Una estrella por la luna
El oficial Dan se había quedado en shock, los paramédicos decían que cuando lo encontraron sus compañeros, tenía la mirada de las mil yardas, lo que sea que haya visto lo había dejado en blanco.
—El impacto de ver a la bestia debió ser escalofriante.—se decían unos a otros sus compañeros.
—Dan suele ser un tipo sonriente, hace bien su trabajo y es popular entre las chicas, me es muy raro verlo con tanta seriedad.
—Si, debe descansar, hizo un gran trabajo, démosle tiempo, pronto nos lo dirá todo.
Dan siempre tenia una brillante sonrisa, era apuesto y varonil, era mal hablado,tosco y bromista, por eso todos estaban desconcertados.
Ahora su rostro se notaba confundido y pensativo.
—Lisa...—Dan salió desapercibido en busca de su amada, no podía más con esto y quería sacarla de ese pueblo a cómo diera lugar.
Mientras tanto, Lisa se encontraba descansando en su casa, su madre la había atendido y ese día no había ido a trabajar para cuidar de ella, la noche anterior Ven la había cargado hasta donde se encontraban los paramédicos y no se separó de ella ni un segundo.
—Lamentó tanto no haber llegado antes, debe dolerte mucho, por favor déjame cuidar de ti, no permitiré que nadie te vuelva a poner un dedo encima.
—Todo estará bien a partir de ahora mi dulce Lisa.—Ven la abrazo y le beso la frente, Lisa estaba fastidiada por toda esa atención, solía aburrirse de las personas con mucha facilidad, pero no lo demostraba, pues vivía por la atención que recibía, eso la hacía sentir poderosa.
—Gracias por preocuparte por mi, no se que haría sin ti.—Lisa lo tomo de la gorra de su sudadera y le planto un beso muy cerca de los labios, dejando completamente embelesado a Ven.
—Li...Lisa...
—Necesito dormir un rato, gracias por acompañarme todo este tiempo querido Ven.
—Por favor déjame quedarme contigo, dormiré en el suelo, haré lo que tú quieras, me siento algo preocupado por todo lo que ha pasado que no quiero dejarte sola ni un segundo.—exclamó Ven cómo un perro fiel.
—Necesitas ir con tu familia y descansar un rato, te esperare a la hora de la comida, estaré bien, mi madre está en casa.
—Está bien, por favor llámame si necesitas algo, no importa que tan insignificante sea, vendré corriendo a atenderte.
—Lo haré, no estés triste, yo también quiero estar contigo, no puedo esperar para verte otra vez.
—Sigues siendo la más hermosa, aún con esas heridas, tú sigues siendo preciosa.—le dijo ven entre lágrimas.
—Gracias Ven.
Ven quería besarla pero no quería lastimarla, quería estrujarla entre sus brazos y decirle que estaba enamorado de ella, que estaba completamente a su disposición y que no quería pasar un segundo más sin decirle que la amaba, pero solo pudo besarle la mejilla y sonreírle con ternura y salió de ahí sonriéndole.
Una vez que Ven cruzó la puerta, Lisa borró su sonrisa y frunció el ceño, tenía una preocupación muy grande y solo Dan podía sacarla de su apuro, por otro lado, Davys había sido encontrado inconsciente en medio del bosque, los paramédicos también lo revisaron y no encontraron nada fuera de lo normal, no estaba herido.
—Al parecer usted es un joven muy nervioso, el estrés de ver a su amiga en peligro debió ser demasiado y se desmayó, tuvo suerte de no salir herido.—le dijo uno de los paramédicos que lo atendía.
—Eh, si, supongo que tuve suerte.—Davys fingió una ligera sonrisa, pero estaba aterrado, sentía que estaba poseído por algún ente maligno.—Todo esto me está volviendo loco.—se decía así mismo mientras le latía el corazón con fuerza.
A la mañana siguiente, Davys no dejaba de pensar en Lisa, ni siquiera pudo dormir esa noche, el olor a rata muerta lo tenía asqueado y su abuela estaba más callada que nunca, parecía que había desaparecido.
—¿Abuela? ¿Estás en tu habitación? Lamento estar tan ausente, entiendo perfectamente que estes enojada y que no respondas, solo quería decirte que te amo y no te preocupes, estoy bien, saldré un momento, pero no tienes porque preocuparte.
Davys estaba afuera de la habitación de su abuela y al invadirlo un silencio absoluto suspiró profundamente y se fue.
—!Oye niño! — le gritó una de sus vecinas con
timidez.
—¿Que sucede? —respondió Davys extrañado.
—¿Tu abuela está bien?
—Eh, si, está algo cansada por eso no sale mucho de casa, ya es una señora mayor.
—tiene meses que no la veo, el olor que expide tu casa es asqueroso ¿Cuando harán algo al respecto? —preguntó la vecina con una notable molestia en el rostro.
—Lo siento, ya hemos limpiado varías veces y el olor no se va, algún animal debió morir entre la madera o las tejas.—expuso Davys cansado.
—Pues debe ser un animal muy grande como para oler así.
—Si, tal vez es un roedor enorme.
Davys la dejo con la palabra en la boca y siguió su camino muy desanimado.
Quería ver a Lisa, deseaba encontrarla sola y no a Dan o a Ven revoloteando a su alrededor y fue el primero en ir a verla, Davys toco la puerta trasera, pues así se lo había ordenado su ama y al instante Lisa abrió la puerta y lo miro ardientemente.
—Las horas pasan muy lento, creí que no vendrías.—le dijo Lisa con una tierna sonrisa.
—¿Te sientes mejor?—le pregunto Davys angustiado.
—Ahora si.—Lisa lo jalo con rudeza y lo abrazo con tanta fuerza que por primera vez Davys pudo sentir que el corazón de la chica demonio brincaba.
—No hay nada mejor que estrujar a mi conejito, eres como un analgésico para mi.—murmuro mientras disfrutaba el delicioso aroma del cabello de Davys, pues olía a vainilla.
—Por favor... no me digas lo mismo que le dices a ellos.—exclamó Davys con tristeza.
—A ti te lo digo enserio.
—¿Como puedes ser tan mentirosa? Sabes perfectamente que a mi no me puedes engañar, te conozco muy bien.
—Toca mi corazón, no te estoy mintiendo.—Lisa puso la mano de Davys en su pecho y lo sonrojó a tal punto que las orejas se le pintaron de rojo, Lisa tenía un busto grande y eso ponía muy nervioso a su conejo.
—!Ya suéltame¡ te vas a lastimar, deja de jugar conmigo.—exclamó Davys sonrojado, pero Lisa lo agarró de la ropa y le plantó un beso y lo beso apasionadamente hasta el cansancio.
—¡Que me sueltes!— Lisa mordisqueaba los labios de Davys y los saboreaba como si fueran un caramelo, tanto lo beso que los labios le hormigueaban.
Hubo un momento donde Lisa abrió los ojos y notó que Davys lloraba, apretaba los ojos con fuerza.
—¿No quieres que te bese? ¿Me sigues teniendo miedo? —le pregunto Lisa con seriedad.
Davys no le respondía nada y Lisa lo soltó.
—¿Porque lloras?
Davys la miro con tanta profundidad que ella se estremeció, sus ojos brillaban tanto que se veía hermoso, parecían los ojos de un siervo suplicándole por su vida al cazador.
—Estoy enamorado de ti, tanto que no puedo soportarlo, este sentimiento es muy amargo y me está matando por dentro, te amo tanto que no puedo resistirlo, tus besos son como balas que me penetran el alma y la desangran hasta la muerte, tanto te amo que no hay nada que pueda hacer para defenderme y no quiero ser una de tus marionetas, quiero ser el único al que le digas palabras hermosas y al mismo tiempo quiero estar lejos de ti porque te tengo miedo
¿Es patético no crees? Amar locamente a alguien que no puedes tener, amar a alguien que está prohibida por el cielo.
—¿Tanto me quieres?
—Más de lo que puedo tolerar.
—Entonces ya sabes que se siente...—le dijo Lisa mientras veía cómo su conejo se marchaba sin siquiera mirarla a los ojos.
Y por primera vez un sentimiento doloroso se apoderó de ella, sumergiéndola en una profunda oscuridad, solo el amor podía doler de esa forma.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro