Capítulo 08: Una tierra lejana
Una aclaración muy importante para este capítulo. Por nada del mundo tomen esto como una guía para buscar acontecimientos históricos, son eventos aislados tomados muy superficialmente que si buscan en un libro de historia obviamente no los van a encontrar igual. Hay inconsistencias tanto en cómo ocurrieron los hechos, personajes e incluso época, así que por lo que más quieran no asuman nada de esto como remotamente real, para eso busquen un buen libro. Mi intención no es relatar lo más fiel posible hechos históricos sino simplemente tomar algunos eventos y a grandes voces juntarlos, pueden tener algún parecido con la realidad, pero sólo eso (A fin de cuentas, el "mundo real" de Katt tampoco es el mundo real donde vivimos)
Cuando la luz se disipa y el fastidio en los ojos desaparece; Katt nota que no se encuentran en el mismo lugar. Los tres aún están juntos y en frente de una piedra tallada igual a la que tocaron, pero están rodeados por mucha gente con vestimentas extrañas y dentro de lo que parece ser una ciudad.
-¿¡Dónde estamos!? ¡Dattebayo!- grita Naruto mirando de un lado al otro.
-Cálmate Naruto- indica Kakashi con su usual tono de voz, al parecer analizando un poco la situación.
-Hola- saluda Katt a una de las personas que los están mirando "Odio cuando la gente me mira así, aunque quien los puede culpar debemos de haber aparecido de la nada"
No transcurre mucho tiempo antes de que alrededor de ellos aparezca una multitud visiblemente curiosa. Las ropas que llevaban puestas no se parecían en nada a la de los habitantes de Konoha, eran mucho más sencillas. Kakashi se mantiene atento, ninguno de los presentes parece representar una posible amenaza, aún así no está de más ser precavido.
-Saben, su estilo ropa se me hace extrañamente familiar- comenta Katt luego de observar a las personas con la misma curiosidad que ellos la debían de estar observando.
-¡Enviados del sol, sean bienvenidos!- exclama un hombre de atuendo mucho más ostentoso, decorado con plumas de colores y algunos metales preciosos mientras el resto de habitantes se abre paso respetuosamente -Han llegado a ayudarnos tal y como estaba predicho- añade, causando confusión en los tres shinobi -¿Hay algo que pueda hacer para complacerlos a ustedes y su hijo?- pregunta el hombre dirigiéndose a Kakashi que no parece muy seguro de cómo reaccionar.
"¿Hijo?" repite Katt en su mente un tanto extrañada. Claro Naruto era menor, pero no lo suficiente como para ser hijo de ella o Kakashi.
-Tengo hambre, tráiganme ramen- comenta Naruto un tanto más relajado al ver que nadie los está atacando, sino al contrario. Llevaba un par de días metido en un bosque y al fin parecía que podía tener una comida decente.
El hombre que los saludó observa al rubio un tanto confundido antes de hacer una ligera reverencia y ordenar a unas muchachas que se encarguen.
-Naruto, no creo que sepan que es ramen- susurra Katt tras acercarse al muchazo.
-Pero si ya me lo fueron a traer- replica confundido.
-Que haya ido por ramen, no quiere decir que te lo vayan a traer- agrega la pelirroja antes de que el hombre los invite a que lo sigan a lo que parece ser un gran templo.
Ambos genin observan a Kakashi, este se ve tan tranquilo, como siempre, aunque un tanto más atento a su entorno. Katt maldice un poco, no sabe si el jonin está preocupado o sencillamente está tomando la situación de forma tan relajada como aparenta.
El grupo comienza a avanzar detrás del que parece ser su anfitrión, con Kakashi dirigiéndolos. Se detienen al ingresar al gran templo y llegar hasta lo que parece ser una amplia habitación recién preparada, con una cama de buen tamaño al centro y una especie de cuna a un costado.
-Me siento tan aliviado que al fin hayan llegado- expresa el hombre que los había guiado.
-¿Nos estaban esperando?- pregunta extrañada Katt. Pero sólo recibe como respuesta una expresión de desconcierto.
-¿Sucede algo?- interviene Kakashi al ver al hombre en silencio.
-No, en absoluto, es solo que no pensé que su esposa fuera a participar en la conversación- se apresura a responder antes de disculparse con la pelirroja.
Los tres ninjas reciben el comentario con bastante sorpresa debido a la mención de la palabra 'esposa'. Katt por su lado no puede evitar sonrojarse un poco cuando su mente comienza a darle vueltas a esa idea.
"¿Esposa?" repite en su mente tratando de visualizar esa imagen "Sería bonito, creo que nos veríamos bien juntos" añade al conseguir la imagen mental "Aunque Kakashi parece ser del estilo tranquilo. No es algo malo, pero un poco de bulla y fiestas no hacen daño y él parece del estilo de quedarse en casa"
Casi inmediatamente después el hombre les indica que a la mañana siguiente les dará las explicaciones necesarias y que acepten su hospitalidad por ese día. Tras retirarse ingresan de inmediato un grupo de jóvenes muchachas trayendo diversos tipos de comidas. Lamentablemente tal y como Katt le había comentado a Naruto, no había ramen entre los platos.
Katt nota, luego de unos minutos en que se quedó con Naruto sugiriéndole que probara alguno de los otros platos, que Kakashi se encontraba en lo que parecía ser el balcón de la habitación. Al acercarse se da cuenta de lo pensativo que se encontraba el shinobi, a pesar de cubrir su rostro por completo, el ojo que quedaba visible podía dejar ver sus emociones cuando lo permitía.
-Dijiste que se te hacían familiares sus ropas- comentó Kakashi al sentirla cerca.
-No lo sé, son parecidas a las que vi en unos museos, el pendiente al cual hasta ahora le hecho la culpa de haber acabado en Konoha pertenece, sino me equivoco, a esta cultura o a alguna muy similar. Tampoco soy experta ni siquiera soy del país de origen como para conocer bien- explica ella, no muy feliz de no poder darle una buena respuesta -Aunque...- añade un tanto más pensativa y ganando una mayor atención por parte del jonin -Bueno, este estilo de vida al igual que el pendiente son cosas supuestamente del pasado, parte de una cultura que vivió al menos 300 años antes de la época donde yo vivo- agrega Katt, sumamente confundida, ya bastante tenía con tener que aceptar la idea de haber cambiado de mundo -¿Cuál es la misión?- preguntó tratando de enfocarse en algo útil, pero que a la vez no tuviera relación con cosas que aún le costaba aceptar.
-Encontrar las piedras, el templo y proseguir hasta acabar- responde Kakashi.
-¿Entonces tenemos que hacer lo que nos pidan acá?- cuestiona ella sin recibir respuesta. Kakashi se mantiene pensativo, con la mirada puesta en el horizonte.
Más tarde, luego de que Naruto terminara de comer, la pelirroja se le acerca con una expresión divertida en el rostro.
-Naruto, creo que te toca dormir el la cuna- señala ella, riéndose sin hacer mucha bulla en caso hubiera alguien cerca.
-¡Me rehúso dormir ahí!, no entro- se queja Naruto de inmediato, señalando la cuna.
-Ya, Naruto no exageres es una cuna grande, sí entras si lo intentas- asegura ella aún riendo ligeramente.
El rubio observa la cuna, era cierto que tenía un gran tamaño, pero no lo suficiente como para permitir que un muchacho de su edad pudiera dormir cómodamente. De cualquier manera el rubio intenta y termina con los brazos y piernas sobresaliendo.
-Como has crecido- comenta la pelirroja sin quitarle la mirada -Ya no entras en tu cunita.
-No es gracioso ¡Dattebayo!
Luego de esto Kakashi se aleja del balcón y se dirige a la cama. Se recuesta, aún pensativo, a uno de los lados, conciente de que por la situación tenía que compartirla.
-¿Qué vamos a hacer? Si pasamos el hecho de que no deberíamos estar aquí, todo parece bastante normal y no se ve peligroso- pregunta Katt ocupando también un espacio en la cama.
-No lo sé, haremos lo que nos piden y de ahí veremos para regresar. No hemos probado la piedra aún, posiblemente sirva para volver también- responde él aún serio.
Katt lo observa un tanto preocupada. No lo conocía por mucho tiempo, pero siempre lo había visto con una actitud relajada y despreocupada, incluso cuando lo encontraron al comienzo de la misión. Le era difícil comprender cuál podría ser el motivo para que estuviera así, suponía que los ninjas asesinos debían de ser peor que la situación en la que estaban.
-Mañana hay que estar muy atentos- habló Kakashi de improvisto -Hay que evitar hablar de más, al parecer estaban esperando a una pareja y a su hijo- agrega para que los dos genin tuvieran consideración con eso.
Llega la media noche y la pelirroja no consigue conciliar el sueño. El no saber qué puede preocupar tanto a Kakashi la mantiene intranquila, pero el hecho de que sus dos compañeros de aventura ya hubiesen conciliado el sueño la incomoda un poco.
-Hombres...- murmura en voz baja, levantándose de la cama. "Mejor voy a investigar un poco, por culpa de Kakashi ya se me vino a la mente todas esas películas de bajo presupuesto donde lanzan a la gente en sacrificios a volcanes y ese tipo de cosas"
La kunoichi avanza en silencio por los corredores vacíos del gran templo. Al comienzo no distingue nada, excepto que al parecer son los únicos que se encuentran en ese momento en la construcción, pero después nota una figura femenina moverse rápidamente por un corredor. Esto le llama la atención y decide seguirla, pero al doblar en una esquina, la persona a la que estaba siguiendo le lanza una especie de polvo en el rostro. Katt prioriza centrarse en quitarse en polvo de encima pese a que ve a su 'atacante' alejarse a toda velocidad, al menos había distinguido un poco su rostro. "!Qué demonios me lanzó encima! Ojala no sea nada vudoo o peor aún, los restos de alguien" piensa mientras termina de sacudirse "Mejor me regreso, no debí haber salido del cuarto... aunque talvez estaba yendo a buscarnos, no hay nadie más aquí. Ninja de segunda que soy me cae encima este polvo y para colmo la chica se escapa"
Al regresar a la habitación encuentra todo tranquilo. Tanto Naruto como Kakashi continúan durmiendo plácidamente, como si nada ocurriera. "Que lindo se ve Naruto, nadie diría lo intranquilo que es al verlo como está ahora" piensa observando al rubio en la cuna que le queda grande. Al recostarse en la cama no puede evitar fijar la mirada en Kakashi y en especial la máscara que le cubre el rostro. "¿Por qué la usará? Ese ojo con el sharingan tiene una cicatriz, tal vez el resto de su cara también" presume, aunque no completamente segura, al final la marca del ojo parece ser sólo un corte. Con eso en la mente para distraerla, Katt se olvida de que fue atacada minutos antes y de la misma situación en la que se encuentra, logrando al fin dormir.
En la mañana Katt se levanta con una gran sensación de comodidad, pero al despertar se da cuenta de que Kakashi está bastante cerca de ella, rodeándola con los brazos. "Creo que se tomó muy en serio eso de que estaban esperando a una pareja" se dice a sí misma, no muy segura de cómo reaccionar.
-Hola- saluda Kakashi al despertarse y verla con la mirada sobre él. Casi instintivamente se acerca lo suficiente como para darle un beso en la boca, pero al instante nota el trozo de tela que llevaba puesto sobre el rostro -¿Y esto?- se pregunta, retirando la máscara y procediendo a terminar el saludo matutino.
La pelirroja se queda estática, no esperaba un abrazo, menos aún un beso, pero lo que impide que reaccione es verle el rostro a Kakashi. Por lo que sabía y había comprobado, el shinobi no se le veía sin máscara jamás y así sin siquiera haberlo pedido o intentado, estaba viendo el atractivo rostro del jonin. Él por su parte la observaba intensamente, al parecer un tanto curioso por su reacción.
-¿Sucede algo? Estás sonrojada- pregunta él sonriéndole mientras acaricia su largo cabello rojo.
-Yo...- articula Katt sin mucho éxito, aún no entendía muy bien lo que estaba ocurriendo "¿Y a Kakashi que bicho le picó en la noche?" piensa preocupada antes de distraerse y comenzar a apreciar lo atractivo que le parecía "¿Para qué usa la máscara? ¿Evitar fanáticas?"
-Será mejor que nos alistemos y despertemos a Naruto- interviene Kakashi, dejando de acariciar la cabellera roja.
-Yo lo despierto- se apresura a asentir Katt levantándose de la cama, se había olvidado por completo de Naruto. Cuando estaba a punto de despertarlo para pedirle algo de ayuda se da con una sorpresa muy desagradable; Naruto cabía en la cuna. Casi de inmediato la kunoichi suelta un pequeño grito de espanto, si antes se sentía confundida, ya no entendía nada.
De inmediato Kakashi llega a su costado y observa intranquilo a Naruto, obviamente algo ahí asustó a su 'esposa'.
-¿Qué sucede?- pregunta él, incapaz de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo -No veo nada raro.
-¿Cómo que nada raro? Mira el tamaño que tiene, debe de tener cuatro años- responde Katt señalando al pequeño rubio que aún dormía.
-¿Qué te sucede esta mañana?- pregunta sonriendo y dándole un beso -Debes de estar tensa por la misión, pero no te preocupes, yo me voy a encargar de todo.
-¿Estas bromeando no?- pregunta ella, deseando que él se empezara a reír y le dijera que había sido una broma "¿Qué está pasando aquí?, deben de haberlo planeado, tal vez sea solo uno de esos jutsu de academia, mejor les sigo el juego. Pero y ¿si no es un jutsu? ¿Y algo le paso a estos dos?"
-Mejor ve a alistarte yo me encargo de Naruto- dice Kakashi despertando al pequeño. Naruto al abrir sus grandes ojos azules observa alegremente a sus 'padres'.
-¿Que me aliste?- murmura Katt mirando unas ropas similares a las de los lugareños, decide que por su salud mental era mejor simplemente obedecer. Casi al momento en que termina de alistarse, las mujeres del día anterior traen algo de comida, ninguna parece notar o reaccionar ante la diferencia en el tamaño de Naruto.
-Buenos días madre- saluda de forma muy educada el pequeño Naruto, ya vestido con ropas del lugar al igual que su 'padre' al verla acercarse a ellos.
-Buenos días...- responde Katt un tanto horrorizada, al parecer el pequeño hiperactivo ahora eran un aún más pequeño niño educado.
-Ahora que ya estamos todos puedes comer- dice Kakashi observando a Naruto.
El rubio comienza a comer despacio y de forma calmada, algo totalmente radical a como normalmente ingería sus platos de ramen en el Ichiraku. Absorta por los nuevos hábitos alimenticios de Naruto, no siente como Kakashi se acerca a ella hasta poder susurrarle al oído.
-¿Te encuentras bien? Aún sigo pensando que estas actuando muy extraña esta mañana.
-Sí, sólo estoy un poco confundida... por lo de la misión- contesta tratando de mantenerse calmada.
-¿Segura? No quiero que nada te incomode- agrega él tomando una de las manos de ella.
-Sí, estoy bien- asegura, tratando de sonreír y dándose cuenta de que era bastante improbable que Kakashi estuviera actuando.
-Padre...- los interrumpe Naruto -Por favor, ¿podría comer un poco más?- ante esto Katt hace todo lo posible para no darle un golpe a Kakashi y salir del cuarto en búsqueda del Naruto real.
-Si, puedes comer un poco más- asiente Kakashi sonriente antes de regresar la atención a la pelirroja -Entonces espera aquí, yo voy a ver cual es la misión- explica antes de salir de la habitación.
-Naruto...- llama Katt con un intento de sonrisa en el rostro.
-¿Si madre?- pregunta observándola con mucha atención.
-Ven acá- le pide -¿Aún quieres Ramen?- pregunta cuando el pequeño se coloca frente a ella.
-No lo sé, ¿qué es eso?- pregunta Naruto con curiosidad.
-No, nada, no te preocupes- responde ella nerviosamente "Este no puede ser Naruto, él no se olvidaría del ramen"
Luego de más de una hora, Kakashi regresa y le explica a Katt que su misión consiste en ser los primeros en entablar conversaciones con unos extranjeros que debían de estar por llegar a uno de los poblados cercanos. A su vez debían de concluir el tipo de intenciones que tenían.
-¿Cuándo regresaremos a Konoha?- se atreve a preguntar Katt de improviso cuando Kakashi terminó de hablar.
-¿A donde?- cuestionó él ligeramente confundido.
-Al lugar de donde vinimos- responde Katt un poco nerviosa.
-Oh, no lo sé, cuando acabemos la misión, aunque no recordaba de donde vinimos- responde Kakashi con total naturalidad y calma.
-¿Cómo que no recuerdas? ¿Qué es lo que recuerdas?- pregunta ella visiblemente preocupada.
-Recuerdo que eres mi esposa, Naruto mi hijo y que nos enviaron a cumplir una misión eso es todo- responde Kakashi manteniendo la tranquilidad.
-¿No te preocupa o te parece raro no saber nada más?- insiste ella, pero es detenida cuando Kakashi coloca suavemente sus dedos sobre sus labios.
-Lo que sé, es todo lo que necesito saber, te tengo a ti y a nuestro hijo y un propósito, soy feliz con eso, no necesito nada más- asegura él sonriente, listo para partir a su misión.
"¿Qué demonios está pasando aquí? No parece recordar nada y no tengo idea qué ocurrió" piensa mientras sigue a Kakashi y sujeta a Naruto de la mano "Ambos son lindos, pero... no deberían ser así" se dice a sí misma viendo cómo comienzan a partir los tres en dirección a un poblado cercano "Lo único distinto que nos ha ocurrido ha sido el polvo... y yo que pensé que era algo malo. ¡Necesito más polvo! ¿Cómo encuentro a esa chica?" medita desanimada, sin prestar mucha atención lo que Kakashi le comenta sobre el pueblo al que irán y cómo ya les habían preparado una casa ahí para esperar la llegada de los extranjeros.
Durante los días de espera, Naruto se dedica a jugar con los niños del pueblo, su pequeña cabellera rubia destaca e impide que sea sencillo que se aleje mucho o se pierda. Kakashi ocupa su tiempo en apoyar en las labores administrativas y de seguridad del poblado. Y Katt se mantiene vigilando a Naruto, como hacen otras mujeres con sus hijos, o tratando de encontrar algo que le diera una pista de qué había ocurrido. Pero es en uno de los momentos en que se encontraba vigilando a los pequeños que se animó a preguntarle a otra mujer sobre la joven que le lanzó el polvo; ésta de inmediato reconoció la descripción cuando la pelirroja mencionó su presencia en el templo.
-Esa es Amapola- explicó la mujer, casi provocándole un ataque cardiaco a Katt cuando escuchó el nombre -La castigaron hace unos días, la noche que ustedes llegaron, por estar rondando el templo.
-¿Y que le hicieron?- pregunta la kunoichi no muy segura de qué pensar.
-Está en el calabozo, en la ciudad.
De forma casi inmediata Katt se dirigió a buscar a Kakashi, necesitaba encontrar a esa muchacha. El problema era que tendrían que regresar a la ciudad de dónde salieron y los extranjeros aún no habían llegado, dudaba que Kakashi aceptara moverse hasta eso.
-Ahora no podemos, no te preocupes, los extranjeros deben de llegar pronto y podremos regresar al acabar- explica Kakashi llevándosela a la habitación que les habían dado para que descansara un poco.
La pelirroja lo observa preocupada, al fin tenía una pista para trabajar y al parecer no iba a poder hacer nada. Pero fue en ese momento que nota la presencia de la bandana de Konoha desentonando con todo el resto de la vestimenta de él. Por curiosidad extiende su mano para levantarla y ver si el sharingan seguía ahí. De forma automática Kakashi retrocede cubriendo su ojo, dejando escapar un quejido.
-Perdón...- se disculpa de inmediato ella, esperaba que el ojo quizás le hiciera presente que no eran de ese lugar y reaccionara -¿Por qué te esta fastidiando así?
-No te preocupes. Aunque no tengo idea porque me duele así, pero el dolor se ha hecho menos intenso con el paso de los días- asegura él sonriéndole.
El incidente con el sharingan y la mención de Amapola impiden que Katt pueda conciliar el sueño aún más de lo usual. Por unos momentos consideró seriamente arrastrar a Naruto y Kakashi hasta la piedra que los metió en el problema y probar si podían regresar con ella. Pero eso implicaba inutilizar a Kakashi y dudaba que pudiera hacerlo sin perder por completo la confianza, que notoriamente le tenía, si es que algo salía mal y no podían regresar.
La idea de quedarse permanentemente ahí no le agradaba. El nuevamente verse en una situación extraña y no saber donde estaba no era el problema, para ella al menos el regresar a Konoha no arreglaba la situación. Pero una cosa era ser lanzado lejos de tu hogar y otra era perder tu identidad y Kakashi, así como Naruto, no estaban actuando como ellos mismos. Tenían que regresar o al menos arreglar sus recuerdos.
"Si al menos supiera dónde estamos... Por lo poco que he visto y dado que parece estar Amapola asumo que en alguna ciudad Inca, al final de ahí vino el pendiente que inició todo" medita tratando de enlazar la poca información que tenía. Un ligero sonido llama su atención y al observar la habitación distingue al pequeño Naruto de pie con la mirada perdida.
-¿Sucede algo Naruto?- pregunta ella, levantándose y avanzando hasta estar cerca de él y notar como una especie de aura roja empezó a envolverlo -¿Naruto?- llama preocupada al ver como los ojos azules del niño se había tornado rojos y su cabello comenzaba a erizarse. De improvisto el pequeño hace un movimiento con el brazo, ocasionando que Katt saliera de su camino como si hubiese sido golpeada, a pesar de que no llegó a tocarla –¿Qué rayos es eso?- pregunta sin entender nada de lo que estaba pasando y notando con preocupación que Kakashi parecía estar profundamente dormido y ajeno a los ruidos.
El pequeño cuerpo de Naruto salta sobre la cama en la que se encontraba Kakashi durmiendo y destapa el ojo del sharingan. Al parecer no obtiene lo que desea, ya que da un ágil salto al suelo y empieza a dar vueltas por la habitación como si fuera un animal atrapado. Momentos después el aura comienza a disiparse y Naruto regresa lentamente a su cuna hasta que queda dormido.
Katt se acerca con cuidado y comprueba que Naruto parece estar durmiendo. Luego va con Kakashi y cubre el sharingan, a pesar de esto el jonin continúa profundamente dormido, como si hubiera tenido un día agotador.
La mañana siguiente llegan noticias que anuncian la llegada de los extranjeros para esa noche, Kakashi va a prepararse y Katt se queda con Naruto.
-Naruto- llama ella para llamar su atención -¿Te ocurrió algo anoche?
-Tuve una pesadilla- responde luego de unos instantes antes de abrazarla.
"¡Qué lindo!" piensa al verlo "¡No! ¡Tengo que concentrarme!" se recrimina antes de preguntarle qué ocurrió en su pasadilla.
-Unos ojos rojos muy grandes estaban detrás de una reja- explica el pequeño, tratando de describir lo mejor posible un ligar que para Katt sonaba como un alcantarillado.
-¿Y qué sucedió?
-Me decía cosas feas- responde sollozando -Quería que abriera la puerta, pero no llegaba porque era muy chico, trate de saltar, pero tampoco llegaba y se puso muy molesto, comenzó a decir cosas que no entendía.
-¿Mencionó algo sobre el sharingan?- pregunta, al parecer buscó eso cuando estaba envuelto por el aura roja.
-Creo que sí, escuché algo, pero yo estaba asustado- contesta notoriamente triste y asustado.
-No importa- añade Katt sonriéndole, decidiendo que no debía de presionarlo más -Fue un sueño y ningún par de ojos te van a decir nada ni a hacer daño.
Esa noche, Kakashi se queda con Katt esperando a que le den el aviso de la llegada. Ella prefiere no contarle nada de lo de Naruto, no tenía mucho sentido y el hombre se veía notoriamente preocupado.
-¿Nervioso?- pregunta Katt, a pesar de los días que habían pasado le costaba ver a Kakashi mostrando visiblemente una gama tan amplia de emociones.
-Sí. No quiero que nada malo suceda, no sabemos si los Chancas estarán cerca, ni si nuestros visitantes serán amistosos- responde Kakashi besando a Katt.
"¿Chancas? Eso me suena, quizás de algún libro de historia" piensa ella, por el momento no tenía mas opción que apoyar a Kakashi, luego regresarían a la ciudad y arreglarían todo, al menos eso quería pensar "Si nos quedáramos aquí seguiríamos como una familia, pero no es real. Claro por mi edad no sería algo tan problemático, incluso aunque ahora no valga nada, ya acabé mi carrera y no tengo mayores responsabilidades y él... es un jonin es como si hubiera acabado de estudiar y además tuviera un buen trabajo. Pero no se siente como el Kakashi de verdad"
Pasada la media noche, el sonido de un grupo de caballos anunció la llegada de los esperados visitantes. Las bestias en las que venían montados causaron algo de miedo entre los habitantes, no parecían reconocerlas y la forma agitada en la que se movían debido a lo complicado del terreno no las presentaba como calmadas.
Kakashi decidió que Katt y Naruto permanecieran a resguardo, no quería que algo les ocurriera si los extranjeros eran hostiles o peor aún, según su opinión, hubiera un ataque de los Chancas. El primer contacto fue tranquilo, ambas partes parecían estar tratando, a su mayor potencial, poder entablar una comunicación. Esto resultó en una invitación a pasar la que restaba de la noche en la seguridad del pueblo.
"Que raro, si parecen españoles... hasta vienen con caballos, esos pobres animales no están hechos para este terreno montañoso" piensa Katt, observando desde lejos como los hombres se acomodaban "Pero es extraño, yo sé español y no he comprendido una palabra de lo que han dicho... y peor, si comprendo lo que los lugareños dicen"
En la mañana, Katt se entera de que van a regresar a la ciudad en compañía de los extranjeros. La idea no le agrada a la pelirroja, Kakashi estaba con una actitud demasiado confiada, pero no mencionó su disconformidad, ella quería regresar a la ciudad lo antes posible.
El viaje de regreso transcurre sin problemas, los caballos quedaron en el poblado y las pertenencias de los extranjeros fueron cargadas por llamas. El grupo español parecía contento con Kakashi y mucho de su tiempo lo dedicaban a observar el paisaje y tratar de hacer mapas. Pero la última noche antes de llegar fue diferente, cuando Katt fue a acostar a Naruto no lo encontró por ningún lado, pero si pudo notar que la tienda en la que debía estar parecía haber sido destrozada desde el interior.
-Kakashi, Naruto no está- avisa de inmediato, pensando en la energía roja que lo había envuelto varias noches atrás.
-¿Estás segura?- pregunta él sumamente preocupado, todo había salido bien y de la nada a un día de camino tenía que ocurrir algo.
-Hay que ir a buscarlo...- pide Katt, no podía estar muy lejos.
-Deben de haber sido los Chancas- asegura Kakashi, visiblemente enojado.
"¿Chancas?" se cuestiona mentalmente tratando de entender de qué estaba hablando "Recuerdo algo... eran como un grupo enemigo de los Incas o algo similar, nunca presté mucha atención cuando me lo comentaron, pero no recordaba que ellos siguieran cuando llegaron los españoles, bueno, ninguno de estos tiene pinta de Francisco Pizarro, quizás es otro grupo" recuerda, algunos de sus amigos que hizo en Perú alguna vez le comentaron sobre la historia del país, pero no es como si la hubiera estudiado "¡Está culpando a la tribu local! Naruto debe de haberse ido por su cuenta, debí haber mencionado lo de la energía" se recrimina fastidiada.
-No fueron los Chancas, creo que Naruto se escapó- asegura Katt cogiendo a Kakashi del brazo -Hay que ir por él, su rastro debe ser fácil de seguir- señala ella mientras lo lleva hasta la tienda y busca por la zona hasta dar con un grupo de plantas algo aplastadas.
-Pero debemos de llevar a...- Kakashi no termina la frase y observa los rastros -No, tienes razón, dejaré dicho que los terminen de llevar e iremos a buscar a Naruto.
Ambos parten lo más rápido posible. Kakashi parece sorprendido por la velocidad con que ambos pueden moverse, a pesar de la dificultad del terreno, al parecer aunque él no era conciente de sus habilidades, su cuerpo las recordaba perfectamente. El rastro los lleva de regreso hasta la ciudad inicial.
-Tal vez pudimos haber seguido con los extranjeros- comenta ella.
-No, con ellos no hubiéramos podido llegar tan rápido- explica Kakashi, buscando con la mirada al que creía su hijo desaparecido.
En la base de la gran piedra que los trajo, se encuentra el pequeño Naruto dormido. De inmediato se acercan a él para revisarlo.
-Los ojos querían venir- dice Naruto al verlos -Pero después dijeron que solo no servia de nada si estaba solo.
-¿Ojos?- cuestiona Kakashi.
-Luego te explico, hay que avisar sobre la llegada de nuestros invitados- dice Katt, tratando de conseguir algo de tiempo para ordenar sus ideas.
-Espérame aquí- asiente Kakashi, antes de retirarse para dar el aviso.
Cuando regresa, Katt lo observa detenidamente y toma algo de aire antes de decidirse a hablar. Era mejor que tratara de hacerlo en ese momento, no podía predecir qué pasaría con Naruto si seguía ignorando la situación y no trataba de hacer algo.
-¿Confías en mi?- pregunta Katt seriamente "No tengo otra opción, tengo que explicarle la situación o no me va a ayudar y no quiero quedarme mucho tiempo aquí, los choques de culturas rara vez acaban bien, y en unas horas va a ocurrir uno aquí"
-Sí, confió en ti- asiente él, preocupado por la pregunta y la actitud que tiene.
Katt trata de explicarle a Kakashi lo ocurrido con ellos, sobre Konoha y la misión que se les envió. El hombre parece tener problemas para aceptar el relato, el pensar que ella no era su esposa, ni Naruto su hijo era algo que le costaba aceptar a la velocidad que al parecer la situación requería. Pero el era conciente de que no recordaba nada aparte de esas ideas y la habilidad de su cuerpo parecía ser adecuada para la de alguien como Katt estaba describiendo.
-Entonces quieres hablar con Amapola- cuestiona Kakashi, era necesario que se centrara en la raíz del problema.
-Sí, cuando yo llegue a Konoha estaban esperándola a ella, debe de estar relacionado- responde Katt. No se sentía bien de haberle roto el mundo de ilusión en el que había estado, pero necesitaba hablar con Amapola y tener a Kakashi informado.
La pareja, junto con Naruto, van al pequeño calabozo del pueblo. Dado que Kakashi no parece ser muy conciente de sus habilidades o cómo usarlas, es Katt la que deja inconcientes a los guardias. Sin meditarlo demasiado la kunoichi libera a la joven que estaba recluida, al parecer a pesar de los días que habían pasado seguía ahí.
-Gracias- interviene Amapola de inmediato al verse liberada y reconocer a la pelirroja -Yo... yo fui al templo por una visión que tuve, ahí supe que debía lanzar el polvo sobre ustedes, pero sólo lo logré contigo- explica ella, esto parece convencer un poco más a Kakashi sobre la veracidad del relato de Katt.
-¿Y tienes más de ese polvo?- pregunta Kakashi.
-Ahora no- explica un tanto apenada -Para hacerlo debo de estar en trance y sólo puedo lograrlo en un templo en las afueras.
-Katt, ve con ella- pide Kakashi sorprendiéndola un poco -Yo me quedaré con Naruto, sea como sea, aún necesitamos atender la situación de los extranjeros.
-¿Estás seguro?- pregunta Katt. Sabe que Kakashi debe de estar afectado, aunque parece estar conciente de que necesitan resolver el problema.
-Sí, no te preocupes- asegura acariciando un poco el rostro de Katt.
Katt va junto con Amapola al templo que ella mencionó, quería arreglar las cosas lo antes posible, se regresaba a Kakashi a la normalidad no estaría tan triste como se le veía en esos momentos. Al llegar, un hombre mayor las recibe.
-¡Hija! ¡Volviste! Estaba tan preocupado- dice el hombre abrazando a Amapola hasta que se percata de Katt y su hija le explica lo ocurrido -¡Tú eres de Konoha!- exclama sorprendido.
-¿Conoce Konoha?- pregunta esperanzada.
-No, pero un muy buen amigo mío es de ahí- explica el padre de Amapola -Hace unos años apareció de la nada sumamente herido.
Amapola deja a su padre con Katt y se prepara para entrar en estado de trance. La kunoichi espera mientras le explica al hombre lo que había ocurrido y el cambio de las personalidades e incluso edad, en Naruto y Kakashi. El padre de Amapola le explica que los enviados del Dios Sol siempre son una pareja con su pequeño y que estos obran a través de personas vivas, lo más probable es que de alguna manera ellos hubieran sido usados para la labor.
Cuando Amapola regresa tiene una expresión de terror en el rostro. Cuando entró en trance no recibió el mensaje de cómo elaborar el polvo, sino que vio una terrorífica escena en donde una gigantesca criatura roja destruía la ciudad.
-Eso no es bueno- comenta Katt al escuchar la mención de la criatura roja.
-No, no lo es, en especial ahora que la ciudad se prepara para recibir a los extranjeros- añade el padre de Amapola -Veré si puedo contactar a mi amigo.
Katt observa al hombre con curiosidad, si lo que decía era cierto, estaba en capacidad de contactar con un shinobi de Konoha. El padre de Amapola recita una serie de cánticos a la vez que dibuja unos símbolos en el suelo. Tras varias repeticiones y notorios signos de cansancio, una luz cegadora inunda el templo.
Junto al padre de Amapola se encuentra un hombre de largo cabello negro y armadura roja. Ambos se saludan alegremente e intercambian algunas palabras en las que el recién llegado es informado de lo que había ocurrido.
-Tú- murmura Katt sin poder quitarle la mirada de encima -Tú rostro está en la montaña, tú eres el primer Hokage- agrega un tanto conmocionada.
Casi de inmediato el primer Hokage le pide que no le diga nada. Al parecer reconoce que ella no es de Konoha, o al menos no de los habitantes que el conoce. Ella acepta y simplemente le narra la misión sin mencionar ningún nombre.
-No tengo conocimiento del jutsu que los haya traído aquí, pero debe de ser una variante de la que me envió por primera vez a este lugar- explica el hombre de forma bastante seria -Es extraño, se necesita cierto conocimiento y habilidades, en especial por el hecho de que hayan llegado aquí- añade, sumamente pensativo -Ustedes no deberían de haber llegado a esta época, no es la que debería corresponderles al hacer el viaje entre mundos... Pero no importa, al hacer los viajes su chakra siempre los tratará de llevar a donde pertenecen, a su lugar de origen, si es que no tiene un punto específico de regreso.
-¿Y qué hacemos con la premonición de mí hija? ¿Crees que esté relacionado?- interviene el padre de Amapola.
-Es probable- asiente el Hokage -Pero yo me encargaré de eso, impediré que los extranjeros lleguen a la ciudad, su presencia podría ser el desencadenante de la bestia- explica, por un momento parecía que iba a darle un nombre distinto a la criatura -El sitio de oro era el Dorado ¿No?- cuestiona con interés, observando a su amigo.
-Sí, pero es una leyenda.
-Ellos no lo saben, y deben de estar buscando fortuna, creo poder distraerlos con eso- explica el primer Hokage -Con esto es probable que la misión termine y tus compañeros vuelvan a la normalidad- explica, dirigiéndose a Katt -Aunque estén alertas, al parecer este viaje fue dispuesto para ustedes tres- la kunoichi asiente de inmediato -Es mejor que me encargue de esto rápido –añade, utilizando un jutsu para disfrazarse como un pequeño niño lugareño.
-Suerte amigo mío.
-Por cierto, aún esta en pie mí oferta de que mandes a tu hija a entrenar a Konoha- agrega el primer Hokage con su apariencia joven antes de desaparecer de la vista del grupo.
Katt se queda en silencio por unos momentos. No pudo preguntar nada o comentar nada y ahora simplemente no tenía opción más que esperar. Al regresar a la ciudad, la noticia de la desaparición de los extranjeros se había expandido, los arreglos se cancelaron y la noche parecía estar ocurriendo casi como cualquier otra. En su cuarto del templo encuentra a Naruto dormido pacíficamente en su cuna y a Kakashi recostado en la cama, quizás se quedó dormido por el cansancio. Con cuidado se acomodó junto a él, ya vería que ocurría en la mañana.
La mañana posterior a todo Katt se levanta y casi de forma instintiva, debido a los últimos días, le da un beso a Kakashi. El jonin abre los ojos y deja escapar una expresión de sorpresa por la acción y por la ausencia de su máscara.
-¡Dattebayo! ¡Estoy atorado!- grita Naruto, provocando que la pelirroja dirigiera la vista de inmediato al rubio, este se encontraba literalmente atorado en la cuna.
-¡Naruto eres grande de nuevo!- exclama sorprendida, poniéndose de pie de inmediato.
-¿Grande? Si nunca me achique- responde Naruto mientras revienta la cuna para salir.
Al voltear a ver a Kakashi nota que se encuentra de pie y con su máscara puesta. Katt se da cuenta de inmediato que ambos han regresado a la normalidad y que técnicamente beso al Kakashi que no la creía su esposa. De forma automática su rostro comienza a tornarse de un color similar al de su cabello.
-Katt-nee-chan estás actuando extraño- comenta el rubio al ver cómo estaba actuando.
-¿No se acuerdan de nada?- pregunta Katt. Al ver sus rostros, se da cuenta de que no y trata de explicarles lo ocurrido, pero ninguno de ellos parece creerle.
-Bueno, vamos a ver cuál es la misión- interviene Kakashi tranquilamente, ignorando los reclamos de Katt.
Cuando llegan con el hombre que los recibió al llegar la ciudad, este parece obviar por completo la misión que ya habían realizado y encargarles otra. Katt lo observa de forma sospechosa, está segura de que él si recordaba lo ocurrido, por momentos pudo ver como la observaba con precaución, quizás consiente de que ella si recordaba.
Pero Kakashi acepta, al parecer el pedido era tan sencillo como llevar unos objetos ceremoniales a un pueblo cercano que había quedado aislado por los Chancas. Al parecer el Kakashi de hasta una noche atrás era conciente de la enemistad entre ambos bandos.
La misión transcurre rápido, como shinobis se desplazan con velocidad por el difícil terreno. Casi al llegar al objetivo se cruzan con los mencionados Chancas y dado que Katt le había mencionado a Kakashi sobre su obsesión con ellos y lo peligrosos que los consideraba, decide que era mejor dejarlos incapacitados.
Lo curioso fue que los Chancas hablaban una lengua desconocida para Katt, ella había asumido que si entendía a los que la recibieron debía de haber podido entenderlos a ellos. Kakashi captura a uno de los enemigos y utiliza su sharingan para comunicarse, al parecer el ojo le permitía poder entender lo que estaba diciendo y hablarle. Katt se sorprende, no comprendía mucho las habilidades que le conferían el sharingan, pero por lo que veía estas incluían algún aspecto mental.
El regreso de la misión fue impecable y recibieron los agradecimientos del líder de la ciudad. Con la misión satisfecha Kakashi decidió que debían tratar de regresar, pese a los reclamos de Katt, él la colocó en posición para que toque la piedra con la esperanza de poder invertir el proceso que los llevó hasta ahí.
Nuevamente una luz cegadora los deja sin poder ver por unos segundos, y al recuperar la vista ven con alivio que regresaron junto al resto de ninjas de Konoha. Para el resto del grupo no sucedió nada, sólo una luz cegadora. Kakashi interviene de inmediato diciendo que ya terminaron la misión y parece explicar muy levemente lo ocurrido a los otros jonins antes de dar la orden de regresar.
x x
Las risas llenaron la oficina de la quinta Hokage tras la versión de lo ocurrido contada por Katt. Para Tsunade el Naruto educado y pequeño simplemente era demasiado.
- Katt nee-chan no mientas, nada de eso pasó- se queja el rubio tras la historia y las risas de la quinta.
-¡Que sí pasó!- insiste ella -Y Kakashi andaba como idiota culpando a los Chancas, que eran como la tribu enemiga local- añade sin mucho éxito. Ni Kakashi o Naruto recuerdan nada de lo que ella narraba.
-Ya, no importa, mañana veremos. Katt creo que necesitas descansar- indica Tsunade tratando de no expandir más la reunión.
-Ahora crees que estoy loca- se queja ella, lo que la Hokage quería era evitarse problemas -Falta que tampoco me crean de la cosa roja que se posesiono de Naruto- agrega Katt, provocando que Tsunade casi se atragante con el té que pensaba empezar a tomar y el aludido se quedara observándola sin siquiera pestañar.
-¿Cómo?- pregunta Tsunade con el poco aliento que tiene a la vez que el ojo visible de Kakashi parece expresar bastante seriedad.
-Una cosa roja que creo que vive en un alcantarillado en la mente de Naruto, o al menos eso me explico cuando estaba chiquito. Me dijo que el bicho de su mente quería que le abriera la puerta, pero como él era chiquito no llegaba y el bicho se dedicaba a insultarlo- explica Katt bastante fastidiada, sin notar el cambio en la actitud de las personas presentes en la habitación.
-Alcantarillado... bueno eso suena muy Naruto- comenta Tsunade riéndose nerviosamente, al menos no parecía que algo grabe hubiera pasado con ese tema.
-Mejor ve a descansar Katt- interviene Kakashi colocándose detrás, sujetándola por los hombros y colocando su rostro al costado del de ella -Has tenido un día cansado, ya mañana podrás explicarle mejor a Tsunade-sama- Katt se sonroja un poco, al tenerlo tan cerca se pone nerviosa y no se siente en estado de replicar mucho, así que se deja sacar de la oficina por Kakashi. Luego el jonin espera a que Naruto salga también y cierra la puerta, soltando a Katt.
-Ustedes dos vayan a descansar- indica Kakashi -En estos días veré para que vengas a explicarle mejor a Tsunade-sama- añade mirando a Katt muy sonriente, o al menos su ojo parece estar indicando eso.
-Bueno...- responde Katt un poco desilusionada de que la haya soltado en cuanto logró sacarla de la oficina "Eso fue sucio, me puso nerviosa a propósito"
-Nos vemos- dice Kakashi desapareciendo en una nube de humo.
-Vamos, no sirve de nada quedarnos aquí- comenta Katt dirigiéndose a Naruto, pero éste no le da respuesta, sólo la observa visiblemente preocupado -¿Pasa algo?- le pregunta, normalmente el joven genin solía estar lleno de energía.
-No, solo que...- responde Naruto, al parecer no muy seguro de qué decir.
-¡Ya sé! Debe ser lo que dije de la cosa roja- asume Katt luego de pensar un poco -¿Qué pasa con eso?- Naruto la mira pero no responde -Debe haber sido efecto del viajecito que tuvimos, aunque Tsunade actuaba algo raro, pero en fin, no sirve mucho que hablemos de eso ahora- asegura ella sonriéndole.
-Bueno, hasta mañana- asiente el rubio ligeramente de mejor humor.
-¿Y eso?- se pregunta Katt al quedarse sola -Que extraño, primera vez que lo veo así- comenta antes de comenzar a alejarse de la torre de la Hokage.
Sin muchos ánimos para regresar de inmediato a su casa, Katt se dedica a caminar sin mucho rumbo por las calles tranquilas de Konoha. El que no le creyeran y para colmo la hicieran sentir como si estuviera loca no la ponían del mejor humor posible. Al llegar a uno de los tantos parques de la villa busca una banca en donde poder sentarse y relajarse con la agradable brisa nocturna.
"Debía de haberme quedado, Kakashi y Naruto eran adorables actuando como mi familia" piensa, logrando dibujar una sonrisa momentánea. Aunque al final realmente no le hubiera gustado del todo la aparentemente feliz y educada familia que hubiera tenido.
-Agradable brisa- comenta una voz masculina que saca a la pelirroja de sus pensamientos. Frente a ella se encuentra un muchacho de lentes, ojos azules y cabello de color similar al de Kakashi sonriéndole amistosamente.
-Sí, está agradable- asiente un tanto sorprendida por la presencia, en Konoha las personas no solían salir tanto en la noche y era extraño cruzarse con alguien, más aún con alguien dispuesto a charlar. "Debe de ser de mi edad, por su ropa debe de ser ninja, pero no le veo la bandana por ningún lado"
-Mí nombre es Kabuto- se presenta el joven manteniendo la sonrisa -Veo que no te creyeron lo de tu viaje.
-¿Y eso cómo lo sabes?- pregunta extrañada.
-Digamos que he estado averiguando un poco sobre ti Katt- responde tranquilamente, acomodándose los lentes -Mi maestro está muy interesado en hablar contigo.
-Oh. ¿Y quién es tu maestro?- pregunta Katt con curiosidad "Maestro, eso no se oye muy seguido por aquí usan sensei"
-Ya debes de haber oído de él- contesta Kabuto, manteniendo la atención muy concentrada en ella -Aunque debo decirte que lo que hayas oído es solo una parte de la historia.
-Escucho- dice Katt algo interesada.
-Aquí no, a Orochimaru-sama le gustaría hablar contigo en persona, pero por obvias razones no puede entrar en Konoha- explica Kabuto notando la expresión de sorpresa en el rostro de la pelirroja ante la mención del sannin.
-Como un científico incomprendido- comenta ella, un tanto nerviosa, ya había estado suficiente tiempo en Konoha como para conocer la fama de ese hombre.
-Algo así, veo que si sabes algo sobre él.
-Me explicaron que había sido ninja de Konoha, pero que por experimentos de estilo no muy éticos termino yéndose... por ponerlo amablemente- explica Katt, recordando un poco lo que Iruka le había explicado muy a la ligera los primeros días que estuvo en Konoha.
-¿Vienes entonces?- pregunta Kabuto, al parecer un poco expectante por la reacción de ella.
-Pues, hoy no creo estar como para conocer gente- responde Katt, si de algo estaba segura es que al menos en ese momento no pensaba acompañar al desconocido que era alumno de un psicópata -¿Por qué no mañana?
-De acuerdo, pero no vayas a decirle nada a nadie de Konoha- accede Kabuto, aún visiblemente interesado -Te estaré vigilando- añade antes de desaparecer en una nube de humo.
-Eso sonó a amenaza- comenta ella en voz un poco más alta, aunque sin respuesta, Kabuto ya no estaba a la vista -¿En qué problema me metí ahora?- se cuestiona un tanto preocupada por el interés de Orochimaru, aunque aliviada de cómo resultaron las cosas, al menos no la raptaron y al parecer sólo la iba a estar observando.
x x
Al día siguiente, Katt se dedica a descansar y tratar de ver si alguien la estaba siguiendo. A pesar de no notar a nadie prefiere no arriesgarse a siquiera acercarse al edificio de la Hokage o la casa de Kakashi. En la noche, la curiosidad puede más que su razón y regresa al mismo lugar donde se encontró con Kabuto y para mala suerte de ella ve que el joven se encuentra ahí, esperándola.
-Que bueno, viniste- comenta al verla -No quería tener que irte a buscar.
-Dije que hoy, ¿no?- le responde ella con una sonrisa nerviosa, en realidad no había tenido intensión de cumplir con eso.
-Eso es bueno, cumples tu palabra- asiente Kabuto al parecer satisfecho -Por aquí- señala Kabuto dirigiéndose a la muralla. Al llegar abre lo que parece una pequeña pared falsa. Antes que Katt pudiera decir algo en contra de la seguridad de la villa, él interviene -A pesar de la seguridad, no han revisado tanto la muralla, yo era de Konoha así que conozco estas cosas.
Kabuto comienza a avanzar por el bosque seguido por Katt. La pelirroja observa como Konoha desaparece detrás de ellos "Y ahora en qué lío me metí" piensa desanimada, consiente que si pensaba rehusarse debió de haberlo hecho dentro de la villa.
¡Gracias por leer!
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