Capítulo 92: La aparición del nuevo ermitaño del monte Myouboku
Tsunade vio como la emisaria de Taki abandonaba su oficina lentamente, luego de una charla corta que siguió a la entrega de los informes del grupo que regresó desde el país de la cascada. La alianza con la pequeña nación ninja era demasiado importante como para sacrificarla simplemente tratando de mantener a Sasuke a salvo; el muchacho estaba arrastrando detrás de él una sombra de devastación y debía de ser detenido. Pese a esto no accedió a dar la orden de asesinarlo en cuanto fuera localizado, sino de capturarlo; al ser un Uchiha se pudo utilizar su importancia como último usuario real del Sharingan, el potencial de sus ojos lo hacían demasiado valioso como para perderlo. Pronto Taki invertiría parte de sus recursos en capturar al muchacho y llevarlo a Konoha para que se tomen medidas en su contra.
La Hokage fijó la mirada en el techo de la habitación, si realmente se le capturaba tendría que lidiar con él y, lamentablemente, tanto el concejo como sus aliados pedirían la cabeza del muchacho luego de la extracción de sus ojos. Pero afortunadamente había conseguido mantener las buenas relaciones con Taki a la vez que no había condenado directamente a Sasuke a que fuera cazado directamente.
Luego tendría que hablar con Kakashi y con Sakura, esta última le preocupaba de sobremanera, había permanecido en el país de la cascada para atender heridos y estaba segura de que no pasaría mucho antes de que se enterara de lo cerca que estuvo el Uchiha. Con el jonin quería tratar otros asuntos, pero lo dejó ir junto con el resto cuando terminó de dar su informe. Pese a que no se le notara como a Katt, también debía de haber preferido ir a ver a su hija directamente y la pequeña ya llevaba varios días sin ver a sus padres.
Naruto sería un tema aparte. Con él, el simplemente darle la noticia de que su antiguo amigo se había sumado a las filas de Akatsuki sería un problema, y el informarle que ahora al muchacho se le buscaba como criminal y que tarde o temprano se le terminaría matando era algo con lo que no deseaba lidiar. Lamentablemente Naruto ya llevaba mucho tiempo entrenando fuera de Konoha y con el problema de efectivos que estaba teniendo la villa cada shinobi era necesario, en especial uno con el potencial de él.
Otro tema, más urgente que las posibles reacciones de Naruto o incluso Sakura, rondaba su cabeza. Su alumna había permanecido en Taki junto con los otros médicos y Shikamaru, era un peligro tener médicos ninja lejos de Konoha sin escuadrones que los pudieran proteger, la mayoría de ellos no estaban en capacidad de mantenerse en combate por largos periodos. Entrenarlos era complicado y pese a que la nación del fuego era la que contaba con mayor cantidad, gracias a las recomendaciones propuestas por ella muchos años atrás, no podía arriesgarse a exponerlos más de lo necesario.
En un primer momento maldijo a Kakashi por no traerlos de inmediato, pero al escuchar el estado de la villa a la que fueron a apoyar y el estado en que dos de sus shinobi se encontraban, no pudo criticar la decisión. Haber mantenido algunos del grupo que no fueran médicos para que los acompañaran quizás hubiera sido ideal, pero a ellos los requería en la villa para que, a la vez que descansaban, hicieran de guardias de la villa mientras otros salían.
Mandar un equipo hasta donde estos se encontraban sería un problema, pero podría ingeniárselas para pedir que Taki los acompañaran hasta la frontera, eran solo un par de horas, y que ahí se unieran a uno de los grupos de monitoreo que tenía siempre en las fronteras. Luego de eso simplemente tendrían que acompañarlos hasta llegar a Konoha. Usualmente no estaría tan preocupada en escoltar shinobis, pero no pensaba darse el lujo de perder algún médico en plena guerra. Además, Sakura estaba con ellos y de todo el grupo era quien mayores habilidades de combate tenía, si encontraban un enfrentamiento ella estaría casi sola llevando la ofensiva del combate y las posibilidades de que saliera viva serían bajas.
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La mirada de Kakashi estaba dirigida al frente, pero no se centraba sobre nada en especial, sus pensamientos estaban dirigidos al conflicto que fue generado por la presencia de Sasuke. Katt caminaba junto a él, pero la diferencia era que ella tenía otra cosa en la cabeza; simplemente recoger a su hija y asegurarse de que se encontraba bien. Cuando la guardería apareció en el rango de visión de ella, comenzó a caminar ligeramente más rápido, haciendo que el jonin saliera de sus pensamientos encaminándose detrás de ella.
—¡Sayuri-chan! —llamó Katt en voz alta, sin tratar de mantener un volumen donde no despertara a los otros bebés. Se acercó a la cuna en donde divisó la cabellera plateada de su hija y en cuanto vio que abrió los ojos la cargó.
Al estar en los brazos de su mamá, Sayuri comenzó a balbucear ligeramente y luego, al ver a Kakashi a unos pasos detrás comenzó a mirarlo y a insistir más con sus sonidos, ante esto él se colocó cerca y le acercó uno de sus dedos, sonriendo cuando la bebé lo tomó. Al escucharla Katt la cargó en frente de ella y la observó.
—No te han cuidado bien, creo que estás ronca —comentó acariciándola ligeramente luego de escucharla, buscando con la mirada a quien estuviera a cargo.
—No quería dormirse —intervino una mujer joven que parecía estar encargada de los bebés en ese momento. En opinión de Katt la muchacha realmente necesitada descansar, tenía unas ojeras bastante oscuras y marcadas decorando sus ojos—. Lloró bastante durante la noche, creo sólo se quedó dormida de cansancio —explicó, pero se vio interrumpida por una voz femenina bastante animada.
—¡Dango! Ya nos vamos —llamó Anko, ingresando unos minutos después que la pelirroja a buscar a su hijo.
—Él tampoco quiso dormirse —murmuró la mujer en tono cansado, bajando la cabeza—. Aunque él no lloró, sólo se quedó mirándome... toda la noche...
—Es que Dango está bien educado —opinó Anko cargando a su hijo y recogiendo la bolsa que dejó—. Nos vemos después —dijo antes de salir de la guardería despidiéndose con un movimiento de mano.
—No estás mal educada —habló Katt mirando a Sayuri—. Sólo que te gusta estar donde te quieren y te cuidan —agregó sonriéndole mientras le entregaba la bebé a Kakashi y buscaba las cosas que había llevado—. ¿Y dónde se metió Orion? Ni crea que voy a darle comida, no la cuidó bien.
Kakashi sonrió ampliamente cuando su hija trató de jalarle la máscara sin mayor éxito y balbuceaba incesantemente con los ojos puestos sobre él. Cuando la kunoichi terminó de empacar las cosas, los tres salieron de la guardería. Afuera el zorro los estaba esperando, con los ojos muy abiertos y una sonrisa dibujada en el hocico.
—Sigue viva y entera —dijo la invocación—. Ponla en una balanza para saber cuanta carne me tienes que dar.
—¡Está ronca! Eres un mal niñero —se quejó Katt, iniciando un intento de discusión sobre la recompensa de Orion, mientras Kakashi simplemente avanzaba por la calle con dirección a su casa y con su hija en los brazos.
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El ambiente de la oficina de la Hokage estaba cargado de tensión pese a que sólo se encontraba Tsunade acompañada por Shizune. La quinta estaba a punto de tomar un conjunto de decisiones importantes que había querido evitar ya por un buen tiempo. En frente de ella tenía varios expedientes y muchos informes de misiones recientes relacionadas al desempeño en lo referente al conflicto que inició poco más de un año antes.
—¿Está segura Tsunade-sama? —pregunto Shizune al ver como los ojos de la rubia se mantenían quietos sin realmente mirar los papeles que tenía en frente.
—Sí, he estado evitándolo pese a las quejas del consejo, pero ahora que Kumo ya es un enemigo declarado... —respondió sin completar la frase—. En estos momentos ya no puedo seguir manteniendo acorde los rangos y el nivel de las misiones, es una formalidad a fin de cuentas, pero si algo les llegara a ocurrir al menos podrían llevar en alto su rango.
La menor de las mujeres asintió y comenzó a acomodar los expedientes de un grupo de chunins para presentárselos a la Hokage.
La elección de ascensos al los rangos de Jonin o Jonin especial estaban completamente en manos del Hokage, a diferencia del examen chunin donde el candidato podía mostrar sus habilidades durante las diferentes pruebas. Pero al estar en un momento de tensión bélica los requerimientos no serían tomados tan minuciosamente, muchos shinobi serían enviados a misiones supuestamente a nivel de jonins pese a no serlo y quienes estuvieran cerca a la línea que dividía ambos rangos serían ascendidos.
—Agaki Kami —nombró Shizune a la vez que entregaba los documentos pertenecientes a él.
—No —susurró luego de unos momentos, casi como si hablara para sí misma—. Nunca he tenido la oportunidad de poder apreciar como se desenvolvería en una situación en la que se encuentre solo, no puedo arriesgarme a ascenderlo... al menos no hasta ver como reacciona.
—Akimichi Chouji —dijo Shizune momentos después de colocar a un costado el expediente de Kami.
Tsunade leyó con atención los datos de Chouji. El muchacho ganó desde sus años en la academia un control bastante preciso del control de su cuerpo para poder agrandarlo y fortificarlo, pero desde la muerte de Asuma el joven no había mejorado por la misma área que sus compañeros. El heredero del clan Akimichi había optado por alejarse un poco del terreno del entrenamiento y estaba ocupando más de su tiempo en compañía de su antiguo sensei de academia, Iruka.
—Yo creo que Chouji no desea seguir avanzando de rango como prioridad —comentó la rubia sonriendo un poco, pensando en las razones que el muchacho podía tener en la cabeza.
—¿Qué quiere decir? —pregunto la otra kunoichi con bastante interés.
—Hay muchas formas de proteger la villa, la más obvia es volverte más fuerte y como consecuencia subir de rango, pero creo que la naturaleza amable de Chouji lo está encaminando por otra ruta —respondió encogiéndose de hombros y devolviendo los papeles.
Shizune tomó el siguiente expediente luego de esperar en vano que Tsunade explicara más a fondo lo que quería decir.
—Hagane Kotetsu —prosiguió la menor de las kunoichis, luego de haber entregado otros expedientes y separado los papeles dependiendo de la decisión de la quinta.
—Kotetsu... —repitió el nombre mientas meditaba ligeramente—. Busca el expediente de Izumo también —indicó la quinta, viendo como su asistente asintió con la cabeza—, esos dos no sólo están mucho tiempo juntos, tienen un desempeño y nivel de habilidades casi igual —explicó, sonriendo ligeramente al pensar que nunca había visto a alguno de ellos sin el otro al costado pese a que los había 'usado' muchas veces hasta de mensajeros—. Llevan varios años desde que ascendieron e incluso un tiempo antes de que yo me volviera Hokage ya se les había reconocido ser parte del grupo más fuerte de chunins —comentó la mujer, recordando que el tercero ya los había asignado como vigilantes en el examen chunin, labor que sólo se les asignaba a quienes destacaban dentro del rango—. De todo este grupo son los que más calificados deben de estar para un ascenso, quizás no destaquen tanto, pero sabrán llevar bien la responsabilidad.
Shizune separó ambos expedientes, distinguiéndolos de los que la quinta no había aceptado ascender y luego prosiguió a nombrar al siguiente chunin.
—Haruno Sakura.
La Hokage frunció ligeramente las cejas al escuchar el nombre de su discípula. Pese a que estaba bastante conciente del nivel y progreso de esta leyó con atención los papeles que le fueron entregados.
—En estos años Sakura ha evolucionado bastante bien —comentó, aún revisando los documentos—. Si bien no se desarrolló por la rama de los genjutsus, pese a que tenía talento, su nivel en estos es bastante alto dentro de la villa. Su taijutsu no es tan sorprendente, pero es capaz de aumentar su fuerza, con eso puede enfrentarse a personas con un nivel mayor en el área.
—Su nivel como médico ninja es de los más altos de la villa —añadió Shizune.
—Pero con Sakura... el problema para ascenderla no se trata de su nivel.
—Para estos momentos ya debe de estar enterada sobre la presencia de Sasuke en Taki —comentó Shizune, ligeramente preocupada, conciente de cuál era el problema con la muchacha de cabellos rosa.
—Dependiendo de cómo se maneje durante estos días en Taki veré si puedo considerarla para un ascenso —finalizó la quinta, dejando a un costado el expediente de su alumna—. Si puede manejarse como se debe durante esta situación la subiré de rango, hay pocos médicos que pueden manejarse también en combate y si ella puede controlarse emocionalmente voy a necesitarla en algún equipo de jonins.
Shizune separó los papeles de Sakura y luego prosiguió, tomando un expediente bastante grande—Hatake Katt... —dijo riendo un poco—. Suena extraño.
—Un poco —afirmó Tsunade, leyendo ligeramente los papeles, esos eran unos de los que más había revisado durante su periodo de Hokage—. Taijutsu y ninjutsu especializado bastante altos y Orion es un extra bastante útil cuando logra que colabore.
—Pero... su genjutsu.
—Está trabajándolo con Kami. Por lo que tengo entendido ya han logrado algo, simplemente que aún no es aplicable para batalla, se necesita mucha más práctica —contestó la mujer—. Katt tiene un problema de concentración en el día a día, pero no me ha decepcionado cuando le he encargado misiones serias—prosiguió, antes de tomar algo de aire—. Entonces —interrumpió la Hokage, dejando el expediente de la pelirroja junto un pequeño grupo—, otro ascenso a jonin —indicó, hasta que observó cierta mirada de desconfianza en la otra mujer—. No me veas así, sabes que si no fuera necesario no estaría subiendo a nadie —respondió tranquilamente y luego sonrió—. Además, si logramos convencer a Kakashi de que sea Hokage, no va a haber manera de que vuelva a subir de rango.
—Hyuuga Hinata —continuó Shizune, observando por una fracción de segundo el nombre de la muchacha antes de entregar los papeles a la Hokage.
Tsunade observó con detenimiento la información que tenía en frente. El desempeño de Hinata era demasiado variable, tenía puntos en los que parecía presentar una mejora en la velocidad con la que desarrollaba sus habilidades, pero en otros momentos se mantenía estancada. También debían de considerar su situación emocional al ser una de los tres Hyuuga que quedaban con vida, sin contar de que el concejo posiblemente le exigiera que mantuviera a Hinata bajo vigilancia, sacarla a misiones difíciles no era algo que fuera a poder encargarle sin una discusión con los ancianos.
—A Hinata planeo asignarla al hospital, no creo que esté en la mejor condición para llevar a cabo misiones importantes, he tenido problemas para poder mantener a Neji activo, pero por su nivel puedo hacerlo; en cambio si alguien atacara a Hinata estando fuera de la villa sería demasiado riesgoso —habló Tsunade luego de meditarlo, viendo como Shizune parecía estar de acuerdo y retiraba los papeles de la Hyuuga.
—Ibuki Sachi —prosiguió mientras nombraba a los chunin.
—Se graduó siendo más joven de lo usual y durante su periodo en la academia destacó no sólo sobre las niñas sino también los niños; es bastante balanceada y aunque es pequeña encontró un buen estilo para poder entrar en combate cuerpo a cuerpo, pero tiene un problema de actitud. Tomó mucho tiempo que pudiera trabajar con su equipo como se debía, por suerte con excelentes resultados, y no tengo idea si pueda mantener la cabeza fría en una situación que se encuentre sola o liderando a un grupo —habló la quinta torciendo ligeramente la última hoja del expediente y tomando su decisión—. Aún no es momento para ascenderla, pero déjala separada en caso el concejo termine insistiendo que ascienda a más chunins.
—Inuzuka Hana —dijo Shizune, entregando el expediente que continuaba luego de acomodar el anterior.
El objeto fue revisado ligeramente antes de que Tsunade la nombrara jonin especial. Las habilidades de Hana eran ligeramente diferentes a las de Tsume; si bien estaba especializada en el rastreo, como la mayoría de los Inuzuka, sus habilidades también incluían un buen nivel de jutsus médicos dirigidos a tratar animales y poseía buenos conocimientos de remedios naturales.
—Nara Shikamaru.
—Voy a ascenderlo, tampoco necesito revisarlo —respondió sonriendo un poco sin siquiera tomar el expediente.
Las habilidades del joven se habían incrementado con el tiempo aunque, al igual que su padre, no era un ninja que pudiera ser mandado solo y de frente contra otros shinobi, su valor estaba en otro lado. Desde la muerte de Asuma Shikamaru maduró bastante en lo concerniente a sus responsabilidades con la villa y como afrontarlas.
—Panza.
La quinta analizó el expediente por unos segundos antes de negar ligeramente con la cabeza. El muchacho dependía bastante de su equipo en lo que era toma de decisiones de estrategia para una misión y sus habilidades estaban muy enfocadas en resistir largos periodos peleando cuerpo a cuerpo. Claro que su habilidad para controlar jutsus de tierra con tanta afinidad era algo que por momentos la hicieron dudar, el elemento que utilizaba y la forma con la que lo hacía le permitía volverse incluso más efectivo dentro del estilo de pelea que utilizaba.
—Rock Lee —dijo extendiendo un fólder que llevaba en su interior datos de información del muchacho, desde sus estudios en la academia hasta la última misión que realizó.
—No hay necesidad de que discutamos este —rechazó la mujer—. Me negué a ascenderlo antes porque deseaba que madurara un poco más, no hay nada en sus capacidades que me vea en la necesidad de revisar.
—Lee es... —intervino Shizune al escuchar a Tsunade, quizás dudando un poco en la decisión que tomaría.
—Sé que es incapaz de de hacer genjutsus y ninjutsus. Aunque quisiera no puedo darle el rango de jonin, pero desde hace mucho ya lo tenía en mente para volverlo jonin especial —acotó la Hokage.
Shizune suspiró ligeramente y entregó otro expediente.
—Tenten —prosiguió la menor de las ninja médico.
—A veces es difícil percibir lo hábil que es —rió ligeramente la rubia revisando el expediente—. Con Lee y Neji alrededor de ella es fácil pasarla por alto.
—Para alguien que no proviene de una familia con técnicas su nivel es bastante alto —asintió Shizune.
—Pero está focalizado en una única área —agregó la Hokage, meditando que hacer con la kunoichi—. Su taijutsu es bueno aunque es opacado por el de sus compañeros y se ha centrado en los ataques de rango. Pero pese a eso tiene conocimientos suficientes en las otras áreas... —continuó, extendiendo el expediente—. Colócala junto con Lee, igual que él está suficientemente capacitada para ser jonin especial bajo las circunstancias en la que nos encontramos.
La labor prosiguió, con la entrega de expedientes de dos personas que en esos momentos se encontraban gravemente heridos según los reportes. Tatami Iwashi y Tobitake Tonbo, pese a que ninguno de los dos destacaba por tener alguna habilidad especial, habían sido asignados a misiones peligrosas ya por más de un año, por lo que la Hokage decidió ascenderlos a ambos, se les daría un tiempo para que se recuperaran en Konoha antes de retomar sus labores con su nuevo rango.
El expediente que siguió fue el de Iruka; al igual que con Kotetsu e Izumo, Tsunade decidió que no lo ascendería, deseaba mantenerlo con labores dentro de Konoha a menos que fuera extremadamente necesario hacer una movilización grande de ninjas.
—Yamanaka Ino —dijo seriamente, a la vez que extendió un pergamino con el sello de los ANBU.
—¿Es de Ibiki o de Yugao? —preguntó la quinta, abriendo el objeto y comenzando a leer—. Las habilidades de Ino aún no están muy desarrolladas —comentó la rubia—. En este último año ha comenzado a desarrollar con bastante velocidad las técnicas de su familia, lo cual es bueno si se le compara con su crecimiento anterior, pero pese a esto sus capacidades en taijutsu están muy por debajo de lo necesario, su genjutsu tampoco es bueno y su ninjutsu... fuera de las técnicas secretas de los Yamanaka posee jutsus médicos, cosa que es notable, es difícil entrenar médicos, pero carece de algo ofensivo.
Shizune asintió y trató de tomar los papeles para pasar a la siguiente persona, pero la Hokage continuó hablando.
—Pero, sus progresos bajo la tutela de Yugao han sido buenos —añadió antes de cerrar ligeramente los ojos meditando que haría con la kunoichi—. Daré mi consentimiento para que ingrese a formar parte de los ANBU —dijo, causando que Shizune dejara de respirar por un instante—. Ibiki sabrá como encaminarla y explotar sus habilidades; él será quien decida cuando estará lista para un ascenso.
—Sí —respondió la otra kunoichi antes de separar el expediente que acababan de revisar y tomar otro, continuando hasta terminar todos los documentos.
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Los rumores sobre la presencia de Sasuke se volvieron un murmullo generalizado entre las bocas de los shinobi de Taki, luego de no más de tres días desde que Konoha combatió en su territorio contra Kumo. El pequeño grupo de la hoja, mayormente conformado por médicos, no podía entender como la presencia del joven Uchiha pudo atraer la rabia del Raikage a punto tal de atacar dentro de otra nación.
Sakura trataba de mantenerse lo más enfocada posible, pero podía sentir como cada vez que el nombre del Uchiha era mencionado, los ojos de los otros médicos se posaban sobre ella de forma preocupada, como si esperaran que al escuchar la mención de su antiguo compañero fuera a salir corriendo a buscarlo. No podía culparlos, ella misma peleaba contra sus impulsos, pero los rostros de la gente afectada que estaba bajo sus cuidados la frenaban. De alguna manera Sasuke había ocasionado la tragedia de una villa que tenía poco que ver con el mundo shinobi.
Shikamaru pese a estar enterado de la situación de Sasuke como miembro de Akatsuki no dijo nada, él estaba ahí para armar un plan de contención y recopilar la información que pudiera ser brindada por Taki. Sus cruces con Ino o Sakura eran casi nulos, ellas estaba centradas en atender a las personas y él usualmente se encontraba hablando o revisando la zona en compañía de shinobis de la cascada.
Las bajas para el país del rayo fueron mayores, la posición ofensiva usualmente es la que se expone más, y la batalla de días antes no fue una excepción. Pero Konoha no pudo salir limpia, Tonbo había estado en un estado sumamente grave durante todo un día, siendo atendido por Sakura directamente. Por su gravedad no pudo ser movilizado, pero tampoco tenían los implementos para atenderlo correctamente. El chunin falleció en la madrugada, luego de que la mayor parte de ninjas de Konoha regresaran a la villa, sin que ningún médico pudiera salvarlo.
Tras la muerte de uno de sus camaradas bajo su cuidado, la joven aprendiz de la quinta Hokage trató de enfocar todo su esfuerzo y dedicación en estabilizar al otro ninja de Konoha que se encontraba en estado de gravedad, Iwashi. El estado de éste no era tan grave y el grupo simplemente estaba esperando a que se recuperara un poco más antes de movilizarlo de regreso a Konoha.
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Bajo una constante fuente de pequeñas y continuas gotas de agua, un hombre de cabello oscuro y largo observaba el grupo de nubes grises que dejaban escapar el líquido. Su mirada no transmitía ningún tipo de expresión, en cierto modo parecía estar ausente y simplemente había dejado su cuerpo. Pero el casi imperceptible sonido de unos pasos acercándose, delataron que aún estaba conciente aunque no lo aparentaba.
—¿Ocurre algo? —preguntó Madara al sentir que tenía a Pein detrás de él.
—Ya ha pasado más de un año —respondió el supuesto líder de Akatsuki, sin siquiera tratar de ocultar su molestia—. ¿Cuánto tiempo más planeas quedarte sin moverte?
—No te preocupes, ya no tienes que seguir tan impaciente —contestó, dibujando una sonrisa macabra en su rostro—. Volveremos a Konoha para capturar al Jinchuriki del Kyuubi.
—¿Ha regresado? —cuestionó Pein, ligeramente sorprendido por la declaración de Madara.
—No, pero volverá y cuando lo haga lo capturaremos —explicó, girando sobre su sitio para posar su mirada carmesí sobre los ojos pálidos del rinnengan—. Y, será tú presa.
—Le avisaré a Konan para comenzar a movilizarnos.
—Espera, el muchacho no va a regresar a menos que hagamos un espectáculo en Konoha —continuó Madara—. Sé que no es tu estilo, pero considera que la villa se encuentra en estado de alerta a causa de la guerra, no vas a poder entrar sin que te detecten desde antes y no podrás solo contra una villa y el Kyuubi... Eso, en caso lo llamen.
—¿Piensas movilizar nuevamente a Kiri? La mitad de los shinobi de la neblina fueron eliminados hace un año —inquirió, detestaba la forma en la que Madara estaba llevando a cabo las cosas, se centraba demasiado en acoplarse a los acontecimientos de una guerra que él mismo provocó y que interfería para poder moverse con libertad contra Konoha.
—Kiri y Ame —corrigió el Uchiha—. Hace unos días pude percibir unos movimientos entre las filas de Kumo que dudo se detengan; nos moveremos a la par con ellos, al parecer la presencia de Sasuke no les agrada demasiado.
—Iwa también estaba movilizándose en la frontera del país del viento —añadió Pein observando con cautela al shinobi que tenía en frente.
—Lo sé, por eso es que vamos a atacar ahora —afirmó Madara con un tono de superioridad a la vez que la lluvia se intensificaba—. Veamos que tan fuerte es el fuego de Konoha.
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Dos días después de haber regresado de la misión de Taki, Katt fue convocada para hablar con Tsunade. La pelirroja asistió sin muchos ánimos; la idea de que a la Hokage se le ocurriera volver a mandarla de misión cuando quería pasar más tiempo con su hija no le agradaba mucho. Pero luego de una pequeña charla con la rubia en la que ella casi no dijo nada, regresó a su casa con la mirada un tanto perdida y ligeramente preocupada.
Tsunade le informó que por la necesidad de efectivos y el nivel de las misiones, muchos chunin habían sido subidos de rango y ella estaba en ese grupo. Para Katt la noticia la dejó helada, sabía que no existía algo como examen jonin, y que por ende cuando llegaba las fechas en que usualmente se nombraban, uno podía subir de rango sin siquiera haberlo imaginado.
El que la hubieran ascendido era una sensación extraña que le estaba causando bastante preocupación. Cuando llegara a su casa, Kakashi posiblemente notaría algo extraño en ella; aunque no le contara se terminaría enterando y estaba segura que a su esposo no iba a gustarle nada la decisión de la Hokage.
Su casa se encontraba tranquila, simplemente había unos murmullos desde la planta superior, probablemente Sayuri tratando de conseguir la atención de su padre. Tomó algo de aire y subió las escaleras, sin saber si contarle o simplemente esperar a que se enterara por sus propios medios.
—¿Tienes misión? —preguntó Kakashi con un casi imperceptible tono de curiosidad cuando ella entró a la habitación, pero sus ojos estaban puestos sobre la bebé que se encontraba a su lado.
—No, sólo me llamó para hablar —contestó, sentándose a su costado encima de la cama.
—Oh —articuló, mirándola con cierto interés, a la vez que acomodaba a Sayuri que se estaba cayendo hacía un costado mientras reía.
—Tsunade subió a varios de rango —dijo finalmente ella luego de unos minutos en que lo único que se escuchaba en la habitación era a la bebé—. Soy jonin —añadió al notar que no parecía que él iba a tratar de hacer alguna pregunta.
Kakashi la escuchó y luego continuó observando a su hija como si nada hubiera ocurrido. Katt dejó escapar un suspiro, estaba segura de que en el momento en que le quitara la vista de encima se encaminaría a hablar con Tsunade. Si lo conocía bien podía asegurar que él no iba a tratar de ahondar en el asunto con ella, lo cual no era malo, no tenía mayores ánimos de discutir, el que la hubieran vuelto jonin implicaba que Konoha no estaba en la mejor de sus épocas y además no estaban esperando que el conflicto terminara en corto plazo.
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Una semana después del ataque en el país de la cascada, el grupo de médicos de Konoha regresó. El estado de Iwashi era estable y ya estaba comenzando a recuperarse a buen paso.
Shikamaru fue quien informó de todo lo ocurrido a la Hokage; el muchacho había tenido tiempo suficiente como para armar una buena imagen de todo lo ocurrido y de incluso tratar de calcular la fuerza con la que el Raikage enviaba a sus shinobi. También resaltó que Uchiha Sasuke había sido visto en el área por el grupo de Taki e incluso recibió reportes que indicaban que había salido de la cascada, con dirección al país de la lluvia. Siendo que la base de Akatsuki estaba localizada ahí, posiblemente se retiró en busca de un lugar más tranquilo.
Cuando el muchacho terminó de hablar con la quinta y estaba listo para retirarse, esta lo detuvo.
—Hay algo más, necesito informarte que ha habido ciertos cambios en la villa —explicó la quinta, llamando la atención Shikamaru—. A partir de hoy día llevarás tus funciones siendo jonin.
El joven simplemente parpadeó por unos instantes sin decir una palabra.
—No creo tener que explicarte a que se debe tu ascenso, que por cierto no es el único.
—No, lo comprendo —afirmó Shikamaru, ya había escuchado las quejas del concejo exigiendo los cambios.
—Antes de que te vayas a tu casa, llama a Sakura, dile que deseo hablar con ella. Dudo que esté muy lejos, debe de querer que le explique que está ocurriendo con Sasuke —pidió la quinta.
—¿Va a decirle? —cuestionó el muchacho—. Me sorprendió que no saliera a buscarlo cuando supo que estaba cerca, pero si se entera que pertenece a Akatsuki...
—Eso lo veré con ella —respondió Tsunade, completamente conciente de que sería difícil hablar con su alumna.
Sin que transcurrieran más de cinco minutos, Sakura ingresó a la oficina de la Hokage. Se veía seria y con una expresión de confusión que no ayudaba a que Tsunade encontrara las palabras adecuadas para tratar con ella.
—Sakura, hay dos cosas que quiero tratar contigo —comenzó a hablar al ver que ella simplemente la observaba—. La primera tiene que ver con tu desempeño como kunoichi —prosiguió, decidiéndose a dejar el tema de Sasuke para después, según lo que le había informado Shikamaru la chica de cabellos rosas se controló bastante bien a causa de la responsabilidad que reposaba sobre sus hombros—. Dudo que Shikamaru te haya comentado que fue ascendido a jonin.
Las palabras de su maestra la sacaron de su mutismo por unos instantes.
—No, no me comentó nada, aunque... Temari-san estaba esperándolo y creo que lo felicitó, supongo que fue por eso —contestó, no muy segura de comprender por qué le estaba informando el rango de su compañero—. Tsunade-sama, quería...
—Después —interrumpió al prever lo que trataría de decir—. Déjame terminar primero con esto. En estos días me he visto en la necesidad de revisar a los chunin que están en capacidad de poder subir de rango; debes de saber que en momentos de guerra el nivel de las misiones se tiende a mantener muy alto y es requerido un mayor contingente de jonins... al menos para no tener que enviar a alguien de rango chunin a algo que no debería de ir —explicó la mujer—. Shikamaru y algunos de tus amigos estaban en ese grupo, así como tú también lo estás.
—¿Cómo...? —articuló.
—No estaba segura de si debía ascenderte o no, eres sin duda una de las mejores médicos de la villa e incluso destacas entre todas las kunoichis de Konoha, pero había algo que necesitaba para realmente ascenderte y que dejó tu nombramiento en espera —contestó la mujer—. Uchiha Sasuke —mencionó, mirándola a los ojos—. La presencia de Sasuke en Taki y tu reacción era lo que requería para poder llevar a cabo tu ascenso. El que no hayas ido a buscarlo sino que te hayas mantenido en tu puesto sin siquiera tratar de extraer información de Shikamaru.
—Tsunade-sama, Sasuke-kun... —susurró, hasta que simplemente fijó la vista en la Hokage y alzó la voz, dejando ver la desesperación y dudas que se habían acumulado en Taki—. ¿¡Por qué atacaron la villa dónde estaba!?, Akatsuki se lo había llevado ¿¡Qué tiene que ver el Raikage...!? —cuestionó la muchacha, olvidando lo que su maestra estaba diciéndole.
—¡Sakura! —gritó la rubia, silenciándola—. Necesito que seas fuerte, sé que puedes serlo —agregó cuando tuvo su atención—. Hay muchas cosas que están ocurriendo, Sasuke se metió con la persona equivocada y ahora está afrontando las consecuencias de sus actos, lamentablemente dañando a la gente a su alrededor con su sola presencia.
—Pero... ¿Qué hizo? ¿Cómo escapó? —preguntó bajando la mirada, tratando de entender.
—Atacó a un shinobi importante de Kumo —contestó la Hokage, diciendo solo la verdad a la mitad, dando la información mínima para que su alumna pudiera entender la escena aunque le quedaran dudas—. Sasuke era el segundo tema que deseaba conversar contigo. Taki ha pedido mi autorización para su captura.
—¡No pueden hacer eso! —intervino inmediatamente.
—Sasuke ocasionó grandes problemas como pudiste ver en estos días, y el haber sido seguidor de Orochimaru por propia voluntad además de causante de que sus hombres escaparan al carecer de su control, no ayudan a su caso —respondió la quinta—. He dado mi consentimiento para su captura, pero debe de ser traído vivo a Konoha.
—Pero... si lo quieren muerto, exigirán que... —susurró apretando fuertemente los puños.
—De eso nos encargaremos luego, la alianza con Taki no puede perderse —contestó la mujer suspirando ligeramente, molesta consigo misma por tener que haber tomado esa decisión—. Pero no te preocupes por eso, nosotros poseemos más información sobre él, sus movimientos y no pudimos capturarlo.
—¿Por qué no ha regresado? —preguntó Sakura en voz baja—. Ya no está Orochimaru, ya mató a Itachi... incluso ya no está en manos de Akatsuki...
—No lo sé —respondió Tsunade, convencida de no decirle a qué grupo pertenecía el muchacho ahora—. Conociste bien a Sasuke, has visto como se ha deteriorado, sabes que él simplemente no va a regresar pensando que ya terminó de hacer todo lo que debía —explicó, viendo como la muchacha no se animaba a decir nada más—. Es mejor que vayas a descansar y trata de acomodar tus ideas —sugirió la quinta—. En unos días retomarás tus actividades como jonin en un equipo que te asignaré —explicó Tsunade, a la vez que los ojos de Sakura se posaban sobre ella y su boca parecía que deseaba decir algo—. Actuarás como médico en un equipo con otros jonins, y espero que pese a todo seas capaz de controlarte como lo hiciste en Taki.
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Reunidos en una habitación alumbrada por varias antorchas, se encontraban los miembros sobrevivientes de Akatsuki y las últimas adquisiciones que Madara agregó al grupo. El mayor de los Uchiha sobrevivientes observaba a los presentes con una sonrisa tranquila en el rostro, analizando el estado en que se encontraban los otros. Pein pese a su apariencia impasible podía saberse que deseaba atacar desde hace mucho tiempo, quizás si a las reuniones atendiera su cuerpo real esa impaciencia sería más notoria; Konan estaba al lado del pelirrojo, tranquila y callada como era lo usual, simplemente esperando las órdenes de Pein mas que las de Madara. Apoyado contra una pared estaba Kisame con esa sonrisa divertida que permitía que sus afilados dientes fueran visibles, simplemente curioso por escuchar lo que el Uchiha planeaba hacer y en ocasiones mirando al otro ninja que perteneció a la villa de la neblina, Suigetsu, que no cesaba de lanzarle miradas provocadoras que advertía que seguía con la idea de quitarle a Samehada.
Sasuke estaba en frente de Madara, rodeado por su equipo, en silencio y quieto. Pero sus ojos oscuros dejaban ver otra cosa: el fuego por el que eran tan conocidos los ninjas de Konoha, pero con las llamas dispuestas a volver cenizas su antiguo hogar, vengarse del concejo y de Danzou.
—Ya saben que comenzaremos a movilizarnos a Konoha —habló por fin Madara—. Kiri debe de estar en camino y considerando el nivel de vigilancia de la villa dentro de medio día deben de estar siendo advertidos del ataque que les llegará.
—Fue una tontería no acabar en un solo combate —intervino Pein, haciendo más que notoria su disconformidad con el Uchiha.
—No estaba el Kyuubi y Konoha requería un tratamiento inmediato antes de que se sintieran muy confiados.
—Nos van a estar esperando —prosiguió Kisame, sin mayor deseo de ver una discusión entre los otros dos hombres—. Es extraño de ti dejar que el enemigo esté advertido de que estás yendo.
—Me gusta innovar —respondió Madara con una sonrisa burlona—. No hay mayor problema, sabrán que vamos, pero eso no quiere decir que estén en capacidad de detenernos con facilidad.
—Pero el jinchuriki del Kyuubi no se encuentra en Konoha —resaltó el shinobi de Kiri.
—Lo llamarán —aseguró Madara—, y en caso no lo hagan simplemente destruimos la villa y nos sentamos a esperar a que regrese.
—Si deseas que lleguemos a la par con Kiri tendremos que salir antes de que amanezca —indicó Pein.
—En realidad, es mejor que vayamos saliendo ahora, tendremos que juntarnos con Kiri antes a un par de horas de Konoha, es mejor ir con algo de tiempo —explicó el Uchiha—. Y ahora, repasemos un poco lo que cada uno debe de hacer, cuando lo acaben dedíquense a lo que gusten —continuó, posando la mirada sobre Sasuke—. Necesito que hagas algo que sé disfrutarás.
—El concejo y Danzou —mencionó el joven secamente.
—Exacto. Ve con tu equipo a encargarte de ellos, los ancianos no serán tan complicados, pero Danzou va a ocultarse detrás de sus pequeños títeres —asintió Madara, satisfecho de ver que al menos el muchacho se encargaría de esos tres—. Trata de que no te sientan entrar, ya cuando ataques sé todo lo vistoso como lo desees, eso será una buena distracción a media batalla —aclaró, luego posó la mirada en Kisame—. Tú también tienes una pelea pendiente con un shinobi de Konoha, es un jonin problemático, encárgate de él.
—Que considerado eres —bromeó Kisame, aunque en realidad estaba curioso de haber recibido la asignación de encargarse de la bestia verde de Konoha. Estaba seguro de que alguien con las habilidades de Guy caería de forma sencilla contra un oponente del calibre de Madara, el jonin no parecía ser alguien acostumbrado al juego sucio.
—Yo por mi parte tengo unas cuantas tareas pendientes, el shinobi que controla el Mokuton y Hatake Kakashi están en mi lista —prosiguió Madara—, y claro, acabar con los tres que se escaparon de mi labor anterior —completó divertido—. Pein, Konan, ustedes dos encárguense de la Hokage y cualquier otro shinobi que pudiera apoyar al Kyuubi cuando llegue.
—En el momento en que Uzumaki Naruto ponga un pie en Konoha Pein se encargará de él —dijo Konan, mirando a su compañero.
—Por supuesto —afirmó Madara—. El zorro es presa de Pein.
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Un constante sonido, producido por varios halcones, a mitad de la noche y el movimiento del cuerpo que reposaba a su lado despertó a Katt. Se tomó unos segundos para darse cuenta de que lo que estaba escuchando era probablemente la forma con la que usualmente Konoha alertaba a sus shinobi cuando requerían que todos se movilizaran. Era la primera vez que la escuchaba, pero ya había sido advertida de que significaba.
—Lleva al refugio a Sayuri y luego toma el puesto que te hayan asignado —indicó Kakashi mientras con calma, pero sin perder el tiempo, se alistaba—. Es la primera alerta, deben de estar a una hora de distancia, es un grupo grande o no habrían usado este método.
Katt asintió, se alistó de prisa y fue a buscar a la bebé. La pequeña Sayuri dormía tranquilamente en su cuna, completamente ajena a los sonidos nocturnos y al caos que podría producirse en una hora. Con cuidado la pelirroja levantó a su hija, tratando de no despertarla. En la planta baja Orion ya estaba despierto, observando el movimiento de los shinobi por sobre los tejados.
—Voy a ir con Nodoka —dijo Katt dirigiéndose a Kakashi que estaba esperando en la puerta de entrada—. No quiero dejar a Sayuri con la primera persona que vea.
—Trata de no demorarte mucho, si podemos contenerlos antes de que entren a la villa la evacuación simplemente habrá sido una medida de precaución —explicó el jonin acariciando ligeramente la cabeza de Sayuri antes de desaparecer.
En las calles se podía ver como los ninjas de Konoha se movilizaban, principalmente, en dos direcciones diferentes. Los genins y unos pocos chunin estaban recorriendo las calles, despertando y escoltando a los civiles; mientras que el resto se apresuraba a la zona de la muralla, armando escuadrones para tratar de tener el enfrentamiento lo más lejos de la villa posible.
El hospital también comenzaba a llenarse de movimiento pese a la hora. Los médicos de la villa llegaban para alistar todo el material posible y armar un punto más cercano a la muralla en donde pudieran atender a los heridos en un primer momento antes de movilizarlos al hospital.
Shizune se encontraba a cargo de la facilidad médica, cuando todos estuviera en rumbo y listo para comenzar a atender heridos ella se dirigiría al puesto que se estaba armando, pero por el momento era requerida para coordinar los movimientos.
—Sakura, Ino, Hinata —llamó al ver a las muchachas pasar por un corredor cercano terminando de alistarse—. Ustedes dos vayan yendo de una vez —ordenó a las dos primeras kunoichis y luego posó la vista en la heredera Hyuuga—. Reúnete con el escuadrón cinco en la entrada del hospital para hacer los diagnósticos iniciales cuando comiencen a llegar los heridos.
Las tres muchachas asintieron y se separaron. La asistente de la quinta continuó dando órdenes hasta que Udon se acercó a ella.
—Shizune-sensei —llamó el pequeño de lentes, esperando a que se le indicara cual sería su posición.
—Vas a quedarte aquí —indicó, viendo un ligero descontento en sus ojos—. Aun te falta mucha experiencia para aplicar jutsus médico, podrás hacer un mejor trabajo aquí que tratando de curar a alguien con un enemigo a menos de cinco metros —explicó sonriendo ligeramente, Tsunade había descubierto un par de meses antes que el amigo de Konohamaru, pese a su apariencia enfermiza, tenía un buen potencial para volverse un ninja médico y llevaba un corto periodo de preparación.
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Katt llegó al refugio junto con Sayuri, Nodoka, Kiyoshi y sin tener que haberlo pedido, Orion. Su zorro la había acompañado mientras olfateaba el aire del ambiente, buscando un olor similar, que la pelirroja rogaba que no llegara a sentir.
Muchos genins se encontraban organizando a los refugiados, ayudando a los ancianos para que el movimiento fuera más fluido, dirigiendo a las personas y calmando a los que temían lo peor luego del ataque anterior.
—Yo me encargaré de ella —dijo Nodoka cuando llegó a un lugar tranquilo junto con Katt—. Es mejor que vayas yendo, nos dijeron que en esta ocasión pondrían una seguridad alta alrededor y quizás si te demoras no puedas salir.
—Sí... —asintió, mirando a su hija que se había despertado a mitad de camino, pero no había llorado ya que estaba entretenida mirando como una de las colas de Orion se movía como un péndulo en frente de ella—. Pórtate bien Sayuri-chan —dijo dándole un beso en la frente y tratando de sonar lo más calmada y natural posible. Una mano tocando su cabeza la distrajo cuando estaba a punto de tratar de alejarse de su bebé.
—Mientras más rápido te vayas más pronto regresarás —comentó la dueña de la mano, Anko—. O al menos eso me sirve a mí.
—¿Y Dango? —preguntó la pelirroja al no ver al pequeño por ningún lado.
—A salvo. Vamos moviéndonos, que cuando llegué vi a Kurenai que ya estaba dirigiéndose a su posición.
Ambas kunoichis, y la invocación, abandonaron el refugio y se dirigieron con prisa a la muralla de Konoha. Antes de salir, Katt notó a Konohamaru tratando de organizar a un grupo de genins que parecían ser recién graduados y en las cercanías la cabellera larga y oscura de una de las últimas integrantes del clan Hyuuga, portando su bandana de Konoha sobre la frente.
—¡Vamos, muévanse rápido! —ordenó Konohamaru, de pie sobre una caja para tener una mejor visión de lo que estaba ocurriendo a sus alrededores—. Tenemos que acabar con esto y cerrar el refugio antes de que llegue el enemigo.
—Deja de estar ordenando cosas y también ponte a trabajar —interrumpió Hanabi al ver al nieto del tercer Hokage en su posición preferencial.
—Alguien tiene que dirigir —replicó ligeramente fastidiado.
—Sirves más moviéndote Sarutobi —insistió ella, mirándolo a los ojos y esperando a que se moviera.
—Tú también vas para adentro Hyuuga —prosiguió Konohamaru, no muy contento al ver que su 'autoridad' estaba siendo discutida—. Cuida al fondo, que a ti también tenemos que cuidarte luego del ataque anterior.
—Claro, si me acompañas. Ya sabes, hay menos Sarutobis que Hyuugas actualmente —respondió Hanabi con una ligera sonrisa burlona, que desapareció de su rostro al ver como Iruka se acercaba a ellos, acompañado por Chouji.
—¡Suficiente! —ordenó molesto—. No es momento para esto, los dos vayan a revisar que no haya quedado gente rezagada en el perímetro del refugio. Cuando regresen empezaré a colocar las trampas alrededor.
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En la parte externa de la muralla un gran contingente de shinobis de la hoja se encontraba reunido, esperando órdenes para avanzar. Observando desde lo alto, la quinta Hokage terminaba de discutir las posibles estrategias a tomar con un grupo de shinobis entre los que se encontraban Ibiki, Shikamaru y la embajadora de Suna.
Los reportes que Tsunade había recibido indicaban una ofensiva que estaba compuesta por ninjas de Kiri y Ame. Pero no era una sorpresa, los reportes de los movimientos de esos shinobi llegaron horas antes de que fuera necesario alertar a la villa y ya tenía una idea de sus números para contenerlos.
—Esta vez tenemos que mantenerlos fuera de Konoha, no podemos permitirnos que la villa se vea dañada nuevamente —habló Tsunade seriamente—. En esta ocasión los estamos esperando, no volverán a tomarnos por sorpresa.
—Ya casi todos los equipos se encuentran reunidos —intervino Ibiki—. Es buen momento para que comencemos a avanzar.
—Una posición intermedia será lo ideal —opinó Shikamaru—. No tenemos la seguridad de que no hayan infiltrados como la vez anterior, debemos de estar en capacidad de atacar y a la vez regresar a tiempo si es que algo ocurre en Konoha.
La quinta Hokage asintió ligeramente y luego posó la vista en Ibiki —¿Movimientos de Danzou?
—Ninguno al parecer. Sus ANBU continúan con él y no parece que vayan a unirse a la defensa —respondió el hombre—. Quizás debamos de preocuparnos por recibir un ataque por la espalda de parte de Danzou.
—Tengo presente a esa rata traicionera —masculló la rubia—. Estate atento con él, pero lo principal es contener el ataque que viene, Danzou sólo atentaría en contra de los shinobi que se enfrenten a él, no destruiría Konoha.
—Hokage-sama, hay algo más —llamó Shikamaru al ver que ya no estaban centrados en el tema de las estrategias—. Pese a que estemos preparados, necesitaremos toda la ayuda posible —comentó—. Sé que puede ser peligroso, pero Naruto sin duda fortificaría mucho la defensa.
Tsunade observó al muchacho por un momento, él era de los pocos compañeros del rubio que tenían conocimiento de la situación de Sasuke, así como comprendía perfectamente que Naruto no tendría una reacción favorable cuando viera cara a cara a su amigo, que probablemente estuviera a pocos minutos de la villa. Pero a pesar de que tenía muy presente eso, deseaba que Naruto estuviera presente, que él fuera quien se enfrentara a Sasuke de ser necesario y no que, el día que regresara, recibiera un informe sobre la caída de Uchiha Sasuke a manos de cualquiera.
—Toma tú posición —habló Tsunade, notoriamente pensativa, aún decidiendo si llamar o no a Naruto.
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En las cercanías de Konoha un gran contingente de shinobis, portando bandanas de dos diferentes naciones, avanzaba con un objetivo claro en sus mentes. Era segunda vez que los ninja de la neblina posaban sus ojos en el distante cerro de los Hokages, pero en esa ocasión el Mizukage les estaba ordenando avanzar hasta el final, no había objetivos fijados para ellos. Pese a haber perdido a muchos compañeros en el ataque anterior, los resultados que llegaron a sus oídos eran suficientes como para ver la ofensiva del año anterior como una victoria; el clan Hyuuga fue casi totalmente eliminado, así como dos clanes más de la villa de la hoja.
Entre los pocos que no vestían bandana estaban Sasuke y su grupo. Avanzando al frente, junto con el resto de miembros de Akatsuki. El joven Uchiha observaba intensamente el monte de los Hokage, en la base de este es donde estaba seguro que encontraría al concejo y en las cercanías, según información de Madara, podría dar con Danzou.
—Están preparándose rápido —se escuchó informar a Karin, quien mantenía su concentración para poder observar los movimientos de los chakras enemigos.
—Una villa de shinobis completamente lista para defenderse... —comentó Suigetsu meditando ligeramente antes de sonreír burlonamente en dirección a la pelirroja—. ¿Estás segura que puedes guiarnos a través de todo eso sin que nos vean?
—¡Por supuesto! —respondió la kunoichi acomodando sus gafas—. En cuanto comience el ataque puedo encontrar una ruta adecuada para que nos infiltremos.
—Traten de no sobresalir demasiado hasta que lleguen a su objetivo —interrumpió Madara, acercándose un poco más a los cuatro integrantes de Taka—. Aún hay un par de Hyuugas que quizás vean sus movimientos, mientras menos llamen la atención será mejor —aconsejó, antes de indicarles una ruta—. Aquí nos separamos, esperen a que todo comience, luego de eso prosigan como mejor les parezca.
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El choque inicial entre la defensa de Konoha y los atacantes ocurrió a unos diez minutos antes de que los últimos llegaran a la base de la muralla. Ahí los shinobi de la hoja habían armado una pequeña barrera de tierra extendida en frente de la dirección de donde provenía el enemigo, con ayuda de ninjutsus, que no pasaba el metro y medio de altura, pero que detrás de esta estaban ubicados un grupo de escuadrones de médicos.
El pequeño obstáculo no sorprendió a Madara, incluso ya lo había tenido en mente. Konoha no arriesgaría tener un combate tan cerca de la villa si era capaz de evitarlo, así podían evitar mejor los intentos de infiltración. Pero debían de romper la línea que dividía a los bandos si es que deseaba que Sasuke pudiera entrar y luego que él mismo, mientras todo estuviera envuelto por el caos, pudiera buscar a sus objetivos.
El intercambio de ataques se volvió constante. La masa de ninjas se encontraba dividida en bandos, excepto en algunos puntos en donde la presencia de shinobis de mejor nivel enfrentándose contra otros no tan fuertes provocaba pequeñas brechas. Ante esto Tsunade dejó de avanzar, dentro de todos los presentes ella era sin duda una de las más poderosas y con la mayor experiencia en combate, pero si realmente pensaba mantenerse atacando debía de ignorar a todos los enemigos y buscar a los miembros de Akatsuki; sólo ellos podrían desequilibrar la ventaja de Konoha.
Madara observaba desde el fondo, acompañado por Konan y uno de los cuerpos de Pein. Podía ver los puntos en que la defensa de la villa estaba más sólida y los puntos por los que podría romperla. En la base de la barrera colocada por Konoha podía verse por momentos una ola llamativa de fuego que se expandía alimentada por un jutsu de viento, que se volvía menos continua cada ocasión en que aparecía, mostrando que Kiri y Ame estaban logrando una buena labor en separar a quienes la ejecutaban. Un detalle que llamó su atención era como la minúscula muralla improvisada estaba aguantando bastante bien; era reparada con relativa rapidez y la mayoría de ataques que trataban de filtrarse por los espacios que quedaban abiertos por momentos eran repelidos por jutsus de viento, en ocasiones acompañados de veneno. Los heridos de Konoha eran trasladados a donde los médicos, desde ahí los que eran estabilizados tomaban una posición de ataque secundario, lanzando jutsus y armas sin entrar directamente en combate. Desde ambos bandos varios shinobi que trataban de retirarse para ser atendidos eran retenidos por una sustancia pegajosa y acuosa que anulaba sus movimientos. Lamentablemente para Konoha el usuario de Kiri poseía una mayor habilidad para esto.
Pero pese a que Konoha estaba bien organizada, la ofensiva dada por dos cuerpos de Pein que se encontraban en el centro del combate, impedían que sobrepasar a Kiri y Ame fuese una labor sencilla. Muchas invocaciones de gran tamaño repelían los ataques de Konoha a la vez que trababan de avanzar. Uno de los cuerpos de Pein localizaba a los usuarios de ninjutsus de buen nivel y absorbía sus ataques antes de que llegaran a su objetivo. Y por supuesto, dentro de los que portaban la bandana de la neblina o la lluvia había shinobis que podían provocar una gran presión contra la hoja.
Madara se movió ligeramente y acomodó la máscara naranja que cubría su rostro. Acababa de divisar a Kisame acercarse por uno de los flancos más accesibles en la defensa de Konoha.
—Creo que ya es hora —comentó, concentrándose ligeramente y envolviendo su cuerpo en un chakra oscuro.
Desde el campo de batalla, el único integrante del clan Hyuuga que se encontraba peleando notó como el chakra que había estado vigilando aumentaba de forma preocupante. Neji dirigió la mirada en la dirección que su byakugan marcaba la presencia del chakra invertido que no pertenecía a Katt o a Sayuri y pudo notar a lo lejos una silueta envuelta en un aura oscura. En ese momento llamó a sus dos compañeros de equipo que se encontraban peleando cerca de él, era necesario contener a ese hombre antes de que comenzara a moverse, pero en el instante en que iban a avanzar, el chakra desapareció junto con su dueño.
Por una breve fracción de segundo se sintió confundido, hasta ese día él había sido capaz de seguir con sus ojos los jutsus que se usaban para transportarse de un lugar a otro, pero en ese momento simplemente perdió el rastro de lo que ya de por sí era una presencia llamativa. Tanto Tenten como Lee notaron que Neji se detuvo y luego casi instantáneamente giró bruscamente clavando su mirada detrás de las filas de Konoha.
El poderoso chakra invertido acababa de reaparecer, en una posición preferencial para poder posicionar un ataque con casi nula resistencia. Una poderosa energía oscura avanzó en un segundo, golpeando a uno de los escuadrones médicos de Konoha y los ninja que se encontraban cerca, rompiendo a su paso una porción de la barrera de tierra que había aguantado hasta ese momento.
Tsunade al ver eso estuvo a punto de dirigirse a ese punto; pero se detuvo al ver como desde otro punto un inmenso jutsu de agua golpeaba otra zona, abriendo otra brecha para que los enemigos pudieran romper la formación de su villa. Cuando estaba por dirigirse al primer punto, que fue un ataque desde el interior, fue interceptada por el cuerpo principal de Pein.
—¿Dónde está Uzumaki Naruto? —preguntó sin siquiera parpadear o importarle los shinobi que peleaban a su alrededor. Ya había esperado mucho para ese enfrentamiento y ese día lo tendría.
—¿Dónde está Uchiha Sasuke? —cuestionó la rubia, hasta ese momento no había logrado dar con el muchacho. Sin contar que no le agradaba que el líder de Akatsuki deseara tan directamente a Naruto. Antes de sumarse a la ofensiva había decidido que llamaría al rubio, pero quizás por alguna extraña suerte, él aún no había llegado—. En esta ocasión no vas a poder escapar —añadió observándolo directamente—, no creas que pienso dejar que Akatsuki se enfrente a Naruto mientras yo esté presente.
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Los shinobi de Konoha lograron reposicionarse para seguir conteniendo a su enemigo, la muralla real de la villa era ahora la que estaba sirviendo como barrera. Muchos de los equipos médicos así como los heridos estaban atrapados dentro del combate, pero poco a poco estaban consiguiendo desplazarse dentro de la villa.
Con ambos bandos peleando de manera en que no era ya posible trazar una línea que los dividiera; Madara comenzó a buscar a su primera víctima. Pese a que recién lo había visto en el ataque anterior y que usualmente no era presa de la impaciencia, el shinobi usuario del mokuton había permanecido en su cabeza todos los días desde que los descubrió y planeaba no volver a pensar en él en unos minutos. No era solo los malos recuerdos que le traía ver el movimiento de la madera, si era tan similar al primer Hokage, posiblemente podría tratar de controlar a los bijuu y eso era algo que no planeaba dejar que ocurriera.
Localizarlo no fue una tarea tan complicada, era simplemente buscar dónde parecía que los árboles cobraban vida. Yamato se encontraba peleando en un área cercana a la quinta Hokage, eso era algo que no beneficiaba a Madara, pero a la vez la mujer se estaba enfrentando al cuerpo principal de Pein, por lo que no estaría en capacidad de apoyarlo y a diferencia del resto de combatientes, él se las podía arreglar para que las habilidades de control de gravedad de Pein jugaran a su favor.
Haciendo gala de su habilidad para aparecer en frente de sus oponentes, sin que ellos puedan hacer mucho fuera de reaccionar rápido, se colocó en frente de Yamato. Al ver aparecer al portador de la máscara naranja el usuario del mokuton retrocedió, a la vez que desde su cuerpo unos apéndices de madera con punta arremetían directamente contra Tobi.
El ataque atravesó el cuerpo del miembro de Akatsuki, pero sin dañarlo. Al estar sujeto a su jutsu Yamato pudo sentir que no había golpeado nada, por lo que el avance casi inmediato de su oponente no lo tomó por sorpresa.
Tanto Pein como Tsunade notaron el enfrentamiento que estaba ocurriendo no muy lejos de su posición, habían otros grupos de shinobi en el centro, pero el jutsu de madera era algo que resaltaba. La quinta Hokage maldijo ligeramente, luego de haber recibido tantos informes, solo requería una confirmación visual para terminar de armar la relación, Tobi-Madara y el asesino de los Hyuuga. Si realmente ese hombre era el Uchiha que se enfrentó a su abuelo, Yamato estaba en desventaja.
—Si deseas ir a ayudarlo, dime ¿dónde está Uzumaki Naruto? —habló Pein mientras esquivaba uno de los potentes golpes de la quinta. Al sólo recibir una respuesta agresiva repelió a la Hokage y a todos los shinobi que se encontraban cerca de él, lanzándolos varios metros por los aires.
La ola de gravedad golpeó a Madara y a Yamato también, pero el primero desapareció en cuanto se sintió movido por la energía. El jonin de Konoha trató de sostenerse al suelo con ayuda de la madera que se extendió desde su cuerpo, pero en cuanto se detuvo, sintió una punzada fría en su pecho, muy cerca al corazón. Tobi reapareció en frente, con un kunai en posición para acabar el combate en ese momento, pero aunque el jutsu de Pein le dio una ventaja, no le permitía demasiada precisión al momento de acertar golpes.
—Casi —comentó de forma burlona, impulsándose hacia un costado, comenzando a esquivar un grupo de raíces que amenazaban con empalarlo contra el suelo—. Pero es solo cuestión de tiempo —agregó para sí mismo, notando que el ataque de Pein había lanzado a la Hokage en la dirección opuesta, alejándolos lo suficiente como para no tener interferencias por parte de ella.
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En el límite más alejado de Konoha, Konan seguía observando en compañía de uno de los cuerpos de Pein. Hasta el momento su labor había estado reducida a servir de respaldo, combatiendo a distancia con sus jutsus. En el área que se encontraba no habían muchos shinobi, la mayoría de los que rondaban la zona eran los grupos de Kiri o Ame que se alistaban para tratar de ingresar por un flanco diferente a el combate caótico.
En una fracción de segundo la kunoichi de Akatsuki se vio envuelta por un grupo de serpientes que la apretaban fuertemente. Detrás de ella una mujer con una sonrisa extensa la observaba y desde su brazo más serpientes comenzaban a brotar, así como tres siluetas más aparecían.
Al notarlos los shinobi de Ame que se encontraban partiendo comenzaron a retornar, pero el grupo quedó estático en su sitio, unidos por unas sobras oscuras a un muchacho que parecía estar satisfecho.
—No tengo idea que es lo que ustedes hagan, pero es segunda vez que se quedan esperando al fondo —comentó Shikamaru, observando a la Kunoichi de Ame y al cuerpo de Pein que se encaminó con dirección a Anko.
El miembro de Akatsuki se vio obligado a cambiar su rumbo cuando un puño cargado con chakra pasó muy cerca de él, y luego la dueña de este se mantuvo casi sobre él, tratando de golpearlo sin darle oportunidad para atacar.
Konan observó por unos instantes, Konoha había enviado un equipo por ellos, eso era algo que no esperaba. Pero decidió moverse cuando el cuatro integrante del equipo invocó un gran número de cuervos que se encaminaban con dirección al cuerpo de Pein, que a duras penas podía escapar a los ataques de la muchacha de cabellos rosa. Cerrando los ojos por un instante la kunoichi de Ame se deshizo en miles de pequeños papeles, dejando a las serpientes sin su presa.
Shikamaru no tenía una idea clara de las habilidades de esos miembros de Akatsuki, pero no podía permitirse que hubieran refuerzos portadores de lo que era obviamente un rango alto. Hasta el momento la situación estaba controlada, pese a que Konan acababa de liberarse, el cuerpo de Pein no lograba imitarla.
Un grupo de los papeles de Konan se abalanzó y chocó contra los cuervos de Aoba, envolviéndolos y obligándolos a caer al suelo hasta ser des-invocados. El shinobi no esperó a ver como su ataque anterior desaparecía, por lo que avanzó con un kunai en la mano para apoyar a Sakura directamente.
El joven Nara observaba con cautela, pese a estar conteniendo a un grupo de Ame, si podía intervenir un poco en la batalla, pero por el momento sus compañeros estaban haciéndolo bien y no deseaba que el enemigo notara que era capaz de participar. Anko por su parte volvió a utilizar sus serpientes, pero en esta ocasión a modo de lanzas para tratar de atravesar los trozos de papel que no habían envuelto cuervos sino avanzaban contra Sakura.
Al no poder tener suficiente cantidad como para envolver un cuerpo entero, Konan dirigió su ataque al brazo de la alumna de la Hokage y al kunai que sostenía Aoba que se dirigía directamente contra la cabeza de Pein. Aplicando algo de chakra logró hacer suficiente presión sobre un nervio como para ocasionar un desvío en la trayectoria del puñetazo cargado con chakra, a la vez que el kunai simplemente golpeó a Pein como si se tratase de un palo sin filo.
La mirada de Shikamaru se dirigió hacia el campo de batalla, a pocos metros desde esa dirección un cuerpo de Pein, de cabello largo, estaba avanzando rápidamente. Los ojos del rinnengan le permitían ver a su usuario lo que ocurría en el campo de visión de todos sus cuerpos. El Nara ya tenía conocimiento de esto, pero no esperaba una reacción tan rápida por parte de Pein, quizás había un motivo realmente fuerte para que tanto el cuerpo como la Kunoichi se mantuvieran a distancia.
La presencia de otro shinobi de cabello rojo anaranjado no pasó desprevenida para Anko. La mujer se reposicionó para interceptarlo y no permitir que se sumara a apoyar a los otros dos miembros de Akatsuki. Con un jutsu de fuego lo obligó a ir para un costado, acercándose al área en donde se encontraba Shikamaru.
Con conocimiento sobre las habilidades del muchacho, el recién llegado cuerpo de Pein no se mantuvo quieto, esperando a ser capturado mientras la sombra del Nara se extendía hacia él. Al notar esto Shikamaru decidió no tratar de capturarlo, sino atacarlo, así que elevó su sombra del suelo y la dirigió en contra del Akatsuki, a la vez que la kunoichi lo apoyaba entrando en combate cuerpo a cuerpo contra el enemigo.
La pelea contra el primer cuerpo de Pein y Konan se mantenía tensa, tanto Sakura como Aoba estaban ligeramente restringidos en movilidad y si no hacían algo rápido la sangre dejaría de fluir por sus extremidades debido a la presión que ejercía el papel. La aprendiz de la Hokage aprovechó un movimiento de ataque de Aoba para tomar con una de sus manos los papeles que rodeaban su brazo y arrancarlos. Pero contrario a lo que había esperado, estos no trataron de regresar hacía ella, sino que se dirigieron a las piernas de la otra Kunoichi de Konoha.
Desde el suelo, se formó un pequeño torbellino con los restos de los papeles que habían asfixiado a los cuervos y la figura de Konan comenzó a tomar forma nuevamente. Pero en lugar de completar su figura humana el borde de cada papel apuntó en dirección a Sakura, Aoba y el cuerpo de Pein y luego en un estallido avanzó como navajas afiladas. Los papeles que envolvían a Aoba lo soltaron inmediatamente y cubrieron la espalda del cuerpo de Pein, endureciéndose para actuar como escudo contra el ataque que había sido lanzado.
Al ver esto Anko maldijo ligeramente y desvió su atención al punto en donde debía de colocarse alguna barrera si no deseaba tener a dos shinobis muertos en el suelo. Casi por instinto de su brazo derecho salieron sus serpientes, pero en esta ocasión en una cantidad mucho mayor, que cayó como una cortina en donde el papel se clavó. Pero la kunoichi de Konoha sintió como su respiración se agitaba de improviso y el dolor sobre su cuello comenzaba; la cantidad de chakra que había utilizado para generar esa cantidad de serpientes sobrepasaba sus límites normales y el sello que reprimía la obra de Orochimaru estaba cediendo.
Bajo la sombra de las serpientes Sakura se impulsó directamente contra el cuerpo de Pein, la cobertura que Anko le había otorgado tomó por sorpresa a los enemigos. El primer golpe fue esquivado con dificultad, pero el segundo dio directamente contra uno de los brazos del cuerpo, lanzándolo unos metros hacía atrás y revolcándolo por el suelo.
El jutsu de papel se rearmó en una única posición, en frente del cuerpo que acaba de ser golpeado. Pero una especie de tentáculo negro atravesó la figura por el medio, provocando que velozmente retomara su forma humana.
Anko, pese al dolor, estaba dispuesta a volver a atacar, pero una mano la tomó por la cabeza y un chakra la rodeó. Pudo escuchar como Sakura gritaba su nombre, pero luego de eso lo único que sus sentidos le permitían percibir era dolor, el mismo dolor agónico que sintió el día que Orochimaru le colocó su sello maldito.
El cuerpo de cabello largo la observaba con algo de sorpresa, el chakra con el que la rodeo estaba siendo repelido por algo que ocasionaba que el cuerpo de la mujer se tornara negro poco a poco. Aplicando algo más de chakra trató de absorber la vida de la kunoichi, pero una ligera explosión lo separó de esta.
Shikamaru soltó a Konan, quien cayó al suelo y dirigió su ataque al cuerpo cercano a Anko. Sakura al ver que por ese momento solo había un enemigo en capacidad de realmente enfrentarlos y que Aoba estaba dirigiéndose a donde se encontraba el cuerpo que acababa de ser golpeado por ella, corrió a donde estaba Anko.
La antigua alumna de Orochimaru gritaba de dolor y sus ojos parecían estar en blanco, su cuerpo sufría de convulsiones casi permanentes y cada músculo de su cuerpo parecía estar suficientemente tenso como para romperse. Sakura se colocó a su costado y con su fuerza la sostuvo para poder tratar de atenderla.
Levantando un poco la mirada Konan tomó aire y se deshizo en pequeños papeles que en un fuerte remolino pasaron junto a Aoba y tomaron el cuerpo de Pein, alejándose a toda velocidad. El cuerpo de cabello largo esquivó los ataques de Shikamaru antes de imitar a sus compañeros y retirarse.
—¡Aoba! —gritó Shikamaru—. No los sigas —agregó, al ver al shinobi—. Sakura.
—Hay algo con su sello —explicó mientras intentaba a toda costa de obligar al cuerpo de la otra kunoichi a que se relajara—. Eso fue...
—Un sello maldito —completó Shikamaru, antes de posar la vista en el grupo de Ame que aún tenía capturado—. Ayúdame con esto Aoba. Sakura tú estabilízala y llévala hasta el hospital —indicó, no complacido por los resultados. Había conseguido que sus dos objetivos se retiraran en mal estado, pero como parecía ser algo que tendía a ocurrirle, no logró que fuera una victoria completa, o al menos no lo consideraría así hasta saber que Anko se encontraba estable.
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Envuelto dentro de la batalla, el sonido de un Raikiri sobresalió, coronando una victoria para Konoha. Kakashi había estado teniendo un enfrentamiento contra uno de los cuerpos de Pein.
A diferencia de pelear contra un humano, éste enemigo resultó mucho más similar a un títere. Había tenido la capacidad de separar partes de su cuerpo y utilizarlas como apéndices independientes para atacar, también era algo notorio que su anatomía fue modificada, ningún cuerpo normal poseía apéndices de metal que sobresalen o tres rostros dispersos alrededor de la cabeza, sin contar la resistencia a los golpes e incluso la capacidad de mantenerse de pie pese a estar sumamente dañado.
Kakashi trató de tomar algo de aire a la vez que utilizaba el cuerpo inerte de Pein como escudo contra un grupo de shurikens. Su batalla había concluido, pero quedaba aún demasiados shinobis moviéndose en las cercanías. Luego de que el combate se trasladara al área cercana a los píes de la muralla, tanto los atacantes como defensores se expandieron a lo largo de una extensa área; muchas de las zonas eran protegidas a la vista por la frondosa vegetación de Konoha en las partes que aún no había sido eliminada por algún jutsu.
Con un sencillo cálculo, pudo proyectar la trayectoria de los shurikens y acertar un par de kunais en el shinobi que los lanzó. Llevaba su sharingan al descubierto y aunque no había trascurrido mucho tiempo, era obvio que no podría estar peleando a su máxima capacidad por mucho rato más, al menos no si no era capaz de recobrar el aliento.
Pero mientras avanzó para tratar de reunirse con otros shinobis, notó como una aglomeración de ramas muy gruesas, que se erguía hacía el cielo, se pudría a gran velocidad. Estaba seguro de que era parte de algún jutsu de Yamato y que el ver los troncos pudrirse era una señal de alerta.
Velozmente se abrió camino hasta donde se encontraba la base de los troncos. A solo unos metros reposaba el cuerpo de un shinobi de Konoha, visiblemente golpeado e incluso con la apariencia de llevar muerto varias horas.
—Tenzou —susurró al ver a su compañero yacer muerto sobre el suelo, pero en lugar de acercarse buscó en los alrededores hasta dar con quien estuvo peleando contra él.
—¿Tenzou? Pensé que se llamaba Yamato —habló Tobi, con un tono jovial mientras se acercaba—. Contigo quería encontrarme —añadió, con su otra voz—. Sigues en mi lista.
Kakashi se preparó para enfrentarlo. Sabía de quien se trataba.
—Espera, antes de que comencemos, creo que mereces ver algo —se apresuró a decir Madara, tomando su máscara—. Sabes, es inusual que alguien de mi edad se mantenga en buen estado, pero siempre hay métodos... Tengo que agradecerle a Orochimaru cuando lo vuelva a ver, es una variante de su jutsu lo que yo utilizo, claro que en el momento en que lo vi, eran solo las bases —continuó, despojándose de la máscara, pero con el rostro dirigido al suelo—. No es el mejor cuerpo, pero al ser el de un Uchiha... me permite usarlo casi a al perfección incluso cuando utilizo mis jutsus. Sería perfecto si me devolvieras ese sharingan que llevas.
El rostro sin máscara impactó a Kakashi. Pese a los años que habían pasado y el deterioro por la edad, el rostro de Obito era reconocible. Madara sonrió, quería encargarse de Kakashi, pero habían muchas otras cosas por las que debía preocuparse y luego de Yamato no quería seguir gastando chakra contra otro shinobi poderoso.
—No vas a tener ayuda —prosiguió Madara satisfecho por la reacción—. Pein alejó a la Hokage para su extremo y yo traje a este para el otro. Supongo que me apoyó para que yo me encargara en paz de mi problema y él debe de estar esperando que yo no me meta en su pelea contra el Kyuubi.
—Naruto no está en Konoha —comunicó Kakashi. Estaba serio, como quizás no lo había estado en años, el encontrarse cara a cara con los restos de su pasado no era algo que esperaba.
—Pero vendrá —aseguró Madara—. Sabes que tendrán que llamarlo, aunque creo que a algunos les cuesta admitirlo, saben que es una poderosa arma y en estos momentos la necesitan. Es una tontería ser poseedores de una fuente como el Kyuubi y no usarla.
—Entonces has traído a Sasuke
—Obviamente, pero el muchacho tiene sus propias rencillas contra Konoha, así que he dejado que haga lo que más le guste. Nadie podría vengarlo, su venganza es justa.
—¿De qué estás hablando? —cuestionó Kakashi. Mantenerse calmado le estaba realmente costando cada día de vida como shinobi, cada entrenamiento y cada pensamiento.
—Digamos que si tu pequeño amigo no hubiera quedado aplastado —respondió con algo de sorna—, y sí, sé que le ocurrió, el cuerpo tenía algo de restos de su memoria —aclaró—, estaría muerto de cualquier forma; sólo que a manos de Itachi... por el bien de Konoha.
Kakashi no pudo evitar pestañar ligeramente, reflejo que no pasó inadvertido para Madara. Quien continuando con su tono despectivo le informó sobre las intenciones de Sasuke y lo más importante los motivos que lo movían ahora.
—El pequeño Sasuke vive en un infierno gracias a la villa que hipócritamente lo acogió luego de la masacre —finalizó Madara, satisfecho al ver como conseguía romper poco a poco la concentración del jonin.
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Dentro de Konoha el sonido de la batalla era lejano. Los dos miembros del concejo se encontraban cerca del edificio principal, recibiendo informes continuos del estado en el frente. Pero dentro de su relativo ambiente pacífico, el sonido de la puerta de la oficina, en la que se encontraban, explotando y esparciendo restos de cenizas candentes en el aire los colocó en alerta. El cuerpo de un ANBU muerto despejo ligeramente el área por donde avanzó antes de caer pesadamente al suelo; había sido lanzado desde el exterior y por entre la penumbra producida por la luz cuatro siluetas se distinguían, una de ellas resaltando por dos puntos carmesí que mutaban de forma antes de que el dueño se abalanzara contra la habitación.
Al ver a Uchiha Sasuke irrumpir, supieron de inmediato que de algún motivo el joven estaba enterado de lo ocurrido con el clan y las órdenes entregadas a su hermano mayor. Tanto el Uchiha como sus tres acompañantes se encontraban heridos, pero por sus respiraciones y posiciones no presentaban nada suficientemente grave como para ponerlos en desventaja. Ambos miembros del concejo trataron de esquivar la espada del Uchiha, pero pese a haberlo logrado sabían que no podrían contra cuatro cuerpos más jóvenes, en especial si uno de ellos estaba siendo movido ciegamente por la ira y la venganza.
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La pelea en el área a las faldas de la muralla se mantenía pareja. Katt se había separado ya por un buen tiempo de Temari, pero por suerte Orion lograba mantenerse junto a ella mientras peleaba. A Kakashi solo logró verlo en una ocasión, pese a que su cabellera y su Raikiri son llamativos, entre el mar de gente y explosiones localizar a alguien era una labor complicada. Pero no se preocupaba demasiado, estaba segura de que Kakashi estaría bien, era de los más fuertes de Konoha.
Luego de lanzar un jutsu a un shinobi que casi logra subir la muralla, Katt notó una gran ola de agua chocar fuertemente contra una especie de abanico formado por fuego. Por entre el vapor producido por el choque vio la espada llamativa de Kisame y el traje verde de Guy. En ese momento vino a su mente las palabras de Kakashi en el futuro cuando le explicó lo que había ocurrido en Konoha: Guy se había sacrificado para acabar con Kisame.
La idea de que la bestia verde de Konoha se inmolara o incluso de que Kisame muriera provocaron que tratara de avanzar en esa dirección. Sabía que no podría entablar una conversación con Kisame, pero con algo de suerte si inclinaba la balanza para Guy al menos uno de los dos sobreviviría.
—Pescado con verduras —mencionó Orion, viendo que era lo que la pelirroja observaba, pero antes de tratar de dirigirse en esa dirección un olor captó su atención, un olor proveniente de la dirección opuesta—. Huelo una rata.
—¿Madara?
—Sí, pero está al otro lado —explicó el zorro, mirándola por un momento, percibiendo el olor de Kakashi también desde esa dirección—. Tú ve con el pescado, y no vayas a morirte —dijo antes de alejarse, saltando ágilmente por entre los shinobi.
Katt observó como su invocación se alejaba. Por un momento pensó en acompañarlo, pero luego se decidió a ir con Guy. Orion se sabía cuidar y en todo caso podía des-invocarse si la situación se volvía peligrosa.
El área en la que se realizaba el duelo entre Kisame y el maestro de Lee, tenía en las cercanías varios cuerpos de shinobis muertos. El combate entre esos contendores provocaba que los que estuvieran en las cercanías y fueran atrapados por los jutsus cayeran vencidos sin haber sido partícipes.
La pelirroja observó con cautela, si se acercaba mucho tendría problemas, pero decidió tratar de intervenir de cualquier forma. Ella era capaz de atacar a distancia y sabía que Guy podía contener a Kisame, en caso este realmente la atacara.
Una llamarada desde un costado distrajo al ex–ninja de Kiri. Tanto él como Guy notaron la presencia de la pelirroja y ambos maldijeron, claro que uno solo para sus adentros.
—Katt, ten cuidado —gritó Guy, preocupado, completamente conciente del nivel de su enemigo y de cómo él mismo había comenzado a ser un peligro para quienes se acercaran demasiado a la emanación de chakra de su cuerpo.
—¡No vayas a hacer algo estúpido Guy! —advirtió ella, viendo como los dos hombres nuevamente emprendían sus ataques.
En los momentos en que el shinobi enemigo se separaba del de Konoha ella aprovechaba para tratar de atacarlo. Pero si bien deseaba que se alejaran, no quería tener que apoyar al grado de que Kisame muriera a causa suya.
—Parece que la pelirroja ya gastó mucho chakra —comentó burlonamente Kisame al chocar contra Guy—. No todos tienen tanta energía —agregó, viendo como el hombre de verde parecía estar por aumentar aún más las transformaciones que producían mucha más liberación de energía.
En un punto opuesto Orion comenzó a avanzar más de prisa, había localizado el lugar del olor de Madara y lamentablemente el de Kakashi estaba casi exactamente en el mismo sitio. El zorro sabía que el Uchiha gustaba hablar, y esperaba que no hubiera perdido esa costumbre.
Atravesando un conjunto de arbustos, logró llegar a donde se encontraba Kakashi junto con Madara. El Uchiha ya se había despojado de la figura del cuerpo que lo albergaba, así que su largo cabello negro ondeaba al viento. Al notar a la invocación el shinobi de Konoha tomó algo de aliento, sabía que no iba a ser de gran ayuda ofensivamente, pero algo de compañía que conociera a Madara no le vendría mal, y estaba seguro de que el zorro no venía con su esposa.
—Zurui, hace mucho que no nos veíamos —saludó animadamente Madara.
—Orion sensei para ti —contestó el zorro, moviendo ambas colas ligeramente y colocándose al costado de Kakashi mientras el Uchiha lo observaba—. Hatake, no deberías de haberte enfrentado a él tan alejado.
—Créeme, no fue intencional —contestó.
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Sakura acababa de dejar a Anko luego de atenderla con ayuda de un grupo de médicos. La kunoichi se encontraba relativamente estable aunque lamentablemente no parecía haber algún modo de minimizar el dolor que provocaba constantes convulsiones. Pero ella no podía permanecer ahí, ya había hecho todo lo que podía considerando el estado de gravedad de la villa, además, la estaba dejando en buenas manos.
Sin pensarlo dos veces, comenzó a avanzar con dirección al campo de batalla, pero una explosión cercana a la torre de la Hokage la detuvo abruptamente. Unas llamas negras envolvían uno de los edificios aledaños, la imagen que tenía en frente le recordaba mucho al ambiente en el que perdieron el rastro de Sasuke. Era la primera y única señal de que algo estaba ocurriendo dentro de la villa, ajeno al conocimiento de Konoha. Con cautela decidió avanzar en esa dirección, no pensaba entrar en combate, pero si deseaba observar la situación.
Pese a que trató de mantenerse controlada y demostrar que pese a que su ascenso a jonin había sido por las circunstancias de emergencia, ella realmente lo merecía, no pudo evitar que todo el muro que había creado para mantenerse en pie se derrumbara al ver quien se deslizaba por las cercanías. Eran cuatro shinobis, pero uno de ellos fue el causante de que no guardara silencio.
—Sasuke-kun —susurró, a la vez que sus ojos no le permitían siquiera parpadear. Pero todo el trance del momento se rompió en pedazos al notar la ropa que llevaba puesta. En instantes todas las preguntas que había hecho sobre él y que fueron respondidas superficialmente por su maestra comenzaron a encontrar respuesta. Sasuke no había escapado de Akatsuki, ahora portaba la túnica negra.
Los ojos de Sakura se nublaron, las lágrimas comenzaron a brotar a la vez que sentía que sus piernas le fallaban igual que la respiración. Pero no era solo eso, algo en su pecho clamaba por salir y dejarla respirar. Apretó fuertemente sus puños y levantó la mirada hacía donde el muchacho avanzaba. De sus ojos no dejaban de caer lágrimas, pero ya no eran de tristeza, era pura confusión, frustración y cólera, todo dirigido y causado por el amor de su infancia.
—¡Sasuke! —gritó fuertemente, dejándose ver y corriendo directamente hacia él.
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En el mismo instante en que las llamas negras captan la atención de los shinobi combatientes. El ingreso de un poderoso chakra apareciendo en la mitad del campo de batalla contiene cualquier deseo de tratar de ingresar a la villa.
Sobre una gran rana portadora de una daga gigante, está el dueño de la energía que está siendo percibida por los presentes. Naruto se enteró de que estaba siendo llamado cuando se encontraba entrenando y en cuanto el aviso llegó a sus oídos decidió retornar de inmediato.
El cuerpo invocador de Pein es el primero en reaccionar, acercándose lo más posible e invocando a los otros, para que luego uno de ellos se encargara de revivir los cuerpos caídos y curar a los heridos.
Tsunade que se encontraba ya cansada por su pelea contra el cuerpo de Yahiko, vio como este desaparecía ante sus ojos. Notó con algo de alivio a Naruto, sin duda el muchacho había aumentado su nivel de forma notoria y esperaba que las ranas se hubieran hecho cargo de que emocionalmente su desarrollo hubiera aumentado también. Pero su cuerpo comenzaba a traicionarla, a pesar de que había logrado mantener un combate parejo con el líder de Akatsuki ese nivel de pelea ya no era para ella.
En las inmediaciones Madara también notó la presencia de Naruto, así como lo hicieron Kakashi y Orion. Con una media sonrisa y una expresión de curiosidad simplemente abandonó a sus oponentes y se dirigió a una zona cercana al poderoso chakra desprendido por el jinchuriki del Kyuubi.
—Vaya, eso es una sorpresa... ese flujo de energía es similar al de Jiraiya —comentó ligeramente interesado—. Lástima que es presa de Pein —agregó, hasta que su sonrisa se intensificó al percibir uno de los cabos sueltos del ataque anterior.
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Neji, junto con Tenten y Lee habían estado peleando para poder avanzar y encontrar al dueño del escurridizo chakra invertido. El joven Hyuuga había estado siguiendo sus movimientos, pero no había conseguido acercársele demasiado; al no estar solo no podía simplemente avanzar esquivando atacantes y no planeaba ir sin ayuda en contra de quien estaba seguro asesinó a su tío. Por la forma en la que se movía estaba seguro de que el dueño tenía una idea clara de a dónde y por qué se movía; un hombre así era peligroso.
Pero la llegada de Naruto lo sorprendió. No era solo la sorpresa de su aparición o el notorio nivel que parecía tener, sino que en ese momento podía ver como del cuerpo del rubio brotaba el chakra invertido, pero a diferencia de los otros poseedores, el de Naruto se expandía mucho más y parecía estar encadenado a la energía que usualmente descansaba apacible sobre cada cosa viva.
—Ah —escuchó un murmullo que provocó que su piel se erizara—. Uno de mis Hyuuga pendientes —prosiguió la voz perteneciente al chakra invertido que apareció a su costado. En el segundo en que se había distraído con Naruto, Madara llegó a su lado y entendió que ahora le tocaba a él enfrentarse al Uchiha.
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Naruto observó el escenario. Podía ver muchos shinobi moverse, pero por suerte la villa estaba casi intacta, a excepción de unas llamas negras que decoraban un edificio cercano a la base del monumento a los Hokages. El rubio reconocía esas llamas, pero antes de que pudiera decidir que hacer, seis figura se posaron en frente de Gamabunta, obviamente dispuestas a no dejar que se alejara.
—Al fin llegas, Uzumaki Naruto —habló el cuerpo principal de Pein; al fin tendría el combate por el que había estado esperando.
Luego de mucho al fin logré acabar este capítulo. Ha sido mezcla de todo, clases que toman mucho de mi tiempo (aunque me gustan xD) algunos problemillas por casa y bueno que la chispa de mi inspiración y gusto por Naruto es pisoteada semanalmente por Kishimoto y su manga del mal (Ya ni el anime lo veo, sólo he visto últimamente el Kakashi Gaiden xD) Haber sino me demoro mucho para el que sigue, espero que no, en general ya me estoy acostumbrando a mi horario y las cosas en casa ya se han estabilizado, solo queda que Kishimoto no siga malogrando su historia... pero eso es mucho pedir xD
Listado de los rangos hasta el momento para que no se pierdan: "Genins": Naruto y Sasuke. Chuunin: Chouji, Ino (ANBU), Hinata, Kami, Panza, Sachi e Iruka. Jounin especial: Lee, Tenten y Hana. Jounin: Neji, Sakura, Shikamaru, Katt, Kotetsu, Izumo, Tonbo (lamentablemente está muerto) e Iwashi. Muertos como chuunin: Shino y Kiba. Espero que no se me haya pasado ninguno. No sé que tan de acuerdo o no estén con los rangos, es difícil que todos digan "me parece bien" (de por si yo me quejo de algunos canon xD) espero que ninguno se les haga demasiado difícil de digerir, sino no se preocupen mucho, es mera formalidad.
Sobre el manga... Kankurou tiene a Sasori de títere, no planeo hacerlo para mí Kankurou, aunque yo le tenía planeado algo "similar" y no, mi Sasuke no es super poderoso, ni mi Sakura tan llorona, asumo que estas cosas podrían considerarse OoC viendo que son "marcas" de estos personajes, pero el estómago no me da para hacerlo, así que trataré de mantenerlos coherentes por esta línea y que pese a todo no hagan alguna cosa demasiado bizarra (Que sé yo, Sasuke poniéndose a llorar en el hombro de Sakura o algo similar)
Por cierto, hace unos días fue el cumpleaños de Kakashi, pobre Hatake lo tengo desatendido... pero es por culpa de Kishi y las tonterías que hace. Sobre edades, Kishimoto los tiene en su manga con 16 años cumplidos (en promedio a la generación de Naruto) aquí digamos que andamos por mitad del año donde la generación de Naruto está cumpliendo los 18.
¿Les gustó este ataque? Aun no termina, pero como le he perdido un poco la habilidad a escribir por haber estado haciendo otras cosas, pues no tengo idea qué tan bien haya quedado. Ya saben comenten, quéjense, predigan, pero no amenacen, ya sé que si no subo el que sigue en un tiempo razonable van a querer matarme xD
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