Capítulo 94: Rokudaime Hokage
De un momento a otro un silencio casi absoluto envolvió a Konoha. Los shinobi de la hoja que se encontraban dispersos por el territorio de la villa, incluso los grupos que se les asignó retomar la ofensiva, habían quedado quietos por unos instantes al simplemente dejar de sentir la gran emanación de chakra del Kyuubi. El único lugar que en cierto modo se mantenía ajeno era el hospital, ahí lo que influenciaba el ambiente eran los heridos que continuaban llegando y los que estaban atendiendo.
Sakura se detuvo cerca de donde el poderoso chakra del zorro de nueve colas había estado. En frente de ella no se encontraba la monstruosa figura del bijuu envolviendo a su amigo. Dejó escapar el aire que se encontraba aprisionado en sus pulmones como señal de alivio, pero no duró demasiado: algo estaba mal.
Naruto se encontraba arrodillado sobre el suelo, quieto y con la mirada perdida, junto a Shizune que parecía estar tratando desesperadamente de curar a alguien. A menos de un metro, de pie, notó que se encontraba Kakashi en silencio, observando al paciente de la médico ninja y un poco más atrás reconoció a Kami que parecía encontrarse con el mismo aspecto solemne.
Analizar la imagen sólo le tomó un segundo, de inmediato volvió a entrar en movimiento y corrió lo más rápido que pudo con la intención de ayudar a atender a quien sea que estuviera ahí. Pero al momento en que logró ver quien era el paciente sintió como el aire se escapaba de su cuerpo dejándola con una horrible sensación de ahogo.
El cuerpo de Tsunade estaba quieto, boca arriba. No se veía la juvenil figura que su maestra siempre mostraba ni mucho menos esa energía que emanaba que sin dudas servía muy bien para camuflar mejor su edad. Sus pasos provocaron que el grupo, a excepción de Naruto, desviara la vista en su dirección.
Por reflejo trató de ayudar a Shizune, pero escuchó la voz de su sensei deteniéndola a la vez que la asistente de la quinta cesaba por completo la emanación del verdoso chakra. La mayor de las kunoichis se detuvo, no quería que Sakura la imitara, ella estaba consiente que no podía hacer nada, pero simplemente no fue capaz de quedarse quieta observando como la vida escapaba rápidamente del cuerpo de su maestra.
La kunoichi de cabellos rosa trató de hablar sin mayor éxito, abrió la boca, pero no fue capaz de emitir algún sonido. Dirigió una mirada acusadora a su sensei, no entendía cómo pudo decirle que no hiciera nada, pero casi de inmediato su expresión se suavizó. Al igual que Shizune, ella estaba consiente del estado de su maestra, simplemente que no imaginaba que la perdería tan pronto, ni que sería incapaz de hacer algo al respecto.
No pudo evitar comenzar a llorar nuevamente. Otra vez una gama de sentimientos encontrados se revolvían dentro de ella. Perder a su maestra, la persona que confió en ella y le enseñó sus habilidades pese a que hasta ese momento jamás había destacado como kunoichi, era algo que simplemente no quería aceptar. Estaba triste por no volver a poder verla y escucharla, preocupada por Naruto que nuevamente perdía a una persona cercana a él y molesta por haber estado derramando sus lágrimas por alguien que nos las merecía tan solo minutos antes.
—Tenemos que movernos.
La voz de Kakashi fue la que rompió el silencio. Estaban en medio de lo que quedó de un campo de batalla y aunque el ataque parecía haber terminado no podían quedarse ahí simplemente observando el cuerpo inerte de la quinta. Konoha necesitaba a todos sus ninjas y eso incluía a los cuatro que estaban con él.
Con cuidado el jonin se colocó junto a Tsunade y la cargó. Shizune cerró los ojos por un leve instante antes de ponerse de pie y tratar de retomar una actitud adecuada para el momento aún tenso en el que se encontraba la villa.
—Kami, busca a Ibiki e infórmale la situación —indicó Kakashi, provocando que el muchacho asintiera y se alejara de inmediato—. Vamos al hospital —prosiguió, esperando que si se movían rápido quizás la noticia de la muerte de la Hokage no se expandiría hasta que todo estuviera tranquilo. Lo mejor era que ambas kunoichis se dirigieran al hospital, ahí probablemente serían requeridas y su alumno no parecía estar en estado para incorporarse a algún grupo.
Naruto se mantuvo quieto, sin notar que el resto estaba comenzando a moverse alrededor suyo. No era lo mismo que con Jiraiya, el sannin había caído a manos de Pein, en cambio Tsunade murió a causa de él. No importaba como lo viera, no importaba que hubiera sido por estar sin control del Kyuubi, la legendaria médico ninja, la quinta Hokage de Konoha había muerto y él fue el desencadenante. Y lo peor, las últimas palabras de ella fueron para confiarle la villa.
—Naruto —llamó Sakura tratando de secar las lágrimas que aún recorrían su rostro, colocando una de sus manos sobre el hombro del muchacho, provocando que saliera de sus pensamientos—, vamos —agregó al percibir que había captado su atención. Sabía que algo estaba mal con Naruto, su reacción era completamente diferente a cuando se enteró de la muerte de Jiraiya.
x x
El hospital de Konoha estaba pasando por un momento caótico. Había heridos esparcidos casi en cualquier rincón, los que no se encontraban tan graves estaban acomodados en las salas de espera, siendo atendidos casi en su totalidad por enfermeras o ninjas más jóvenes que estaban siendo entrenados para ser médicos y aún no poseían mayores habilidades. Cualquier shinobi que llegaba trayendo algún compañero para ser atendido regresaba a su posición en Konoha casi de inmediato sino presentaba alguna herida que fuera necesaria de ser atendida.
Katt había llegado al hospital junto con Guy, al que estaba ayudando a moverse, y Raidou, este último llevando a Tenten en los brazos. Cuando escuchó que sólo estaba la kunoichi del equipo se preocupó, tomando conciencia de que el joven Hyuuga podía estar muerto, pero no tuvo mucho tiempo para lamentarse o culparse, ya que momentos después de que comenzaron a moverse con dirección al hospital una gran ráfaga de chakra barrió la zona en dónde Lee se sacrificó, borrando a su paso el Amateratsu que aún estaba calcinando todo lo que tocaba. En ese momento Raidou había maldecido en voz baja, al parecer el autor de tal ataque había sido el Kyuubi, a pesar de esto ninguno pudo hacer mucho, antes de llegar siquiera al hospital la presencia del demonio de las nueve colas había desaparecido.
Tenten fue llevada de urgencia. Las heridas de su cuerpo pese a ser graves podían ser controladas, pero lo que preocupaba a los médicos era el brazo de la muchacha.
Guy se negó a separarse de su alumna, no le importaba quedarse esperando de pie fuera de la habitación donde la llevaran, pero no pensaba dejar a la única que le quedaba de sus tres alumnos. Ni los médicos ni las enfermeras tenían el tiempo o humor para discutir con el hombre, sin contar que el jonin también se encontraba en mal estado y de cualquier forma debía de permanecer en el hospital. La pelea contra Kisame dejó una de sus piernas en pésimo estado.
Katt observó como ambos se perdían entre el mar de gente del hospital. No había podido decirle una palabra a Guy luego de que encontraron a Tenten ¿Qué podía decirle? ¿Decidí tratar de ayudarte a ti en vez de a Neji y Lee? decidió eso porque fue a Guy a quien vio durante la pelea, pero aún así no podía quitarse de encima el sentimiento de culpa; quizás debió de insistir cuando Neji se negó a que ella le contara demasiadas cosas.
—¿Tienes alguna herida? —preguntó Raidou colocándose a su lado y llamando su atención.
—No, nada grave. Fue Guy el que realmente estuvo recibiendo los golpes —contestó, tratando de no pensar en Neji. El que estuviera muerto era una suposición, quizás no estuvo presente en la pelea, o al menos eso creía creer.
—¿Necesitan que los atienda? —preguntó Udon acercándose a ambos shinobi.
Katt lo miró con algo de curiosidad, nunca le importó mucho lo que el nieto del tercer Hokage o sus amigos hicieran, pero no tenía idea de que el compañero de Konohamaru fuera un médico ninja o estuviera entrenándose para eso. La imagen además le pareció un tanto irónica, considerando la aparente falta de salud del genin.
Raidou dudó por unos instantes y luego asintió con la cabeza. Ninguno tenía nada grave, pero si estaban heridos. No sabía cuanto en cuanto tiempo podrían regresar al hospital a que los atendieran e incluso las heridas leves pueden volverse un problema si se les deja por mucho tiempo sin tratamiento.
—Cuando termine vienes conmigo —indicó Raidou mirando a la pelirroja—. Las cosas deben de estar casi bajo control, pero debemos de asegurarnos que no hayan quedado enemigos en la zona y de encontrar a cualquier sobreviviente.
x x
Kakashi se quedó de pie en la entrada del hospital. Acababa de haber dejado el cuerpo de la quinta luego de algunos inconvenientes para poder pasar lo más desapercibido posible. Era importante que la muerte de la Hokage fuera anunciada, pero quería evitar los rumores por el mayor tiempo posible, al menos hasta que Konoha se estabilizara un poco. A lo lejos pudo distinguir el llamativo cabello rojo de Katt alejándose en compañía de Raidou, no trató de acercarse, se veía que estaba bien y él necesitaba estar a solas al menos por unos momentos.
De la misma forma en la que había estado toda la noche comenzó a moverse, aunque el ataque parecía haber acabado aún no era tiempo de retomar su usual postura tranquila y abstraída, pese a que la necesitara. Estaba cansado, tanto física como mentalmente, pero habían muchas cosas que debían de ser atendidas esa misma noche.
Dentro del hospital Shizune acomodó el cuerpo de su maestra fuera de la vista de los curiosos. Kakashi se había retirado junto con Sakura y Naruto unos minutos atrás y ella se ofreció para la labor. Pese a que veía el cuerpo sin vida le costaba trabajo aceptar que Tsunade estaba muerta, pese a que la quinta había tocado el tema de forma seria en varias ocasiones le costaba demasiado asimilarlo.
—¡Shizune senpai! —gritó una voz femenina desde fuera de la habitación en la que se encontraba—. ¡Senpai! —insistió la muchacha con un notorio tono alarmado.
La kunoichi médico terminó de acomodar velozmente el cuerpo de Tsunade y lo cubrió para que no fuese visto si alguien ingresaba. Abrió la puerta de la habitación, esperando a que le informaran que ocurría, posiblemente alguien del personal la vio y con la cantidad de urgencias era requerida de inmediato.
Muchos casos requerían de médicos con experiencia, eso no la sorprendió. Un comentario de una de las enfermeras le incomodó y preocupó un poco, mucho del personal se sentía más aliviado al saber que tanto ella como Sakura había llegado y podían ayudar, pero estaba segura de que la muchacha de cabellos rosa estaba en una condición similar a la de ella y rogaba porque fuera capaz de concentrarse pese a todo.
—Necesitamos algo de apoyo en una de las cirugías —señaló la muchacha que había ido a buscarla—. Es una kunoichi. Estaba sumamente golpeada y con uno de sus brazos fracturado —indicó, leyendo velozmente una de las tantas fichas que había llenado sin la mitad de los datos que normalmente pedirían a causa de la cantidad de casos—. También hay otro problema, su sensei se niega a retirarse.
—¿Quién es? —preguntó Shizune, no era usual que un shinobi que llegase a ser sensei se comportara de esa manera.
—Might Guy —respondió, el hombre era bastante conocido y no tanto por visitar el hospital como paciente, simplemente se hacía notar por su peculiar forma de ser y fama como shinobi.
—¿Guy...? —Al escuchar el nombre Shizune aceleró el paso. El jonin no encajaba en el perfil de alguien que causara problemas al personal médico, sin contar que si se trataba de una kunoichi, la que debía de estar siendo operada era Tenten. Shizune conocía en cierto grado a todos los shinobi de la villa gracias a su posición como asistente de la Hokage, cualquier nombre le era conocido y también cualquier muerte le chocaba en algún grado.
Por otro lado del hospital Sakura se encontraba en una situación similar a la de Shizune. No había podido quedarse con Naruto, en cuanto notaron su presencia fue llamada de inmediato. Dudó por unos instantes en irse y dejarlo, pero el rubio le sonrió y le dijo que fuera, que él se quedaría ahí como Kakashi se lo había indicado.
La mente de Sakura no dejaba que se concentrara. Tsunade estaba muerta, Naruto no estaba bien y Sasuke era oficialmente un traidor, no había otra forma de verlo.
—¡Sakura-san! —exclamó un médico al ver que la joven no parecía estar escuchándolo, había estado parada en la puerta de una habitación escuchando solo el saludo corto del doctor antes de dejar de asimilar lo que el estaba hablando—. La paciente que trajo aún no despierta, y su estado continúa siendo muy inestable.
—¿La paciente...? —repitió, tratando de recordar—. ¿¡Anko!? —cuestionó al darse cuenta de quien se trataba—. ¿Aún no despierta? —preguntó ligeramente alarmada. Ella la había tratado mientras la sacaba del campo de batalla y estaba segura que podrían estabilizarla en el hospital pese a lo doloroso que parecía ser lo que le ocurría.
—Sigue inestable —afirmó el médico—. Hay muy poca gente familiarizada con los sellos malditos y lamentablemente ninguno es médico o siquiera está disponible para tratar de consultarle.
—Voy a intentarlo —indicó ella, no había tiempo o forma de traer a alguien a que los apoyara, así que habría que simplemente avanzar conforme se viera algún resultado positivo en la kunoichi.
Con la ayuda del otro médico comenzó el tratamiento. No estaba segura de que hacer, pero Tsunade le había enseñado mucho, pero nunca se centró únicamente en darle una guía de cómo atender cada enfermedad o herida, siempre se enfocó en que entendiera desde cero y generara sus propias ideas y métodos. Y esa era un buen momento para no dejar mal el método de enseñanza de la quinta. Tratando de borrar de su mente a Sasuke, Naruto e incluso a su maestra, comenzó a concentrarse en como reaccionaba el cuerpo de la kunoichi a cada impulso, tratando de encontrar lo que estaba mal y cómo solucionarlo.
x x
Naruto seguía sentado en una de las pocas sillas vacías de la sala de espera del hospital. Por momentos miraba el reloj y notaba que los minutos pasaban increíblemente lentos, quería que el tiempo pasara mucho mas rápido, quizás así podría dejar de sentirse tan mal. La imagen juvenil de Tsunade que siempre guardaba en su mente cuando la recordaba había sido tapada por la de la mujer anciana y muerta, la del destino que tuvo la quinta a causa de él.
Agitó fuertemente la cabeza, no quería pensar en eso. Había llegado a Konoha esperando ayudar al enterarse de lo que estaba ocurriendo, en el ataque anterior no pidieron su ayuda, pero en ese sí. Acudió lo más rápido que pudo, se enfrentó al asesino de Jiraiya, pero al final apareció Uchiha Madara. Había escuchado ya muchas veces ese nombre, pero le había tocado vivir directamente las desgracias que podía provocar.
El Kyuubi había estado inquieto y furioso al sentirlo, le costó controlarlo en un principio, pero cuando las palabras comenzaron a salir de la boca del Uchiha su mente comenzó a distraerse y perdió por completo el control.
—Naruto-kun...
Al escuchar su nombre alzó la mirada. Hinata estaba en frente de él, visiblemente preocupada.
La kunoichi había escuchado de la llegada del rubio a la villa entre los rumores de los que iban llegando a ser atendidos, respiró con alivio cuando se enteró que estaba peleando contra el líder de Akatsuki y al parecer manteniendo la ventaja, pero luego la poderosa presencia del Kyuubi se hizo sentir incluso en el hospital. Los médicos no detuvieron sus labores, ella tampoco, pero cuando a los pocos minutos la energía dejó de sentirse no sabía qué era lo que pudo haberle ocurrido a Naruto.
Hinata se sorprendió mucho al verlo sentado en el hospital, se demoró unos momentos en darse valor para acercarse, llevaba más de un año en que no lo veía ni tenía noticias sobre él. Pero cualquier emoción quedó relegada cuando notó que algo no estaba bien con él. Era extraño que estuviera ahí solo, callado y sumido en sus pensamientos; cualquier persona que lo conociera podía notarlo.
—¿Te han atendido? —preguntó ella acercándose.
Naruto continuó observándola, no tenía ninguna herida grave, Shizune se encargó de eso, pero su cuerpo aún se veía golpeado.
—Hinata... —pronunció, sin responderle. Al ver sus ojos recordó que Madara mencionó a Neji entre todo lo que habló antes de que el Kyuubi se liberara—. Shizune-nee-chan me atendió ante de venir —explicó, bajando la mirada. Pese a no haberla visto por mucho tiempo, los saludos era lo último que tenía en la cabeza en esos momentos.
La kunoichi se quedó mirándolo por unos instantes, no sabía porqué estaba ahí, ni mucho menos porqué se veía tan deprimido. Estaba consiente de que mucha gente podía haber muerto en el combate, pero a su vez, sabía que no muchos eran tan cercanos a él como para ponerlo así. Hinata se estremeció un poco, ellos compartían muchas de las personas que podían considerar amigos.
—Hinata-sama —gritó un médico joven—. Necesitamos un poco de ayuda.
Naruto vio cómo Hinata se alejaba sin quitarle la mirada hasta pasar una puerta. Luego de eso volvió a bajar la mirada y sonreír tristemente, tanto ella como Sakura estaban ayudando a los demás, algo en lo que él sentía había fallado.
Luego de más de tres horas, Sakura sonrió ligeramente al ver como Anko abría los ojos. La mujer se veía un tanto desubicada, al menos hasta que logró enfocar la vista en la kunoichi médico y el otro doctor.
—Dango... —susurró levemente al notar que tenía la atención de ambos.
—No podemos darle dangos —respondió el médico, la fama de Anko con la adicción a esos dulces era famosa. Antes de que el hombre pudiera decir algo más vio como el cuerpo de la mujer se levantaba de la cama hasta sujetarlo del hombre.
—¡No quiero Dangos idiota! ¡Quiero saber dónde está mí Dango! —corrigió enérgicamente, haciéndose escuchar a varios cuartos de distancia.
Sakura se sorprendió al ver la energía que aún podía dejar fluir Anko. Horas antes había estado bastante grave, pero en cuanto su cuerpo se estabilizo y logró recobrar la conciencia, el resto de heridas de su cuerpo parecía que no le causaban ningún tipo de incomodidad.
—Anko-san —intervino Sakura velozmente, aún recordaba los primeros encuentros con esa kunoichi—. No llevas mucho tiempo inconciente, el pequeño Dango aún debe de seguir en el refugio.
x x
A pesar de que el combate ya había finalizado, el movimiento de shinobis en Konoha era notable; revisando cada rincón y retomando posiciones en el perímetro de la villa. Pero dos lugares estaban siendo revisados directamente por los ANBUs. Una parte de las construcciones aledañas al edificio principal de la villa había quedado envueltas en las llamas negras del Amateratsu, obligando a un grupo especializado de enmascarados a apresurarse al lugar, incluso antes de que el ataque terminara, para controlar las llamas. Ahí es donde debía de encontrarse el concejo de Konoha, pero no quedaba rastro de los cuerpos o de nada que haya quedado envuelto por el fuego.
El otro punto atendido por los ANBU fueron las ruinas de la base de Danzou. La mayor parte de la construcción era subterránea, desde fuera aparentaba ser un edificio más entre los tantos de la villa. Pero su tamaño era notable si se contaba la cantidad de pasillos y redes bajo tierra.
Ino había sido llamada para acompañar a los ANBUs a esa ubicación. Necesitaban un ninja médico en caso hubiera sobrevivientes y era preferible alguien que ya fuera parte del grupo aunque no estuviera actuando como uno en esos momentos.
Los ANBU no estaban muy seguros de qué ocurrió en ese lugar. Parecía como si una explosión interna, el problema era que quitando algunos puntos específicos no había rastros de una explosión mayor que generara el daño.
Yugao se encontraba en la zona, acompañada del único miembro de su equipo que aún podía seguir moviéndose, junto con otros tres grupos más. Usualmente un solo escuadrón sería suficiente, pero ninguno se encontraba completo o en estado de pelear adecuadamente si el enemigo que ocasionó eso se encontraba aún por la zona.
—¡Ino! —gritó uno de los ANBUs luego de haber conseguido sacar un cuerpo que aún respiraba.
La kunoichi se apresuró al lugar y comenzó a tratar al enmascarado. El cuerpo estaba sumamente golpeado, varios de sus huesos parecían estar destrozados, en especial en las zonas donde se habían formado grande hematomas. Lo primero que vino a la mente de Ino fue que quedó atrapado bajo los escombros, pero tras unos instantes notó que por la forma de sus heridas era más probable que fueran golpes ocasionados por una pelea, una contra alguien realmente fuerte.
Yugao se adentró en las ruinas junto con los otros capitanes, debían de buscar a Danzou según órdenes directas de Ibiki. En el caso del anciano era difícil de asegurar que estuviera muerto pese a la condición de su base, era conocido que el hombre vivía preparado para todo, por lo que no era sabio asumir que estuvo durante el colapso. Pero luego de lograr internarse en lo profundo del derrumbe, Yugao logró divisar un par de cuerpos aplastados, entre ellos los restos de Danzou.
—Tenemos que sacar los cuerpos —indicó la kunoichi, luego observó el área tratando de encontrar alguna pista de qué pudo haber ocurrido. Si Danzou estaba muerto lo más seguro es que hubiese sido por un ataque contra él y no simplemente a causa del derrumbe.
—Hay algunos restos de documentos —avisó uno de los ANBU, señalando un área, pero sin moverse—. Tenemos que retirar cualquier pedazo de información que la raíz haya tenido almacenada aquí.
—Lo sé, pero primero los cuerpos —asintió Yugao.
Ino se encontraba aún tratando al ANBU que lograron sacar vivo cuando sintió como alguien se acercaba a ella. Al levantar la mirada notó que se trataba de Sai. A causa de su reciente amistad con Naruto, Danzou había perdido algo de confianza con él, como no recibió ningún llamado desde la raíz, simplemente salió a hacer lo mismo que el resto de shinobis de la villa: pelear.
—Sai... —susurró Ino, sabía muy poco de la relación de Danzou con él, sólo tenía entendido que había sido criado y entrenado en la raíz. No tuvo tiempo de hablarle, ya que uno de sus compañeros enmascarados apareció junto a ella.
—En este momento no está permitido que nadie sin autorización se acerque —habló el hombre, observando a Sai y esperando que se retirara o en todo caso explicara su presencia.
El joven ANBU observó en silencio el lugar, era una sensación extraña la que le provocaba. Se le enseñó a desaparecer cualquier sentimiento, pero ver el único lugar que podía tratar de comparar con un hogar destruido y las personas que eran lo más cercano a una familia que había tenido, a pesar de jamás haber logrado crear vínculos, posiblemente estaban muertas, provocaban una sensación extraña y nueva en él.
—Está bien —intervino Ino dirigiéndose al ANBU. No quería que iniciara una pelea por algo tan tonto como que Sai no quisiera moverse.
—No te adentres en las ruinas —indicó. El ANBU dudó unos momentos antes de hablar, pero estaba conciente que lo último que necesitaban era un conflicto.
Otro de los ANBUs que se encontraba en la zona donde encontraron al sobreviviente notó la presencia de un cuerpo que no pertenecía al grupo. Era pequeño y de cabello anaranjado, con múltiples heridas cortantes en su cuerpo. Parecía que estuvo enfrentándose a los enmascarados de Danzou, pero lo ilógico es que se trataba de un solo cuerpo y distaba de estar en donde ocurrió el evento que demolió la construcción.
Observando con más detenimiento y terminando de revisar los cuerpos, asegurándose de que no hubiera ninguno más con vida, notó como parte de los escombros estaban húmedos. Al revisar encontró un gran charco de agua entre uno de los tantos derrumbes, desde ahí algo pareció arrastrarse, pero lo curioso era que no había marcas de tal acción en el suelo, al menos no las usuales. El camino de humedad acababa en una grieta que se abrió hasta una de las alcantarillas de la villa.
x x
Las noticias de la muerte de la quinta Hokage llegaron a oídos de Ibiki gracias a Kami. El líder del escuadrón de interrogación de los ANBU obligó al joven shinobi a que le explicara exactamente que había ocurrido. El fallecimiento de Tsunade no fue algo que lo tomara por sorpresa, por algo ya habían discutido sobre quién sería el sexto, lamentablemente el candidato más apropiado se negó a aceptar el cargo y al parecer la quinta decidió llevarse por sus emociones al último momento al escoger a Naruto.
Pero cuando Ibiki pensaba que pese a todo podrían mantenerse las cosas bajo control, un ANBU apareció junto a él, informándole de la confirmación visual de la muerte de Danzou y la posible muerte de ambos miembros del concejo bajo las llamas del Amateratsu. Las cuatro personas que realmente tenían el control sobre Konoha estaban muertas, todas en el mismo ataque. Para él era obvio que Madara buscaba destruir Konoha, la primera vez eliminó a varios clanes casi por completo y en esa ocasión acababa de dejar a la villa sin nadie que la dirigiera.
—Hasta al maldito de Danzou... —masculló. Aunque su mente no dejaba de tratar de procesar la procedencia de las llamas negras, eso significaba que un Uchiha estuvo moviéndose por la villa con total comodidad nuevamente. Madara era la mejor opción a primera vista, el problema es que el estilo de ataque parecía ser distinto y estaba conciente de que Sasuke se había unido a las filas de Akatsuki.
Shikamaru se acercó a Ibiki. Hasta ese momento había estado peleando en el campo de batalla y luego organizando un poco a los grupos que se encontraban en el área más alejada de la villa. Pero tras muchas insistencias y al ver que todo estaba relativamente tranquilo regresó a la pequeña base montada de donde partió al inicio del ataque.
—¿Algo fuera de control? —preguntó Ibiki al verlo llegar.
—No. Parece que todos los enemigos con capacidad de retirarse lo han hecho —informó seriamente, buscando con la mirada a una persona que esperaba encontrar ahí luego de tanto tiempo que el combate había terminado—. ¿La Hokage?
—Dame un informe de las posiciones que tenemos y de ser posible quienes están en ellas —indicó el ANBU, ignorando la pregunta del muchacho.
Shikamaru se demoró un momento en responder, pero no se necesitaba ser un genio para saber que insistir con Ibiki no era una opción y que el momento no era el adecuado.
x x
Con el sol llegando casi o su punto más alto, se dio la orden para que los habitantes de Konoha que estaban refugiados comenzaran a regresar a sus hogares. La villa estaba casi intacta, lamentablemente uno de los puntos dañados era al pie de las estatuas de los Kages y eso no pasó desapercibida para las personas que poco a poco se animaban a salir.
Los shinobi que habían estado cuidando el refugio salieron de inmediato a relevar a parte de los que estuvieron peleando intensamente durante el ataque. Los genins se mantuvieron en posiciones dentro de la villa mientras que le grupo de chunins salió al exterior.
A mitad de la tarde Katt se dirigió al refugio a buscar a Sayuri. La había dejado con Nodoka y dudaba que la mujer hubiera abandonado el lugar sola con la pequeña y Kiyoshi a la vez, incluso pese a que ya era seguro se notaba que los habitantes no habían regresado en su gran mayoría, quizás esperando a que pasara más tiempo y asegurarse de que todo realmente estaba en paz.
Durante todo el ataque la pelirroja no vio a Kakashi, pero un par de horas antes escuchó que estaba vigilando por otra área, cosa que la calmó. Pero de su zorro no sabía nada, se fue al olfatear a Madara y aunque trató no pudo invocarlo, no es que normalmente pudiera, Orion siempre estaba invocado, pero le preocupaba no tener noticias.
—¡Katt! —llamó una voz femenina, un tanto asustada, entre el llanto de un bebé. La esposa de Ibiki elevó ligeramente su brazo para llamar su atención. Junto a ella estaba el pequeño Kiyoshi tratando de dormir y Sayuri que nuevamente podía notarse que estaba ronca de tanto llorar—. No sé que le pasa, casi no ha dejado de llorar —explicó la mujer muy preocupada.
—Sayuri... —susurró Katt levantando a su hija que al verla dejó de llorar. La kunoichi suspiró con pesadez, su hija se alteraba mucho si pasaba más de un par de horas alejada de sus padres y eso era un verdadero problema.
—Que bueno que se calmó —habló en voz baja Nodoka—. No tenía idea que le ocurría.
—Está bien, gracias —intervino Katt sonriendo un poco—. No le gusta estar con otras personas mucho tiempo —añadió acariciando la cabeza de su bebé que acababa de quedarse profundamente dormida.
—¿Ya es seguro salir? —preguntó la mujer un tanto inquieta.
—Sí —asintió Katt—. No hay enemigos en Konoha o cerca.
Nodoka respiró más aliviada y se puso de pie cargando a Kiyoshi. Claro que les habían informado lo que acababa de escuchar, pero prefería esperar a alguien que conociera y además estaba segura que ningún shinobi sacaría a se bebé del refugio si no estuviera completamente seguro.
—Disculpe —interrumpió una voz. Era un pequeño genin que observaba a Katt—. Sakura-san me pidió que le avisara si podía cuidar a Dango-kun —explicó el pequeño.
Katt lo miró con interés. Al parecer Anko estaba en el hospital y no había manera de que pudiera cuidar al pequeño, así que cuando Sakura vio al genin lo mandó de regreso al refugio para que buscara a Kurenai, Shizune o Katt y les pidiera que se encargaran de Dango. Para el genin fue más sencillo localizar a la pelirroja.
—¿Anko está bien?
—No lo sé, ya la habían atendido, es todo lo que sé.
—¿Dónde está Dango? —preguntó la kunoichi mirando los alrededores, aún en compañía de Nodoka.
—Yo lo busco —respondió enérgicamente el genin antes de perderse entre la gente.
Mientras esperaba, Katt vio como llegaban Raidou y Genma, le pareció curioso verlos a ellos y no a Yurika o Shizune. Pero al menos en el caso de la asistente de la quinta el trabajo debía estar ahogándola y la otra kunoichi debía estar retomando su posición enviando mensajes a los aliados de Konoha para informar la situación.
Cerca pudo ver a Konohamaru cargando a Tsubaki, era de los pocos genins que aún se encontraban en el refugio. Kurenai probablemente se demoraría en regresar, la vio adentrarse en los bosques de Konoha con un grupo de jonins y Shikamaru debía de encontrarse amarrado a una silla frente a algún mapa de la zona mientras trazaba estrategias.
—¡Lo encontré! —avisó animadamente el genin que mandó Sakura. En los brazos traía a Dango, el pequeño estaba tranquilo como siempre—. Pero creo que tiene algo malo, no se mueve mucho.
—Así es él —respondió Katt luego de acercarse al pequeño y asegurarse que realmente fuera su actitud usual.
Luego de acompañar a Nodoka hasta su casa y que el genin acomodara a Dango en la de ella, Katt regresó la mirada a su hija. La pequeña estaba tranquilamente dormida, probablemente recuperándose de todas las horas de tensión en las que no durmió.
—Esto es malo para ti... —susurró acariciándola ligeramente hasta que divisó una cola roja mecerse a su costado—. ¿¡Dónde te habías metido!? —preguntó, tratando de no elevar la voz o hacer algún movimiento brusco que despertara a Sayuri.
—En la sala —respondió Orion tranquilamente.
—¿Estabas descansando en la sala? —Volvió a preguntar, negando ligeramente con la cabeza.
—Madara desapareció, no había mucho más que pudiera hacer, así que vine a esperar.
—Pudiste buscarme, no tenía idea dónde estabas —se quejó, lamentablemente su voz despertó a la bebé—. No, no, no, vuelve a dormirte —pidió Katt mientras Orion bostezaba y regresaba a la sala ignorándola.
Casi después de una hora consiguió que Sayuri se quedara dormida, Dango por otro lado seguía despierto, pero aunque se demorara y usualmente no se quedara dormido con alguien mirando, el pequeño si dormía. Acomodó a ambos bebés en la habitación de Sayuri, por suerte Anko tenía la mala costumbre de sólo recoger a su hijo cuando se lo dejaba y las cosas que llevaba tendía a dejarlas abandonadas.
Katt dejó a los bebés y bajó a la cocina, ya estaba comenzando a anochecer por lo que decidió prepararse algo sencillo para comer y de paso darle algo a Orion antes de que decidiera asaltar el refrigerador. Con su invocación satisfecha, sin Kakashi rondando y los bebés dormidos se sentó al borde de la pequeña laguna del jardín, observando el reflejo de la luna.
Todo se sentía tranquilo, no había casi bulla en las calles y gracias a los muros de la casa la visión era completamente tranquila, dando la idea de que nada había ocurrido. Pero eso era sólo apariencia.
Pese a no haber visto desde un lugar preferencial el ataque, estaba segura de que Konoha no fue afectada como la vez anterior. Lo único visible dentro de la villa era uno de los edificios de gobierno y una sospechosa estela de humo viniendo desde la base de Danzou.
Pero ni Danzou, los documentos de la villa, o le que hubiera en esa área cercana al edificio principal, le importaban mucho. Naruto había llegado a la mitad del ataque y momentos después perdió el control sobre el Kyuubi. No tenía idea que había ocurrido ahí, ni siquiera sabía si Naruto seguía vivo.
—Buena hermana que resulté... —murmuró con desgano.
Luego del ataque había decidido no salir por su propia cuenta a buscar gente, ya fuera Naruto, Kakashi, Neji u Orion. Los shinobis de Konoha tenían el control, pero como grupo necesitaban la mayor ayuda posible de cada uno de sus miembros. Trabajar en equipo no era algo que le disgustara, el problema era hacerlo cuando chocaba contra sus prioridades. Pero luego de unos instantes notó que en realidad si se quedaba estaba apoyando su prioridad principal que era mantener a su hija a salvo, cosa que se volvería difícil si no se aseguraba la villa o esta entraba en caos.
Y ahora que se encontraba más tranquila tampoco podía salir a buscar a nadie. Tenía que quedarse con Sayuri y Dango, no podía simplemente dejarlos con Orion mientras ella salía saltando por los techos a buscar a su esposo o dos personas que bien podían estar muertas. Pese a que no le gustara, sólo le quedaba esperar, lo malo era que eso le daba tiempo para pensar.
Tenía muchas cosas que hablar con Naruto, algunas importantes que debió de haberlas dicho mucho tiempo antes, pero que no sabía si debía de hacerlo. Era sencillo querer al rubio, pero le costaba tratar de imaginarse actuando como su hermana, ella nunca tuvo hermanos, ni siquiera tíos para tratar de tocar un poco ese estilo de relación familiar; sus mejores ejemplos eran los hermanos de sus amigos, lamentablemente lo que tiende a salir más para el exterior son las discusiones y los deseos de ser hijos únicos. No pensaba tener una relación así con Naruto, esos son los problemas de los hermanos cuando ambos chicos, no cuando ya son adultos o casi adultos en el caso de él.
Respiró profundamente y cerró los ojos. No tenía caso pensar que algo malo le había ocurrido, Naruto era un muchacho fuerte y terco, sumamente terco como para morirse en un ataque el mismo día que regresa a Konoha.
—La energía sólo desapareció... no hubo ninguna explosión en ese momento —habló para sí misma tratando de animarse un poco—. No como Neji o Lee...
Aunque había estado tratando de no pensar demasiado en ellos dos, no podía borrase la expresión de Guy de la cabeza. Un hombre tan animado, siempre lleno de energía y positivo, realmente dejaba una marca al verse tan destrozado y desesperado. Al parecer no había alguna duda del destino de Lee, pero Neji... el Hyuuga no dejó rastro de haber estado presente en ese lugar, lamentablemente con las llamas del Amateratsu y Tenten inconciente en la zona, pensar que Neji no estuvo ahí era negarse a ver la realidad. El muchacho no habría dejado a sus dos compañeros solos contra Madara mientras incendiaba los alrededores.
—Y Madara quería a los Hyuuga muertos... —susurró apretando los puños ligeramente. Recordando que en su visita a unos años adelante Madara estuvo muy dispuesto a contarle algunas cosas, entre ellas como Lee trató de matarlo con la octava puerta luego de que él se encargara de Neji. Esos recuerdos eran sumamente borrosos, pero aún así los tenía presentes.
En ese momento la kunoichi estaba a punto de golpear el suelo por la cólera, pero sintió la puerta de su casa. Sin pensarlo dos veces se apresuró a la entrada y encontró a Kakashi avanzando lentamente como siempre hasta que ella lo abrazó fuertemente.
—Katt —dijo correspondiendo el abrazo y esperando a que fuera ella la que se separara.
Ella sabía que él estaba bien, no lo había visto, pero si escuchado que se encontraba por otra zona. Tenerlo cerca siempre la hacía sentir mejor, en especial en momentos como los que estaban ocurriendo en Konoha. Unos minutos después de quedarse en silencio se separó ligeramente y alzó la mirada.
—¿Sabes que ocurrió con Naruto? —preguntó, esperando que hubiera tenido tiempo de buscarlo. Aunque estuvo rodeada por otros ninjas luego del ataque no escuchó nada sobre él fuera de que se enfrentó a Pein y que al parecer perdió el control sobre el Kyuubi.
—Naruto está bien —contestó luego de unos instantes—. Estuve con él cuando acabó el ataque, pero no lo he visto ahora. No tenía idea si tú habías regresado y pasé primero por el refugio —explicó, elevando la mirada hacia el segundo piso—. ¿Sayuri-chan está durmiendo?
—Sí —afirmó ella un tanto aliviada al escuchar de Naruto—. Aunque está ronca de nuevo y como Anko está en el hospital también traje a Dango.
Kakashi sonrió ligeramente y comenzó a avanzar hacia las escaleras, pese a no haber comido casi en un día entero no tenía apetito. Tenía muchas cosas que pensar, aunque al menos su esposa y su hija estaban bien, la mención de Anko no le preocupó mucho, Katt no estaría tan tranquila si supiera que es algo grave.
—Kakashi —llamó ella quedándose atrás de él—. ¿Viste lo que ocurrió con Lee?
Kakashi se giró ligeramente y la observó. No lo estaba mirando, lo cual no era algo bueno.
—Vi la estela de luz...
—Ayudé a Guy a llegar ahí, pero... —habló en voz baja—. Sólo estaba Tenten según el grupo que llegó primero —explicó—. No sabes si Neji...
Kakashi tomó algo de aire, no tenía idea de que ella ya estaba en conocimiento de la desaparición del cuerpo de Neji. Por un lado era mejor, no tendría que decirle nada o escuchar junto a ella cuando se enterara, pero sabía que Katt le advirtió al muchacho sobre lo que podía ocurrirle, claro que él no quiso escuchar la historia completa.
—No lo sé, sólo queda esperar a que den las noticias —interrumpió—. Muchos deben de haber caído durante el ataque y otros están peleando por mantenerse vivos.
—Sí... —asintió tristemente, comenzando a subir las escaleras junto a él—. Pero... debí de haberlo obligado a que me escuchara, quizás así hubiera sobrevivido...
—Dudo que Neji haya querido saber lo que se supone estaba destinado para él, mucho actuar conforme a eso —explicó Kakashi, observándola con atención. No quería mentirle con ese tema, sabía que iba a sentirse culpable de eso, pero el estado de Neji debía de ser conocido por la menor cantidad de personas.
Al llegar al segundo piso Kakashi se acercó primero al cuarto de su hija. La bebé estaba completamente dormida y pese a que era una visión extraña el otro pequeño que se encontraba ahí también lo estaba. El jonin se quedó observándola por unos minutos sin tocarla para evitar que se despertara, se le veía tranquila y feliz completamente ajena a los problemas que ocurrían y él quería que eso siguiera de esa forma.
Katt estaba de pie a su costado, se le veía cansada y él aunque no lo dejaba notar también lo estaba. Salió de la habitación y cuando estaba en el corredor invocó a sus perros. La kunoichi no entendió en un primer momento por qué los estaba llamando, usualmente no lo hacía.
—Quédense por la casa —indicó Kakashi.
—¿Qué ocurrió en Konoha? —preguntó Pakkun luego de olfatear el aire.
—Otro ataque —respondió el jonin—. Orion está abajo, él puede explicarles.
—¿Solo quieres que vigilemos la casa? —inquirió el pequeño can. Retirándose con el resto luego de ver como su dueño asintió.
—¿Por qué los invocaste? —preguntó la pelirroja.
—Los dos estamos cansados y acaba de haber un ataque —contestó comenzando a entrar a la habitación principal—. Orion también estuvo peleando así que debe de estar cansado, un poco de vigilancia extra nunca está mal.
x x
Los corredores del hospital se encontraban en relativa tranquilidad. Los shinobi que no estaban tan graves habían sido enviados a sus hogares y los casos graves habían sido atendidos, solo alguna recaída obligaba a los médicos a sacar fuerza para retomar el tratamiento de urgencia de un paciente.
Naruto seguía sentado en donde lo habían dejado. Llevaba horas ahí, viendo a la gente pasar y pensando en Tsunade. No era una actitud usual en él, quedarse quieto mientras todo el resto daba su máximo e incluso más, pero sencillamente no sabía como sentirse.
Por momentos lograba divisar algún rostro conocido o alguna escena que le llamaba la atención lo suficiente como para olvidar por instantes lo ocurrido horas antes. Shizune fue la que más lo sorprendió; en un momento vio llegar al jonin que fue el árbitro en su examen chunin con un bebé en brazos y a los pocos minutos la asistente de la quinta acercándose a cargar al pequeño emotivamente luego de darle un beso en los labios al hombre. Naruto no tenía idea que Shizune tuviera un hijo, había escuchado de boca de Sakura que estaba casada con Genma, pero sólo eso. Aunque luego de estar más de un año fuera no debía de sorprenderle mucho.
No sabía a donde ir o qué hacer. Su casa debía de seguir como la dejó, pero no deseaba estar solo. Podía ir a buscar a Katt, pero debía de estar con Kakashi y no deseaba hablar con él en ese momento, ni con Sakura o Shizune. No quería conversar con ninguno de los que estuvieron con él y Tsunade. Pero a la vez no quería estar solo.
A Sakura la vio pasar un par de veces, se le veía cansada y no paraba de trabajar aunque algunos médicos le insistían que tomara un descanso. Escuchó a la muchacha argumentar que ella aún podía seguir atendiendo pacientes y que muchos necesitaban ser monitoreados varias veces como para ponerse a descansar. Naruto no era idiota y la conocía por mucho tiempo, sabía que simplemente estaba igual que él, la diferencia es que ella tenía algo con que ocupar su mente para alejar las cosas que no deseaba en su cabeza.
Hinata notó al rubio nuevamente, desde el pequeño cruce de palabras que tuvieron cada vez que pasaba por esa área veía que Naruto simplemente no se movía. Luego de casi un día entero atendiendo pacientes tuvo oportunidad de ir a descansar y comer algo, en menos de cinco horas tendría que regresar, pero pese a eso quería acercarse a Naruto.
—Na-Naruto-kun —llamó tartamudeando un poco. La primera vez estaba un poco desubicada de verlo y se acercó sin pensarlo mucho, pero ir junto a él con la intención de hablarle no era sencillo. Cuando el muchacho le prestó atención se demoró un poco en pensar que podía decirle, no era sencillo hablarle, se ponía muy nerviosa para empezar una conversación.
—Has estado todo el día acá ¿no? —preguntó él cuando ella no siguió hablando.
—Sí —afirmó al escucharlo—. Había muchos pacientes, aunque tengo un par de horas para descansar —explicó, para luego quedarse en silencio por unos instantes—. Tú también has estado aquí todo el día.
—Sí...
No era usual que Naruto hablara poco, el muchacho era expresivo y gustaba de hablar con la gente.
—Yo... —habló Hinata luego de tomar algo de aire y fijar la vista en la pared detrás del muchacho—. Voy a comer algo antes de ir a mí casa... pensé que como tú no te has movido... tal vez... —continuó, logrando no tartamudear a causa de lo lento que estaba hablando—, tal vez podíamos comer... juntos.
Naruto la observó extrañado, Hinata siempre le llamaba la atención cuando hablaba, si lograba escucharla por el tono que usaba claro. Al sentir la mirada del muchacho sobre ella se ruborizó intensamente y bajó la vista.
—Es que... como no has comido... —agregó tartamudeando nuevamente.
Por un instante Naruto pensó en decirle que estaba bien, pero gracias al comentario notó que si tenía algo de hambre. Llevaba un día entero sin comer y para ser sincero consigo mismo la comida que estuvo ingiriendo por un año no era precisamente agradable. Además había otro detalle, con Hinata podía tener compañía y mantenerse tranquilo.
Pese a que el rubio hubiera querido ir a comer al Ichiraku, dudaba que estuviera abierto luego del ataque y Hinata probablemente necesitaba descansar, ir a buscar comida más lejos que la cafetería del hospital era una pérdida de tiempo.
Pidieron algo sencillo de comer y se sentaron en una mesa. Hinata estaba nerviosa, miraba mucho su plato sin tocarlo; era la primera vez que comía con Naruto sin nadie más cerca. El muchacho pese a tener algo de hambre no comía con la velocidad que en un día normal lo haría incluso aunque no tuviera apetito.
Naruto posó la vista en Hinata, parecía que estuviera enferma. Se le veía cansada y por el color de su piel parecía que tenía algo de fiebre.
—Hinata ¿Te sientes bien?
—S-sí —contestó ruborizándose aún más.
—¿Segura? te vez un poco colorada —comentó, olvidándose por un momento de sus problemas.
—Sí, sólo... estoy cansada —aseguró, comenzando a comer para tratar de usar sus manos y no iniciar con el constante toque de dedos que no podía evitar cuando estaba nerviosa y con Naruto cerca.
—Quizás debería acompañarte a tu casa... o puedo buscar a alguien que vaya contigo —sugirió el muchacho, sumamente preocupado pues el tono de piel de ella seguía tornándose más rojo.
—Estoy bien...
—Puedo buscar a tu hermana, creo que la vi hace unas dos horas, ya debe de estar libre o quizás a alguien más...
—Neji-nii-san no ha venido... —comentó ella de improvisto bajando un poco la mirada y el rubor de sus mejillas. Con Naruto insistiendo en que la acompañaran no pudo evitar pensar en su primo. Desde que acabó el examen chunin se volvió bastante protector con ella, pero luego del ataque al clan tendía a vigilarla mucho más—. Me preocupa un poco, Hanabi vino unos momentos, pero como estaba atendiendo pacientes se retiró.
—¿Y tú papá? Debe de estar preocupado —preguntó Naruto. Tratando de que el escalofrío que recorrió su cuerpo al recordar la mención de Neji en boca de Madara no se notara.
Hinata se quedó inmóvil por unos instantes mirándolo. Era cierto, Naruto acababa de llegar y posiblemente no estaba enterado de nada de lo ocurrido en el ataque anterior, nada sobre lo que ocurrió a los Hyuuga, Aburame o Inuzuka, nada del destino de Kiba y Shino.
—¿Dije algo? —inquirió extrañado por como los ojos perlados de la chica dejaron de pestañar y una mirada triste se adueñó de ellos—. ¿Qué ocurrió? —insistió, quizás usualmente no se hubiera dado cuenta, pero con haber tenido una muerte cercana hace tan poco estaba más perceptivo de lo usual.
—El ataque anterior... —respondió encogiéndose ligeramente al recordar—. Alguien entró a nuestra casa.
Naruto se tensó ligeramente, quería saber que ocurrió en el ataque anterior. Pero era notorio que lo que fuera la había afectado directamente y no sabía si debía de insistirle o no.
—Atacaron al clan, Hanabi y yo escapamos, pero el resto...
—¿¡Alguien atacó a todo el clan!? —cuestionó un tanto enojado al escucharla. Le costaba imaginar a una persona atacando a uno de los clanes más poderosos de Konoha—. ¿Quién los atacó? —atinó a preguntar a pesar que un nombre ya estaba rondando su cabeza.
—No lo vi bien —respondió Hinata—. Pero por lo poco que Neji me explicó, creo que un Uchiha... —añadió, dudando un poco en mencionar el apellido de Sasuke en presencia de Naruto.
—¿Madara? —insistió el rubio visiblemente molesto. Al ver como la muchacha afirmó con la cabeza, sintió como la sangre de su cuerpo comenzaba a calentarse, estaba enojado, jamás en su vida había sentido algo así por una persona.
Naruto estaba harto de ese nombre, parecía como si su firma estuviera detrás de cada evento que lo dañaban a él o la gente que conocía. No sabía mucho de Madara fuera de los males que ocasionaba y lo poderoso que parecía ser, pese a que se veía inmensamente golpeado pudo evitar los ataques que caían sobre él mientras se dedicaba a tratar de que se descontrolara. Pero cuando comenzó a hablar, tantas cosas salieron de su boca que Naruto desconocía y ni siquiera sabía si eran verdad. Dijo que el cuarto era su padre, nadie le había revelado eso nunca y si era cierto no entendía porqué durante tanto tiempo no le dijeron nada, habló sobre Sasuke y que la villa lo había dañado, eso ni siquiera lo entendía. Pero sobretodo el nombre lo relacionaba con la muerte de Tsunade, fue Madara quien consiguió que el Kyuubi lograse aflorar y él no pudo hacer nada para evitarlo.
—Naruto-kun.
La voz de la muchacha hizo que se diera cuenta de su reacción. Se había puesto de pie de golpe y aunque no estuviera conciente estaba liberando chakra desde su cuerpo. Volvió a sentarse, por suerte el lugar estaba casi vacío y muy pocas personas voltearon a verlo.
—¿Cómo están? —preguntó preocupado, él se había enfrentado a Madara. Hinata no respondió de inmediato, pero decidió esperar.
—Mi papá nos dijo a Hanabi y a mí que escapáramos... Neji no estaba en Konoha cuando eso ocurrió —contestó la Hyuuga bajando la mirada y el volumen de su voz aún más, produciendo cierta tensión en Naruto al no escuchar una respuesta directa—. Cuando llegué con Hanabi y vimos al atacante sólo quedaba en pie mi papá...
No estaba seguro si quizás estaba interpretando mal las cosas, pero parecía como si Hinata estuviera diciéndole que Madara se había encargado de casi toda la familia Hyuuga. Miró expectante a Hinata, quería saber que había ocurrido en ese ataque.
x x
En la entrada de la villa una elegante carreta se detuvo, esperando ser escoltada por algún shinobi. Dentro de ella venía un hombre de apariencia seria y ropajes elegantes, se presentó como el portavoz del señor feudal, el cual al escuchar sobre el ataque a la villa lo envió de inmediato como su representante.
Los genins que en ese momento se encontraban cuidando intercambiaron miradas. Era obvio que no era una amenaza, si lo fuera alguna de las patrullas que rondaban la villa lo hubieran interceptado, pero no estaban muy seguros de qué hacer con el hombre.
Con algo de recelo el portavoz aceptó esperar en el edificio principal mientras buscaban a la Hokage o su asistente. El hombre no dijo nada, pero estaba conciente del fallecimiento de la quinta, la muchacha que siempre la acompañaba ya había emitido un aviso para el señor feudal y por eso es que él se encontraba ahí en esos instantes. El problema es que esperaba que el estado de la Hokage fuera de conocimiento general, y al parecer aún no lo era.
x x
El sonido de un pergamino despertó a Katt. Pero antes de poder siquiera pensar en pararse a recogerlo, Kakashi estaba de regreso a su costado leyendo el objeto. El jonin bajo ligeramente la cabeza al terminar de leer el mensaje, como si algo malo se avecinara.
—Tenemos que ir a una reunión —explicó, luego le entregó el pergamino—. Luego de eso a donde nos hayan asignado.
Katt se extrañó un poco por la actitud. El pergamino no decía mucho fuera de que se presentaran en una hora y las posiciones y equipos con los que estarían luego de la reunión, pero al parecer él si sabía de qué se trataría.
Ambos se alistaron rápido. La casa estaba un poco más llena de lo usual, los ocho perros de Kakashi seguían ahí y Sayuri quería jugar con ellos. La pequeña no los había visto mucho en realidad, pero tenía cierta manía con querer sujetar a Pakkun, quizás por ser el más cercano a su tamaño, estaba más acostumbrada a que la 'mascota' fuera gigante. Dango por su parte parecía haber entrado en un concurso de miradas con el can de lentes.
—¿Vamos a seguir vigilando? —preguntó Pakkun al ver a Kakashi tomando a su hija.
—Sí, quédense en la guardería —contestó, acomodando bien a Sayuri.
La pareja de shinobis salió de la casa llamando la atención de quienes los vieran. No eran solamente ellos cargando a los dos bebés, sino Orion y los ochos perros. En la guardería una de las muchachas que cuidaba a los pequeños se asustó un poco al ver la cantidad de animales, pero para alivio de ella Kakashi les indicó que se quedaran afuera.
El lugar de reunión era una de las habitaciones del edificio principal. Ahí estaban reuniéndose una buena cantidad de shinobis; algunas caras eran familiares para Katt y no demoró demasiado en encontrar un patrón: Todos los presentes eran jonins o jonins especiales. Giró la cabeza para notar que su invocación seguía con ellos, al parecer pensaba enterarse directamente el tema de la reunión, Katt rogó para que no ganarse algún problema por tener a Orion ahí.
La mayoría de shinobis estaban en silencio, todos se veían cansados, pero en cierto modo expectantes. Entre la gente Katt pudo notar a Naruto, con su ropa anaranjada resaltaba entre la mayoría que andaba vestidos con el uniforme. Pensó en acercarse cuando Kakashi la detuvo.
—Espera a que acabe la reunión, no van a poder hablar ahora.
Naruto también notó a Katt, pero no quiso acercarse. Luego de haber hablado con Hinata el día anterior y enterarse de todo lo que ocurrió en el ataque previo, no quería hablar con ella hasta recuperarse un poco, superar su desgano y lograr saber cómo debía de continuar eran sus prioridades. Pese a eso, le costaba asimilar que Shino y Kiba estuvieran muertos, y la magnitud de los ataques a la que estaba expuesta Konoha.
El grupo de shinobis se acomodó, en espera de que comenzara la reunión. No era difícil percibir la tensión en el ambiente, eso no le agradaba a Katt, no había trascurrido nada de tiempo desde el ataque, pero no esperaba una atmósfera de ese tipo.
Shikamaru llegó en compañía de Temari, pese a que ella no era kunoichi de Konoha poseía el rango de jonin y era representante de Suna para cualquier asunto de importancia. La joven se veía bastante seria, sea lo que fuera parecía estar enterada de la razón por la que estaban ahí reunidos.
Katt notó a Yugao acercándose. La mujer se detuvo un instante antes de posar la mirada sobre Kakashi y hablar.
—Senpai...
—No sé que ocurrió —intervino él sin dejar que ella terminara—. Cuando llegué ya había pasado.
—Entiendo —dijo ella bajando un poco la mirada antes de retirarse.
Todos los shinobi de la villa habían emitido informes respecto a lo ocurrido. Dos en realidad, uno que fue pedido casi el mismo día del incidente y luego uno más detallado, probablemente para poder ir armando que fue lo que ocurrió de prisa y luego poder analizar con detenimiento lo más importante primero. Katt sospechó que Yugao quizás deseaba saber algo que informó Kakashi.
No muchos minutos después Shizune ingresó a la habitación en compañía de Ibiki y un hombre de apariencia elegante. A Katt le pareció extraña la ausencia de Tsunade, pese a tener fama de delegar labores cada vez que podía, sabía que no se comportara así en momentos como el que estaba pasando Konoha.
El ANBU se adelantó a Shizune haciéndole una seña para que lo dejara hablar. A muchos les pareció extraño, pero ninguno de los presentes dejó escapar alguna queja o murmullo sobre la acción.
—Casi todos los jonins estamos presentes aquí —habló Ibiki sin posar la mirada en ningún lugar especial—. Los ausentes son los pocos que están dirigiendo a los chunin en las afueras en estos momentos o los que están en el hospital —continuó de manera monótona—. Muchos ya deben de estar enterados, pero es necesario hacer un anuncio formal con los jonins antes de que la villa sea informada y de ser posible se de a la vez una solución.
Katt notó como el ojo de Kakashi dejó escapar un parpadeo más notorio de lo usual. Algo en las palabras de Ibiki lo incomodaban.
—También sería conveniente que se enteraran de una vez de todas las bajas que hubieron —prosiguió Ibiki, pasando de su tono monótono a uno que realmente parecía que carecía de emoción alguna. El hombre no tomó ninguna lista y comenzó a mencionar los nombres de varios shinobis.
La idea de estar sentada escuchando los nombres de personas que cayeron en combate no le agradaba. No deseaba escuchar una confirmación del destino de Neji, al menos no rodeada de gente y como si fuera un nombre más entre el resto.
No fue sorpresa lo que la inundó cuando escucho el apellido Hyuuga, no podía evitar seguir pensando en cómo hubieran ocurrido las cosas si hubiera insistido más con Neji. Tampoco pudo evitar que sus ojos se humedecieran o que algún sonido escapara por su boca, pero todo eso quedó oculto entre los sonidos de sorpresa de varios de los presentes emitieron al enterarse de la pérdida de otro Hyuuga.
Kakashi sintió a su esposa, pero siguió firme con no revelar el verdadero destino que tuvo Neji. Por más que supiera que con eso podía aliviar a varias personas que sufrirían la pérdida del muchacho, era necesario que permaneciera oculto, lejos y a salvo de Madara.
La lista siguió hasta que la mención de Rock Lee provocó que muchos de los presentes no pudieran evitar buscar con la mirada a Guy. No era algo desconocido que el muchacho era como un hijo para el jonin y además con eso serían dos de sus alumnos los que habrían caído en batalla. No era sólo una cuestión emocional, el equipo de Guy era reconocido como uno de los más fuertes de Konoha.
La lista prosiguió hasta que casi al final el nombre de Yamato resonó en el oído de Katt. Ibiki lo llamó primero por otro nombre, pero al parecer también mencionó por el cual ella lo conocía. No pudo evitar girar el rostro para ver a Kakashi, él seguía observando al frente, pero podía estar segura que esa fue la razón por la que Yugao se había acercado minutos antes.
La noticia de Yamato tomó por sorpresa a Naruto y a Sakura quien llegó casi a la vez que Ibiki comenzó a hablar. No habían tenido mucho tiempo como equipo con él, pero formaron una buena relación. Sakura por haber permanecido más en Konoha tuvo la oportunidad de estar más tiempo con él sin necesidad de una misión de por medio. En cambio Naruto tuvo una relación mayormente profesional, fue gracias a Yamato que pudo llevar a cabo sus entrenamientos en un principio, y fue él quien lo hizo ver realmente que no debía de confiar en absoluto en el poder del Kyuubi.
—Sé que es un momento difícil para muchos, pero no hay tiempo para llorar a nadie aún —prosiguió Ibiki al terminar de mencionar nombres—. Esto pudo haber sido enviado a ustedes, pero ya que debíamos reunirnos consideré más adecuado hacerlo de esta manera —explicó el ANBU—. Hay otros fallecimientos, pero estos acarean una cantidad extra de problemas graves para la villa.
Sin dar mayores vueltas o tratar de sonar lo más delicado posible Ibiki informó sobre la muerte de la quinta Hokage en combate y ambos miembros del concejo así como Danzou. La noticia sorprendió a muchos, la mayoría estaban enterados del destino de la quinta, pero no imaginaban que pese a los daños en las respectivas construcciones donde trabajaban, los tres ancianos hubieran muerto. Eso dejaba a Konoha completamente desprotegida desde el punto de vista de política y liderazgo.
Al escuchar el nombre de Tsunade, Katt dejó de respirar por un momento. Sabía que Tsunade moriría, pero esperaba que con ella permaneciendo en Konoha eso cambiara, no pudo evitar volver a posar la mirada sobre Naruto, el muchacho parecía haber dejado de escuchar a Ibiki luego de ese anuncio. Pero ella misma logró tomar conciencia de lo que significaba la muerte de esas cuatro personas a la vez.
—Es necesario que nombremos un sexto Hokage lo antes posible, de preferencia en esta misma reunión —añadió Ibiki posando la mirada sobre Kakashi.
—Ibiki-san —interrumpió Shizune al ver lo rápido que estaba avanzando el hombre. Ibiki gruñó ligeramente antes de quedarse en silencio, esperando a que la mujer hablara.
Muchas de las miradas estaban posadas sobre Kakashi. La situación incomodaba a Katt, sabía que él no quería el cargo, que no le agradaba la insistencia del resto en el tema y de la nada estaba en medio de un gran grupo que parecía esperar que tomara la posición.
—Antes de morir Tsunade-sama nombró un sexto —explicó la mujer—. Sé que la decisión debe de ser expuesta a voto, y que muchos quizás no estén de acuerdo, pero ella decidió escoger a Uzumaki Naruto como su sucesor.
Si bien los murmullos no llenaban el ambiente podían escucharse a diferencia de minutos antes. La noticia de la decisión de Tsunade era una sorpresa para muchos, en los años desde que el muchacho se graduó de la academia había ido, poco a poco, quitando de encima suyo el desprecio que la gente de la villa e incluso muchos shinobi le tenían. La noticia causó comentarios no por estar en contra directamente sino, Naruto había estado peleando contra los cuerpos del líder de Akatsuki y eso era de conocimiento de muchos, pero la falta de experiencia del muchacho en asuntos de gobierno era algo innegable.
—Tsunade-sama cambió su elección —intervino Ibiki—. Cuando discutimos el tema con anterioridad su candidato era Hatake Kakashi.
La atención regresó al aludido. Katt deseaba en cierto aspecto no encontrarse a su costado, estaba en medio del foco de la atención y ni siquiera su 'fiel' invocación la acompañaba, el zorro había decidido irse por otro lado de la habitación al entrar a la reunión.
—La decisión de Tsunade-sama debería de ser respetada —habló Kakashi al notar que todos lo observaban en silencio—. Además yo también considero que Naruto debería de ser el sexto.
Sakura estaba observando en silencio. Cuando ella llegó donde su maestra esta ya había fallecido y nadie le dijo nada sobre sus últimas palabras. Miró a Naruto, sabía que ese siempre había sido su sueño, pero el rostro del muchacho distaba de ser el de alguien estando cerca de alcanzar uno de sus más grandes anhelos. Naruto bajó la mirada, claro que quería ser Hokage, pero había demasiadas cosas en su cabeza y corazón como para siquiera alegrarse por la posibilidad.
—El muchacho es aún muy joven, demasiado joven como para poder liderar una villa —argumentó Ibiki al ver que, nuevamente, tendría un enfrentamiento de opinión—. Estamos en la mitad de una guerra y estoy seguro que la decisión que tomó Tsunade-sama la hizo sin estar al tanto de la muerte del concejo.
—Yo no deseo el título —soltó Kakashi—. Naruto sí y ha demostrado durante todo este tiempo que es digno de serlo y sin dudas en este momento es el shinobi más fuerte de la villa.
Los murmullos regresaron. La afirmación de Kakashi era cierta, pero Naruto no era alguien balanceado, quizás para un combate era el más fuerte, pero sus habilidades como líder de un pueblo o político debían de encontrase entre las más bajas de la villa.
Muchas miradas se colocaron sobre Kakashi. Guy parecía estar conteniéndose para no hablar, pero su rostro se tornaba colorado y contrastaba notoriamente con su vestimenta. Otros shinobi también prestaban atención al hijo de Sakumo, Katt esperaba que los mayores fueran los primeros en hablar, pero contrario a lo que creía simplemente estaban observando con una mirada un tanto triste. El que Shikaku no dijera nada pese a que estuvo en la reunión en donde se discutió anteriormente y voto por Kakashi era algo que la extrañaba.
—No dudo del poder del muchacho —continuó Ibiki frotando ligeramente el espacio entre sus ojos—. Desde que lo vi en el examen chunin hace unos años noté que era distinto, pero este no es momento para tener un líder que necesitará mucho apoyo al tomar decisiones.
—Para eso está el concejo —insistió Kakashi, por un momento desviando la mirada hacia Guy que seguía en silencio tensando cada vez más los músculos.
—El cual no existe en este momento y tendremos que volver a armar luego de escoger a un sexto, sin contar que los que tomen esas posiciones deberán de ponerse al día con mucha información —replicó Ibiki, comenzando a cansarse de la negativa de Kakashi y en cierto modo preocupado de que Naruto terminara teniendo que tomar el cargo—. Insisto. No está listo.
—En todo caso no soy el único candidato apto —prosiguió Kakashi—.Tú también podrías tomar el cargo.
—¿Eso crees? Entonces quizás podemos pasar a discutir quien será el séptimo, por si lo has olvidado pocos podrían tratar de contener a Madara —soltó tratando de no sonar demasiado molesto, ya muchos conocían del regreso del antiguo enemigo del primer Hokage—. Mis mejores armas son los genjutsus y dudo mucho sirvan contra un Uchiha.
—Por lo mismo Naruto es adecuado para el cargo, él podría enfrentarse a Madara —recalcó Kakashi mientras Naruto posaba la mirada en su sensei sin saber muy bien si estar agradecido por la confianza o no.
—No quería hacer esto pero... —masculló el ANBU posando la mirada en Naruto—. Veamos, ¿qué es un plenipotenciario?
La pregunta tomó a Naruto por sorpresa. Jamás en su vida había escuchado la palabra e incluso tenía la impresión que no podría repetirla.
—¿Y bien? —cuestionó nuevamente antes las miradas acusadoras de Sakura y Shizune.
—Pleriproten... —trató de repetir el muchacho.
—No puede ni repetirlo —resaltó Ibiki sin quitarle la mirada de encima—. Estas cosas muchos las han aprendido al estar en misiones relacionadas con el gobierno ya sea infiltrándose, ocultos o recabando información. Naruto no sabe como funciona la política —prosiguió girando la mirada al hombre elegante que entró con él en un comienzo—. Él —agregó señalándolo—. Es un plenipotenciario, está aquí en nombre del señor feudal y tiene plenas capacidades de decidir en su nombre.
—Esas cosas las puede aprender con el tiempo —insistió Kakashi, no muy contento al ver que si algunos shinobi dudaron en no darle su voto a Naruto, estaban viendo abiertamente los problemas que tener un muchacho tan joven podrían traer.
—Estamos en la mitad de una guerra no es momento para tener a alguien que le faltan aprender muchas cosas, aquí si queremos tratar de salir victoriosos vamos a tener que relacionarnos con las otras naciones, aislados no vamos a llegar lejos y esto incluye a nuestros enemigos también, Iwa y Kumo quizás puedan ser manejados por diplomacia —respondió el ANBU comenzando a exasperarse—. Quizás deberíamos votar de una vez para al menos ver lo que opinan los demás.
No tomó demasiado para que se viera que una aplastante mayoría daría su voto para Kakashi. Antes de que Ibiki comenzara nuevamente a insistir el emisario del señor feudal, quien también votó por Kakashi, consideró que quizás era mejor dejar el tema enfriar antes de tomar decisiones. Katt suspiró aliviada al ver que los jonin comenzaban a retirarse y salió en compañía de su esposo mientras veía como su zorro se alejaba por su cuenta y Sakura se acercaba a Naruto.
Caminaron juntos durante un trecho en silencio. Katt pudo notar que Kakashi tenía demasiadas cosas en la cabeza y no era sólo el que lo estuvieran presionando para tomar el cargo de Hokage. Ella acababa de enterarse de los shinobi desaparecidos o muertos, pero al escuchar el nombre de Yamato se dio cuenta que Kakashi parecía estar en conocimiento de eso.
Él pocas veces hablaba sobre lo que pasaba, normalmente cuando lo hacía era porque ya lo tenía resuelto o al menos el tiempo había permitido que le fuera un poco más sencillo hacerlo. Kakashi no iba a decir una palabra sobre Yamato ni ningún otro problema que estuviera ocupando sus pensamientos.
—Nos vemos en la noche —dijo él antes de retirarse para tomar el puesto que debía. Pese a que necesitaba tiempo para pensar la villa tenía como prioridad que todo shinobi activos se dedicaran a vigilarla.
Suspiró pesadamente. Ella también debía de imitarlo e irse al lugar que le habían asignado.
x x
Katt regresó a su casa, a media tarde, trayendo a ambos bebés. Sayuri no lloró ininterrumpidamente como en otras ocasiones según la muchacha que la cuidó, por suerte eso lo tendía a hacer sólo luego de muchas horas rodeada de extraños.
Al anochecer, Kakashi regresó. Cenaron juntos, mientras Orion trataba de conseguir más comida de lo que le servían como era usual. En general parecía que todo estaba como siempre, pero al terminar la cena el jonin se sentó en la puerta de la sala que daba al jardín, al parecer mirando la nada.
La kunoichi observó por unos instantes, quería acercarse y hacer que hablara con ella, pero por más que en su opinión la actitud de guardarse todo adentro no era saludable, era decisión de él como manejar sus sentimientos. Al menos mientras simplemente no pasara de estar sumido en sus pensamientos.
Kakashi tenía demasiadas cosas en que pensar. La villa entera estaba presionándolo para que fuera el sexto y aunque no lo dijera sabía que Katt también pensaba de la misma manera. Él no deseaba aceptar esa posición, no se veía como un líder a esa escala, sin contar que tomar ese puesto lo obligaría a no poder estar con su familia en caso las situaciones a futuro se volvieran mucho peor.
La quinta había dado su confianza a Naruto y él sabía que no fue algo simplemente decidido sin pensar. Naruto había mejorado enormemente, sin dudas su progreso sobrepasó las expectativas que tenía en él y no por primera vez. En el momento en que lo asignaron a ser sensei del hijo de su maestro considero al muchacho interesante, pero jamás imaginó que llegaría a donde estaba en esos momentos. En la misión contra Zabuza, en la invasión de Suna a Konoha, el valle del fin, cuando regresó con Jiraiya, y el entrenamiento en el que consiguió superar incluso el límite que había tenido Minato; cada uno de esos momentos demostró el potencial del muchacho.
Era distinto a Sasuke, un tipo bastante peculiar de prodigio que simplemente no se podía apreciar a primera vista como en el caso del Uchiha. Pensar en Sasuke no le hacía bien tampoco, a él le falló como maestro, asumió que con un par de palabras podría contener todo lo que estaba acumulado dentro del muchacho. Tal vez por eso es que el destino simplemente no los había vuelto a cruzar desde esa ocasión, la última imagen que tenía de Sasuke es en silencio sentado en la rama de un árbol.
También estaba el hecho de que Tenzou estaba muerto. Era una de las pocas personas que lo conocían bien, no porque se hayan sentado un día a hablar sobre su pasado, sino por el tiempo que trabajaron juntos como ANBUs y la cercanía a los momentos que marcaron parte de su vida. Estar en el mismo equipo durante mucho tiempo hace que conozcas a la gente aunque quieras mantenerte al margen y eso fue en parte lo que ocurrió con ellos.
Katt se acercó al verlo en silencio y sin moverse por tanto rato; llevaba más de una hora como si fuera una estatua. No quería interrumpirlo, pero perdió la pelea contra ella misma por tratar de retenerse y dejarle su espacio.
—Tuve un encuentro con Madara —habló él al verla a su costado, sorprendiéndola un poco al escuchar el nombre de Madara en la primera oración que formaba luego de tanto rato—. Dijo algo sobre los Uchiha y una misión encargada a Itachi —añadió, esperando algún tipo de respuesta a un tema que también rondaba su mente fuertemente y girando el rostro en dirección a ella cuando no escuchó nada.
Cuando Kakashi la miró, ella desvió la mirada.
—¿Lo sabías? —preguntó él.
Katt abrió ligeramente la boca para responder, pero no lo hizo. Siempre había tenido problemas para guardar secretos o contenerse antes de comenzar a soltarle a alguna persona la mitad de su vida o problemas, pero no fue así con el tema de los Uchiha. No había querido hablar, no tenía idea con quien hacerlo, a fin de cuentas era la palabra de Itachi y no creía que esta tuviera peso.
Kakashi siempre la había observado con más detenimiento cuando tomaba una posición del lado de Itachi. En muchos aspectos no tenía sentido que lo hiciera, pero jamás trató de indagar demasiado o forzarla a que hablara, pero una orden para asesinar al clan Uchiha jamás pasó por su cabeza como una posible razón.
—Itachi dijo algo cuando me habló sobre Madara —contestó luego de unos minutos, manteniendo la voz baja.
—¿Por qué no lo dijiste?
—No lo sé... supongo que... —respondió, haciendo una pausa por un instante—. Que no creí que se fuera a saber o que la palabra de Itachi fuera a servir de algo—continuó antes de mirarlo tristemente—. Cuando me enteré, por un momento pensé en hablar de cualquier forma, pero luego recordé a Obito... aunque hubiera sobrevivido, sólo unos años después y por orden de la villa... —continuó, sin poder expresarse como quisiera. No quería tener que decirle a Kakashi que aunque hubiera sido capaz de salvar a Obito luego este sería asesinado como el resto de su clan.
Kakashi abrió ligeramente su ojo al escuchar el nombre de su amigo. La imagen del cuerpo de Obito en posesión de Madara provocó una reacción visible en su cuerpo, que por suerte su esposa no percibió al no tener la vista clavada en él permanentemente. Tomó aire por un instante, comprendía que ella no hubiera querido hablar sobre la matanza, hubiera sido muy difícil de creer e incluso con Danzou rondando el sólo decirlo era peligroso. Pero sus palabras provocaron una ligera sensación de enojo, pese a lo que le decía, ella no debió de ocultárselo si sabía de Madara y el cuerpo de Obito.
El jonin fijó la mirada sobre la pelirroja, pese a la situación y a que no se encontraba emocionalmente en el mejor de sus días no pensaba perder el control, en especial sin estar completamente seguro de que lo ameritaba.
—¿Has visto a Madara sin máscara? —indagó, usando todos sus años de experiencia como shinobi para camuflar bien sus emociones.
—Sí —contestó Katt ligeramente extrañada por la pregunta y un tanto incómoda al ver que él se quedó observándola en silencio con una expresión que parecía develar ligeramente algo de curiosidad—. ¿Hay algo en especial con eso? —preguntó, no sería primera vez que pasaba por alto algún detalle importante.
Kakashi se relajó ligeramente al escucharla.
—¿Se veía igual que la estatua del valle del fin?
—Sí... —contestó extrañada—. ¿Debería de verse distinto?
—No, supongo que no.
Ello lo miró extrañada, controlando el impulso de preguntarle que era lo que no le estaba diciendo. Pero no lo hizo, no parecía muy correcto luego de que ella no había dicho nada sobre los Uchiha.
Además, Kakashi no estaba bien. No era algo notorio, en realidad a primera vista se veía como siempre, un poco más apagado quizás, pero con la presión que recaía sobre él con casi toda Konoha pidiendo que tomara el cargo de Hokage, la muerte de Yamato y los mismos ataques constantes a Konoha, estaba segura que distaba de estar bien.
Los ruidos viniendo de su hija hicieron que su atención regresara al interior de la sala, en donde estaba Orion con los dos pequeños. El zorro se había aburrido de entretenerlos con las colas y estaba acercando su boca como si tratara de comérselos.
—¡Oye! —exclamó Katt al ver como Sayuri trataba de gatear para no estar dentro de la boca de Orion—. ¡No es un bocado! —añadió acercándose para levantarla del suelo mientras Kakashi sonrió ligeramente antes de regresar a mirar la nada.
—Ya lo sé, pero quería ver si también era extraña —comentó el zorro acercándose a Dango y rodeándolo con su boca sin obtener ninguna reacción del pequeño—. Creo que este vino defectuoso.
—Yo no haría eso si fuera tú —advirtió Katt un tanto asustada—. Sabes que Anko tiende a tratar de matar a la gente que se come sus dangos...
Realmente a primera vista todo se veía como siempre. Katt en vanos intentos por controlar a su invocación, Sayuri balbuceando en busca de atención, Dango sentado como si no pasara nada alrededor de él y Kakashi a un costado tranquilo.
Pero un par de minutos después la puerta sonó. Katt dejó al zorro advirtiéndole que no siguiera tratando de comerse a Dango y caminó hasta la puerta. La pelirroja aparentaba estar bien, las discusiones con su invocación tendían a relegar a segundo plano casi cualquier otro asunto, pero al ver quién tocaba la puerta el nombre de Neji regresó a primer plano.
—Guy...
—Katt —saludó el hombre visiblemente serio— ¿Está Kakashi?
—Sí —asintió ella, moviéndose a un costado para que pasara—. Está en la sala —informó. Quizás pecaría de ser mala anfitriona dejando a la gente que la visita por su cuenta, pero Guy era amigo de Kakashi no un extraño.
Cerró la puerta lentamente. Pensando en que quizás debió de haberle preguntado como se encontraba Tenten.
Al avanzar unos metros detrás de él vio como Guy se colocaba junto a Kakashi. Luego de improvisto, al momento en que su esposo elevaba la mirada, la bestia verde de Konoha lo golpeó fuertemente en el rostro, lanzándolo con el impulso hasta el jardín.
Ella se quedó inmóvil por un instante, le costó procesar lo que acababa de ver. Guy era una persona que siempre tenía sus emociones a flor de piel, pero jamás se imaginó que golpearía a Kakashi. El llanto de su hija fue lo que provocó que reaccionara, el sonido asustó a la pequeña que se encontraba a un par de metros de donde estaba su padre.
—¡Guy! —llamó Katt al ver que el hombre giró ligeramente el rostro en dirección al llanto y luego de quedarse quieto un instante saltó al jardín. Cuando ella llegó a donde ocurrió el ataque, Orion se colocó a su costado, observando con curiosidad.
—Si uno cae inconciente me lo como —comentó alegremente. Katt lo observó un tanto molesta—. ¿Qué? ¿Realmente crees que van a pelearse?
Katt iba a responder, pero vio como Guy se encontraba de pie en frente de Kakashi sin moverse. Su esposo estaba sentado en el suelo, ya recuperado del impacto inicial del golpe que lo lanzó un par de metros hasta tocar el suelo. La pelirroja lo dudó un momento, Guy había estado callado durante toda la discusión sobre la elección, pero se notaba que la negativa de Kakashi lo afectaba. Pese a eso el zorro tenía razón, esos dos no iban a matarse.
Al calmarse un poco fue a atender a su hija. Sayuri seguía llorando sentada en el suelo en donde segundos antes había estado tratando de jugar con Dango. El otro pequeño seguía en silencio, como si estuviera demasiado acostumbrado a los ruidos fuertes o simplemente no le llamaran la atención.
Kakashi se quedó en silencio esperando. Sabía porqué Guy había reaccionado así, pero no tenía sentido que le dijera nada, en la reunión ya había dicho que no pensaba ser Hokage.
—Konoha necesita que seas Hokage —habló Guy, tratando de mantener la calma. En un primer momento había ido a la casa de Kakashi para hablar con él y tratar de convencerlo de que tomara el puesto. Pero al verlo no pudo evitar soltar su frustración sobre él. Sabía las razones por las que no deseaba el puesto y hasta un punto las comprendía, por eso no habló durante la reunión, pero pese a eso estaba conciente que su amigo era el único candidato que en ese momento realmente podría tomar el cargo y simplemente se negaba—. ¿Crees que estás protegiéndolas así?
Katt se quedó de pie dentro de la sala calmando a su hija. Podía escuchar algunas de las palabras de Guy, la voz del hombre siempre resaltaba, sólo esperaba que el mutismo que Kakashi posiblemente tomaría no provocara otro arranque en Guy.
—¿Qué va a pasar cuando alguien más se vuelva Hokage? ¿Planeas poner en los hombros de Naruto esa responsabilidad? —preguntó molesto Guy—. ¡No está listo y lo sabes! —continuó Guy apretando los puños mientras observa a Kakashi quieto—. Si estás planeando estar a su lado durante todo esto aconsejándolo, ¡deberías de ahorrárselo y aceptar el cargo tú! —prosiguió, estaba conciente de que aunque pareciera estar hablándole a una pared Kakashi escuchaba, el problema era que la actitud del otro jonin era difícil de manejarse, en especial cuando él mismo no se encontraba en completo control—. Si eres Hokage puedes asegurarte con tus propias manos que esto termine... que Konoha pueda salir de esta guerra en lugar de estar pensando en que hacer si lo peor ocurriera —soltó, viendo como el ojo visible reaccionó ligeramente—. No eres el único que tiene un su cabeza que quizás en algún momento la situación llegue al punto en que no haya Konoha que defender y tengamos que huir... —dijo bajando el tono de voz y la mirada—. El enemigo es demasiado poderoso... de eso todos somos concientes, por lo mismo necesitamos dar lo mejor de cada uno y en este momento lo que tú puedes darnos es volverte Hokage, con otro en el cargo la villa se debilitará y ahí no tomará nada en que nos destruyan.
Kakashi claro que estaba escuchando a Guy, quizás en una situación normal no pondría en duda su decisión lo que estaba diciendo, pero algo que dijo hizo que recordara la insistencia de Katt con que tomara el cargo anteriormente. La mayor había sido incluso más cortante al decir que el sexto debía de ser el mismo que en su época.
Guy observó un cambio en la mirada de Kakashi, como si estuviera comenzando a pensar nuevamente en lugar de simplemente escucharlo. El jonin se extrañó, sabía que iba a ser complicado que cambiara de opinión, no pensó que reaccionaría tan rápido.
—Dale la oportunidad de crecer en Konoha —agregó girando ligeramente la vista hacía la casa antes de comenzar a alejarse lentamente—. Lo siento —se disculpó Guy, deteniéndose un momento, al ver a Katt con la bebé ya tranquila y sin esperar alguna respuesta de parte de Kakashi se retiró.
Pudo ver como Katt se acercaba, posiblemente para ver que tan serio o no fue el golpe, no podía culparla, la mujer sabía que los golpes de Guy no eran algo que tomar a la ligera. Regresó con ella al interior de la casa y volvió a sentarse, pensando ahora en Madara. Él había estado moviendo los hilos de todo lo que estaba ocurriendo, pero no se dio a conocer tan abiertamente hasta poco más de un año antes.
Era manipulador, pero la pregunta era qué tanto. Sino fuera por estar con Katt y tener a Sayuri el hubiera aceptado, no de la mejor manera, pero lo hubiera hecho. Según lo que Katt le contó, ellos no estuvieron juntos en la época de la mayor, pero él era Hokage y al parecer Madara no deseaba que eso volviera a ocurrir.
x x
El movimiento del cuerpo que reposaba a su costado la despertó. No era usual que se levantara tan temprano si no había la intromisión de algún pergamino en plena madrugada. El sol aún no había salido, pero Kakashi ya se estaba moviendo.
—Aún no tienes que salir —comentó él al verla tratar de sentarse.
—¿Vas a salir? —preguntó frotando ligeramente sus ojos, llevaba tres noches en las que no había logrado dormir bien.
—Sí —afirmó luego de unos instantes, como si estuviera pensando la respuesta—. Supongo que tengo muchas cosas que arreglar.
—¿Arreglar? —repitió ella extrañada, no era muy hábil captando el mensaje detrás de una frase cuando acababa de despertarse.
—Hay muchas cosas que deben de estar en pendientes en Konoha, han pasado tres días enteros en que no se han atendido —contestó. Katt parpadeó un par de veces y luego recién comprendió que estaba diciéndole
—¿Vas a aceptar?
Kakashi sonrió ligeramente antes de salir de la habitación.
x x
Ibiki ingresó a la oficina del Hokage cuando recibió una nota de que debía de acercarse al lugar, vio a Kakashi sentado ahí, esperándolo al parecer. No se sorprendió mucho, había escuchado parte de la conversación de Guy con él, el otro jonin no había tenido muchas consideraciones con los vecinos.
—Hokage-sama —saludó, de cierta forma satisfecho—. Avisaré para que traigan todos los reportes aquí y Shizune se encargue de anunciar la noticia. Luego de eso regresaré a mis labores habituales, llevo demasiado tiempo dejándolas de lado.
—Claro —contestó Kakashi antes de hacerle una seña a un chunin para que entrara a la oficina.
—Ibiki-san ¿Desea que dejemos todos los muebles de las oficinas del concejo o prefiere llevar los suyos? —preguntó tranquilamente.
El ANBU levantó una ceja y lentamente posó la mirada sobre Kakashi que estaba sonriendo de tal forma que incluso podía notarse a través de la máscara. Al parecer no planeaba ser el único con un trabajo que no quería.
El manga... Realmente ya no sé si quejarme o simplemente debería de ignorarlo por completo, reírme y listo... ¡pero no puedo! ¿Un brazo lleno de sharingans? Cada vez Kishimoto se excede más. Ver más representantes de los clanes no es malo, el problema es que es tan salido de la nada... ahora todos son parte de un clan o con algo extraño encima.
Detalle que me "molesta", en una entrevista de este año comentó que quería hacer al bebé de Asuma y Kurenai mujer... con la suerte que tengo seguro que le pone Tsubaki (Es una flor roja, conocida por el Japón y que para colmo en idioma de las flores es algo como "Anhelo por la persona amada" no tengo a la mano el significado exacto, pero encaja un poco con la relación de Asuma y Kurenai)
Ya ando de vacaciones y con el propósito de terminar mi fic antes que Kishimoto termine poniendo una Sayuri-chan por ahí xD (Hablando de Sayuri, la pobre bebé sólo anda tranquila cerca de sus papás o a Orion :P) Ahora pondré unos momentos más tranquilos que espero sirvan para poder retomar la relación de Katt y Kakashi nuevamente en su estado más normal, él anda medio mal y ella también, pero a fin de cuentas por cosas que ya no pueden cambiarse (Ahora aquí hay un problema, tanto yo como mi beta tenemos un grupo de menos de una mano por cada uno por el que realmente nos afectaría si se murieran, así que es complicado expresar este tipo de sentimientos o reacciones para el fic, simplemente a mí en lo personal solo me interesan a ese grado dos personas y no las he perdido...)
Comentarios, sugerencias, quejas, preguntas o carne para el dios zorro son siempre bienvenidas (¿OoC?, momentos delicado son complicados, y recuerden que Naruto y sus amigos andan más viejos que en shippuden). Este capítulo tuve que cortarlo, iba a ser más extenso, pero ya me pareció demasiado y era buen momento para dejarlo.
Gracias a los que dejan reviews y lamento no haber respondido la mayoría en estos días, pero bueno ahora que estoy de vacaciones podré hacerlo nuevamente (aunque me facilitan la vida si los dejan logueados xD)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro