Capítulo 93: Tocando fondo
—¡Sasuke! —El grito emitido potentemente por una voz femenina retumbó a varios metros de distancia por las calles vacías de Konoha.
En el momento en que escuchó su nombre giró. No fue complicado reconocer a la persona que lo llamaba, pero la imagen llamó su atención y en cierto aspecto le recordó la última vez que se cruzó con ella.
Sasuke y su equipo habían penetrado a la aldea sin ser detectados, todos los combates estaban ocurriendo fuera de la villa y pese a que había tenido que utilizar el Amateratsu para terminar de encargarse de ambos miembros del concejo, antes de gastar demasiado tiempo con ellos, no esperaba que de todas las personas que podían haber estado en las inmediaciones para ver su técnica y poder acercarse, justo tuviera que aparecer alguno de sus antiguos compañeros de equipo.
—Sakura —pronunció, mirando a la muchacha sin variar el semblante de su rostro.
Al escuchar el nombre femenino, Juugo asumió que Sasuke la conocía, por lo que simplemente se quedó quieto, sin intención de intervenir. La kunoichi que venía hacia ellos se veía ligeramente lastimada, nada demasiado grave, pero estaba en obvia desventaja numérica e incluso aunque estuviera sola contra Sasuke, estaba seguro de que el poder del Uchiha no era superable.
La imagen de una kunoichi de cabellos rosas, avanzando violentamente en dirección a Sasuke, provocó cierto recelo en Karin al momento en que escuchó el nombre de la joven provenir de la boca del Uchiha. No se necesitaba mucho sentido común para saber que no venía a hablar o coquetear con él, pero el que Sasuke se dignara a voltear y reconocerla ya era algo significativo viniendo de alguien como él, sobretodo en los últimos meses en donde había estado mucho más cerrado en sí mismo.
Suigetsu fue el único que al ver a alguien con la bandana de Konoha sonrió. Ya que ninguno de sus compañeros se movían, inclusive el que parecía ser el objetivo, decidió hacerlo él. Una kunoichi con cabello de un alegre color rosa no era exactamente lo que él consideraría un combate entretenido, pero con algo de suerte sin intromisiones del resto al menos le serviría un poco. Con un rápido movimiento se interpuso en el medio de la ruta por donde estaba por pasar Sakura, a solo dos metros del lugar en donde estaba de pie Sasuke.
La kunoichi notó al intruso blandiendo una gran espada y vio como la imagen de Sasuke desaparecía de su vista, bloqueada por el recién llegado. La sensación de perderlo nuevamente estando tan cerca caló más dentro de ella. Ya no estaba segura que quería con él; golpearlo, traerlo de regreso, salvarlo... ¿Pero salvarlo de qué?, Orochimaru e Itachi estaban muertos, y ahora el Uchiha estaba acompañado por nuevas personas, vistiendo la túnica de Akatsuki y atacando la villa. Si la última vez que lo vio en la guarida de Orochimaru pensó que estaba cambiado, no se comparaba a la imagen que tenía en frente. El único peligro para Sasuke era él mismo, y el camino de odio sin sentido por el que por propia voluntad decidió caminar. Sin una respuesta clara en su cabeza, pero dispuesta a que en esa ocasión nada se interpondría, su puño se cargó de chakra y se envolvió en una luz azulada antes de retrocederlo para lanzar el golpe.
Suigetsu observó con curiosidad por un breve instante. El puño de la muchacha estaba envuelto en chakra y extrañamente no parecía tener intensiones de abrirse para llegar a Sasuke, simplemente parecía que pensaba pasar por encima de él. Esbozando una sonrisa divertida colocó la espada de Zabuza en frente, a modo de escudo, y en cuando cubriera o desviara el golpe simplemente la sacaría de balance y comenzaría a atacarla.
Pero al instante en que el puño chocó contra la espada, el arma se partió, permitiéndole a la kunoichi acertar el golpe directamente al rostro de Suigetsu.
El cuerpo del compañero de Sasuke salió despedido con potencia, obligando al Uchiha y los dos otros miembros de Taka, a salir del camino para evitar ser arrastrados por lo que era casi un proyectil humano. Al momento del impacto contra la construcción más cercana, Suigetsu explotó como un globo de agua antes de ser cubierto por pedazos de concreto que se desplomaron.
Sakura observó por un momento, Sasuke ya no se encontraba en frente de ella, pero algo captó su atención por unos segundos. Cuando el shinobi que se puso en su camino recibió su golpe, este soltó el mango de la espada que ella rompió y recién tuvo unos instantes para admirarla bien. Era un arma inusual y las probabilidades de que hubiera dos iguales eran mínimas. Volvió a apretar con fuerza su puño y giró para encarar a Sasuke; el recordar los momentos en que habían estado juntos como equipo únicamente la frustraba aún más.
El Uchiha se encontraba solo a un lado, los otros dos shinobis estaban separados de él, pero pudo ver como sus ojos ya no estaban de color negro, había activado su sharingan. Nuevamente corrió en su dirección, viendo como este desenvainaba su espada, al parecer tan dispuesto a pelear como ella.
Sasuke esquivó los golpes con facilidad, era capaz de lograr que no lo tocaran, su nivel de combate cuerpo a cuerpo era superior, pero la potencia con que eran esgrimidos en su contra generaba una presión de aire que no le permitía moverse con plena fluidez. Sakura estaba totalmente concentrada en atacarlo, evitar la espada era algo secundario, no le importaba si esta la cortaba ligeramente en el intercambio de ataques y sólo evitaba los cortes que podían ser realmente graves, pese a que ya no se encontraba frente al Sasuke que conocía, no pensaba que sus armas tuvieran veneno.
Con un pequeño movimiento, Sasuke tomó el kunai que reposaba sobre la pierna de Sakura y girando velozmente sobre su sitio, luego de esquivar uno de sus golpes, enterró la pequeña arma en un costado del cuerpo de la kunoichi, pasando muy cerca del estómago, pero a causa del movimiento sólo tocando la carne. Sakura vio el golpe venir, pero no pudo evitarlo, si debía de preocuparse por algún arma, la katana tenía prioridad.
Sin embargo, al instante en que ella sintió como el metal acertaba contra su cuerpo abrió más sus ojos. En un momento inicial fue sorpresa, pero luego, casi de inmediato, cólera por no percatarse antes lo que estaba ocurriendo. La sensación de dolor le dio una pista, la sangre y la forma en que sentía sus músculos cortados no era la que tendría si realmente fuera un kunai, recordaba bien una sensación similar el día que peleó contra Sasori, cuando este la atravesó con una espada.
Juntó sus manos y salió del genjutsu, viendo en ese instante a Sasuke sujetando la katana en contra su cuerpo y el kunai que le quitó, aún en poder de ella.
Al verlo tan cerca e inmóvil, la kunoichi elevó su puño y lo dirigió directamente hacia él, a pesar de no tener un ángulo favorable para acertar el golpe. Sasuke pestañeó por un instante al percatarse de esto y con rapidez se impulsó hacía atrás, sacando la katana en el proceso y escapando de un golpe que generó un cráter por el impacto.
Si Sakura hubiera tratado de retroceder para retirar el kunai y luego moverse, posiblemente la katana hubiera seguido su movimiento provocando un daño mucho mayor, en especial considerando la fuerza con la que se estaba moviendo en contra del Uchiha.
Los compañeros de Sasuke observaban el combate. Karin estaba impaciente, esperaba que Sasuke terminara rápido con la kunoichi de Konoha para poder seguir avanzando y el que Juugo no estuviera dispuesto a intervenir no mejoraba su humor.
—Mejor localiza a Danzou, Sasuke no se demorará mucho más —sugirió Juugo al ver a la pelirroja fastidiada por la demora.
Viendo que Sasuke tomó distancia, Sakura aprovechó para comenzar a cerrar la herida y tratar de calmarse. Tuvo suerte de que haya sido un genjutsu sencillo, probablemente él estaba reservando chakra para algo más o simplemente no la consideraba suficientemente peligrosa para utilizar alguna de sus técnicas oculares.
El Uchiha vio el chakra verdoso emanando a la al altura de la herida que acababa de generar con su espada. Orochimaru y Kabuto en alguna ocasión mencionaron que Naruto y Sakura habían peleado contra miembros de Akatsuki, pero pese a eso jamás se interesó por averiguar sobre la evolución en la habilidad de estos.
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Naruto vio su intento por tratar de acercarse a la zona de las llamas negras truncado por varios miembros de Akatsuki. Todos eran de cierta manera similares: ojos con un patrón circular extraño, cabello naranja y varios piercings decorando sus rostros.
—Tu pelea es conmigo Jinchurki del Kyuubi —habló Pein segundos antes de que el invocador trajera una extraña ave de gran tamaño con el mismo patrón circular en los ojos.
—Ten cuidado —advirtió Fukasaku desde el hombro de Naruto, observando la reunión de cuerpos con el Rinengan—. El fue quien asesinó al pequeño Jiraiya.
En ese momento, la atención de Naruto se enfocó completamente en Pein. Las llamas negras que resaltaban como único punto de combate dentro de Konoha pasaron a un segundo plano. No sólo estaba frente a quien separó a Jiraiya de su lado, sino que eso quería decir que se encontraba en presencia del líder de Akatsuki, el causante de que tanto él como Gaara hubieran sido cazados.
La presencia de Naruto encima de Gamabunta detuvo por unos segundos los combates que se realizaban en las cercanías. La imponente rana era difícil de ignorar y la presencia de tantos cuerpos con túnicas de Akatsuki tampoco facilitaba quitar los ojos de encima.
Para el momento en que Naruto apareció, los combates ya se habían diseminado por varios sectores circundantes a la muralla de la villa. Algunos combatían sobre la construcción, otros en la zona interior dañando los pocos edificios que estaban erigidos ahí, pero la mayoría se encontraba peleando afuera, utilizando el bosque a su favor. Ya no había grandes aglomeraciones de shinobis lanzando olas de ataques, en ese momento varios grupos de unas cuantas personas se enfrentaban a una buena distancia entre ellos.
Tsunade tomó aire fuertemente. Se había quedado sola, el cuerpo de Pein contra el que se enfrentaba desapareció de su presencia instantes después de la llegada de Naruto. No se necesitaba ser un genio para saber donde se había metido el miembro de Akatsuki. La Hokage cerró los ojos por un instante, tratando de relajar su cuerpo. Como lo sospechaba, ella ya no estaba en condiciones de mantener un combate de nivel tan alto. Pero la desaparición de Pein fue sólo un respiro pasajero, pese a su estado no podía simplemente quedarse ahí mientras Naruto se enfrentaba a quien logró vencer a Jiraiya, por más que hubiera mejorado, no podía simplemente quedarse a mirar y arriesgarse a que algo le ocurriera, en especial luego de haber visto al shinobi que se enfrentó a Tenzou.
Tenzou. El supuesto Madara aprovechó una de las técnicas de Pein para alejar su combate y que ella no pudiera intervenir. No sabía cuál era el estado de esa pelea, pero Naruto en ese momento era su prioridad.
Avanzó con dirección a la Gamabunta, al menos era imposible no localizar el lugar del enfrentamiento. Cada cierto tramo podía ver cuerpos de ninjas de Kiri o Ame y en extrañas ocasiones alguno de Konoha; estaba segura de que no significaba una supremacía de combate por parte de su villa, simplemente que ellos tenían una cantidad mayor de médicos y la facilidad de que podían conseguir atención en una distancia relativamente corta.
—¡Hokage-sama!
No se detuvo al escuchar que la llamaban. Reconoció la voz y pudo sentir que se estaba acercando a ella.
—Genma —dijo Tsunade cuando el shinobi la alcanzó—. Reúne un grupo y dirígete hacía el este; Yamato debe de encontrarse ahí peleando contra el que asesinó al clan Hyuuga... si es que aún no es muy tarde.
—¿Y Naruto? —preguntó el shinobi, observándola. Shizune se había visto extremadamente preocupada por la quinta desde la última pelea que hubo en la villa, para él la Hokage se encontraba bien, pero su esposa conocía por mucho tiempo a la mujer, había algo que obviamente él no estaba viendo.
—Yo me encargaré de eso —respondió, desviando la mirada hacía él al sentirse fijamente observada—. También necesito que mandes a alguien a buscar a Ibiki para que comience a encargarse de retomar una buena posición defensiva, la presencia de Naruto quizás juegue a nuestro favor y podamos comenzar a empujar a los enemigos fuera de Konoha.
—Avisaré para que un grupo le de el alcance...
—No es necesario —cortó la mujer—. Deben de haber shinobis en la zona, me reuniré con ellos si es necesario —explicó—. Y que Ibiki ponga en prioridad el sacar a los heridos mientras avanza, en este momento no podemos esperar a que la zona esté asegurada para enviar a los médicos.
—Sí... —contestó Genma, mirando a la Hokage por un instante más antes de detenerse y comenzar a avanzar en dirección contraria.
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Casi al borde de lo que podría considerarse el terreno de combate, Kakashi se apresuraba con dirección a donde se sentía la presencia de Naruto. Orion lo acompañaba, aunque sólo por el hecho de que el olor de Madara provenía de la misma dirección, claro que viendo las distancias era difícil de identificar si estaba en el mismo lugar que el rubio o en una zona central.
—La próxima vez no le sigas el juego a Madara, te trajo muy lejos —se quejó Orion.
—Lo sé, pero fue a Yamato al que arrastró hasta aquí —respondió Kakashi. La zona en la que se encontraban estaba desierta, solo con rastros de batallas ya terminadas.
—Siempre hacía lo mismo —habló Orion—, separaba a sus oponentes y los mataba donde estaba seguro que no recibirían ayuda... así podía jugar con ellos, humillarlos sin tener que estar pendiente de que pudieran llegar refuerzos —continuó, recordando sus días al lado de Madara—. Claro que, antes no podía moverse de esa forma tan práctica...
—Ha pasado mucho tiempo desde que se separaron, alguien como él no iba a permanecer sin mejorar —opinó Kakashi.
La mirada de ambos se desvió hacía un costado. Había movimiento a varios metros de ellos, pero no parecía que se estuvieran acercando en su dirección, sino que, estaban dirigiéndose de donde ellos venían. Orion olfateó el aire, reconoció ligeramente uno de los aromas, probablemente eran shinobis de Konoha.
—Ya están comenzando a tratar de tomar toda esta área —explicó Kakashi sin detenerse—. Igual necesitan ir hacía allá para establecer el perímetro, no sirve de nada que avisemos que ya no hay enemigos en la zona —continuó, sin detenerse, desviando la mirada hacía el zorro—. ¿El aroma de Madara está en esa dirección también?
—Sí —afirmó la invocación—. No tengo nada en contra de Naruto, pero me interesa más seguir a Madara.
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Aún había algunos focos de combates dentro de lo que podría determinarse dentro del perímetro de la villa, pero Ibiki ya había recibido sus órdenes y, ya que en general todo estaba siendo controlado, comenzó a dirigir a los shinobi.
Empujar a Kiri y Ame hacía el bosque y el envío de equipos de médicos a las zonas recuperadas era en lo que debía de centrarse. Detestaba realmente esos combates a gran escala, en esos momentos se notaba más que su posición como líder del escuadrón de interrogación y tortura de los ANBUs quedaba en segundo plano. La Hokage lo tenía muy en alto, confiaba en su capacidad para mantener la cabeza fría y dar órdenes en momentos como esos.
Shizune al enterarse de la situación, decidió tomar un equipo de médicos y avanzar en dirección a Naruto. Si Tsunade se encontraba en esa área era probable que fuera a necesitar apoyo médico luego de que todo terminara y ella era quien conocía mejor su estado de salud.
El combate entre los cuerpos de Pein y Naruto había iniciado. El Akatsuki llevaba esperando mucho tiempo ese enfrentamiento y la posibilidad de capturar al zorro de nueve colas.
La gran rana que acompañaba al jinchuriki se encargó de contener las múltiples invocaciones que era capaz de realizar, pero no era la única invocación del rubio; sobre uno de sus hombros descansaba una de las ranas que había acompañado a Jiraiya.
Los ojos de Naruto ya no parecían poseer la misma apariencia que los de un humano normal, tampoco estaban en su forma alargada que denotaba el chakra del Kyuubi fluyendo por su cuerpo. Eran dorados y muy similares a los de un sapo y estaban clavados sobre Pein.
Estar en frente de quien asesinó a su maestro no era algo sencillo, quería saltarle encima, pero si quería derrotarlo tenía que pensar, además de mantener su concentración o perdería el modo ermitaño. Naruto tomó aire y se lanzó para iniciar sus ataques, llevaba más de un año entrenando y ese era su primer combate real en mucho tiempo, pero no podía permitirse perder o necesitar ayuda, no luego de comprender el poder que el portador del Rinnengan debía de tener.
Tsunade se encontraba cerca cuando pudo sentir el inicio de la batalla. La energía que utilizaba uno de los cuerpos de Pein para controlar la gravedad había lanzado varios escombros en todas las direcciones. Pero antes de poder lanzarse a apoyar a Naruto vio lo que encajaba con la descripción del jutsu que ella misma le dijo a Kakashi que le prohibiera el uso al rubio.
La Hokage estaba a punto de gritarle al muchacho que se detuviera, pero notó los rasgos en el rostro de Naruto. Alguna vez había tenido la extraña suerte de ver a Jiraiya así y recordó que el sannin tomaba una apariencia menos humana que la que estaba viendo en el rubio. Cuando salió de sus recuerdos vio como el ataque de Naruto avanzaba por el aire haciendo gala de su nombre y chocando contra uno de los cuerpos del enemigo destruyéndolo.
Tsunade no pudo evitar asombrarse, Naruto se veía con mucho más control de lo que antes parecía tener en las peleas, en especial considerando quien era su enemigo. Su nivel también era algo distinto, el rubio siempre la lograba sorprender, desde la vez en que logró perfeccionar el rasengan cuando lo conoció, luego cuando pudo agregarle un elemento al ataque, cosa que ni el mismo Minato pudo y en ese momento, llevando incluso más lejos lo que ya podía considerarse una técnica monstruosa; había logrado eliminar el aspecto negativo que recaía sobre su cuerpo al usarla.
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Los ojos carmesí enmarcados por una sonrisa de superioridad dejaron a Neji inmóvil. Tenía a un Uchiha al costado suyo, había sido sólo una fracción de segundo lo que demoró que ese chakra tan llamativo cambiara su posición y apareciera a su lado. Pudo escuchar su nombre, tanto Tenten como Lee notaron la presencia del hombre de cabello negro y armadura de color sangre, pero simplemente estaba muy cerca como para poder impedir que el primer ataque fuera de parte de Uchiha Madara.
Sintió un fuerte golpe contra su estómago casi acompañado inmediatamente con uno a su rostro y un bufido burlesco emanando de su adversario. Su cuerpo fue expulsado hacía atrás. Los golpes fueron fuertes, dolorosos y precisos, no había duda de que el hombre que tenía en frente era un shinobi que ya llevaba una larga lista de batallas detrás de él. Pero extrañamente no recibió nada que pudiera sacarlo de la pelea inmediatamente, a pesar de que estuvo en una posición vulnerable.
Tenten lanzó una ronda de kunais explosivos antes de saltar para interceptar a Neji e impedir que recibiera el impacto de la caída, mientras que Lee corrió para contener al Uchiha, llegando al instante en que veía como las armas de su compañera simplemente atravesaron su objetivo.
Neji desactivó su byakugan, para luego gritarle a Lee que no lo mirara a los ojos.
—¡Lo sé! —respondió el recién ascendido a jonin especial, mientras notaba con preocupación como sus golpes eran esquivados o bloqueados, y los pocos que parecían acertar en el oponente simplemente lo atravesaban—. Guy-sensei ya me había explicado como enfrentarme a un Sharingan.
Neji se puso de pie y corrió al lado de Lee. Con ambos muchachos peleando, Madara se veía en la necesidad de hacer que la mayoría de los golpes atravesaran su cuerpo, los dos ninja de Konoha tenían un nivel muy alto de taijutsu como para enfrentarlos de modo tradicional a la vez.
Tenten chasqueó ligeramente la lengua, podía ver como el cuerpo del enemigo recibía los golpes, pero estos no lo dañaban. No serviría tratar de sumarse a la pelea cuerpo a cuerpo, el problema no era acertar los golpes, tanto Lee como Neji podían hacerlo estando juntos pese a estar disminuidos al verse obligados a mantener la vista más baja. Los apoyaría de lejos, como normalmente lo hacía, el problema era que debía de dejar de lado los ataques en área y no podría hacer gala de su precisión al máximo en esa ocasión, pese a estar a distancia también era recomendable que se cuidara de los ojos del Uchiha.
No era necesario verle el rostro a Madara, para notar que estaba jugando. No había tratado de hacer otra cosa que no fuera recibir ataques. Neji estaba seguro de que ese era el hombre que asesinó a casi todo su clan, y pese a confiar en sus compañeros sabía que estaban en desventaja y por la actitud del hombre, probablemente la diferencia era notoria.
—Es una suerte —habló Madara luego de haber estado en silencio—. Uno de los Hyuuga que tenía pendiente y el niño extraño vestido de verde, dos pequeñas astillas que puedo eliminar a la vez...—prosiguió, pero calló al momento en que un kunai atravesó su cabeza, que desapareció por unos segundos, y terminó clavándose en una pared luego de pasar entre los ninja de Konoha—. ¡Maldición niña! No tengo idea quién seas, pero no me gusta ser interrumpido mientras hablo—agregó secamente, pasando a través de Neji y Lee y corriendo con dirección a Tenten.
Al ver al shinobi de armadura correr contra ella, Tenten sujetó un pergamino pequeño que llevaba amarrado a su cintura. Tuvo tiempo suficiente para sacar el arma que tenía almacenada en el pequeño objeto y blandirla al frente.
Madara vio como una espada de gran tamaño se movió ágilmente a la altura de su cintura, pensó en simplemente esquivarla en un comienzo, pero el ligero sonido de una cadena lo detuvo en su lugar, dejando que la hoja de metal pasara por su cuerpo.
Tenten maldijo ligeramente. La espada que había invocado estaba forjada junto con una cadena en el mango, pensó que el shinobi esquivaría el golpe de forma normal y luego podría tratar de enroscarlo en la cadena, al menos para ganar unos segundos por la sorpresa. Pero no sucedió lo que ella esperaba, a pesar de que hasta ese momento Madara había mostrado preferencia por no ser atravesado a menos que no hubiera otra opción, en esa ocasión no actuó igual.
—Es un truco viejo —susurró Madara, girando antes de darle una patada y lanzarla varios metros hacía atrás, casi golpeándola contra la muralla de la villa—. No te metas en peleas que no son tuyas muchacha —agregó haciendo una rápida secuencia de sellos y dirigiendo un jutsu de fuego a la zona en donde había caído el cuerpo.
—¡Tenten! —gritó Lee, tratando de atacar a Madara, pero solo consiguiendo que este lo sujetara por la pierna y lo golpeara fuertemente contra el suelo, contraatacándolo por primera vez.
Neji se apresuró a llegar junto a Lee, pese a que su velocidad era alta, poca gente fuera de Guy llegaban al nivel de su compañero, eso era una ventaja y desventaja a la vez. A diferencia de Lee, Neji se sabía controlar mejor y pese a que se preocupó en un primer momento al ver a Tenten cerca del Uchiha, estaba seguro de que ese tipo de ataques no eran suficiente para causarle nada demasiado grave.
—Si no activas tu byakuagan no vas a ser ni la mitad de entretenido que pensé que podrías ser, claro eso no cambiaría los resultados —soltó Madara mirando a Neji retroceder con Lee y permitiéndole tomar distancia—. Los rumores dicen que eres un genio, pero hasta el momento estoy decepcionado, al parecer caerás igual de sencillo que el resto de tu clan —continuó, inclinando ligeramente la cabeza hacia el lado en donde había lanzado el jutsu de fuego contra Tenten.
Una ronda de pequeñas bolas de metal decoradas con unas pequeñas notas de color azulado pasaron alrededor de él explotando. Una sustancia pegajosa empapó el área, solidificándose rápidamente sobre el cuerpo de Madara y el suelo.
Tenten aprovechó al ver que Neji se alejó con Lee. Pese al golpe que recibió había conseguido moverse a tiempo para evitar que el jutsu de fuego la dañara directamente y, oculta esperó un buen momento para actuar.
—No importa cuando lo intentes —dijo Madara con cierto desprecio—. No vas a conseguir nada con habilidades tan simples —agregó desapareciendo y volviendo a aparecer fuera de la zona que recibió el ataque, dirigiendo su atención a los dos muchachos—. Vamos, si esto va a ser tan simple, puedo ahorrarme los rodeos y matarlos; al menos ver la pelea de Pein me podría entretener un poco.
Neji tomó algo de aire y detuvo a Lee antes de que retomara el combate. Madara estaba jugando, seguro de que él vencería y por lo que se había demostrado hasta el momento, era lo más probable. Aún así, al parecer deseaba encargarse tanto de él como de Lee, lo cual era extraño, ya se sabía que los Hyuuga estaban dentro de una lista negra, ¿pero Lee?.
—No te creas tan importante muchacho, no pienso gastarme usando contigo el mismo nivel de técnica que utilicé contra todo tu clan —soltó Madara riendo un poco.
Neji activó su byakugan en ese momento y soltó a Lee. Pese a todos los riesgos que podía significar usar sus ojos, necesitaba ver mejor a su oponente si deseaba encontrar alguna oportunidad de victoria.
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Aunque en un comienzo tuvo la idea de no pelear en serio, a fin de cuentas, ella no quería dañar realmente a Kisame, no pudo proseguir. Quería que el antiguo ninja de Kiri notara su presencia para que no se centrara tanto en Guy, así que luego de un periodo muy corto comenzó a pelear en serio, apoyando a la bestia verde desde lejos. Lamentablemente, el fuego no vence al agua, en especial considerando el nivel de los jutsus de agua de Kisame.
Katt se encontraba empapada, cada ola de fuego que lanzaba quedaba sofocada por una de agua enviada por Kisame, que no simplemente se detenía para apagar sus llamas sino que terminaban cayendo sobre ella en muchas ocasiones. La idea de que ella generaba mucho fuego quedó sumergida bajo la capacidad de generación de agua de Kisame, ese hombre parecía que simplemente no se le acababa el chakra.
Aprovechó un momento en que Guy y Kisame se repelieron luego de un golpe y trató de alcanzar al miembro de Akatsuki, pero igual que casi todos sus ataques, fue interceptado por una corriente de agua que acabó por caer sobre ella y golpearla contra una pared cercana.
Cerró los ojos por el dolor, cada segundo que avanzaba la pelea se le complicaba más poder esquivar ataques o lanzarlos. Sin pensarlo mucho se apoyó contra el muro que detuvo el agua y salió a la superficie a tomar aire. Los jutsus de Kisame eran inmensos, suficientes como para mantener el agua empozada.
Estaba distrayendo al shinobi, eso era obvio, pero lamentablemente no parecía suficiente y Guy ya había recibido un corte bastante desagradable en su pierna derecha. Los movimientos del ninja de Konoha seguían siendo veloces, pero se podía notar que su rendimiento había bajado.
Algo la empujó ligeramente por un costado. Al voltear notó que a su lado estaba una tortuga bastante grande flotando sobre el agua.
—Guy quiere que salgas de aquí —habló el animal—, no va a poder volver a ver a Kakashi si algo grave llegara a ocurrirte.
Katt miró a la tortuga, parecía ser una invocación. Al parecer era de Guy, claro que ella no estaba enterada de que él pudiera invocar algo. Pero luego de la sorpresa inicial meditó las palabras del animal. Por el momento se encontraba bien, Kisame pese a todo no estaba tratando de matarla directamente, lamentablemente tampoco estaba teniendo cuidado, pero si Guy caía o llegaba a un estado muy grave la situación podía cambiar.
Todos los alrededores parecían estar más tranquilos. Pero habían pequeños focos donde aún se apreciaba combate, donde estaba ella era uno de esos puntos, pero el más llamativo era el de Naruto. Vio a Gamabunta y sintió la energía del muchacho minutos antes, por un momento pensó en ir a verlo, pero luego consideró que alguien más lo haría, en cambio Guy parecía encontrarse solo frente a Kisame y con la atención de todos a la llegada de Naruto no recibiría apoyo en un buen rato.
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Orion y Kakashi siguieron avanzando juntos, pero en un momento el zorro se detuvo. Habían recorrido más de la mitad del camino con dirección a Naruto y al parecer el aroma de Madara tomaba una ruta diferente. Kakashi no trató de detener a la invocación, a fin de cuentas ese animal sabía cuidarse solo y pese a distar de tener el poder para enfrentarse a Madara, lo conocía mejor que cualquier otra persona en Konoha y podría servir de ayuda.
Kakashi por su parte ya había notado durante todo el recorrido que la zona estaba casi completamente en poder de Konoha, así que lo central en ese momento era dirigirse donde Naruto. No quitaba que le preocupaba la presencia del Uchiha dentro del perímetro ya tomado, pero al final posiblemente se dirigiría donde Naruto para capturarlo o apoyar a la persona que estuviera enfrentándose al rubio.
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Sakura trató de ponerse de pie nuevamente, pero el dolor se lo impidió. Sasuke no estaba teniendo contemplaciones con ella, luego de que logró curarse la estocada de la katana, el Uchiha no volvió a permitirle que tratara alguna de sus heridas. Él era más rápido que ella y pese a que poco a poco Sakura comenzaba a poder captar los patrones en sus ataques, también comenzaba a debilitarse.
Por más que detestara admitirlo, Sasuke sin dudas era quien había aumentado más su poder en todo ese tiempo. Era cierto que no sabía cuál era el nuevo nivel de Naruto, pero el aumento del Uchiha se notaba en cada aspecto de él como shinobi.
Un corte profundo subiendo por casi toda su pierna provocó que perdiera estabilidad, pero no gritó, no iba a darle esa satisfacción. Trató de golpearlo, cuando empuñaba la katana sus movimientos eran más lentos y estaba más vulnerable, pero no lo consiguió, la hoja del arma giró fuertemente sobre su piel y luego vio como el mango se dirigió hacía su rostro.
La cabeza de Sakura golpeó fuertemente el suelo al caer. Su cuerpo estaba temblando ligeramente y podía ver como la sangre recorría su rostro. Trató de ponerse de pie nuevamente, pero no pudo, su pierna no estaba reaccionando y estaba segura de que si no se atendía pronto la herida de la cabeza quedaría inconciente.
Sasuke la observó y luego guardó la katana. Se giró con dirección a sus compañeros, llegando a tiempo para ver como Suigetsu estaba terminando de volver a tomar forma sólida mientras maldecía a Sakura quejándose sobre su espada.
—¿Encontraste a Danzou? —preguntó dirigiéndose a Karin ignorando a Suigetsu.
—Sí —afirmó la joven mujer, en cierto modo encantada de haber visto pelear a Sasuke.
La kunoichi de Konoha estaba quieta, tratando de respirar, sintiéndose humillada al ver como Sasuke simplemente estaba retirándose lentamente. Pero al escuchar el nombre de Danzou dirigió la mirada al pequeño grupo infiltrado. No entendía porqué quería encontrar al anciano, Sai había recibido órdenes de ese hombre para asesinar a Sasuke, pero el que el Uchiha entrara a Konoha sólo para buscarlo por eso no parecía tener sentido.
—¿No vas a terminarla? —cuestionó Suigetsu dirigiendo la mirada a la kunoichi caída—. Puedo hacerlo por ti si sigues con problemas de matar gente, la maldita reventó mi espada... como si hubiera muchas de estas, ahora sólo van a poder ser seis espadachines de la niebla...
—Déjala, si nos demoramos más Danzou podría escapar.
Los cuatro shinobi comenzaron a alejarse, dirigidos por Karin. La base de Danzou se encontraba casi completamente bajo tierra y según lo que la pelirroja podía informar, había varias energías ahí.
Sakura perdió de vista a Sasuke, apretó fuertemente los dientes, tratando que las lágrimas que tenía acumuladas no comenzaran a escapar y mezclarse con la sangre. Durante todo su combate quiso creer que el Uchiha se detendría, que no la atacaría, le hablaría, pero eso era mentirse a sí misma. Al percibir que su mirada estaba nublándose aún más comenzó a tratar de moverse nuevamente, en especial para poder acomodarse y curar la herida de su cabeza. Su pierna había sufrido un corte que la recorría casi completamente, estaba perdiendo mucha sangre, pero no podría atenderse si estaba inconciente.
No muy lejos, Taka ingresó al edificio de la raíz. No hubo resistencia inicial, era como si fuera una invitación a que entraran. Karin estaba preocupada, podía indicar donde se encontraban los enemigos, pero también pudo sentir que ellos ya estaban consientes de si localización también. Los ojos de Sasuke simplemente dejaban ver odio, durante el combate con Sakura había estado más tranquilo, pero al retomar la búsqueda de Danzou y estar tan cerca, nuevamente la venganza se dejaba entrever en su mirada.
—Están adelante —advirtió Karin, quedándose delante de Juugo y detrás de Suigetsu y Sasuke.
La sonrisa divertida regresó al rostro de Suigetsu. Estaba impaciente por pelear, no se había infiltrado en Konoha simplemente para ir detrás de Sasuke corriendo de un lado a otro y estaba seguro de que el Uchiha no compartiría a Danzou, pero probablemente le dejaría a cualquier otro que se interpusiera.
Un grupo de personas ataviadas en túnicas negras y un par en túnicas blancas aparecieron en frente de ellos. Todos portaban las características máscaras de los ANBU. Tres figuras vestidas de blanco dieron un paso al frente, entre ellos el portador de la máscara de tigre.
—Danzou-sama nos pidió que los esperáramos —habló el ANBU—. Lamentablemente no podemos dejar que continúen avanzando.
—¿Van a detenernos? —cuestionó divertido Suigetsu, tratando de que el pequeño inconveniente de tener una espada rota no le arruinara el momento, ya luego podría robarle Samehada a Kisame. Además, Sasuke no le permitió vengarse por lo que la kunoichi le hizo a su arma, así que un combate en ese momento le iba perfecto.
Los ANBU no respondieron oralmente, el grupo de unos doce hombres simplemente inició su ataque. Sasuke esquivó los ataques de los tres que habían estado en frente, al parecer estaban centrados en eliminarlo a él.
El resto de encapuchados fueron por los otros tres miembros de Taka. Karin se quedó inmóvil por un instante, tantos oponentes del nivel de un ANBU rondando cerca de ella no era una situación favorable. Podía esquivar algunos ataques, pero los enmascarados no se demoraron mucho en notar dónde estaba el eslabón más débil. Al parecer lo primero que deseaban hacer era volver incluso más espaciada la diferencia numérica.
Una gran extremidad protegió a Karin y atacó a los ANBU, Juugo por suerte pudo reaccionar a tiempo.
—Si vas a quedarte quieta mejor avísale a la amiga de Sasuke que venga a reemplazarte, al menos parece que ella si está con humor para pelear —gritó Suigetsu en un tono burlón al ver a la pelirroja.
El rostro de Karin tomó un color similar al de su cabello, ella no estaba especializada en combate, claro que sabía pelear, pero dudaba que pudiera tener la suerte de enfrentarse contra un único ANBU.
Suigetsu y Juugo por otro lado estaban sin dudas poniendo mucha presión contra los enmascarados, ninguno de los que portaban los ropajes negros parecían estar a la altura de los que estaban enfrentándose a Sasuke y su número comenzaba a disminuir, incluso al grado de permitirle a Karin poder tratar de pelear.
Con una seña de cabeza el de la máscara de tigre avisó que se uniría a los otros para contener a Taka. Habían estado tratando de atacar al Uchiha, pero este se las había ingeniado para evitar sus ataques gracias a su sharingan o con algunas técnicas de sustitución similares a las de Orochimaru.
Al ver llegar a uno de los capitanes ANBU Suigetsu sonrió, no le gustó mucho que los fuertes se dedicaran exclusivamente a Sasuke. Pero había algo que no le agradó en el tigre, si los otros parecían moverse como si simplemente tuvieran memorizados los pasos para un combate, ese hombre se veía aún menos expresivo.
—¡Karin! —gritó el Uchiha en un momento en que pudo quitarse de encima a los otros dos ANBU—. ¡Llévame con Danzou!
La kunoichi dirigió la mirada a Sasuke y se acercó a él mientras se concentraba. El anciano no parecía haberse movido de su posición inicial, era como si estuviera seguro de que sus hombres vencerían. Sintió como Sasuke comenzaba a moverla, dejando atrás a Juugo y Suigetsu, con esa mirada aterrorizante sobre sus ojos rojos. Dudó por un momento en abandonar a los otros dos, pero probablemente los que habían enfrentado a Sasuke irían detrás de ellos cuando se recuperaran.
Suigetsu vio como la pelirroja se iba con Sasuke, no le importó demasiado, al final tenía la seguridad de que podía ganar sin necesidad del Uchiha y Juugo era buen compañero de pelea, solo debía de tener un poco de cuidado en caso se saliera de control y terminara atacándolo también.
El hombre de la máscara de tigre se dirigió al ninja de Kiri y lo atacó con un jutsu de fuego. Suigetsu lo evitó con relativa facilidad, pero vio como el ataque cerró el camino por donde Sasuke había seguido avanzando.
—¿No van a seguirlo? —cuestionó un tanto interesado—. Dudo que su jefe pueda con él.
—Danzou-sama ya debe de haber evacuado para este momento y ni con la rastreadora podrán alcanzarlo —respondió antes de hacer otro jutsu de fuego, solo que la técnica parecía generar unas llamas muy intensas que se depositaban en las paredes generando una alta temperatura—. Parece que puedes volver a tomar forma líquida... veamos si puedes resistir todo este calor.
La sonrisa de Suigetsu desapareció, no había estado peleando por mucho tiempo y ya estaba siendo analizado. Vio con algo de preocupación como Juugo estaba en frente de los otros dos sujetos de túnica blanca, al parecer solo quedaban esos tres, el problema era que se trataban de los más fuertes.
Karin guió a Sasuke por los corredores, nadie los detuvo, no había trampas o nada que pareciera inusual, excepto claro la situación misma. Pudo sentir la explosión que cerró el camino por el que había estado avanzando, pero eso no detuvo a Sasuke cuando se lo informó.
—En esa habitación —señaló la kunoichi, apartándose del camino de Sasuke.
—Quédate aquí, esto es entre él y yo —ordenó el Uchiha abriendo la puerta y cerrándola detrás de él.
La habitación estaba alumbrada con una tenue luz, el cuarto no tenía ninguna ventana y al menos en apariencia tampoco otra puerta. En el centro, sentado detrás de un escritorio, se encontraba Danzou, observándolo con atención y sin la intención de moverse.
—Bienvenido, sabía que tarde o temprano llegarías ante mí —habló Danzou, con un tono tranquilo y controlado—. Supongo que todo este caos significa que ya estás enterado sobre la verdad de Itachi.
—No menciones el nombre de mí hermano —interrumpió secamente empuñando su katana, hasta ese momento simplemente había estado escuchando y observando.
—Konoha hizo lo que se tenía que hacer, y supongo que tú también estás siguiendo la misma idea —continuó el hombre sin inmutarse—. No planeo escapar, ya estoy viejo y es obvio que no puedo enfrentarme a ti, con el ataque que está ocurriendo tampoco recibiría refuerzos a tiempo y aunque lo lograra sería simplemente cuestión de tiempo, los Uchiha son poderosos, tarde o temprano llegarías a mí.
—Entonces terminemos con esto... —interrumpió impaciente, deseaba matar a Danzou, pero había algo en la actitud del hombre que no le inspiraba confianza y lo obligaba a mantenerse cauteloso.
–Aún no, hay algo que quiero hacer antes. Sólo hay alguien que podría haberte hecho seguir este camino —intervino Danzou—. Uchiha Madara —agregó al ver que parecía captar su atención—. Sabes, yo conocí a ese hombre hace mucho tiempo, sé que ha estado rondando activamente y que probablemente no he sido capaz de verlo. Siempre manipulando las cosas a su favor, siempre sobreviviendo...
—¿Esto tiene algún punto? —cuestionó Sasuke comenzando a impacientarse, pero aún cauteloso, quizás el anciano no sería una presa tan sencilla y estaba mencionando a Madara, algo que avivaba ligeramente su curiosidad.
—Claro que sí —asintió el hombre mayor—. Cualquiera que esté cerca de él puede notar que siempre está planeando algo, cada cosa que hace tiene un objetivo, cada cosa que dice y a quien se la dice es un movimiento planeado —prosiguió Danzou, manteniendo el tono tranquilo, si existía alguna posibilidad de salir con vida era tratar de jugar del mismo modo en que Madara lo había estado haciendo, dialogar con Sasuke era una tarea complicada, pero su única opción real—. Ya debes de saber sobre la fundación de la villa, pero hay detalles que son un poco menos importantes a primera vista; por ejemplo, debes de saber que el segundo Hokage fue quien instruyó al tercero... pero Madara durante un corto periodo hizo lo mismo con otro joven, uno que no pertenecía al clan Uchiha, supongo que a modo de mostrar una verdadera alianza.
Sasuke observó al hombre con detenimiento, tratando de no actuar sin pensar. Sabía que el tercero no había estado de acuerdo con la orden contra su clan, pero aún así no detuvo a Itachi, el concejo siempre tuvo fama de frialdad, pero eso no importaba, ya se había encargado de ellos sin mayor problema. Pero Danzou, de él no había sabido hasta después del primer reencuentro con sus antiguos compañeros de equipo y desde ahí sólo había escuchado cosas que merecían que tuviera mucho cuidado. Deseaba matarlo, pero algo hacía que lo escuchara, quizás la nula confianza que tenía en Madara pese a haber creído su historia.
—Tanto Sarutobi como yo fuimos instruidos por grandes shinobis, Madara me abandonó con relativa rapidez, pero aprendí mucho de él durante ese periodo, lamentablemente sus ideas chocaban incluso con las mías —explicó Danzou seriamente—. ¿Sabes por qué tu clan es tan peligroso? ¿Por qué hay tanto rumores de que su sangre está maldita?... Hay algo en los Uchiha que los vuelve hambrientos de poder y el que mejor representa esto es Madara.
—¿De qué estás hablando?
—¿No lo has sentido? —cuestionó el anciano—. Tanto odio que recorre tu cuerpo, no es simplemente por simple venganza, desde el día que naciste con la sangre Uchiha estuviste condenado a buscar poder y lamentablemente temo que la venganza es simplemente una cortina que tu sangre usa para hacer que sigas creciendo.
—¿Vas a continuar con estas tonterías?
—No son tonterías, fue Itachi quien me habló de esto —respondió Danzou, notando como los ojos de Sasuke reaccionaban—. Luego de la pelea contra el primer Hokage Madara desapareció, pero no completamente, él vino a mí, a su antiguo estudiante... sus ideas incluso sobrepasaban los límites de lo que yo sería capaz de llegar, estaba desquiciado, completamente corrompido por el poder. Como no recibió ayuda de mi parte simplemente se desvaneció... no supe nada más de él hasta que un día tu hermano vino a mí —continuó Danzou, captando muchas más reacciones ligeras en el cuerpo de Sasuke al mencionar a Itachi—. Nadie le creyó sobre la presencia de un shinobi poderoso actuando desde las sombras, pero yo conocí a Madara y sabía de lo que era capaz de hacer... lamentablemente nunca pudo demostrarme que realmente estaba vivo y en movimiento.
—¿¡Qué demonios tiene que ver esto con la masacre de mí clan!? —gritó exasperado Sasuke, perdiendo por primera vez los estribos.
—Tú hermano fue quien percibió como el sharingan parecía corromper a las personas, hacerlas buscar sobre cualquier cosa más poder... lo ocurrido con el clan fue una decisión de supervivencia de la villa e Itachi escogió un bando —respondió el líder de la raíz, sin inmutarse por la mirada agresiva de Sasuke—. Tú fuiste un pequeño detalle que Itachi fue incapaz de eliminar. Al parecer creía que tú no serías corrompido por el sharingan, tenía una fe ciega en que eras diferente... y lamentablemente se equivocó. En lugar de tratar de ver las cosas, simplemente seguiste el camino que te llevaba a más poder y al final acabaste en manos de la razón por la que Itachi terminó uniéndose a Akatsuki... —siguió Danzou, notando como Sasuke simplemente lo escuchaba en silencio—. Tú hermano deseaba librar al mundo de Madara, el Uchiha más peligroso y tú lo único que hiciste fue asesinarlo y luego unirte a su enemigo.
Sasuke escuchó sin moverse. Una parte de él deseaba simplemente saltar y cortarle el cuello al anciano, vengar a su clan, a su hermano... Sin embargo, a cada palabra que escuchaba se confundía más. Madara jamás le inspiró confianza, había algo en él que le daba una apariencia siniestra, lo seguía porque le ofreció la oportunidad de vengarse. Pero en el fondo sabía que su hermano jamás hubiera deseado que atacara Konoha, él escogió la villa por sobre el clan, hasta ese momento jamás había entendido por qué alguien tomaría una decisión así. Las palabras de Danzou aunque no adentraban demasiado en explicaciones comenzaban a armar mejor lo que pudo haber estado en la cabeza y corazón de su hermano al momento en que decidió acabar con el clan.
—Siempre consideré que Itachi se equivocó al dejarte con vida, por eso traté de asesinarte —intervino Danzou al ver a Sasuke pensativo—. Eres una persona peligrosa, mucho más de lo que Itachi pudo haber previsto, no tienes control sobre ti, sólo vives para la venganza, sin ella no tienes nada que te llene, por eso es que incluso luego de que acabes conmigo no encontrarás paz. Eres simplemente un títere de quien te ofrece poder, primero fue Orochimaru y ahora Madara... y viéndote ahora en lo que te has convertido, me recuerdo a mí mismo que la decisión de exterminar a todos los Uchiha fue la correcta. No me arrepiento, ni lo haré nunca.
Sasuke sintió como la puerta se abría detrás de él. Pero no fue Karin quien entró, eran los tres ANBU que pelearon inicialmente en su contra, bastante heridos, pero reportándose con su líder. Antes de poder preguntarse en su cabeza dónde se encontraba Karin, vio un pequeño charco de sangre asomarse por el suelo cercano a la puerta.
—Danzou-sama —saludó uno de ellos, notando con curiosidad al Uchiha y al su jefe que no había abandonado el lugar—. Ya nos encargamos de tres de los cuatro intrusos —anunció, quieto, pero atento al shinobi renegado de Konoha.
Los ojos del muchacho no parpadeaban, simplemente parecía estar observando el líquido rojo expandiéndose por el suelo. Estaba confundido nuevamente, simplemente no sabía que hacer, no podía confiar en nadie, al parecer ni siquiera en él mismo. Por más que había deseado cortar cualquier tipo de vínculo con otras personas, la acción le costaba, no estaba en su naturaleza ser así, por más que trataba. Había olvidado a sus nuevos compañeros por correr detrás de su venganza y al parecer simplemente los guió a la muerte.
Danzou observó a sus tres ANBUs fijamente y estos desenvainaron sus armas. El cuerpo del muchacho estaba muy tenso, sus puños comenzaban a temblar y sus ojos habían cambiado de forma.
Ninguna de las espadas logro insertarse en el cuerpo de Sasuke, todas chocaron con una especie de espíritu de huesos que rodeó al muchacho.
Danzou observó el justu y murmuró el nombre: Suzanoo. No trató de escapar, ya había dejado claro las razones y simplemente esperó. Alguien tan inestable como Sasuke no lo dejaría escapar, pero con algo de suerte al menos habría logrado sembrar la semilla de la venganza contra Madara en el muchacho y redirigir toda esa energía en contra del otro Uchiha.
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Madara observó satisfecho como Neji usaba su byakugan, el nivel del muchacho subió considerablemente, prueba de que estaba en lo correcto al tener entre sus prioridades eliminar a los Hyuuga restantes. Las otras dos sobrevivientes eran menores y dudaba que pudieran volverse una amenaza en mucho tiempo, a diferencia de Neji que ya se perfilaba como un oponente que alcanzaría un gran poder.
El otro muchacho era un problema diferente, cada vez que pensaba que no podía mejorar, sentía como su velocidad aumentaba. Sin dudas en algún momento abrió la primera puerta, pero no importaba, lo mataría rápido luego de encargarse del Hyuuga.
—Acabemos con esto —anunció sonriendo ampliamente y rotando sus ojos en dirección a Tenten, que pese a estar siendo ignorada por el Uchiha seguía ayudando a sus compañeros—. Ya que se está esforzando tanto supongo que debo premiarla, comencemos con ella.
Madara desapareció de la vista de Neji y Lee, ambos voltearon en dirección a Tenten. La kunoichi no necesitó que le dijeran que estaba por ocurrir, las acciones hablaban solas. El Uchiha apareció en frente de ella tratando de acertar un golpe contra su rostro. Lo evitó, pero luego de eso no pudo seguir controlando su cuerpo.
Estaba inmóvil, era solo un segundo que había transcurrido, pero podía sentir como su corazón se aceleraba a sabiendas de que estaba completamente expuesta. Al tenerlo tan cerca y por reflejo observó las orbes rojas al momento de esquivar el golpe, las palabras que cualquier guerrero conoce sobre tener la mirada en el oponente en lugar del arma habían jugado en su contra.
Madara sonrió, mientras los otros dos shinobis casi llegaban a donde estaba. Un golpe, no necesitó mucho más que eso para conseguir que la muchacha cerrara los ojos por el dolor.
Un certero ataque al codo provocó que se escuchara como los huesos de su brazo se separaban. No pudo evitarlo y quitó la mirada del cuerpo de su oponente sintiendo como era impulsada hacia el suelo. Lamentablemente no terminó ahí, una ola de calor la rodeó lastimando su piel. Pudo escuchar a Lee e incluso a Neji llamándola, pero el dolor nubló cualquier intento por mantener sus voces en su mente.
Madara lanzó un jutsu de fuego antes de que la kunoichi cayera al suelo y, con los otros dos shinobis casi encima de él se abalanzó sobre Tenten para seguir atacándola.
Un fluido mayor de chakra lo obligó a alejarse. El Hyuuga había lanzado una ola de energía en su contra sin necesidad de estar tan cerca. Desconocía que algún otro miembro del clan pudiera hacer eso. Antes de poder decidirse que hacer, Lee estaba sobre él, obligándolo a usar sus habilidades para que los golpes lo atravesaran.
Neji observó la escena y se detuvo. La forma en la que se movilizaba el chakra le era familiar.
No meditó demasiado lo que tenía en mente, viendo como había atacado a Tenten no debía de quedar mucho tiempo antes de que decidiera matarlos de una vez. Era en cierto aspecto una jugada al aire, no tenía idea si funcionaría o si sería capaz de aplicarlo viendo la forma en que esquivaba cada ataque que Lee trataba de colocar.
Con su byakugan buscó a Tenten, estaba cerca de él, viva, pero increíblemente golpeada y lamentablemente inconsciente. Al menos si fallaba, Madara no parecía tener ningún interés en rematarla y si la encontraba algún shinobi de Konoha la pondría a salvo.
Corrió hasta estar cerca de Lee y desde ahí localizó los puntos en el cuerpo del Uchiha que debía de bloquear, algunos eran saltantes, pero otros no. Sabía que debía de golpearlos porque lo visible era un patrón casi igual al que quedó en el cuerpo de Hiashi.
Neji no se arriesgó a atacar tan de cerca como usualmente lo hacía, bloquearía los tenketsus emitiendo chakra a distancia, ganando unos escasos centímetros extra de alcance. Solo le quedaba esperar que la presión ejercida de esa forma fuera suficiente.
Cuando Lee atravesó el cuerpo de Madara, y éste lo lanzó contra una construcción cercana, Neji aprovechó el momento. En el instante en que el primer punto fue golpeado la sonrisa del rostro del Uchiha desapareció. Fue un instante de sorpresa, sus ojos se quedaron abiertos, teniendo un desagradable recuerdo del líder de los Hyuuga golpeándolo en las mismas zonas.
Pese a la cantidad de golpes, el ataque fue rápido. Neji tenía mucha experiencia de combate y además demasiada presión encima como para permitirse algo más lento.
Madara trató de escapar, pero no pudo. El recorrido que su chakra realizaba para permitirle desaparecer estaba bloqueado. Miró con rabia al Hyuuga y se abalanzó sobre él golpeándolo fuertemente. Activó su mangekyou y fijó sus ojos rojos sobre los blancos de Neji.
Tsukuyomi. No iba a permitir que un niño lo dejara vulnerable. Lamentablemente su técnica se cortó incluso antes de que él lo deseara. Su chakra estaba inestable, le costaba mantener algún jutsu, pero al parecer pese al inconveniente el muchacho del clan Hyuuga había caído al menos inconsciente luego de un grito de dolor.
No dejó que el cuerpo de Neji tocara el suelo. Lo sujeto del cuello para elevarlo y luego comenzó a golpearlo. Escuchó como varios golpes surtían efecto sobre su cuerpo y vio como la sangre comenzaba a fluir.
Su rabia se detuvo en el momento en que escuchó al muchacho de verde reincorporarse gritando el nombre de su compañero. Lanzó el cuerpo del Hyuuga y convocó el Amateratsu.
Un fuerte golpe contra su rostro evitó que el fuego negro apareciera directamente encima de Neji. Las llamas quedaron invocadas en las cercanías luego de que un potente puñetazo de Lee acertara contra el Uchiha. Para la sorpresa de ambos, el Uchiha esta vez no pudo dejar que el golpe lo atravesara.
La mirada de Lee distaba de ser de satisfacción. Volcó sus ojos sobre Neji y Tenten, el primero simplemente parecía estar muerto pese ha haber estado a merced del Uchiha por unos segundos, Tenten al menos parecía estar viva. El muchacho apretó con fuerza los puños, por primera vez podía asegurar que tenía miedo, pero no era por él, sino por la idea de dejar a Madara salir vivo de esa pelea. Neji, lo que sea que hizo, le había permitido que ya no fuera invulnerable a sus golpes y no pensaba permitir que eso se desperdiciara. Volviendo la mirada al Uchiha se concentró.
Madara escupió la sangre que se había acumulado en su boca. Tuvo suerte de que lo que recibió fue un golpe cargado con desesperación por sacarlo del camino más que uno centrado en matarlo. El Hyuuga yacía tirado en el suelo sin moverse, probablemente las llamas del Amateratsu lo consumirían cuando llegaran a él, pero ahora su problema era Lee. Viendo como el muchacho parecía tener algo en mente, aprovechó el momento para hacer fluir su chakra, presionando con todas sus fuerzas para restaurar el flujo natural.
En un instante, Madara simplemente escuchó una palabra y un nombre saliendo de la boca de Lee, y como por un breve momento los ojos del muchacho se tornaron hacía donde se encontraba la kunoichi de su equipo.
—¡Perdón Guy-sensei! —gritó el muchacho rodeándose de una gran cantidad de chakra, tornando su piel roja, hinchando cada músculo y resaltando cada vena que recorría su cuerpo.
Lee mantuvo la mirada fija en su oponente, pensaba acabar con él aunque eso significara sacrificarse, aunque significara desobedecer a su sensei nuevamente. Jamás había sobrepasado la quinta puerta, sabía de más que abrir las ocho significaba que moriría, pero en vista de la diferencia de poder simplemente no veía otra opción. Con Neji muerto las posibilidades de volver a tener vulnerable a Madara eran nulas, no iba a arriesgarse a usar nada inferior a su máxima capacidad.
La mirada de Madara se endureció, sabía muy bien la razón por la que debía de eliminar a ese muchacho y lamentablemente se tardó demasiado, su ego y afán por mostrarse superior le habían costado llegar a una pésima situación.
—Hachimon Tonkou! Dai-hachi, Shimon, KAI! (Eight Gate: Death Gate, RELEASE!)
Fue sólo un instante, pese a ser poseedor del sharingan fue incapaz de ver los movimientos de su oponente. Lee lo rodeó con los brazos y de un impulso lo elevó. El abrazo del muchacho estaba destrozando sus músculos y el chakra que lo rodeaba estaba quemándolos a ambos.
Luego de mucho tiempo, una emoción regresó a Madara, desesperación. Gritó, viendo como se elevaba y la armadura que lo rodeaba comenzaba a dejar de otorgarle algo de protección. Sin saber como e intentando sin cesar pudo sentir como su chakra comenzó a correr libremente. El Hyuuga había bloqueado los tenketsus, pero para suerte de él, al haberlo hecho a distancia, el efecto fue mucho más corto de lo que sucedió con Hiashi.
x x
El destello de energía no pasó inadvertida para nadie. Una ruta de chakra era visible en el cielo.
Katt pudo sentir la tremenda energía, pero desconocía que podía ser. La única ocasión en que había percibido tal poder era con Naruto, pero el rubio no se encontraba en esa dirección. Sus dudas sobre que podía haber sido desaparecieron cuando escuchó a Guy gritar el nombre de Lee, la tortuga que esperaba a su costado parecía haberse quedado inmóvil, como si simplemente no creyera lo que estaba observando.
Guy volvió la mirada a Kisame y su chakra comenzó a elevarse. Sus ojos estaban nublados con lágrimas que pese a sus esfuerzos comenzaban a caer sobre su rostro.
Fue ahí cuando Katt comprendió que era ese chakra. En el futuro tanto Guy como Lee morirían de la misma manera, solo que uno se llevaría a Kisame y el otro fallaría en acabar con Madara.
—Lee... —susurró, durante todo el combate no lo vio, no hubiera habido forma de detenerlo, pero en ese momento recordó porque era que Lee se sacrificó. Neji, si las cosas no habían cambiado, la razón por la que Lee se vio obligado a abrir la octava puerta era porque Madara había matado a Neji.
Katt bajó la mirada un instante y sintió una ligera presión en el pecho. Había hablado con Neji, nunca le dijo exactamente lo que sabía, pero el muchacho era inteligente, estaba advertido y debía de saber que tenía que cuidarse. Pero aún así, el que Lee se sacrificara...
—¡Guy detente! —pidió la tortuga elevando la voz y provocando que Katt volviera a darse cuenta de la situación en la que estaba.
El chakra de Guy estaba subiendo de manera descomunal, incluso Kisame que parecía estar relativamente fresco, pese a la duración de la batalla, tomó un semblante serio.
—¡Guy! —gritó Katt, impulsándose sobre un edificio—. ¡No te sacrifiques tú también! —pidió al notar como la energía simplemente seguía incrementándose.
Kisame posó la vista en la pelirroja y luego afinó la mirada maldiciendo mentalmente a Madara. Itachi había conversado con él sobre los conocimientos del otro Uchiha sobre eventos que ocurrirían, el hombre estaba bien informado, claro que no tenía idea completamente exacta y cada cosa que cambiara podía alterar algo de lo que conociera; también le comentó que la pelirroja tenía un conocimiento similar, pero mucho más limitado al parecer.
Ya llevaba un buen rato preguntándose porque la pelirroja estaba peleando contra él, si era obvio que no parecía querer matarlo. Entonces el hombre de verde se inmolaría junto con él, por eso Madara le encargó tan amablemente que lo buscara con la excusa de que terminara sus cuentas pendientes.
Kisame tomó a Samehada y elevó una pared de agua, pese a no estar dentro del grupo de shinobis honorables y conocer bien lo sucia que puede ser algunas personas, lo que impulsaba a Madara siempre había sido complicado de predecir. El ninja de Kiri no pensaba quedarse a morir para darle la satisfacción al Uchiha de que las cosas salieran como las deseaba.
—Ya terminamos por hoy —habló a la vez que aparecían varios clones de agua en diferentes direcciones—. No pienso pasar a formar parte del plan de nadie —agregó antes de que todos los clones y el cuerpo original se hundieran en la gran masa de agua formada por los ataques anteriores e iniciaran una rápida retirada.
Las palabras del shinobi no parecieron entrar en la cabeza de Guy, pero al no ver a su oponente dejó de elevar su chakra y dirigió su mirada hacía la zona donde podía asegurarse había estado Lee. Comenzó a avanzar lentamente, la pelea contra Kisame lo debilitó y el haber abierto las puertas, pese a no haberlas utilizado, sumaron a su cansancio. El corte profundo que tenía en la pierna le impedía avanzar con la velocidad que su corazón le pedía.
Katt se acercó a Guy, el hombre pese a notarla no le habló, simplemente siguió avanzando a la mayor velocidad que podía. La kunoichi lo tomó por el brazo del lado que tenía una pierna lastimada y comenzó a avanzar con él. Guy era una persona pesada, o al menos eso le parecía ahora que estaba sin mucha energía. Lo bueno era que no lo estaba cargando, simplemente le servía de apoyo y de una forma de acelerar.
Quería ayudar a Guy, era cierto, sabía lo importante que era Lee para él; pero también deseaba ir a ver si es que Neji había logrado escapar de su destino. El Hyuuga estaba consiente del peligro que lo perseguía y quería confiar en que eso hubiera logrado mantenerlo con vida.
x x
Con la respiración entrecortada y escupiendo sangre Madara elevó la mirada hacia donde segundos antes estuvo a punto de morir. Sabia que debía de cuidarse del muchacho de verde, sin duda lo sabía, pero el alcance del poder que podía otorgársele a alguien al abrir la octava puerta era algo que simplemente no podía ser descrito. No imaginó tal velocidad, ni el poder de la emanación de chakra.
Maldijo fuertemente, había sido inhabilitado y golpeado por un par de mocosos. El cuerpo del Hyuuga yacía inerte a pocos metros de las llamas de su Amateratsu, el de la muchacha estaba casi igual de cerca, y del artífice de su estado no quedaba nada fuera de una estela de luz en el cielo.
Se levantó con la mirada clavada en la cabeza de Neji, deseaba ver como el cuerpo del muchacho se incineraba, pero algo captó su atención. Todos los alrededores estaban tranquilos, lo único que parecía estar aún en combate era la batalla de Naruto. No habían tropas de Ame o Kiri sobre Konoha.
Una sonrisa sádica se formó en su rostro mientras una risa entrecortada por la sangre de su boca trataba de hacerse escuchar. Sus ojos rojos se posaron en Konoha. Dañada, pero al parecer victoriosa y luego en dirección a Naruto.
En el instante en que su risa se cortó de golpe desapareció, transportándose a una formación rocosa a unos pocos metros de donde se encontraba Naruto. No iba a permitir que luego de tal humillación Konoha se mantuviera en pie, y que mejor que el hijo de un Kage fuera de control para arreglar ese pequeño inconveniente.
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Orion se detuvo de golpe; el aroma de Madara nuevamente había cambiado de dirección. El zorro observó con cierta curiosidad su nuevo rumbo, ahora si quería encontrar al Uchiha debía de encaminarse hacía donde estaba ocurriendo la pelea de Naruto. Miró un momento la zona a la que se había estado dirigiendo, pudo notar muy a lo lejos un pequeño punto negro, probablemente las llamas del Amateratsu, pero segundos antes había logrado ver una increíble acumulación de chakra despegar hacia el cielo, pero viendo que Madara seguía en movimiento, al parecer fue el vencedor de lo que sea que estuvo ocurriendo ahí. Sin quedarse quieto por más tiempo comenzó a desplazarse en la dirección que tomó Madara, hacía la gran batalla que aún seguía en pie.
En otra dirección, Kakashi también notó el chakra en el cielo, pero a diferencia de Orion, él si tenía una idea de que se trataba. Sintió una ligera presión en el pecho, lo primero que vino a su mente fue Guy, abrir la octava puerta era algo que sólo podía hacerse una vez en la vida, pero la bestia verde de Konoha era sin dudas la persona que tenía mayor conocimiento al utilizar las puertas.
Quien sea que realizó el ataque ya estaba muerto, ese era el costo por ese nivel de poder, pero esa era la dirección en la que Orion había localizado a Madara, quizás pese al sacrificio de esa persona, Konoha podía haberse librado del Uchiha. Kakashi creó un kagebunshin, él seguiría avanzando a donde Naruto, pero necesitaba asegurarse de lo ocurrido en ese lugar e ir en persona no serviría de mucho considerando que el artífice de la técnica sabía que moriría al hacerla.
El kagebunshin del jonin de cabello plateado comenzó a avanzar con rapidez, esperaba poder encontrar alguna pista de lo ocurrido. La idea de Guy sacrificándose recorría su mente y trataba de bloquearla, no era momento para dejar que las emociones nublaran su juicio. Al comenzar a acercarse notó las llamas negras, con eso estaba seguro de que hubo un Uchiha en ese lugar.
Al llegar dos cosas saltaron a la vista aparte de las llamas: un enorme cráter, posiblemente ahí estuvo quien abrió la octava puerta y la nula presencia de Orion. El zorro no estaba ahí, pese a que todo indicaba que Madara era quien había estado peleando en ese lugar.
El jounin divisó dos cuerpos en las cercanías, al parecer caídos en combate. El cadáver de Neji, que de eso estaba seguro con sólo verlo, y el cuerpo de Tenten que parecía un poco menos dañado que el de su compañero. Primero se dirigió hacia el cuerpo de Tenten y revisó sus signos vitales. La kunoichi aún seguía con vida, por lo que la cargó y la colocó lejos de las llamas.
Luego se dirigió hacia el cuerpo de Neji para moverlo antes de que fuera alcanzado por las llamas del amateratsu, pero al cargarlo para retirarlo de ahí, notó que muy débilmente, el muchacho aún tenía algo de pulso. Sus signos vitales eran casi imperceptibles, pero indicaban que aún tenía una esperanza.
No había tiempo de esperar a refuerzos. Si Neji aún tenía una pequeña probabilidad de salvarse, debía llevarlo al hospital cuanto antes. Le preocupaba mucho dejar a Tenten sola, pero la zona ya aparentaba estar en control de Konoha. No tardaría mucho tiempo en llegar ayuda.
Antes de partir, dio un rápido vistazo a la zona. ¿Dónde se encontraría el cuerpo de Rock Lee? No podía divisarlo, y era poco probable que Lee haya abandonado a sus compañeros mientras estos apoyaban a Guy en el combate. Tal vez se encontraba inconsciente en las zonas aledañas, lejos de su campo de visión, pero ya no tenía tiempo de buscarlo, si quería tener la oportunidad de salvar a Neji.
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En las cercanías al combate de Naruto un grupo de shinobis observaba, muchos de ellos habían tratado de intervenir en la pelea, pero las habilidades tanto de Naruto como de Pein hacían difícil el acercamiento. Tsunade se encontraba junto a Kakashi, que había llegado poco tiempo antes.
—¿La luz? —cuestionó la quinta mientras observaba la pelea, viendo si podía encontrar algún espacio por donde interferir.
—Mandé un kagebunshin —contestó Kakashi—. Aún no se ha des-invocado... no estoy seguro que fue exactamente lo que ocurrió —agregó, dejando notar cierta preocupación en su voz—. Pero ya debe de haber algún grupo cerca de la zona, hemos podido volver a armar un perímetro alrededor de la villa, no deben de haber muchos enemigos en el interior.
—Esta parece ser la única pelea grande que está ocurriendo... —dijo Tsunade chasqueando ligeramente la lengua—, y no somos capaces de apoyar a Naruto...
Los ojos de Kakashi se fijaron en uno de los cuerpos del dueño del Rinnengan. La Hokage notó la reacción del jonin y simplemente negó con la cabeza.
—Hay algo extraño en esos cuerpos, recuerda que según Fukasaku, Jiraiya destruyó algunos cuerpos y luego estos volvieron a levantarse... —habló la mujer, hasta que la llegada de una persona apareciendo la dejó en silencio.
Los ojos de Pein rotaron velozmente con dirección a Madara. El Uchiha estaba de pie en frente del jinchuriki del Kyuubi. Pero había algo que simplemente no estaba bien, no parecía haber rastro de la armadura roja y su cuerpo estaba sumamente dañado, sin contar una extraña mueca que mezclaba una sonrisa con odio y locura pura.
—Ya te has demorado mucho Pein —gritó Madara sin mirarlo—. Y para colmo estás dejando que el niño destruya tus cuerpos —agregó, no era muy complicado ver los restos entre los escombros.
El combate había estado inclinándose a favor de Naruto, poco a poco había conseguido eliminar a dos de los seis cuerpos de Pein y mantenerlos en ese estado. El primer cuerpo que destruyó se había vuelto a poner de pie, no fue capaz de notar que ocurrió, pero desde ahí su atención también estaba sobre los cadáveres.
—El Kyuubi es mi presa —habló Pein.
—Eso lo decido yo —contestó Madara cortante—. Si no puedes encargarte del monstruo en un tiempo adecuado, lo haré yo.
—Madara... —susurró Tsunade sintiendo como un escalofrío recorría su espalda. Ese hombre no se veía en un buen estado físico, pero pese a eso acababa de aparecer en frente de Naruto—. Hay que detener lo que sea que esté planeando.
El combate se detuvo por unos instantes ante la presencia del recién llegado. Naruto observaba con atención al hombre que tenía en frente, sus facciones le recordaban mucho a Sasuke, sin contar que estaba seguro de haberlo visto antes. Pero antes de que pudiera tratar de preguntar algo, sintió como el Kyuubi parecía retorcerse de cólera dentro de él, como si intentara salir a la fuerza.
—Uzumaki Naruto —masculló Madara al ver como el cuerpo del muchacho tenía ligeros movimientos involuntarios—. Parece que mi antigua mascota quiere salir.
—¿Qué...? —preguntó el rubio, tratando de mantener la concentración y no salir del modo ermitaño.
—¿Realmente eres tan estúpido que no sabes quien soy? —cuestionó, casi escupiendo las palabras—. Pero claro, un pobre muchacho tan odiado como tú no debe de conocer mucho de la historia de lo que es.
El comentario no le agradó en lo absoluto a Naruto, pero no iba a dejar que un demente soltando palabras al viento perforara más su concentración, ya tenía suficiente con el Kyuubi.
—Había escuchado que perdías la cabeza con facilidad —añadió Madara, respirando entrecortadamente y bajo la mirada vigilante de Pein, quien estaba confundido de la actitud del hombre, usualmente el Uchiha hablaba de más, pero en esa ocasión no parecía estar en completo control de sí mismo.
Un grupo de shinobis de Konoha aprovecharon la oportunidad y atacaron a Pein, siendo alejados violentamente por las habilidades del cuerpo principal. Pero otro grupo más pequeño trató de encarar a Madara, consiguiendo que el hombre activara su sharingan mientras atravesaban su cuerpo.
Los ojos rojos del Uchiha le permitieron a Naruto darse cuenta de quien se trataba, pero el Kyuubi se retorcía en su interior aún más fuerte luego de ver el sharingan.
—¿¡Creen que pueden hacer algo contra mi, ninjas insignificantes!? —exclamó en tono de burla—. ¡Nadie, puede destruirme!, entiendan eso de una buena vez —gritó riendo sonoramente y posando la mirada en el rubio—. A menos claro que creas que tú puedes —continuó, viendo como Naruto lo atravesaba luego de tratar de darle un golpe—. ¡Vez! Lo peor de todo es que ni siquiera llegas al nivel del ridículo niño de verde o su estúpido amigo Hyuuga.
Naruto volteó a verlo, las dos únicas personas que encajaban en esa descripción eran Lee y Neji. No estaba seguro que había ocurrido con ellos, pero la idea de que estuvieran muertos comenzaba a hacer que la cólera tomara posesión de él.
—¿Amigos tuyos? —interrogó burlonamente, recordando con desprecio a los dos muchachos—. ¿Quieres matarme? —prosiguió sonriendo ampliamente—. No te culparía, creo que he encargado de una buena parte de gente de Konoha —añadió burlonamente viendo como otro golpe lo atravesaba—. No pareces muy brillante, nada de lo que hagas servirá, a menos quizás que actúes como el arma que eres y dejes salir al Kyuubi.
—¡No lo necesito para derrotarte! —bramó Naruto, tratando de pensar como atacarlo.
—¿En serio? Que desperdicio, andas desaprovechando los regalos de tu padre —comentó con una gran sonrisa en el rostro al ver la mirada de confusión del rubio—. ¿Qué? ¿Nadie te dijo nada? No me extrañaría, Konoha tiene muchos secretos oscuros, pero es curioso que Katt no te haya dicho nada... por los rumores que escuché ya sabes que es tu hermana... ¿pero ni ella quiso decirte quien era tu padre? —interrogó riendo ligeramente—. Bueno, no te preocupes, lo has visto miles de veces... toda esta villa está bajo su sombra desde que tallaron su rostro. ¿No fue muy buen padre no? usarte para que guardaras el arma de Konoha... y nadie, nadie te dijo nada.
Naruto sólo permaneció escuchando al hombre. Entendía que el Uchiha estaba diciéndole que el cuarto era su padre, pero simplemente no podía comprender porqué alguien haría algo así con su hijo, por qué nadie jamás le explicó sobre su procedencia.
—¿Quieres un secreto más turbio? Estoy seguro que este te encantaría —habló nuevamente el Uchiha—. ¿Uchiha Sasuke es tu amigo no?
—¿Qué hiciste con Sasuke? —preguntó Naruto saliendo de sus pensamientos al escuchar el nombre de su antiguo compañero, que hasta ese momento simplemente se había esfumado luego de completar su venganza contra Itachi.
—¿Yo nada? Él decidió su camino por su propia cuenta —contestó, fijando la mirada en el jinchuriki—. Sabes, me parece un poco desagradable de tu parte tratar de arrastrarlo a Konoha luego de lo que esta mugrosa villa le hizo... —prosiguió, notando satisfecho como el muchacho simplemente lo observaba confundido—. Todos esos rostros tallados en la montaña pertenecen a monstruos, tú padre te condenó y el tercero permitió que la vida de Sasuke fuera un infierno... aunque claro, no se le puede culpar, esto es una villa ninja y se elimina a quien sea necesario para mantener el orden —explicó sonriendo con una pequeña risa burlona que provocaba que algo de sangre saliera por su boca—. Uchiha Itachi sólo siguió órdenes, es una lástima que Sasuke se enterara luego de haberlo asesinado.
Pein observó con recelo a Madara, era obvio que estaba provocando al Jinchuriki, pero no entendía porqué. El poder del bijuu de más colas era algo que debía de tratarse con cuidado, pero el Uchiha estaba simplemente dejándose llevar.
—Pein —habló un pequeño trozo de papel flotando cerca de él.
—¿Te curaste? —cuestionó él, sin recibir respuesta y tomándolo como una afirmación—. Cúbrela mientras escapa, Madara va a arruinar esto —indicó Pein, dirigiendo la mirada a su cuerpo invocador.
Los shinobi de Konoha volvieron a tratar de acercarse a Madara, pero nuevamente sus ataques fueron en vano. Pero en esa ocasión el Uchiha no ignoró los ataques y en un instante acumuló una gran cantidad de chakra oscuro que fue expedido en varias dirección golpeando a los ninjas de Konoha.
Naruto nuevamente trató de interferir, pero no era capaz de encontrar una manera para volverse un adversario real.
—¿Crees poder defenderlos? —cuestionó evadiendo cada ataque mientras observaba con desprecio a Naruto—. No eres nadie, no tienes el poder suficiente para ayudar a nadie —agregó, acumulando la ola de energía oscura nuevamente alrededor de su cuerpo, pero en esa ocasión apuntando con dirección a la villa.
—¡Detente! —gritó Naruto, perdiendo por completo su concentración. Estaba confundido por todo lo que el Uchiha le había hablado, no sabía si era verdad o no, si únicamente lo hacía para molestarlo, pero algo que era real era la diferencia en los niveles, él simplemente no era capaz de darle un golpe.
—¿Quieres que me detenga? —interrogó con una sonrisa que se desvaneció casi de inmediato—. Detenme —finalizó, activando su mangekyou y provocando una reacción en el Kyuubi.
Los ojos de Naruto habían retornado a su color azul segundos antes, pero no se mantuvieron por mucho tiempo así. El Kyuubi comenzó a brotar su chakra a través del cuerpo del muchacho, volviendo sus ojos rojos y mutando sus facciones.
—Así está mejor —murmuró Madara con satisfacción, hasta que un grito interrumpió el momento.
—¡Naruto! —gritó Tsunade, acercándose al notar que estaba perdiendo el control sobre el Kyuubi, sabía que el Uchiha debía de haber estado hablándole, pero no imaginó que podría hacer que perdiera el control a tal grado.
—La quinta Hokage —masculló sin ánimos—. La nieta de mi querido amigo... —continuó, antes de volver a prestarle atención al chakra que rodeaba a Naruto tomando forma de colas. Antes de poder pronunciar alguna palabra más, una ruptura debajo de sus pies lo alertó.
Rompiendo la tierra apareció Kakashi. Al salir el sonido del Raikiri advirtió a Madara que debía de desaparecer de ese lugar. Sin mucho tiempo para reaccionar evitó también uno de los potentes golpes de la quinta, la mujer estaba esperando que evitara el ataque de Kakashi para tratar de acertar un golpe sobre él.
El poderoso chakra del Kyuubi comenzó a expandirse velozmente y sin control. Naruto había perdido la capacidad para refrenar la energía y aunque trataba, no era capaz de enfocarse lo suficiente como para detenerlo.
—Sí... —susurró Madara sonriéndole a los dos shinobi que trataron de atacarlo—, creo que esto es todo por ahora, entreténganse con el Kyuubi —finalizó para luego simplemente desvanecerse de la vista de los presentes, al parecer permanentemente.
Pein que observaba aún de cerca fijó la mirada en el Jinchuriki, aún podría tratar de capturarlo, pero habían demasiados ninjas de Konoha presentes y el poder del muchacho era algo bastante descomunal. Pero su presencia no pasó desapercibida para Naruto, aunque no tenía control consiente sobre su cuerpo, de alguna manera aún lo veía como su oponente.
El chakra del Kyuubi se extendió en forma de garra contra uno de los cuerpos, éste trató de absorber la energía del ataque, pero la cantidad del chakra utilizado era descomunal, demasiado como para poder ser absorbida. Por esto el cuerpo cayó luego de unos segundos de tratar de detener el ataque.
El Akatsuki que lideraba los cuerpos observó la escena y tomó una decisión. Concentrándose ligeramente se comunicó con Konan para ordenarle que comenzara a retirarse, él utilizaría su cuerpo invocador para escapar. No tenía idea por qué Madara quiso provocar una situación en donde el Jinchuriki perdiera el control, pero no pensaba quedarse a ver toda la escena, dudaba que los ninjas de Konoha lograran eliminar al Jinchuriki y quería respuestas por parte de Madara.
En el momento en que Naruto, ya con cuatro colas y el color negrusco rodeando su cuerpo, se lanzó contra Pein, este así como todos los restos de los otros cuerpos, desapareció.
Un rugido poderoso hizo retroceder a los shinobi de Konoha que estaban rodeando el lugar. Lo que parecía ser el cuerpo de Naruto temblaba ligeramente mientras comenzaba a formarse un par de colas nuevas.
—¡Hokage-sama! —gritó uno de los shinobi, esperando por órdenes.
—Retrocedan y armen una defensa, no dejen que se acerque más a la villa —indicó Tsunade, dirigiendo la mirada a Kakashi que había comenzado a dibujar un sello en un trozo de papel—. ¿Puedes contenerlo?
—El sello que me mostró Jiraiya-sama debería de funcionar... pero con seis colas... —contestó preocupado, hasta ese momento Naruto jamás había sobrepasado el límite de cuatro—. Voy a acercarme rápido, aún está un poco aturdido.
—No vas a ir a ningún lado —interrumpió la quinta tomando con brusquedad el sello—. ¿Crees que vas a poder llegar cerca sin que ese chakra te cocine antes? No eres exactamente el shinobi más resistente de la villa —agregó la mujer antes de maldecir al ver como Naruto dio un gran salto y empezó a avanzar sin rumbo fijo peligrosamente cerca de Konoha.
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Sakura caminó pesadamente por las calles de Konoha, no estaba segura dónde era el cuartel de Danzou, pero una gran explosión, y la imagen de una extraña criatura de huesos, fue la que le indicó cuál debía de ser su camino. Ya había logrado curar sus heridas más graves, pero no podía perder más tiempo si quería detenerlo. A cada paso que daba sentía que debía de ser más cuidadosa, que debía esperar a tener refuerzos, o esperar a recuperar más chakra antes de seguir avanzando. Recordaba en la confianza que Tsunade había depositado sobre ella, pero simplemente no podía dejar que todo quedara así. Sasuke estaba planeando algo, y debía detenerlo, o evitarlo. Pese a sus sentimientos, su responsabilidad como Jounin era defender a Konoha, y debía de dar su máximo para lograrlo.
Pudo ver un edificio completamente destruido y como parecía haber una gran construcción subterránea en condiciones similares. Entre los escombros de las zonas bajas notó lo que parecían ser los cuerpos de algunos ANBUs, Sakura tomó aire, le preocupaba Sai, sabía que aún trabajaba para Danzou y aunque lo vio en la muralla sobrevolándola cuando estaba llevando a Anko al hospital, no podía asegurarse de que no hubiera sido llamado luego.
También pudo notar el cuerpo de uno de los acompañantes de Sasuke. Tuvo una extraña sensación recorriendo su cuerpo, no podía estar segura, pero parecía tristeza, quizás Sasuke se encontraba muerto entre todos esos escombros.
Pero un pequeño movimiento saliendo de la construcción confirmó que el Uchiha seguía con vida. No parecía estar gravemente herido, pero por algún motivo su cuerpo estaba temblando y caminaba erráticamente apoyando su cuerpo contra lo que tuviera cerca mientras sujetaba con una mano su cabeza y con la otra su katana ensangrentada.
—¡Sasuke! —gritó Sakura. No supo si fue un llamado para continuar su batalla o simplemente el nombre salió de su boca por preocupación.
El Uchiha se detuvo y giró el rostro. Sus ojos estaban negros y medio cerrados, como si su mente estuviera en otro lado, ya no mostraban su furia vengadora o su odio, sólo soledad, confusión, incluso miedo por la incertidumbre de estar sin rumbo. Al verla a unos metros de él soltó un pequeño bufido, realmente esperaba que si alguien lo hubiera seguido por tanto tiempo incluso luego de cómo la atacó, sería Naruto. Era saltante que la muchacha había cambiado durante todo ese tiempo.
Él no dijo nada, Sakura tampoco, ella no sabía que debía decirle. Por un instante pensó en atacarlo, pero había algo distinto en él. El joven que tenía en frente parecía alguien simplemente cansado y sin rumbo, al verlo de esa manera pudo recordar los primeros días en la academia luego de que el clan Uchiha fuera masacrado. No sabía que más decirle, o que más hacer. Quería que él la atacara para tener la certeza que ya estaba perdido y usar toda su fuerza para traerlo abajo y detenerlo. Quería que la mirara con desprecio para que le demostrara que estaba perdido para siempre, y poder atacarlo con toda su furia. Sólo quería una respuesta más, una palabra más, escucharlo por última vez, antes de perderlo para siempre.
Sasuke notó como Sakura parecía estar expectante, como si esperara que él hiciera algo, estaba llorando en silencio y él simplemente no sabía que hacer. Los ojos de la kunoichi llorosos le imploraban una respuesta, pero él no sabía cual era, ya no estaba seguro de nada.
En ese momento una poderosa energía y un tenebroso rugido llegaron hasta ellos. La energía del zorro de las nueve colas estaba fluyendo. Sasuke susurró el nombre de su antiguo amigo mientras miraba en esa dirección, sabía que Pein debía de estar tratando de capturarlo en ese momento.
Sakura dejó de llorar y dio un paso en dirección a Naruto. No quería que el rubio volviera a estar poseído por esa cosa, pero luego volvió a mirar a Sasuke, justo en el momento en que distinguió sorprendida el nombre de Naruto en los labios del muchacho.
El Uchiha bajó la mirada y comenzó a avanzar, con dirección contraria a la de Naruto.
—¡Sasuke! —gritó nuevamente Sakura, sin entender la forma en la que él estaba actuando—. ¿No vas a hacer nada? —cuestionó, recibiendo como respuesta una mirada vacía antes de ver la espalda de Sasuke y como el muchacho comenzaba a alejarse. Algo estaba mal con él, era como si simplemente se hubiera derrumbado. Quizás si había algún momento de esperanza para tratar de hablarle era en ese instante, pero Naruto debía de necesitar ayuda.
Dejando caer un par de lágrimas más mientras veía como Sasuke se alejaba lentamente, Sakura tomó el otro camino y comenzó a avanzar lo más rápido que podía, sin mirar atrás, con dirección a Naruto.
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El terrible chakra del Kyuubi alertó a todos los ninja, muchos de ellos se preocupaban por si debían de ir a apoyar en esa batalla, o si al contrario, se les avecinaba un problema aún más grande que la misma invasión que habían tenido.
—Ya estamos cerca —exclamó Raidou dirigiéndose al grupo de shinobis que lo acompañaba, buscando retornar su atención al lugar donde se dirigían, Genma le había avisado sobre las órdenes de la Hokage y que ella era quien estaba dirigiéndose a apoyar a Naruto, lo que sea que estuviera ocurriendo ahí estaba en manos de la quinta—. Recuerden que tenemos que revisar este lugar primero en busca de sobrevivientes.
Al llegar a la zona donde peleó el grupo de Guy contra Madara, el equipo de Konoha se abrió de golpe por las llamas del Amateratsu, que habían encendido algunas construcciones cercanas. Lo primero que indicó Raidou fue contener las llamas con algún jutsu de tierra y rogar que el poderoso fuego negro no se expandiera más.
Durante el proceso, uno de los shinobis divisó el cuerpo de Tenten en las inmediaciones y alertó al resto.
—¿Qué hace Tenten sola aquí? —preguntó Raidou preocupado, buscando con la mirada más sobrevivientes o cadáveres en la zona. Considerando que Tenten era una kunoichi de rango, y se mantenía lejos del combate, era probable que su cuerpo era el único que encontraron porque los otros ya habían sido incinerados por las llamas del Amateratsu, lo cual ya hacía imposible obtener algo más de información—. Busquen por sobrevivientes en las zonas cercanas. Tenemos que permanecer en este lugar para mantener esas llamas controladas hasta que llegue alguien capaz de apagarlas.
El cuerpo de la kunoichi estaba acomodado, no era como si simplemente hubiera quedado inconciente, quizás cayó antes que los que la acompañaban y la sacaron. Pero el imaginarse que ocurrió ahí no ayudaba a que se tranquilizara, de esa zona fluyó un poderoso chakra y estaba seguro que no era de la kunoichi. Además uno de sus compañeros de equipo era Neji y él los había visto al inicio del ataque, pero no había rastros de nadie más, y luego del ataque a los Hyuuga el destino del muchacho no era muy difícil de imaginar.
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En el refugio la situación se había mantenido tranquila. Un grupo pequeño de shinobis había logrado infiltrarse hasta esa zona, posiblemente con el conocimiento de su ubicación desde el ataque anterior, pero estos fueron detenidos por trampas colocadas por Iruka. Los pocos que lograron llegar efectivamente hasta la entrada se enfrentaron a la defensa del refugio, y no lograron causar ninguna situación de cuidado.
Pero la situación se tensó cuando el chakra del Kyuubi se sintió por toda la villa. En ese momento, Iruka y Chouji salieron a la puerta, preocupados por lo que estaba sucediendo.
—Naruto ... —susurró Iruka preocupado.
—¡No podemos quedarnos aquí sin hacer nada! —exclamó Konohamaru llamando la atención de los otros shinobi y a punto de tratar de salir del refugio—. El jefe nos necesita, y podemos ir a apoyarlo.
—¡Konohamaru! —gritó Iruka saliendo de su preocupación y tratando de concentrarse en lo que debía de hacer—. Nuestro deber es defender el refugio, y el ataque aún no ha terminado —explicó. Claro que preferiría ir a tratar de ayudar a Naruto, pero su deber era mantener a salvo a la gente de Konoha y sabía que el muchacho no estaría solo, ya no era como antes, poco a poco el odio hacía el rubio había desaparecido.
—¡Pero...!
—Konohamaru —habló Chouji colocando su mano sobre el hombro del joven genin—. Yo también quiero ir, pero todos están peleando tranquilos sabiendo que la gente de la villa está a salvo, protegida por nosotros. No podemos fallarles a ninguno de ellos.
—Además... —señaló Hanabi acercándose al grupo con su Byakugan activado—. La Hokage se encuentra en la zona, y un contingente de ninjas de la villa se acerca también. Sin embargo...
—¿Sin embargo qué?— preguntó Iruka preocupado.
—Su chakra es descomunal y continúa en aumento, como si estuviera fuera de control... —respondió la joven Hyuuga, sin agregar la extraña presencia de un tercer chakra invertido en el lugar exacto en donde estaba ocurriendo el combate de Naruto.
—Jefe... —murmuró Konohamaru consternado, mirando en la dirección de la feroz batalla.
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Cerca de las inmediaciones del hospital de Konoha, el clon de Kakashi avanzaba con rapidez tratando de mover lo menos posible a Neji para evitarle un daño mayor. A cada paso que daba podía sentir como el cuerpo del muchacho se retorcía ligeramente, extrañamente se sentía algo aliviado de ver que aún era capaz de reaccionar.
—Resiste Neji, ya estamos cerca...
—Kakashi-san... —murmuró el Hyuuga entreabriendo los ojos.
Kakashi se detuvo, y lo observó asombrado. Si Neji había recobrado la conciencia para decirle algo era porque sin duda su cuerpo estaba realizando un esfuerzo increíble, tal vez su último esfuerzo.
—Neji, no intentes hablar, ya estamos muy cerca del hospital.
—¿Qué ocurrió con Lee y Tenten?... ¿Lograron vencer a Madara? —preguntó el Hyuuga con dificultad, tomando aire antes de decir cada grupo de palabras.
—Tenten está bien ¿Pero Lee? ¿No estaba Guy con ustedes? —cuestionó, un tanto sorprendido y preocupado al no escuchar el nombre de Guy.
-No. Madara nos emboscó y tratamos de... detenerlo...
Kakashi no salía de su asombro. El que había abierto las puertas no fue Guy, sino Lee. La técnica que le enseñó su maestro permitió que salvara la vida de sus compañeros, a costa de la suya.
—Lee abrió la octava puerta para detener a Madara. No quedó rastro de ninguno de los dos.
Una sonrisa nostálgica se dibujo en el rostro de Neji, pero en ese momento el semblante de Kakashi cambió.
—No, no lo detuvo —soltó Kakashi cerrando los ojos mientras pensaba un poco—. Orión debía de haber estado ahí si eso hubiera ocurrido, estaba siguiéndolo por el olor. Madara logró escapar...
Neji se retorció de dolor, tal vez por escuchar las palabras de Kakashi más que por el dolor físico.
—Entonces no fue suficiente...
Kakashi miró con pena al joven jounin, y decidió retomar su camino hacia el hospital, pero el Hyuuga lo detuvo, mientras trataba de decir algo.
—Los tenketsus que descubrió Hiashi-sama suprimieron la habilidad de Madara para desaparecer... eso era lo que nos trataba de decir con las marcas que se auto inflingió —explicó Neji, aún con los ojos entrecerrados y tratando de mantenerse despierto.
Kakashi escuchó asombrado las palabras, y entendió porque se habían encontrado rastros de sangre de Madara en la casa Hyuuga. Hiashi logró descubrir como neutralizar esa habilidad de Madara, y dejó marcas en su cuerpo resaltando esos tenketsus para que otro Hyuuga pudiera utilizarlos algún día para detenerlo, si él no lo lograba. Neji ahora poseía el conocimiento de la forma para volver vulnerable a Madara y el Uchiha ya lo sabía.
—Neji... Madara debe de haber creído que estabas muerto —dijo Kakashi mirándolo fijamente. El Hyuuga observó confundido, sin saber a que se refería exactamente—. Cuando llegué pensé que lo estabas, como también lo habría pensado cualquiera que te viera. El debe creer que ya estás muerto, y con esto, estos tenketsus que descubriste murieron contigo.
Neji comenzó a entender a que se refería Hatake luego de unos instantes. Si el moría, Madara pensaría que ese conocimiento se había perdido. Tal vez estaría siempre vigilante con sus primas por precaución, pero no sería lo mismo. En cambió si el sobrevivía, Madara siempre estaría acechándolo, y viéndolo como su mayor amenaza.
—No le tengo miedo a Madara...
—No es eso a lo que me refiero. Si estás vivo Madara te buscará, pero si él cree que estás muerto... pensará que Konoha no tiene la capacidad de detenerlo.
Neji miró a Kakashi por varios segundos, tratando de asimilar lo que tácitamente estaba sugiriendo y luego ascendió con la cabeza. El no tenía que morir, sólo desaparecer. Pero para lograrlo, debía morir ante los ojos de todos los que lo conocían.
Kakashi retomó su camino hasta el hospital. Llegando a ahí, colocó el mejor genjutsu que pudo sobre Neji, alterando su apariencia a la de un ninja común. Luego avanzó hacia uno de los ambientes donde un médico presuroso los ayudó, en un primer momento se preocupó un poco al ver a Hinata atendiendo a los pacientes que iban llegando, pero por suerte, no era la única médico encargada de la labor.
El ambiente en el hospital estaba increíblemente tenso, en especial esto se reflejaba en los rostros de los shinobis mayores. El chakra del Kyuubi podía sentirse por toda la villa, Kakashi lo había sentido, pero sabía que el original debía de estar encaminándose a esa zona.
El médico que atendió a Neji se apresuró. El muchacho estaba bastante lastimado, pero extrañamente lo que parecía haberlo afectado más era mental. Kakashi observó con atención mientras atendían a Neji, al parecer fue víctima de un genjutsu que había alterando las funciones de su cuerpo y eso le llamaba la atención. Un genjutsu poderoso salido de un Uchiha podía ser el Tsukiyomi, claro que lo sorprendente era que, de ser el caso, Neji estuviera conciente.
—Kakashi-san —llamó el médico, preocupado—. Hemos estabilizado al joven, aún no se encuentra fuera de peligro, posiblemente tenga que mantenerse aquí por un periodo largo, pero hay algo que me preocupa. Hemos podido detectar un genjutsu bastante poderoso aún en efecto sobre él, posiblemente alterando su apariencia...
—No se preocupe —respondió Kakashi con calma—. Es un ANBU que ha peleado valientemente el día de hoy, le puse el genjutsu para proteger su identidad. Espero que respeten esto.
—Por supuesto Kakashi-san... —asintió el hombre respirando con cierto alivio—. Pero ¿Cómo lo registro? ¿Bajo que nombre?
—Su nombre es Kumori-san, y posee toda mi confianza —respondió el jonin de cabello plateado antes de acercarse a Neji—. ¿Cómo es que pudiste despertarte solo?
Neji lo observó por un instante, recordando como luego de bloquearle los tenketsus Madara había cambiado el patrón de su sharingan antes de lanzarle un genjutsu. Eso fue lo último que lograba recordar y pese a ser un recuerdo nublado, estaba seguro de que el ataque no terminó por obra de Madara.
—Quizás no pudo mantener el moldeado de su chakra para acabar...
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El chakra del Kyuubi también fue percibido por Katt, pero Guy parecía estar simplemente absorto pensando en Lee y ella había decidido llevarlo hasta el lugar, no tenía idea qué era lo que estaba ocurriendo con Naruto, pero estaba segura de que Tsunade o Kakashi estarían con él. Cuando llegaron al área donde se produjo el combate contra Madara, un ninja médico los recibió. El área tenía un grupo de ANBUs tratando de sellar las llamas negras del Amateratsu, era obvio que para ese momento la zona ya estaba en control de Konoha.
—¿Se encuentran bien? ¿Necesitan asistencia médica?
—¿Dónde está Lee? —preguntó Guy como sonámbulo.
—Guy-san —habló el hombre, al parecer no muy seguro de qué decirle—, sólo tenemos una única sobreviviente en esta zona, que ya está fuera de peligro. Pueden verla si lo desea, pero ustedes también necesitan asistencia médica.
Guy siguió avanzando ignorando las palabras del médico, y llegó hasta una zona donde encontró a Tenten descansando. Las marcas en su cuerpo indicaban que había pasado por un combate brutal.
—¡Tenten! —exclamó Guy forzando su pierna, mientras corría para llegar al costado de su alumna.
Katt se detuvo a mirar los alrededores. Un grupo de ninjas trataba de contener las llamas de un Amateratsu en la zona, y a la vez había un gran cráter que llamó su atención. Trató de ver si había algún rastro de Neji, pero las palabras del médico seguían sonando en su cabeza 'Sólo tenemos una única sobreviviente...'
—Tenemos que movernos de prisa —gritó uno de los ANBU—. Parece que el Kyuubi se ha liberado y estamos demasiado cerca.
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En los bosques que rodeaban a la villa oculta entre las hojas, los ninjas de las naciones enemigas estaban reunidos, tratando de volver a tomar una ofensiva en contra de Konoha. Pero la poderosa presencia del Kyuubi no pasó inadvertida para ellos, y entre ellos recorrían los comentarios sobre que Konoha había utilizado su arma.
—Parece que Akatsuki ha escapado —anunció un shinobi de Kiri, cuyo ojo derecho estaba cubierto.
—¿Seguro? —cuestionó una hermosa mujer de largo cabello castaño—. ¿No están preparándose para retomar el ataque?
—No, están demasiado lejos como para que pueda percibirlos... incluso a él... —aseguró el hombre—. ¿Qué debemos hacer?
—Retirarnos —contestó la mujer—. Ya es segunda vez que nos están trayendo a la muerte contra Konoha... El Mizukage tiene otros planes y sólo nos está utilizando para conseguirlos.
—Pero sus órdenes fueron que debíamos de avanzar hasta que Akatsuki capturara al Kyuubi.
—Dudo que lo logren si no están presentes —respondió tranquilamente, tomando algo de aire—. No planeo seguir aguantando todas estas órdenes sin sentido, nos retiraremos, yo lidiaré con las consecuencias luego.
En el momento en que el hombre planeaba replicar, giró velozmente en dirección a la villa.
—Parece que Konoha está retomando la ofensiva, hay un buen grupo que se está acercando —advirtió.
—Ordena a todos que se retiren, yo cubriré nuestra salida —indicó la mujer, acercándose hacía Konoha y esperando a no ver en las cercanías a ningún shinobi de su villa o de la aliada, Ame. Desde su boca una bruma comenzó a avanzar rápidamente, expandiéndose por entre los troncos de los árboles y carcomiendo las hojas a gran velocidad, avanzando en dirección a los ninjas de Konoha—. Eso, nos dará tiempo.
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El chakra rojizo que había rodeado a Naruto se quedó sin adversarios declarados, pero eso no provocó que se calmara. El jinchuriki del Kyuubi parecía incapaz de tomar control sobre su cuerpo nuevamente, el zorro estaba ganando terreno cada segundo que pasaba y no permitía que nadie se le acercara.
La Hokage había ordenado que nadie tratara de enfrentarse directamente a Naruto, si se acercaba a Konoha lo que debía de hacerse era tratar de llamar su atención para que tomara otra ruta, pero no entrar en combate con la criatura de ser posible. Para ella era difícil ver a Naruto en ese estado, nunca había sido testigo de cómo el muchacho era consumido por el zorro.
Maldijo su estado, el Kyuubi se movía con velocidad, atacando por momentos cualquier cosa que pareciera estar en movimiento en su camino, y ella ya se estaba forzando a un punto sin retorno. Ya había considerado la posibilidad de que seguiría a Jiraiya pronto, pero no pensaba hacerlo dejando a Naruto completamente fuera de control, ni tampoco pensaba arriesgar la vida de alguien más para que lo tratase de controlar.
Kakashi por su lado se encontraba tratando de dirigir a los shinobis para que alertaran sobre la situación a los que no se encontraban cerca y para poder mantener al Kyuubi lejos de la villa. Luego de haber peleado contra varios shinobi enemigos, uno de los cuerpos de Pein, el pequeño enfrentamiento con Madara y el tener que haber generado un Kagebunshin, que al parecer seguía ocupado, ya estaban comenzando a pesar encima de él. Hatake era un shinobi poderoso, pero su punto débil eran los enfrentamientos que se extendían por periodos largos.
Luego de indicar la ruta por la que debían de tratar de guiar al Kyuubi, las memorias de lo que su clon había estado haciendo llegaron a él. Por unos instantes se quedó inmóvil tratando de asimilar lo que sus nuevos recuerdos significaban, pero al igual que muchas otras cosas que se enteró ese día, tendría que simplemente dejar todo a un lado hasta que pudiera realmente sentarse a pensar.
Tsunade trataba en vano de darle alcance a la criatura que había tomado posesión de Naruto, pero no podía simplemente acercarse sin pensar; el chakra que lo rodeaba parecía estar vivo y era notablemente peligroso. Ella no podía darse el lujo de quedar herida hasta que consiguiera colocar el sello sobre el rubio.
En un momento la Hokage se detuvo de golpe, el Kyuubi emanó un potente rugido a la vez que se detuvo. Su camino parecía estar bloqueado por una fuerza invisible que no le permitía seguir avanzando, y cuando trató de tomar otra ruta, notó que estaba encerrado por paredes invisibles.
Tsunade analizó la situación por unos instantes y localizó al causante de que el Kyuubi estuviera quieto. Por una zona cercana, oculto entre unos árboles, estaba Kami; al parecer bastante nervioso y preocupado mientras parecía estar escribiendo un conjunto más de sellos.
La mujer se acercó al muchacho mientras avanzó para llegar al Kyuubi.
—¿Cuánto tiempo lo puede retener? —cuestionó velozmente.
—No mucho, dudo que pueda contenerlo en realidad, cuando se de cuenta como funciona se va a poder liberar —respondió el chunin—. Puedo tratar de colocar otra barrera más alrededor de esta, pero necesito más tiempo...
—No, con esto basta —indicó la quinta sonriendo ligeramente.
El Kyuubi al sentirse encerrado comenzó a tratar de presionar las paredes invisibles con su cuerpo, pero estas no cedían. Sin tomarse más tiempo, el chakra del zorro comenzó a acumularse en su boca, formando pequeñas esferas de chakra que luego se juntaron en una sola. Al ver eso Kami abrió los ojos con espanto, explicándole a la quinta que su barrera puede contener criatura más no energía pura que sea emanada por estos.
Un potente cañón de energía emergió de la boca de la bestia, avanzando sin detenerse ante nada y destruyendo lo que estuviera en su camino. Parte de la muralla de la villa desapareció en ese ataque, así como también muchas de las zonas en donde ocurrieron los combates iniciales contra Konoha. Las poderosas llamas del Amateratsu realizado por Madara se perdieron entre la energía del ataque que pasó sobre ellas.
—¡No te quedes aquí! —indicó Tsunade al ver la magnitud del ataque antes de retomar su intento por alcanzar al Kyuubi—. Trata de alcanzar el refugio y coloca una barrera ahí.
El zorro de nueve colas había dejado de tratar de seguir presionando a Naruto para que más colas fluyeran, estaba centrado en tratar de escapar de su prisión. La jaula que lo mantenía quieto no parecía haber cedido por su ataque, pero tampoco lo contuvo. Pese a su actitud casi salvaje, el Kyuubi era capaz de comprender bien el mundo ninja y las cosas que los shinobi eran capaces de hacer. Si estaba encerrado era porque en algún lugar muy cercano algo estaba generando la barrera y simplemente debía de encargarse de eso.
Extendiendo su chakra incineró los árboles cercanos, esperando eliminar los sellos que lo aprisionaban. Pero antes de poder comprobar si era libre, la silueta de la quinta Hokage casi sobre él lo alertó.
Al tenerla tan cerca utilizó su chakra como si fuera una gran ola de fuego que golpeó directamente a la mujer. El cuerpo de esta seguía avanzando en su dirección y a diferencia de todo el resto de personas que alguna vez habían osado ponerse en frente de él, la kunoichi parecía estar intacta luego del ataque, su piel se regeneraba a la misma velocidad con que él podía regenerar sus heridas.
Tsunade se estaba regenerando a la mayor velocidad que podía, era literalmente un suicidio utilizar su técnica, pero no había otra manera de poder llegar tan cerca de Naruto.
Al acercar su mano para colocar el sello un apéndice de chakra rodeó su cuerpo, envolviéndola y tratando de no dejar rastro de ella. Pero antes de que no pudiera ser capaz de regenerarse más, logró colocar el pequeño papel con la inscripción indicada por Jiraiya, sobre la frente de Naruto, y con esto el chakra rojizo simplemente se evaporó frente a sus ojos.
La desaparición de la poderosa energía detuvo a los shinobi de Konoha por unos segundos. No estaban seguros de que había ocurrido, pero al menos podían considerarse a salvo por el momento.
Kami se detuvo, la quinta le había ordenado que fuera al refugio, pero si ya no estaba el Kyuubi no tenía motivo para poner una barrera en ese lugar.
—Kami —llamó Kakashi, apareciendo junto al muchacho.
—¡Kakashi sensei! pude poner la barrera como me pidió, pero Tsunade-sama se quedó con el Kyuubi —explicó antes de ser interrumpido.
—Vamos a ver.
Tsunade se dejó caer de rodillas mientras trataba de que su cuerpo siguiera con vida. En frente de ella se encontraba Naruto, toda la piel de su cuerpo parecía estar quemada, pero al menos había regresado a la normalidad. Con algo de dificultad se colocó a un costado y trató de comenzar a curarlo, pero simplemente ya no era capaz de emanar algo de chakra.
Una voz llamó su atención, era Shizune llamando su nombre y parecía estar sola, corriendo a una gran velocidad. La quinta bufó ligeramente, posiblemente la joven mujer se había separado de su grupo tratando de llegar lo antes posible con ella.
—¡Tsunade-sama! —exclamó su asistente tratando de colocar sus manos sobre ella para atenderla.
—Encárgate de Naruto, necesito que lo despiertes —pidió la Hokage, negándose a que la atendiera primero—. No me mires así —prosiguió—, sabes que no va a servir de nada.
Shizune bajó la mirada y luego comenzó a atender a Naruto. El estado del muchacho era grave, pero si estaba en posibilidad de sobrevivir aunque no se le atendiera inmediatamente. La asistente de la Hokage ya sabía que Tsunade terminaría haciendo algo que acabara con su vida, pero no esperaba que le pidiera que no la atendiera.
—Hokage-sama —llamó Kakashi, llegando al lugar en compañía de Kami, pero deteniéndose a unos pasos al ver el estado de la mujer y de su alumno.
—Shizune... —susurró Tsunade sonriendo un poco—. Hay dos ascensos más que quiero dar —dijo mirando a Naruto y luego a Kami.
—Sí —asintió la otra mujer sin dejar de tratar a Naruto.
Mientras la piel del muchacho comenzaba a curarse, este abrió los ojos ligeramente, tratando de ubicarse. No recordaba bien que ocurrió, pero no tomó demasiado para que el aspecto desolado del lugar donde estaba le diera la pista, había perdido el control sobre sí mismo y lamentablemente nuevamente dañó a alguien cercano a él. Tsunade se encontraba visiblemente agitada y respirando con dificultad muy cerca de él, unos pasos más atrás se encontraba Kakashi, observando en silencio.
—Naruto, acércate un poco más —pidió la Hokage, con un aire de tristeza en su voz.
—Abuela Tsunade... yo...—balbuceó el rubio bajando la mirada, en ese momento pese a no estar completamente curado no era capaz de sentir el dolor de su cuerpo.
—No digas nada, déjame hablar a mi —interrumpió la Hokage tomando su rostro con sus manos, y levantándolo para poder verlo a los ojos—. Primero que nada, quería felicitarte por tu gran desempeño. Estoy orgullosa de ti, y se que Jiraiya también lo estaría...
Naruto trató de decir algo, pero la Hokage lo detuvo tocándole sus labios con uno de sus dedos, en señal de silencio.
—También, quiero que sepas que ya llegó mi hora de partir. Hoy usé mis energías hasta su límite, y mi último intento fue para detener al Kyuubi —habló, nuevamente tomando su rostro para mantener el contacto visual con él—. Era algo que hice por voluntad propia, y no quiero que te sientas mal por eso, ni que nadie nunca te diga lo contrario. Tu valor, y tu entrenamiento es lo que salvó a Konoha el día de hoy.
Tsunade hizo un ligero gesto de dolor, por lo que Shizune se apresuró a su costado, casi por instinto. La Hokage sabía que era algo inútil, pero sonrió al intento de su leal aprendiz, mientras le acariciaba el cabello mirándola con ternura, susurrándole 'Esta bien'
—Naruto... quiero que sigas adelante, hoy he visto que posees la determinación para ser el shinobi más poderoso de todos. Para mí, el día de hoy has ganado el derecho de ser un Hokage de Konoha, y es mi voluntad de que seas el próximo...
Una lágrima rodó por la mejilla de la Hokage, y giró su cabeza para contemplar el cerro con la imagen de los Hokages. Todos ellos habían vivido en base a un ideal, y habían peleado y muerto por él... observó a Sarutobi-sensei, y a los otros Hokages que con su mirada siempre vigilante parecían cuidar la villa, aún después de haber partido.
—Te confío Konoha, Naruto-kun... siempre te estaré cuidando.
Diciendo esto, la quinta Hokage falleció. Shizune sollozaba abrazando a su maestra, mientras Naruto permanecía estático, con una mirada triste, pero tratando de guardar las palabras de la Hokage para dentro de si.
A lo lejos, como un simple espectador, un encapuchado observó la mayor parte de los hechos ocurridos esa noche. Estaba sorprendido por muchas cosas, en especial el poder que parecía haber logrado alcanzar Naruto sin necesidad del chakra del Kyuubi. La presencia de Pein también captó su atención, él había visto uno de los cuerpos muchos años atrás e incluso sugerido que era mejor asesinarlo, jamás pasó por su mente que uno de los niños que Jiraiya adoptó había sido su líder cuando estuvo en Akatsuki.
Primero, me quejo abiertamente por el corte de cabello que le hicieron a Kushina en el anime. No sólo es un atentado contra la pobre pelirroja que perdió un tercio, o más, de cabellera, sino que ahora lo tiene de un largo como el de Katt... peinado similar al frente (lado invertido y con gancho, pero a la larga es igual) y mismo largo, al menos a mi pelirroja me la imagino con un tono más rojo. Lo que sí puedo decir que me gustó, y alivió (xD), fueron el color de sus ojos, ese azul oscuro medio gris es demasiado genial.
Combates que quedaron "pendientes" de la vez anterior. Sasuke contra Sakura dudo que realmente alguien esperara que ella pudiera ocasionarle mayor daño. Pein contra Naruto, tratando de mantener un poco lo del manga... no he narrado mucho esta pelea porque a fin de cuentas sucedió en el manga y tampoco quiero tener que volver a narrar algo que el líneas generales ocurre igual, mayormente solo los cambios que ha habido (O sea, no la pelea en sí sino Naruto fuera de control) y bueno, considerando que he tenido a Naruto con un año o por ahí de entrenamiento no me retuerce tanto el estómago ponerlo fuerte como en el manga, pero en el canon eso de llegar a nivel de Jiraiya en menos de una semana... ;o;. Neji, Lee y Tenten, otra batalla con resultado predecible comparando niveles de quienes peleaban. Ya no hay Danzou ni ancianos fastidiosos... lamentablemente tampoco quinta Hokage. Naruto mal, Sakura igual, Kakashi aunque no se le note demasiado también; Tenten y Guy se suman al grupo, aunque ya esto lo escribiré para el que viene.
Yo creo que he perdido un poco el toque de escribir o en todo caso insisto en que no nací para escribir situaciones dramáticas o intensas (No creo tener que señalar cuales :(). No sé cuando suba el que sigue, estás dos últimos fines de semana he estado de viaje con la universidad... como me quitan tiempo xD
¿Vieron el 469 del manga? Pese a que se nota que "hay algo" detrás de la declaración de Sakura... la muchacha está logrando algo que pensé que sería muy difícil y es acabar como un personaje odiado para mí. Nunca estuvo en gracia conmigo, pero tampoco era para detestarla, pero no sólo ha jugado (concientemente) con Naruto, sino que para colmo hasta es mala actriz... pero bueno, eso no va a influir en como la trato en mi historia, o al menos eso espero (Igual, creo que para quienes les agrada Sakura no andaban muy contentos con como la manejo xD) Otro detalle que debo de comentar es que en cierto modo me entristece haber matado a Taka... digamos que por como llevé el fic en general, nunca me expandí con ellos y para lo poco que los puse me hubiera gustado haber escrito más anteriormente, pero bueno de los errores se aprende.
Oficialmente mi capítulo más extenso, tanto en hojas como en contador de palabras (Y yo que en algún momento quise subir este y el anterior como uno solo)
Comentarios, sugerencias, quejas, opiniones, y predicciones son siempre bienvenidas ^^
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