Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 97: El futuro de los equipos

Naruto y Sakura se encontraban a unos pocos centímetros de la puerta de la rústica cabaña. Fue el rubio quien impulsado por la impaciencia tomó la gastada perilla de la entrada y lentamente la giró hasta poder quitar del camino lo que los separaba de Sasuke. Ambos estaban tensos y nerviosos, un paso en falso que provocara al Uchiha o incluso su sola presencia mal recibida podía dar inicio a un combate que cobraría muchas vidas.

Pero luego de unos segundos no hubo ningún tipo de recibimiento. Naruto se preocupó; quizás Sasuke ya no estaba ahí y de alguna manera logró escapar. Con la idea atormentándolo se impulsó al oscuro interior de la cabaña, escuchando un ligero sonido de advertencia por parte de su compañera que se mantuvo cerca de él.

Un fuerte olor a viejo y humedad llegó a las narices de los jóvenes y el cambio brusco de la luz del exterior a la penumbra interior provocó unos instantes en los que su visión falló. Pero pese a haber estado preparados para escuchar la voz de Sasuke o contener algún ataque nada ocurrió.

—¡Sasuke! —gritó el rubio, temiendo que el viaje hubiese sido en vano.

Un movimiento lento alertó a ambos shinobis. Cerca de una esquina se encontraba una persona sentada sobre el suelo, sujetando con sus manos una espada y al parecer observándolos.

Naruto no se demoró en reconocer a su compañero a pesar de la poca luz que se filtraba a través de las ventanas polvorientas. Sin embargo contuvo su impulso inicial de correr hasta su lado; no sólo por las complicaciones que podría traer si iniciaban un combate, sino por la actitud inusual del Uchiha.

—¿Sasuke? —preguntó con preocupación Naruto acercándose lentamente mientras Sakura se quedaba en su lugar observando también al tercer integrante del antiguo equipo siete.

Para la kunoichi era un momento de emociones contrariadas que trataba de ocultar bajo un manto de seriedad. Simplemente era incapaz de reconocer a Sasuke. Un mes antes habían tenido un enfrentamiento y ahora lo veía sin la menor intención de moverse sentado en la esquina de algo que distaba de poder llamarse vivienda. Luego de haberlo perseguirlo por tanto tiempo, simplemente estaba ahí casi tirado sobre el suelo y al parecer sin tratar de escapar.

La sorpresa inicial se esfumó y la poca cautela que Naruto tendía a utilizar también. Sin contenerse más se acercó hasta quedar de pie en frente de Sasuke y sin hacer caso al llamado de Sakura habló.

—¿¡Qué demonios te pasa!? —gritó enérgicamente a la vez que la kunoichi rogaba para que los equipos de ANBU no tomaran eso como una señal—. ¿¡Cómo fuiste capaz de atacar Konoha!? —bramó, visiblemente molesto y a punto de tomarlo por los hombros y obligarlo a levantarse—. ¿¡Cómo pudiste atacar a Sakura!?

La poca y casi nula reacción del Uchiha, que se resumió en posar la mirada en un iracundo rubio, no hizo otra cosa que provocar más a Naruto. Era cierto que habiendo sido compañeros de equipo la actitud de ignorar de Sasuke no le era desconocida a ninguno de los dos, pero de uno u otro modo el muchacho siempre había expresado algo más que casi una total indiferencia.

Los llamados y preguntas de Naruto no surgieron ningún tipo de efecto en Sasuke por cerca de dos minutos. Fue ahí cuando la muchacha de cabellos rosa decidió dar unos pasos al frente para acercarse y hablar.

—Konoha nos ha enviado a ofrecerte algo —habló Sakura tratando de que su voz sonara lo más carente de emoción posible. La actitud de Sasuke era casi un insulto a todo el tiempo que ella y Naruto sufrieron buscándolo.

—No me interesa nada que Konoha pueda ofrecerme —contestó Sasuke secamente al escuchar el nombre de su villa—. Lárguense de aquí, que tampoco tengo interés en pelear con ustedes.

—¿Cómo puedes decir eso? —cuestionó el rubio, interrumpiendo con la esperanza de no tener que escuchar la negativa de Sasuke a la oferta de la villa—. ¿Tienes idea de lo que provocaste Sasuke?

—Hice lo que tenía que hacer —contestó él.

—¡Nadie sabía lo que ocurrió con los Uchiha! —interrumpió Naruto causando cierta sorpresa en Sasuke al ver que el rubio parecía estar enterado—. Ni tú mismo lo sabías.

—¿Te atreves a venir hasta aquí a ofrecerme algo sabiendo lo que la mugrosa villa le hizo a mi familia? —habló el Uchiha poniéndose de pie y sujetando fuertemente su espada—. ¿¡Sabiendo lo que Konoha le hizo a mí hermano!?

—Nadie sabía nada —contestó Naruto sin alejarse un solo paso del Uchiha—. Ahora que Kakashi sensei es el Hokage...

—Sólo lo saben porque me encargué de esos ancianos, sino hubieran seguido encargándose de mantenerlo oculto —interrumpió Sasuke sin ganas de escuchar lo que Naruto decía—. Maté a mi hermano pensando que era un traidor, ¡viví pensando que Itachi era un monstruo!

Ni Sakura o Naruto supieron que responderle a Sasuke. Era difícil de imaginar lo que estaba pasando el Uchiha en esos momentos; matar a Itachi pensando que su hermano era un loco y luego de esto enterarse de la verdad debía de haber terminado de romper cualquier atisbo de luz que quedaba en el muchacho.

—¿Lo saben no? —inquirió molesto Sasuke—. ¡Saben que han vivido tranquilos gracias a mi hermano! ¡Eso no es justo!

—¿¡Crees que Itachi hubiera querido que te pusieras en contra de Konoha!? —Lo enfrentó Naruto, cansado de simplemente escuchar quejas de Sasuke.

—¿Y tú que diablos sabes? —gritó el Uchiha activando su sharingan—. ¿Crees que entiendes lo que estoy pasando? ¿Lo que pasé? El haber ganado una hermana no te hace entender nada de lo que yo viví.

—¿Sabes...? —susurró Naruto un tanto sorprendido mientras Sakura se tensaba ligeramente al ver lo bien informado que estaba Sasuke.

—Claro que lo sé, estuve en el ataque a Konoha, ¿crees que Madara no iba a informe sobre el estado del jinchuriki?

—¡Sasuke! —intervino Sakura adelantándose hasta quedar al lado de Naruto, mirando fijamente al muchacho—. ¡No te atrevas a llamar así a Naruto! —exigió notablemente molesta, controlándose para no golpearlo, ya que de haber un combate habrían muertos. Pese a que podía entender las razones que hicieron que Sasuke cambiara tanto, nada podía justificar cómo los trató a ellos o el simplemente haberse dejado llevar por la venganza al punto que estaba.

—Itachi no quería que esto acabara así —habló Naruto—. Tú sabes eso. Tú hermano no buscaba la destrucción de Konoha, quería que tú te quedaras ahí.

—¡No sabes nada sobre Itachi! —bramó aún mostrando el tono carmesí de sus ojos.

—Tu hermano me preguntó qué escogería si decidías atacar Konoha.

—¿Qué? —preguntó Sasuke, borrando la expresión agresiva de su rostro por unos momentos.

—Quería saber que haría si decidías atacar Konoha —explicó Naruto—. Itachi sabía que podías terminar saliéndote de control...

Sasuke bajó ligeramente la mirada. Recordó los últimos momentos de Danzou, cuando este le explicó la naturaleza del sharingan y los peligros que acarreaba al clan Uchiha cuando el deseo de poder era demasiado grande. Él no deseaba poder directamente, lo que quería sobre todas las cosas era su venganza, una venganza que parecía no tener fin. Cada vez que pensaba que por fin estaría satisfecho algo más salía o simplemente le dejaba un mal sabor de boca.

Sabía que Itachi quiso mantener a salvo la villa, que pese a todo decidió arriesgarse por Konoha aunque se le viera como un criminal y aunque significó eliminar al clan en nombre de la paz. No pudo terminar con él, y aunque se había dicho que no actuaría como Itachi e iría tras Konoha, no podía evitar sentirse mal por simplemente haberle dado la espalda a su hermano.

—Lárguense —dijo a la vez que sus ojos retornaban a su color negro original—. No tengo nada que discutir con ustedes ni con nadie más.

—Aún no has escuchado lo que vinimos a decirte —intervino la kunoichi sin entender bien que ocurría con Sasuke. De la nada nuevamente había regresado al estado tranquilo que tenía cuando ingresaron a la cabaña. Le costaba creer que estaba en frente de la persona que casi la mató durante el ataque a Konoha, y le molestaba el no saber si sentir odio o pena por él.

—Le dije a Itachi que me encargaría de encontrar la forma de proteger a Konoha y a ti —añadió Naruto. No quería interrumpir a Sakura, pero quería seguir tratando con Sasuke, estaba tan cerca y no deseaba perderlo ahí.

—¿Y por qué harías una estupidez como esa? —bufó el muchacho. Al final Naruto seguía siendo el mismo idiota soñador que creía que podía cambiar el rumbo de las cosas si se esforzaba lo suficiente.

—Porque eres como un hermano para mí —contestó sonriendo, el que aún le hablara sólo aumentaba más su deseo de seguir luchando por recuperarlo—. Y pese a todo no voy a abandonarte; ni pienso tener que escoger entre salvarte a ti o Konoha.

Sakura giró un poco para ver a Naruto. Llevaba bastante tiempo sin verlo sonreír de forma tan sincera cuando tenía a Sasuke presente en su mente y mucho menos pensaba que lo haría teniéndolo en frente de él. Por un instante se olvidó de Sasuke, el ver al rubio así realmente la hacía feliz y estaba enfocada en que no dejaría que nada arruinara ese momento.

—Sólo váyanse —insistió Sasuke luego de unos segundos mirando en silencio a Naruto.

—Sasuke —habló Sakura elevando un poco la voz—. Kakashi sensei desea que te apartes de todo el conflicto. Konoha no te perseguirá si aceptas.

—Entonces vinieron por gusto —le contestó, mirándola a ella por primera vez—. No planeo moverme de aquí, no quiero que nadie se acerque, simplemente quiero estar solo.

—Pero Sasuke —insistió el rubio un tanto sorprendido—. Los ninjas de Kumo van a seguir viniendo.

—No me importa. Si vienen y tratan de enfrentarme los mataré —contestó, como si se tratara de algo sencillo.

—Mataste al hermano del Raikage —soltó Sakura molesta ante la actitud y al pensar que de haber tenido la oportunidad quizás Sasuke hubiera buscado a Naruto para hacerle lo mismo.

—No fui yo —gruñó ligeramente como respuesta—. Cuando lo ataqué se escapó, Kisame fue quien se encargó de él.

—¿Qué? —preguntaron los otros dos shinobi sorprendidos.

—Cerca de la costa en dirección a Kiri. Ahí se enfrentaron si les interesa —explicó fastidiado al recordar que el ocho colas se le había escapado—. ¿Con eso dejarán de fastidiarme trayéndome mensaje de Konoha, no? ¿Les acabo de ahorrar un problema con Kumo, no?

—¿¡Crees que es tan sencillo!? —gritó la kunoichi sujetándolo del hombro contra la pared—. ¿Tienes idea lo que la gente sufrió en Taki por tu culpa? Kumo cree que fuiste tú y te están cazando sin importar quien esté en el medio —preguntó tensando fuertemente el brazo. Muchos murieron en el país de la cascada por haber tenido la mala fortuna de que Sasuke estuvo ahí y Kumo decidió atacar.

—¿No es fácil, no? —inquirió Sasuke mirándola fríamente. Sabía que era una médico y por como hablaba estaba seguro de que atendió gente en Taki—. Tener la vida de alguien en tus manos y que se te escape sin que puedas hacer nada.

—¡Sasuke! —se quejó Naruto al escucharlo. No quería que se alejara, no cuando al fin luego de tanto había conseguido hablar con él—. Puedes tratar de arreglar lo que hiciste, si vienes con nosotros...

Tanto Sakura como Sasuke posaron una mirada incrédula en Naruto. Los tres eran consientes de la situación del Uchiha y Konoha y de que su regreso era algo casi imposible. Los otros no entendían por qué Naruto ofreció algo así.

—No me interesa regresar.

—Puedes ayudarnos contra Madara —insistió a la vez que Sakura soltaba al Uchiha.

—Necesitan más que ayuda mía si quieren vencer a Madara —contestó secamente. Ninguno de ellos podría vencer a un Uchiha, en especial a uno como Madara—. No es sólo él, tiene a los bijuu y si lo acorralan quien sabe si los utilice.

—Akatsuki quería a los nueve —intervino Sakura preocupada.

—¿Y? ¿Crees que por falta de uno va a perder la energía de los otros ocho? —replicó con desdén—. No tengo idea que planee, pero Pein tiene una estatua que guarda la energía de los bijuu.

—¿Y Madara? —cuestionó la kunoichi, recordando que cuando fueron a rescatar a Gaara años antes Neji mencionó algo de una estatua; objeto que no estaba cuando ellos ingresaron a la cueva.

—Madara es quien lidera todo —explicó. Por algún motivo no quería que ese Uchiha ganara, Itachi parecía haber estado trabajando en contra de Madara y quizás había forma de al menos enmendar en algo el haberlo apoyado—. Madara se mantiene en el sótano del edificio más alto de Ame, a veces está con Pein en el piso superior, pero no es lo usual—Sakura lo observó sorprendida y Naruto simplemente comenzó a sonreír—. Sólo Pein puede invocar la estatua o al menos eso fue lo que pude deducir cuando ayudé al sellado del ocho colas.

La mención del otro jinchuriki puso en alerta a Sakura. No podía creer que Sasuke participara en algo así sabiendo que Naruto podía ser el siguiente ¿Cómo podía tratar un tema tan delicado como si fuera algo insignificante? ¿Cómo si para él no significara nada su amistad con Naruto? Pero en esa ocasión no pudo decir nada ya que el rubio habló antes.

—Cuando Kumo sepa que no fuiste tú nadie te molestará.

Sasuke observó con curiosidad a Naruto. Tenía esa sonrisa tonta dibujada en su rostro y no entendía por qué.

—Vamos Sakura-chan —dijo animadamente girándose un poco.

—¿Naruto? —susurró ella extrañada.

—Regresaremos cuando hayamos terminado con Madara —explicó el rubio mirando a Sasuke con una amplia sonrisa—. Y ahí podremos hablar más.

—Ya te dije que quiero estar solo —indicó el Uchiha arqueando ligeramente las cejas.

—Lo sé, pero somos amigos, así que aunque no lo quieras vamos a regresar —contestó antes de mirar a la kunoichi—. ¿No Sakura-chan? —Sabía que ella estaba más resentida con él. Pero si al fin había conseguido que se quedara apartado de todo al alcance de ellos, iba a conseguir rescatar algo del antiguo equipo siete.

x x

Kakashi respiró aliviado cuando sus dos alumnos regresaron ilesos y al ver la sonrisa que llevaba Naruto en el rostro. Pese a no haber podido arrastrar a Sasuke de regreso a la villa, el rubio parecía inmensamente satisfecho con el desarrollo de los hechos. No parecía haberse rendido a la idea de volver a ser un equipo, pero por suerte estaba conciente de que eso, en caso fuera posible, tomaría mucho más trabajo y tiempo del que podían utilizar mientras estuvieran en una guerra. Además, lo poco que Sasuke habló sobre Madara daba un poco más de material con el cual trabajar.

Al salir de la oficina de Kakashi, luego de haber reportado todo lo que había ocurrido. Naruto avanzó junto con Sakura. Ella no le quitaba la vista de encima, de alguna manera le costaba creer lo contento que se le veía.

La kunoichi seguía sin saber si debía de unirse a la alegría o expresar su incomodidad. No estaba segura si se sentía feliz o molesta por la respuesta de Sasuke y toda la actitud que tuvo durante el encuentro. Lo único que tenía claro es que al menos se sentía contenta por Naruto y la idea de borrarle la sonrisa del rostro a su amigo era egoísta como para realmente hacerla. Aún así, ella necesitaba tiempo para pensar, acomodar sus ideas y quizás dejar que su corazón descansara antes de decidir realmente cual sería su actitud con Sasuke y si realmente volvería a acompañar a Naruto a esa cabaña.

El Hokage sonrió animado cuando los tres miembros de su concejo escucharon las noticias. Los había citado a una reunión rápida y urgente para informarles de una decisión que había tomado.

—¿Estás seguro? —cuestionó Shikaku ante la propuesta.

—Madara podría usar la información en un momento tenso y eso creo que resquebrajaría más Konoha que hacer un anuncio ahora —explicó el kage.

—Kakashi-sama, ¿piensa informarlo todo? —preguntó Shizune con interés y algo de preocupación.

—Itachi quería que Sasuke viera al clan como un ejemplo, pero eso ya no sirve de nada ahora que Sasuke está enterado —contestó Kakashi un tanto pensativo—. No pienso que sea correcto guardar la información simplemente, tarde o temprano se comenzará a filtrar y prefiero ser yo quien de un anuncio oficial y no tener que hacerlo por la presión de los rumores.

—Entiendo —asintió Ibiki—. Y hablando de rumores, creo que sería adecuado dejar que se filtrara algo de información.

—¿Sobre el ocho colas? —inquirió Shikaku.

—Exacto. El Raikage no va a creernos si se lo decimos, pero aunque puede tomar tiempo si llega a enterarse por sus propios medios es posible que nos lo descontemos como enemigo —explicó el ANBU, recibiendo la autorización de Kakashi.

—También deja que se sepa que Uchiha Madara está detrás de todo esto —añadió el Hokage—. Se mueve en las sombras por comodidad, pero le será más difícil si se sabe de su presencia. Dudo que el Tsuchikage o el Raikage gusten de hacer de marionetas de Madara.

Los cuatro shinobi sabían que la noticia del clan Uchiha generaría algo de paranoia dentro de Konoha. Pero sin ninguno del gobierno anterior con vida probablemente las cosas no se saldrían de control.

—Hay algo más —intervino Shizune unos momentos antes de que Kakashi quedara solo en su oficina—. Tsunade-sama no estaba segura de en que momento hubiera sido bueno revelar la identidad del padre de Naruto.

—Es el hijo del cuarto, muchos shinobi lo saben. Tampoco hay necesidad de que cada persona de la villa lo sepa —opinó Ibiki.

—Eso es algo que discutiré con Naruto —intervino Kakashi antes de que Ibiki enlistara las razones por las que algo así no debía de ser dado con tanta importancia—. No tengo idea si desea que eso se sepa o en todo caso si desea que se haga un anuncio... en realidad lo dudo mucho —explicó sonriendo ligeramente.

Poco antes de que la noche cayera y luego de despedirse de Sakura, Naruto tocó ligeramente la puerta de la casa de su hermana. No estaba seguro si estaría, pero Kakashi le había dicho que fuera a visitar a su sobrina antes de que la niña no lo reconociera. La idea no le gustó en absoluto al rubio, menos cuando su vida parecía estar comenzando a resolverse poco a poco y tenía mucho que contarle a Katt, sabía que Sasuke no le agradaba mucho a la pelirroja, pero aún así deseaba compartirlo con ella.

x x

Un poco más de un mes había sido necesario para que le dieran de alta en el hospital. Para Tenten fue un periodo de tiempo muy duro, las largas horas en el casi permanentemente silencioso hospital le habían dado mucho tiempo para pensar y recordar los últimos momentos con su equipo.

Su brazo fue el causante de su larga estadía. Shizune insistió en mantenerla bajo observación permanente y cuidados muy altos. Para una kunoichi como Tenten su futuro como guerrera dependía enteramente del resultado de su recuperación. Algún movimiento que la incomodara pondría en riesgo las habilidades por las que poco a poco se hizo una reputación dentro de Konoha.

Pero tras muchos cuidados por parte de los ninjas médicos y una exitosa operación al inicio. Su brazo se encontraba en perfecto estado, como si nada le hubiese pasado. Para mala suerte de Tenten eso era lo único que podía tratar de borrar de su memoria.

—¿Estás lista pequeña flor? —preguntó Guy entrando a la habitación de su alumna en el hospital.

A la bestia verde de Konoha aún le faltaba algo de la chispa que quemaba a la gente que pasaba cerca de él un mes atrás. La decisión de Kakashi aceptando ser Hokage ayudó un poco a que Guy tratara al menos de aparentar su actitud usual, el tiempo también estaba ayudando un poco, pero lo que más peso le daba era Tenten. El jonin no pensaba caerse a pedazos cuando más lo necesitaban, aunque claro, la pérdida de sus dos alumnos aún era muy reciente para ambos.

Tenten asintió ligeramente con la cabeza y comenzó a caminar al lado de su maestro. Trató de muchas maneras explicarle que no era necesario que la acompañara, estaba abandonando el hospital en un estado casi perfecto a diferencia de las otras ocasiones en que había estado internada.

—Sensei —llamó mirando al frente—. ¿Cuándo se me comenzarán a asignar misiones nuevamente?

—No tienes que precipitarte —respondió tratando de mantener una sonrisa—. Pero ahora que llegue el informe de que te dieron de alta no creo que transcurra mucho antes que te llegue un pergamino.

—¿Con quienes trabajaría?

—No lo sé —contestó el jonin ligeramente decaído—. No tengo idea si ya se te haya asignado a otro equipo... —explicó antes de tomar algo de aire y volver a dibujar una sonrisa en el rostro—. Pero siendo una jonin especial es posible de que se te asignen misiones en las que vayas sola —añadió. A él le mandaban varias de esas, no había motivo para que a su alumna no se las dieran.

Ambos shinobi salieron juntos del hospital. Ahí, Tenten se detuvo por unos instantes y comenzó a caminar en sentido contrario al de su casa.

—¿Tenten? —preguntó Guy ligeramente extrañado—. ¿Vas a ir a otro lugar primero?

—Sí, no creo que vaya a mi casa hasta la noche —respondió sonriendo un poco—. Quiero ir a visitar a unas personas antes.

Desde el hospital, en una de las ventanas del cuarto piso, Neji observaba con cautela la escena. Al igual que Tenten llevaba mucho tiempo internado, su recuperación física no fue tan difícil, pero la técnica de Madara pese a no haber sido realizada a la perfección había tocado bastante hondo dentro de su mente, ocasionando cierto letargo en el muchacho.

Ver que la kunoichi se retiraba en buena salud lo alegró. Al menos ella había salido bien del estado en que la dejó el Uchiha. Sabía que emocionalmente estaba aún muy lastimada, pero aunque quería no podía acercarse.

El sonido de su puerta abriéndose hizo que girara ligeramente el rostro. A veces no podía creer que ningún médico hubiera tratado de disipar el genjutsu que tenía encima, pero al final eran órdenes del sexto Hokage.

—Su recuperación ha sido total —comentó Kakashi ingresando al ver a Neji de pie junto a la ventana observando la calle. Había leído el informe de Shizune y vio el traje verde de Guy moverse por el hospital minutos antes.

—No está yendo a su casa, aún debería de descansar un poco más.

—Tiene cosas pendientes que no pudo hacer a causa de su estado —explicó el Hokage. Al menos para él era un tanto obvio a dónde podía dirigirse la kunoichi.

—¿También voy a salir hoy? —preguntó el muchacho a su visita, mirando con atención al otro shinobi, Kakashi traía en sus manos una caja difícil de ocultar a la vista aunque lo intentara.

—No lo sé, eso depende de ti —dijo con tranquilidad, tomando las hojas con los datos escritos por los médicos cuando lo revisaban—. Según esto estás físicamente bien desde hace una semana, pero aún tienes ciertas secuelas, eso debe de ser el genjutsu de Madara —explicó seriamente—. Pese a que no te afectó totalmente, no hay ningún médico a la altura de Tsunade-sama y no quiero arriesgarme a que Sakura trate... nunca fue muy cercana a ti, pero te conoció un poco más que el resto de médicos y es muy hábil con genjutsus.

—No hay necesidad, es sólo cuestión de tiempo.

—Entonces ¿Puedes salir? —cuestionó el Hokage con interés—. Puedo dar mi consentimiento para que salgas, pero depende de ti.

—¿Tendría que retirarme de la villa?

—No necesariamente, pero eres conciente de que mientras Madara esté vivo tendrás que mantenerte oculto —explicó, colocando la caja que trajo sobre la cama del muchacho—. Dejaré el permiso para que te retires cuando creas estar listo.

—¿Cuánto tiempo tengo? —preguntó el Hyuuga acercándose hasta quedar frente a la caja.

—Aún estamos tratando de armar el rompecabezas de Madara, pero tendrás suficiente tiempo para recuperarte y entrenar —aseguró el Hokage antes de girarse y avanzar hasta la puerta.

—Lo de Sasuke... —intervino Neji cuando notó que Kakashi estaba por retirarse. Había escuchado los rumores de la noticia sobre los Uchiha recorriendo el hospital y le costaba bastante imaginarse que lo que sabía sobre la masacre de ese clan habían sido mentiras.

—Naruto y Sakura tuvieron éxito hablando con él. Si es cierto lo que dijo, sólo quiere que lo dejen solo. Sólo será un enfrentamiento contra un usuario del sharingan —explicó Kakashi antes de abandonar el cuarto.

Al encontrarse sin compañía Neji abrió la caja. Dentro de ella había un uniforme ANBU y algunos documentos sellados con un jutsu que por suerte estaba seguro poder retirar. En la parte más profunda, luego de revisar el resto de las prendas vio una máscara casi completamente blanca. No le costó demasiado intuir que representaba. Era un ave, podía notarse por el pico ligeramente sobresaliente y marcado tenuemente con color negro, y por los otros leves detalles al borde de la máscara supuso que se trataba de un halcón.

Tomó la máscara y la observó por unos breves instantes. Con eso estaría aceptando completamente el mantenerse oculto del mundo y el volverse realmente Kumori. Respiró profundamente, él había sido entrenado como shinobi desde pequeño y podía controlar con facilidad sus emociones, pero el volverse otra persona dejando atrás a muchos que aún sentían su pérdida no era tan sencillo.

Dejó a un costado el objeto y comenzó a vestirse. Por un tiempo había pensado en postularse a integrar parte de los ANBU, pero eso hubiera significado dejar a Tenten a Lee y a Guy casi por completo, por lo que retrazó la decisión. Pero en ese momento estaba abandonando a su compañera y sensei.

—Sólo por un tiempo... —murmuró antes de acomodar la máscara sobre su rostro, tomar los papeles y comenzar a retirarse del hospital.

x x

En Suna un halcón mensajero llegó con el mensaje que contenía la información sobre el anuncio acerca de los Uchiha para el Kazekage. Pese al estado de alerta casi permanente de la aldea de la Arena, Gaara aún podía priorizar los mensajes de Konoha. Era conciente que parte de ser aliados incluía estar al tanto de lo que ocurría en la otra villa.

Pero lo que leyó lo dejó sin palabras. El mundo ninja parecía ser igual en todos lados. Gracias a Naruto y la ayuda prestada cuando fue raptado, la imagen que tenía sobre Konoha era bastante buena, y la noticia sobre la masacre del clan Uchiha realmente le sorprendió.

Por unos momentos no pudo evitar recordar a su padre. El cuarto Kazekage sacrificó a su esposa por darle un arma a la villa y trató de matarlo incontables veces cuando se dio cuenta que no podía controlarlo, al final la gente que estaba en el poder no era muy distinta sin importar a que villa perteneciera.

Cerró los ojos por un instante. Él no era así, confiaba también en que el sexto Hokage tampoco y aún más, estaba completamente seguro de que cuando Naruto cumpliera su sueño las cosas cambiarían por completo. Ese era el don más importante del rubio.

—Uzumaki Naruto... —susurró. La noticia sobre el pasado de su compañero debía de haberlo golpeado bastante. Al final Sasuke estaba realmente perdido en una oscuridad generada por el lugar que en algún momento consideró su hogar.

Un ligero golpe en su puerta lo sacó de sus pensamientos.

—Gaara —saludó su hermano ingresando a su oficina en compañía de un fastidiado Ebisu—. Mira lo que encontré esperando afuera cuando vine a dar mi reporte.

—Mis disculpas Kazegake-sama —intervino el shinobi de Konoha—. Pensé en darle unos minutos más antes de venir en caso necesitara algo —explicó, mostrando una copia del informe que le había sido entregada.

—¿Y eso? —cuestionó con curiosidad Kankurou—. Tiene su ventaja ser representante de Konoha, te mandan las mismas cartas que al Kazekage —bromeó.

—En un momento veremos eso —pidió Gaara recibiendo una pequeña reverencia de parte de Ebisu—. ¿Qué ocurrió en la frontera? —preguntó mirando a su hermano.

—Lo usual, aunque en esta ocasión Iwa no llegó a adentrarse en el desierto —respondió Kankurou con cierto tono de confianza—. Logramos detenerlos antes de que llegaran a algún poblado, su efectividad se reduce mucho cuando dejan de estar en su territorio.

Gaara asintió complacido. Al menos en esa ocasión no tendría que comenzar a enviar un grupo de médicos a atender civiles ni ver a donde enviar a los refugiados. Era increíble como el señor feudal del país del viento casi se había lavado por completo las manos del tema.

—Ya me encargué de armar un par de escuadrones para que retomen las posiciones de los que se quedaron —informó el joven, notando algo de impaciencia en el rostro de Ebisu—. Sólo necesito tu autorización para enviarlos, luego de eso puedo regresar a darte un reporte completo —añadió. No tenía idea que noticia pudo haber llegado de Konoha, pero dudaba que el shinobi de la hoja quisiera discutirlo con él presente. No le importó mucho, ya luego se enteraría si era algo urgente.

x x

Era una noche tranquila. Las cosas en Konoha se habían calmado desde el ataque y la tranquilidad volvió a tomar posesión de la villa. Pero siendo Hokage, Kakashi estaba conciente de que era una mera apariencia; la mayoría de shinobis estaban asignados a alguna labor que ayudaba a mantener esa aparente tranquilidad.

Acercándose desde el otro extremo del corredor e impidiendo su salida del edificio se encontraba Ibiki. Por su mirada era obvio que deseaba hablar con él y a menos que decidiera saltar por alguna ventana iba a tener que escucharlo.

—Pensaba que te quedarías más tiempo en tu oficina —comentó el Hokage deteniéndose a unos pasos del otro shinobi.

—Ya acabé el papeleo que tenía pendiente y quiero permiso para realizar otro interrogatorio —explicó Ibiki en su usual tono serio.

—¿Otro? —repitió extrañado Kakashi—. ¿A quién?

—Al zorro —respondió secamente y frunciendo el ceño ligeramente al imaginar a la criatura.

Kakashi sonrió ligeramente, no iba a poner ninguna traba para el interrogatorio, el único problema era que no había persona que él conociera que pudiera obligar a esa invocación a hacer algo si no tenía ganas. Pero era conciente de que Ibiki conocía ese aspecto tan bien como él y si aún así deseaba tratar no iba a ser él quien le rompiera la esperanza o bajara la moral si es que tenía algún plan.

Ibiki se despidió del sexto Hokage, pese a que eran vecinos la velocidad con la que Kakashi tendía a moverse podía desesperar a las personas, por lo que el ANBU comenzó el regreso a su hogar en solitario.

x x

Katt bostezó ligeramente, había tenido una misión la noche anterior y esa mañana le tocaba un turno en la muralla de la villa. Kakashi se desapareció inusualmente muy temprano en la mañana, actitud que despertaba su sentido de alerta. Pero a pesar de su paranoia nada ocurrió, había conseguido estar tranquila y arreglar a su hija para dejarla en la guardería.

—Vamos —llamó Katt. Ya llevaba mucho tiempo teniendo a los ocho perros de Kakashi rondando permanentemente la casa además del zorro. Los canes se acercaron a la puerta y la pelirroja los miró con curiosidad—. ¿Y Orion?

—En la sala —contestó Pakkun.

—Un rato —pidió ella, dejando a Sayuri en el suelo y regresando al interior de la casa a buscar a su invocación.

—No se parece mucho a Kakashi —comentó Shiba, el can con el mechón de pelo negro, mientras olfateaba a la bebé.

—No de nuevo... ya te dije que sí —intervino Garuko acercándose a Sayuri mientras esta tomaba sus largas orejas.

—No lo sé... —intervino Uuhei alejando un poco sus patas antes de que la bebé tratara de quitarle sus vendajes de nuevo—. Kakashi es inteligente y ella aún no habla.

—Yo a su edad ya hablaba —comentó Akino, el perro de los lentes.

—No es lo mismo en humanos —informó Pakkun bajo la mirada atenta del resto, pese a ser el más pequeño era el más conocedor de la raza humana—. Se demoran mucho en hacer las cosas.

Katt por su lado llegó hasta donde Orion. El zorro reposaba tranquilamente extendido sobre su sillón sin prestarle atención a la pelirroja que trataba, en vano, de moverlo.

—¿Acaso no piensas venir? —se quejó, retrocediendo un poco para poder retomar aire.

—No —respondió alegremente el zorro moviendo sus colas.

—¿No? —repitió extrañada—. ¿Y qué planeas hacer?

—Nada, me voy a quedar en casa hoy —explicó alegremente.

La kunoichi se extrañó un poco, pero se le hacía tarde y sacarle respuestas a Orion implicaba muchas horas centrándose sólo en eso. Regresó con los perros y volvió a tomar a Sayuri.

—¿No viene? —preguntó Pakkun.

—No... ojala no destruya la casa... —contestó cerrando la puerta detrás de ella y luego quedándose helada al ver a Ibiki de pie en el umbral de la casa del frente. Un pequeño escalofrío recorrió su espalda. Usualmente el ANBU no estaba de pie a la vista de todos ni en su propia propiedad y esa mañana ya tenía demasiados hechos extraños como para siquiera tratar de averiguar que hacía Ibiki ahí—. No lo miren, va a pensar que quiero hablar con él.

Sin la pelirroja a la vista el nuevo miembro del concejo de Konoha se acercó hasta la puerta de la casa Hatake y tocó. No esperó demasiado antes de ingresar por su cuenta, sabía que el zorro estaba ahí y dudaba que tuviera la educación como para abrirla, pese a que podía.

Lo primero que el ANBU vio fue a Orion sentado en la puerta interior de la casa a unos metros en frente de él, moviendo enérgicamente sus colas y con una amplia y traviesa sonrisa dibujada en su hocico. Lo estaba esperando. Ibiki afinó la mirada ya le parecía extraño que el zorro no hubiera salido junto con su dueña.

—Un ANBU —habló la invocación con un tono jovial—. ¿Has traído tributo para el dios zorro? ¿O piensas ofrecerte a ti mismo?

—No vine a jugar —contestó secamente el hombre.

—Yo nunca juego —prosiguió la invocación—. Sólo cobro por mis servicios.

Ibiki gruñó un poco. El zorro era sin dudas mucho más inteligente y astuto que su dueña, incluso podía colocarlo en una posición privilegiada a comparación de la masa de ninjas de la villa. Tendría que sacarle respuestas precisas y puntuales, ya que dudaba poder exprimirle mucha información sin tener que hipotecar su alma a servicio de Orion. Y lo peor de todo, la invocación era totalmente conciente de eso.

—Puedes comenzar trayéndome carne —comentó alegremente la invocación—. O Quizás un ANBU.

—¿Crees que soy idiota? —bufó ligeramente—. Tengo total control sobre el número de ANBUs y no te has comido a ninguno, claro que no tengo idea sobre los que trabajaban con Danzou.

—Entonces eso te debe confirmar que en verdad tengo hambre —prosiguió con interés el zorro—. No he comido en mucho tiempo.

—Asaltas a tu dueña o a quien te da la gana.

—Eso es distinto a un tributo —aclaró.

—Te gusta ser observado, llamar la atención y no pienso caer en tu juego —habló Ibiki seriamente acercándose más al zorro viendo con atención el movimiento de las colas.

—¿Y? la atención no es mala.

—Voy a preguntarte una sola cosa que no encaja con lo que tengo y lamentablemente en esta ocasión no puedo decir que sea culpa de la memoria a corto plazo de tu dueña —anunció el ANBU—. ¿Por qué Madara quiso ir tras Hatake Sakumo? —preguntó. Ese era un tema que no comprendía y por lo que Kakashi le contó Orion parecía tener cierto respeto por Sakumo, con algo de suerte eso jugaría a su favor.

—¿Eso es lo que quieres saber?

—¿Planeas cobrarme? Sabes que puedo seguirte el juego si creo que vas a hablar.

—Puedo conseguir la carne que quiera si molesto lo suficiente a Katt —replicó manteniendo una expresión alegre.

—¿Planeas responder? Eres una invocación, pero no eres inmune a todo lo que podría utilizar para sacarte lo que deseo.

—¿Me estás amenazando? —inquirió con curiosidad Orion.

—No. Sólo estoy explicándote la situación.

—No pienso quedarme a responder todas tus preguntas —habló Orion estirándose ligeramente—. Sé muchas cosas y no tengo porqué compartirlas. Por eso te pregunto si realmente planeas gastar tu oportunidad en algo así.

—El resto tiene sentido, pero ese detalle que sólo tú sabías no encaja en lo que tengo. Los movimientos de Madara no son aleatorios, había una razón de peso para que haya querido deshacerse de Sakumo.

—Madara siempre se mostró nervioso ante la mención del colmillo blanco de Konoha —contestó el zorro luego de inclinar ligeramente la cabeza; quizás un tanto decepcionado por la pregunta—. Había algo en él que le desagradaba mucho, si me preguntas, creo que eran sus habilidades.

—Sakumo se hizo famoso por su chakra blanco, era sumamente inusual y de elemento de luz.

—Supongo que debe de haber sido eso. No lo sé, nunca me lo comentó directamente. Pero Madara es una persona que se mueve por el ego; y saber de otro shinobi casi igual de único que él debe de haberle disgustado mucho —explicó la invocación tranquilamente. No planeaba quedarse mucho tiempo hablando con Ibiki, pero responderle una cosa no le afectaría, al final sería su grano de arena contra el Uchiha—. Madara ha cambiado en este tiempo ha ganado nuevas habilidades y no es por el chakra invertido únicamente, él nació con varios rasgos únicos y su afinidad elemental principal está en esa lista.

Ibiki escuchó con atención. Sabía que podía sacar algo útil si llegaba a entender los motivos de Madara para atentar contra Sakumo. Era un detalle que le daba vueltas continuamente en su cabeza y que de alguna manera impedía que pudiera avanzar adecuadamente con el resto de su investigación. Sabía que era importante, su instinto se lo decía, pero hasta ese momento carecía de una fuente adecuada para tratar de aclarar el misterio.

Si el zorro suministraba la información adecuada podría dedicarse en los meses siguientes a armar un perfil del Uchiha y de todas las acciones que realizó, así como sus motivos. Con eso podría tratar de predecir sus movimientos a futuro.

x x

Un reclamo seguido de una queja bastante convincente, consiguieron que Shikamaru dejara de estar recostado en el sillón mirando el techo sin hacer nada. Según Temari estaba dándole una pésima imagen a Tsubaki que lo observaba con curiosidad sujetándose del borde del mueble.

Le gustaba pasar tiempo con la hija de su sensei, en especial porque eso le dejaba mayor tranquilidad a Kurenai para atender su casa o a ella misma, el problema era que prefería los tiempos cuando Tsubaki era una bebé que no caminaba o hablaba. La niña de dos años estaba llena de energía y él no era exactamente del grupo de personas que gustaban de moverse de un lado a otro.

Aún así, disfrutaba pasar las tardes en el pequeño departamento de Kurenai. El ambiente era tranquilo y acogedor, probablemente a Asuma le hubiera gustado haber vivido ahí. Además, pudo ver que no era el único preocupado por el bienestar de la familia del hijo del tercer Hokage; Konohamaru ya llevaba casi el mismo tiempo que él tratando de ayudar en lo posible.

Pero a pesar de eso no podía evitar perderse en sus pensamientos. Desde el ataque medio año antes muchas cosas habían cambiando; más gente había muerto y las revelaciones sobre el clan Uchiha ocasionaron un estremecimiento en las mismas raíces de la villa.

Claro que no todo era negativo. Muchas personas estaban comenzando a encontrar su lugar dentro de la villa. El mismo Naruto lo había sorprendido cuando regresó de hablar con Sasuke, pese a que no lo trajo de vuelta era obvio que de alguna manera se sentía satisfecho. Y además, pese a lo mucho que él se quejaba, disfrutaba que Temari siguiera viviendo en Konoha.

—¿Pintar de nuevo? —se quejó ligeramente Konohamaru al ver como Tsubaki se acercaba con un recipiente vacío y lo obligaba a pintar con un pincel imaginario en una hoja también imaginaria.

—¿Qué de malo tiene? —replicó Shikamaru, uniéndose al juego sin mayor molestia cuando la niña le acercó el recipiente. Ese juego no lo obligaba a ponerse de pie y correr por la casa.

—Ni siquiera estamos pintando de verdad... —explicó. Dirigiendo la mirada a una caja que se encontraba en un estante lejos del alcance de la pequeña—. Podría traerle sus colores... —comentó, pero ni siquiera lo intentó al ver como el tercer shinobi que se encontraba en la sala lo observaba seriamente.

—Si Kurenai-san no lo dejó con Tsubaki por algo será —habló Temari, también siguiéndole el juego a la niña, aunque un tanto incómoda por la situación. En Suna, pese a haber tenido hermanos menores, nunca tuvo la oportunidad de jugar con algún niño e incluso su propia infancia escaseó en juegos, eso la ponía en una situación difícil al interactuar con Tsubaki.

—De nuevo —articuló la pequeña emocionada, regresando a donde Konohamaru para ver como otra pintura imaginaria era creada.

—¿Y Chouji? —preguntó Konohamaru mirando a Shikamaru—. A él le encanta jugar lo que sea con Tsubaki... y aún no he visto que haya logrado cansarlo —agregó. Temari era una mujer sería y Shikamaru un vago, ninguno de los dos eran el compañero de juegos ideal. En cambio el miembro del clan Akimichi tenía encanto para los niños, siempre alegre, atento y lleno de energía.

—Iba a venir con Ino cuando saliera de la academia, no debe de tardar —contestó Shikamaru, ganando una mirada de curiosidad por parte de la kunoichi de la arena.

—No está yendo a muchas misiones —comentó Temari con interés—. ¿Planea dedicarse a la academia?

—Sí —afirmó sonriendo un poco—. Dice que es su forma de proteger a las generaciones futuras.

—Si se queda ahí podría tocarle enseñarle a Tsubaki cuando entrene para ser kunoichi —comentó Konohamaru mirando a la pequeña que trataba de repetir la palabra que había usado sin mayor éxito—. Ku-no-i-chi —repitió despacio, pero con los mismos resultados por parte de la risueña niña.

—Eso estaría bien —dijo Shikamaru viendo como Tsubaki regresaba a su costado tratando de repetir la palabra como si estuviera bien pronunciada—. A Asuma le hubiera gustado.

—Pero no creo que Chouji esté a cargo de algún grupo aún, Suna estudió su sistema de academia cuando quisimos aplicarlo y los requerimientos para ser sensei no eran tan sencillos —comentó la kunoichi—. En muchos aspectos los shinobi más fuertes de la villa quedarían descalificados para esa labor.

—¿Y eso? —cuestionó Konohamaru interesado—. ¿Qué de malo tiene un shinobi fuerte como sensei?

—La mayoría han perdido el tacto para tratar niños —explicó Temari—. Y muchos de los que ingresen a la academia no necesariamente se volverán shinobis, no tiene sentido exponerlos a personas demasiado bruscas desde un inicio.

—Chouji será sensei en la academia si lo desea —intervino Shikamaru sonriendo un poco y levantando a Tsubaki.

Los tres shinobi dirigieron la mirada hacia la puerta de entrada del departamento. Una voz femenina se hizo escuchar y dudaban mucho que fuera Kurenai. La mujer aún iba a tardar un poco más en regresar y no era del tipo de elevar la voz.

—¡Ino-chan! —exclamó Tsubaki soltándose de Shikamaru y corriendo en dirección a la puerta.

—Que problemático... —se quejó Shikamaru mientras avanzaba detrás de la niña. Con Ino y Tsubaki dudaba mucho que pudiera tener algo de paz.

—¿Y Sai? —preguntó Konohamaru viendo entrar a la rubia sólo en compañía de Chouji. Extrañamente se llevaba bastante bien con los amigos de su 'jefe' pese a que sólo los veía recientemente gracias a su pequeña prima—. Tsubaki se está quejando, creo que quiere que le haga otro dibujo.

—Dijo que no va a venir mientras no termine de leer los libros que compró sobre niños —contestó la rubia encogiéndose de hombros—. Ya saben como es.

x x

Kakashi leyó con interés un pergamino que pedía su asistencia a una reunión con el concejo. Por el tono del mensaje profesional, serio y puntual; no había duda que se trataba de Ibiki. Pero lo que más llamó su atención era que el shinobi se acercaría a hablar primero con él.

El Hokage suspiró. No había manera de que ese hombre cortara un poco el nivel de secretismo con el que manejaba la información. Probablemente deseaba discutir con él si el tema que tocarían se revelaría en totalidad a Shizune y Shikaku o parte se mantendría en las sombras. Luego de su decisión con el anuncio de la masacre Uchiha pensó que el ANBU ya había captado su forma de pensar, aunque quizás era simple precaución o luego de charlar con Orion y atar cabos encontró algo que pensó no era adecuado divulgar ni al concejo.

Al anochecer, Ibiki llegó a su oficina sin ningún papel con él. Kakashi lo miró con curiosidad. El otro shinobi no acostumbraba a llevar rumas de papeles con él, pero usualmente tenía la costumbre de dejar los puntos más saltantes por escrito.

—Hay un tema que necesito hablarlo en privado —habló Ibiki más serio de lo usual—. Y quizás incluya subir un poco la vigilancia cerca de nuestras casas —especificó, ganando la absoluta atención de Kakashi—. Luego de analizar los datos que le saqué al zorro y con lo que hablé con Katt sumado a lo que me comentó sobre la pequeña ronda de preguntas que tuvo con el animal —prosiguió sin dar muchas vueltas—. Creo haber dado con un detalle interesante que podría ser peligroso, está relacionado con Hatake Sakumo.

—¿Qué tiene que ver mi padre con la vigilancia actual? ¿Hay alguna razón por la que Madara tenga algo contra mi familia?

—Es posible —asintió el otro shinobi—. El chakra del colmillo blanco es la razón por la que trató de matarlo. El elemento de tu padre era uno bastante especial, igual de raro que el de Madara aunque opuesto.

—El chakra oscuro de Madara y el de luz de mi padre.

—Exacto —afirmó, satisfecho al ver que no tendría que explicar demasiado—. Las técnicas de Madara parecen provenir de ese inusual elemento y si quiso deshacerse de Sakumo es posible que sea por tener una debilidad a lo que hizo tan famoso al colmillo blanco.

—No es necesariamente hereditario —acotó, viendo a que estaba llegando la conversación.

—No, eso es cierto. Los Uchiha normalmente heredan la afinidad con el fuego, hasta donde tenía conocimiento ninguno pudo habérselo heredado —asintió el ANBU—. Pero también queda ver que hay ocasiones en que los elementos si podrían considerarse que se heredan, el propio clan Uchiha es una buena muestra de eso, o Kushina y Naruto.

—El chakra de Katt es de fuego —recalcó.

—Eso es cierto, pero hay otro detalle. Si tu hija heredara el chakra de su abuelo podría ser de alguna manera como un opuesto de Madara. Ambos tienen el chakra invertido.

—¿Crees que va a arriesgarse a moverse por una posibilidad como esa?

—Es cierto que tendrían que pasar muchos años para que fuera una amenaza, pero luego del estado en el que quedó hace unos meses dudo que corra riesgos —aclaró seriamente—. No pienso hacer la relación con tu hija durante la reunión, lo que menos necesito es a Shizune priorizando esto. Estoy más que convencido que con que tú estés informado es suficiente para que tomes medidas.

Kakashi asintió ligeramente. No esperaba tener que preocuparse de forma tan directa por Sayuri, pero prefería estar alertado de la posibilidad a llevarse una desagradable sorpresa luego.

—Entonces ¿Cuándo crees que podamos atacar? —cuestionó el Hokage.

—Por un momento pensé que pondrías alguna traba —respondió el otro shinobi un tanto satisfecho.

—Estoy consiente que si la mayor te quería vivo es por algo que podías hacer o influenciar —respondió sonriendo ligeramente.

—¿Pensabas aceptar una ofensiva antes de nuestra charla?

—No lo sé. Pero sé que llevabas pensando esto desde que te enteraste cómo acabarían las cosas.

—Si vamos a terminar perdiendo tanto, es mejor tratar desde otro enfoque.

—En un rato tendremos la reunión —observó Kakashi al notar la hora—. Hay algunas cosas que quiero pensar antes de eso —agregó, viendo como Ibiki se retiraba satisfecho.

El Hokage ya había tenido en mente que en algún momento deberían de atacar. Pero no esperaba acabar apoyando la propuesta de forma tan rápida. A pesar de eso, tenía que contener un poco la situación. Neji aún necesitaría algo más de tiempo para poder acoplarse nuevamente a Konoha sin revelar su identidad aunque se viera obligado a pelear.

Con la pequeña charla también se percató que quizás tendría que probar arreglar el Tanto de su padre. El arma había quedado partida en dos, pero pese a que él naturalmente no era capaz de utilizar el chakra blanco, a diferencia de Sakumo, al utilizar la pequeña espada era capaz de producir ese chakra especial. Quizás, aunque no le gustara cada miembro de su familia heredaba ese tipo especial de energía, simplemente que no podían emanarlo al natural. Si Madara le temía a su elemento contrarío, lo más adecuado era hacer todo lo posible para poder ponerlo cara a cara contra eso, aunque significara verse reducido a esa arma.

La reunión transcurrió de forma casi predecible. Bajo las noticias Shizune se alertó bastante; una ofensiva contra Madara y los pocos miembros restantes de Akatsuki implicaría dejar a Konoha muy desprotegida.

—Hay que confiar en que la información que dimos sobre lo ocurrido con el ocho colas y los movimientos de Madara ya hayan llegado a oídos de Kumo e Iwa —replicó Ibiki ante la notoria disconformidad de Shizune—. El Raikage sólo desea vengar a su hermano y el Tsuchikage es un hombre muy orgulloso como para ser un peón en el plan de alguien más.

—Ha pasado un par de meses, no hemos recibido noticias de problemas con Kumo, es probable que ellos ya estén consientes de lo ocurrido y estén buscando al miembro de Akatsuki correcto —asintió Shikaku tranquilamente—. Pero Iwa continúa presionando a Suna.

—El Raikage debe de haberse mantenido buscando información sobre cualquier cosa relacionada a Sasuke o Akatsuki. El Tsuchikage debe de estar más concentrado en Suna o el estado de Konoha —opinó Kakashi—. Pero tarde o temprano verá que está ayudando a Madara de forma indirecta y posiblemente se detenga.

—Sería mejor si pudiéramos darles la información —opinó Shizune antes la mirada del resto—. Ya sé que posiblemente la considerarían falsa, pero eso le daría un respiro a Suna.

—Confiemos en que mientras nos preparamos para atacar Iwa se retire del país del viento por completo —habló el Hokage—. Ahora queda otro detalle que quiero informarles. Es sobre como procederemos contra Madara.

—¿No crees que es un poco apresurado trazar algo? No hemos enviado equipos a inspeccionar la zona —cuestionó Shikaku con interés, Kakashi no era el tipo de hombre que se apresuraba para hacer las cosas.

—Lo sé. Pero es algo que debe de ser incluido de cualquier manera, no importa como procedamos —especificó el Hokage bajo la mirada atenta de los otros shinobi—. Ya discutimos sobre lo ocurrido con Madara en el último ataque y lo que parece consiguió hacer Neji para inhabilitarlo.

—¿Qué con eso? —preguntó Ibiki arqueando ligeramente una ceja.

—Si queremos asegurarnos una victoria contra él debemos de poder repetir lo que hizo Neji.

—Pero para eso necesitaríamos un Hyuuga —replicó Shizune un tanto preocupada—. Hinata y Hanabi no están a la altura de algo así.

—Hinata estuvo trabajando con Neji directamente al comienzo. Conoce cuales son los tenketsus que debe de golpear —explicó Kakashi tratando de buscar la forma más rápida de sacarse de encima la obvia negativa del concejo—. No estaría sola y saben que no tiene caso que ataquemos a Madara sino logramos que permanezca con nosotros hasta el final.

—Podría escapar y venir a Konoha si nota que estamos atacando —intervino Shizune preocupada aún por la idea de bajar la capacidad defensiva de la villa.

—No lo va a hacer. Es un shinobi confiado, si se entera nos va a estar esperando —intervino Ibiki antes de regresar la mirada a Kakashi—. Puede que tengas un punto con lo de necesitar un Hyuuga, pero si hay que escoger, prefiero comenzar a entrenar a la menor para esto, tiene más actitud.

—Pero Hinata lleva más tiempo como kunoichi y ya conoce lo que necesita hacer —replicó el Hokage con tranquilidad. Ya sabía que iba a tener que presionar un poco. Pese a todo Hinata había estado en contacto con la técnica aunque no era consiente de lo que ocasionaría en el cuerpo adecuado.

—Hyuuga Hanabi lleva pocas misiones y es una genin, pero creo no equivocarme al decir que las ha realizado de forma satisfactoria —insistió el ANBU.

—Hinata ha mejorado mucho desde que se graduó, pero la perdida de su clan recientemente la ha afectado demasiado —acotó Shizune recordando el retroceso en la actitud de Hinata.

—Aún así es más apta y está acostumbrada a trabajar en equipo —prosiguió Kakashi recostándose un poco en su silla—. Nadie podría enfrentarse solo contra Madara, lo que necesitamos es alguien que logre deshabilitarlo, no enfrentarse a él. Y eso implicaría una buena afinidad con el resto para poder acercarse y utilizar los espacios que otros puedan darle para que se acerque.

—No peleemos por esto ahora —intervino Shikaku un tanto pensativo—.Hay que avisarles a ambas y en el momento que el Hokage tome la decisión que le parezca adecuada. Aún no vamos a partir y tendrán tiempo para entrenar.

—Yo se los informaré —dijo Ibiki seriamente.

—Quiero hablar en persona con Hinata, pero si lo deseas puedes informarle a Hanabi —indicó el Hokage sonriéndole al otro shinobi.

Kakashi pensaba asignarle la labor a Hinata por dos razones. La primera era que sí consideraba que estaba más apta si tenía un equipo respaldándola y la segunda era que en realidad pensaba incluir a Kumori en el equipo y la menor de las Hyuuga posiblemente no le quitaría la mirada de encima a un extraño enmascarado.

Al día siguiente a primera hora de la mañana citó a Hinata para informarle lo que esperaba de ella y rogaba para que la muchacha aceptara la misión. No quería obligarla a tomarla.

—Hokage-sama —saludó la Hyuuga al ingresar. Se le veía nerviosa y no era de extrañarse. Llevaba un buen tiempo en que sus misiones le eran entregadas totalmente por los pergaminos y mayormente se dedicaba al hospital o en pocas ocasiones a la vigilancia en la muralla; para entregar informes de eso no requería acercarse a hablar con el líder de la villa.

—Hinata, sé que de algún modo estuviste al corriente con lo que tu primo estuvo investigando luego del ataque a tu clan —habló Kakashi tranquilamente. La kunoichi carecía de malicia y eso le facilitaría las cosas—. Luego de que me visitó junto contigo y tu hermana me dejó pensando y averigüé un poco por mi cuenta —prosiguió—. Viendo lo ocurrido en el último ataque, creo que Neji descubrió el punto débil de Madara.

—¿Neji-nii-san?

—Todo encaja bastante bien —asintió el Hokage—. Y da una consistencia a las acciones de Madara contra tu clan —especificó Kakashi, aún tranquilo al notar que Hinata no sospecharía nada posiblemente—. Al parecer tu padre dejó en su cuerpo un código de cómo anular la habilidad que vuelve tan peligroso a Madara y tu primo trató de utilizarla cuando lo enfrentó.

—Pero...

—Aún así, Madara es un shinobi muy fuerte e incluso inhabilitado es un rival de peligro —prosiguió al notar a lo que iba la muchacha—. Luego de acabar su combate contra el equipo de Neji apareció sumamente golpeado frente a Naruto. Eso quiere decir que durante un periodo estuvo imposibilitado de evitar ataques —explicó, extendiéndole lo que parecía ser un pergamino—. Pronto tendremos que decidir que haremos contra esta amenaza y necesito que entiendas lo que tu padre y primo trataron de hacer para que tú lo hagas contra Madara.

—¿Yo? —articuló casi de forma inaudible. El Hokage estaba pidiéndole que fuera ella la que actuara contra el Uchiha utilizando lo que su padre y primo habían tratado. Tembló ligeramente, Hinata no se sentía a la altura de algo tan importante.

Kakashi la observó con atención. Hinata al ser parte del clan Hyuuga era una kunoichi hábil, pese a que dentro de su familia nunca destacó. La verdad era que no esperaba que ella fuera capaz de enfrentarse a Madara como Neji o Hiashi lo habían hecho, no tenía el nivel necesario, pero necesitaba que se viera un Hyuuga dentro de la estrategia para que la identidad de Kumori se mantuviera a salvo. Era Neji a quien en realidad le encomendaría inutilizar el escape del Uchiha, pero requería de Hinata para presentar el plan al resto de shinobis y en cierto aspecto también deseaba asegurarse de que el éxito contra Madara no estuviera totalmente sobre los hombros de una sola persona.

—Sé que debes de pensar que no estás a la altura de ellos —habló Kakashi cerrando los ojos por un instante—. Pero no vas a estar sola. En ese pergamino está la información que creo te será útil para que entiendas que es lo que debes de hacer.

Hinata abandonó la oficina del Hokage unos minutos después. No se sentía muy bien luego de enterarse de lo que se estaba esperando que ella lograra hacer. Guardó con cuidado el pergamino que el Hokage le entregó, posiblemente contenía información más detallada sobre lo que su primo estuvo trabajando varios meses antes con ella.

Tenía que cumplir un turno en el hospital, por lo que se dirigió de frente al local. Pese a que deseaba quedarse sola y pensar no podía simplemente desaparecerse sin aviso o en realidad sin una razón de pese para hacerlo.

Para Hinata el día trascurrió de forma lenta y con trabajo pesado. Varios equipos regresaron de misión y ella trabajaba junto con el grupo de médicos que revisaban y diagnosticaban a los pacientes antes de derivarlos a otras áreas de ser necesario. Pero cuando al fin estaba cerca de poder terminar vio la rubia cabellera de Naruto acercándose.

—Hola Hinata —saludó alegremente el muchacho—. ¿También te tocó trabajar hoy?

—Naruto-kun... —susurró al verlo a su costado con una amplía y sincera sonrisa en el rostro. A pesar de no haber conseguido traer a Sasuke ella estaba segura de que Naruto sentía que tarde o temprano lo conseguiría, que pese a las dificultades el que el Uchiha hubiera decidido quedarse en un lugar aislado de lo que ocurría ya era algo grande.

—Vine a buscar a Sakura-chan, me dijo que la buscara a las ocho para ir a comer al Ichiraku —explicó el muchacho, mirando con interés a la Hyuuga que parecía tener la mirada más debajo de lo usual—. ¿Estás bien?

—Sí —contestó nerviosa. En ese momento lo último que quería era tener a Naruto cerca, se suponía que ella había dejado atrás todo ese miedo de fallar y sentirse inferior gracias a él.

—¿Segura? —insistió—. De repente esta vez me di cuenta antes de que te subiera la temperatura —supuso el muchacho, viendo que no se le veía tan roja como en muchas ocasiones ocurría.

—Hermana —interrumpió Hanabi acercándose al corredor donde ambos jóvenes se encontraban—. Necesito que te ausentes mañana del hospital por un día para que me expliques con detalle que estaba trabajando Neji.

Hinata se sorprendió ligeramente al ver a su hermana y más al escuchar lo que le estaba pidiendo. Naruto por su lado intercaló la mirada entre ambas Hyuuga aguantándose la curiosidad al escuchar el nombre de Neji.

—¿Te sorprende? —inquirió la menor de las hermanas al analizar el rostro de la otra kunoichi—. El concejo consideró que era mejor que yo también estuviera al tanto, en caso decidieras preferir ocultarte aquí —explicó manteniéndose completamente recta y con la mirada fija en Hinata.

—¡Oye! —se quejó Naruto al escuchar el tono con el que estaba hablando Hanabi. No entendía que estaba ocurriendo, pero ya desde el funeral, luego del segundo ataque a Konoha, había visto ciertos roces entre las Hyuuga.

—Tú no te metas —intervino la menor al sentir al rubio—. Nadie pidió tu opinión —agregó, provocando una mueca de disgusto en Naruto—. No es seguro poner una parte tan esencial en manos de alguien que puede dudar sobre como proseguir, por eso quieren asegurarse de que yo también esté capacitada. En realidad, deberían enviarme a mí.

—¿De qué estás hablando? —cuestionó Naruto seriamente a lo que Hanabi reaccionó a mirarlo por unos segundos.

—Asumo que igual vas a enterarte y sino terminarás sacándoselo a Hinata —comentó la genin con desgano—. Se necesita un Hyuuga para poder anular una habilidad de Uchiha Madara, con eso el resto podría atacarlo como a cualquier otro shinobi.

—¿¡Qué!? —exclamó Naruto sorprendido—. ¿Se puede hacer eso? ¿Van a atacar?

—Cállate —masculló Hanabi mirando de soslayo a Hinata—. No sé cuando se vaya a hacer, pero quiero prepararme ya que es obvio que mi hermana se niega a sacar la cara por el clan.

—¡Eso no es cierto! —gruñó Naruto al ver que Hinata parecía estar algo afectada por las palabras de su hermana—. ¡Hinata está trabajando duro aquí!

—¡Es una Hyuuga! —lo cortó Hanabi visiblemente molesta—. Los Hyuuga no nos dedicamos a ser los doctores del resto. Somos el clan más poderoso de Konoha y nuestro lugar es al frente, no dentro de cuatro paredes cuidando a los que pelean —prosiguió tratando de retomar un tono de voz más tranquilo y correcto—. No vine a discutir aquí, vine simplemente a avisar que necesito una explicación para poder prepararme.

—Eso no es necesario, si se lo encargaron a Hinata ella lo va a hacer —intervino el rubio para fastidio de Hanabi.

—¿Crees que mi hermana puede siquiera pararse en frente del Uchiha sin que la mate? —bufó la genin emanando algo de exceso de confianza en su voz.

—Kakashi sensei no la enviaría sola —contestó Naruto colocándose el costado de Hinata—. Yo voy a ir —aseguró clavándole la mirada a la Hyuuga menor—. Y voy a protegerla para que ella pueda llegar a Madara... así que ni te gastes en aprender nada, tu hermana puede hacerlo.

Hinata se sonrojó de golpe. No era la primera vez que el rubio apostaba por ella siendo a todas luces casi un boleto perdedor. Pudo ver como la mirada de Hanabi dejaba traslucir bastante furia pese a que su cuerpo aún permanecía quieto. Dudaba que a su hermana menor le agradara que alguien la contradijera y mucho menos que alguien hiciera apuestas que no fueran a su favor.

—Genial —soltó fastidiada—. Ahora le vas a cumplir el sueño —agregó con sorna, confundiendo un poco al rubio y provocando que Hinata se tensara de golpe.

—Hanabi... —dijo Hinata como un pedido tácito porque se callara.

—¿Qué? ¿Acaso no es obvio? —cuestionó, aún manteniendo al rubio más confundido—. Pero es cosa tuya si ni puedes manejar eso.

—¿De qué hablas? —se quejó Naruto al ver que obviamente estaban tocando un tema distinto.

—Ustedes dos son una pareja extraña que debería replantearse ser shinobis. Tú eres un idiota que no nota que ocurre a su alrededor y a ti te faltan agallas —respondió mirando a Naruto y luego a Hinata—. Como sea, si realmente planeas ir no lo impediré, al menos de esa forma no dejaras tan mal al clan —agregó antes de girarse, ignorando las quejas de Naruto.

Sakura se apresuró por un corredor cercano al escuchar la bulliciosa voz de su amigo incomodando a la mitad del hospital. Llegó con la intención de callarlo de un golpe y de ser necesario sacarlo a la vez por la ventana. Pero cuando lo vio notó a Hinata junto a él y a Hanabi alejándose; al parecer la genin era la causante de los gritos de Naruto.

—¡Naruto! ¡Esto es un hospital! —gritó la alumna del a quinta, consiguiendo de inmediato que la aludida guardara silencio. Al instante en que se acercó notó lo cabizbaja que parecía estar Hinata—. ¿Qué ocurrió?

—Na-nada —trató de responder la Hyuuga, pero al instante Naruto volvió a abrir la boca.

—¿Nada? Tu hermana tiene un serio problema ¿quién se ha creído? —se quejó el rubio—. Además, ¿de qué estaba hablando al final? Claro que me doy cuenta de lo que ocurre a mi alrededor.

Sakura observó a Naruto por un instante y luego a Hinata que parecía sonrojarse más de lo usual. Realmente su amigo no notaba nada de lo que ocurría a su alrededor, al menos no fuera de un combate. No pensaba que el conflicto inicial se hubiese detonado por algo relacionado a la no existente relación de los otros dos, pero de alguna manera parecía haber llegado hasta ahí.

—Bueno, no importa —masculló el rubio, retomando su buen estado de ánimo—. No te preocupes Hinata, yo voy a ayudarte.

—¿Van a entrenar? —preguntó con curiosidad Sakura. No entendía que había ocurrido.

—Tal vez —asintió Naruto mientras Hinata se mantenía en silencio.

—Bueno, ya acabé mi turno ¿Quieres venir con nosotros Hinata? —ofreció Sakura viendo que la otra kunoichi parecía haber pasado un mal rato.

—Sí, así con suerte ya está dormida cuando regreses a tu casa —secundó el rubio.

—Gracias, pero... tengo que revisar lo que Kakashi-sama me pidió —respondió en voz baja antes de despedirse y retirarse bastante rápido. Si Naruto creía que ella podía no pensaba defraudarlo. Entrenaría desde esa misma noche.

—Alguien debería hablar con su hermana y decirle que deje de tratar mal a Hinata —comentó Naruto comenzando a caminar junto a Sakura—. ¿Qué de malo tiene un Hyuuga médico?

—¿Realmente no te das cuenta de nada no? —habló Sakura, ganándose un rubio que la perseguía preguntando de forma insistente qué era lo que no notaba.

Menos de dos semanas y actualicé. A ver si puedo hacer lo mismo para lo que viene (Que de alguna manera los dos siguiente son parte de lo mismo y posiblemente escriba las escenas en desorden y luego acomode lo que va en cada lado)

Asumo que para estos momentos ya estoy pecando de OoC si lo comparo de forma aislada con el canon. Pero cabe decir que en el fic no he seguido las líneas del manga desde el ataque de Pein a Konoha y ese hecho fue un de los que detonó muchas actitudes. También el que la historia fuera pensada en el periodo en que Asuma se murió en el manga al que fue vengado hacen que ciertas cosas choquen con las actitudes que Kishimoto ha mostrado en sus personajes últimamente (Naruto, Sakura y Sasuke en especial) Pero espero que al menos dentro del fic pueda justificarse el modo en que están y más que OoC sea evolución por las diferencias en la historia.

En resumen, cuando planeen una historia de algo que no ha sido finalizado: o no la hagan tan larga o no se demoren tanto como yo escribiéndola xD (Si hubiera mantenido un capítulo por semana creo que para el comienzo de la invasión a Konoha hubiera terminado y podía evitarme sentir que no estaba interpretando bien a los personajes)

Como siempre dejen un review, sé que me ando demorando mucho y eso los debe de desanimar, pero no les dejaré la historia incompleta, no soy tan mala como para hacerlos leer 9x capítulos y luego olvidarme del tema. En estos últimos me serviría bastante si lo hicieran, en especial si pueden dejar algo de crítica que pueda servir para mis futuros fics (Crónicas es una quimera de etapas de mis niveles de escritura y quisiera que a futuro el cambio de nivel no se notara con tanta facilidad xD)

Y no, desde ahora se los digo. Sayuri no tiene chakra de luz. Es sólo una posibilidad e Ibiki prefiere no guardársela, al fin de cuentas vive en la casa del frente xD Así que no se gasten imaginándose ala bebé envuelta en un halo de luz con técnicas que hacen lucecitas.

Próximo "Capítulo 98: La villa oculta entre la lluvia" 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro