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Capítulo 90: Algo de paz pese a la tormenta

Colocó a Sayuri dentro de su cuna y la observó por unos instantes. La pequeña estaba dormida, acababan de llegar a la casa luego de pasar un día entero en el hospital, para asegurarse de que todo estuviera bien con ambas. Orion se había quedado también durante todo ese lapso, en forma humana, para disconformidad de Katt que veía como su invocación parecía poder convencer a cada enfermera que pasaba cerca que le trajera comida; a ella nunca le funcionó tan bien el ser llamativa para conseguir lo que quería.

Aún estaba cansada, pese a que ya no tenía a la bebé dentro de ella, y era capaz de encontrar posiciones cómodas. La pequeña Sayuri tendía a reclamar atención bastante seguido y lamentablemente buena parte de los llamados tenían que ser atendidos por ella. Kakashi por su lado la estaba ayudando bastante bien, pero casi siempre tenía que indicarle con que, ya que en lugar de leer su libro se dedicaba a observar a su hija.

Tsunade le había otorgado a Kakashi dos semanas sin ningún tipo de misión, luego de eso lo mantendría por mes y medio vigilando Konoha, para que no se ausentara días enteros de su casa por los dos primeros meses. Cuando pasara este tiempo, o en caso de alguna emergencia, él volvería a retomar sus misiones fuera de la villa, que si bien Katt no estaba muy enterada de cómo se estaba desenvolviendo el conflicto, este no había terminado ni tenía apariencia de hacerlo pronto.

—¿Desempacaste las cosas? —preguntó ella, al notar a Kakashi entrar a la habitación de Sayuri, la que antes había sido de él.

—Sí —contestó, hasta acercarse a su esposa y posar los ojos en su hija.

—Los primeros días hay que tenerla con nosotros —comentó Katt. Inicialmente pensó que desde el primer día la tendría en su cuarto, por algo le arregló uno, pero con lo cansada que estaba no quería tener que levantarse cada vez que llorara y caminar.

—Bueno —respondió él sonriéndole.

—Y luego vendrá a dormir aquí —añadió al notar cierto brillo en la mirada de él.

—Sí, cuando sea grande vendrá a dormir a su cuarto.

—¿Grande? —repitió, frotando ligeramente su frente, ya tenía la impresión de que iba a costarle mantener a Kakashi separado de Sayuri—. En una semana o dos.

—Pero está muy chiquita —comentó en tono alegre, casi como si no le estuviera haciendo caso, mientras la bebé comenzaba a abrir ligeramente los ojos.

—Tiene que acostumbrarse a su habitación... —explicó, pero el llanto de su hija la obligó a dejar de lado su conversación.

—Es tarde, vamos a descansar —intervino él, tomando a Katt por los hombros y haciéndola avanzar mientras estaba tratando de hacer que su hija no llorara.

—Creo que no tiene hambre —comentó luego de que la pequeña no tuvo interés en alimentarse y continuaba llorando—. Y tampoco está sucia... de repente tiene frío... o quizás calor...

Katt la había colocado sobre la cama de ellos mientras trataba de averiguar que era lo que estaba incomodándola. Kakashi observaba a su costado acariciando la cabeza de Sayuri, pero aunque usualmente se quedaba en silencio al sentir a su papá en esa ocasión no estaba dando resultado.

—¿Por qué lloras...? —preguntó nerviosa, no tenía idea de cómo hacer que se calmara o si debía de preocuparse por el constante llanto.

—No me deja dormir —intervino Orion entrando y apoyando su cabeza sobra la cama.

—No te quejes... —respondió la pelirroja para luego observar con curiosidad como el zorro elevaba una de sus colas y la colocaba sobre Sayuri tocándola ligeramente.

—Yo creo que tiene gases —opinó luego de tantearla un poco—. Yo se de carne y se siente inflada.

—Mi hija no es un trozo de carne —se quejó, pero aún así la levantó para tratar de ver si realmente se trataba de eso. Orion no mentía cuando decía saber de carne, pese a que no le gustó la comparación el zorro había acertado en cual era el problema.

—Ahora si me voy a dormir —dijo la invocación abandonando la habitación cuando la bebé dejó de llorar.

—Ponla aquí —pidió Kakashi, señalando la cama.

—No, si nos quedamos dormidos vamos a aplastarla o algo.

—No tengo sueño y en unas dos horas o menos va a querer comer, no vas a tener que levantarte si está a tu costado.

—No lo sé... tiene la... como se llame esa cuna portátil que la vendedora me hizo comprar, supongo que deberíamos de ponerla ahí.

—Mas tarde —insistió sonriente, tomando a su hija antes de recostarse en la cama.

Katt dudó por unos instantes, pero luego de pensarlo un poco no creía que él realmente fuera a quedarse dormido teniendo a Sayuri encima. Posiblemente aún no estaba suficientemente cansado como para dejar de mirarla, a diferencia de ella que realmente quería poder tener un buen par de horas seguidas de sueño, cosa que ya le habían dicho que no tendría hasta dentro de un mes o dos.

—Con dos horas me conformo —susurró antes de recostarse y cerrar los ojos.

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Katt tendría que luego agradecerle a Tsunade por dejar a Kakashi sin ninguna misión por las dos primeras semanas. Sabía que cuidar un bebé requería mucha atención, pero no pensó que iba a tener que centrarse tanto en Sayuri. Usualmente ella era más dispersa en sus deberes, cuando algo le aburría o no podía avanzar más tendía a dejarlo de lado u olvidarse momentáneamente, pero eso no podía hacerlo con la maternidad; si tenía un problema no podía simplemente ignorarlo y lo estaba aprendiendo a la fuerza.

Al comienzo Sayuri lloraba bastante, sus necesidades no eran atendidas con mucha velocidad, Katt se frustraba porque no era capaz de comprender que quería y Kakashi simplemente no parecía alterarse en lo más mínimo por el llanto, al contrario, parecía aún más embelesado de lo que usualmente estaba. Pero ya al cumplirse el mes la pelirroja había logrado captar el horario de su hija y en general tendía a acertar que era lo que le ocurría dependiendo de la hora y momento en el que lloraba.

—Me hubiera gustado hacerlo el mismo día en que nació, no un mes después —comentó la kunoichi caminando por el jardín de la casa con Kakashi detrás de ella y Sayuri en los brazos de él.

—Pensé que estabas bastante adolorida y cansada como para hacer eso.

—Por eso digo que me hubiera gustado... —insistió, dejando a un lado un pequeño árbol recién comprado y una pala—. De cualquier forma, el árbol tiene más de un mes así que es lo mismo.

—¿Quieres que te ayude? —pregunto él al verla tomar la pala—. No estoy seguro si ya deberías de estar moviéndote así.

—Desde hace dos semanas que comencé a ejercitarme un poco, Tsunade me mandó con Shizune toda una lista de cosas que podía... debía hacer —explicó, rectificándose de inmediato; Tsunade no le estaba sugiriendo que se ejercitara, se lo había ordenado.

—Sí, pero con cosas más ligeras y tengo mis dudas sobre si sabes como hacer un hueco —especificó sonriéndole.

—¿Cómo no voy a saber? No tiene ciencia —contestó ligeramente ofendida—. Tomas la pala y cavas —dijo haciendo el movimiento en el aire.

—Pero no estás cogiendo bien la pala —intervino.

—¿Y cómo se supone que lo haga? —inquirió extendiéndole de mala gana el objeto y tomando a su hija que los miraba balbuceando incesantemente en un intento porque la atención regresara a ella.

Kakashi tomó la pala y empezó a cavar sin mostrarle nada. Katt iba a quejarse, a fin de cuentas no necesitaba ayuda para hacer un hueco, pero para cuando terminara de hacerlo posiblemente el árbol ya estaría sembrado y no le gustaba discutir con Sayuri cerca, pese a que sus discusiones eran casi absolutamente unilaterales.

—Listo —anunció el jonin—. ¿Lo planto?

—Sí —asintió sonriendo—. Quería plantar uno para que crezca con Sayuri, tampoco vamos a hacerle ceremonia.

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Los llantos de Sayuri los despertaron. Aunque ya no estaba en la habitación de ellos, en el silencio de la noche era casi como tenerla al costado. Katt sujetó el brazo de Kakashi en cuanto sintió que se estaba poniendo de pie para ir a buscar a la bebé.

—Yo voy, probablemente quiera comer —dijo halándolo para que volviera a recostarse.

Desde un mes antes había estado tratando de que Sayuri durmiera en su cuarto, pero cada vez que lloraba y Kakashi iba a verla terminaba trayéndola con ellos o él amaneciendo en el cuarto de la bebé. Se había decidido a que la niña dormiría en su cuarto pese a los reclamos y repercusiones de la decisión.

Luego de darle de comer y quedarse hasta que se durmiera, Katt regresó a recostarse con Kakashi. El shinobi seguía despierto y se encontraba mirando el techo. La pelirroja se colocó a su costado y trató de darle un beso que no fue correspondido. Ante el mutismo de su esposo trató de bajarle la máscara, pero se dio con otra máscara.

—¿Estás molesto? —preguntó tratando de no reírse y sin conseguir respuesta. No era primera vez que actuaba así cuando no dejaba que estuviera con Sayuri—. No puedes pretender que duerma aquí hasta que tenga cinco años.

—Tiene menos de tres meses —respondió sin dejar de mirar el techo.

—Igual, tiene su cuarto, que lo use —agregó ella riendo ligeramente y apoyándose contra el pecho de él, ya se le pasaría en unas cuantas horas.

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Katt se sentía horrible cada vez que escuchaba los reclamos de su bebé. No había llegado a cumplir tres meses y ya no podía seguir dándole de lactar; sabía que a ella tampoco le habían dado por mucho tiempo, pero no se imaginó que heredaría ese rasgo.

Sayuri había dejado de ser un bebé feliz, no le gustaba la leche que su mamá le preparaba y cada vez que la cargaba trataba de ponerse a lactar sin mayor éxito. A Katt le sugirieron que dejara que siguiera tratando, así al menos tendría la sensación, pero el problema es que cuando la dejaba lloraba aún más fuerte, al parecer no se conformaba si es que no era con leche incluida.

—Creo que Sayuri-chan tiene hambre —comento Kakashi sonriendo, separándola un poco de él, la bebé había tratado de buscarlo como intento de sustituto.

—Soy una mala madre... —murmuró desanimada mientras casi se arrastraba a la cocina para prepararle la leche.

Esa tarde Kakashi salió a una misión, Tsunade aún trataba de mantenerlo poco tiempo ausente de la villa, quizás pensando en que tenía una hija o también en que aún no se había hecho público nada referente a un nuevo Hokage y probablemente no quería arriesgar demasiado a su candidato. Katt se alistó para ir al dojo de la casa, ese día no iba a ejercitarse, Kami la visitaba una vez por semana para seguir trabajando con lo de su chakra y los genjutsus, un tema que parecía haberle interesado mucho a Tsunade, la mujer realmente quería ver el nivel de capacidad que podía tener el chakra.

—¿Segura que quieres entrenar hoy? —preguntó Kami luego de ver el triste espectáculo de Sayuri llorando por querer lactar y Katt desanimada por no poder complacerla.

—Sí...

—No hay necesidad de apresurar las cosas —continuó mientras se acercaba a Sayuri con unas sonajas, al muchacho parecía gustarle bastante la bebé, siempre que iba se quedaba a jugar un poco con ella.

—Si hay —respondió cerrando los ojos—. Caigo demasiado fácil en genjutsus y aunque tiendo a poder salir de ellos no debería de ocurrir, podría ser un peligro si ocurre eso en combate, de repente termino quemando algún aliado —explicó, sonriendo ligeramente al ver como Sayuri dejaba de lagrimear y miraba con interés la sonaja—. Además, honestamente ya me cansé de tener esa área tan mal, no creo que pueda hacer genjutsus nunca, pero tampoco le va bien a mi autoestima estar cayendo en ellos y ya he dejado el tema de lado demasiado tiempo. Mejor no dejo de entrenar ni un solo día, ya llevo bastante retraso.

Katt ya estaba realmente cansada de tener esa deficiencia, si bien no podía 'curarla' al menos deseaba poder cubrirla un poco. Es cierto que lo hacía también para evitarle algún problema a Kakashi, el jonin estaría más tranquilo si ella lograra trabajar un poco esa área, pero mayormente era algo personal, el que cada vez que salía un problema con ella, el tema de los genjutsus resaltara no la hacía muy feliz.

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Kakashi retomó sus misiones con normalidad luego de un poco más de dos meses en los que pasó casi completamente en Konoha. Cada semana tendía a ausentarse un par de días, algo que no animaba demasiado a Katt viendo lo exigente que era su pequeña por atención y la idea de que algo podía pasarle tarde o temprano. Pero pese a todo la kunoichi trataba de no tocar los temas de misiones o del desarrollo mismo de la guerra, prefería que Kakashi se centrara más en Sayuri y ella misma.

—Creo que no quiere comer —puntualizó Kakashi al ver a Katt tratando de darle su papilla a Sayuri y como la pequeña giraba la cabeza.

—Eso no importa, igual se lo tiene que comer —repuso dejando escapar un suspiro y mirando con algo de tristeza a la niña—. Quizás aún no debería de estar comiendo esto... pero como no le di mucho de lactar... —susurró bastante desanimada—. Dale tú, con suerte a ti te hace caso —pidió, extendiéndole la cuchara.

—Abre la boca Sayuri-chan —dijo el jonin acercando el objeto a la boca de su hija que seguía negándose a comer, girando la cabeza de lado cada vez que veía la cuchara. Kakashi sonrió e hizo un kagebunshin que también tomó una cuchara y se colocó al otro costado de la pequeña.

La bebé observó a los dos Kakashi quieta por unos instantes, pero en cuanto uno acercó la cuchara giró el rostro, solo para darse con el otro Kakashi que si logró hacer que comiera. La escena se repitió varias veces hasta que el plato quedó vacío.

—Listo —anunció alegremente el jonin.

—Yo quiero aprender a hacer eso —murmuró la pelirroja, tomando a su hija para que botara algún gas. Luego de unos minutos Sayuri se negaba a liberar lo que tenía dentro, no era primera vez que lo hacía, pero ese día Katt ya estaba bastante cansada como para seguir insistiéndole—. Trata tú —dijo, nuevamente delegándole la tarea a su esposo.

—Pero eso es sencillo —comentó sin recibir a la bebé que estaba siendo sujetada frente a él. Con cuidado acercó su dedo índice al estómago de Sayuri y apretó ligeramente, causando que el gas saliera para sorpresa y horror de Katt.

—¡Oye! ¡No puedes estar haciéndole eso! —le reprochó, pese a que no parecía haber hecho algo de presión—. ¿Y qué se supone que hiciste?

—El cuerpo reacciona a la presión —respondió, tomando a la bebé antes de salir con ella de la cocina seguido por la pelirroja.

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Pese a que era invierno el sol había aparecido por entre las nubes y estaba logrando calentar ligeramente el clima. Sayuri no salía mucho de la casa, en especial si era simplemente para pasear, así que Katt aprovechó para que Kakashi la sacara en su coche mientras ella descansaba un poco.

Kakashi se encontraba paseando a su hija cuando una figura apareció a su costado. La observó con curiosidad y luego regresó su atención a la pequeña que balbuceaba algo.

—Kakashi-san —saludó un ANBU acercándose al jonin—. Tsunade-sama está buscándolo, requiere su presencia inmediata —añadió, antes de posar la vista sobre el coche—. Yo me encargaré de llevar a su hija con su esposa —continuó el ANBU, viendo como Kakashi cargaba a la bebé y le entregaba el coche.

—Lleva el coche, yo me llevo a Sayuri —respondió Kakashi con una sonrisa antes de desaparecer y dejar al hombre con un intento de queja en la boca.

En la oficina de la quinta, ésta recibió al jonin con una queja cuando vio a la bebé en sus brazos. Quería que Kakashi fuera con un equipo a escoltar a un noble que venía desde Suna trayendo los resultados de una conversación entre ambos países y los shinobi de esa nación sólo lo escoltarían hasta la frontera del país del fuego, por la cercanía con Ame no deseaba correr riesgos enviando un equipo de chunins o genins. El ANBU fue enviado para que el jonin recibiera el mensaje de inmediato, ya había tenido en alguna ocasión problemas mandándole un pergamino, si Sayuri estaba llorando cuando llegaba el mensaje no lo sentía, y la Hokage deseaba que partiera lo antes posible.

—Está bastante alerta —comento la rubia al observar como los ojos ámbar de la bebé estaban posándose en cada cosa que podía, desde la posición en los brazos de su padre, y como giraba la cabeza en dirección a donde sentía ruidos—. Eso es bueno, al hijo de Anko tuve que revisarlo, por un momento hasta pensé que estaba sordo... pero parece que simplemente no le interesa su entorno.

—Entonces dejo a Sayuri con Katt y salgo a la misión —contestó luego de sonreírle a su hija—. Debo de estar regresando hoy en la noche a menos que tengamos algún enfrentamiento.

En la casa Hatake, la pelirroja se encontraba peleando con su invocación. Orion sostenía el asa de una olla con la boca mientras Katt forcejeaba halando por la otra asa a la vez que trataba de mantener la tapa puesta antes de que el estofado acabara regado por el suelo y luego devorado.

—Hola —saludó Kakashi al entrar a la cocina, ignorando la escena—. Tengo misión —añadió, entregándole la bebé a Katt que tuvo que dejar de sostener la tapa para cargar a su hija con un brazo y aún tratando de salvar la comida.

—¿Misión? —repitió a la vez que Sayuri sostenía uno de sus mechones de cabello rojo—. ¿Y el coche? —preguntó extrañada al no ver dónde estaba, descuidando la olla—. ¡Orion! —exclamó, retomando su atención a donde el zorro, al notar que su invocación había dejado de sostener el asa con su boca y tenía sus colas haciendo el trabajo mientras comía el contenido.

—Lo va a traer un ANBU —respondió él sonriente antes de desaparecer en una nube de humo.

—¿Un ANBU...? —murmuró extrañada antes de maldecir a Kakashi, al zorro y por mero disgusto al ANBU anónimo que por algún motivo tenía el coche de su hija.

Fuera de la casa un ANBU observaba indeciso. Podía escuchar las maldiciones y frases sueltas sobre la invocación devorando algo. Sujetó el coche y tomó una decisión; dejarlo en la puerta, tocar el timbre y alejarse antes de que Orion saliera a ver quien era.

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El sonido de alguien llamando a la puerta hizo que Katt se pusiera de pie y tomara a Sayuri, ambas habían estado jugando en la sala mientras Kakashi salía a comprar algunas cosas. Usualmente poca gente los visitaba, con un problema bélico sobre la villa no era de extrañarse, pero lo que le pareció inusual era la hora, normalmente las pocas visitas que tenían eran de noche y no a media tarde.

Lo que vio al abrir la puerta la dejó sin palabras. Frente a ella estaba Neji, con sus dos primas detrás de él.

—Hola... —saludó ella luego de unos segundos en que no supo que decir. El ver a los tres Hyuuga en su puerta era algo inusual, ya podía catalogarse de extraño que Neji la visitara, pero que estuviera acompañado por sus dos primas jamás pasó por su cabeza—. Que extraño que vengan a visitarme —agregó a la vez que Sayuri empezaba a hacer sonidos para que los visitantes la miraran.

—En realidad vine a buscar a Kakashi-san —explicó el muchacho sin quitarle la atención a la pelirroja, a diferencia de sus primas que si posaron la vista en la bebé.

—Kakashi no está —dijo, viendo como Neji asintió y giró para retirarse—. Pero debe de regresar en menos de media hora —añadió, deteniendo al muchacho.

Ya en la sala Katt dejó a Sayuri en el suelo y fue a la cocina a llevarles algo para que tomaran mientras esperaban a que Kakashi volviera, que ella se demorara media hora no era certificado de seguridad de que su impuntual esposo lo hiciera. Neji simplemente se sentó observando al jardín, al menos parecía que el estilo de la casa le agradaba; Hinata y Hanabi posaron su atención en Sayuri que no dejaba de hacer ruidos en un intento por conseguir la atención del tercer invitado.

Cuando ningún balbuceo o movimiento sirvió, la bebé decidió inclinarse por lo que siempre funcionaba; llorar. Hinata trató de que se calmara, pero sin mayor éxito, luego Neji desvió la mirada a la bebé a la vez que veía como Katt regresaba.

—Creo que tu hija tiene hambre —opinó el joven al ver como Hinata no podía calmarla y en su opinión su prima estaba haciendo las cosas bien.

—Ya lo sé, soy una mala madre que no puede alimentar a su hija —se quejó tristemente mientras tomaba a Sayuri, si algo de todo el cambio hormonal del embarazo le quedó, emergía con ese tema.

—Bien hecho Neji —intervino Hanabi al ver lo que el comentario ocasionó.

—Hola —saludó Kakashi ingresando a la casa alegremente y pasando de frente a la cocina a dejar lo que había ido a comprar, para luego acercarse a su esposa e hija y acariciar la plateada cabellera de la última.

Los Hyuuga lo observaron extrañados, el jonin parecía estar ignorando por completo la situación, seguía sonriente pese a que las dos mujeres de su familia no parecían estarlo.

—Ya debe de estar acostumbrado —opinó Neji en voz baja.

—¿Sucedió algo con tu investigación? —preguntó Kakashi segundos después al posar la mirada sobre Neji.

—Hay algo que quisiera probar y necesito un poco de ayuda —respondió luego de asentir—. Ya llevo varios meses investigando el significado de las marcas que Hiashi-sama tenía en su cuerpo —prosiguió al ver que tenía la atención del jonin—, Usualmente las marcas de ataques a tenketsus desaparecen luego de cierto lapso de tiempo, es cierto que al ser un cuerpo sin vida esto tomaría más tiempo o incluso no llegarían a desaparecer completamente, pero las marcas no se han desvanecido.

—¿Por qué sucedió eso? —preguntó el jonin cargando a su hija para tratar de que dejara de llorar.

—Hiashi-sama debe de haber querido dejar algún mensaje, algo relacionado a ese grupo de tenketsus específico. Los que fueron bloqueados desde el interior llegaron a desbloquearse pese a que ya se encontraba sin vida, pero estos fueron inflingidos físicamente con algún propósito en especial.

—¿Y cómo puedo ayudarte? No tengo muchos conocimientos en cuanto a este tema.

—Lo sé, pero el sharingan es capaz de captar patrones de chakra —contestó Neji con su usual tono serio.

Neji habló con Kakashi por varios minutos, explicándole a grandes rasgos como desde el ataque había estado utilizando mucho de su tiempo en analizar la extraña muerte de Hiashi. No tomó mucho tiempo para que se llegara a dar sentido al bloqueo de tenketsus que habían sido provocados desde el interior, había sido una forma efectiva, aunque peligrosa de evitar caer en una ilusión; pero las marcas auto-inflingidas desde el exterior aún eran un misterio.

Era un grupo pequeño de tenketsus que fueron golpeados a propósito como mensaje, el problema es que hasta el momento Neji no había logrado entender que es lo que el patriarca Hyuuga quiso decir. Cuando seguir con el cuerpo de Hiashi se hizo imposible pasó a tratar un enfoque práctico, pidiéndole a Hinata que lo atacara exactamente en los mismos tenketsus para tratar de analizar las repercusiones de un bloqueo en estos. Pero pese a todo aún no había dado con algo llamativo, el bloqueo no parecía hacer nada que un libro de teoría pudiera explicar sobre el uso de cada uno de los puntos.

—Por eso es que deseo seguir probando —añadió el muchacho—. Sé que el sharingan no es capaz de ver tenketsus, pero necesito saber si con un enfoque diferente encuentro algo.

—Podemos usar el jardín o el dojo —accedió Kakashi.

—Hinata-sama peleará conmigo, necesito estar en movimiento para tratar de mantener mi chakra fluyendo como en una pelea real —explicó el muchacho, posando la vista en la mayor de sus primas—. Hanabi-sama seguirá analizando con su byakugan, hasta el momento no ha notado nada extraño, pero puede que sea algo muy pequeño que no haya percibido aún.

—Si claro... —murmuró la menor de los Hyuuga, no muy contenta de la indirecta hacia sus capacidades—. No soy genin por edad por si te olvidas, así que no creas que no sé usar mi byakugan.

—No es eso a lo que me refería.

—Pelea de Hyuugas —intervino Orion, que había estado rondando la zona sin llegar a sentarse—. Yo me como al perdedor, son bocado exótico ahora.

Katt simplemente ignoró a su invocación, no estaba tratando de comérsela a ella o a Sayuri así que quien fuera a ser la víctima que se defendiera como pidiera. El grupo se dirigió al dojo de la casa y Neji junto con Hinata se colocaron en el centro, con el resto en uno de los bordes esperando a que comenzaran.

Al ver todas las miradas puestas en el centro de la habitación la bebé comenzó a balbucear, tratando de captar la atención de las personas. Katt, que la tenía cargada, lo hizo bastante rápido, pero el resto no. Segundos después los llantos de un bebé estaban inundando el dojo tratando de conseguir la mirada de la persona a la que menos parecía incomodarle los llantos: Kakashi.

—Mejor la cargas tú —sugirió Katt pasándole a la pequeña que casi de inmediato dejó de llorar y se quedó mirando el ahora descubierto ojo de su papá.

Cuando la tranquilidad retornó, ambos Hyuuga que estaban por combatir activaron su byakugan. Pero cuando el intercambio de golpes inició solamente Hinata estaba atacando a todo su potencial y con los golpes dirigidos a los tenketsus de su primo. Neji estaba tomando una posición mayormente defensiva y para Katt que lo había visto pelear antes incluso podía asegurar que había bajado su nivel para permitirle a Hinata acertar los golpes.

Kakashi y Hanabi mantuvieron las miradas clavadas en el combate, sin decir una palabra, casi sin pestañar. Para la pelirroja era un combate un tanto vistoso, podía ver el chakra emanar de las manos de Hinata, pero sabía que se estaba perdiendo el espectáculo real por no tener los ojos de los otros shinobi que estaban con ella.

Tres minutos de combate fueron necesarios para que Hinata terminara de bloquear cada tenketsu que su primo le había indicado. Ambos desactivaron su byakugan y Neji caminó hasta quedar en frente de Kakashi.

Katt notó cierta expresión de dolor en el rostro de Neji. Antes él le había bloqueado sus tenketsus la vez en que ella le dijo que si le ganaba en combate la ayudaría con su chakra y que acabó con ella en el suelo con varios golpes. Los ataques de los Hyuuga no son lo más doloroso que hay, pero eso no quita que lo sean, sin contar que el cuerpo se hace notoriamente más pesado y débil.

—No pude notar nada fuera de lo usual —dijo Kakashi sin esperar a que le preguntara—. Tu chakra se moviliza de forma errática, pero creo que sería igual si te bloquearan otro grupo de tenketsus.

—Entiendo.

—Pero quizás esa distorsión en el chakra inhiba ciertas técnicas, no hay forma de saberlo —añadió Kakashi seriamente—. Hiashi puede que haya notado algo, pero no llegó a hacerlo contra su enemigo así que decidió dejar la pista en su cuerpo.

—¿El hombre que lo atacó?

—Es posible —asintió Kakashi mientras Katt desviaba la mirada ligeramente.

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Habían transcurrido ya varios meses desde que fue asignada como enlace entre Suna y Konoha para la guerra. Temari no disfrutaba mucho su trabajo, los conflictos no estaban siendo como ella lo imaginaba, mayormente atendía reportes de incursiones cercanas a la frontera del país del fuego y recibía similares desde su villa. Lo que fuera que estaba ocurriendo explotaría pronto, cargando toda la fuerza que no estaba siendo usada.

Se había instalado en un departamento pequeño en el área de los jonins. En un primer momento la Hokage le había ofrecido un lugar mucho más cómodo, pero la kunoichi de la arena se negó, no gustaba de dedicarse a labores de limpieza o tener a un extraño cerca de sus pertenencias, así que los minúsculos hogares de los jonin de Konoha encajaban mejor a sus necesidades.

Extrañaba el desierto, pero al mismo tiempo no se arrepentía de haberse quedado. Sabía que aunque Kankurou no tendía a tomarse muchas cosas en serio, si apoyaría a Gaara completamente y el menor de sus hermanos, aunque aún necesitaba algo de apoyo emocional, no los necesitaba a ambos junto a él todo el tiempo.

Su vida personal no se encontraba en un buen periodo. Shikamaru parecía haber entendido la razón de la molestia de ella luego de unas semanas, pero pese a que en ocasiones lograba no tomar un papel sobre protector, no era algo permanente. Algunos días en que podía tomarse algunas horas libres estaba bien con él, hablaban y estaban juntos en una relación no confirmada a nadie que se había formado sin palabras de compromiso. Pero otros días el joven Nara no podía evitar entrar en su faceta proteccionista, en especial cuando regresaba de alguna misión que lo ausentaba de la villa.

A Temari le agradaba Kurenai, sabía que ella no estaba llamando o reteniendo a Shikamaru, él lo hacía solo. El que estuviera criando sola a su hija sin estar cayéndose a pedazos la colocaba bien ante sus ojos y provocaba mucho más fastidio contra Shikamaru que con su actitud cualquiera pensaría que la esposa de Asuma estaba incapacitada de criar a Tsubaki y cuidarse sola.

Pese a todo la kunoichi de la arena estaba tratando de llevar el tema de la mejor manera posible, si Shikamaru no podía dejar de actuar como un idiota en un día pues lo haría lentamente. Era un genio a fin de cuentas, tarde o temprano se daría cuenta que su ayuda era un detalle agradable, pero no vital para la vida de Kurenai. Por esto cuando tenía tiempo a veces lo acompañaba a visitarlas.

Ese día se encontraba en casa de Kurenai junto con Shikamaru y Konohamaru. Había conocido al nieto del tercer Hokage que también visitaba bastante seguido a su sobrina, eso le agradaba, al menos así Shikamaru podía ver que no era el único que podía tenderle una mano a Kurenai en caso la necesitara.

—Escuché que llegó un mensaje de alerta desde Taki —mencionó Kurenai luego de acostar a Tsubaki y regresar a la sala para hablar un poco con los otros shinobi. Pese a que estaba varios meses en Konoha, mayormente teniendo labores de vigilancia, no había querido mantenerse al margen de las noticias de cómo se desarrollaba la guerra.

—Sí, Tsunade-sama debe de estar preparando los equipos que serán enviados como apoyo, en unas horas debo de ir a pedir un reporte para enviárselo a Gaara.

—Es primera vez desde que hubo el ataque aquí que hay algo de esta magnitud —interrumpió Shikamaru—. Hasta ahora habían habido reportes de grupos pequeños de Kiri, Ame e incluso Iwa y Kumo, pero nada que requiriera una movilización.

—Ha pasado mucho, probablemente nuestros enemigos ya hayan logrado conseguir la información que necesitaban y es buen momento para atacar —opinó Temari, viendo por el rabillo de su ojo como sus palabras parecían tensar ligeramente a Konohamaru que aún estaba con ellos—. Pero esto no es algo directamente sobre Konoha, simplemente hay que estar alertas, ahora no se volverá a repetir un ataque sorpresa.

—Toda la villa está más preparada —asintió Kurenai—. Incluso los civiles ya tienen la idea de que en cualquier momento deben de refugiarse y los genin también lo están, ya saben a que atenerse durante un ataque —agregó, posando la vista en Konohamaru, el fue de los pocos genins que si llegó a reaccionar cuando Hana estaba siendo atacada.

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Katt estaba recostada en el piso con Sayuri sobre ella, levantándola ligeramente mientras la pequeña parecía divertirse. Kakashi estaba cerca, con su libro cerrado en las manos, sonriendo y saludando a su hija cada vez que esta dirigía la mirada en su dirección.

En un momento Sayuri comenzó a moverse, tratando de estirar los brazos. Katt giró un poco para ver que había captado su atención y se encontró con un par de patas peludas.

—Mi comida —dijo Orion mientras miraba a Sayuri.

—No te la vayas a comer... —respondió ella poniéndose de pie y alejando a su bebé de la boca del zorro.

—Es muy chica, saco más carne si la tomo de rehén —contestó, dejándose caer en el suelo y obviamente esperando a que la pelirroja atienda su pedido.

—Bueno... —masculló, dejando a Sayuri en el suelo para que gateara, a fin de cuentas sabía que Orion no sería capaz de comérsela y en todo caso Kakashi estaba en la habitación.

Sayuri se quedó sentada en su sitio, mirando al zorro gigante que tenía en frente de ella. Momentos después comenzó a estirar los brazos para tratar de tocarlo a lo que Orion colocó una de sus colas en frente de ella y comenzó a moverla como péndulo mientras la pequeña balbuceaba y se reía tratando de sujetarla.

—Deberíamos de darle uno de esos peluches que dejabas cuando eras chico —sugirió Kakashi viendo a su pequeña—. Así no va a estar molestándote.

—No me molesta. Cuando tu mascota tiene crías tienes que jugar con ellas —contestó, ganándose un grito desde la cocina por parte de la 'mascota'—. Puedes montar al dios zorro, si juras total y absoluta sumisión —exclamó Orion elevando ligeramente la cabeza.

—¡Oye! No va a jurar nada, todavía no habla y no le laves el cerebro a mí hija —se quejó Katt regresando velozmente a la sala antes de que realmente la hiciera jurar o firmar algo.

—Bueno, luego le daré el contrato de sumisión —aceptó con una gran sonrisa.

—¡Contrato de invocación! —rectificó la pelirroja, aunque por como era su interacción con Orion no estaba tan segura de que fue lo que firmó.

En ese momento Kakashi se puso de pie y a los instantes Yamato apareció al frente. Katt había estado distraída discutiendo con Orion y no lo sintió hasta casi el preciso instante en que se hizo visible.

—Es urgente —dijo Yamato entregándole un pergamino y desapareciendo, sin hacer ningún tipo de comentario o movimiento involuntario por estar cerca del zorro, por lo que podía verse que realmente era urgente.

Kakashi leyó el pergamino y luego lo guardó. Se dirigió hacía la escalera para ir al segundo piso, pero se detuvo a la mitad del camino al sentir a Katt siguiéndolo.

—Misión cerca de Taki, al parecer Kumo está atacando ahí... hay rumores de que Sasuke estaba por esa zona y parece que desean capturarlo aunque se vean inmersos en la guerra —explicó. Usualmente no lo hacía, pero las cosas relacionadas al conflicto prefería decírselas superficialmente, al menos así no estaría tan desinformada en caso algo llegara a golpear Konoha.

Katt chasqueó ligeramente la lengua al escuchar el nombre del Uchiha. No importaba cuanto tratara, ese muchacho no podía caerle bien ni podía generarle algo de simpatía o pena. Sabía que era importante para Naruto y aunque no fuera tan obvio para Kakashi, pero el destino de ese Uchiha la tenía sin cuidado y peor aún, el que Kakashi tuviera que irse a algo tan urgente, al parecer generado por Sasuke no ayudaban a que ganara puntos con ella.

Bueno, esto demoró más de lo que tuve planeado, mezcla de muchas cosas, andaba nerviosa por un examen final que di y no me lo podía sacar de la cabeza, por suerte pese a que no lo di tan bien si me sirvió para aprobar xD, luego vino NeverWinter Nights 2 y pues me envicie con el juego y aún sigo, pero por suerte ya no ando hasta las 4am con eso xD y el que me compliqué un poco con las escenas, no quería hacer un día a día sino resaltar ciertas cosas, así que no sé que tan bien hayan quedado los primeros meses de Sayuri –Con honestidad por lo poco que he visto a los bebés debo de decir que recién me parecen divertidos desde el año.-

Igual que en el anterior, mil disculpas si hay algún horror de comportamiento, no soy experta en bebés y pese a que he preguntado y leído un poco no es lo mismo que tener uno o estar en una casa donde haya uno –Y no me quejo... ser hija única es genial xD.-

¿OoC de Kakashi?, espero que no, de por si solo anda pegado a su hija cada vez que puedo o le dejan. Comprendan al hombre, de por si tener a Katt ya era algo que nunca debió de haber siquiera imaginado (Por como ha sido su vida, desde los 8 en adelante) pero bueno al final se casó con ella, pero tener una hija debe de ser incluso algo mucho más lejano a lo que pensó que tendría en algún momento.

¡Hyuugas! Porque pese a que están en extinción merecen salir xD

Sé que es algo corto para las dos semanas de espera, pero no quiero mezclar papas con camotes como dirían por acá xD esto es Sayuri y bueno un poco de cosas de Konoha muy superficialmente, Katt realmente se está centrando más en su hija y no en salir a ver que ocurre. Ya en el que sigue explicaré bien en que ha estado todo lo de la guerra y retomo la acción probablemente por unos tres capítulos seguidos (aunque desde ahora lo digo, una guerra usualmente se compone de mucha recopilación y movimiento de información, ataques menores o intermedios a zonas estratégicas y pocos ataques a gran escala, así que no es como que cada semana vaya a llegar un Pein o un ejército a puertas de la villa)

En cuanto al manga, pues algunas cosas las adaptaré luego y otras simplemente las seguiré como las tenía planeadas (Lo de Danzou con sharingan por ejemplo o la Mizukage, esas son cosas que o ignoraré o adaptaré a futuro xD)

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