Exquisita incomodidad
La ansiedad tiene un hermano gemelo llamado insomnio, cuando coinciden vuelven loco a cualquiera, ahora sumémosle dormir con el enemigo, recostarse con un depredador debe ser la sensación más horrible del mundo, Davys estaba en blanco, no solo la loca de su compañera le había mordido el cuello, si no que además compartiría la cama con ella.
—¡Debes estar bromeando! No puedes quedarte a qui.... Mi abuela se dará cuenta y creerá que estamos haciendo cosas...—expresa Davys suplicante.
—No creo que tu abuela sea capaz de decir una sola palabra.
—¡Pero si entra a mi habitación se dará cuenta de que está una chica acostada en mi cama!
Cada que Lisa escuchaba a Davys hablar de su abuela lo miraba con detenimiento, trataba de comprenderlo pero era imposible.
—Deberías hacer algo con ese espantoso olor, los vecinos comenzaran a reclamarte y entonces te meterás en serios problemas.—le dice Lisa con seriedad.
—No cambies de tema, mi abuela conseguirá a alguien que nos ayude con eso.
—Eres una nena, nadie se dará cuenta de que estoy aquí, ademas...—el celular de Lisa comienza a vibrar, tenia mas de veinte llamadas perdidas de Charlie.
—¿No vas a contestar?—le pregunta Davys fastidiado.
Davys se dio cuenta de la expresión de desprecio que tenía Lisa en la cara, era una repulsión inexplicable.
—No, es el estúpido de mi padrastro.—responde Lisa con seriedad.
—Quizás esté preocupado por ti....
Inesperadamente Lisa responde a la llamada de Charlie y lo pone en alta voz.
—¿Lisa? ¿Estás bien? Me preocupe cuando tu mamá me dijo que no llegarías a dormir porqué te quedarías a dormir con unas amigas de la escuela, creo que deberías regresar a casa, te sentirás más cómoda durmiendo en tu cama....ademas...me sentiré muy solo sin ti.—expresa Charlie con una respiración incómoda.
—Lo siento, ya había quedado con ellas, además estamos apunto de ver una película.—manifiesta Lisa con amabilidad.
—Sabes, cuando tú madre no está... siempre pienso en ti, eres una chica preciosa.—Charlie estaba ebrio, detrás de esa imagen proveedora, amigable y pulcra se escondía un monstruo asesino de la inocencia.
—Voy a colgar, no logro escucharte bien...—le dice Lisa apunto de explotar.
—No puedo evitar pensar en lo bien que la pasamos cuando eras una ni...—Lisa colgó la llamada y apretó el celular con todas sus fuerzas, estaba temblando de rabia.
Davys estaba estupefacto con todo lo que había escuchado, ese maldito estaba acosando a Lisa, le había dejado en claro que no la veía como a una hija y esto le dejó helada la sangre, sin contar con la pena que sintió por ella.
—Lisa...—Davys no sabía que decir, estaba en shock, ahora entendía porque Lisa quería pasar la noche con él y se sintió realmente estúpido al querer echarla.
—¿Acaso creías que tenía ganas de dormir contigo? No tienes tanta suerte, no quiero que ese mal nacido me fastidie la vida.
—¿Donde está tu madre? —pregunta Davys preocupado.
—Es doctora, trabaja mucho, en ocasiones le toca hacer turnos dobles, es la mujer mas ausente que conozco.
—¿Tu padrastro te hace daño?....—le pregunta Davys angustiado.
—Hace mucho tiempo lo hizo, ahora estoy demasiado grande para permitirlo, además espero mi turno, el momento perfecto para vengarme de esa basura, no sabes lo paciente que he sido para culminar mi venganza.
—¿Tu madre lo sabe? ¿Sabe lo que Charlie te hizo?
—Lo sabe, pero Finge demencia.
—Lisa, lo lamento... fui un idiota, perdóname , no sabía , no puedo creer que me ayas contado algo tan privado.—dice Davys mientras se le forma un nudo en la garganta.
—Estoy cumpliendo con mi parte del trato, tu condición de ser yo misma aún que eso te asuste.
—Aún así, te agradezco la confianza...—Davys se nota afligido y sus ojos se ponen cristalinos.
—Eres demasiado sensible.—Lisa le limpia las lágrimas y añade.—Ahora cumple tú con tu parte, esta noche necesito que me abraces.
—¿Que?...—el corazón de Davys se acelera y sus mejillas se pintan rojizas.
Lisa se recostó junto a su conejo y se acurrucó como si Davys fuese una almohada , por esa noche él ya no dijo nada, por mas psicopata que pareciera Lisa, sabia que dentro de su máscara había alguien sufriendo , con miedo, pues por algo no quiso regresar a su casa esa noche y la abrazo, pegándola contra du pecho mientras le acariciaba la cabeza.
—Que Rico hueles conejito....—Esas fueron las últimas palabras de Lisa antes de quedarse profundamente dormida.
—Tu también hueles bien...
Davys la abrazo con fuerza y se durmió enseguida.
Aquella noche el zorro y el conejo se rindieron ante el cansancio y el dolor.
Querido lector gracias por leer "las dos caras de Géminis" ¿de que país o ciudad me lees? Yo soy mexicana 🤗 espero leerte en los comentarios
si te gusto el capítulo no olvides dejar tu voto , me ayudarías mucho, nos vemos en el siguiente capítulo 🥰
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