Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Las esculturas de Jasón Wibe.

Historia: Mario Arturo Reyes Torres.

Portada: Ángel David Guzmán Mora


------------------------------------------------


Jasón Wibe nació en Winchester, Inglaterra. Fue a los 4 años cuando se fue a vivir con sus tíos a la ciudad de Cambridge, ¿el por qué?, jamás ha querido decirlo a nadie.

Cuando termino la preparatoria Jasón decidió estudiar por simple hobby la carrera de fotografía, al año termino la carrera técnica con una calificación inigualable.

Jasón era hijo de dos genios en la profesión que ejercían, tal genio fue heredado a su único hijo: Jasón. Por eso mismo Jasón era tan excelente estudiante, a sus apenas 18 años ya sabía hablar tres idiomas además del Inglés: Francés, Alemán e italiano, todos y cada uno de ellos con una pronunciación y un acento extraordinario, así que después de acabada la carrera técnica de fotografía y con la mayoría de edad cumplida se fue de la casa de sus tíos para vivir ahora en Londres, lugar donde estudiaría como escultor.

Pero a pesar de las buenas expectativas de Jasón, él tenía que vivir en una casa de estudiante ya que no tenía mucho dinero para si quiera el más pequeño de los departamentos, pero ese genio que tenía no sería mal gastado en cosas tontas como el buscar las modas de la época y mucho menos en saber cuál era la nueva canción lanzada por x imbécil sin talento, el solo quería buscar la forma más rápida de cómo salir de la pobreza.

-Profesor Charles, buenos días.

-¿Cómo te va Jasón? -pregunto el profesor de artes plásticas de la universidad de Cambridge.

-Pues usted sabe, estudiando toda técnica de escultura, para tratar de sacar unas libras.

-Como todos los artistas Jasón, como todos los artistas.

-¿Ya me consiguió el mármol que le solicite?

-Lamento decirte que no Jasón, es un poco caro y la escuela se niega a solventar tal gasto.

-No se preocupe profesor Charles, usted hizo su mejor esfuerzo, de ser necesario le pediré ese favor personalmente al decano de la universidad.

-Eres insiste Jasón, eso te puede llevar muy lejos, o a ningún lado.

Decía el profesor Charles mientras sacaba unas cosas de su maletín.

-Ya lo sé profesor, ya lo he podido comprobar en el pasado.

-¿Y ya tienes quien modele para ti?

-En realidad no...pero prefiero usar mi imaginación.

-Eso es ser elocuente, pero es mejor que alguno de tus compañeros modele para ti, ya que de lo contrario podrías echar a perder un trozo de mármol que ni de lejos podrías llegar a pagar.

-Lo se profesor, pero bueno, si me permite, tengo que ir a hablar con el decano, así que con su permiso profesor, que tenga buenos días.

Sentencio finalmente Jasón mientras tomaba su paraguas para irse. Estaba lloviendo ligeramente.

Sin embargo, a Jasón lo que le más le molestaba era que las cosas no estuvieran en su lugar, por ejemplo, si uno de sus compañeros le pedía prestado un lapicero y se lo devolvía con la tapa del lado contrario de como se lo había dado, Jasón incluso podía llegar a los gritos por una cosa tan insignificante para cualquiera.

Pero Jasón no era un cualquiera, él era una persona con una enorme inteligencia, pero sazonada de manera tan macabra que podía matar incluso con palabras.

Jasón finalmente después de una pequeña caminata de 5 minutos con 23 segundos llego a la oficina del decano.

Había contado el tiempo exacto en que había tardado en llegar usando su reloj de bolsillo. Así de enfermiza podía llegar a ser Jasón con el tiempo.

Jasón entro a la oficina y se limpió perfectamente la suela de los zapatos junto con la parte frontal de los mismos usando un pañuelo de seda que tenía que tenía en su bolsillo.

-un lluvioso día, ¿no lo cree decano?

-Así es Jasón...se a lo que has venido y déjame decirte que no podemos darnos el lujo de ese gasto. –dijo el decano mientras hacia una hueca de negación con los labios.

-Decano, me ofende profundamente al pensar que yo vendría a rogarle que comprara ese mármol que le pido.

Jasón había solicitado un mármol de 3 metros de largo y otros 2 de ancho, si fuera de un metro o dos de largo no habría problema alguno, pero la situación era difícil en la escuela, tenían cosas más importantes que pagar.

-¿Entonces a que has venido?

-Muy simple, por los papeles que están en la mesa veo que la escuela está pasando por malos momentos, que la reina ya no destinara tanto presupuesto a jóvenes sin talento que solo juegan a esculpir cualquier porquería que vean, a chicas sin idea alguna de lo que es belleza autentica y verdadera, que buscan posar solo por querer mostrar un voluminoso cuerpo que poco les sirve con tan poco ingenio, vine a discutir de eso.

El decano solo se tumbó sobre la silla a tal afirmación de Jasón.

-Esa información pocos profesores la saben...¿Cómo es que tú?

-Simple, porque soy observador, solo por eso.

Aunque al decano le doliera, Jasón decía una verdad más que absoluta.

-Por eso mismo decano le vengo a pedir que no vea la petición que le hizo como un simple capricho mío, ¡que horro!, véalo como una inversión, cuando termine la escultura se la obsequiare a la escuela con tal de que la venda y sus problemas se vean resueltos, solo debe decidirlo.

-Bueno es que...es que yo no sé cómo responder.

-Simple, en mi cartera tengo el subtotal que la compañía me hizo para comprar ese pedazo de cielo, el resto está en sus manos.

El decano estaba sudando ya que si Jasón llegara a triunfar la escuela se salvaría de un enorme problema económico.

-¡¿Qué decide decano?! –pregunto Jasón en un tono amenazador.

El decano sentía como se Jasón le estuviera apuntando con una pistola a la cabeza.

-¿Estás seguro que puedes hacerlo Jasón?

-Decano...esa pregunta me molesta muchísimo. –dijo Jasón con tanta soberbia y orgullo.

-¿Cuánto será lo que se debe pagar?

-100 libras Decano.

Aunque no lo parecería 100 libras sacaría de muchos aprietos a la universidad.

-Está bien, pero como no funcione tendrás que devolver cada penique de esa cantidad, ¿quedo claro?

-Como el agua, decano, como el agua.

Jasón se marchó con las 100 libras en su bolsillo sonriendo de tal manera que asustaría a la misma muerte.

Una vez que llego el enorme bloque de mármol a la escuela, Jasón pidió que lo pusiera en un salón donde solo él tuviera la única llave.

Quería que su trabajo permaneciera en absoluto secreto.

Una vez que tenía los materiales para trabajar se puso a martillear en enorme bloque.

Pasaron semanas en donde Jasón se encerraba por largas horas en ese salón, solo se podía escuchar las sinfonías de Beethoven y Mozart ya fuera en la mañana, tarde o incluso a las dos de la mañana.

Dos meses de jornadas agotadoras dieron frutos, una vez que termino los detalles finales a la enormes escultura Jasón tiro el martillo y el cincel y comenzó a reír elegantemente mientras se sacudía el polvo de su ropa.

"C'est magnifique" dijo Jasón para después salir corriendo del salón para buscar al decano.

Pero accidentalmente dejo la puerta abierta y los curiosos entraron aclamado que aquello que veían solo podía ser obra del mismísimo Miguel Ángel.

Pero eso no era ni de lejos posible ya que él había muerto hace más de 400 años.

-¡Esta listo, decano, la escultura esta lista!

-¡¿Lista?!

El decano se levantó de su asiento y corrió junto con Jasón al salón de clases.

Pero una multitud bloqueaba el paso.

-¡¿Qué demonios hacen aquí todos?! –grito Jasón con una furia tal que haría arder los fuegos del infierno.

-¡Largo, fuera de aquí todos ustedes! –Jasón hasta empujaba a sus compañeros para quitarlos de en frente mientras les gritaba enardecidamente que se marcharan del lugar.

Todos hicieron lo que Jasón dijo ya que negarse a lo que el pedía seria equiparable a rogar por la muerte.

Una vez todos se habían marchado del lugar Jasón cerró la puerta tan fuerte que hasta agrieto la puerta.

-Y henos aquí, perdón por lo de hace rato, me salí de mis casillas por completo. –dijo Jasón mientras se acomodaba el cabello. -¿Qué le parece?

El decano permanecía en silencio mientras miraba la escultura por todas partes.

-¿Qué le parece? –repito Jasón ahora más impaciente.

Sin embargo el decano parecía ignorarlo, estaba perdido en los detalles de la escultura.

-¿Qu-quien poso para la escultura?

-Un amigo de la preparatoria, sus detalles son tan exactos que si estuviera pintada me confundiría con él.

-¿Y cuando estuvo aquí tu amigo?, nunca escuche ninguna voz.

-El falleció hace varios años...se suicidó por cosas de amor.

-Que tragedia, ¿esto es un homenaje?

-Algo así, no lo sabría decir muy bien.

-¿Y cómo llamaras a este apuesto muchacho? –dijo el decano con una sonrisa en su boca.

-"El fuerte"

El decano borro la sonría que tenía y miro confundido a Jasón. La escultura era la de una persona sumamente delgada y acomplejada físicamente hablando, mientras estaba de pie tenía la mano izquierda en su barbilla y con la derecha apuntaba en un ángulo de 45 grados y con una corona de laurel que iba de oreja a oreja por detrás de la cabeza, así como una antigua escultura griega.

-¿Por qué el fuerte?, si este chico se ve que no podría ni levantar una mesa.

-No es por la fuerza física de donde proviene el nombre...es por la fuerza con la que tenía que golpear el mármol para darle forma, es un material muy duro y muy fuerte.

El decano hizo una sonrisa ya que ahora entendía el nombre tan irónico.

-Aunque se vea débil, Lion tenía un alma de mármol, dura de romper...pero pudiéndose romper, al fin y al cabo.

-¿Quién es Lion? –pregunto el decano.

-Ese era el nombre de mi amigo, así que ahora véndala y pague las deudas de la escuela, y también deme mi título como licenciado.

-Pe-pero no has terminado la carrera.

-Créame decano, se más de esculturas que todos en esta universidad, mis horas en la biblioteca no fueron en vano, ya adelante todos los libros de todas las clases, así que no veo sentido seguir en la escuela.

El decano simplemente se quedó paralizado mientras Jasón se iba del salón, era obvio que por la perfección de "El fuerte" Jasón estaba a años luz de todos los alumnos y profesores de la universidad.

Evidentemente sin esperar un solo segundo más el decano llamo al museo de mayor valor en toda Londres para que vinieran a ver semejante obra de arte.

Después de tres horas llegaron los expertos The National Gallery en Londres lo único que se escucho fue el sonido de sus quijadas contra el suelo al ver semejante espectáculo.

Pasaron horas, horas las que observaron cada detalle, cada parte de la escultura.

-Esto debió ser hecho por 10 genios sin duda

alguna. –dijo uno de los expertos en escultura.

-¿Esto lo hizo alguno de los estudiantes? –pregunto otro experto.

El decano se quedó pensado por alguno segundos, sin duda alguna si decía que él la había hecho se le traería mucho reconocimiento a nivel nacional o quizá hasta internacional y mucho dinero del que podría caber en sus bolsillos.

Al final la avaricia pudo con él.

-No, la hice yo solo. -dijo convenidamente el decano.

¿Pero qué le diría a Jasón al saber que traiciono su confianza? Esa era una pregunta que se formuló rápidamente el decano al ya no saber que pensar.

-¡50 000 libras! –Ni un penique más ni un penique menos.

-¡Vendida! –exclamo energéticamente el decano.

Un lapicero empezó a sonar firmando un cheche por la jugosa cantidad de 50 000 libras. El decano no hubiera tenido éxito de no ser por Jasón...pero había traicionado la confianza de su mejor alumno, ¿Qué iba a hacer él?

En realidad, poco lo importo cuando le dijeron que lo llevarían a una rueda de prensa para que el mundo entero lo conociera a él y al fuerte.

Pasaron varios días y las ganancias de la escuela estaban en un auge que si pudiera ser medido con un termómetro este hubiera estallado.

Jasón solo leía en el periódico el enorme éxito que tenía el decano al robarse la patente de su creación. Pero poco le importaba a Jasón ya que pronto se la cobraría muy caro al decano que por obvias razones había estado evitando a Jasón.

Jasón estaba planeando con suma cautela como movería la primera pieza del juego.

Una vez en la universidad Jasón se dirigió energéticamente hacia la oficina del decano cuya puerta ni siquiera toco, solo la abrió así sin más.

-¡Jasón!, que sorpresa verte aquí.

El decano empezó a sudar frio al momento de ver a Jasón entrar por la puerta.

-Sabe que a mí no me gustan los rodeos, así que el 50 % de las ganancias de "El fuerte" me pertenecen.

El director solo trago saliva con la mente en blanco.

-Porque estoy seguro que al igual que yo no quiere que lo vean como...un fraude y un impostor.

Las palabras de Jasón fueron como un corte en el pecho con una enorme espada.

-El 50 % es mucho, ¿no lo crees Jasón? –dijo el decano con una voz y brazos temblorosos.

-creo que hasta estoy siendo amable con usted, en realidad podría pedir el 100% de todas las ganancias con solo hacer una llamada a "The Times", (periódico más famoso de Reino Unido), tengo el poder de cerrarle toda puerta al mundo artístico, su puesto de decano seria arrebatado de sus manos y su reputación como "el mesías de la escultura" se iría directo al desagüe, ¿así que usted qué opina?

-Si-si has venido a chantajearme Ja-Jasón, estas muy equivocado. –dijo el decano con la mano temblorosa mientras apuntaba a Jasón.

-¿Chantajearlo?, no, no, no, no, no. Lo que yo vine a hacerle es una propuesta, una propuesta de salida- Jasón avanzaba a pasos agigantados a la mesa del decano. –Una salida de sus problemas, solo firme aquí con su pluma fuente que compro en alguna tienda de segunda mano.

-¿Cómo es que sabes eso?, ¡¿Cómo es que sabes dónde compro mis cosas?!, ¡¿acaso me sigues?! –Le grito el decano a Jasón.

-No sea ridículo, por el tipo de pluma y por la marca puedo decir que la compro hace más o menos 20 o 10 años...antes de que la compañía cerrara por completo. Y eran plumas de segunda mano, por eso es que lo sé.

El decano no podía simplemente expulsar a Jasón ya que eso sin duda lo enfurecería y sin duda lo demandaría por robar el crédito de una obra de arte, ni podía ignorarlo ya que podía hacer lo mismo.

En pocas palabras el decano estaba contra la espada y la pared.

-¿Ya tomo una decisión?

El decano tomo la pluma de su escritorio y firmo un cheque por la cantidad que exigía Jasón.

-Espero que estés satisfecho. –dijo el decano muy molesto.

-No tiene por qué molestarse, al contrario, el que debería estar molesto soy yo...pero no es así, solo reclamo lo que usted me robo.

El decano había olvidado completamente por que la discusión había empezado. Él le había robado todo el crédito a Jasón, además de por lo menos unas 35 000 libras más.

Solo podía sentirse peor que escoria.

-Jasón...por favor perdóname, yo no pude contenerme.

-Si no lo hubiera perdonado, lo habría demandado cuando leí que usted se robó mi crédito al día siguiente que le mostré la escultura. Todos cometemos pecados, ¿no es así?

A pesar de la atrocidad que le había hecho a Jasón al traicionar su confianza y al robarle bastante dinero a un chico que vivía en la casa de estudiantes con lo justo para comer era un peso muy enorme que el decano tendría que cargar para el resto de su vida.

El decano solo cayó sobre sus rodillas, mientras lloraba a borbotones y le gritaba a Jasón "gracias, gracias por ser tan misericordioso".

Si Jasón hubiera delatado al decano su vida académica y artística no solo habría terminado. Una sentencia de 10 años por fraude le hubiera podido caer al decano. Jasón había sido como Jesús al alimentar al pueblo con pan y pescado.

Un hombre que veía por el bien de los demás.

Pasaron algunos días desde aquel incidente con el decano cuando Jasón leyó en el periódico matutino.

"El decano de la universidad de artes visuales fue encontrado muerto esta mañana, se cree que fue un suicidio"

La noticia no lo abrumo para nada, al parecer la culpa pudo con la estabilidad mental del decano, pero eso no era ni de lejos lo más importante escrito en la nota del periódico.

A un lado del cadáver había una carta del porqué del suicidio, como Jasón esperaba en ella el decano confesaba que se había robado el crédito de uno de sus estudiantes y que le había robado también mucho dinero y fama con ello, pero no menciono quien, ya que no quería que el diera un salto en los medios de esa forma tan abrumadora, y mucho menos quería que se le inculpara del suicidio.

La verdad es que a Jasón no le costaría nada de trabajo hacer una escultura como El Fuerte, simplemente tendría que encontrar algo para esculpir.

Un semestre antes de acabar el doctorado de escultura llego una chica nueva, una chica italiana llamada Charlotte, era hermosa con el cabello blanco natural y unos ojos de color azul, eso enamoró perdidamente a Jasón.

En el pasado de Jasón había una relación que casi llego a tener éxito, pero fallo por ciertos "recuerdos" que la chica tuvo, así que la relación se fue al demonio.

Pero nuevamente Jasón daría el todo por el todo para encontrar el amor de Charlotte.

Jasón estaba en su casa escuchando las 4 estaciones de Vivaldi cuando tomo un cráneo que estaba en su escritorio.

Porque con el dinero que le dejo el decano se pudo comprar una casa y pagar todos sus servicios en por lo menos unos 6 meses.

Jasón sujeto el cráneo con su mano derecha y repitió la línea clásica de Hamlet: "¡Ser o no ser!".

-Amigo Lion, dame un consejo, ¿Qué debo hacer con Charlotte? ...es verdad, tienes total razón.

Evidentemente Jasón sufría de alguna alucinación auditiva ya que era imposible que un cráneo le contestara.

-Sí, tienes absoluta razón Lion, tienes toda la razón, ¡debo inmortalizar a Charlotte!, ¡tengo que inmortalizar y desechar todo mi amor en esa escultura!, gracias viejo Lion.

Jasón solo dejó el cráneo de Lion en su escritorio y se lanzó a la escuela.

Iba tan bien vestido que parecía un maniquí de exhibición, muy bien perfumado, muy bien peinado y todo detalle tan excéntricamente medido, tomo su reloj de bolsillo y las llaves de su casa y prosiguió a ir a la universidad para ver a Charlotte.

Todo mientras aun escuchaba Vivaldi en su IPod.

Una vez que llego a la universidad todo se aclaró para Jasón al ver a Charlotte, solo con verla podía saber que pose era perfecta para que ella hiciera y para que fuera inmortalizada en piedra, ya que el mármol era muy duro para él, solo tenía que acercarse y preguntar un poco de ella, si era modelo, si solo era escultura o que era, lo que fuera, pero tenía que saber cada detalle, aunque en el fondo él sabía que ella era modelo.

-Buenos días Charlotte, ¿Cómo te va? –pregunto de la forma más amable y dulce Jasón el cual tenía conocimientos en actuación.

-Un poco mal, no encontraba mi paraguas antes de salir.

Sin duda alguna era modelo, ellas tenían fama de ser torpes, pero Charlotte no era así ni de lejos. Ella solo era distraída.

-Lastima, ¿viste el clima de hoy?

-Sí, me llego la notificación en mi teléfono.

-Yo lo leí en el periódico.

-¿Te gusta leer? –pregunto Charlotte crédulamente.

-Así es, ¿conoces Cien años de soledad?

-No, no soy mucho de leer, quizá en toda mi vida haya leído unos 30 libros.

-Una lástima, leer es muy bueno para la memoria, quizá deberías empezar por ello. –dijo Jasón tajantemente.

-Pones mucha atención, ¿de qué trata 100 años de soledad?

-Mira que, en resumen, se trata de un matrimonio de primos que temen tener hijos por miedo a que el hijo salga con cola de cerdo.

Charlotte solo se quedó con un semblante lleno de confusión.

-Es un libro raro y para gustos de los curiosos, sin embargo, gano el premio Nobel de literatura del 82.

-Pues quizá si me cuentas más pueda gustarme alguno de ellos.

-Por supuesto que sí, Charlotte,

Jasón solo tomo el brazo de Charlotte para llevarla al salón cono si fueran pareja. Charlotte estaba sumamente impresionada de la enorme caballerosidad y labia de Jasón ya que al ir al salón de clases se soltó una pequeña briza, pero Jasón prefirió cederle el paraguas a la señorita cuyo paraguas además de casi ser olvidado no la cubría del todo.

Jasón tomo el pequeño paraguas de Charlotte sin importarle que se mojara, lo que le importaba era que a Charlotte no se le mojara el cabello.

-Tengo un libro que te va a gustar mucho: "El silencio de los corderos". Es de lo mejor que yo haya leído en toda mi vida.

-Si quieres, ¿de qué trata?

-Antes de nada, quiero decirte que soy muy, muy, pero muy celoso con las cosas que presto, pero sobretodo los libros, si llega a pasarle algo por mas diminuto que sea me daré cuenta de inmediato.

-Lo cuidare como si fuera mío.

-¿Así como tu paraguas?

Charlotte le sonrió a Jasón.

-Eso fue un poco cruel, ¿sabes?

-Sí, pero soy una persona que dice las cosas que piensa, se perfectamente que algunos comentarios soy hirientes, pero prefiero hablar con sinceridad a decir un comentario hipócrita.

Charlotte estaba impresionada con la mentalidad de Jasón, ya que lo que ella más odiaba eran las personas hipócritas.

Pero a Jasón no le sorprendía en lo más mínimo, ya que es obvio, ¿A quién en santo juicio le gusta la compañía de alguna persona hipócrita?

-Wow, eres como una caja de sorpresas. –menciono Charlotte con una sinceridad que parecía decirlo en automático.

-Ya lo sé. –le respondió Jasón con tanta frialdad. –Pero dime, ¿te gusta el misterio y cosas así?, porque de eso trata El silencio de los corderos.

-Pues leí a Sherlock Holmes y me gusto.

-¡Entonces te va a encantar! –Casi grito Jasón mientras chocaba sus manos una vez.

-¿Pero no es de terror?

-No tanto, la verdad es que es buen libro, así que cuando quieras te lo presto. Pero como ya te dije, cuídalo, así como si fuera yo.

-¡muy bien! Lo cuidare como si fueras tú.

Jasón solo se soltó a reír tranquilamente ya que la personalidad de Charlotte era algo así como "Otoño" de Vivaldi, con notas aceleradas y tranquilas y con armonía gloriosa.

Paso la semana y parece ser que Charlotte tenía mucho tiempo libre por que ya había terminado de leer el libro de 400 páginas.

-Buenos días Jasón.

-¡Charlotte!, como te va.

Ambos chicos que parecían amigos, pero de años se saludaron de doble beso.

-Y aquí lo tienes, sin un solo rasguño.

-Pues no te creas, tiene marcas de polvo en la parte del Lomo. Se nota que eres un poco descuidada con tu higiene, por que tus uñas están despintadas desde hace dos días y no has cambiado tus zapatos en por lo menos una semana...lo que pasa es que huelen como a un queso fuerte italiano.

Charlotte paso de ser blanca como la nieve a roja como una fresa y Jasón sonrió conteniendo una risilla.

-Es-ese es mi talón de Aquiles.

-No te tiene por qué dar pena, todos tenemos defectos, el mío por ejemplo es que a veces la legua se me va demás, como ya podrás captado.

-Gracias por ser tan compresivo.

-No hay de qué. –Jasón le dio a Charlotte un desodorante.

-¿Y-y esto?

-Es desodorante para zapatos, úsalo si quieres evitar el mal olor.

-¿Cómo es que captas el olor de tan lejos?

-Cosas de familia, mis padres me enseñaron a como afinar mi olfato desde que aprendí a hablar.

Jasón se retiró al salón de clases y Charlotte al baño para ponerse ese devorante en los zapatos, cuando lo roció en ellos un fuerte olor a rosas se esparció por todo el baño. Charlotte se percató casi al instante que Jasón lo había comprado el día de ayer ya que era imposible que un hombre se pusiera esa colonia de mujer.

Charlotte estaba tan roja y su frente tan caliente que podría servir de sartén para cocinar un desayuno Londinense.

Una vez llegado al salón, el perfume de las rosas inundo todo el largo y ancho de la habitación, los hombres no pudieron dejar de ver a Charlotte con ojos de deseo y las mujeres por su lado no le quitaban los ojos de envidia por lo que parecía un costosísimo perfume.

-¿Te-tengo algo en la cara? –le pregunto a Jasón. –¿o porque creo que todos me miran?

-Tu cara está bien, pero sí, todos te miran por el olor que tenía el desodorante que te regale.

Charlotte le dio un golpe en el brazo a Jasón.

¡¿desde cuándo sabes que mis pies olían así?! –le recrimino a Jasón en voz baja pero sumamente molesta.

-Desde hace dos días, pero pensé que te habías dado cuenta...pero parece que me equivoqué, ¿supiste que no era mío por olor?

-Claro, ¿a qué hombre le gusta oler a rosas?

-Estoy más que seguro que a alguno le debe de gustar...pero no es mi caso claro.

-Más te vale que no lo vuelvas a hacer, si tengo algún defecto dímelo al instante.

-No es algo de lo que debas preocuparte. Les llevo a todos 5 pasos de ventaja, seré el primero y último en darme cuenta de algún defecto que tu tengas.

Charlotte maldecía a Jasón, pero no podía dejar de estar agradecida con él por el favor que le hizo al regalarle se desodorante. Ahora llamaba mucho más la atención y eso al final de cuentas a una mujer es lo que más le gusta.

Una vez terminadas las clases, Jasón fue de nuevo con Charlotte, de hecho, Jasón no hablaba con nadie más ya que la gente lo evitaba para no ser objeto de las detectivescas deducciones de Jasón. Era más que incomodo que te señalaran en la cara todo defecto que tuvieras o que el supiera hasta tu dirección solo con ver las llantas de tu auto.

La soledad no le molestaba a Jasón en lo más mínimo, de hecho, le gustaba y por eso hablaba con el cráneo de Lion para entretenerse cuando estaba aburrido, o hasta se ponía a tocar el piano a las 2 de la mañana por que no tenía nada de sueño y quería relajarse.

Chopin es a quien solía imitar cuando tocaba el piano.

-Dime Charlotte, ¿Dónde estudiaste modelaje?

-¡¿Hum?!, ¿Cómo lo sabes? –respondió Charlotte muy sorprendida.

-Eres delgada y de complexiones que no cualquiera puede tener, ese 90-60-90 no toda lo consiguen con simple ejercicio y comer ensalada todas las mañanas, además tu cabello es muy lindo como para usar cualquier shampoo barato, es uno que te recomendaron en la academia con aroma a vainilla y nueces moscadas.

-Veo que no solo puedes sacar malas conclusiones. Sí, si estudie modelaje, pero lo deje para ser escultora.

-¿Por qué?, estoy seguro que hubieras tenido una carrera de éxito en el modelaje.

-Lo que pasa es que solo me daban ofertas para modelaje erótico, y pues no me gustaba la idea en lo más mínimo.

-La escultura también tiene modelaje erótico, Charlotte.

-Lo sé, pero la diferencia es que en escultura no se modela por simple morbosidad, sino más bien para encarnar la belleza del cuerpo humano.

-Lo tuyo sería más bien anatomía. –dijo Jasón con una risa que termino contagiando a Charlotte.

-¡tonto!, arruinaste un buen momento.

-Se puede decir que tengo especialidad en arruinar buenos momentos.

De repente una llovizna se soltó en toda la ciudad.

-Maldición, olvide mi paraguas.

-Toma el mío- respondió Jasón rápidamente.

-Pero te mojaras.

-Shh. –Jasón puso su dedo índice en los labios de Charlotte en señal de que guardara silencio. –No importa, de verdad, me gusta mojarme de vez en cuando.

En realidad, a Jasón le molestaba muchísimo la lluvia, pero sería muy desconsiderado de su parte dejar a Charlotte mojarse.

-Solo será de aquí a que llegamos a la parada de autobús.

-Está bien, si tu insistes Jasón.

Charlotte sentía una enorme vergüenza al ser una molestia para Jasón, aunque en el fondo sentía mucho apego por Jasón sin importar el poco tiempo de conocerse, ella sentía como si llevaran años de conocerse.

Pero estaba muy, muy equivocada, ella no conocía ni el 2% de lo que era Jasón, y pues Jasón podía conocer no menos del 60% de una persona con solo mirarla de reojo.

-Llegamos. –le dijo a Jasón sin saber qué otra cosa menos obvia podía decir en ese momento.

-Pensé que era más lejos, solo nos queda esperar, y a juzgar por el charco que se formó en la parada no debe de tardar más de 5 minutos.

El charco del que hablaba Jasón era de esos que se forman cuando un pasa un auto por mucho tiempo, así que por eso Jasón daba tal afirmación.

-¿No te molesta mojarte?

-Ya te dije que no. Se nota que eres distraída.

Jasón le quito el paraguas a Charlotte, ella pensó que se lo estaba arrebatando, cuando en realidad lo uso para bloquear el salpicón de agua que lanzo el autobús al pasar por el charco.

-¿Este es tu autobús?

-S-sí, este es.

-Adelante. –Dijo Jasón mientras alzaba el brazo como para darle paso a Charlotte.

-No-nos vemos mañana.

-Hasta mañana, luego me dices que te pareció El silencio de los inocentes.

Jasón le dio un beso en la frente a Charlotte ya que le sacaba una cabeza de alto. Ella se sonrojo y subió lo más rápido que pudo al autobús para que Jasón no se diera cuenta de la pena que le provocaba ese beso.

Pero a Jasón solo le daba risa la actitud penosa que tenía Charlotte. "Me recuerda a Jessica", Dijo Jasón con una sonrisa amarga mientras prendía un cigarro y se cubría con su paraguas.

Una vez que llego a su casa tomo un pañuelo del bolsillo de su abrigo y con él se secó la cara, después fue al baño y con la toalla de mano se secó el cabello. Su baño no era muy grande, pero era lo suficientemente bien arreglado para pensar que sería utilizado regularmente por algún billonario sultán.

Para calentar un poco su casa ya que hacia algo de frio prendió una vela de vainilla que tenía guardada para ponerla en su piano. Tenía ganas de tocar un poco.

Antes de sentarse en el piano, Jasón fue por el cráneo de Lion a su estudio, lo tomo y también lo puso sobre la mesa.

-Amigo mío, si conocieras a Charlotte tu y yo tendríamos nuevamente una acalorada rivalidad amorosa, pero que malo que decidiste quitarte la vida...una lástima de verdad.

Jasón dejo el cráneo sobre el piano y comenzó a tocar "Sonata de luz de Luna" de Beethoven mientras pensaba en Charlotte.

Estaba profundamente enamorado de ella, y él estaba seguro que Charlotte sentía algo más que solo amistad, algo más que aprecio por él.

Sonaría muy estúpido y egocéntrico viniendo de alguien más. Pero como Jasón no había dos en el mundo, quizá si en la historia, pero en el mundo de hoy no.

Cuando Jasón se percató de la hora daba casi la media noche, pero a él no le importo en absolutos y termino la pieza que estaba tocando en aquel momento.

"Para Elisa" era una pieza que le provocaba terror a Jasón ya que esa pieza fue escuchada por él cuando lo separaron de sus padres, por eso le provocaba terror y le hacía recordar ese mal sabor de boca.

Pero era necesario para él recordad ese horrendo sabor ya que lo mantenía recto ante cualquier otra situación difícil.

Por más inhumano que Jasón pudiera llegar a ser, tenía un corazón, uno muy putrefacto y casi muerto, pero lo tenía al fin y al cabo.

Una vez que termino de tocar se percató que la vela se había acabado, "debe ser de por lo menos no más de hace 5 minutos", pensó Jasón, ya que lo que quedaba de la vela aún estaba caliente y mañana mismo se apuraría a comprar otra vela, pero ahora con un nuevo olor.

Se cambió de ropa y se hecho en su cama aun pensado en Charlotte, sin duda alguna se le había olvidado como se sentía amar, no se había enamorado desde segundo de preparatoria cuando sucedió el incidente de Lion y Jessica.

Pero poco le importaba a Jasón el tiempo, el solo quería recordar lo que era amar, recordar aquello que hacía que su corazón dejara de ser gris y pasara aun rojo intenso y pasional.

Pero cuando estaba por conciliar el sueño algo se lo arrebato para no devolvérselo.

Se levantó animadamente de su cama y fue a su piano tocando todas las piezas una por una. Aunque sabía perfectamente como sonaban todas y cada una de ellas debía recordar como lo era tocar las piezas del piano.

Pero esa no fue ni de lejos la razón por la cual se había levantado de la cama como si fuera a ahogarse en ella si se quedaba más tiempo.

Saltando de la silla fue corriendo hacia su estudio donde tomo una pequeña libreta, una pluma y el cráneo de Lion.

-¡Tu vienes conmigo! –le dijo muy energéticamente a su cadavérico amigo.

Nuevamente se sentó en la silla del piano y puso una tabla para cortar entre sus piernas donde recargo la libreta y la pluma. A Lion solo lo acomodo en el piano.

-Muy bien amigo, quiero que me digas que tal te parece, ¿está claro?

-...

-¡Muy bien, manos a la obra!

Jasón tocando las piezas en su mayoría de Do menor, formando una melodía de por lo menos un minuto y medio que dejaría en bochorno a Mozart o a Beethoven por que en vida no tuvieron el ingenio de crear algo tan maravilloso.

-¿Te gusto amigo?

-...

-Lo se...le falta algo, ¡pero no sé qué sea!, ¡dímelo Lion, que puede ser!

-...

-¡Tienes razón, debe tener más inocencia, más amor y menos pasión, debe ser tan pura como Charlotte!, eres un maldito genio.

Jasón solo imagino que el cráneo le decía: "Gracias".

-Una vez que rehízo todo de nuevo le quedo una melodía tan dulce que tenía en su mayoría notas muy leves, en Do menor básicamente.

-Muy bien, ¿Qué nombre sugieres viejo amigo?

-...

-Siempre tan elocuente amigo mío, siempre tan elocuente.

El nombre que Jasón creyó escuchar del cráneo de Lion era nada más y nada menos, "La virgen del lago de los cisnes", un nombre más que bello, un nombre extravagante al igual que el hombre que la compuso.

¿Pero por qué "La virgen del lago de los cisnes"? simple, Charlotte a pesar de su belleza y buen cuerpo era virgen, a Jasón lo había costado trabajo alguno en descifrarlo, de hecho, cualquier persona que sepa un poco de sexología de daría cuenta.

Pero Jasón no era un "cualquiera", él era un genio por excelencia, así que se percató de eso casi al instante de ver a Charlotte, por eso la consideraba mucho más bella que toda mujer en la tierra, "Y llevas en tu alma La virginal pureza Por eso es tu belleza".

Es lo que pensaba Jasón al ver a Charlotte.

-Una noche productiva, ¿no lo crees Lion?, ¿Qué horas son por cierto?

Cuando vio el reloj este apuntaba las 4 de la mañana. Jasón solo se levantó de la silla, dejo la libreta, la pluma y el cráneo en el estudio y la tabla picar la regreso a la cocina. Él se acostó en su cama y se durmió como un bendito.

Despertó a las 8 de la mañana con una energía increíble a pesar de solo haber dormido poco menos de 4 horas.

-"solo un café y me marcho al trabajo". –pensó Jasón mientras se servía una enorme taza de café italiano, era un hombre con gustos más que exigentes.

Y de hecho Charlotte cumplía con mucho más de todos los requisitos que una mujer tenía que tener para que Jasón se fijara en ella.

-"Esa mujer". Pensaba en Charlotte todo el tiempo. La imaginaba como una mujer con la que quisiera pasar el resto de sus días y no solo para una noche.

Jasón solo tomo su mochila y se marchó para ir a la universidad, tenía que pensar en cómo proponerle a Charlotte que posara para él.

-"Solo con amor lo puedo lograr". –Decía Jasón para sí mismo y la verdad no estaba muy lejos de enamorar a Charlotte. Él era una persona muy apuesta bastante alto y con unos músculos de alguien que practica algún deporte de fuerza, de cabello castaño claro, ojos verdes y una barba de una semana, una muy corta, su mentón era redondo como el de un hombre adulto con mucha experiencia, que de hecho la tenía y una sonrisa que dejaba ver unos dientes un poco maltratados por tanto fumar. A pesar de su corta edad de 22 años el fumaba como si no amaneciera al día siguiente, pero igual podía correr kilómetros sin sentirse agobiado por los pulmones o por su corazón.

Tomando el camino a la universidad antes de entrar se encontró con Charlotte.

Estaba lloviendo como era costumbre en esas épocas en Londres.

-Lluviosos días, ¿no crees Charlotte?

Charlotte solo con ver a Jasón desvió un poco la mirada. Estaba apenada de verlo.

-Si-sí, ha estado lloviendo últimamente.

Jasón solo le sonreía a Charlotte porque él sabía que había dado en el blanco. En pocas palabras había enamorado a Charlotte, lo cual le fascinaba.

-Entremos a la escuela, hace frio aquí.

Jasón ofreció su brazo para que Charlotte lo tomara, todo apuntaba a que Charlotte lo aceptaría, sin embargo, lo rechazo por la vergüenza.

Jasón no podía dejar de mirar a Charlotte, solo le sonría enormemente con esos dientes maltratados por fumar.

-Dime, ¿Qué te pareció el libro que te preste? –Dijo Jasón sin dejar de sonreír.

-Me gustó mucho, Lecter me recuerda mucho a ti.

-Lo sé, también me encuentro parecido con el buen doctor, claro con la diferencia de que yo no te voy a comer la lengua si tratas de acercarte.

Jasón hizo unos ruidos con su boca y se acercó a Charlotte como si tratara de morderla. Charlotte simplemente se rio de Jasón.

-Si invitas a alguien a tu casa y no regresa...creo que no podre creerte Jasón.

-Lo sé, ¿Qué te gusto del personaje?

-Pues creo que el parecido que tienes con él, me recuerda mucho a ti...y a Sherlock Holmes.

-Ah, ya te estabas tardando con el comentario, pero gracias, quisiera estar al nivel de ellos dos.

-¿Entonces quisieras ser un psicólogo o un detective privado?

-Ninguna de las dos, por eso estoy estudiando escultura.

-Tienes razón.

-Siempre tengo razón.

Jasón y Charlotte se empezaron a reír hasta que Charlotte resbalo por el piso mojado, por suerte, Jasón la sostuvo antes de que cayera a costo de que el sí tocara el suelo golpeándose la cadera.

-¡Maldición!, ¡Agh!

-¡Jasón!, ¿estás bien?, ¿te duele mucho?

-Si...es una vieja lesión de Krav Magá. –Charlotte puso su mano suavemente en la cadera de Jasón. - ¡Duele!

-¡Pe-Perdón! –Dijo Charlotte llena de nervios.

-Creo que no podre quedarme en clase.

-Déjame ayudarte a pararte, no te puedo dejar así.

-Ponme en alguna silla.

Realmente a Jasón poco le importaba sentarse en alguna banca mojada de la universidad, al fin y al cabo, estaba empapado de pies a cabeza.

-Espera aquí, iré por el decano.

-No te tardes por favor, solo dile que me lastime la cadera porque me caí y ya.

-Hmm, es que no te puedo dejar así, no tienes en donde apoyarte, además fue mi culpa.

-No te preocupes, además no fue tu culpa, fue un accidente.

-Tengo que acompañarte a casa, no te puedo dejar así.

-Gracias Charlotte, que amable eres, ¡pero ya vete o te mojaras más!

Charlotte recogió su paraguas y fue caminando a paso rápido a la oficina del decano para informarle de lo sucedido.

Cuando Jasón se percató de que no había nadie cerca y de que Charlotte estaba lejos no pudo evitar soltar una sonrisa de alegría.

En realidad, ya se le había pasado el dolor y no tenía ninguna lesión antigua. Estaba actuando el dolor y le salió tan bien que convencería a toda la crítica de Hollywood y seguramente ganaría el Oscar a "mejor actor".

Muchos de los talentos de Jasón se perdían por su capricho de ser escultor.

Charlotte regreso con una hoja donde el decano justificaba la falta de ambos ese día, Jasón tomo su paraguas para usarlo a modo de bastón y también se apoyaba en Charlotte.

-Estarás bien, ¿vives lejos? –pregunto Charlotte ya más tranquila.

-Un poco, vivo en el 221 de Baron's PL.

-Queda algo lejos, ¿y tomas el autobús?

-Exacto, pero creo que ahora convendría más un taxi.

Charlotte señalo a un taxi para que frenara y con ayuda del chofer subieron al auto a Jasón, el cual aún actuaba estar dolido.

-Al 221 de Baron's PL de favor.

-En seguida. –le respondió el chofer a Charlotte.

Una vez que el taxi llego a la casa-departamento de Jasón, subieron las escaleras con vista a la aun lluviosa ciudad.

Charlotte pago lo que era del taxi y subió de inmediato con Jasón el cual se quitaba el abrigo y la playera mojada.

Cuando Charlotte vio a Jasón ella no pudo evitar sentirse más que apenada porque estaba viendo el torso de Jasón desnudo. Salió dando pasos atrás mientras que Jasón sonreía de la gracia.

-No sientas pena, de todas formas, veras a hombres mucho más atléticos que yo sin nada de ropa.

-¡Pero es diferente! –grito Charlotte desde afuera de la habitación de Jasón.

-¿Qué tiene de diferente?

-¡Que a ellos no los conoceré y a ti sí! –siguió gritando Charlotte desde fuera de la habitación.

-Vamos, pasa, no sientas pena. –respondió Jasón mientras sacaba sus cigarros de su abrigo mojado. –Vamos Charlotte no tengas pena, ¿o quieres que yo vaya hasta a ti?

Replico Jasón mientras lanzaba una inocente risa pequeña.

-¿Eso quieres?, ¿Qué vaya hasta a ti y te de unas patadas con las piernas que no puedo mover?

-¡Has de ser cabrón! –Charlotte termino cediendo porque sabía que Jasón sería capaz de llevar lo que fuera al límite solo por molestarla.

-¿Te costó trabajo?, porque yo creo que no.

-Para que quieras que viniera.

-Necesito que alguien me ayude con los zapatos y con los pan-ta-lo-nes.

Evidentemente Charlotte tenía el rostro más rojo que una fresa madura, pero a Jasón no le importaba eso y seguía riendo.

-No, enserio, no puedo estirarme, por favor.

-¿Al menos tienes calzoncillos puestos?

-¿Crees que soy la clase de persona que los usaría?, me molesta toda falta de higiene.

Charlotte al principio no entendió, pero era obvio que si tenía puesta la ropa interior ya que eso se considera "más higiénico".

-No sientas vergüenza...piensa que soy tu madre enferma.

-Bueno si lo pones así es más simple.

Ambos se ayudaron a quitarle los pantalones mojados a Jasón.

-Quizá esto ya no te apene mucho, pero en aquel cajón esta mi ropa interior...pásame un par de calcetines, una playera y unos bóxer.

Jasón apuntaba a una cajonera negra de 3 pisos y justo como se lo pidió, Charlotte fue por la ropa de Jasón.

-Aquí tienes, ahora sí que puedes salir mientras me cambio.

Ni corta ni perezosa Charlotte se apresuró para salir del cuarto mientras Jasón se cambiaba.

-¡ya que estas afuera pásame mi paraguas por favor! –grito Jasón para que Charlotte la escuchara.

-¡¿estas vestido?! –pregunto Charlotte inteligentemente.

-¡por supuesto! Por favor, tengo que levantarme.

Charlotte entro al cuarto para darle el paraguas a Jasón y ayudarlo a levantarse de la cama.

-No fue mucho esfuerzo.

Eran las 10 de la mañana más o menos, aunque no se notaba ya que estaba muy nublado sin que la lluvia diera tregua alguna.

-¿Desayunaste algo en casa?, puedo prepararte algo si quieres.

-No, ¿cómo crees?, yo lo hago.

Jasón uso la palma de su mano derecha para señalarle a Charlotte que se detuviera.

-Por favor, estas en mi casa, eres mi invitada, y pues como anfitrión me toca preparar el desayuno. Yo solo tome café y eso fue todo.

Aunque Jasón estuviera lastimado a ojos de Charlotte el no dejaba de ser un caballero y mucho menos dejar de tener modales.

-¿Y qué dices?, ¿quieres que te prepare algo?

-Está bien, ¡pero solo por esta vez! –respondió Charlotte con un suspiro.

-Bien, eso es lo que quería oír.

Jasón fue a su toca discos y puso un poco de Tchaikovsky, más específicamente "El Hada de azúcar", melodía que es, (desde mi punto de vista), inocente, macabra, misteriosa y un poco traviesa.

Mientras iba a la cocina Jasón tomo una vela con olor a vainilla.

-Para calentar el ambiente, hace frio aquí.

-La verdad es que sí.

Jasón fue a su refrigerado donde saco: huevos, tomates, tocino y unas almejas chocolatas, además de unas rebanas de pan que puso en el tostador.

-Tienes una linda casa.

Gracias, la compre con lo que gane de "El fuerte"...ups, creo que hable de más.

-¡No me digas que tú eres el misterioso alumno que hizo "El fuerte"!

-Shh, a partir de ahora es un secreto entre los dos, ¿de acuerdo? –Jasón puso su dedo índice sobre su labio en señal de que Charlotte no dijera nada.

-¡No lo puedo creer!, durante un tiempo sospeche de ti, pero no podía ser posible.

-¿Por qué?

-No lo sé...simplemente no podías ser tú.

A pesar de que cuando Jasón mostro la escultura al antiguo decano había hecho toda una escena, todos creyeron que había sido el decano quien había hecho la escultura. A Jasón lo tomaron como el que cuidaba que no se supiera nada, de ahí su euforia ese día.

-Pues ni modo, ya lo sabes, no es como que pueda fingir que no paso.

-Y dime, ¿Quién poso para ti?

-Nadie. –respondió Jasón con frialdad en sus palabras.

-¿Nadie?, ¿entonces como hiciste el rostro?

-Dije que nadie poso para mí, más nunca dije que no tome ningún rostro... "prestado"

-¿Quién es el fuerte?

-Un amigo mío de la preparatoria...su nombre era Lion.

-¿Era?, ¿le paso algo?

-Sí, se suicidio porque una compañera lo rechazo, de hecho, esa chica era mi novia, se sintió devastada y luego...no quiso saber nada de mí, ¡Esta listo!

Jasón llevo a la mesa dos platos con la comida hecha, solo tomo los panes del tostador y sirvió un poco de café en las tazas sobre la mesa.

-Qué triste...¿y a ti te afecto?

-un poco, si, era mi amigo al fin y al cabo...con él me porte mal en vida y pues si me arrepiento, a pesar de ser rivales amorosos era un buen amigo.

-Ya veo, es una triste historia.

-Y no has escuchado el resto.

-¿Me lo cuentas?

-No, eso me lo guardo para mí. –respondió Jasón con una "Poker Face".

-Que sincero, creo que esa es la razón por la cual la gente te evita, porque eres demasiado sincero.

-Ya te lo dije, prefiero ser sincero a ser hipócrita, por más poco que sea, pero no me gusta la idea.

-Supongo que eso es lo que te caracteriza.

-Así es...¿quieres postre? –Jasón encendió un cigarro fumándolo mientras comía.

-Fumas demasiado, hay tiempo para todo.

-¿Te diste cuenta?, no creas que no sé qué no dejas de mirarme en clase.

-¡¿Hum?!

-No te tiene por qué dar pena, si yo fuera un poco más como tú también no podría dejar de mirarte ya que eres la única persona con la que hablo.

-¿Te diste cuenta de que te veo?

-Claro, al final del día soy el detective Sherlock.

Charlotte se rio tímidamente mientras sujetaba su abrigo con fuerza, ella estaba casi consiente de que Jasón sabía que lo que ella sentía era algo más que aprecio de amigos.

-Pero bueno, ¿quieres un cigarro también?, por lo del susto que te pego mi caída.

-Bu-Bueno.

Jasón saco un cigarro de la cajetilla y también su zippo, cuando prendió el cigarro de Charlotte se puso delante de sus ojos.

-Tus pupilas se dilatan cuando me ven...cuando a una persona se le dilatan las pupilas es porque le interesa lo que está viendo, así que dime, ¿Qué te interesa de mí?

Charlotte se sorprendió al mismo tiempo que se sonrojaba.

-¡no-no-no lo sé!, tal vez tu personalidad deductiva.

-Si tuvieras 5 años apuesto a que quisieras que Sherlock fuera algo así como tu novio...y pues al fin y al cabo yo soy como un Holmes de la vida real, ¿o me equivoco?

-¡no tengo 5 años Jasón!

-¿Pero me equivoco?

-Pu-pues claro que no. –Charlotte poco a poco entraba en pánico.

-¿Entonces te gustaría que yo fuera tu novio?

Jasón no dejaba de mirar a Charlotte, esa mirada la hacía entrar más en pánico porque hasta ella era consciente de que el sonido de su corazón podía ser perfectamente escuchado a metros de distancia.

-...

-¿te gustaría sí o no?, porque al menos a mí me encantaría.

-No juegues Jasón, no quiero bromas esta vez.

-¿Tengo cara de que estoy bromeando?, ¿me estoy riendo acaso?

Jasón tenía toda la razón, Charlotte se sentía como una gata siendo acorralada por un feroz lobo que deseaba devorarla.

Y las cosas no eran muy lejos de estar apegadas a la realidad.

Cada palabra que Jasón decía era uno de los dientes del feroz lobo.

Cada que Charlotte se tapaba la cara era como si la pequeña gata se acorralara más y más sin poder retornar, para dejarse atrapar ella misma.

-Eres la única persona de la que disfruto su compañía, no solo no hablo con nadie por el simple hecho de que me eviten, la verdad es que digo esas cosas de ellos para que me eviten, porque no quiero hablar con ellos.

-¿Y solo conmigo porque disfrutas de mi compañía?, ¿nada más por eso?

-No, eso que te dije era medio mentira, si disfruto de tu compañía, pero no es la única razón, de hecho, hay algo más, solo puedes encontrar oro si escarbas un poco más abajo.

-¿Entonces por qué lo haces

-Lo bueno de ser yo es que no me pongo nervioso nunca, así que te seré conciso, me gustas, me enamoré de ti la primera vez que vi paseando tontamente en el patio de la universidad.

-Jasón...¿ahora no dirás ningún chiste?

-Por supuesto que no, hay momento para todo, como tú misma lo dijiste.

Jasón apago su cigarro tirándolo en el café que estaba bebiendo.

-¿Y qué hay de ti?, aunque ya sé que no tiene sentido preguntar por qué pues...te llevo 5 pasos de ventaja.

-Tú tienes el don de encantar a la gente.

-No, solo a la gente que quiero encantar, los demás son inmunes.

Charlotte solo se soltó a reír.

-¿Te muestro algo genial?

-¿Qué cosa?, ¿me va a gustar?

-No, no te gustara, te va a encantar, solo espero que no seas inmune a él.

-Si no me lo muestras no podré saber que es.

-Pues no perdamos tiempo.

Jasón se levantó empujando la silla hacia atrás y tomando a Charlotte de la mano para llevarla hasta el piano.

-¿no estabas lastimado?

-Te mentí, solo quería que vinieras a mi casa para mostrarte esto.

-Espero que no sea nada malo, o que no tenga que estar yo incluida.

-Lamento decirte que tu serás la protagonista de esta historia.

-¿Cómo?

-Ya lo veras.

Jasón destapo las piezas del piano y se sentó, primero ofreciéndole una silla de la cocina a Charlotte.

-Solo escucha, esto lo compuse para ti.

-¿Me compusiste una canción de piano?

-En pocas palabras, pero ahora guarda silencio y presta atención.

Jasón toco las notas que tenía escritas en la libreta formando la hermosa melodía que mataría de la ira a Mozart por ni siquiera poder imitar la melodía.

Cuando Jasón termino Charlotte estaba más que emocionada, casi al borde de las lágrimas.

Jasón estaba sudando, estaba nervioso de saber que pensaba Charlotte.

-¿Veredicto? –pregunto Jasón impaciente.

-Nunca me habían hecho algo tan lindo...¿en qué te basaste?

-Tu personalidad, notas suaves y lentas que contrastan tu debilidad como mujer, pero, también tu inocencia como persona, cuando estábamos de camino a la parada de tu autobús pude ver cómo era tu parte sensible, ahora, notas fuertes, violentas y con picos altos, lo que refleja tu capacidad destructiva cuando te enojas, ya que, ¿Cómo reaccionaste con lo del desodorante?, muy violentamente, esta canción es la que te define como persona, ¿quieres saber el nombre?

Charlotte estaba encantada con la explicación de Jasón ya que nunca antes le habían dado un regalo de esta manera.

Charlotte se sentía como niña en navidad después de abrir el regalo que por un largo año de espera.

-¿Cuál es el nombre?

-La virgen del lago de los cisnes, ¿te gusta?

-Mucho, es un lindo nombre.

-Estuve 20 minutos pensando en el nombre.

Jasón se levantó de la silla y fue a servirse más café, pero ahora con saborizante de avellana, ofreciéndole de igual manera a Charlotte.

-A veces necesito algo más que el amargo del café...un toque dulce, también tengo vainilla por si quieres.

-Claro, la avellana casi no me gusta. –Asintió Charlotte con el rostro.

-Sin embargo, ¿no crees que ya es suficiente con la vela?, tengo más sabores, chocolate blanco o crema irlandesa, por ejemplo. Elige el que gustes.

-Tal vez crema irlandesa, suena a que sabe bien.

Jasón procedió a servir el saborizante en la taza de Charlotte para después sentarse y ponerle azúcar a su café.

-Ahora, Charlotte, explícame, ¿Por qué quieres ser modelo?

-Ya te había dicho Jasón, ¿de verdad no te acuerdas?

-Bueno lo que pasa es que tenía que sacar el tema porque quería proponerte algo...pero no estoy seguro de tu respuesta.

Jasón llevo la taza a sus labios para acabarla y solo para prender un cigarro. Este ya era el quinto de la mañana. Pero respecto a la propuesta de la que estaban hablando, Charlotte esperaba una propuesta de amor.

Pero no era nada más lejos de la verdad.

-Dime Jasón, ¿es algo que me gustara?

-Por supuesto que sí, te encantara y espero que no la rechaces. Lo que quiero hacer es una nueva escultura, y la verdad es que no puedo pensar en nadie más que tú para que seas la modelo.

Los ojos de Charlotte casi derraman lágrimas de la decepción. Pero en el fondo ella quería ser la modelo.

-Claro...sí, estoy disponible así que no lo dudes. –Dijo Charlotte con una sonrisa que ocultaba dolor.

-¡Excelente!, ahora, ¿gustas de un cigarro?, ¿un poco más de café?, ¿algo más que se te ofrezca?

-Así está bien Jasón, no te apures. ¿Cuándo iniciamos?

-Mira, lo primero que haré será el decirte como posar, después te tomare fotografías de todos los lados, y después pondré manos a la obra.

-¿Entonces no seré modelo como tal?

-Es por motivos de tiempo más que nada.

-Bueno, ¿Qué tal si surgía algo durante la sesión de modelaje y pues tenía que irme?

-Por eso mismo lo quiero hacer así, para que no sea tan pesado para ti.

Jasón dijo esas palabras con preocupación. Estaba claro que le importaba mucho Charlotte, y esa preocupación la llevaba tan lejos hasta el punto de no pedirle modelar directamente.

-¿Entonces tú me dices el día o...?

-Por supuesto, me alegra que lo tomes enserio. –Interrumpió Jasón, para el todo estaba a punto de turrón.

-¿Cómo no lo tomare enserio?, se puede decir que es mi primer modelaje, además ya con el ejemplo de "El fuerte" se ve que eres muy buen escultor. Y también eres mi amigo, aprecio mucho que hayas pensado en mí.

-Pues primero una canción de piano y ahora una escultura, ¡Sin duda alguna seremos famosos!, tú serás la modelo más solicitada para la escultura y yo seré el escultor más pedido de todo Reino Unido.

Ambos sonreían alegremente mientras seguían charlando sobre el tema, Jasón no pudo esperar ni un minuto más y dijo que la sesión empezara de una vez. Cuando despejaron el espacio de la sala de estar para que empezara la sesión de fotos.

-Te tengo que pedir algo, espero que no te moleste. –Pidió Jasón.

-Lo que sea, ¿es de la pose o...?

-Toma esto. –Dijo Jasón mientras le daba una enorme sabana a Charlotte. –Úsala a modo de falda ya que pues te tienes que quitar los pantalones.

-Pues iré al baño ahora mismo.

-Espera.

-¿Hum?, ¿Qué más?

-Pues bueno tengo planeado hacer la escultura de cuerpo semi-desnudo así que pues...lo diré tal cual, tendrás que posar con el pecho desnudo.

Charlotte se sonrojo un poco.

-¿Solo me miras de esa manera? –Pregunto Charlotte avergonzadamente.

-¡No!, para nada, pero mira, esto es cuando te dije que el modelaje de escultura también tiene su lado erótico, solo esta vez.

-Muy bien Jasón, tu ganas.

-Mientras yo preparo el trípode.

Charlotte entro al baño mientras Jasón hacia lo que dijo, ajustaba todo detalle obsesivamente.

-¿Te falta mucho? –Pregunto Jasón estando a un lado del baño.

-Ya casi estoy lista. –respondió ella.

Cuando Charlotte salió del baño estaba desnuda de la cintura para arriba, y para abajo tenía la sabana que Jasón le dio.

-Muy lindo, pero esa "falda", déjate ver la pierna izquierda.

-¿De verdad es necesario, Jasón?

-Por supuesto que sí, solo déjate llevar, se lo que puede servir.

Jasón fue a su toca discos y soplando polvo de uno de ellos lo coloco para tocar. La melodía era "Aire" de Johann Sebastian.

-¿Así está mejor?

Charlotte sonrió mientras asentaba con un: "Si, así está mejor".

Charlotte hizo lo que Jasón le pidió y se dejó al descubierto la pierna derecha.

-Ahora, esta es la parte importante, tu cabello esta excelente para la ocasión, aunque se mojó un poco se mantuvo bien, solo tengo que...

Jasón se puso a cepillar el cabello de Charlotte hasta darle la forma que él deseaba. Estaba peinado hacia abajo, pero de todas formas se veía voluminoso porque quedo un poco esponjado después del cepillado.

-¿Algo más?

-Sí, la pose que debes hacer es con los brazos hacia atrás, como si te estuvieras estirando ya que te acabas de levantar de la cama.

Charlotte memorizo la pose que hizo Jasón como ejemplo, eso resaltaría enormemente su pecho, sin embargo, no había un "Pero" que ponerle a Jasón, así que lo hizo.

-¿Me pongo en el centro?

-Por favor.

Charlotte se puso en el centro del cuarto como él le había pedido. Acto seguido Charlotte puso su brazo izquierdo en un ángulo de 45 grados colocando su puño detrás de su nuca, el brazo derecho estaba en un ángulo de tal vez unos 150 grados.

-Ahora levanta tu pie derecho.

Charlotte hizo lo que el pidió, dejando al descubierto gran parte de la pierna derecha.

Jasón ni corto ni perezoso se puso a fotografiar de pies a cabeza y de todos los ángulos posibles a Charlotte, las fotos estaban listas, ahora solo tenía que dar paso a la escultura.

-Listo, puedes vestirte.

Charlotte no dijo nada y se fue casi corriendo al baño para cambiarse, tenía mucha vergüenza de que Jasón la hubiera visto desnuda del pecho, pero pues la promesa de que ella será famosa era lo que la impulsaba a no quejarse.

-Solo tengo que comprar la piedra y me pondré a trabajar de inmediato.

-Está bien Jasón, ¿Cuánto te tardaras aproximadamente?

-Tal vez unos 4 meses.

-Eso es poco, ¿seguro que podrás hacerlo tan rápido? –dijo ella en todo burlón.

-Claro que sí, cuando acabe te invitare de nuevo a mi casa para que puedas verla terminada.

-¿La llevaras a un museo?

-Tengo planeado ir a Paris para venderla.

-¿Y cuánto pedirás por ella?

-Lo que se me ofrezca, esta será mi obra maestra así que...para mi es invaluable.

-¿Solo lo dices porque pose yo, verdad?

-No, es enserio lo que digo, algo me dice que será mi obra maestra.

-Segura. –Dijo Charlotte sarcásticamente. Ella estaba convencida que solo era invaluable para él ya que ella era la protagonista.

-Pero sabes una cosa.

-¿Hum?, ¿no te termina de convencer?

-Eso no...la verdad es que te veías hermosa posando de esa manera, era como ver un amanecer en la primera mañana de la primavera.

-Que cursi eres Jasón. –La verdad era que Charlotte estaba más que agradecida por esas palabras, pero no quería demostrarlo.

Pero sería inútil ya que a Jasón no se le escaparía ni el más mínimo detalle.

-Pero bueno, esperaba algo más, me desangraste con esa respuesta tan cortante.

-Oh vamos, solo jugaba. –Dijo ella mientras reía de manera infantil.

-Sí que eres buena con las bromas.

Jasón prendió un nuevo cigarro con lo último que quedaba de la vela de vainilla. Le gusto bastante que el sabor de la vainilla se quedara impreso en el cigarro.

-¿Nunca dejas de fumar verdad? –Dijo Charlotte mientras salía del baño.

-Perdón, si te molesta puedo.

-¡No!, no me molesta, solo era un comentario. –interrumpió Charlotte.

-Parece que la lluvia acaba de detenerse, ya ni recuerdo por que terminamos aquí.

Habían pasado casi 5 horas desde que habían llegado a la casa-departamento de Jasón.

-Por qué te caíste y te "lastimaste" de manera horrible.

Dijo Charlotte mientras se recargaba en el hombro de Jasón al mismo tiempo que ambos miraban por la ventana.

-¿Linda vista no crees? –pregunto Jasón.

-Ya me lo habías dicho, la verdad es que te tengo envidia de que veas esto todos los días.

-E imagínate en la noche, es indescriptible todos los colores de las luces que hay en la ciudad...me gustaría que lo vieras.

-Si me invitas a tu casa claro, no tendría ningún problema.

-Oye, respecto a lo que te dije de la propuesta... ¿esperabas algo más cierto?

-...

-Si me mientes me daré cuenta. –amenazo Jasón de manera amable.

-Sí, esperaba algo más. Pero aun así me gustó mucho posar para ti.

-No te preocupes, cuando sea su momento te daré esa propuesta que tanto esperas, ¿te parece bien?

-¿Me vas a hacer esperar?, no seas cruel.

-Es necesario, todo a su tiempo, si apresuras algo no quedara bien.

-¿Sera mucho tiempo el que espere?

-Ojalá que no.

-¿Qué te lo impide ahora?

-Tiempo, necesitamos tiempo, poco más de una semana no es tiempo.

-Para el amor no existe tiempo.

Como Charlotte sabía que la puerta estaba abierta, salió de la casa de Jasón con los ojos llorosos, ella temía que Jasón solo la utilizara para la escultura y que luego no le diera el crédito que se merecía.

Jasón solo fue a su estudio y tomó el cráneo de Lion para llevárselo a la cocina.

-Deberías comer algo...estas en los huesos. –Dijo Jasón con mucha ironía.

Sin embargo, el dentro de su cabeza escuchaba un: "No gracias, no tengo hambre".

-Si eso supuse, pero de verdad deberías de comer algo.

Jasón tomo su abrigo y salió a la calle para ir a la fábrica de piedra para que le vendieran un bloque en bruto de 1.68 que era lo que media Charlotte, iba a hacer la escultura lo más fiel posible, todo detalle seria copiado y pegado en ese bloque de piedra.

Sin embargo, el enorme pedazo de piedra le llegaría dentro de unas horas a la casa así que aún tenía un poco de tiempo libre.

Una vez en su casa Jasón prendió su televisor y encontró que en la televisión estaba "El Perfume", película que era muy de su agrado...ya que le recordaba a su niñez.

¿Cómo es que a una persona le puede traer recuerdos de su niñez una película de un asesino serial?, Jasón tenía problemas y de hecho él lo sabía mejor que nadie o ya de plano era el único que lo sabía.

Pero a él no le molestaba en lo absoluto ser diferente a los demás, hasta le agradaba ser el bicho raro de la escuela donde estuviera, ya que así no llamaba tanto la atención y eso era precisamente lo que quería evitar.

Por eso es que molestaba tanto a sus compañeros con sus deducciones. Para que no le hablaran y para que ellos no corrieran ningún peligro.

¿Pero por qué no evitaba a Charlotte? ¿Por qué a esa chica de cabello blanco si le hablaba e incluso hasta le daba cumplidos?

La respuesta en realidad no es difícil, todo eso que Jasón hacía por Charlotte era fácil de contestar, solamente era: "Por el poder del amor".

Antaño Jasón le dio un giro a su personalidad de 360 grados por el simple hecho de llamar la atención de una chica de la preparatoria, ¿lo logro? La victoria fue tan aplastante como la de Alemania ante Polonia durante la segunda guerra mundial, pero para su desgracia, Lion fue daño colateral.

Y lo haría de nuevo sin pensarlo, sin importar que hubiera muchos más daños colaterales, siempre y cuando él se alzara con la victoria lo haría de nueva cuenta.

Ya cuando dio la noche y Charlotte estaba en su cama sin poder pegar ojo fue cuando recordó a Jasón.

-Ese desgraciado, ¿cree que puede hacerme esperar como si nada?, ¿acaso no piensa que yo también siento...o es que él no sabe lo que es eso?

Con justa razón Charlotte podía maldecirlo, le había hecho pasar un mal rato y eso no es algo que se pueda perdonar a la ligera.

O al menos para una mujer no.

Ella no se podía sacar de la mente que Jasón solo la utilizara para el luego ser el chivo expiatorio de la escultura, a pesar de que tenía una enorme confianza depositada en Jasón, ella no podía dejar de pensar en una traición.

Que Jasón respondiera con un simple: "no te amo, ahora vete", sería suficiente para que Charlotte no se pudiera recuperar de ese golpe tan abrumador.

-Él no me podría hacer eso. –Se dijo para sí misma. –No sería capaz.

La verdad era que Jasón podía estar actuando de estar enamorado de ella al igual que actuó no poder levantarse del dolor por una caída que no lo lastimo en absoluto.

Charlotte no podía dejar de dar vueltas en su cama por todos los pensamientos que la invadían en ese momento.

Y cuando menos se lo esperaba, un mensaje de Jasón apareció repentinamente en su celular.

-¡Por dios! –dijo exaltada ya la notificación la había asustado.

Cuando reviso el celular se quedó atónita. Era como si el mismo diablo hubiera aparecido delante ella.

"No puedo dormir, tome demasiado café durante la tarde :c". –Decía el mensaje de Jasón.

"Pues eso te pasa por glotón". –fue la respuesta de ella.

"Estas enojada por lo de hoy en la tarde, discúlpame si te decepcione". –pidió Jasón. Charlotte solo podía imaginar la cara de perrito regañado que Jasón pondría.

"No estoy enojada contigo, pero no quiero hablar de eso, mejor dime, ¿Cuánto empiezas con la escultura? –pregunto ella llena de curiosidad.

"Espero empezar el sábado, si puedo antes sería mucho mejor". –respondió él lleno de esperanza.

"Yo ya tengo sueño Jasón, mejor hablamos mañana del tema, escucha esa aburrida música que siempre pones". –Dijo ella burlonamente.

"Ni modo, ¿Qué se le va a hacer?, pero antes quiero decirte algo". –Jasón estaba a la ofensiva antes de la retirada de Charlotte.

-¿Qué será?. –"A ver dime". –casi exigió ella llena de curiosidad.

"El lunar que tienes en el seno derecho es muy lindo". –Jasón aprovecharía cualquier oportunidad para fastidiar a Charlotte.

"¡¿Solo era eso?!, ¡eres un payaso!" –si él hubiera estado presente, Charlotte le hubiera dado una paliza.

"Solo bromeaba...o quien sabe". –del otro lado del teléfono Jasón estaba carcajeándose de Charlotte.

"¡Que tengas buenas noches!". –Sentencio finalmente Charlotte.

"Buenas noches, cariño". –Se despidió Jasón.

-¡¿Cariño?!, ¡Cariño!, será un sin vergüenza de verdad.

Charlotte le reclamo del "Cariño" pero Jasón ya no contestaba, no es necesario mencionar que Jasón lo hacía para molestarla.

-Y ahora no contesta, pero se las verá conmigo mañana.

Charlotte solo se llevó la almohada a la cara del enojo y frustración, y mientras pataleaba las sabanas, finalmente se quedó dormida.

Al día siguiente, ambos se encontraron como era de esperarse en la entrada de la escuela. Cuando Charlotte vio a Jasón, lo mejor hubiera sido llamar a la policía.

Charlotte le quería dar una paliza a Jasón mientras él solo esquivaba o bloqueaba los golpes que Charlotte le lanzaba mientras al mismo tiempo que le decía "Granuja".

-Cálmate de una vez mujer, o podrías salir lastimada.

-¡¿Acaso vas a golpearme?! ¡eres un granuja!

Cuando Charlotte asesto finalmente un jab al pecho de Jasón...ella se lastimo la mano por que no la tenía dura.

-Te lo dije. –Él se lo hecho en cara, burlándose de ella.

-¡Eres despreciable!

-Pero aun así te enamoraste de mí, así que dime una cosa, ¿Qué es lo que te gusta de mí?

Charlotte arremedo con mayor fuerza en sus golpes, pero seguía lastimándose ya fuera las manos o las muñecas.

-¡Patán! ¡No puedo creer que juegues así conmigo!

-Ya relájate mujer. Alterándote no vas a conseguir nada. –Pidió Jasón con un tono desesperado.

-¡Da lo mismo!; ¡Ahora explícame que significa lo de "cariño"!

La cara de Charlotte estaba enrojecida como un betabel por la ira y por la vergüenza.

-No lo sé...solo es una expresión sin más.

-¡Expresión sin más! –Los ojos de Charlotte explotaron en odio.

-No, la verdad es que no era por eso.

-¿Hum? ¡¿Entonces por qué era!?

Jasón solamente tomo de la muñeca a Charlotte por si trataba de abofetearlo y bajando su cabeza le dio un beso que duro unos segundos hasta que Charlotte empujo a Jasón para atrás lo que rompió el beso.

-En realidad fue porque quería hacer eso.

Charlotte jalo la oreja de Jasón muy enojada por lo que él había hecho.

Jasón no paraba de reírse.

-¡Eres un cabrón!, ¡¿acaso crees que no siento?!, no todos somos igual de desalmados que tú. –replico Charlotte.

-Ya, calma, me recuerdas a mi tía. Aunque mira...esto fue algo que ambos queríamos en el fondo. –Jasón finalizo con un suspiro por los nervios.

-¡No tenías por qué hacerlo! ¡Si no somos nada más que amigos!

-¿Nada más que amigos?...¿de verdad no quieres ser algo más? –Pregunto Jasón tentando a la suerte, pero él estaba seguro de lo que quería lograr.

-¡No lo sé! –Dijo Charlotte mientras se volteaba para darle la espalda a Jasón.

-Pues si quieres te puedo dar algún tiempo, el que tú me pidas.

-La verdad no podría esperar tanto. Tú ya me dejaste esperando, de cualquier modo; ¿Ya no quieres hacerme esperar?

-Ahora tu estas en el lado "A". –Dijo Jasón refiriéndose a que ahora ella estaba del lado dominante.

-¿Entonces tengo que decidir yo ahora?

-¿No era lo que querías? Además, no soy bueno tomando decisiones.

-...

-¿Qué decides Charlotte?

Charlotte siguió sin dar respuesta. Al parecer Jasón se había dado por vencido por que lanzo un suspiro.

-Bien, si quieres vamos a clases. –Dijo Jasón tomando del brazo a Charlotte para que ambos fueran a clases.

Ambos se quedaron en un ensordecedor silencio, ¿Qué era lo que pensaba Charlotte?, y si además ella ahora tenía la opción de decidir y de ya no esperar el largo tiempo que Jasón prometió que seria, ¿a que esperaba Charlotte? ¿Era su venganza por las travesuras de Jasón?

La curiosidad que él tenía respecto a los pensamientos de Charlotte era bastante. Esta vez él no podía ni siquiera imaginar que era lo que pensaba y por qué no respondía y se quedaba tan callada como una tumba.

Cuando Jasón finalmente se decidió por romper aquel frio silencio, Charlotte abrió la boca.

-¿Entonces quieres que yo sea la que decida?

-La mujer es la que debe tomar la decisión, si fuera el hombre yo lo llamaría algo, tch, tch, tch...vulgar.

Jasón era una persona más que refinada y excéntrica, todo que él no considerara como "normal", él lo llamaría "vulgar". Un ejemplo, seria, como no dejar las hojas ordenadas en un escritorio.

-¿Vulgar? ¿es por eso que me pedias tiempo?

-¡Exacto!, no era yo el que necesitaba tiempo, simplemente era que no quería ser yo el que estuviera del lado "A".

Charlotte freno en seco. Estaba decidida a decirle algo.

-Saliendo de la escuela te digo lo que me parece. ¿quisieras un café o algo así?

-En todo caso yo lo pago, sabes lo que opino de ello.

No era ni de lejos la respuesta que Jasón esperaba tener, pero no podía pedir más ya que él estaba en el lado "B".

El Tch, tch, tch es la onomatopeya chasquear la lengua.

-Está bien, ahí te diré todo lo que tenga que decirte.

Charlotte estaba seria, era la primera vez que Jasón entraba en pánico en toda su vida, el sentimiento de angustia estaba corrompiendo su alma, casi como si la estuvieran devorando.

De repente un escalofrió recorrió su espina dorsal. Estaba nervioso porque no sabía que debía hacer.

Se preguntaba si había llevado al límite la paciencia de Charlotte. En caso de haberlo hecho ya no podía salvar su relación con ella.

Sería como tratar de salvar a un barco a punto de hundirse.

Aunque cuando se encontró por primera vez con Charlotte ese día estaba al borde de las risas...ahora ya no había ni rastro de la más leve sonrisa en su rostro.

Solo se tranquilizó al saber que su enorme labia lo ayudaría en el peor de los casos.

Pero él no quería recurrir a eso.

Cuando la espera finalmente termino, ambos se encontraron en la entrada de la escuela.

-Y bien... ¿Qué es lo que quieres hacer? –Pregunto Jasón con mucha cautela.

-¿Alguna buena cafetería que conozcas?

Jasón se quedó en silencio por unos segundos.

-Claro, es una no muy lejos de aquí, incluso podemos ir caminando ¿importa?

-En realidad no, solo que sea un buen lugar para la hora del té.

-Esta Leather Ln. Como dije, no muy lejos de aquí.

-Está bien, solo vayamos.

Las manos de Jasón estaban sudadas de los nervios, las palabras cortantes de Charlotte lo herían más que una espada afilada.

Pero el mantenía la compostura.

-Dejando los temas de lado, ¿Tienes planes este fin de semana?, tengo unos boletos para ir al teatro.

Él tenía que pensar rápido, seguir atacando silenciosamente para no hacer enojar a Charlotte.

-Sí, iré con unas amigas al centro de la ciudad. No todos nos la pasamos encerrados en casa como tú.

Esas palabras entraron como una daga al corazón de Jasón.

Lo que más le aterraba es que él no sabía cómo reaccionar en estas situaciones, ya que nunca había pasado por alguna parecida.

-Que lastima, tendré que ir solo entonces.

-Pensé que eso era lo que te gustaba. –respondió ella con una frialdad incalculable.

Jasón solo podía esperar a llegar a la cafetería para poder acabar con esta situación de una vez por todas.

Así que mejor se quedó callado mientras ambos caminaban con dirección a la cafetería.

Una vez que llegaron Jasón se sintió aliviado, ya que todo el camino era como si lo tuvieran contra las cuerdas mientras no paraban de golpearlo.

Una vez que sentaron, Jasón rompió de nueva cuenta el silencio.

-Pide lo que desees, yo invito.

-Está bien.

Charlotte pidió un té de manzanilla y una rebanada de pastel de nuez con menta.

Jasón por su parte, pidió una taza de té de frutos rojos y un strudel, solo que tuvieron que repetir la orden ya que a Jasón se le olvido pedir la crema.

-Bien. Ahora, ¿querías hablar? Adelante. –sentencio Jasón.

-Mira, la verdad es que estuve pensado respecto a este asunto todo el camino y pues...es difícil la verdad, pero tomé una decisión.

Jasón puso sus codos sobre la mesa e inclinando su cuerpo un poco del interés que le causaba.

-Pero no recuerdo que decisión era. –Charlotte sonrió de manera siniestra.

-¿Eso era todo? ¿nada más querías decirme eso? –pregunto Jasón con un tono decepcionado.

-No estés del todo seguro, solo que pues...simplemente no lo recuerdo.

Jasón había elegido el área de fumadores, por eso mismo Charlotte saco un cigarro.

-Gustas de uno.

-Por favor. –Pidió Jasón. –Diste justo en el blanco, la verdad es que ya me hacía falta fumar un poco, estoy muy preocupado.

-¿Por la escuela? Si eres el mejor alumno de toda la universidad.

-Si, digo no, no es por eso que estoy preocupado.

-¿Entonces por qué es?

-Uff, la verdad es porque no he dormido bien estos días, me siento pues...me siento muy saturado.

-Mientes.

Jasón abrió los ojos de manera estrepitosa ya que Charlotte lo había descubierto.

-La verdad es que estas preocupado porque sabes que yo tengo la decisión de que seamos "algo más que amigos" o por el contrario mandarte al infierno que es el lugar donde perteneces por soberbio... ¿me equivoco?

Jasón solo se recargo en la silla por la impresión. Si hubiera estado parado se habría dado un sentón por la caída.

-¿Me equivoco? –pregunto Charlotte ya de forma amenazadora.

-...No. –susurro Jasón.

-Eso es justo lo que pensé, así que en pocas palabras seré la primera mujer en "ser inmune a tus encantos".

Jasón estaba casi por llorar cuando de repente.

Charlotte comenzó a carcajear de pura gracia.

-Estoy mintiendo. –Dijo entre risas. –La verdad es que me gustas mucho, pero a veces puedes llegar a ser un cabrón en toda la extensión de la palabra.

Jasón solo volvió en si para darle una bocanada a su cigarro.

-¿Y entonces...entonces por qué actuaste de esa manera?

-Tú mismo lo has dicho Jasón. Estaba actuando, actuando como tú, idéntico.

-Wow, ¿de verdad así me comporto yo?

-¡claro que sí, cabeza hueca! ¿Por qué crees que me enojo contigo en todo momento?

-Jasón tomo un trago de su té y comenzó a reír junto con Charlotte.

-Solo te di una cucharada de tu propio chocolate.

-¿El que a hierro mata a hierro muere?, sin duda alguna me la creí por completo, desgraciada infeliz.

-No más que tú, perro desgraciado.

Casi como si fuera por reflejo ambos se besaron, esos dos eran tal para cual.

Él era un sujeto excéntrico, fastidioso, sin duda alguna muy inteligente y, por si fuera poco; charlatán y granuja.

Ella en su polo era más divertida, bastante enojona, carismática, muy bella y con tendencias a ser compresiva...solo con tendencias.

Eran como pan y mantequilla.

De alguna u otra manera ellos dos hacían una buena pareja...siendo tan dispareja.

Pero pues ambos se querían y todo, aunque el amor que tenían era algo así como un poco "curioso".

Él la hacía enojar por que le gustaba verla enojada.

Ella lo preocupaba por que la satisfacía verlo al borde de las lágrimas por la angustia.

Pasaron meses con este mismo modus operandi y simplemente la pareja era cada día más feliz.

Charlotte se mudó a la casa de Jasón. Lo último que les preocupaba a ambos era que iban a hacer si se peleaban. Jasón vería como una vulgaridad echar a una mujer de la casa que comparten, pero por el otro lado, pues esa era su casa y marcharse él sería, no vulgar, si no ya de plano estúpido.

Cada que Jasón regresaba de la escuela hacia lo mismo que los últimos dos meses, ponerse a escuchar "Spring Waltz" mientras tallaba cada detalle de la foto de Charlotte en la piedra que había comprado para hacer la escultura.

La estatura era idéntica a la de Charlotte, si ella se ponía en la misma pose la piedra parecía una sombra blanca.

Y cada vez más la escultura iba tomando la forma que Jasón tanto anhelaba que tuviera.

Jasón trabaja golpeteando la piedra poniendo en esos golpes un pequeño trozo de su alma.

Los poetas hacen líneas, los dibujantes bocetos, los músicos hacen sonidos, los escritores hacen letras y los cantantes hacen voces, pero Jasón hacia algo más que todos ellos, el hacía arte puro.

Pero no pura solo por ser escultura, ¡no! El hacía arte pura, porque él era, (aunque no lo pareciera a veces), de corazón puro, sus intenciones eran puras y Charlotte también era una mujer pura, por eso es que resaltaba su belleza de entre millares de mujeres.

Esforzándose día con día todo iba tomando forma para estar lista dentro de poco.

Era una tarde nublada y poco colorida como los últimos meses en Londres.

El clima ya debería haber cambiado, pero no era así.

-Despierta princesa. –Le pidió Jasón a Charlotte mientras él se levantaba del sofá.

Ella se había dormido mientras veían una película.

-¿Hum?, ¿Qué horas son?

-Son las 3, ¿vamos a algún lugar o algo?

-Vamos a la cafetería, ya es la hora del té. –apresuro Charlotte.

-Dame un segundo. –Dijo Jasón mientras se ponía su abrigo.

Todo estaba en regla y solo después de que Jasón tomo su reloj de bolsillo ambos salieron por la puerta.

-Ahora sí, vayamos de una buena vez.

Jasón como ya era muy su costumbre encendió un cigarro el cual no le venía mal con el frio que hacia esa tarde.

Tomaron el autobús para llegar a la universidad y luego de ahí ir a la cafetería donde se "declararon" su extraño amor.

Era su lugar favorito, tanto, que Jasón hablaba al gerente del local para que les apartara el lugar donde se sentaron por primera vez, y si estaba ocupado, que lo desalojaran de inmediato para que mientras llegaban los dos tortolitos, la mesa fuera limpiada hasta quedar impecable.

Aunque era obvio que eso le costaba un dinero a Jasón, al cual ya no le quedaba mucho con la ganancia de "El Fuerte".

Pero todo se solucionaría con la venta de la escultura de Charlotte, la cual Jasón aun no le ponía un nombre.

Estaba entre: "La virgen de piedra" o "Pequeña coneja blanca". Para él era sumamente difícil de decidir.

Ambos, Jasón y Charlotte finalmente llegaron a la famosa cafetería, donde se pusieron a platicar animadamente.

-La escultura esta por acabar. –Dijo Jasón con una sonrisa. –Créeme que si te vieras en un espejo a un lado de ella no podrías saber cuál es la verdadera y cuál es la escultura.

-¿Tan bien está quedando?

Jasón no le mostraba los avances a Charlotte porque quería sorprenderla cuando la acabara.

-Y dime, ¿tu si la reconocerías?

-Ja, claro que sí, hay cosas que la diferenciarían del todo, los ojos por ejemplo...o tu cabello.

Ambos estaban perdidamente enamorados. ¿Dónde estaba la atracción? Nadie lo sabía...ni siquiera ellos.

Pero en realidad eso era lo que hacía linda la relación de los dos, que no hubiera punto de parentesco entre ambos.

Ella era muy inocente, alegre y amable.

Él era despreciable, frio y poco carismático con la gente.

Pero era porque los quería alejar ya que no le gustaba la compañía.

-¿solo por eso?, ¿no habría alguna otra razón?

-Quizá la apreciaría...pero no por ahora.

Charlotte se pidió una rebana de pastel de moras y un chocolate caliente.

Jasón pidió un vaso de leche y un Pay de queso.

Ambos siguieron platicando de la escultura, pero eventualmente cambiaron de tema porque se tornaba enfadoso.

-¿Y qué haremos con el dinero de la venta de la escultura?

-¿Haremos? –Dijo Jasón levantando la ceja derecha.

-Claro, imagino que la venderás a alto precio, así que entonces, ¿Qué haremos?

-No me digas que solo estás conmigo por el dinero.

-¡No seas idiota! –grito Charlotte mientras la gente veía con malos ojos a la pareja y murmuraban en secreto.

-No es nada, sigan en lo suyo. –Dijo Jasón levantándose de la mesa. -¿Quieres calmarte?, era una duda que tenía. –Susurro Jasón para ambos.

-¡¿Cómo pides que me calme?!, ¡eso me hiere! –Susurro también Charlotte, pero con un odio que casi salían fuego de sus palabras.

-¡Solo era una pregunta retórica. ¡No estoy afirmando que sales conmigo por interés!

-De hecho, quería preguntarte lo mismo.

-¿Cómo?

-Quería preguntarte si cuando vendidas la escultura me ibas a dejar ahí tirada...la duda que tenía era si solo me habías utilizado.

-¡No seas tonta Charlotte! –Grito Jasón mientras los demás comensales repetían la escena de verlo con malos ojos. –Perdón...

El gerente estaba a punto de pedirles que se fueran del lugar.

Pero había 10 razones semanales para no hacerlo.

-Mira, todos tenemos dudas...pero yo te amo Charlotte, me atrevo a decir que eres la persona que más he amado en toda mi vida. –Dijo Jasón mientras tomaba las manos de ella.

-Está bien Jasón, todos tenemos defectos...el mío es enojarme fácilmente.

-Si...como aquella vez que te enojaste porque según "te quitaba las sabanas en la noche"

Jasón empezó a recordar...no era un recuerdo agradable.

Una noche que hacia bastante frio Jasón y Charlotte se peleaban a cada momento por un poco más de la sabana de la extensa colcha de la cama.

Charlotte jalaba la sabana alegando que tenía frio y que Jasón se había adueñado de toda la sabana.

Por el otro lado estaba Jasón, que también alegaba que no tenía sabana.

-¡Estoy muriéndome de frio Jasón, al menos déjame un poco de la sabana!

-¡¿Estas demente mujer?!, tú tienes toda la sabana, yo no tengo nada, ¡nada!

Charlotte siguió insistiendo y cuando ambos se levantaron para ver qué pasaba...resulta que la otra mitad de la sabana estaba tirada en el piso del lado de la cama donde estaba Charlotte.

-Te lo dije, yo conozco mi casa mejor que nadie.

El comentario molesto tanto a Charlotte que le dio una patada en la pierna...en un nervio que hizo que una parte del muslo de Jasón se hinchara y no diera dejara de dolerle durante dos días enteros.

Charlotte se apenaba de tan solo recordarlo.

-¡Y te dije que lo siento!

Esta vez el grito colmó la paciencia del gerente.

-Muy bien, si van a gritar a su casa, este lugar es para platicar, no para gritarse, por Dios

-Perdón...no volverá a repetirse. –Persuadió Jasón en defensa de ambos.

Cuando el gerente les dio la espalda ambos empezaron a reírse tapándose la boca para no ser sacados de una vez por todas.

-Y bien. –Sentencio Charlotte. -¿Que vas a hacer con el dinero?

-Pues tenía pensado...en mudarnos a un lugar más tranquilo...comprar una casa un poco más grande.

-¡Con un patio enorme!

-Con un patio enorme...quizá comprarme un auto deportivo...¿y para la dama?

-Un vestido como el de Angelina Jolie.

-Hecho, ¿y que más quiere la dama?

Jasón iba anotando todo lo que Charlotte pedía en una servilleta que agarro de la mesa, la cual tenía algunas gotas de chocolate.

-Tal vez un anillo de oro con una gema en el centro.

-Pide más, pide más.

-tal vez, es un deseo muy tonto, pero...¿tal vez una iglesia?

-¿Una iglesia?, ¿para qué quieres comprar una iglesia?. Oh.

Jasón entendió que Charlotte no quería comprar una iglesia...quería rentarla.

Y el vestido como el de Angelina Jolie no era un vestido de noche...era uno de bodas.

Y el anillo no era uno de adorno...sino uno de compromiso.

-Espera tu estas...esto es inaudito, ¡inaceptable!

Charlotte mal interpreto lo que Jasón quería decir...pensó que la estaba rechazando.

Sin embargo, cuando ella estaba a punto de abofetear al pobre hombre...el interrumpió diciendo:

-¡se supone que debía ser yo quien lo debía proponer!

Era de esperarse de una persona como Jasón. Charlotte entendió de inmediato a que venía el disgusto de Jasón.

-¡Yo debía ser el que estuviera del lado "A", tu no Charlotte!

-Pero no puedes cambiar lo que dije, así que...¿cuál es tu respuesta?

-Caprichosa, y supongo que sí dijo que no ahora...tú me dirás que no después.

-Lo adivinaste muy bien.

-Pues ni modo...está bien Charlotte, acepto. –Dijo Jasón con un poco de disgusto.

A él no le gustaba ni en lo más remoto de su persona ser el que tenía que dar el visto bueno.

-¡Como lo suponía!

-¡solo te digo que si nuestra relación matrimonial se basara únicamente en chantajes y amenazas pediré el divorcio a la semana siguiente!

-Como gustes, pequeño cobarde.

Charlotte le robo un beso a Jasón provocando su furia, a él le gustaba ser el que llevara las riendas de la relación, no ser el que es cargado por la otra mitad.

-Pues bien, ¿todo lo tienes anotado en esa servilleta?

-Así es Madeimoselle.

-Quiero que la enmarquemos y la pongamos en la sala de la casa.

- como gustes Madeimoselle. –Jasón usaba su mano derecha para pedir la mano de Charlotte.

Ella se levantó de la silla y ambos partieron a casa de Jasón.

-¡No puede ser, olvide mi paraguas!

-Ve por él, aquí te espero Charlotte.

-No tardo nada.

Ellos ahora tenían enormes sueños e ilusiones en una vida mejor de la que ellos pudieran imaginar.

Charlotte finalmente salió de la cafetería sonriendo para Jasón.

Ella se había percatado de que olvidaba su paraguas cuando solo había cruzado la calle.

Cuando estaba cruzando la calle, todo parecía normal.

Pero la suerte no estaría del lado de ellos esta vez.

Un auto arrollo a toda velocidad a Charlotte cuando estaba a la mitad de la calle.

-¡¡¡NO!!! –Grito Jasón de terror en estado puro.

Ese auto estaba siendo perseguido por varias motos de la policía que lograron esquivar a Charlotte para no rematar su cuerpo en el suelo.

Una de las motos se detuvo a tiempo.

-¡Maldición, el sospechoso acaba de atropellar a una joven, manden una ambulancia de inmediato!

-¡Charlotte, Charlotte!, ¡por el amor de Dios, ¡¡qué hago?!

-Calmase señor, la ambulancia viene de inmediato.

La lluvia no se hizo esperar.

-¡Por Dios Charlotte, por favor quédate...no me dejes!

Jasón solo abrazaba a Charlotte.

Los sueños e ilusiones de ambos se desvanecieron al instante, y todo por culpa de un desgraciado hijo de puta.

Ella era inocente de todo cargo de cual se le acusara...ella no había hecho nada malo, solo tenía el sueño de vivir una vida feliz a un lado de Jasón, nada más.

Pero el destino no lo quería así.

Lamentablemente Charlotte murió casi al instante, no pudo ni escuchar a Jasón gritar del terror.

Su especialidad era la de preocupar a Jasón...pero esta vez ya no era divertido.

Él solo lloraba en las noches durante semanas.

El quería despertar de ese espantoso, pero no podía, porque no era un sueño.

Y cada que despertaba lo hacía con la fuerte esperanza de que Charlotte despertara al lado de él.

Pero nunca sucedía, lo cual le hacía sentir un enorme frio en su corazón, mientras seguía llorando y lamentándose por no acompañarla por su paraguas.

Nada hubiera cambiado si él o ambos hubieran ido por el paraguas, pero él no podía dejar de echarse la culpa y de maldecirse por eso.

Sin embargo, el creía que si aún amaba a Charlotte debía de completar la escultura, esa escultura donde ella era protagonista.

Jasón finalmente termino la escultura, pero no estaba satisfecho, no porque no le hubiera gustado o algo así.

No estaba satisfecho porque Charlotte no le daría su opinión de la que él llamaba la escultura que "te hará pensar que tú eres la de piedra."

Tocaba todas las noches "La Virgen del Lago de los Cisnes" mientras miraba la escultura llorando de la tristeza que le causaba el saber que Charlotte no regresaría jamás.

Sin embargo, necesitaba dinero y rento la escultura al Museo del Louvre que pago la inconmensurable cantidad de 100 mil euros por la renta mensual de la escultura.

Jasón ahora estaba rebosante de dinero y de fama ya que al poco tiempo la famosa escultura de Jasón fue declarada como patrimonio de la humanidad por la UNESCO debido a lo bella que era la escultura.

Jasón estaba en una conferencia en el museo del Louvre explicando la escultura.

-¿Cuál es su nombre?

-...

-¿Monsieur Wibe?

-¿he?, disculpe...estaba pensado, ¿Cuál era la pregunta?

-¿Cómo se llama la escultura, Monsieur Wibe?

-Tarde mucho en decidirme por el nombre, pero...se llama "La Gata Blanca".

-¿Por qué ese nombre?

-Bueno digamos que la modelo fue mi novia...y ella era como un gato asustado de vez en cuando, y pues ella también tenía el cabello blanco natural.

-¿Y ella donde está ahora? ¿Por qué no vino a la conferencia?

-Ella falleció dos meses antes de la culminación de la escultura...estoy más que seguro que le hubiera encantado.

-Qué pena Monsieur Wibe, ¡La siguiente pregunta!

Jasón ahora era igual de famoso que algún presiente de alguna nación poderosa o igual de famoso que algún cantante sin talento de la época...pero todo ese dinero y esa fama le eran indiferentes.

No le hallaba sentido ya que no tenía nadie con quien compartir el éxito que tanto anhelaba.

Era como beber una botella de vino sin compañía, simplemente triste.

Jasón era como una cascara vacía por dentro, toda su alegría se había ido junto con Charlotte.

Él no podía dejar de recordar una promesa que le hizo un día.

-Yo algún dirá seré el mejor escultor del mundo...no, ¡el mejor de toda la historia!

-Y yo también estoy segura de ello, tú serás el mejor Jasón.

-Sin duda alguna, por eso mismo debo terminar tu escultura, ¡te la dedicare a ti!, así como poetas dedican sus letras a sus amadas, cantantes dedican sus melodías a sus amores, ¡yo te dedicare esa escultura, Charlotte!

-Sé que lo harás...pero prométeme una cosa.

Charlotte abrazo por atrás a Jasón.

-¿Qué quieres que te prometa Charlotte?

-Prométeme que serás el mejor escultor de toda la historia, mejor que nadie.

Charlotte solo cerro los ojos mientras aun abrazaba a Jasón.

-Prometido, algún día me veras ser el mejor, tu estarás en primera fila. –El solo se volteó para regresar el abrazo.

Jasón despertó de su sueño encontrándose a sí mismo tocando "La Virgen del Lago de los Cisnes" canción que había escrito pensando en su entonces amor secreto.

-...Charlotte.

Jasón tomaba vino cuando dejo de tocar la melodía.

-Te cumpliré esa promesa que te hice...seré el mejor de toda la historia. Ya te falle una vez, pero dos no.

Jasón se levantó y miro la servilleta de tela donde había anotado lo que ella quería que Jasón le regalara, incluso las gotas de chocolate aún se conservaban.

Jasón ya no lloraba, ella seguramente le daría una paliza si lo viera en ese estado.

Tenía una promesa que cumplir y llorar no iba a solucionar nada.

Pasados unos días Jasón llamo a una rueda de prensa.

-Muy bien, la conferencia va a comenzar.

Decenas de fotógrafos tomaban fotos de Jasón que portaba un caro traje de diseñador. Lo excéntrico jamás se le quitaría.

-Muy bien, quiero decirles que, después del éxito de "La Gata Blanca", me he animado a hacer una nueva escultura...una escultura de la virgen María.

-¡Transcendental!

-Impresionante.

-¿Cuándo empezara, maestro?

-No lo sé...primero necesito una modelo que pose para mí, una de origen hebreo y de ser posible también judía. Quiero que la escultura sea tan idéntica como sea posible y pues...¡sé que suena racista pero necesito una nariz como la de María!

Varios de la prensa soltaron alguna risita, otros por el contrario estaban confundidos o incomodos con el comentario.

-¡Entonces se abre la oportunidad de que una mujer en el mundo sea la que pose para ser inmortalizada como la virgen María!

-¿Pero quién puede ser?

-No lo sé, tráiganmela y quizá lo averigüe, solo quizá.

Como era de esperarse miles de correos le llegaron a Jasón con fotos de mujeres bastante hermosas, otras muy famosas y algunas totalmente desconocidas.

Jasón se la pasaba horas en su computadora tratando de seleccionar a una sola mujer de entre los miles y miles que había en el mundo del modelaje.

Muchas incluso ni eran modelos, solo eran chicas que querían ser partícipes de este espectáculo de proporciones bíblicas, jejeje, literalmente.

Después de la segunda semana Jasón por fin encontró a la adecuada.

Era una chica mexicana que vivía en Londres, de tez un poco morena, pero no era importarte ya que pues la escultura iba a ser totalmente blanca.

Una vez que la contacto la invito a su casa como era debido.

Alguien toco la puerta de los aposentos de Jasón.

-Bu-buenas tardes, vine por lo del correo.

-Pasa querida, estás en tu casa.

Jasón la recibió con todo detalle bien cubierto, le ofreció vino, algunos aperitivos pequeños y ya por ultimo ambos se sentaron a platicar en la sala.

-Y dime, ¿Jimena?, ¿ese es tu nombre verdad? –Pregunto Jasón un poco desconcertado.

-Así es señor Wibe.

-Solo dime "Wibe", no soy casado así que pues no le veo mucho caso. –Decía Jasón mientras movía su cabeza de izquierda a derecha.

-Escuche que se iba a casar, ¿es por eso que prefiere el Wibe?

-Si...pero prefiero no hablar del tema...no me trae buenos recuerdos.

-Mis disculpas Wibe, no sabía sobre el asunto.

-No te preocupes, no lo sabias así que no hay necesidad de disculparse. Interrumpió Jasón. –Ahora, viene el asunto de interés.

Jasón saco de su saco una hermosa pipa de color ámbar con 3 círculos color café obscuro en la cazoleta de la misma.

-Iré directo al punto, deberás. –Jasón paro un poco mientras daba unas cuantas bocanas a la pipa para prenderla. –Deberás guardar completo silencio respecto al tema, no se lo mencionaras a nadie, por qué pues. –Jasón nuevamente hizo una pausa para seguir dando bocanas a la pipa. –Pues porque soy muy mal pensado, y si...por algún casual alguien lleva a saber cómo es la pose de la escultura me molestare muchísimo y la única que podría decir como es la pose eres tú.

Jimena se quedó pasmada por el comentario de Jasón mientras él apisonaba el tabaco de la pipa para volver a prenderlo.

-Y como digo, si por algún casual se llega a saber cómo va a hacer la escultura solo podría pensar que fuiste tú la que se lo dijo a la prensa, y aunque tú no fueras, pues ya te dije que soy muy mal pensado.

Jasón termino de prender su pipa y comenzó a fumarla.

-No se preocupe, no le dije a nadie, solo tome mi celular y me vine de inmediato, así que nadie más que yo lo sabe.

-¡Excelente! –Grito Jasón mientras golpeaba la mesa con su dedo índice. –Ahora, hay una ropa que está en aquella mochila, ¿serias tan amable de ir por la mochila y de revisar que hay ahí adentro?

-Po-Por supuesto, Wibe.

Cuando Jimena fue por la mochila la tomo y la llevo hasta donde Jasón estaba.

-ES una sorpresa para ti, revisa por favor. –Dijo Jasón mientras usaba la palma de su mano izquierda para apuntar a la mochila.

Jimena hizo lo pedido sin responder a nada, lo que había ahí era un vestido de la virgen María y una sábana de seda.

-¿Esto es lo que usare?

-Exacto, pero es ropa muy caliente y como lamentablemente la temperatura ya subió pues sería muy incómodo usarla una sesión de 5 horas todos los días de la semana, ¿no es así?

-Tiene toda la razón Mr. Wibe, serie muy incómodo, así que, ¿Qué sugiere?

-Pues solo has el sacrificio de ponértela esta vez y yo usare esto. –Jasón saco una cámara fotográfica de un cajo que estaba a un lado del sillón donde estaba sentado.

-Está bien Mr. Wibe, solo esta vez, ¿hay algún lugar donde pueda cambiarme?

-EL baño es espacioso, puedes hacerlo ahí si gustas, o está mi habitación también.

-Quizá su habitación sea mejor.

-Adelante...estás en tu casa.

Jimena se fue de inmediato a la habitación de Jasón para cambiarse y por su lado él saco una flor de Lili de un enorme jarrón y la puso en un pequeño florero.

-¿Puedo poner música? –Pregunto Jasón desde la sala.

-Claro Mr. Wibe, es su casa después de todo.

-Lo sé, pero para mí, poner música sin consentimiento de la persona que me hace compañía es una...falta de respeto.

-Es usted muy educado Mr. Wibe.

-Lo sé, quizá es por eso que la mujer que iba a ser mi esposa se enamoró de mi...¿sabías que ella es "La Gata Blanca".

-Había escuchado algo parecido.

Jasón fue a su toca discos y puso algo de Chopin.

-Quizá sea muy atrevido de mi parte Mr. Wibe, pero, ¿cómo murió ella?

-Estábamos saliendo del café y la atropello un fugitivo.

-Que terrible.

-Las cosas pasan, de hecho, aún soy escultor por una promesa que le hice.

-Es una curiosa historia de amor Mr. Wibe.

-Ja, los de la escuela nos decían lo mismo a todas horas.

Jimena pronto salió del cuarto vestida como Jasón le había pedido.

-Santo Dios, si fueras blanca serias idéntica a la virgen María, pero pareces más a la Virgen Morena de Guadalupe.

-¿Conoce la historia Mr. Wibe?

-Claro que la conozco, la leí una vez en la biblioteca de la preparatoria.

Jasón termino de preparar el escenario donde se tomaría la foto, había colgado la sabana de seda del techo.

-¿Y la sabana para qué es?

-Shh, ya lo veras cuando te muestre las fotos, esta sin duda será una obra de arte.

Jimena se puso a un lado de la manta, pero esta le llegaba a las rodillas.

-Ahora agáchate como si fueras a tomar la flor que está en ese pequeño florero.

-¿Me hinco entonces?

-Sí, mejor dicho.

Cuando Jimena se hinco la sabana tomaba forma de alas que salían de la espalda de la Virgen María.

Ahí estaba la gracia de colgar la sabana del techo.

Jasón tomo fotos en los 360 grados de Jimena. Debía capturar todo ángulo para luego pasarlo a la piedra que usaría.

-Listo Jimena, todo listo.

-¿Puedo ver las foto?

-¡Por supuesto!, me ofendería que no lo hicieras.

Jasón mostro las fotos a Jimena la cual quedo encantada con el resultado, de verdad parecía la virgen María en toda la extensión de la palabra "Parecer".

Es como si fuera la mismísima María en persona.

-¿La flor le tomara trabajo Mr. Wibe?

-Un poco, debo poner, irónicamente, a flor de piel todo detalle de la flor. –Dijo Jasón mientras se reía un poco.

-¿Cómo es que sabe tomar tan buenas fotos?

-Lo que pasa es que antes de entrar a la universidad...hice una carrera técnica en fotografía, de ahí es que viene la magia.

-Impresionante Mr. Wibe. Sin duda usted ha hecho muchas cosas.

-Y que lo digas Jimena, soy bueno en muchas cosas.

-Es un honor trabajar con usted sin pensarlo dos veces.

-Pero bueno, no es por ser grosero ni nada, pero, tengo que trabajar así que, pues prefiero estar solo, la llamara cuando la escultura esté terminada.

-Oh, no hay problema Mr. Wibe, lo dejo trabajar, le agradezco su hospitalidad, solo iré a cambiarme.

-No hay de que, eres mi invitada después de todo.

Mientras Jimena se cambiaba, Jasón terminaba su pipa que había dejado sobre la mesa para poder tomar las fotos.

Jimena finalmente salió del cuarto y Jasón la encamino a la salida.

-Ahora Jimena, te daré un buen consejo, de verdad no digas nada a nadie, ni siquiera a tu madre o hermanos, si se llega a saber que tú eres la modelo que escogí estarás en problemas, créeme...lidiar con la fama es como tratar de lidiar con un grupo de lobos hambrientos.

Ambos rieron por el chiste de Jasón.

-Tomare su consejo en cuenta Mr. Wibe.

Jimena se marchó a su estudio y se puso a analizar por donde debía de empezar cuando iniciara con la producción de la escultura.

Una vez que se decidió por dónde empezar llamo de inmediato a la marmolería para que le trajeran un bloque de piedra para ponerse a trabajar.

El chisme corrió como pólvora y en menos de 2 horas ya toda internet sabía que Jasón Wibe estaba dando inicio a una nueva escultura.

Jimena apenas podía contener la tentación de gritarle al mundo entero: "Yo soy la chica que será la virgen María". Pero, por temor a que Jasón se molestara y ya no la esculpiera a ella si no a alguien más, mejor se guardó el secreto.

Una vez que la piedra llego a casa de Jasón el tomo su martillo y su cincel y se puso a trabar de inmediato al son de "La Stravaganza" de Vivaldi.

Paso semanas, meses en tallar todos los detalles de la escultura, lo que más trabajo le costaba era la flor de Lili y las alas, tenía que darle tantos detalles que solo esas dos partes le tomaron más de un mes de trabajo.

Después de casi 6 meses de trabajar incansablemente en la escultura, finalmente termino.

Llamo a Jimena para darle la excelente noticia y la cito en su casa a las 2 de la tarde.

Eran las 11 cuando eso paso, Jasón se puso un mandil, (masculino), de cocina y se puso a preparar una gran comida.

Poniendo en la mesa ingentes cantidades de comida para dos personas Jasón sirvió: Pate de hígado de pato al limón, consomé de pato con arroz, el infaltable vino para Jimena y para él un buen vaso de escoces añejado por 25 años.

Y el postre: Strudel de fresas con crema.

Todo estaba en regla, Jasón se puso su traje, pero en vez de saco lo que se puso fue un chaleco y una camisa rojo obscuro.

Cuando Jimena toco la puerta, Jasón fue casi corriendo a abrirla, invitándola a pasar y saludando de beso a Jimena.

-Vas a quedar encantada. –Aseguro Jasón mientras apuraba a Jimena para que viera la escultura.

-Ya no puedo esperar, 6 meses esperando para ver el resultado.

Cuando llegaron a donde estaba la escultura, esta, estaba tapada con una manta que la cubría por completo.

-¡Y aquí está el resultado!

Cuando retiro la manta, Jimena se impactó porque parecía que estaba viendo su rostro en un espejo.

No había ninguna variación en la forma de su cara, simplemente era perfecto, ningún defecto y todo era idéntico.

-¿Quieres compararla con la fotografía?

Cuando Jasón le entrego la fotografía a Jimena para que la comparara, pues no es necesario decir que quedo boca abierta por que era idéntica ya que Jasón había puesto la foto en blanco y negro.

-Es hermosa, hermosa sin duda alguna.

-¿Y sabes que es lo mejor?, que tú eres la que está ahí hincada queriendo tomar esa flor, vamos a celebrar de una santa vez.

-Se me fue el hambre de la impresión, pero sería una grosería decir que no.

-Mira que fue hace 6 meses que nos vimos, pero te acuerdas de como soy.

-Claro, la primera impresión es la que dura de por vida.

Ambos rieron por la sinceridad del comentario.

-Me agradas, eres muy honesta, igual que yo igual que yo, ahora, por favor toma asiento.

Jasón hizo la silla de Jimena para atrás para que ella se sentara, luego la recorrió y él se sentó del otro lado de la mesa.

-Bravo Mr. Wibe, se ve delicioso.

-Gracias, solo hace falta que lo pruebes tú, adelante después de ti.

Jimena probo el pate de pato con un poco de pan.

-No me gusta mucho el hígado, pero debo recocer que este esta delicioso.

-Gracias, la verdad es que tengo la boca hecha agua así que mejor empiezo también yo.

Ambos empezaron a comer y solo entre algunas pausas para beber se hablaban.

-Te aseguro Jimena, esto te hará sumamente famosa, serás la cara más vista en todas las revistas de moda y belleza.

-No se diga de usted Mr. Wibe, seguramente esa escultura lo hará más famoso de lo que ya es, de eso no le debe caber duda alguna.

-Lo sé, seremos muy famosos ambos.

-Salud por eso Mr. Wibe.

-Salud. –Jasón prendió un cigarrillo sonrientemente. –La Pipa me cuesta trabajo prenderla, mejor el cigarro que es más cómodo y para una "probada" por decirlo así.

-No se preocupe señor Wibe, todo saldrá bien, así como la comida del día de hoy.

Jasón le sonrió enormemente a Jimena.

-¿Alguna vez has probado el Strudel?, es un postre...me parece que de origen romano que se extendió por Francia y Alemania, me parece que también por Italia pero no recuerdo bien.

-No, no le he probado.

-Adelante, pruébelo, debe estar exquisito.

Jimena tomo el tenedor y prosiguió a comer. Pero Jasón la detuvo con un ademan.

-Asegúrese de ponerle mucha crema, eso es lo que le da el sabor.

Jimena hizo lo que Jasón le recomendó, con el tenedor pico un pedazo del strudel y con el cuchillo puso bastante de la crema.

-¿Usted no va a comer, Mr. Wibe?

-No. La verdad estoy repleto, prefiero solamente seguir con el escoces.

A medida que Jimena comía más de la crema ella fruncía el ceño.

-Bien, ¿veredicto? –Pregunto Jasón.

-Delicioso, pero la verdad es que la crema me sabe...un poco rara, no lo sé. –Dijo Jimena mientras levantaba la ceja.

-¡Ah, idiota!, debí usar crema echada a perder, soy un idiota, mis disculpas Jimena, que descuidado fui.

-No se preocupe, lo demás estuvo excelente.

-¿Verdad que si?, pero cambiando de tema, ambos seremos muy famosos el día de mañana que exponga la escultura...es una lástima que usted no estará ahí para presenciarlo.

Jimena se extrañó nuevamente frunciendo el ceño.

-¿Cómo?, ¿de verdad no me va a invitar? –Dijo Jimena entre risas.

-Ojalá fuera eso Jimena, pero la verdad es que la belleza de la escultura solo puede transmitirse en la muerte...yo creo que por eso "La Gata Blanca" es muy bella.

Sonaba de fondo "Réquiem" de Mozart.

Jimena empezó a sentir un ardor en su garganta y estómago, al mismo tiempo de sentirse mareada y con arcadas.

-Yo tengo la firme creencia que una escultura solo puede ser bella si la modelo muere terminado el trabajo, así como le paso a mi prometida cuando la atropellaron.

Jasón no comió del strudel por que estuviera satisfecho, y la crema no sabía rara por que estuviera echada a perder.

Estaba envenenada.

y Jimena había comido una buena cantidad.

Jimena callo de la silla retorciéndose escupiendo espuma por la boca, estaba muriendo peor que un perro.

Jasón se sirvió un poco más de escoces y se levantó de la silla para ver como Jimena se retorcía en el piso.

-Te doy gracias porque me más famoso Jimena, pero la verdad me duele que tu estarás ahí para verlo, una lástima si me preguntas, así que solo me queda decirte, ¡Adiós!

Jasón se agacho y le dio un beso de despedida en la mejilla a Jimena la cual dio su último suspiro y finalmente murió.

Al día siguiente Jasón convoco de nueva cuenta una rueda de prensa. El lugar estaba abarrotado por medios de comunicación y de amantes del arte.

-¡Por favor responda unas preguntas Mr. Wibe!

-Nada de preguntas, todo se quedará aclarado de inmediato cuando vean la escultura.

Jasón subió unos escalones hasta ponerse junto a su escultura que estaba cubierta de una manta negra.

-Ahora, les presento a, "¡La virgen del paraíso!".

Cuando Jasón retiro la manta el sonido se silenció por completo, todos estaban maravillados al ver la escultura.

La virgen María estaba hincada tratando de tomar una flor de Lili con las palmas de sus manos mientras que de su espalda salían unas alas enormes que daban un pequeño giro sobre ellas mismas.

Todos los presentes se quedaron en silencio unos segundos hasta que uno de ellos empezó a aplaudir.

Seguido de un efecto domino toda la multitud aplaudió por más de un minuto al bello trabajo de Wibe.

-¡Hermosa!

-¡Que atrevido es este hombre, simplemente sublime!

-Todos querían estrechar las manos de Jasón por el excelente trabajo realizado, a nadie le cambia duda de que él era el mejor escultor del mundo.

Pero a Jasón no le bastaba con ese título, él quería más.

No pasadas ni seis horas el Papa Francisco pidió que se llevada a la basílica de San Pedro para que se quedara ahí.

Jasón acepto sin ningún problema, todos los museos del mundo estaban celosísimos de Francisco por que se había adueñado de semejante obra maestra.

Jasón pidió que no se le diera ni una sola moneda por que la escultura se quedara en la Basílica de San Pedro, de hecho, hasta le gustaba la idea.

El dinero no le preocupaba en lo absoluto, y además no había de donde exprimirlo ya que el sumo Pontífice no cobraría ni un solo centavo de euro por que se viera la escultura.

Una vez en la Ciudad del Vaticano, todos los miembros de la iglesia recibieron a Jasón con mucho aprecio.

Centenares de guardias escoltaban a "La virgen del paraíso" por medidas de seguridad.

Cuando Francisco la tuvo enfrente no pudo evitar derramar lágrimas por lo hermosa que era la escultura, y ahí mismo se hinco para ponerse a rezar.

Una vez que termino de rezar, el sumo pontífice tomo las manos de Jasón y las beso, luego le dijo: "Sin duda alguna, tu eres un bendito".

Si el Papa tan solo supiera cual era la historia detrás de la escultura seguramente se retractaría de esas palabras.

Pero nadie sabía nada.

Las fotos no se hicieron esperar y miles de fotógrafos retrataron a Jasón y a Francisco juntos.

Ese era el día más importante en la vida de Jasón.

Claro, solo por detrás del día que hizo la promesa de ser el mejor escultor de la historia.

-Dime, hijo mío, ¿Quién fue la santa mujer que poso para ti?

-Nadie sumo pontífice, todo salió de aquí. –Dijo Jasón mientras apuntaba a su cabeza.

-Tú ya tienes el cielo ganado, Dios te bendigo para que hicieras con tus manos cosas que ningún humano ha hecho antes.

La crítica aclamo a "La virgen del paraíso" diciendo que: "Piedad del Vaticano de Miguel Ángel no es ni siquiera excremento en comparación de La virgen del paraíso"-

Así de hermosa era la escultura que Jasón hizo con sus propias manos...y con la sangre de Jimena.

No es necesario mencionar que, si de por si Jasón ya era bastante famoso, ahora tenía éxito a nivel mundial, solo calcula cuantos seguidores tiene la iglesia católica, todos y cada uno de ellos conocía el nombre de Jasón Wibe.

Simplemente no cabe en la mente humana.

La reina Isabel llamo a Jasón para una visita en su palacio.

Jasón más que encantado acepto la invitación de la Reina.

Jasón fue recibido por toda la escolta real del palacio y fue llevado hasta donde la reina Isabel para saludarla de beso muy cordialmente.

-Su majestad.

-Señor escultor, sea bienvenido al palacio de Buckingham.

Jasón fue nuevamente recibido en el comedor de la reina Isabel donde toda la familia real lo esperaba.

Después de saludar a las princesas, a los príncipes y al Rey Felipe se sentó en uno de los extremos de la mesa cuadrada.

Como era de esperarse la Reina no iba a escatimar en gastos y sirvió toda una comida espectacular para esa ocasión especial.

El plato fuerte era el preferido de Jasón, (algo que la reina no sabía), Bruschetta con ternera y queso de cabra.

Otro plato de la comida que se sirvió también era gustosa para Jasón, ya que todos los días la disfrutaba con su fallecida prometida.

Eran pequeños bocadillos con carne de res con una loncha de queso con tocino envuelto.

Era una comida humilde que cualquiera podría comprar, pero realmente era algo delicioso que hasta la familia real gustaba de comer.

-Muy bien señor Wibe, ¿le gusto la comida? –pregunto ansiosa la reina.

-Por supuesto que sí, su majestad, no había comido algo así en algunos meses.

-Este chico no se anda con rodeos, parece ser que come muy fino. Se burló Felipe.

-Claro que su majestad, soy aficionado de la comida de buen gusto, hace poco comí paté de hígado de pato con un buen vaso de escoces.

-Comer hígado de pato es algo no muy común, pero sin duda debiste prepararlo con algo. Dijo Felipe mientras hacía ademanes con sus cubiertos.

-Claro que si su majestad, lo sazone con cebolla, eneldo seco y, como soy racista, también con pimienta blanca.

La familia real salto a carcajadas por el comentario tan elocuente de Jasón.

Era un comentario que ninguno de los presentes esperaba. De ahí que vino la gracia.

-Sin duda usted tiene un buen sentido del humor señor Wibe, es tremendo. –Dijo la Reina mientras se secaba las lágrimas con su pañuelo.

-No es nada su majestad, pero yo sé que no me ha invitado al palacio solamente a festejar el éxito de mis esculturas, a comer o a conocer a sus apuestos hijos.

-Gracias. –interrumpió el duque Guillermo.

-O a admirar a las bellas damas.

-Gracias. –interrumpió ahora la duquesa Catalina.

-Ahora, la duda que me carcome es...¿para qué me llamo?

-Usted tiene mucha determinación, señor Wibe.

-No es determinación su majestad, es firmeza y rectitud. –Dijo Jasón mientras hacia un ademan con su mano derecha.

-Pues primero que nada llamare al postre. ¿ha probado el strudel, Señor Wibe?

-No, su majestad, no lo he probado.

Jasón en ese momento recordó a Jimena retorciéndose en el piso.

-Tenga por seguro que le va a fascinar, señor Wibe.

-Sin duda, por favor su majestad.

Mientras los comensales comían el strudel la Reina Isabel explicaba a Jasón el porqué de ser invitado a comer.

-Señor Wibe, usted es un excelente escultor, lo que quiero es que esculpa a la familia real, si no es molestia alguna.

-Oh no, no, no. Su majestad, no es ninguna molestia.

-¡Excelente!, ¿Cuándo puede comenzar?

-Si quiere después de comer.

La familia real nuevamente se soltó a reír,

-Usted sí que es entusiasta. Respondió la Reina.

-Además de eso me gusta mi trabajo.

Una vez que todos los comensales acabaron de comer, Jasón los preparo para la fotografía.

-Muy bien, ¿entonces en esta pared quiere la escultura? –pregunto Jasón mientras señalaba una pared de piedra.

-Sí, aquí será, la verdad es que a mí no me termino de gustar la idea...ya sabe que la reina no está en condiciones de posar para una pintura o para una escultura como antaño era. –Demostró Felipe su preocupación por la reina.

-Mire señor Rey, la verdad es que yo utilizo un "extraño método de escultura", primero tomo varias fotos y después en base a esas fotos esculpo, solo será un momento.

-¡Ah!, ¡muchas gracias señor Wibe. Eso me alegra mucho.

-¡Muy bien, todos en pose!

Jasón prosiguió a tomar las fotografías necesarias para esculpir a la numerosa familia real, estarían los padres, los hijos, los nietos, los bisnietos y los tataranietos, (que familia tan longeva la de Inglaterra).

Una vez termino la sesión de fotos, Jasón se puso a trabajar de inmediato, empezando del lado izquierdo de la pared, empezando por el ultimo tataranieto de Isabel.

La escultura le tomo nada más y nada menos que cerca de un año esculpirla, un año de vivir incluso en el palacio de Buckingham para terminarla más rápido incluso.

Jasón trabajaba días y noches enteras para terminar. Ponía tanto empeño en ella que parecía que no viviría un día más para continuar.

El lugar donde estaba montada la escultura naturalmente era un desorden. No solo por el escombro y polvo que soltaba la piedra, si no también, por las coletas de cigarro que Jasón no paraba de tirar en el suelo.

La Reina no tuvo queja alguna, pero si varios empleados del palacio porque decían que Jasón se la pasaba merodeando en la enorme morada de la Reina.

Lo cual no era mentira del todo, Jasón sí que de veces salía por la noche a tomar un poco de aire fresco para liberar la presión del trabajo, que en realidad no tiene nada de malo. Simplemente los trabajadores no querían a Jasón en el palacio por todo el desorden que hacía.

Jasón ponía a veces a un alto volumen canciones de violín y pues eso molestaba a los que trabajan cerca del lugar de la obra.

Cuando la Reina pasaba a veces se quedaba a degustar de la música lo más cerca posible, ya que, Jasón les prohibió rotundamente a todo miembro de la familia real acercarse a "echar un ojo a la obra" que era otra queja de los trabajadores.

"Solo falta que la corra del mismo palacio, su majestad".

Era lo que reprochaban los envidiosos trabajadores a la Reina Isabel. Pero como era de esperarse, ella hacia caso omiso a estos comentarios.

El trabajo de Jasón seria bien compensado sin duda, una paga extraordinaria, y eso era lo que molestaba a los trabajadores.

"le van a pagar a un fulano que solo vino a hacer desmadre al real palacio".

Era otra de las quejas que tenían entre ellos.

Otra cosa que sin duda molestaba más que nada a todo trabajador o trabajadora del palacio es que a Jasón lo trataban "con pincitas".

No le regañaban de nada, lo trataban como a un miembro más de la familia, le servían bien de comer, su cuarto era uno de la familia real y no uno "humilde" como el de la servidumbre y para colmo...algunas sirvientas tenían que ir a hacer la limpieza a la casa de Jasón.

Pero la Reina no era ni de lejos tonta, esa tarea se la pidió personalmente con su enorme encanto de señora a las sirvientas más jóvenes y con menos tiempo en el palacio para que fueran a hacer disparates en la casa de su valioso invitado, si ponía a las que más tiempo llevaban, seguramente no limpiarían bien, le ocultarían cosas al señor Wibe y quizá hasta se las robaran. Por eso es que Isabel tenía todo ángulo cubierto si quería que la escultura saliera bien.

Cuando Jasón termino hizo pasar a toda la familia al lugar donde estaba la escultura, cuando quito la manta a la Reina casi le da un infarto por la impresión de lo bien hecha que estaba la escultura.

Todo detalle, toda expresión, toda marca e incluso penosamente, toda arruga estaba bien esculpida en esa pared.

Era como si fuera una enorme fotografía en blanco de la familia real.

-Por el amor de Dios, me veo tan bien, que me atrevo a decir que hasta parezco más joven. –Dijo burlonamente la Reina.

-Sin duda no esperábamos menos de usted Señor Wibe. –Menciono Felipe mientras estrechaba la mano de Jasón.

-No hay de que su majestad, solo hice el trabajo que me pidieron.

-Un muy buen trabajo, esto sin duda merece la celebración final.

-Gracias, gracias, pero de verdad, no fue nada, me agrado estar en compañía de ustedes.

Una vez en la mesa todos brindaron un nuevo éxito del señor Wibe.

-Ella estaría orgullosa de esto. –Pensó Jasón.

Una vez que las fotografías fueron tomadas, los rumores escaparon del país, ya había una enorme fila de Reyes, Sultanes, emperadores, monarcas y kanes esperando turno para que Jasón les hiciera sus esculturas.

Pero ninguno de ellos obtuvo respuesta satisfactoria. Jasón no estaba interesado.

En las entrevistas Jasón dijo: "Lo hare, pero ahora tengo otras cosas que hacer".

Eso significaba solo una cosa y solo una cosa.

Que Jasón haría una nueva escultura, lo cual era ansiado por centenares de miles de personas.

Pero Jasón no tenía prisa alguna, tenía que buscar de nueva cuenta a una modelo para que posara para él.

Cuando la noticia se supo, (de nuevo), millares de modelos de todo el largo y ancho del mundo querían una oportunidad de lo que parecería ser su boleto de lotería a la fama internacional.

Pero los rumores estaban de pie, ¿de verdad nadie gano la vez pasada?.

Jasón dijo que la escultura de "La Virgen del Paraíso" había sido sacada de su mente, que nadie había posado para él.

¿Enserio nadie había ganado la vez pasada? Era lo que se preguntaba el mundo entero

Pero alguien había ganado...pero no había vivido para contarlo.

Claramente eso la gente no lo sabía, pero querían respuestas YA. Querían saber quién era la modelo que poso para él.

De entre todas las mujeres, hubo una que le llamo la atención a Jasón.

Austriaca de no más de 23 años. Su nombre era bastante lindo.

Laura, era todo lo que quería saber de ella.

Cuando la vio supo que era lo que tenía que hacer.

Ella vivía en Austria, lo que era un problema, ya que forzosamente tenía que viajar a Londres...o quizá no del todo.

La contactó y le pidió que posara para él, y que viajara a Londres sin comentarle a absolutamente a nadie de a que iba.

Solo tenía que decir, "que por un asunto de trabajo", nada más y nada menos.

Le dijo lo mismo que ha Jimena, "lidiar con la fama es difícil, lo hago para protegerte".

Lara creyó ciegamente en sus palabras ya que además de ese sermón de secretismo que Jasón le dijo, también le prometió mucha fama y fortuna.

La soberbia y la avaricia acabarían con la no tan inocente chica.

Laura tenía ojos grandes de color avellana fuerte, la barbilla fina, su cabello pelirrojo natural, la nariz era mediana, sus cejas eran largas y delgadas, tenía unos labios gruesos y era delgada.

Era todo un caso de mujer, tenía características muy curiosas, (sobre todo lo de los ojos y cabello), pero aun así era bastante bella.

Jasón le pidió que posara como si estuviera agarrada de dos pilares, con una falda hecha de una sábana y desnuda del pecho.

Solo tenía una foto de enfrente, así que se las tenía que ingeniar respecto a la espalda. Pero no dejaría pasar la oportunidad y utilizaría su enorme imaginación.

Jasón se puso a trabajar de inmediato como era de costumbre. Toda la forma de la espalda sería un desafío para Jasón.

Esta vez invirtió 8 meses de trabajo, no los 6 que había pasado con la escultura de Jimena.

Cuando dio los detalles finales estaba escuchando uno de los waltz de Chopin. Era su pianista favorito.

Llamo a Laura para que fuera a Londres por "asuntos de trabajo" y ahí fue cuando comenzó a preparar la cena.

Laura llegaría a Londres a la una de la tarde, y más el transcurso del taxi ella quizá llegaría a las 2:30 de la tarde.

Jasón puso manos a la obra.

Preparando cuidadosamente bacalao que había puesto a remojar tres días antes de llamar a Laura.

Jasón tenía todo calculado y sabía que al remojar el bacalao le tomaría cuatro días exactos en terminar de remojar el bacalao.

-Dime, amigo mío, ¿no se ve apetitoso? –Pregunto Jasón al cráneo de Lion.

-...

Oh vamos, bien que se te antoja en el fondo.

Como sabemos el bacalao no se ve muy apetitoso pero la verdad es una delicia.

Ese era el plato fuerte, de entrada, Jasón preparo unas tapas españolas con jamón ibérico, ajo y tomate acompañados con una ración de puré de papa.

-Sé que tienes hambre Lion, nunca comes, por eso estas tan delgado.

-A ciencia cierta es que no me compartes nunca de tu comida. –Esa fue la respuesta que Jasón imagino que el cráneo le decía.

-Bueno, es que siempre te ofrezco y nunca quieres, y cuando quieres pues ya no hay.

-Deberías dejarme un poco de la comida de hoy, la verdad esas tapas se ven exquisitas. –La verdad es que Jasón nunca supo que era lo que Lion degustaba con frecuencia, ¿pero a quien no le gustan unas tapas con jamón ibérico?

-Está bien, está bien, pero recuérdame por favor.

Cuando Jasón volvió en si estaba sirviendo vino blanco en una copa, sin darse cuenta ya había puesto la mesa y en el centro había colocado un candelabro con sus 5 velas respectivamente.

Solo después de acabar el vino en su copa se apresuró para ir por una caja de fósforos de madera gruesa.

Ya todo estaba en orden, pero faltaba algo, algo que incomodaba a Jasón.

Había olvidado poner la música, ya que sería raro poner música romántica en una cita de trabajo.

Así que saco del cajón donde colocaba el tocadiscos uno de los discos de vinil donde estaba puesta su música favorita.

Empezando por la quinta sinfonía del señor Beethoven

El ritmo acelerado de la canción era excelente para la ocasión, cada que las notas subían también lo hacia el pulso de Jasón.

Cuando Laura finalmente llamo a la puerta Jasón la recibió como lo haría con la Reina Isabel.

-Hola querida, pasa, pasa. –Pidió Jasón mientras dejaba pasar a Laura.

-Su casa es muy linda señor Wibe, se nota que es fruto de su trabajo.

La voz de Laura era gruesa pero femenina, algo que llenaba de curiosidad a Jasón.

-¿Puedo ver la escultura? –Pregunto Laura.

-Por favor, me ofendería profundamente si no lo hiciera.

Jasón dirigió a Laura al cuarto donde estaba la hermosa escultura.

Laura se quedó más que impresionada, ya que si la escultura fuera pintada con el mismo detalle, parecería que estaba viendo su rostro en un espejo.

Cada detalle, cada relieve, incluso cada cabello de la esponjada melena de Laura estaba hecho a la perfección.

No había error o ningún "pero" en esa escultura.

La escultura estaba parada de pie, apoyando ambos brazos en dos pilares que estaban a medio metro de distancia uno del otro, el pecho de Laura era grande y eso era lo que más resaltaba de la escultura.

La espalda tenía una profunda línea en el medio y cada arruga que se hacía en la sabana incluso estaba detallado así mismo.

Cada musculo de la parte trasera de los hombros estaba bien detallado.

El cabello hacia una media luna del lado izquierdo de la cabeza.

-Hermosa, no tenía duda que haría un trabajo igual de excelente que las obras anteriores. –Dijo Laura mientras aun veía apasionadamente su propia escultura.

-No tienes por qué alagarme, de todas formas, la que está ahí eres tú.

-Es-es cierto. Solo que olvido a quien estaba viendo.

No te preocupes. Debes tener hambre, ¿no?

-Si señor Wibe.

-Vamos al comedor, espero que te guste el bacalao, lo prepare deshebrado, es la receta tradicional de mi tía.

-Debe saber excelente señor Wibe.

Una vez que ambos socios se sentaron en la mesa, Jasón sirvió la comida en los platos respectivamente.

Cuando Laura estaba por tomar el plato de bacalao con un par de panecillos, Jasón la detuvo señalando con la palma de su mano.

- Tch, tch, tch. Primero la entrada, después el plato fuerte.

-Ah, claro. –Dijo Laura para después sonreír tímidamente.

-¿Le gustan las papas?

-Sí, sí, de hecho, es un vegetal muy común en la comida austriaca.

-Excelente, por que prepare tapas de pan con jamón ibérico, que es el jamón este español, con ají y unas rebanadas de tomate, solo como una entrada claro, y para acompañarlas prepare puré de papas con un poco de orégano, clavo, sal y pimienta.

Jasón sirvió con un cucharon el puré de papa.

-¿Puede ver esa textura?, es porque use 4 papas y una barra de mantequilla para tener esa textura tan cremosa y apetecible a simple vista.

-Veo que pone mucho empeño en todo lo que hace, señor Wibe.

-Claro que sí, poner empeño es la clave del éxito, Laura.

Jasón termino de servir el puré y fue a su asiento para destapar el vino tinto y después sirvió un poco en ambas copas.

-Per la vita.

-salute. ¿Por qué no me dijo que hablaba italiano, señor Wibe?

-Es que no imagine que usted también hablara italiano, de lo contrario le habría dicho.

-Hmp, no se preocupe señor Wibe, un día de estos tiene que ir a Italia, estar solo en esta casa debe ser un poco aburrido.

-Y de hecho lo es, pero como se da cuenta, tengo un pasatiempo en el cual invertir mi ocio, hahaha.

Jasón no había disfrutado de su dinero ni un poco, lo cual era extraño, ya que solo había estado acumulándolo sin más.

Solo gastaba en las piedras, en buenos ingredientes para cocinar y en ingentes cantidades de tabaco y licor caro.

-Quizá luego visite Roma, Florencia...o tenía pensado en algo como la ciudad marina de La Spezia.

-Esa ciudad es muy linda, fui una vez de vacaciones ahí y de verdad la vista no tiene comparación.

-Gracias por el informe, sin duda la visitare algún día.

-De hecho, tengo la nacionalidad austriaca, pero en realidad viví gran parte de mi vida en Italia, nací en Venecia.

-Qué envidia te tengo, la verdad vivir en Londres es muy bueno, pero Venecia, no hay punto de comparación.

-Leí que usted no es de aquí, ¿de dónde es usted?

-Soy de Winchester, mis padres vivían ahí, pero al terminar la carrera de fotografía me mude aquí para estudiar en la universidad de artes.

-Sin duda debió ser muy bueno en la universidad, sus obras son parte de ello.

-Dicen que gracias a mi la escuela se colocó como la más famosa en la índole de escultura.

-Su carrera lo abala, señor Wibe.

-Lo sé, estoy pensando en mudarme a otra ciudad...o incluso a otro país, pero no se la verdad a donde podría ser.

-Puede ser en Italia.

-No, ya lo había pensado antes.

-¿Gusta del bacalao ahora sí?

Los dos socios ya habían terminado con las tapas y el puré.

-Por favor, se ve muy bueno.

-Por lo que me ha contado, sin duda usted debe tener un buen gusto por el pescado.

Jasón sirvió en nuevas copas vino tinto y después sirvió el bacalao que se veía muy bien.

-Después de usted. Dijo Jasón.

Laura comió un poco del bacalao y bebió un poco del vino que estaba en su vaso.

-¿Qué tal?, ¿está bueno?

-Un poco picante, pero esta exquisito, señor Wibe.

Gracias, la verdad es que también se me antoja mucho comerlo ya.

Jasón y Laura empezaron a comer sin preocupación alguna mientras escuchaban la música que Jasón puso en el tocadiscos.

-Y dígame señor Wibe, ¿Cuándo será el gran anuncio?

-Tal vez mañana en la tarde, la verdad es que quiero que sea lo más pronto posible. Dijo Jasón mientras se limpiaba los labios con la servilleta.

-Ya sabe lo que dicen, mientras más pronto mejor, además así los medios tomaran más a fondo la noticia.

-Sí, tienes razón.

La razón de ello era porque estaba próximo el cumpleaños de la Reina Isabel, por eso es que si lo hacían ahora tendría mucho más revuelo que lo tendría si esperaban una semana más.

-Señor Wibe, la verdad es que ya quiero escuchar ese anuncio, quiero ver bajar la manta negra que cubre esa obra de arte.

-Si yo también estoy ansioso por ello, pero nos toca esperar unas horas más, solo unas horas más.

Ambos habían acabado ya de comer y Jasón no espero no un minuto más y prendió su pipa poco a poco hasta conseguir la llama deseada en la cazoleta.

-Ahora el postre, es algo muy sencillo, pero no por ello menos importante.

-Oh no, por supuesto que no importa la sencillez, lo que importa es que este bien hecho.

-Sin duda, me gusta como piensas. El postre son Hot Cake japoneses.

Los Hot Cake tenían una pulgada de alto, eran bastante gruesos y estaban decorados con maple, fresas, moras y frambuesas.

-Wow, no esperaba algo así pero no se ven para nada mal. ¿usted no comerá, señor Wibe?

-No, prefiero fumar, quede repleto con el bacalao, tengo a lo que se le llama: "un estomago pequeño".

-Entonces, permiso Señor Wibe,

Mientras Laura comía y Jasón fumaba, el tocadiscos reproducía una canción que ya había sido olvidada por Jasón.

Pero ahora la recordaba con amargura.

-Esa canción. –Dijo Jasón de la misma manera como si hubiera visto a un muerto salir de su tumba en pleno cementerio.

-¿Hum?, ¿Qué dijo señor Wibe?

-Esa canción. –La famosa canción era "La Virgen del Lago de los Cisnes" que había compuesto para su prometida.

-¿Se refiere a la canción que está sonando ahora?

-Si exacto, esa misma canción. –Jasón se llevó las manos a la boca y cerró los ojos.

-¿Tiene algo de especial?

-Sí, yo la compuse para mi promedia.

Recordó la madrugada que había estado componiéndola como un maniático.

También se acordó de cuando ella escucho la canción por primera vez, ella estaba casi al borde de las lágrimas.

Pero Jasón no se contuvo y en recordar los buenos tiempos que paso junto a ella simplemente lo hacían sentir feliz.

Pero esa felicidad era agridulce ya que esos mismos momentos no eran, ahora, más que un recuerdo.

Y eso era lo que hacía llorar a Jasón.

-Señor Wibe...

Laura estaba confundida, no sabía qué hacer, de hecho, ella también se sentía algo mal

Una vez que Jasón recobro la compostura, se secó las lágrimas y Dijo.

-Si ella me viera así se enojaría tanto que primero me golpearía y después me arrogaría por la ventana de nuestro antiguo departamento.

-¿Habla de su prometida?

-Sí, de ella misma, pero también me preocupa una cosa más.

-¿Cuál señor Wibe?

-¿De casualidad te sientes mareada, algo débil?

-Si...¿Cómo lo sabe señor Wibe?

-Por qué te pasara lo mismo que a ella le paso.

Laura no entendía hasta que una tos tremenda la ataco por sorpresa. Pero la tos vino acompañada con sangre.

Ella se desplomo en el piso mientras cerraba los ojos y miraba a Jasón.

-Arrivederci, Laura.

Mientras ella moría en el piso se escuchaba en el tocadiscos "Les Toreador de Carmen" del señor Bizet.

Después de recoger el cadáver de Laura, Jasón llamo por teléfono a cierta persona.

-Hola, buenas tardes, quiero hablar con el director del museo de la ciudad de Londres.

-¿De parte de quién?

-De Jasón Wibe. Quiero que le diga que tengo lista una nueva escultura, y quiero que la exponga en el museo más grande de la ciudad.

El hombre detrás del teléfono soltó el teléfono de la impresión que le causaba.

-Bueno...bueno...¿hay alguien ahí? –Dijo Jasón confundido.

Cuando Jasón fue al British Museum junto con la escultura tapada con un manto, fue recibido no por decenas, sino cientos de periodistas que querían saber los detalles de la obra.

Jasón al ver la enorme muchedumbre solo tomo aire y respiro muy profundamente.

-Caballeros, por ahora no entrevistas, denme una hora si no es mucho pedir.

Los reporteros no dudaron en no contradecir a Jasón. Todos confiaban en que en una hora o menos ya estaría exponiendo la escultura.

Cuando entro al museo y se topó con el director de la misma, Jasón lo saludo de mano muy cordialmente.

-Señor Wibe, que alegría tenerlo por aquí, ¿Qué es lo que nos tiene ahora? –Dijo el director del museo.

-Es, evidentemente, mi mejor escultura, la obra de arte más hermosa solo por detrás de la Gata Blanca, esta es una de mis obras maestras.

-Muy bien, muy bien, déjenos verla por favor.

Cuando Jasón quito la sabana que la cubría el director no pudo evitar soltar lagrimas por lo que veía.

-Decir que esto es sublime queda corto...queda muy corto. –Dijo el director mientras se secaba las lágrimas que no dejaban de salirle.

-¿Hermosa no es así?, ¿quiere saber el nombre?

-¡Claro que sí señor Wibe!

-"La Dama de Hierro"

-¿La Dama de Hierro?, ¿Por qué ese nombre?

-Mire como está tomando los dos pilares, eso te dice que, aunque la empujes con todas tus fuerzas ella no se soltara de ellos, seguirá recta y firme como si de un trozo de hierro se tratara. Muestra carácter.

-Mr. Wibe, sin duda usted es un genio, ni siquiera Miguel Ángel lo podría haber dicho mejor.

-¡Que la dama de hierro sea expuesta ahora mismo! –Exclamo Jasón ansioso de que fuera presentada al mundo entero.

Cuando la Dama de Hierro fue acomodada perfectamente en la entrada del edificio se hizo pasar a todos los reporteros y visitantes que vaya sorpresa se llevaron cuando vieron a Jasón a un lado de la escultura.

-No nos diga que...¿esa es una de sus obras? –Pregunto la gente.

-¿Qué no es obvio?, ¿o acaso ven a algún otro escultor por aquí?

La gente no decía nada, estaba hipnotizada viendo a la Dama de Hierro posar para ellos.

-¿Qué representa? –Pregunto un incauto.

-La fuerza de la mujer, por nada del mundo ella soltara esos dos pilares. Ella peleara contra viento, mar y millares de ejércitos con tal de no soltar esos dos pilares.

La gente no espero segundo alguno e inmediatamente empezó a aplaudirle a Jasón por la explicación.

-Sin duda usted es alguien más que extravagante Mr. Wibe.

-Extravagante me queda corto, como cualquier cumplido que le den a la hermosa Dama. –Sentencio Jasón mientras agitaba su dedo en el aire.

La gente aplaudió nuevamente al hombre mientras que un mar de flashes de celulares, cámaras y todo tipo de artefacto diseñado para tomar fotografía segaba a la pobre dama.

Otro éxito para Jasón, no es necesario decir que no se fue con los bolsillos vacíos, una ingente cantidad de dinero ahora lo acompañaba por vender la escultura al museo.

Muchos decían que La Dama de Hierro era mejor que La Gata Blanca, pero Jasón estaba convencido de que no era así.

Ambas las había hecho con amor y empeño. Pero una representaba algo más fuerte que la otra.

Como Laura le había dicho a Jasón que debía ser muy aburrido estar solo en casa sin ninguna clase de compañía, decidió dar una noticia que entristeció al mundo entero.

"Tomare unas vacaciones". Dijo Jasón en una rueda de prensa.

Tal vez era peor decir que se retiraría, pero de todas formas unas vacaciones para un escultor que puede pasar hasta un año esculpiendo pues sí que deben ser largas.

Las vacaciones constarían de tres años.

Era un tiempo considerable. Jasón podía hacer sin problemas unas 4 o 5 esculturas en ese lapso de tiempo.

Pero quería darse un cierto "aire" para poder retomar la inspiración y la motivación para seguir esculpiendo.

El primer destino que pensó fue Venecia o Roma, quería conocer el mundo entero y conocía varios idiomas aparte del inglés que de por si lo ayudaría en todo caso.

Jasón visito muchas ciudades de Italia, no se conformó con una o dos. No, él quería devorase el mundo entero y disfrutar de sus vacaciones.

Paso dos meses de gira en Italia, después fue a Alemania.

Primero paso a Berlín, después fue a Frankfurt, para después pasarse a Wurzburgo, paso por Baviera y por ultimo visito Rothenburg. El recorrido en si le tomo casi dos meses y medio.

Ahora su nuevo destino no era un país, era todo un continente.

Fue a la región asiática de Rusia, principalmente en donde hacia bastante frio, se enamoró rotundamente de esa parte del mundo, pero quería ir también a algún lugar menos congelado.

Fue a Tokyo después de estar en la congelada Rusia y en el enorme Monte Everest en Nepal. La ciudad le gustó mucho, le gusto la cultura y la historia de Japón, en especial la historia militar.

Después de Japón fue a la muralla china, visito Pekín, Shanghái, Hong Kong y Hangzhou. Todas las ciudades le encantaron, pero en especial Hangzhou, ya que combinaba en perfecta armonía el pasado y el presente.

A pesar de que Jasón no quería irse de china por que le gusto bastante, tenía que ir ahora a Corea del Sur, (la que no es comunista), y sin rodeos visito primero la capital del país: Seúl.

Después de Seúl se marchó a Busan, y a Incheon, Suwon, Cheongju e infinidad de ciudades y poblados más, Corea del Sur le encanto todavía más.

Solo quería visitar Okinawa, (Japón), antes de ir a un último sitio más.

Una vez que disfruto de sus enormes vacaciones en la Isla de Okinawa partió a las Filipinas.

Una vez en Filipinas primero visito Vigan, luego fue a la capital: Manila.

En la ciudad de Manila conoció a una persona muy famosa del país: al boxeador Manny Pacquiao. Con el cual se llevó muy bien y hasta una pelea de exhibición de dos rounds.

Cuando partió de Manila fue al municipio de El Nido, a San José del Monte y por ultimo a Sámal.

Las playas le gustaron, pero no le gustaba el buen calor de las islas.

Estuvo todo un largo año en Asia, pero aún no se cansaba de ir en hotel en hotel y de ciudad en ciudad.

Ahora quería visitar las mejores partes de América.

Primero fue a la ciudad de Chicago, a Filadelfia, estuvo en New York y por último en Los Ángeles.

Sin olvidar su paso por Hollywood, claro.

Cuando acabo con estados unidos fue a Canadá.

Primero piso Montreal, luego piso Kingston y la ciudad de Whistler fue la que más le gusto ya que estaba nevando por la época del año, se llevó buenos recuerdos de ahí.

Visito el Amazonas, el Machu Picchu peruano la enorme pirámide del Chichén Itzá en México, cuya ciudad capital también visito, la cual le gusto bastante porque le recordaba a Francia, país que visitaría después de estar en México.

Ese recorrido duro 5 meses y ya para finalizar iría a Francia.

En Francia estuvo por París, Lyon, (que le recordaba mucho a su cadavérico viejo amigo), Marsella y estuvo presente en los premios del cine de Cannes, paso por Versalles, Albi y Arlés fueron las ultimas ciudades que visito antes de acabar su recorrido francés que duro 3 meses.

Estuvo un total de poco más de dos años viajando alrededor de todo el mundo, pero ahora quería estar en su casa descansando tranquilamente.

Se le había olvidado lo que era estar en su casa, en su cama, en su almohada descansado sin estar preocupado por que más tener que hacer antes de irse, ¿o si se quedaba más tiempo?, ¿o si se iba antes o que haría el día de mañana?, ¿qué edificio histórico visitaría ahora?

Ahora eso ya no le preocupaba y durmió todo un día en cuanto llego a su casa debido a que extrañaba su cama ligeramente dura.

Esos colchones que parecen malvaviscos no le gustaban mucho, por eso ahora estaba más que cómodo en la cama que tanto le gustaba.

El olor de la lavanda impregnado en las colchas gracias al aromatizante de telas que usaba era como si él fuera un olímpico oliendo la medalla de oro que acaba de ganar.

Pero ya no sabía qué hacer, ¿Esculpir de nuevo? ¿O quizá descansar más?

No sabía qué hacer.

Como no quería pensar decidió no darle más vueltas al asunto para dirigirse a su piano y tocar nuevamente esas teclas que por más de dos años no había ni siquiera visto.

Empezó por algo fácil para no fatigarse, "Para Elisa", que era de lo que más le gustaba tocar para relajarse.

Pero se cansó al poco tiempo y mejor se puso a ver qué serie podía ver ahora que tenía mucho tiempo libre.

O que fingía tenerlo claro.

Algo no dejaba descansar a Jasón, estaba perdiendo tiempo valioso, pero él no sabía en qué podía invertir ese tiempo valioso, no lo sabía, pero lo quería descubrir de inmediato.

Fue a su tabaquera y de inmediato prendió su pipa poniendo tabaco con saborizante de Whisky en él, ese sabor le gustaba mucho y pues seguramente le ayudaría a pensar.

Se sentó en el sillón de su acogedora sala, termino de prender su pipa y se puso a pensar.

Estaba tan concentrado que habían pasado horas desde que el tabaco de su pipa se había acabado, pero él seguía "fumando" por qué no se daba cuenta.

Pero no era por distraído, sino porque estaba en una especie de transe y solo regreso cuando se dio cuenta de que ya no estaba fumando y solo estaba sorbiendo y escupiendo aire a lo puro idiota.

Se levantó para ir a su tabaquera y prender nuevamente su pipa.

De regreso a su sillón el solo podía pensar y darle vueltas en que tenía que hacer ahora. Para concentrase más puso en su toca discos lo primero que vio, para ver si así se concentraba un poco más por lo menos.

Fue cuando visualizo la forma de una nueva escultura que dio un salto de su sillón y fue por lápiz y papel para dibujar la pose que tenía en mente.

Hizo más de 30 bocetos, pero lo quería idéntico a como lo imagino, por eso rompía y destrozaba cada boceto que tenía un pequeño detalle.

Porque la nariz no quedaba como el quedaba, porque una pierna no estaba del tamaño que el imaginaba o porque simplemente se salía un poco de la línea bastaba para romper ese trozo de papel que él había tomado.

No fue hasta el intento numero trigésimo sexto que finalmente quedo como él había imaginado.

Estaba más que satisfecho con el resultado, pero estaba igual de cansado.

Así que como ya era un poco tarde pues se fue a su cama y durmió como si estuviera acostado en una nube.

Cuando despertó fue a su computadora y reviso que modelos se habían perdido de la oportunidad de ser partícipes de "La Dama de Hierro".

Aplicaría la artimaña de nueva cuenta, pero poco o nada le importaba eso.

Lo que le importaba era quien iba a ser la afortunada-desafortunada chica que posaría para él.

Por un lado, era afortunada porque sería inmortalizada y recordada por el último hombre que sintiera gusto por la escultura.

Pero sería desafortunada por que no vería ni siquiera el anuncio de la misma.

Jasón pensaba en una mujer de rasgos meramente asiáticos, una modelo casual ni muy voluminosa ni muy despampanante.

Jasón quería transmitir la belleza del cuerpo en sus esculturas, pero la belleza viene de mil y un formas, así que por eso dejaría a un lado las súper modelos y se iría por algo menos "voluptuoso".

Y así pues Jasón encontró una chica japonesa que estaba viviendo en Enfield que estaba cerca de Londres.

Así que llamo a la chica llamada Yui, y quedaron de desayunar al día siguiente.

Eran las 10 de la mañana cuando Yui llego.

Jasón abrió la puerta y saludo a su nueva compañera de trabajo.

-Buenos Días, Yui, ¿te sentó bien el viaje? -Pregunto Jasón.

-No estoy acostumbrada a salir muy seguido de mi ciudad. –Respondió Yui.

-No te preocupes, solo es cuestión de que te acostumbres, de todas formas, quizá vengas a mi casa otras dos o tres veces.

Yui era un poco caja de estatura, midiendo 1.60 en comparación del enorme 1.85 que media Jasón.

-Estás en tu casa, prepare algo de desayunar-

-Claro señor Wibe, me encantaría.

Jasón fue y saco algo del microondas que a su vez estaba tapado en una manta.

-Lo prepare hace 10 minutos, pero aún debe estar caliente.

-¿Qué es? –pregunto Yui llena de curiosidad.

-Huevo con salchichas, también prepare jugo de naranja y un poco de café por si gustas.

-Es lo que llaman "desayuno americano".

-Solo faltarían los waffles, pero creo que así está perfecto.

-Sí, está perfecto.

Jasón sirvió en porciones iguales la comida, el jugo y el café, pero él se acompañó el desayuno con una manzana y un pedazo de pan de trigo.

-¿Gustas de alguna fruta o algo? –pregunto Jasón mientras acababa su manzana.

-No, no así está perfecto.

-No te preocupes, la fruta no es tan cara como en Jasón, aquí es más barata.

-¿Cómo sabe que la fruta en Japón es cara?

-Por que visite el país por algunas semanas, y de hecho tengo planeado regresar el invierno que sigue, la verdad es que se debe ver hermoso la ciudad de Tokio cubierta de nieve.

-Pues cuando tenía 8 me trajeron aquí a Inglaterra, pero la verdad de lo que más me acuerdo es de los inviernos.

-Algún día ambos volveremos, sí que me gusto estar por ahí.

Ambos siguieron desayunando tranquilamente mientras escuchaban música de piano.

Cuando ambos terminaron se sentaron en la sala a platicar un poco más.

-Así que dime, Yui, dime ¿Por qué quisiste ser modelo?

-Porque a mi abuela le gustaba la idea. –Respondió Yui.

-Ah, ¿entonces fue por obligación?

-Al principio si, yo quería una carrera "un poco más normal" pero al final la carrera me termino gustando y pues henos aquí.

-Al final de todo, tu abuela parece ser que dio en el blanco, ¿Qué era esa "carrera más normal"?

-Medicina, algo que es muy respetado en Japón.

-No te creas, en todos los países a los médicos se les aprecia mucho, pero si estoy de acuerdo que en especial en Japón.

-En realidad todas las profesiones son muy respetadas mientras no afecten a nadie.

-Sí, ya me lo imagino, pero regresando al tema, la escultura, ¿Qué tan dispuesta estarías tu a posar?

-Muy dispuesta, he visto sus esculturas y la verdad es que son obras de arte, pero no me termino de creer que las haya sacado de su imaginación.

-Pues deberías, los dibujantes de tu país pueden dibujar centenares de rostros sin problemas, yo me las apaño mucho para hacer un solo rostro. –Dijo Jasón mientras reía.

-Pero tiene sus recompensas.

-Así es, tienen grandes recompensas.

Jasón se levantó y fue a servirse un poco de escoces.

-¿Bebés? –pregunto Jasón a Yui.

-No, el alcohol me agrada, pero yo no a él.

Ambos rieron por el irónico comentario.

-Está bien. –Jasón regreso a la sala y se sentó en la silla donde estaba antes. –Incluso a varias de las esculturas les pongo otro nombre del que ya tienen.

-Cómo por ejemplo.

-A la dama de hierro la llame "Laura".

-¿Laura?, ¿Por qué le puso ese nombre?

-Pensaras que estoy siendo ridículo, pero, algo de la escultura me lo dijo.

Yui se tomó el comentario de Jasón con mucha gracia, era imposible que una estatua le hablara. Sin embargo, ese era el nombre verdadero de la escultura.

-No es ridículo del todo señor Wibe, hay quienes hasta dicen que sus pinturas les hablan o sus esculturas se mueven, así que usted no esta tan demente como esas personas.

-Sí, creo...creo que tienes razón.

Jasón termino el escoces que quedaba en su vaso de un solo golpe.

-Pues bien, ¿comenzamos ahora con la pose? –pregunto Jasón.

-¿Ya tiene preparada la pose, señor Wibe?

-Ah, claro que sí, de lo contrario aun no te habría invitado.

-Pero no estoy arreglada todavía, me hubiera dicho, pensé que solo era una entrevista y nada más.

-Cierto, vaya descuido mío, ¿podrá regresar mañana?

-Seguramente sí, no tengo problemas con ello, la verdad es que gracias por la comida, estuvo muy buena.

-Y eso que no has probado mis platos fuertes, esto solo fue un desayuno y nada más.

-Quizá mañana, o el gran día de la celebración.

-Tu sí que entras por la puerta grande.

-No es pecado ser ambicioso.

-Lo sé, la ambición es lo que me ha llevado tan lejos y es lo que me llevara todavía más lejos, ¡más lejos!

Ambos se llevarían muy bien ya que tenían ideales parecidos, ambos querían brillar como luz en la obscuridad.

Pero solo uno de ellos lo conseguiría.

-¿Y entonces ya tiene la pose imagino? –Pregunto Yui.

-Pues sí, por eso es que pensaba comenzar hoy mismo, pero un día no importa mucho la verdad.

-¿Puedo verla? ¿o me espero a mañana?

-No, de una vez, sirve que va practicando.

Jasón le dio el dibujo a Yui, era una pose bastante buena y que no se había hecho antes en la historia de la escultura.

No era algo genérico por decirlo de alguna manera.

-Practicare frente al espejo llegando a casa. Dijo Yui con una risa de por medio.

-Espero que sepa como tener este peinado, de lo contrario tendremos problemas. –También dijo Jasón con una risa de por medio.

Ambos se dirigieron a la puerta para salir al mismo tiempo.

-¿Me va a acompañar hasta mi auto? –Pregunto Yui.

-No, lo que pasa es que iba a comprar la piedra de una vez.

Ambos rieron por el comentario.

-¿De verdad quería iniciar ya sin tener en donde esculpir?

-No, no, no. Solo era empezar con las fotografías.

-¿Fotografías? –Yui no sabía el método de escultura de Jasón.

-Ah, que distraído soy. Lo que pasa es que yo uso un método "peculiar" de modelaje, no es nada del otro mundo, pero no tendrá que venir a mi casa a diario y estar quita por 6 horas, no, eso ya quedo atrás.

-¿A usted le gusta innovar?

-Se puede decir que sí.

Ambos se subieron a sus respectivos autos y tomaron sus respectivos caminos.

Una vez que Jasón estuvo en la marmolería donde compraba las piedras para hacer las esculturas fue recibido amablemente por el dueño.

-¡Jasón, niño mío! –el hombre en cuestión tenia por lo menos unos 40 años.

-¿Qué tal Bob?, vengo con un nuevo proyecto.

-Ahora tendré que cobrarte más caro, desgraciado, me entere que viajaste por todo el mundo.

-Así es Bob. Y adelante, cóbrame más caro si quieres, la verdad aquí entre nos, me sobra el dinero.

Bob rio a carcajadas.

-¡era broma, niño mío! No por ser de más dinero te cobrare más, eso sería un insulto.

-Gracias Bob, eres tan amable.

-¿Sera lo de siempre o algo diferente?

-No, lo de siempre.

-Excelente, ¿medidas?

-De alto ponme 2 y medio y de ancho uno y medio.

-A la orden, niño mío.

El enorme bloque de piedra blanca llegaría a su casa el día de mañana en la tarde, la verdad era que Bob priorizaba el pedido de Jasón sobre todos los que ya tenía.

Y como no, si Jasón era un artista de talla mundial.

Jasón solo regreso a su casa y se preparó una excéntrica cena: Bistec de ternera acompañado de verduras al vapor y un vaso de vino tinto.

Además de café y un chocolate blanco para acompañar.

Una vez que acabo con la cena y recogió los platos decidió acabar con el estrés del día y ponerse a tocar el piano.

Cuando se sintió con los ojos cansados mejor se fue a dormir porque mañana sería un día lleno de trabajo.

Cuando despertó era bastante tarde, había dormido bastante bien pero ya era de prepararse.

Se metió a bañar mientras escuchaba música de los años 40, a veces a Jasón le gustaba variar.

Cuando salió de bañarse se peinó ahí mismo y se puso crema en la cara.

Ya de paso se lavó los dientes con tanto detalle que estaba al borde la exageración.

Cuando salió del baño finalmente se secó, se puso loción en el cuerpo y se vistió.

Tenía puesto un pantalón de vestir, una camisa negra y un chaleco color rojo vino.

Pasaron dos horas cuando finalmente Yui llego a casa de Jasón.

-Llegaste un poco más tarde de lo habitual. –Dijo Jasón al abrir la puerta.

-Perdón señor Wibe, había mucho tráfico. –Respondió Yui.

-Sí, lo entiendo la verdad es que a mí me ha llegado a pasar igual cuando voy a alguna entrevista de vida o muerte.

-Al menos lo entiende, gracias por ello.

-No hay de qué, pero bueno, ¡no hay más tiempo que perder!

Jasón dirigió a Yui directamente al salón donde estaba acostumbrado a tomar las fotografías.

-¿Este es el estudio donde hace las esculturas?

-Algo así. –Respondió Jasón.

El lugar estaba despejado y con muchas mesas pequeñas para colocar cada tipo de herramienta sobre cada mesa.

En una mesa solo ponía martillos, en otra solo cinceles y así con todas las herramientas que utilizaba.

-Ahora, veo que tienes el cabello igual que en el dibujo que te di. –Exclamo Jasón mientras preparaba todas las cámaras.

-Así es, para quedar igual que el dibujo.

-Ahora empieza el trabajo.

La pose era sentada como japonesa que era, apuntando hacia el horizonte con ambas manos, mientras que en su oreja derecha estaba reposando un pequeño girasol.

Yui estaba desnuda del pecho, pero un pequeño pedazo de tela cubría lo que sus piernas no.

Cuando Jasón estaba viendo las fotografías Yui se estaba vistiendo.

-¿Salieron bien? –Pregunto Yui mientras se acercaba a Jasón.

-Bien queda muy corto respecto a esto, quedo excelente en pocas palabras. –Respondió Jasón.

-Sin duda usted tiene un enorme talento señor Wibe.

-En realidad no.

-¿Hum? –Yui estaba confundida.

Solo soy un tipo sabe dónde golpear al momento de tallar en una piedra, nada más.

Jasón podía ser la persona más excéntrica del mundo, pero lo que lo hacía un artista de verdad es que era humilde y no un soberbio como se presume que era Miguel Ángel.

Eso es lo que distingue a una persona de un payaso necesitado de atención. La humildad.

-¿Cómo puede decir eso, señor Wibe?

-Es que yo no tengo talento, solo se dónde debo golpear y cuanto debo golpear, si bien es cierto que con esos golpes de suerte me he convertido en el mejor escultor de la historia, es por mera suerte.

Yui estaba impresionada de lo que Jasón decía, era humilde, pero él sabía perfectamente lo que era. El escultor más famoso de toda la historia ya que había dejado muy por detrás a Gian Lorenzo Bernini o a Da Vinci.

-Pues bien, creo que cenaremos antes de que sea hora de tu partida. –Dijo Jasón mientras guardaba la cámara.

-Está bien, creo que es lo mejor que usted sea el único que vea la escultura antes de que acabe.

La cena ahora era un poco más ligera: café y pastel, nada mejor para finalizar el día.

Cuando ambos terminaron la cena Yui se retiró y Jasón solo fue a descansar, mañana iniciaría con la nueva escultura, todo estaría listo para empezar sin algún contra tiempo.

Eran las 7 de la mañana, Jasón no espero ni un segundo después de que sonó su despertador y se puso a escribir.

Ni siquiera se vistió y ya estaba dándole forma al enorme bloque de piedra, él estaba muy emocionado.

Jasón nuevamente parecía oso en invierno, no salía, no hacia otra cosa más que trabajar, y a veces ni comía por estar trabajando.

Era un hombre que le ponía mucho empeño a lo que hacía, es por eso que era muy exitoso.

Pasaron 4 meses de arduo trabajo hasta que por fin Jasón dio los últimos toques a la línea de la espalda y del girasol.

Jasón tenía una barba de 4 meses, se le olvidaba rasurarla.

Su cabello estaba muy desordenado, así que inmediatamente fue al baño, tomo la espuma de afeitar, una navaja y comenzó por su enorme barba.

El cabello se lo corto y lo dejo como lo tenía antes de empezar con la escultura que casi lo absorbió vivo.

Solo se limpió la cara con agua y limpio el enorme desorden que había dejado en su regadera.

Terminando esa laboriosa tarea se dispuso a llamar a Yui.

-Ya terminé, es hora de que vengas a ver como termino.

Yui no espero más y fue de inmediato a la casa de Jasón.

Cuando ella llego no espero ni a la bienvenida y ya estaba en el cuarto donde estaba la escultura.

-Es más hermosa de lo que imagine. –Dijo Yui embobada.

-Lo sé, esta es una buena adición a mis trabajos.

Yui abrazo a Jasón por el excelente trabajo que había hecho con unas fotos de ella, el simplemente había hecho magia.

-Vamos a celebrar este grandioso evento. Dijo Jasón mientras llevaba de la mano a Yui.

Mientras Jasón cocinaba, Yui curioseaba por toda la casa.

Cuando vio algo no muy común.

-Señor Wibe, ¿Qué es ese marco?

-¿Cuál marco? –pregunto Jasón.

-Parece ser una servilleta, es como una lista.

-¡ah!, esa es la lista de cosas que quería mi prometida cuando vendiéramos la escultura.

-¿Es lo que quería para la boda?

-Así es, pero yo no lo entendí de inmediato, de hecho, me molesté con ella por ser la que diera "el siguiente paso" cuando debía ser yo.

-¿y que fue de ella?

-Falleció.

-Oh, señor Wibe, es toda una pena.

-No te preocupes Yui, la verdad es que aprendí a vivir con eso desde hace mucho tiempo, si ella me viera triste por lo que le paso seguramente me reventaría la boca de un golpe.

-¿Ella era enojona?

-Algo así, ella era tranquila y amable, pero cuando se enojaba era mejor llamar a la guardia nacional por que de plano podía matar a alguien.

-Ya me imagino, tuve una amiga así, era muy linda.

-Lo sé, pero como ella no hay dos.

-Supongo que no debe haber conocido a alguien igual para hacer tal afirmación.

-Pues de hecho si, de lo contrario no diría que ella es única.

Jasón entonces se dirigió a la mesa con un par de platos, en uno de ellos tenía pata de cerdo con salsa de tomate cocinada al vapor.

El otro tenía costillas de cordero también al vapor.

-¿Por qué deseas empezar? –pregunto Jasón.

-A decisión del chef. –Respondió Yui.

-Empecemos por el cordero, la verdad es que me gusta más que el cerdo.

Ambos degustaron la comida hasta terminarla, todo parecía ir de acuerdo al plan de Jasón. Pero apareció algo que no estaba en el cuaderno de pautado.

-La verdad es que a mi madre le gustó la idea de que yo iba a ser modelo de una de sus esculturas.

-¿Perdón?, es que creo que escuche mal. –replico Jasón.

-Dije que a mi madre le gustó la idea de que yo iba a modelar para usted.

El cuaderno de pautado es el cuaderno donde están escritas las notas musicales de un piano.

-Ya...ya veo, ¿entonces comento el secreto?

-Sí, se lo dije hoy mismo antes de venir, de igual forma tal vez mañana sea la exposición.

-Pues esperemos que no llegue a oídos de nadie antes de tiempo, o de lo contrario me molestare muchísimo.

La verdad es que Jasón estaba más que molesto por la ineptitud de Yui al no poder guardar un secreto.

Ahora el mundo entero sabía quién era la chica que poso para Jasón Wibe.

Y si era conocido el nombre, sería más que imposible asesinar a la pobre de Yui.

Así que Jasón pensó lo más rápido posible.

Cuando Yui estaba por irse, empezó con el plan.

-¡Agh!, que tonto, olvide las llaves. –Dijo Jasón.

-No se preocupe señor Wibe, lo espero aquí.

-Gracias, gracias Yui.

Jasón se fue por las llaves mientras Yui veía el teclado de Jasón.

-Al fin las encontré.

-Excelente señor Wibe.

Cuando Yui se dio la vuelta, Jasón uso un candelabro para golpearla en la frente y derribarla.

Luego en el suelo Jasón empezó a asfixiar a Yui mientras ella ni siquiera se movía por el golpe propinado por Jasón.

Mientras Jasón estaba asfixiando a Yui el recordó cuando estaba tallando la escultura y al mismo tiempo escuchaba "Nocturne op.9 No.2" de Chopin.

La combinación de estar asfixiando a Yui y de recordar una tranquila canción de piano le trajo una indescriptible paz a Jasón.

Había pasado mucho tiempo desde que Yui había dejado de respirar. Pero Jasón seguía aferrado al cuello de Yui mientras recordaba tales momentos.

Cuando regreso en sí, era hora de poner en practica la segunda fase del plan.

Jasón subió al auto de Yui y fue por la carretera, donde se estrelló con un árbol.

Si bien Jasón estaba un poco dolido por el choque, él ya se había preparado para tal golpe y por eso que se redujo su dolor.

Solo acomodo en el asiento del conductor a Yui poniendo su cabeza contra el volante como si se hubiera golpeado fuerte con él.

También puso una bufanda en su cuello y la amarro contra el asiento de atrás para que las marcas de asfixia pareciera que fueron provocadas por la bufanda y no por manos humanas.

Jasón había cubierto todo el asesinato como un choque y él se fue inmediatamente.

Cuando los forenses arribaron al lugar dieron por concluido que Yui se había accidentado, el cómo y él porque era un misterio, pero la conclusión final era que Yui había muerto en el accidente de auto.

Así que Jasón estaba más que libre de todo cargo, es más, no se le llamo ni siquiera para investigación.

Y así fue como Jasón asesino de nueva cuenta sin que nadie supiera nada de él.

Cuando fue al museo a presentar la nueva obra de arte fue recibido con gran alegría.

-¿Y ahora que sorpresa nos tiene? –Pregunto el encargado del museo.

-La emperatriz de oriente.

-Un nombre poderoso, ¡déjenos ver el arte, señor Wibe!

Jasón quito las tablas de madera de la caja donde venía la escultura.

-¡C'est magnifique!

La escultura fascino a los videntes, que quedaron más que impresionados por el trabajo que veían.

-¡Bravo, bravo, es hermosa, Señor Wibe, usted ira al cielo por los milagros que hace!

-Yo no hago milagros, yo hago arte.

Jasón no pudo evitar de reír junto con el encargado mientras ambos se daban la mano.

-¡Que se exponga hoy mismo, no esperemos ni un momento más! –Exclamo el encargado.

-Gracias, la verdad es que aprecio lo que hace.

-¡Esto de verdad no puede esperar más!

Como era costumbre la gente se abarroto en el museo, pero ahora eran centenares más, nadie quería perderse la nueva escultura del por más de dos años inactivo Jasón.

La gente lo festejaba, le daba las gracias por tal arte para los ojos y hasta incluso lo veneraban por lo que él había hecho.

Jasón era un artista que no tenía atributos malos ni buenos.

Todo lo que él hacia no podía no podía ser descrito con palabras porque toda le quedaría más que corta.

Jasón estaba satisfecho, sentado en su habitación leyendo "Don Quijote". Libro que siempre había querido leer, pero no se había dado la oportunidad.

-Al fin cumplí esa promesa.

Jasón había pasado ya al salón de la inmortalidad de los escultores, se decía que estaba a años luz de todo escultor que hubiera pisado la tierra.

Muchos decían que nunca jamás iba a nacer un escultor que al menos estuviera un poco a la par de Jasón.

Nadie imaginaba que alguien estuviera a su nivel. Ni aunque fuera muy, muy pero muy por de lejos.

Una vez termino de leer se sentó en su enorme sillón que estaba en su sala. Se dispuso a prender su pipa y poner "Variaciones Goldberg" de Bach.

Esa era la canción favorita de Charlotte.

-AL fin pude cumplir esa promesa, viejo amigo, tarde un poco, pero lo logré.

-...

-Vamos Lion, no seas tan reservado, al menos felicítame o algo así, creo que deberías estar más que orgulloso.

-Supongo que todo esfuerzo tiene sus recompensas- fue lo que imagino que le decía el cráneo de Jasón.

-¿Y ya me perdonaste no llevarte de vacaciones?, ¿o aun sigues molesto por eso?

-No, la verdad es que ya se me había pasado, pero no quería decírtelo. –nuevamente imagino esa respuesta del cráneo.

-Siempre fuiste muy orgulloso, quizá fue eso lo que te llevo al suicidio.

-Naturalmente, mi estimado. ¿Cómo te sentirías tu cuando aquella persona que más amas te abandona en tu cara? –Imagino Jasón de respuesta.

-Ya lo he sentido...es como un enorme frio que recorre todo tu cuerpo. Pero al menos yo mantuve la compostura. –Respondió Jasón al cráneo Lion.

-Siempre te caracterizaste por eso, porque nunca perdías la compostura. –Respondió "Lion".

-Dejando ya temas del pasado, ya es hora de cenar.

-Prepara algo rico, por favor.

Claro, viejo amigo. Respondió Jasón a su cadavérico compañero.

Jasón fue a la cocina y sacando una sartén y unos huevos.

-¿Sabes cómo se dice "huevos" en ruso? –pregunto Jasón mientras cocinaba.

-Ni idea, ¿Cómo se dice?

-Yaytsa, como supondrás lo aprendi mientras estaba en la helada Rusia.

-Viaje al cual no me llevaste.

-Hmp, pensé que ya habias olvidado eso.

-La verdad es que si, solo lo hago por molestar.

-Como en la escuela, ¿no es así?

-En pocas palabras, qué tiempos aquellos...por cierto, ¿Qué habrá sido de Jessica? –pregunto "Lion".

-Quien sabe. De hecho, puedo contactar a Zoe...fue una de las participantes de otras esculturas. -Respondió Jasón.

-¿Y por qué no la llamaste antes?

-¿Nunca supiste lo que le hice?, ¿o sí?

-No, no sé qué le hayas hecho.

-Pues al igual que con Mary, la amenace...y dudo mucho que me perdone.

-Solo pregúntate Jasón, si ella aun siguiera enojada contigo, ¿hubiera querido participar?

-Cierto. –Dijo Jasón mientras se le abría la boca y los ojos. –Estas en lo correcto.

-Hazlo por mí, contáctala, seguro que hay muchas cosas nuevas por conocer.

-Eso hare, gracias Lion.

Jasón se dirigió al cráneo y lo acaricio, mientras escuchaba un "de nada" en su mente.

Jasón no espero ni un segundo más y contacto a Zoe, una compañera de la preparatoria que tenía años sin saber de ella.

Él tomo el teléfono de su casa y se dispuso a llamar, no recibió contestación a la primera, ni a la segunda, pero la tercera fue la vencida.

-Zoe, soy yo, Jasón, y pues quiero que vengas a mi casa a platicar de algunas cosas.

Jasón no recibió respuesta inmediata ya que Zoe estaba procesando lo que le habían dicho.

Es como si alguien te dijera "te daré un millón de dólares y te hare famoso".

Claramente no te lo vas a tomar así como así, lo vas a procesar y a analizar cautelosamente.

-Ja-Jasón, ¿de verdad eres tú?

Los hechos de esa parte de la vida de Jasón se cuentan en la obra de teatro "Jessica", que es de mi autoría.

-Sí, así es...¿me cambio mucho la voz estos años?, la tuya no suena muy diferente.

-No, no es eso...si no que no me lo puedo creer. –Respondió Zoe mientras se recargaba en la pared.

-Pues créelo, la verdad es que recién me acordaba de los tiempos de la preparatoria y pues quería saber que más paso, y como pues tenía tus datos decidí llamarte.

-Espera, ¿o sea que quieres que vaya ahora?

-Si estas disponible, la verdad es que ya no puedo esperar recordar aquellos buenos momentos de la preparatoria. –Dijo Jasón entre risas.

-Ca-claro, estoy disponible, solo dime donde es tu dirección.

-Pensé que la sabias, pero bueno, no importa, mi casa está en hampstead, así que te espero.

-iré lo más pronto posible.

Jasón colgó el teléfono después de despedirse y de inmediato fue a la cocina.

Prepararía una comida como si volviera a ver a un viejo amigo.

Que no era muy lejano de lo que iba a hacer, iba a reencontrase con una compañera de preparatoria.

El detalle era que con esta compañera nunca se llevó bien, era una compañera que lo odiaba y que de hecho el mismo la llego a amenazar.

Pero eso había quedado atrás, de hecho, él estaba convencido de que Zoe estaba más que ansiosa de verlo y que algunas veces, la fama puede cambiar los pensamientos de una persona hacia ti.

Y ese era el caso de Zoe. Si ella iba por mero interés poco o nada le importaba a Jasón, lo que al le importaba era lo que había pasado después de que salieron de la preparatoria.

Y eso ya tenía sus buenos años, Jasón cambio mucho después de eso, es más, el creía que Zoe no lo reconocería por eso mismo.

Pero el cambio no era físico, no, para nada, el cambio era en su personalidad.

Jasón preparo al vapor una langosta que tenía en su congelador, planeaba comérsela el fin de semana, pero la situación lo ameritaba.

La langosta estaría lista casi de inmediato de haber iniciado su preparación, así que solo la dejo a descongelar.

Mientras eso pasaba, el pico un poco de cilantro y cebolla para acompañar la langosta, también preparo puré de papa con bastante mantequilla para que quedara bien cremosa.

Y ya que estaba con el puré de papa preparo el gravy de res, que por cierto era su favorito.

Jasón sentía que le faltaba algo, hasta que recordó que faltaba algo de vino.

Así que fue a su cantina y metió una botella de vino tinto al refrigerador para que estuviera bien fría en cuanto fuera hora de la comida.

Y de postre...serían brownies. Esta vez no les pondría "ningún raro aditivo", solo eran simples brownies de chocolate con crema pastelera, sin más misterio.

Y cuando estuvieron listos, Zoe justamente estaba tocando el timbre de la puerta.

-Ya es hora. –Dijo Jasón mientras iba a abrir la puerta.

Cuando abrió la puerta, Zoe se sorprendió de lo alto que era Jasón.

-¿Jasón?, ¿eres tú?

-Claro que soy yo, sé que crecí mucho cuando salí de la prepa, pero de igual manera soy el mismo de antes.

Jasón no había destacado por su altura en la escuela, de hecho, el destacaba por otras cosas.

-Pero dejemos eso de lado, pasa, pasa.

-Tu casa es muy grande...y lujosa. –Dijo Zoe.

-Lo sé, recordaras que siempre fui una persona excéntrica en cuanto a estas cosas.

-La verdad es que sí, siempre fuiste muy excéntrico y elegante.

Ambos recorrían la casa de Jasón mientras se dirigían al comedor.

-La verdad es que antes de ser escultor tuve una casa pequeña, pero no por ello fea.

-De ti, me lo imagino.

-Ahora, antes de comer, preferiría que habláramos. –Dijo Jasón mientras redirigía a Zoe a la sala.

-¿Y exactamente de qué quieres hablar? –pregunto Zoe.

-De nada en especial, solo quería saber cómo has estado estos últimos años, ya son muchos desde la última vez que nos vimos.

-Pues, de hecho, no me ha ido mal, claro no tan bien como a ti, pero me hubiera ido peor.

-Pues dime, ¿Qué tan bien te ha ido?

-Pues como modelo solo he modelado en pinturas y también en escuelas de escultura, pero no he modelado para una escultura en concreto.

-¿Solo para estudiantes?

-Así es, como dije no me ha ido tan bien, pero me hubiera ido peor.

-Al menos tienes un trabajo y una ganancia estable.

-Pues, por ejemplo, a Stephen no le fue nada bien.

-¿De verdad?, si era del que más tenía esperanzas, ¿Qué le paso?

-Pues como sabrás, al "genio" del salón se le paso la mano con el alcoholismo y pues eso le arruino la vida, pobre de él.

-¿Y al menos sigue vivo?

-Sí, pero no sé nada más de él.

-Una lástima, como dije, tenía muchas expectativas de él.

-También yo. Puede que yo no tenga el trabajo mejor pagado, pero trabajo en algo que me gusta.

-¿Y no tienes alguna pintura que sea reconocida?

-Sí, una que hizo un novio, pero en ingrato la vendió en un museo y nunca me volvió a hablar.

-Qué pena, de hecho, ese sujeto no es un ingrato, es un imbécil. Si tú fuiste una excelente modelo que hizo una buena pintura hubiera conseguido más fama y fortuna si no te hubiera dejado.

-Eso mismo me dijeron mis conocidos, así que por eso ya no me molesta.

-Eso es bueno, no tiene caso atormentarse en algo que no tiene caso, pero bueno, ese tema es mejor no tocarlo si no fue de tu agrado.

-Gracias por entender Jasón, la verdad es que siempre fuiste muy atento, aunque no fueras de mi agrado.

-Ah. –exclamo Jasón para después soltar una risa. –La verdad es que de adolecente era muy idiota, me comporte de manera muy egoísta.

-¿Lo dices por lo de Jessica?

-Pues claro que si...le hice mucho daño al engañarla...pero me di cuenta mucho tiempo después.

-Si le afecto mucho al principio...pero se recuperó.

-¿Y qué fue de ella?

-Se convirtió en psicóloga, de hecho, ya va por la maestría en ello.

-De ella no me sorprende, no dudo que solo se haya convertido en psicóloga por casualidad, seguramente ella será su primer paciente.

-Algo así pensé yo también, pero sí que le va bastante bien, mejor que a mí al menos.

-¿Y qué fue de la hermosa Mary?, ella siempre me pareció muy, muy linda.

-¿Te gustaba?

-No, bueno, no del todo. Sabía que, si intentaba algo con ella me mandaría al demonio, por eso es que seguí insistiendo con Jessica.

-La verdad es que sí que me caías mal en ese momento, pero debo reconocer que tenías una enorme labia y muy buena personalidad.

-Y es que es parte de mi...pero tuve que hacer mi mayor esfuerzo por ser mi parte más malvada, dice una canción: "yo soy bueno a la buena, pero a la mala soy muy malo".

-Y sí que eras malo...llegar hasta amenazar a las amigas de tu pretendiente solo por ser su novio.

Jasón se levantó de la silla, fue a su cantina y se sirvió un vaso de escoces.

-¿Bebés? –pregunto Jasón.

-No, no gracias.

Jasón regreso a su silla y después de darle un sorbo a su bebida el empezó a hablar.

-Como te dije. –Hablo Jasón. –Era muy egoísta y estúpido, la necesidad de Jessica me cegó por completo y me transformo en un monstruo, en uno muy horrendo.

-Pero lo importante es que ya no lo eres, o al menos esa es la impresión que tengo de ti.

-No lo se...solo me pongo así cuando en verdad necesito de algo, cuando quiero que salga bien, cuando necesito que salga bien o de lo contrario enloquecería.

-¿Pero que te gustaba de Jessica como para ponerte en ese estado?

-¿Hum?...nunca me lo había preguntado...no en realidad...nunca supe por que lo hacia, no de verdad, ¿Qué me gustaba tanto de ella?

-Por ejemplo, ¿Qué te gustaba de Mary?

-Ah. –Exclamo Jasón mientras golpeaba la mesa con su dedo índice. –De ella me gustaba su cara, parecía muñeca de porcelana, también su personalidad, se me hacia encantadora cuando estaba a la defensiva.

-¿Por eso la amenazabas?, ¿Por qué te gustaba como se ponía?

-Si...creo que es por eso que lo hacia.

Jasón se puso reflexivo sin comentar nada, solo veía como el "sudor" del vaso de escoces con hielo escurría hacia la mesa.

-¿Jasón?...¿Jasón? –pregunto Zoe.

-Ah, ¿Qué?, ¿Qué? ...me perdí en mis pensamientos. –Respondió Jasón sorprendido.

-No te preocupes, no me molesta. Es normal de tanto tiempo sin pensar en la prepa.

-Si... ¡si, debe ser eso!

-¿Pero ya estas mejor?

-Sí, creo que ya recuperé la conciencia, la verdad es que es extraño platicar de estas cosas que hacía mucho que ni recordaba.

-Bueno, ¿aun quieres saber de Mary?

-Por el amor de Dios, claro que quiero saber, ¿Cómo está la muñequita de porcelana?

-Ella es como toda ciudadana de Londres, trabaja como oficinista y le va bastante bien.

-¿Es contadora o algo así?

-Es administradora, le gusta mucho ese trabajo.

-Debiste convencerla de que, igual que tu fuera modelo, sin duda alguna sería un reto esculpir a ambas, pero quizá me hubiera gustado.

-Lo intente, pero creo que ya sabes que paso.

-Sí, sí que lo se...oficinista, ella la verdad merece algo mejor, y tú también.

-¿Qué es lo que merezco?

-Ser recordada como una grande, y yo me hare cargo de ello.

-Es justo lo que supuse que dirías.

-Salud.

Jasón uso su vaso para apuntar a Zoe la cual solo lo señalo con la mano.

-Empecemos...¿quizá mañana?

-Mientras más pronto mejor, pero tú eres el escultor.

Al día siguiente Jasón ya tenía preparado todo para la sesión de fotos, y también había llamado a Bob para que empezara con el bloque de piedra que usaría para esculpir.

Solo faltaba que Zoe llegara a la casa de Jasón para empezar con las fotos.

-¿Qué me dices amigo?, ¿esta será la última? –pregunto Jasón al cráneo de Lion.

Jasón imagino un: "Estas desperdiciando mucho, pero mucho talento".

-No tiene sentido esculpir y que no se sepa la verdad, quiero que mis fans sepan todo lo que existe detrás de las esculturas.

-"¿Eso era lo que quería ella?". –Fue la respuesta imaginaria de Lion.

-Amigo mío, es por ella que hice todo lo que he hecho, ¡todo!

-"¿Pues no es como que pueda hacer nada para evitar que lo hagas, si es lo que hará que cumplas esa promesa, adelante".

-Cuando todo esto haya acabado y yo ya no esté en esta casa...no me olvidare de ti viejo amigo.

-"¿Por qué no dices que soy falso y me llevas contigo?"

-Eso es lo que tenía planeado hacer. No dejare a mi único amigo a su suerte.

El timbre sonó y Jasón abrió la puerta, donde estaba esperando Zoe.

-Pasa, empecemos lo más rápido posible.

Jasón tomo de la mano a Zoe y la dirigió al salón de trabajo para empezar con la escultura.

-¿De verdad ya tienes todo listo? –Pregunto Zoe.

-Sí, quiero empezar lo más pronto posible...debo darme prisa.

-Pues empecemos, ¿Cómo tengo que ir vestida?

-Si has estudiado mis obras...supongo que ya sabes cómo.

Jasón se refería que el pecho de Zoe estaría desnudo y usaría una sábana como falda.

-¿Y en que pose? –pregunto Zoe.

-Mira, sostendrás este bastón por detrás de tu espalda usando tu mano izquierda para sostenerlo apuntando tu codo a las personas y con la derecha lo sujetaras.

Jasón mostro como sostener el bastón a Zoe y ella entendió de inmediato.

Si, está bien.

El bastón no era uno cualquiera, tenía como empuñadura la cabeza de un dragón, y el cuerpo del dragón se mezclaba con el del bastón, así como si estuviera enredado en él.

Jasón arreglo el cabello de Zoe hacia abajo. Su cabello era rizado y por ello muy voluptuoso,

-Que comience el espectáculo. –Dijo Jasón después de soltar un suspiro.

Jasón comenzó a tomar las fotografías, trabajo que tomo solo 10 minutos.

Después de que Zoe se vistiera solo le ofreció una copa de vino, pero ella la rechazo.

-Te llamare apenas acabe la escultura.

-Tomate tu tiempo, sin duda tengo grandes expectativas.

Zoe se fue de la casa de Jasón, dejándolo solo junto con el enorme pedazo de piedra. Después fue por el cincel y el martillo.

Comenzando a dar fuertes golpes para deshacer la piedra lo más rápido posible, quería quitar lo que no sería tallado.

Jasón esta vez no fue tan "aburrido" y puso música de los años 40, solo el instrumental. Nada de voces.

Jasón trabajo como era de esperarse días, noches enteras para trabajar aquella escultura, que, a sus palabras, sería su "último gran éxito".

-¿Entonces el mundo lo sabrá? –Dijo Lion.

-Deben de saberlo, ¿Qué sentido tuvo hacer todo esto si nadie lo sabrá? –respondió Jasón con esa pregunta

-¿Le vas a hacer algo a Zoe?

-No lo he pensado aun...pero quizá...solo quizá.

-No quiero saber el resto. –Interrumpió Lion.

-Amargado, debes tener sentido del humor.

-No le veo el humor a todo esto, Jasón.

-Lo harás, lo harás, tienes que...

Jasón siguió trabajando en su escultura mientras el cráneo de Lion solo observaba, y observaba, sin decir ni una sola palabra desde aquella vez que Lion tomo el veneno que le quito la vida.

Jasón despertaba ya al día siguiente, de inmediato se levantó, se preparó un café y mientras caminaba por su casa vio algo que, aunque no era nuevo, sí que le sorprendió muchísimo.

Era la servilleta que tenía enmarcada como recuerdo de su fallecido amor.

-La promesa está por cumplirse...Charlotte, todo esto va por ti.

Jasón había dejado de sentir aquello que la gente llamaba "amor" desde la partida de Charlotte.

Y la verdad es que el dudaba mucho que volviera a sentir algo parecido, aunque fuera en lo más mínimo.

Lo único que sí es que Jasón había guardado todos esos recuerdos y emociones en un baúl, uno que había cerrado con llave...y la llave la había dejado olvidada en el vacío de su corazón.

Pero Jasón ya no había estado triste desde hacía mucho tiempo, solo le resultaba muy melancólico recordar a Charlotte, pero no podía sentir tristeza ya que seguramente ella regresaría a la vida solo para molerlo a golpes.

Al pensar en eso, Jasón no pudo evitar soltar una alegre risa.

Siempre fue parte de su personalidad, ella lo golpeaba por cualquier cosa que a ella le molestara.

Así fuera el más insignificante de los detalles ella se lo desquitaría con unos buenos golpes.

Y de hecho a él le gustaba que ella lo golpeara, no porque fuera masoquista ¡no!, sino porque era cuando Charlotte mostraba su parte "divertida" a los ojos de Jasón, y eso le gustaba mucho de ella.

-¿Se me bien este vestido? –pregunto Charlotte una vez que ellos estaban por salir.

Jasón estaba sentado mientras escuchaba "Spring Waltz" de Chopin con los audífonos puestos y no escuchaba a Charlotte, la cual no se había percatado de ello.

-Jasón...Jasón te estoy hablando.

Ella pensó que el la ignoraba para hacerla enojar.

Ella solo se acercó y le dio una cachetada a Jasón.

-¡¿Pero qué?!, ¡¿Qué te pasa, mujer?!

Cuando Jasón se levantó del sillón ella se dio cuenta de que tenía puesto los audífonos.

-¿Tu...tu estas escuchando música?

-Si...¡¿no me digas que ni eso me vas a dejar hacer en mi propia casa?!

-No...no es eso, es que pensé que me estabas ignorando.

-Mujer, tú y tus alucinaciones. –Dijo Jasón mientras soltaba un suspiro.

Charlotte comenzó a reír ya que le parecía divertido haber golpeado a Jasón sin ningún motivo.

Jasón sabia el porqué de la risa de Charlotte, pero igual se unió por que de igual manera le parecía divertido.

Luego Charlotte le dio uno pequeños golpes a Jasón en el hombro derecho.

Ya finalmente Jasón la envolvió en sus brazos para que después Charlotte correspondiera el abrazo.

Jasón recobro la conciencia y cuando menos se dio cuenta, ya estaba dando los toques finales a la escultura de Zoe.

-Terminada.

Jasón fue a su teléfono a darle la buena noticia a Zoe, que en menos de 20 minutos ya estaba en casa de Jasón.

Ella entro casi empujando a Jasón para ver el maravilloso resultado.

-Sí que parezco yo...es como si me viera en un espejo.

-¿Ya viste el bastón?

Jasón le dio el bastón a Zoe y al compararlo con el de la escultura, era idéntico, no había ni un detalle que no tuviera esculpido.

-¿Celebramos? –Dijo Jasón con una botella de vino de la mano.

-Por supuesto que sí. –Respondió Zoe,

Como era costumbre en ocasiones así, Jasón ya tenía la mesa puesta, todo estaba bien colocado.

La entrada era caldo de camarón y el plato fuerte era salmón al vapor.

-El éxito te espera Zoe, serás la más famosa modelo del mundo y eso te lo puedo asegurar.

-Gracias Jasón, es bueno que no olvides a tus compañeros.

-Aunque no era de su agrado.

-Tú mismo lo dijiste, Jasón, estabas actuando como un idiota.

-Así es, pero ya olvidemos el pasado. Salud.

-Salud.

Solo se escuchó el sonido de las copas chocando

A la mitad de la cena la botella de vino se acabó.

-Ni una sola gota...creo que tendré que ir por más.

-No es necesario Jasón, yo ya no quiero.

-Bueno, ja, ja, al menos yo sí, regreso en 5 minutos.

Jasón tomo las llaves de su casa y salió para luego dirigirse a su auto.

Mientras Zoe comía se escuchó algo que la asusto.

Era el tocadiscos de Jasón, que estaba en otra habitación.

Se supone que Jasón no estaba, así que nadie pudo haber encendido el tocadiscos.

-¿Ja-Jasón? ¿estás aquí?

Sonaba "El hada de azúcar" del señor Tchaikovsky, que en ese momento era más que aterrador escuchar la misteriosa melodía.

-¿Ja-Jasón? ¿esta es una broma acaso?

Zoe abrió la puerta de donde venía la música, y al entrar es como si hubiera visto el infierno en la tierra.

Había tres camas, y sobre esas tres camas había una chica.

Las chicas eran Jimena, Laura y Yui.

Zoe grito porque había una cuarta cama que estaba vacía donde se leía una nota que decía "Para Zoe".

Ella se dio cuenta de que las chicas estaban muertas debido a que eran idénticas a las esculturas que Jasón había hecho...pero se supone que él había sacado los cuerpos y los rostros de su imaginación.

Ella no espero más y salió corriendo de ahí antes de que Jasón llegara, y de inmediato llamo a la policía para contar lo sucedido.

Jasón estaba en el aeropuerto de la ciudad con un destino: Rusia.

-Un boleto para Moscú señorita. –Dijo Jasón

-Señor necesito que se quite la gorra y los lentes de favor.

-Primero vea mi identificación y vera el porqué de mi ropa.

Jasón de dio su identificación a la chica y ella se quedó pálida de la impresión.

-Usted...Usted es Jasón Wibe.

-Shh, no quiero llamar la atención del aeropuerto, solo haga lo que le pedí, por favor.

-S-Si, lo más pronto posible, señor.

Jasón subió con destino a Moscú y una vez que aterrizo tomo otro avión al pueblo más alejado de toda civilización para no ser molestado.

Mientras tanto en Londres ya se buscaba a Jasón por 3 cargos de homicidio.

Luego se expandió la noticia y Jasón ya estaba siendo buscado por el resto del mundo.

Y esta vez no era para realizarle una entrevista.

Las esculturas no se desvalorizaron, todo lo contrario, se hicieron tres veces más famosas de lo que ya eran debido a que a la gente le provocaba morbo el saber que las modelos habían sido asesinadas.

A Jasón lo persiguieron por toda Rusia, hasta que un día se cansó de escapar.

Estaba en la sala de su departamento escuchando La Virgen del Lago de los Cisnes y fumando muy tranquilamente su pipa.

Pero detrás de la puerta, subían por las escaleras más de 10 hombres fuertemente armados y con la intención de arrestar a Jasón.

Al tumbar la puerta Jasón ni siquiera se movió de su asiento y el siguió fumando como si nada pasara.

Al entrar a la sala donde Jasón estaba, los hombres le apuntaron con sus armas y lo rodearon.

Jasón solo les dijo: "Caballeros, hay escoces y hielo en mesa...sírvanse el que quieran".


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro