alborotadas que se pusieron mis tripas con el olor a comida, parecían tener vida propia, así que poniendo todo de mí, me deslicé fuera de las sábanas, para asearme y bajar.
Con la lentitud digna de una caracol, bajo las escaleras, pues mi cuerpo aún está procesando que hemos salido del mundo de los sueños. Al llegar al final, el timbre suena y me es imposible no soltar un gruñido, camino de mala gana unos pasos más para abrir la puerta y la imagen que me encuentro del otro lado hace que mi cuerpo despierte y mi humor cambie.
-¿No lo ves un poco extremista, venir a mi casa?-le reprocho en voz baja, no quiero que mi familia me escuche -¿no te basta con fastidiarme en el instituto sino que ahora vienes a mi casa como un psicópata?
Charly sonríe de medio lado, mientras niega divertido.
-Medidas desesperadas, requieren acciones desesperadas.
Dios mío, dame paciencia.
-Desesperado vas a correr calle abajo cuando llame a la policía por acoso.
Suelta una carcajada, desconcertandome un poco por su sonido, es ronca, varonil y lastimosamente tengo que admitir, también sexy. Cierro la puerta tras de mí con cuidado de no hacer ruido y lo observó con el ceño fruncido, seria.
-No veo lo gracioso.
-Calma fiera, solo he venido para hablar-dice, metiendo sus manos en los bolsillos.
Enarco una ceja desconfiada.
-Tu y yo no tenemos nada de qué hablar.
Dictamino, cruzandome de brazos, lo que es un error, porque su mirada no se pierde la acción, mirando hacia abajo y es cuando recuerdo que estoy en pijama, mi blusa es de tirantes y no llevo brasier.
Santo Dios.
-Hey, pervertido, mis ojos están aquí arriba-suelto avergonzada y enfadada en partes iguales.
Inmediatamente sube la mirada a mi rostro, pero al ver que lo miro con mala cara, la desvía, sonrojandose.
-Yo... tú...Solo-suelta un suspiro, exasperado, que me produce cierta gracia-¿Estamos bien o...?
Bufo, harta.
-No necesitas mi perdón, Charly, de igual forma debemos trabajar juntos y no hay nada que yo pueda hacer para cambiarlo-doy un paso atrás, tomando la perrilla y abriendo la puerta-Oh y por cierto, agradecería que dejaras de poner cosas en mi casillero-me mira con el ceño fruncido, en silencio- y hablo en serio.
Y tras decir eso cierro la puerta tras de mí.
Suelto un profundo suspiro antes de caminar hacia la cocina donde mi papá y mi hermano se encuentran sentados en la mesa mientras mamá sirve el almuerzo, me apresuro a tomar mi asiento.
-¿Quién era, princesa?-pregunta mi padre, mirándome fijamente.
Fijo mi atención en mi plato cómo si fuese lo más interesante del mundo.
-Los vendedores de biblias-miento despreocupada.
Mamá suelta una risa baja, haciendo que la mire de inmediato, ¿he dicho algo gracioso?
-Fíjate tú, yo no sabía que los vendedores de biblias vistieran shorts y playera-abro los ojos sorprendida-¿quién era el muchacho?.
-Su novio-dice mi hermano por primera vez, aún con la vista en el celular, solo para hechar leña al fuego.
Dios me libre.
-No-lo miro mal-No era nadie papi, solo un compañero del instituto.
Papá sigue mirandome fijamente, cómo analizando si he vuelto a mentir o no. Sinceramente no es una mentira, porque en teoría si es mí compañero de instituto, solo omito la parte donde el me deja notas con rosas en mi casillero a cambio de mi perdón, ya que al decirlo, querrá saber porque lo quiere y estoy segura que al enterarse es capaz de ir buscarlo con revolver en mano.
Es mejor prevenir que lamentar, no quiero cargar con muertos en mi conciencia.
-Esta bien-acepta por fin, haciendo que suelte un suspiro de alivio disimuladamente.
El almuerzo se pasó entre bromas por parte de papá, sobre cómo Kevin, mi hermano, quedará ciego antes de los 20 y de cómo mamá tendrá que acompañarlo a todos lados para que no se pierda (ya que no sale de casa) y peticiones de mi madre hacia mí hermano, para que no use el aparato en la mesa, lo cual es en vano ya que Kevin no les presta ni la más mínima atención a ninguno de los dos.
Pero que puedo decir, amo a mi familia y no cambiaría estos momentos por nada.
🌸🌸🌸
Camino por los pasillos con rapidez pues voy tarde, odio que se me esté haciendo costumbre retardarme, eso de "él que madruga dios lo ayuda" me parece falso, ya que, me levanté muy temprano y aquí estoy de igual manera llegando tarde por culpa del transporte público.
Subo las escaleras del instituto de dos en dos sin mirar arriba, lo que provoca que al llegar al final choque con alguien que, supongo, tenía la intención de bajar, haciendo que pierda el equilibrio y me vaya hacia atrás.
¿Es en serio, Dios?
Cierro los ojos, en un intento barato de no ver mi vida pasar frente a mis ojos por el golpe que estoy segura me dejara invalida, sin embargo, al cabo de un par de minutos, no siento absolutamente nada, ¿Acaso ir al cielo es así?. Y es ahí cuando soy conciente que unas manos están alrededor de mi cintura y mi mejilla se encuentra aplastaba contra algo duro y con un olor embriagador.
Abro uno de mis ojos y veo que estoy en el pasillo al que iba, frunzo el ceño, Entonces si no me caí, ¿Quién...?
-Deberias tener más cuidado por dónde vas-una voz burlona me saca de mis cuestionamientos.
Esto debe ser una broma.
Me intento separar rápidamente de él, pero su agarre se intensifica, intento darle un rodillazo, pero intercepta mi movimiento, detenidome y riéndose de mí.
Idiota.
-¿Podrías alejar tus manos de mí?-gruño exasperada.
Charly comienza a caminar hacía atrás, aún manteniendome cautiva junto a su cuerpo, para después soltarme segundos después. Intento darle una segunda patada, pero me vuelve a esquivar haciendo que lo mire con rencor.
-Si te soltaba, ahí sí ibas a caer por las escaleras, kyra-informa burlón -un gracias no estaría de más.
Por más que lo odie, realmente tiene razón, si él no me hubiese atrapado, quizás la historia fuese otras y yo sería el titular del periódico escolar, "chica tiene trágico accidente en las escaleras del instituto".
De solo pensarlo, hace que mi corazón salte, lo cual no es tan bueno, no debo preocuparme por algo que no pasó.
-Gracias-suelto en voz baja.
Sus ojos se abren sorprendidos, para luego darle paso a una sonrisa maliciosa, la misma que esbozaba cuando quería hacerme molestar en el pasado.
-¿Qué has dicho?-pone una mano en su oído-creo que no te he escuchado ¿Podrías hablar más fuerte.
Blanqueo los ojos, aún así decido seguirle el jueguito.
-Claro-bajo un poco la voz, confidencial-he dicho que puedes irte al infierno.
Suelta una carcajada, que hace que quiera sonreír, pero todo rastro de diversión se va al escucharlo decir las siguientes palabras:
-Sigues siendo la misma.
Y es cuando me doy cuenta de que había bajado mis defensas.
Lo observó con fijeza con mil respuestas para darle rondando mi cabeza, aún así las reprimo, no merece la pena. Así que simplemente me doy la vuelta y comienzo a caminar lejos de él.
Por un momento yo también sentí que las cosas no eran tan tensas, pero todo solo fue una ilusión, siempre habrá algo que me recordará lo idiota que fuí al confiar en él y sus palabras son la prueba de ello.
Escucho sus pasos tras de mí tratando de alcanzarme, lo que hace que me apresure más, olvidando que, al fin de cuenta, solo hay un deportista entre los dos.
Su mano en mi brazo me hace detener y el simple contacto hace que suelte lo primero que se me ocurre para alejarlo.
-Primera regla de esto-nos señalo a ambos- no te me acerques más de lo debidamente necesario-advierto con voz dura logrando con éxito que me suelte-segunda; no somos amigos, nunca lo fuimos y nunca lo seremos y tercera, no intentes pasarte de listillo conmigo porque no soy la misma chica que conociste en el primer curso.
Dejo en claro, mientras lo miro seria.
Frunce el ceño.
-Solo fue una broma, kyra-sonríe con incredulidad-Te recordaba más amistosa-comenta medio en broma, pero a mí no me hace ni una pisca de gracia.
-Dudo que me recordaras, la verdad-suelto con sequedad- eso me lleva al cuarto punto; no me recordarás que nos conocíamos, para mí eres un extraño.
-Fuimos amigos, claro que nos conocíamos, kyra.
Suelto una risa irónica.
-No lo has entendido, Charly, tú nunca fuistes mí amigo y dudo mucho sepas lo que significa serlo.
-No hables cómo si lo supieras todo.- murmura entre dientes-te estás comportando cómo una arpía.
-¡Oh!, lo siento-finjo pesar-pero te recuerdo que esto lo provocaste tú solito.
Algo muy parecido al arrepentimiento le rnsombrece la mirada.
-Yo...-intenta hablar, pero lo corto.
-Déjalo ya, no quiero explicaciones baratas. No las necesito.
-Pero...
-No- lo interrumpo con brusquedad- ahora que todo ha quedado claro, me largo.
Doy media vuelta y paso por su lado con rapidez hacia las escaleras, ya no tiene sentido ir a clase, no me dejarán entrar.
-¡Tú y yo volveremos a ser los de antes, te lo aseguro!.
Promete, haciendo que me detenga por un momento.
-Ni en tus más profundos sueños, Charly, ni en tus más profundos sueños.
Nota de autora:
Hola, Hola linduras, ¿Qué tal? ¿Abrimos la seción de chisme de una vez?
*Se abre la seción de chisme*
¿Alguien vive cerca de alguien que tenga un gallo? Mera curiosidad 👀.
En lo personal, amo los días libres. realmente concuerdo con Kyra, eso no tiene precio.
Hablemos de Charly...
Amigo, creo que tú aún no has logrado decorar a mi encantadora Kyra, es momento de que saques rosas tus armas, bebé.
Ahora hablemos de Kyra...
Amiga, me haces tener sentimientos encontrados, de verdad necesito seguir viendo a dónde me llevará todo este berenjenal (cabe aclarar que mis personajes se escriben solos, así que ajá, yo también ando esperando a ver qué pasa).
Sospecho que Charly es un hombre que cumple promesas... No lo sé, quizás estoy se vuelva interesante.
*Se cierra la seción de chisme*
Bueno, bueno, hasta qui llegamos, nos leemos pronto, ciao.
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