Capítulo 95: Después del ataque
Pese a que casi todas las construcciones de la villa habían quedado intactas, los dos lugares afectados generaban una cantidad casi interminable de trabajo. La base de operaciones de Danzou debía de ser vaciada a la vez que se inspeccionaba minuciosamente cada rincón para tratar de entender qué ocurrió ahí, mientras que el área calcinada donde se encontraba el concejo en el momento del ataque ocurría una escena similar, si algo había quedado era necesario encontrarlo.
Kakashi dejó escapar un suspiro de cansancio. No llevaba ni dos horas de haber aceptado el cargo y ya tenía a Shizune trayéndole una gran avalancha de documentos. Había muchas cosas por hacer, aunque no le sorprendía demasiado, acababan de pasar un ataque directo a la villa en la mitad de una guerra declarada, no era idiota como para pensar que se iba a dedicar a ver un par de papeles sin mayor trascendencia.
Fuera del área de 'oficina' que mayormente englobaba reportes sobre el estado de la villa, los heridos y las labores que ya habían sido encomendadas; también debía de comenzar a armar equipos con la lista de los shinobis disponibles y repartirlos entre las distintas áreas. Konoha tenía un plan de acción base para ocasiones como esa, pero requería de muchas modificaciones específicas según el momento en que se usara.
El nuevo Hokage mantuvo la expresión cansada que usualmente llevaba en el rostro, aunque a diferencia de lo usual, que era una especie de máscara, en realidad si lo estaba. Por suerte al no haber sido el momento exacto luego del ataque muchos de los asuntos más urgentes ya habían sido atendidos, pero eso no evitaba que siguieran surgiendo más.
Shizune ingresó a la oficina. Kakashi simplemente la observó con un ligero alivio al ver que no traía una ruma gigante de papeles con ella.
—Kakashi senpai —llamó la mujer, deteniéndose de golpe y cerrando por un instante los ojos—. Hokage-sama —rectificó. La falta de costumbre y tensión del momento no la ayudaban a mantener lo que ella consideraba el trato adecuado.
Kakashi no se gastó en decirle que no eran necesarias tantas formalidades, ya había tratado varias veces sin éxito conservar su nombre. La kunoichi rara vez llamaba a Tsunade por su título, excepto quizás cuando esta se encontraba en alguna reunión importante, pero al parecer con él no podía evitarlo.
—¿Esta seguro de que no planea una presentación oficial? —cuestionó ella un tanto seria.
—No creo que sería correcto, hace unas horas recién se ha anunciado la muerte de Tsunade-sama y aún hay demasiadas cosas por hacer— contesto tranquilamente. No mentía al dar su respuesta, pero no era todas las razones por las que no quería una presentación oficial, esas cosas simplemente no eran para él.
—Supongo que si... pero cuando esto se calme sería buena idea hacerlo —puntualizó la mujer, tratando de no presionar demasiado, a fin de cuentas el jonin que tenía en frente se había negado casi hasta el último momento para aceptar el cargo—. Aunque no sea algo trascendente, para la gente de la villa es importante.
—Pero si sería adecuado informar sobre el nuevo concejo y jonin principal —acotó Kakashi cambiando de tema al recordar que quienes ocupaban esas posiciones debían ser de conocimiento general.
Todos los cargos con poder de decisión en la villa estaban siendo ocupados por nuevos shinobi. Pese a que Konoha había tenido tradicionalmente dos concejeros, Kakashi decidió optar por tener tres. En cierto aspecto se le hacía difícil decidirse solo por dos y por otro lado, quería que el concejo pudiera ser capaz de llegar a una decisión sin él de por medio y para eso era mejor un número impar.
Morino Ibiki, Shiranui Shizune y Nara Shikaku eran los tres shinobi que había escogido para que estuvieran a su lado. Los dos primeros habían pedido seguir manteniendo parte de sus labores anteriores, ninguno sentía que podían ceder el cargo de jefe de investigación y tortura o médico principal a alguna persona. Shikaku por su parte si sentía que había shinobis que podían actuar en su cargo como de jonin principal.
Pese a algunas miradas de poca fe de parte de Ibiki, Kakashi escogió a Guy como el nuevo jonin principal. Si bien la bestia verde de Konoha podía causar dudas sobre su seriedad, el sexto Hokage estaba seguro de que sería un excelente representante y portavoz de lo que los shinobi de Konoha deseaban.
—Sí —asintió ella dejando escapar un suspiro—. Aunque sólo Guy está dispuesto a una presentación oficial —comentó. Claro que en el caso de Shikaku bastaba con que Yoshino se enterara de la falta de compromiso de su esposo para que este se moviera; lamentablemente con Kakashi e Ibiki no había mucho que hacer, ninguno de los dos gustaba de ser observado.
Kakashi sonrió ligeramente, no tenía que leer mentes para saber lo que la mujer estaba pensando. Pero él simplemente no planeaba bajo ningún concepto dejar de hacer sus mejores esfuerzos para escapar del ojo público en que había terminado por meterse.
—Mañana en la mañana van a ser —intervino Shizune luego de haberse quedado unos momentos en silencio—, ya está todo listo para realizar los funerales —informó bajando un poco la mirada.
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Era la tercera ocasión en unos cinco años en que Konoha se veía envuelta por el silencio de miles de personas recordando con tristeza a sus familiares y amigos. Por tradición de la villa los shinobis caídos en batalla eran recordados como grupo y no cada uno aislado sólo con sus conocidos.
El ambiente de Konoha contrastaba fuertemente con el que la naturaleza ofrecía. Eran los primeros días de Agosto, verano, y el sol brillaba desde las primeras horas de la mañana permitiendo que cada rincón de la villa emanara una apariencia alegre. Pero las personas no se encontraban celebrando o admirando la belleza del momento.
La caída de la quinta Hokage defendiendo su villa fue un golpe fuerte para cada habitante. El perder a su líder tan pronto les daba una desagradable sensación de inseguridad, quizás el sexto correría ese destino en poco tiempo y nuevamente quedarían a la deriva.
Los shinobi pensaban diferente. Veían al nuevo Hokage con esperanzas de que pudiera encaminarlos por una ruta en donde la villa regresara a sus momentos de paz. Hatake Kakashi era muy respetado por sus compañeros, desde pequeño siempre había resaltado por sus habilidades, y pese a ser algo excéntrico confiaban en él. Sin Danzou maquinando desde adentro y con la guerra declarada podría moverse mejor de lo que la quinta había podido, o al menos eso esperaban.
Muchas personas comenzaron a retirarse cuando el servicio terminó, pero Kakashi debía quedarse un poco más al ser líder de la villa. Katt estaba a su lado, desde la madrugada anterior que le avisó que aceptaría el cargo no lo vio hasta una hora antes de que iniciara el servicio fúnebre, y eso probablemente sólo porque tuvo que ir a cambiarse. El cargo como Hokage lo mantendría en la villa casi de forma permanente, pero al estar en medio de momentos tan tensos a él no le tocaría gozar de horarios de oficina similares a los que Tsunade tuvo durante un tiempo.
La pelirroja apoyó ligeramente la cabeza contra uno de los hombros de él. Kakashi se había vuelto Hokage, pero aunque eso en cierto aspecto lo mantendría a salvo lejos de misiones casi suicidas, también lo mantendrían más alejado de su casa y con muchos problemas por resolver rondando su mente en las noches cuando tratara de descansar.
Por otro lado se encontraba Hinata junto con Hanabi. La heredera de lo que en algún momento fue el clan Hyuuga se encontraba mirando el suelo mientras su hermana menor parecía decirle algo tratando de no elevar la voz demasiado, aunque era notable que parecía estar enojada.
Hanabi chasqueó la lengua fuertemente antes de clavarle la mirada a su hermana por un instante y luego girarse para alejarse del lugar. Hinata vio como se retiraba y luego regresó la vista al suelo sin decir nada o tratar de hablarle.
Naruto se encontraba cerca en compañía de Sakura y Sai. Ninguno parecía entender bien que había ocurrido entre las dos últimas Hyuuga, pero por lo poco que llegaron a escuchar la menor estaba molesta con la actitud pasiva de Hinata y no tuvo mayores problemas en soltárselo a su hermana mayor. La relación entre ambas nunca fue muy cercana mientras el clan estaba vivo, luego del primer ataque se acercaron un poco, pero con la reciente muerte de Neji las interacciones entre ellas parecían haberse vuelto poco amistosas, al menos del lado de la menor.
Sakura pensó en acercarse, pero simplemente no tenía idea que podía decirle y en cierto aspecto no sabía si Hinata deseaba compañía en esos momentos. La otra kunoichi se encontraba completamente sola, antes el poderoso clan Hyuuga hubiera estado rodeándola, o estaría con su equipo, pero ninguno de esos dos grupos quedaban. La numerosa familia de Hinata había sido reducida a ella y su hermana, el equipo con el que trabajó desde que se graduó llevaba más de un año muerto y sólo quedaba su sensei; quien también había tenido sus propias pérdidas y nuevas responsabilidades que debía de afrontar sola, y aunque trataba de acompañar a Hinata, el tiempo con su hija y las misiones que debía de realizar, como todos los jonin, lo hacían difícil.
—Naruto... —llamó en voz baja la kunoichi de cabellos rosa al ver como su compañero estaba avanzando en dirección a la muchacha.
El rubio en cierto aspecto entendía a Hinata, él sabía lo que significaba estar solo. Claro, quizás como Sasuke alguna vez le sacó en cara él no entendía lo que significaba perder a su familia, pero de cierto aspecto si podía entender lo que era perder a sus compañeros y sabía muy bien lo que era no tener a nadie cerca en los malos momentos.
Kakashi comenzó a caminar cuando quedaba poca gente. Observó a Katt con tristeza, estaba seguro que iba a costarle olvidarse de Neji, y aunque él estaba en capacidad de evitarle el sufrimiento por el muchacho simplemente seguía firme en que no lo haría. Neji estaría más seguro oculto y podría ser útil cuando el Uchiha regresara nuevamente.
—Es mejor que descanses, mañana vas a salir con uno de los grupos de vigilancia —habló él. Nunca le gustó el ascenso que Tsunade le dio a Katt, pero no podía simplemente pasarla por alto al armar los equipos. Además si lograba ocupar su cabeza en otras cosas se distraería del tema de Neji.
—¿Tú que vas a hacer? —preguntó ella.
—Todavía hay muchos asuntos pendientes, pero creo que si voy a ir a dormir a la casa —respondió luego de pensarlo unos instantes. Estaba cansado y quería ver a su hija por más de un par de minutos—. Hay un detalle que quería hablar.
—¿Sobre? —cuestionó ella comenzando a avanzar junto a él.
—El Hokage puede vivir en la torre, es lo que se acostumbra —explicó—. Tsunade-sama se instaló ahí al tomar el cargo, Sarutobi-sama no lo hizo, pero eso fue por la cercanía que tenía su casa...
—No vivimos tan cerca —dijo torciendo ligeramente el labio al ver a dónde iba la conversación.
—Pero yo no tengo deseos de mudarme —agregó al ver la reacción en su esposa—, y creo que tú tampoco.
—No es que me importe tanto, pero... donde estamos es mejor para Sayuri, si fuera sólo por mí podemos vivir en la misma oficina si quisieras —añadió sonriéndole.
—Eso lo sé, pero ¿estás segura? si nos mudáramos podría ahorrar tiempo y estar más con ustedes.
Katt dudó por unos momentos. Pero pese a que el poder estar más tiempo juntos era atractivo, no quería acabar como esas familias donde el trabajo está metido dentro del hogar interrumpiendo con todo y aparte a Sayuri parecía gustarle el jardín, posiblemente cuando comenzara a caminar lo usaría mucho.
—No... aún así, creo que prefiero que salgas corriendo en las emergencias a vivir ahí mismo —respondió—. Incluso cuando todo esto acabe sería incómodo estar ahí —añadió, tratando de ver las cosas de forma positiva a futuro. Si el conflicto acababa y podía tener un horario más tranquilo no tenía sentido que se mudaran.
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Kakashi no se dirigió a seguir con su trabajo de Hokage cuando se separó de Katt. Había un asunto que no podía delegarlo a nadie y que debía de atender.
Ingresó al hospital tratando de pasar desapercibido, no se acostumbraba a que lo llamaran 'Hokage-sama' o a la atención respetuosa bastante obvia que había ganado en cuestión de un día. Esperó cerca al área de habitaciones y cuando vio alejarse al médico que estaba haciendo su ronda por la zona ingresó a una habitación. Se acercó al cuerpo que se encontraba descansando en la cama.
—Según los informes que me llegaron del hospital ya te encuentras estable —habló Kakashi, recibiendo una leve respuesta afirmativa—. ¿Te has enterado de qué ha estado ocurriendo en Konoha estos días Neji?
—Algo —asintió el muchacho—. Pero no creo que sea conveniente que me llame así Hokage-sama.
—Kumori —corrigió Kakashi.
—Los médicos no hablan mucho, pero las enfermeras o las visitas de los otros pacientes sí —explicó el muchacho.
—No emitas ningún informe —indicó Kakashi, aliviado de no tener que informarle al muchacho los eventos de los últimos días—. Sería demasiado complicado poder tratar de hacer que no te descubran. Ibiki se encuentra rearmando todo el ataque.
—¿Y cómo encajo en todo esto?
—Yo me encargo —respondió el mayor de los jonin—. Pero ahora necesito que me expliques que fue lo que ocurrió, con suerte puedo tratar de insertar la información que me des poco a poco.
Neji no se demoró en iniciar el relato pese a no encontrarse con ánimos de hacerlo. Físicamente se encontraba en camino a recuperarse a pesar de lo mal que había quedado, pero mentalmente era una historia diferente. No estaba realmente seguro las razones, pero le era muy difícil poder concentrarse y aunque estaba descansado no se sentía así.
El inicio de sus movimientos en el ataque no eran lo que Kakashi realmente fue a escuchar, pero desde ahí notó como el muchacho había podido localizar a Madara por lo llamativo de su chakra bajo los ojos del byakugan. Neji continuó narrando bastante serio lo ocurrido hasta que mencionó a Naruto.
—Nunca había visto su chakra así —recalcó el Hyuuga cerrando los ojos, como si tratara de volver a ver la imagen—. El chakra de Naruto nunca se pareció al de Katt, ni siquiera en los momentos en que el Kyuubi se liberaba, ahí tomaba una forma completamente distinta.
—Eso es extraño.
—Pero en cierto modo se veía diferente —añadió el joven volviendo a abrir los ojos—. Katt, Madara y Sayuri son una especie de círculo de luz brillante que puede divisarse incluso a una distancia mayor a la que se obtiene con el byakugan, no se puede ver a la persona, pero si la luz a lo lejos.
—¿El de Naruto?
—Era similar, pero... el chakra parecía estar emanando de todos lados o insertándose en todos lados, no podría asegurarlo —explicó, algo fastidiado por no haber tenido oportunidad de analizarlo detenidamente—. Es como si su energía estuviera concentrando y utilizando una externa.
—Naruto llevó un entrenamiento bastante inusual durante el último año —comentó Kakashi—. No estoy seguro que haya estado haciendo exactamente, pero su nivel subió de una forma asombrosa y aunque no era algo tan llamativo cuando apareció había algunos cambios en su apariencia física.
Neji prosiguió con lo que había ocurrido. Su encuentro con Madara fue casi al mismo momento en que Naruto apareció. El hombre desapareció del rango de su vista por un instante y luego su descomunal chakra estaba a su costado. Narró el combate, tratando de no escapar detalles e incluso trayendo desde el fondo de su memoria cada palabra o gesto que pudiera recordar.
El bloqueo de la habilidad para escapar de Madara realmente ayudó a que Kakashi se relajara un poco. Durante el relato la superioridad del Uchiha fue lo que más resaltó, pero si había manera de poder hacer más igual un combate en contra de él, entonces quizás el horizonte podría verse más claro para Konoha.
—¿Qué ocurrió después? —preguntó Neji—. Sé que Tenten se encuentra en el hospital... —agregó dejando de mantener la mirada sobre el Hokage. Con su byakugan pudo ver a su compañera y el estado de su sensei, pero no habían rastros de Lee.
—Nadie puede decirlo con exactitud excepto por Madara —contestó Kakashi seriamente, ya completamente seguro de que Tenten no había visto nada de lo ocurrido—. Al parecer Lee utilizó la octava puerta... pero Madara logró escapar del ataque. Apareció cerca de Naruto, por lo que puedo asumir que su capacidad de moverse regresó.
—No fue suficiente presión... —murmuró el muchacho, al escuchar la confirmación tácita del destino de su amigo. Si Lee no estaba en el hospital, estaría al lado de Tenten junto con Guy—. ¿Qué hizo ahí?
—Apareció sumamente lastimado, provocando a Naruto hasta que consiguió que perdiera el control y luego se retiró —contestó el nuevo Hokage—. Tsunade-sama fue quien se sacrificó para contener nuevamente al Kyuubi antes de que dañara la villa o a Naruto de forma permanente.
Ambos hombres quedaron en silencio. Neji no pensaba preguntar aunque tuviera cierta curiosidad mezclada con preocupación sobre si Naruto tenía conocimiento del sacrificio de la Quinta.
—¿Alguien más va a saber sobre esto? —cuestionó el muchacho. Sabía que lo más probable es que al ser Kakashi Hokage no había ninguna necesidad de que nadie más se enterara. Iba a ser algo difícil, en especial cuando pudiera salir del hospital y simplemente estaría en una situación de observador con la gente que conocía. Nunca fue alguien expresivo o que gustara de la compañía permanente de otras personas, pero estaba seguro que simplemente actuar como si nos los conociera iba a ser complicado incluso para él.
—No, hasta que logremos derrotar a Madara es mejor que sea así —negó Kakashi aún con algo de remordimiento en la voz. El simple hecho de dar a conocer que Neji estaba vivo al menos aliviaría a algunas personas, pero eso volvería a exponerlo—. Cuando venzamos a Madara esto acabará, aunque Akatsuki o la guerra siguieran no habría motivo para que te mantuvieras oculto. Pero ahora que realmente me has confirmado que pudiste volverlo vulnerable no hay forma de que estés a salvo si se entera de que sigues con vida.
—¿Qué debo hacer cuando salga del hospital?
—En ese momento lo veremos bien, pero planeo mantenerte en la villa, así que es probable vayas a tener que entrenar un nuevo estilo de combate que te permita actuar cerca del resto sin llamar la atención —contestó el Hokage, no necesitaba explicar que el estilo de pelea de los Hyuuga los delataba con facilidad.
Por otro lado del hospital Guy había llegado a toda velocidad. Pidió que cuando Tenten se despertara le avisaran de inmediato, usualmente el hospital no hubiera accedido tan fácilmente, pero si eso evitaba tenerlo como una estatua en la habitación de la muchacha o de pie en el corredor no pensaron siquiera en negarse.
—Lleva casi una hora despierta —indicó una enfermera que aguardaba fuera de la habitación—. Ya la han revisado y todo está bien —informó, viendo como el jonin parecía tranquilizarse un poco—. Pero aún está algo desubicada por la medicación y el poco tiempo que lleva conciente.
—Entiendo —respondió Guy, comprendiendo que su alumna no demoraría demasiado en recordar que estuvo en una batalla.
El jonin ingresó a la habitación luego de unos minutos. En una situación normal hubiera estado saltando de alegría al ver como su pequeña flor recuperaba la conciencia, pero pese a que era un gran alivio ver que estaba bien, no eran momentos de celebración.
La kunoichi se encontraba recostada observando el techo con los ojos ligeramente cerrados, como si estuviera tratando de recordar que era lo que exactamente le había ocurrido. Al ver a su sensei a su costado carente de la brillante sonrisa en su rostro se preocupó.
—¿Dónde están Lee y Neji? —preguntó la muchacha, tenía recuerdos borrosos de haber estado peleando junto con ellos.
—¿Recuerdas que ocurrió?
—No mucho, aún estoy algo confundida —contestó cerrando los ojos y tratando de cubrirse el rostro por un instante, provocándose inconcientemente un punzante dolor en uno de sus brazos.
A pesar de haber estado despierta por un rato, no se había percatado que uno de sus brazos se encontraba enyesado. Miró la extremidad con curiosidad, tratando de recordar cómo había ocurrido.
Sus ojos se abrieron completamente y se clavaron sobre Guy. El semblante triste del hombre y su silencio comenzaron a comprimirle el pecho. Ella había estado junto con Neji y Lee buscando al shinobi que al parecer respondía al nombre de Uchiha Madara, pero lamentablemente él fue quien los localizó primero. Recordó como su enemigo no parecía tener ningún tipo de interés en ella, pero el caso era distinto con sus dos compañeros.
Guy no supo que decir cuando Tenten se mantuvo observándolo; como si esperara que le informara que ambos muchachos se encontraban graves, pero en el hospital y por eso la mirada triste que tenía. No era sencillo para él simplemente decirle que Lee y Neji se encontraban muertos y que ni siquiera quedaban los restos.
La muchacha bajó ligeramente la mirada, no quería aceptar la interpretación que estaba dándole al silencio de su maestro. Lo último que ella recordaba es ser golpeada por el Uchiha mientras que ambos jóvenes aún se encontraban en buenas condiciones para pelear.
—¡Sensei! —exclamó regresando la mirada hacia Guy, esperando que hablara.
—Lo siento... —susurró el hombre acercándose más y colocando una de sus manos sobre el cabello de ella.
Tenten apoyó el rostro contra su sensei, le costaba creer que Neji y Lee estuvieran muertos, había estado en la misma pelea que los dos y ella seguía con vida, no era así como imaginaba las cosas, siempre pensó que de llegar el momento sería ella quien caería primero. Pero entonces entendió porqué seguía viva, a Madara simplemente no le interesaba matarla, ni siquiera le interesaba prestarle atención durante el combate.
—¿Tenten? —inquirió Guy al sentir como la muchacha pasaba de tratar de contener el llanto a apretar cada músculo de su cuerpo.
—¡No es justo! —soltó la muchacha alejándose ligeramente de Guy con lágrimas de frustración en los ojos. Le era difícil aclarar sus ideas o sentimientos en ese momento. Ambos muchachos siempre resaltaron, en cierto aspecto envidiaba las habilidades que poseían y lo lejos que habían llegado, pero también se enorgullecía de ser su compañera y de siempre haber podido apoyarlos a pesar de no haber sido el miembro más fuerte del equipo. Pero en ese momento todo había terminado—. No pude ayudarlos...
—Eso no es cierto —intervino el jonin sumamente preocupado, acercándola nuevamente hacía él.
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Ibiki detestaba su 'ascenso'; al formar parte del concejo había perdido por completo su intimidad laboral y no podía aislar de su mente el constante movimiento que hacía Shizune; a diferencia de él, la mujer no se quedaba sentada en un solo lugar. Trató de encerrarse en algún cuarto pequeño, pero aún así podía sentirla moverse vigorosamente y lo peor, muchas veces lo buscaba para consultarle cosas. Como ANBU siempre había gustado de quedarse hasta tarde haciendo su trabajo, nadie lo incomodaba, pero como parte del concejo su vida iba a cambiar.
Tomó lo que pensó sería apropiado para seguir trabajando y simplemente lo llevó a su casa. Nodoka era una mujer tranquila que luego de preguntarle cómo fue su día o hablar un poco con él y asegurarse de que no se olvidara que tenía un hijo, lo dejaría en paz para que trabajara. Lastimosamente el ambiente de su hogar aún estaba afectado por el reciente ataque.
Los shinobi estaban preparados mentalmente para afrontar momentos de gran tensión como la que podía ocasionar un ataque, pero muy pocos civiles eran capaces de bloquearse al grado de poder volver a llevar sus vidas de forma cotidiana en sólo un par de días, y su esposa no se encontraba en ese pequeño grupo con suerte. La mujer lo recibió como había esperado, un tanto curiosa al ver que llegaba temprano, pero cuando se dispuso a iniciar nuevamente el análisis de lo ocurrido en el ataque se percató de lo silencioso que estaba todo.
Le agradaba el silencio, eso era cierto hasta un punto, en realidad lo que le agradaba era la tranquilidad y con Nodoka usualmente lo que tenía era lo segundo. Su esposa trabajaba como maestra de música, la villa no destacaba mucho por tener una gran cantidad de artistas o amantes de ese arte, pero no quitaba que algunas personas se dedicaran a eso. Desde que Kiyoshi nació, Nodoka había ganado la costumbre de siempre tocar algo durante las noches, tanto él como el bebé lo disfrutaban, pero ya llevaba un par de días con la casa en completo silencio y eso le incomodaba enormemente. No le había dicho nada al respecto, comprendía que la mujer debía de estar demasiado preocupada como para ponerse a tocar, pero en cierto modo el tenerla así le provocaba casi la misma distracción que los pasos de Shizune.
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Naruto llevaba un par de minutos de pie en frente de la casa Hatake. Podía ver algunas luces encendidas en su interior, pero le estaba costando animarse a tocar el timbre. Estaba ahí por sugerencia de Hinata, luego de que se quedó con ella al finalizar el funeral y hablaron un poco, la muchacha se sorprendió de que él aún no hubiera hablado con Katt o viceversa. No era que Naruto no quisiera, al contrario quería compañía, pero estaba conciente de que su hermana tenía una buena relación con Tsunade y eso de alguna manera lo asustaba.
Posó la mirada sobre la puerta y suspiró. Si ya estaba ahí al menos debería de verla. Vio el cabello rojo unos instantes después de tocar y luego la mirada de sorpresa de ella al verlo ahí.
—¿Naruto? —preguntó extrañada, no tenía idea de qué hacía ahí el rubio, pero le había ahorrado el tener que salir ella a buscarlo cuando tuviera tiempo—. ¿Estás bien? —cuestionó al verlo bastante más apagado que de costumbre, era obvio que no estaba bien, pero el tratar de sacarle directamente que tenía le pareció algo agresivo.
—Comida... —comentó Orion desde dentro de la casa al ver un invitado.
—¡Se supone que estás viendo a Sayuri! —gritó ella al notar que su invocación acababa de dejar abandonada a su hija por acercarse a ver quien tocaba.
—¿Sayuri? —repitió Naruto extrañado, no conocía a nadie con ese nombre y la imagen de un zorro gigante vigilando a alguien sin gritos de por medio era difícil de imaginar.
—¡Cierto! —exclamó la pelirroja al escucharlo—. Todavía no conoces a Sayuri —notó alegrándose un poco, por un lado le gustaba andar enseñando a su hija y con eso podía evitarse los momentos incómodos de silencio que estaban formándose entre ellos.
Naruto la miró con curiosidad y luego entró a la casa. Estaba aliviado de que no le hubieran llovido preguntas sobre su estado, fuera de una que en cierto modo lo tomó como algo normal viendo que había aparecido de la nada y no estaba con la mejor cara que podía ofrecer.
—¿Dónde los metiste? —cuestionó la pelirroja al no divisar a su hija o Dango a primera vista.
—Si me das carne te doy una pista —respondió el zorro sentado en el otro extremo de la habitación agitando alegremente las colas, viendo como su dueña trataba de revisar que no se hubiera sentado encima de los pequeños.
Naruto dirigió la mirada a una caja de cartón que parecía estar en movimiento y se acercó con curiosidad, Katt estaba completamente centrada en la invocación, reclamándole sobre el paradero de Sayuri. Sonaba a que había algo en su interior así que levantó el objeto con cautela. Sin nada de por medio vio una bebé de cabello plateado y ojos ambar gateando que al verlo se detuvo. La pequeña parpadeó unos momentos antes de comenzar a balbucear animadamente.
—¡Ahí estás! —exclamó Katt al sentir a su hija. El rubio miró con curiosidad a la bebé y como la pelirroja se sentaba en frente de él sujetando a la pequeña—. Esta es Sayuri-chan —presentó alegremente entre los balbuceos de la pequeña—. Que mal que Kakashi no esté, es más linda cuando trata de estar con él todo el tiempo.
—¿¡Tienes una hija!? —preguntó sorprendido Naruto, aunque el parecido era bastante saltante, el color de cabello era como el de Kakashi y los ojos como los de Katt.
—Eso fue efecto retardado... es mal de familia... —comentó el zorro al ver que el rubio recién se percataba de la procedencia de la pequeña—. Voy a tener que cuidar a la bebé para que no salga igual.
—¡Hey! —reclamó Katt al escucharlo.
—¿Qué? cuando tus mascotas no pueden cuidar bien a sus crías tienes que cuidarlas tú —explicó seriamente la invocación.
Naruto no le prestó atención a las palabras del zorro y acercó el rostro hasta quedar cerca de Sayuri. Había visto bebés antes, alguna misión de rango D que tuvo en algún momento en sus inicios como genin incluyó el cuidado de uno, pero eso era diferente, esa bebé no era parte de una misión o el hijo de un conocido.
—Sujétala un rato —pidió Katt al recordar que se estaba olvidando de algo, o mejor dicho de alguien. Al ver que mientras su hermano se mantuviera en el suelo no parecía que pudiera botarla, decidió iniciar la difícil búsqueda de Dango—. Quédate tranquilita con tu tío Naruto —dijo mirando a Sayuri.
Para el muchacho el acabar de enterarse que era tío de alguien era extraño. Poco a poco estaba ganando algo que jamás había tenido. Con Katt no poseía una relación fraternal muy trabajada, pero su sobrina era algo distinto. Sayuri era una bebé a la que vería crecer y podría estar con ella, formar lazos mientras fuera creciendo y conocerla poco a poco y bien.
—Por dios, tengo que ponerte un cascabel o algo —comentó Katt sacando a Dango de debajo de otra caja. Pero esta se encontraba quieta y en completo silencio, con un bebé sin mayores deseos de movilizarse o llamar la atención en su interior.
—¿¡Tienes dos hijos!? —preguntó el rubio sorprendido al ver al otro bebé—. Pero ese no se parece a Kakashi sensei —comentó antes de mirar horrorizado a Katt.
—No es hijo de Kakashi —respondió ella extrañada antes de impedir que él hablara más—. ¡Ni mío! —especificó al ver la cara de Naruto—. Sólo estoy tratando de cuidar a Dango.
—¿Dango? —repitió Naruto viendo al pequeño cuando Katt regresó a su costado—. ¿Quién le pondría Dango a su hijo?
—Anko.
Naruto se quedó congelado por un instante. Mitarashi Anko era la madre de ese pequeño, recordó que antes de irse a entrenar alguien le había comentado sobre el embarazo de esa kunoichi. Su mente trató de imaginarse a esa mujer atendiendo un bebé, pero el encuentro que tuvo con ella en su examen chunin la marcó de por vida como alguien sumamente agresiva, extraña, cabeza caliente y distante de ser el modelo de madre amorosa que hace almuerzos cuando sus hijos van a la academia.
—¿Y quien es el papá? —cuestionó un tanto espantado de imaginársela como madre y esposa.
—No lo sé, y no lo preguntes. Anko se pone agresiva con ese tema —contesto luego de que un pequeño escalofrío recorriera su espalda— . Es igualito a Anko... así que ni se puede tratar de adivinar —añadió mirando las facciones del pequeño, el color de su cabello y ojos.
—Di 'Naruto' —intervino el rubio mirando a Sayuri que sólo le respondió con más balbuceos y ni siquiera un intento por formar una palabra.
—Todavía no sabe hablar, es muy chica, recién va a cumplir ocho meses. Quizás tengas más suerte con Dango, ya tiene un poco más de un año... pero nunca lo he escuchado decir nada.
—Seguro que está traumado —opinó Naruto, su opinión de Anko estaba bastante cementada con el corte que le dio con un kunai por sólo imitarla, no quería imaginar lo que le haría a alguien que ensuciara pañales o la despertara llorando en medio de la noche.
—No creo... desde chico era así. Es un mes menor que Tsubaki, pero ella si habla y bastante —comentó Katt, alguna vez había visto a la pequeña aunque no visitaba a Kurenai.
—¿Tsubaki? ¿Quién es Tsubaki? —cuestionó Naruto, en cierto aspecto comenzaba a sentirse como si hubiera estado mucho más de un año fuera de Konoha.
—La hija de Kurenai y Asuma —contestó, tratando de hacer memoria, no recordaba exactamente en que mes se fue Naruto, pero debió de haber sido por la época en que nació Tsubaki.
—Cierto... antes de irme vi a Kurenai sensei.
—Tsubaki habla bastante bien para la edad que tiene, tal vez debería de preguntarle a Kurenai cómo hizo para enseñarle.
—Pasaron muchas cosas en este año —intervino Naruto, aún sujetando a Sayuri, pero un poco más serio.
—Muchas ya venían desde antes, simplemente explotaron mientras estuviste entrenando.
—¿Sabes qué ocurrió con la abuela Tsunade? —preguntó Naruto mirándola.
—Un poco, pero no he preguntado... no quiero enterarme de los detalles —contestó. Al haberse quedado en Konoha, pensó que el destino de Tsunade sería distinto, con algo de suerte se retiraría, pero al final, aunque no fue a manos de ella, la quinta terminó muriendo—. Se que no sobrevivió luego de contener al Kyuubi, no sé realmente cómo ocurrió eso.
—Perdí el control... —habló Naruto apretando ligeramente los dientes—. Cuando ese hombre apareció frente a mí... el Kyuubi quería salir y luego mientras lo escuchaba hablar simplemente no lo pude contener más.
—¿Madara?
—No pude controlarme y volví a dañar a las personas que quiero.
—Naruto... —susurró ella—. Habías estado peleando, nadie podía pedirte que fueras capaz de contener al Kyuubi...
—Menos en frente de Madara —acotó Orion desde donde se encontraba—. Debe de querer matarlo probablemente—añadió, viendo como Naruto le dirigía la mirada—. Tienen historia juntos. Ya deberías de haber notado que Madara está relacionado con muchas cosas, entre ellas el zorro que tienes adentro.
—¿Qué te dijo Madara? —preguntó la pelirroja, el Uchiha tenía la mala costumbre de hablar de más.
—¿Tú sabías? —interrogó el muchacho regresando la mirada hacía su hermana, pero sin dejar de mirar de reojo al zorro—. Sobre el cuarto...
Katt se quedó sin palabras por un instante. La relación con el cuarto Hokage era algo que ella nunca pensaba, pero a la vez era uno de esos temas que tenía pendiente con Naruto.
—Sí...
—¿¡Por qué no me dijiste nada!? —preguntó el muchacho un tanto alterado, provocando que la bebé que aún llevaba cargada comenzara a llorar.
—Porque nunca supe la razón por la que nadie te lo dijo —respondió ella, viendo como el rubio trataba de hacer que Sayuri regresara a balbucear cosas y cesara el llanto—. Cuando te dije que éramos hermanos no pude explicarte lo del cuarto, yo misma no sé porque del secretismo —explicó, desviando un poco la mirada—. Ya tenías suficientes cosas que pensar sólo conmigo por un tiempo, pero luego te fuiste a entrenar y no tuve oportunidad.
—¿Soy hijo del cuarto Hokage? —preguntó, en un tono que parecía ser más una especie de afirmación para él mismo.
—Namikaze Minato —habló ella mirándolo—. Supongo que llevas el apellido de Kushina para que no se hiciera relación con Minato, pero lo que no entiendo es por qué.
—¿Alguien más lo sabía?
—La gente mayor debe de haberlo sabido, por lo menos los ninja, eres casi una copia de Minato.
—¿Kakashi sensei?
—Sí, eres el hijo de su maestro, debe de haber sabido que esperaba un hijo y con lo parecido que eres... Aunque no sé si sepa la razón por la que no se te dijo nada.
—Nunca me dijo nada...
—Casi no habla a menos que le preguntes directamente e incluso así es probable que no te responda —resaltó Katt un tanto triste, quizás Kakashi hablaría, pero la posibilidad era remota—. Hubiera preferido decírtelo yo a que Madara te lo soltara.
—Hubo otra cosa más que dijo, pero... —comentó Naruto pensativo, recordando las palabras de Madara respecto a Sasuke.
—Lo que sale de la boca de Madara debes de tomarlo con cuidado —aconsejó preocupada al verlo pensativo—. Va a decir lo que sea necesario para que las cosas resulten a su favor.
—Lo del cuarto era verdad...
—Sí, pero probablemente él mismo no supo la razón del secreto, por eso no pudo hacer otra cosa más que soltártelo, de un tema que él conozca podría decorarlo a como le plazca —explicó, hasta que vio como el muchacho volvía a mirarla con Sayuri ya más tranquila.
—¿Sabes algo sobre nuestros padres?
x x
Con un nuevo día llegando a Konoha el nuevo Hokage ya se encontraba en su oficina a la hora a pesar de algunas apuestas que corrían entre algunos shinobi prediciendo el día en que comenzaría a llegar tarde. Eso al menos era una muestra de que algunas personas estaban retornando a sus actitudes habituales, quizás por la esperanza de que las cosas comenzarían a ir mejor para la villa. En realidad estaba llegando temprano por la gravedad de la situación, las tardanzas sólo eran parte de su rutina cuando las cosas podían esperar.
Pero esa mañana llegó un poco antes de lo normal, no había podido dormir muy bien luego de enterarse que Naruto visitó a Katt y hablaron sobre Minato. Con el sharingan activo durante la pelea y el poco intento de Madara por disimular lo que gritaba, había podido captar bastante bien lo que Naruto escuchó. Su alumno ya tenía conocimiento de ser hijo del cuarto, eso era en cierto aspecto bueno; el problema era que nadie de los que sabían las razones oficiales para mantener la información fuera del alcance del conocimiento público quedaban con vida.
—¿Hokage-sama? —llamó Temari seriamente. El hombre había decidido atenderla, pero luego de unos instantes y antes de que pudiera comenzar a hablar parecía haberse perdido en sus pensamientos—. Puedo regresar en otro momento —agregó, no le gustaba gastarse hablando asuntos oficiales de su villa con alguien que no estaba atento, pero no le disgustaba demasiado, en cierto modo ya estaba acostumbrada a ese tipo de actitud.
—No, no hay necesidad —negó el hombre de inmediato, viendo como la kunoichi de la arena parecía dudar un poco, pero aceptó.
—Los ataques en la frontera con Iwa han continuado, por el momento Suna ha podido contener a las tropas del Tsuchikage, tenemos la ventaja del terreno —informó Temari seriamente—. Pero aún no encontramos ninguna pista de que es lo que despertó el conflicto con Iwa, no parecen ser aliados de Ame o Akatsuki.
—El Tsuchikage es un hombre mayor, creo que aún ve la guerra como el mejor camino por donde debe de transitar una nación con poderío militar —opinó Kakashi.
—Es posible, pero ese es el problema —resaltó la kunoichi—. Suna no está capacitada para poder repeler los ataques de Iwa más allá de su territorio; nuestro poderío militar es el menor de las cinco grandes naciones, sólo podemos retener los ataques en las fronteras, pero tarde o temprano lograrán pasar.
—Lo sé, tanto Iwa como Kumo están envueltas en esto por motivos ajenos a Ame —asintió el Hokage—. Con ellos tenemos que centrarnos volver a una situación pacífica de forma diplomática.
—Poco a poco están reduciendo la cantidad de shinobi que podemos enviar a pelear —recalcó Temari preocupada—. Si no arreglamos esto pronto no va a haber forma de que Suna pueda apoyar adecuadamente a Konoha contra Uchiha Madara.
Un golpeteó constante en la puerta silenció a ambos shinobi por unos instantes; luego casi a la vez que Kakashi habló para que la persona pasara, ingresó Yurika un tanto agitada.
—¡Kakashi-san! —gritó la mujer, al parecer sin tratar de imitar a Shizune en su trato hacía el nuevo Hokage—. Llegó un mensaje desde Kiri y otro de Taki —explicó extendiendo ambos documentos junto con sus respectivos originales en código.
—¿Kiri? —murmuró en voz baja Temari, no había pasado más de una semana desde el ataque en el que vio muchas bandanas de esa nación.
Kakashi tomó ambos mensajes y los revisó velozmente. El de Kiri lo sorprendió un poco, al parecer la nación había decidido nombrar un quinto Mizukage luego de haber sido arrastrada dos veces en contra de Konoha con una cantidad grande de pérdidas. La quinta Kage de Kiri estaba tomando una posición distinta a su predecesor, deseaba quedar completamente al margen de las guerras y como un intento de resanar algo del daño a Konoha pensaba aportar toda la información posible sobre las órdenes que se les encomendaron contra el país del fuego si es que la deseaban. El sexto Hokage analizó el mensaje varias veces, si lo que leía era verdad y no una de las tantas artimañas de Madara, Konoha podía al menos centrarse en Ame directamente y con algo de suerte conseguir información útil.
Aún así debía de deliberarlo con el concejo. Tomó el otro mensaje traducido, venía desde Taki, y a diferencia del primero era un poco complicado de leer. La letra era un tanto desordenada, aunque bien trazada, parecía como si lo hubiera escrito alguien con mucha prisa. Eso lo extrañó, el primer mensaje era bastante urgente y se veía completamente pulcro.
—¿Sucede algo? —preguntó Yurika al ver que el Hokage dejaba de leer.
—¿Tú decodificaste ambos? —preguntó con interés.
—No —respondió suspirando ligeramente—. Shiho decodificó el de Taki, aunque me quejé un poco al principio por lo joven que es, puedo asegurar que el mensaje está bien decodificado... sólo es un tanto desordenada cuando tiene prisa.
Kakashi sonrió ligeramente, simplemente quería asegurarse de que el mensaje fuera el adecuado. Retomó su lectura, al parecer era un informe de la retirada de los shinobi de Kumo del territorio de Taki movilizándose a la zona más directa entre el país del fuego y el país del rayo. Otra noticia que podía ser tomada como buena, el problema era qué los estaba incitando a alejarse de sus aliados y dirigirse a la ruta entre ambas naciones.
x x
Al comenzar la tarde, Kakashi tuvo su primera reunión oficial con el nuevo concejo. No estaban reunidos para discutir labores de reconstrucción de la villa o estado de los heridos que aún estaban en el hospital, esas cosas podían ser tratadas sin necesidad de estar todos en la misma habitación.
Estaban dentro de una habitación sin ventanas con una gran mesa redonda en el centro que tenía cuatro bultos de papeles dispuestos en el lugar de cada miembro del concejo o del Hokage. Sólo la zona en la que estarían parecía encontrarse iluminada.
—Tratemos de hacer esto rápido —pidió Ibiki en cuanto cerró la puerta de la oficina en la que se encontraban. Las otras tres personas que lo acompañaban parecían estar de acuerdo.
—Quiero tratar primero los últimos mensajes que he recibido —comenzó a hablar Kakashi—. Estos cambian un poco el panorama de lo que está ocurriendo.
—Es interesante —intervino Shikaku un tanto pensativo—. Las relaciones con Kiri y otras naciones siempre han sido casi nulas, tienen demasiados problemas internos, pero el cuarto Mizukage siempre fue una sombra, recuerdo que desde que se le nombró nunca se le vio, al menos no para gente ajena a Kiri.
—Pues parece que lo destituyeron —comentó Ibiki un tanto escéptico—. Puede ser una trampa.
—Pero en todo caso, valdría la pena tratar de averiguar que es lo que nos pueden ofrecer —resaltó Shizune—. No digo que hagamos como si no fueran enemigos y bajemos la guardia en esa frontera, pero cualquier dato puede ser útil.
—Si es que fuera el caso que sea información real —recalcó el ANBU.
—De cualquier modo estamos en una situación en la que tenemos que tomar algunos riesgos —asintió Kakashi—. Si actuamos de prisa podemos tomar ventaja de nuestra superioridad numérica en caso algo ocurra.
—Ellos se demorarán mucho más en recuperarse para poder lanzar otro ataque —concordó Shikaku.
—Como quieran, pero insisto en que puede ser una trampa —soltó Ibiki al ver que no llegaría muy lejos en su negativa con Kiri y a fin de cuentas no perdían nada mientras no dejaran descuidada la frontera—. A mí me interesa más el mensaje de Taki —continuó, posando la mirada en Kakashi—. Es probable que estén siguiéndole el rastro a Uchiha Sasuke.
—Probablemente... —asintió Kakashi sin mayores ánimos.
—Según el reporte de Haruno Sakura el muchacho fue quien atacó a los miembros del concejo y a Danzou, para luego retirarse por su cuenta —resumió Ibiki—. Según la apreciación de la muchacha parecía estar en mal estado pese a no tener mayores heridas, es probable que no haya regresado con Akatsuki y Kumo lo ha localizado. A fin de cuentas el objetivo del Raikage es Sasuke, no está en esta guerra sólo por diversión.
—Si eso es cierto estamos quitándonos de encima a la nación más peligrosa —resaltó Shikaku seriamente—. Su poderío militar es mayor que el nuestro y económicamente pueden mantener una guerra por varios años sin mayores consecuencias.
Kakashi no opinó nada. Había algo más que quería discutir respecto a los Uchiha y no quería tener que decidir nada con respecto a Sasuke previo a asegurarse de que Konoha no tuvo nada que ver con la masacre de los Uchiha, aunque Katt también se lo había confirmado podía ser que estuviera equivocada.
—Tanto Kumo como Iwa son naciones peligrosas —habló Kakashi, tratando de no mencionar a Sasuke—. Militarmente y económicamente ambas son superiores, pero a la vez, no tienen motivos directos contra nosotros.
—Por lo mismo debemos de tratar de llegar a algún acuerdo para que dejen de intervenir o incluso se alíen con nosotros —asintió Shizune, ella al parecer tampoco quería hablar de Sasuke por el momento.
—Y no hay que olvidar que nuestros aliados son dos naciones pequeñas y Suna —recalcó Shikaku cerrando los ojos—. De las cinco grandes naciones el país de la arena es el más débil en todos los aspectos, pero increíblemente aún han conseguido retener a Iwa en sus fronteras.
—Temari-san está sumamente preocupada por eso —intervino la kunoichi del grupo—. Suna no podrá resistir por mucho y en estos momentos el apoyo que pueden darnos es mínimo, se encuentran combatiendo una nación que se supone nada tiene que ver en todo esto.
—El Tsuchikage está aprovechando la situación, no hay mucho que podamos hacer con eso, desde un punto de vista militar y expansionista es el mejor momento para atacar —explicó el Nara seriamente—. Nosotros somos quienes deberíamos de apoyar a Suna en un momento como este, pero estamos incapacitados.
—Bueno, por el momento centrémonos en Kumo, sin ellos envueltos Taki puede presionar un poco a Iwa —insistió Ibiki—. Si podemos aliarnos con ellos esto tomaría un giro a nuestro favor.
—Pero para eso tendríamos que capturar a Sasuke y entregárselos —comentó un tanto insegura Shizune. La kunoichi había sido la única persona que escuchó directamente el informe de Sakura antes de que lo escribiera y había notado lo dolida que se encontraba.
—Entregarles a Sasuke no nos aseguraría nada y perderíamos a varios ninjas de la villa en un enfrentamiento contra él, capturarlo no es algo que vaya a ser sencillo —intervino Kakashi, no podía culpar a Ibiki por su sugerencia, entregar a un traidor que los había atacado deliberadamente a otra nación para tratar de evitar un conflicto o conseguir una alianza era algo lógico.
—Ese muchacho ya no es tu alumno, no te olvides de eso —respondió Ibiki un tanto fastidiado y con los ojos clavados en el visible de él—. Mira lo que ocurrió con el tercero y Orochimaru.
—Lo sé, pero hay algo que necesito saber antes de tomar una decisión con respecto a Sasuke, pero prefiero dejarlo para el final de la reunión.
—Entonces pasemos a lo importante —sugirió Shikaku luego de ver al los otros shinobi en silencio—. El reporte del ataque.
—Ha sido difícil armar todo lo ocurrido —habló Ibiki abriendo uno de los informes que tenía en frente—. Algunos de los heridos aún están inconcientes y otros grupos fueron aniquilados por completo dejando vacíos.
El informe de Ibiki relataba con bastante precisión los lugares en los que se encontraban cada shinobi de Konoha y las acciones que tomaron durante el enfrentamiento. No era altamente detallado en cada acontecimiento, pero si podía servir para armar un panorama bastante exacto.
Algunos temas habían sido detallados a causa de su importancia. El combate de la quinta y las razones de su fallecimiento o los movimientos de Madara eran dos de los temas que Ibiki prestó especial atención al momento de redactar. También presentó en un documento aparte lo ocurrido con el concejo y Danzou, con especial énfasis en lo encontrado en las ruinas de Ne.
—Shizune —llamó Shikaku con interés—. ¿Qué sucedió con Anko?
—Anko está estable y recuperándose, pero... parece que el ataque que recibió de uno de los cuerpos de Pein reaccionó con su sello maldito —explicó la mujer seriamente, recordando lo que Sakura le había explicado—. Yo no estuve presente durante su pelea, ni la atendí mientras estuvo grave, pero al parecer la protegió de alguna manera... lo malo es que no podemos saber si eso traiga algún tipo de consecuencia y hasta que no se recupere totalmente no quiero tomar riesgos tratando de hacer aparecer el sello para analizarlo.
—Madara sigue atacando a objetivos específicos —comentó Ibiki bufando ligeramente, no le gustaba volver a leer como ese hombre se movía con tanta libertad buscando personas puntuales—. Tenemos que averiguar si fuera de las dos Hyuuga que quedan hay alguien más en su lista.
—¿Pero Lee estaba en su lista o fue sólo por encontrarse con Neji? —cuestionó Shizune un tanto pensativa—. Lee era mucho más resistente que Tenten, quizás no pudo sacarlo de la pelea.
—Lo dudo, tanto Lee como Guy podrían haberlo matado con la octava puerta si es que no tuviera esa facilidad para escapar —explicó Kakashi tranquilamente, tratando de aislar a Neji de su mente antes de que alguno notara algo sospechoso.
—Entonces Guy también podría estar en la lista de Madara, tuvo suerte de que Hoshigaki Kisame simplemente se retiró del combate, sino es probable que Madara lo hubiera buscado para rematarlo si salía con vida.
Continuaron analizando y discutiendo algunos puntos de lo ocurrido, tratando de centrarse en Madara y los miembros restantes de Akatsuki. Lo principal era que todos estuvieran informados de cada acontecimiento y luego podrían decidir como proseguirían en los días que venían.
—Queda otro asunto —señaló Ibiki—. La mayoría de los ANBUs de Danzou murieron, pero hay tres miembros que siguen con vida, dos de ellos se encuentran en el hospital.
—Sai es un caso aparte —indicó Kakashi, el muchacho era el tercer ANBU—. A él estoy seguro de que puede incluirse a algún equipo sin mayores inconvenientes, los otros dos pese a no tener a Danzou quedaría analizar su estado.
—Si sobreviven —señaló Shizune seriamente—. Ambos están bastante graves y no puedo asegurar que sobrevivan y en caso lo hagan puedan continuar como shinobis activos.
—Entonces, ¿qué planeas hacer con el muchacho? —pregunto Shikaku mirando a Kakashi—. Ya ha estado bastante tiempo trabajando con tus otros dos alumnos.
—No sé si los mantendré juntos... Sai al final es un ANBU y hasta donde tenía entendido con un buen record de misiones, en estos momentos sería mejor mantenerlo como uno.
—Siguiendo con los ANBU —intervino Ibiki posando la mirada sobre Kakashi—. Pese a que preferiría obviar el tema, no puedo pasarlo por alto. Aún no has asignado seguridad para tu hija o tu esposa, estando en mitad de una guerra es necesario que alguien las vigile en caso de algún infiltrado.
—Lo sé, aunque en ese caso preferiría mantener a Katt en la villa y no en misiones —contestó Kakashi, esa mañana la había enviado fuera de Konoha.
—Ella puede cuidarse, al menos durante las misiones presumo está más atenta; pero tu hija es otra historia y ese zorro aunque puede ayudar no es lo ideal —recalcó el ANBU, estaba insistiendo simplemente por lo que podía ocurrir a gran escala—. La familia del Kage siempre ha necesitado algo de vigilancia, y en momentos como estos aún más.
—Entonces escoge a quien creas adecuado —asintió Kakashi sonriendo un poco—. Aunque insisto en que sería mejor mantenerlas dentro de la villa.
—Tsunade-sama la nombró jonin, ningún jonin se queda inactivo a menos que haya un motivo de fuerza mayor y Katt no tiene uno —replicó el hombre—. Si no hay nada más pendiente, sugiero que nos explique que es lo que está pasando por tu mente respecto a Sasuke; es un tema que no podemos retrasar.
—Hay algo que necesito que averigües, y que sé en algún momento estuviste analizando —respondió el Hokage mirando a Ibiki—. Es sobre la masacre del clan Uchiha.
—¿Qué con eso?
—Necesito los motivos por los que Uchiha Itachi asesinó a su clan —explicó Kakashi, ganándose las miradas extrañadas de Shizune y Shikaku.
—¿Qué sabes de eso? —cuestionó Ibiki con los ojos clavados en él.
—Algo que Madara mencionó y que podría ser la razón de la actitud de Sasuke contra la villa.
—¿De qué estás hablando? —preguntó Shikaku—. ¿Por qué Sasuke atacaría Konoha?
—Puede ser que tenga una razón y necesito saber si es cierta. Ahora tienes acceso a los documentos de Danzou y lo que quedó de los del concejo.
—Kakashi —llamó Shizune un tanto preocupada—. Obviando lo que Ibiki-san pueda descubrir ¿Qué es lo que sabes?
—Al parecer Madara insinuó que Konoha es causante de lo que sucedió con el clan Uchiha —explicó Kakashi, obviando mencionar a su esposa en el asunto.
—¿Qué? —preguntó alterada la mujer—. ¡El tercero jamás hubiera dado una orden así!
—No necesariamente —intervino Shikaku—. Previo a la masacre el clan Uchiha había estado teniendo problemas con la villa, muchos roces respecto a las decisiones que se tomaban y en cierto aspecto se aislaron más de lo usual los meses previos.
—Hay algo que nunca me gustó del expediente de Itachi —interrumpió Ibiki, quien había quedado en silencio los últimos instantes—. El muchacho recibió una misión rango S de la cual no tengo información, hasta ahí no sería mayor problema, de no ser por la ausencia de misiones de rango A en su historial, revisaré entre los datos de Danzou.
Los cuatro shinobi quedaron en silencio luego de eso. La idea de Konoha enviando directamente un asesino en contra de uno de los clanes era difícil de imaginar. Shizune y Shikaku fueron los primeros en retirarse al ver que ninguno de los otros dos ninja desidia moverse.
—¿Necesitas algo más? —preguntó Kakashi al quedarse solo con Ibiki.
—Quizás —afirmó el otro hombre—. Si lo que dices resulta ser cierto o hay suficientes pruebas como para sospecharlo, quiero hablar con Katt. No creas que me he olvidado de que ha tenido contactos con Itachi, nunca pude terminar de interrogarla por órdenes directas de Tsunade-sama, pero ahora es probable que necesite que suelte todo lo que sabe.
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Un shinobi que portaba la bandana de Ame se detuvo a unos pasos de una gran puerta entreabierta. Pese a estar dentro de un gran edificio y lejos de cualquier tipo de ventana o acceso del exterior, podía sentir el constante golpeteo de las gotas de lluvia sobre las paredes de la construcción que lo guarecían. Había estado rondando la frontera del país del fuego como se le indicó y traía noticias.
—¿Qué averiguaste? —escuchó que preguntaba una voz desde el interior de la habitación a la que no se atrevía a ingresar aun.
—Konoha no ha tenido mayores movimientos fuera de sus fronteras —informó rápidamente, comenzando a ponerse nervioso. Había escuchado que uno de los acompañantes de Pein no estaba dudando en encargarse de cualquiera que pasara cerca y sabía que ambos se encontraban a unos pasos al frente de donde se encontraba.
—¿Pero...? —cuestionó otra voz.
—Hay noticias sobre el nuevo Hokage —se apresuró a responder.
—¿Ya eligieron un sexto? —preguntó con interés la segunda voz nuevamente acompañado por unos pasos que se acercaban a la puerta—. ¿Quién es? —agregó Madara colocándose en frente del shinobi de Ame.
—Hatake Kakashi.
—Ah... —suspiró por un instante hasta que sus ojos se tornaron carmesí espantando al ninja de la lluvia y provocando que cayera sobre el suelo—. ¿¡Qué demonios le pasa a ese hombre!? ¡Tiene una familia! —exclamó visiblemente alterado.
—No importa quien sea el sexto —intervino Pein acercándose y haciendo una seña con la mano para que su subordinado se retirara.
—Claro que importa —replicó el Uchiha fastidiado—. Hatake no debía de ser Hokage, no estuve jugando a favor de la pelirroja y su vida amorosa para que al final terminara siendo Hokage de cualquier forma —espetó colocándose a centímetros frente a Pein.
—Quizás no planeaste las cosas tan bien como crees, hay detalles que dejas pasar —inquirió Pein, queriendo sacarle en cara el problema que representaba su carácter cuando algo no salía como lo deseaba.
—Todo estaba planeado —insistió Madara, pero luego avanzó por un costado del Akatsuki, meditando sus palabras. Había planeado conforme a lo que sabía que ocurriría, pero había cosas que no podían ser considerados detalles que no eran como las planificó: Pein era una de ellas. Se suponía que Konan moriría a manos de él y Pein se separaría permanentemente, pero eso no ocurrió, ambos seguían con vida y aún como sus aliados.
—Madara-sama —intervino una tercera voz tranquilamente—. No es adecuado que se agite tanto en su estado —recomendó pasivamente—. He podido tratarlo, pero aún no está recuperado, su cuerpo recibió mucho daño y tomará algunos meses para que tenga una recuperación aceptable.
—Me sorprende que hayas aceptado ayudarme, Kabuto —comentó el Uchiha mirando con interés al hombre.
—Es difícil rehusarse cuando alguien como Pein-sama viene a buscarte en persona de forma tan insistente —contestó el shinobi acomodando sus lentes—. Además, desde que Orochimaru-sama quedó completamente destruido a manos de Itachi me conviene mantener buenas relaciones con ustedes.
—Hablando de Itachi —intervino el Uchiha con cierto desprecio al pronunciar el nombre del joven—. ¿Hay noticias del paradero de Sasuke?
—No, aunque Kumo se ha movido, posiblemente lo hayan localizado —informó Pein mirando atentamente al Uchiha, desde que vio como intervino en su pelea contra el Kyuubi había perdido la poca confianza que tenía en él, aun así era conveniente mantenerse juntos—. ¿Vamos a buscarlo? Kisame murió en el combate contra Konoha y nos serviría mantener a Sasuke.
—No creo que decida volver y no planeo arrastrar una carga —contestó el Madara—. Ya hizo lo que debía —agregó un tanto pensativo, Sasuke era otra pieza importante que estaba moviéndose diferente a como esperaba—. Por ahora esperemos y observemos.
—Yo iré a preparar las dosis que harán falta para los siguientes meses, sé que no planeas dejar que me quede aquí —interrumpió Kabuto con una media sonrisa.
—Me alegro que no tenga que botarte —respondió Madara con cierta desconfianza. Pero Kabuto era el mejor médico que estaría dispuesto a tratarlo y aunque él aseguraba que podría recuperarse, Madara estaba seguro de que no sería total; la octava puerta no lo había matado, pero si lo debilitó.
Kabuto avanzó hacía el corredor, dándole la espalda a los otros dos shinobis; y sintiendo la tensión que había entre ellos y hacía él sonrió dejando por un instante que sus ojos oscuros mutaran a un color dorado.
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La tarde del día siguiente Naruto se encontró con Iruka. No había tenido oportunidad de hablar con él desde que llegó, los primeros días no deseaba buscar a nadie y luego en algún momento en que trató de buscarlo se enteró de que había salido en misión. Pero en cuanto regresó el chunin decidió buscar a su alumno para poder hablar con él.
—¿Y has celebrado tu ascenso? —preguntó Iruka luego de haber estado unos momentos con Naruto—. Los rumores corren rápido —agregó él al ver la cara de sorpresa del muchacho—. Sea cual sea la situación, el que hayas ascendido a jonin merece al menos una salida a comer ramen.
Naruto sonrió ligeramente. Pese a que Tsunade lo nombró en sus últimos momentos y asistió a la reunión que se llevó con los jonins respecto a la elección del sexto, realmente no había pensado en absoluto el salto que se dio en su rango. No quería celebrarlo, pero una salida con Iruka no era exactamente eso.
—¡Bienvenidos! —saludó Teuchi, el dueño del Ichiraku, al sentir la llegada de nuevos clientes. Se sorprendió ligeramente cuando notó a Naruto ingresar, pero casi de inmediato dibujó una amable sonrisa en su rostro—. Te habías demorado mucho en venir —comentó mirando al rubio. La noticia de su regreso había corrido por la villa.
Naruto le sonrió de vuelta, al menos ahí siempre lo habían recibido con una sonrisa y estando en el Ichiraku junto con Iruka se sentía cómodo, como en los viejos tiempos en que todo era más sencillo. Tomó asiento junto con su sensei y ordenó.
Habló con Iruka mientras Teuchi se dedicaba a preparar el ramen a unos pasos en frente de él. Pero su conversación fue interrumpida por un pequeño de cabellera rubia que se acercó corriendo al mayor de los ninjas.
—Takeshi-kun —saludó el hombre cargando al pequeño; preguntándole cómo se había estado portando. El chunin tenía una facilidad grande para tratar con niños, parecía disfrutarlo, al menos cuando eran tan chicos no había forma de que causaran problemas mayores a diferencia de sus alumnos de la academia.
—Naruto-kun —llamó Teuchi al ver la cara de curiosidad del muchacho—. Takeshi-kun es mi nieto.
—¿¡Qué!? —exclamó el rubio sorprendido poniéndose de pie—. ¿Ayame-nee-chan es su mamá?
—Pues claro, no tengo otros hijos —asintió el hombre sonriente.
Naruto realmente sentía cada vez más que había pasado demasiado tiempo fuera de Konoha. No recordaba que Ayame se hubiera casado e incluso estaba seguro de que ella era sólo unos cuantos años mayor que él. Dirigió la mirada al pequeño cuando sintió un intento no muy bien pronunciado de llamarlo.
—¡Sabe mi nombre! —exclamó emocionado, por un lado eso era lo que había querido que Sayuri hiciera, pero no consiguió.
—Obviamente, eres uno de mis mejores clientes —expresó Teuchi terminando de servir los platos de ramen.
—Tiene los ojos de Ayame-nee-chan —comentó Naruto al acercarse a ver mejor a Takeshi y el par de ojos grandes y marrones que lo miraban con interés.
—Mamá —articuló el pequeño, soltándose de las manos de Iruka y corriendo unos cuantos pasos hasta chocarse con la pierna de su madre que llevaba una gran bolsa con vegetales en sus brazos. Ayame se acercó con el pequeño agarrado de su pierna y trató de dejar las compras a un costado al notar que había clientes, pero la voz sobresaliente de Naruto la detuvo por unos instantes y decidió acercarse directamente—. ¡Naruto-kun! —saludó sorprendida—. ¿¡Por qué recién vienes!? —añadió dejando en la barra la bolsa que llevaba—. Ya estábamos pensando que de estar tanto tiempo fuera te comenzó a gustar más lo que sea que hayas estado comiendo y no querías más ramen.
La expresión de Naruto mutó. El recordar su año comiendo alimentos para sapo no provocaba buenos recuerdos a su estómago y menos escuchar que alguien sugiriera que prefería eso a el ramen.
—Podríamos tratar de cocinarte lo mismo —ofreció Ayame al ver que el muchacho no había tomado el comentario como una broma amistosa al parecer.
—¡No! —gritó Naruto de sólo imaginar como su plato se llenaba de insectos de todo tipo—. El ramen es perfecto.
Luego de unos momentos y un par de platos extra de ramen por parte de Naruto. El muchacho notó como Iruka parecía ser bastante cercano a Takeshi, cosa que comenzó a provocar que su cerebro pensara que por algún motivo extraño era de él. Aunque claro, el pequeño era rubio.
—Ayame-nee-chan... ¿Quién es el papá de Takeshi? —preguntó para quitarse las dudas. Notó como el rostro de Teuchi e Iruka se quedaron como congelados y el de Ayame ganaba una coloración rojiza.
—Takeshi-kun ¿por qué no buscas alguno de tus juguetes y se lo traes a Naruto? —preguntó tratando de sonar tranquila; cuando vio que su pequeño asintió alegremente y corrió al interior del Ichiraku tornó la mirada a Naruto—. El papá de Takeshi es un idiota —sentenció mientras los otros dos hombres presentes parecían tratar de hacer como si no estuvieran escuchando nada.
La muchacha le explicó a Naruto que ella estuvo saliendo con un muchacho de su edad por un tiempo. Según él había estudiado en la academia ninja, pero nunca pudo graduarse; por lo que en lugar de seguir tratando infinitas veces, comenzó a trabajar como repartidor para uno de los otros negocios de la villa. Ella lo conoció así, un día que celebró el cumpleaños de su papá y decidieron que era buena idea pedir algo.
Estuvieron juntos un buen tiempo hasta que ella quedó embarazada. En un principio no supo muy bien que hacer, y él tampoco, pero cuando Teuchi se enteró y luego de pasar por la etapa en que deseaba matar al muchacho; recibieron su apoyo. Takeshi nació en el mismo mes en que ocurrió el primer ataque a Konoha, la boda estaba planeada para medio año después de que ella se recuperara del embarazo, pero nunca ocurrió. A la semana del ataque él se acercó diciéndole de que debían de mudarse de Konoha, que era muy peligroso quedarse ahí. Ayame trató de convencerlo de que se quedara, que ella no iba a dejar su hogar, pero al día siguiente de su ofrecimiento sólo encontró una nota disculpándose y ni rastros de él.
—¡El muy cobarde se fue de Konoha! —puntualizó dejando ver su enojo—. Ahí me di cuenta por qué no pudo graduarse nunca de la academia ninja —prosiguió, destilando antipatía por el padre de su hijo—. ¡Y yo que había querido casarme con él! —agregó enojada consigo misma. Pese a que Ayame no era una kunoichi no pensaba abandonar su hogar en los peores momentos; Konoha no se sostenía en pie exclusivamente a base de shinobis haciendo misiones.
Naruto jamás la había visto tan molesta y sólo por una inocente pregunta. Y recordó que Katt le había recomendado que nunca le preguntara sobre el padre de su hijo a Anko. Viendo la reacción de Ayame, simplemente decidió que no volvería a hacer esa pregunta, si una muchacha como la hija de Teuchi se ponía así no quería imaginar a una Kunoichi, ni mucho menos a Anko.
x x
Kakashi estaba esperando en su oficina la llegada de sus dos alumnos. Había conseguido librarse de parte del trabajo que tenía para poder atender el tema relacionado a Sasuke con ellos. En cierto modo tenía dudas sobre si debía de hablar abiertamente con Naruto y Sakura, pero sabía que el hijo de Minato ya estaba de cierto modo enterado y lo mejor era hablar con ambos.
Naruto recibió el aviso cuando estaba terminando de comer en el Ichiraku, un shinobi apareció informándole de que él y su compañera eran llamados por el Hokage. Sakura por su parte se enteró mientras se encontraba en el hospital, Naruto fue a darle el aviso.
Ninguno de los dos sabía exactamente qué podía querer su sensei, pero tenían una buena idea de que podía tratarse de Sasuke. Desde que Kakashi se volvió Hokage no había discutido ese tema y Sakura era conciente de que el sexto había leído su informe. La muchacha observó un tanto nerviosa a Naruto; luego de lo mal que quedó por la muerte de Tsunade no había querido contarle sobre Sasuke y tenía algunas dudas de que siquiera estuviera enterado del nuevo bando al que se había unido el Uchiha.
—Kakashi sensei —saludó Sakura inclinando ligeramente la cabeza al ingresar a la oficina, seguida retardadamente de Naruto, al muchacho le costaba bastante referirse a su maestro con respeto y la kunoichi aún no se acostumbraba a llamarlo Hokage.
Él los observó por un momento, suspiró ligeramente, por un momento estaba confiando que ninguno de los dos tratara de ajustar su comportamiento a su nuevo título, pero al parecer al menos Sakura estaba tratando de iniciar de forma más formal y Naruto parecía imitarla. Con algo de suerte cuando transcurrieran un par de días más se olvidarían del tema y al menos las personas que más lo frecuentaban regresarían a lo normal.
—¿Saben para qué los hice venir? —preguntó tomando una expresión más seria. Ambos muchachos quedaron en silencio, tomando semblantes serios—. Sakura —llamó, dirigiendo la mirada a la joven—. Quiero escuchar lo que emitiste en tu informe, desde que dejaste a Anko en el hospital hasta que te reuniste con nosotros.
Los ojos de Sakura dejaron de pestañear en el acto y luego se movieron ligeramente hacía el lado donde estaba Naruto. El muchacho la observó con curiosidad al ver como el cuerpo de ella se había tensado por completo.
—¿Sakura-chan? —preguntó preocupado.
—Naruto... Debí decírtelo antes, pero —dijo bajando un poco la cabeza y quedando en silencio unos instantes—. Sasuke estuvo en Konoha...
—¿¡Qué!? ¿Por qué no me dijiste nada?
—Estuvo atacando Konoha —agregó cortante antes de seguir escuchándolo reclamarle.
—Sakura —Volvió a llamar Kakashi antes de que la muchacha siguiera hablando—. Es mejor que nos cuentes todo, desde el comienzo.
La kunoichi se quedó en silencio unos segundos, y luego dirigiendo la mirada hacia Kakashi asintió ligeramente. Naruto también había quedado en silencio, pero a diferencia de su compañera, y a pesar de no seguir hablando, él no había retomado la postura recta con la que usualmente se esperaba que un shinobi de Konoha hablara al informar de una situación a su líder.
Lo primero que impactó al rubio fue el golpe al enterarse de que Sasuke se encontraba en Akatsuki. Con eso no pudo contenerse y trató de asegurarse de que Sakura hubiera visto bien, lamentablemente los hechos hablaban más que la ropa que el muchacho pudiera traer puesta. Kakashi volvió a tratar de que Naruto guardara silencio, sabía que iba a costarle hacerlo, pero necesitaba que él escuchara la historia de Sakura.
A la ninja médico le costó volver a narrar lo ocurrido. Había transcurrido una semana desde que le tocó encontrarse cara a cara contra Sasuke y trató de combatir contra él. Mencionar la facilidad con la que su antiguo compañero de equipo la golpeó no era algo sencillo, pero cuando Kakashi le pidió que se centrara más en como se veía Sasuke se volvió más difícil para ella.
Naruto se quedó sin palabras al terminar de escuchar a Sakura. Sasuke era parte de Akatsuki, había atacado la villa y a la kunoichi sin mayores miramientos. Comenzó a pensar realmente que su amigo estaba completamente fuera de su alcance y que no habría forma de que lo convenciera de que regresara a la villa. Konoha no lo volvería a aceptar, estaba seguro de que luego de atacar al concejo y Danzou no había manera. Pero en ese momento recordó las palabras que escuchó de Itachi en el fugaz encuentro que tuvieron antes de que el menor de los Uchiha peleara contra su hermano mayor.
—¿¡Cómo Itachi sabía que Sasuke atacaría la villa!? —preguntó Naruto al recordar, realmente deseando una respuesta por parte de alguno de los dos que lo escuchaban.
—¿De qué hablas Naruto? —cuestionó Kakashi intrigado al escuchar el nombre de Itachi, mientras Sakura lo miraba sin comprender.
La navidad me retrasa... debería volverme una ermitaña o algo similar para evitarme la perdida de tiempo por fiestas (Sí, yo sería un Grinch perfecto... mi espíritu festivo murió hace mucho o se quedó debajo del ogro malhumorado que llevó dentro xD)
Como sea, este no ha sido un capítulo dónde haya ocurrido mucho de lo que refiere a los acontecimientos importantes/grandes, pero si muchas de las cosas que deben de suceder y que simplemente no hay forma de que pueda entremezclar con hechos mayores que puedan venir (En parte porque ya no quedan muchos de esos, las cosas ya están de forma más lineal)
Lo referente al poderío militar, población y economía que hablaron ligeramente, lo saqué de una página que dice consiguió la información del primer databook... no he podido confirmarlo, pero aún así me pareció interesante y sea verdad o no, es un fic al final de cuentas y se ajusta un poco a la realidad que se ha visto en el canon, en el caso de Suna en especial. Ibiki quiere hablar con Katt... pobre hombre, o va a tener que perder mucha información importante o va a tener que escuchar miles de tonterías y él decidir que es importante xD Kabuto sigue rondando la zona, y Orochimaru anda bien escondido adentró... quizás ya no sea Kabuto sino Orochimaru actuando, como sea la cosa es que sigue en el juego. (Y sí, ya sé que unos dicen Kisame muerto y otros que se escapó)
Fui a ver "Avatar" y la amé, amo a cualquier raza que tenga raíces tan cercanas con la naturaleza, además los Na'vi eran demasiado adorables con sus arcos y sus ojotes gigantes. Tengo ganas de jugar alguna campaña de D&D con un druida xD (Fue la primera clase que usé y la amé... luego me incliné más por el ranger, naturista aún, pero más guerrero)
Comentarios, críticas, quejas,sugerencias, pedidos, algún detalle por ahí que crean que me he olvidado (Aúnno he puesto todos, pero considerando lo largo del fic siempre puede haber algoque se me pase) o cualquier cosa que deseen, dejen un review.
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