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CAPITULO 5 Inician las Clases


Al abrir los ojos, noté que aún era temprano. Los tenues rayos del sol se filtraban a través del ventanal en el techo. Me levanté para preparar las cosas para la escuela. Conforme avanzaba, la luminosidad del sol también aumentaba. "Demasiada luz", murmuré mientras frotaba mis ojos.

En soledad, abrí la pequeña ventana, dejando que una suave brisa fresca acariciara mi rostro. Mis ojos se llenaron de asombro al contemplar la vista desde mi nueva habitación en esta pequeña casa. 'Todo parece tan diferente ahora', susurré para mí misma.

Antes, desde el balcón del palacio, mi vista se perdía en la lejanía; ahora, aquí abajo, puedo ver cada detalle cercano y mirar hacia arriba, maravillándome con lo que me rodea. Es un cambio emocionante

Cuando salí de la habitación, vi a mis compañeros salir de las suyas, listos para el desayuno. Kou se acercó a mí con su sonrisa habitual.

—Hola, Tiara. ¿Dormiste bien? —preguntó con interés.

—¡Buenos días, Kou! Sí, dormí bastante bien, gracias. —respondí con una sonrisa.

Blossom también se unió a nosotros, abrazándome con efusividad.

—¡Buenos días, Ti-chan! ¿Y tú? Yo no pegué ojo en toda la noche. Mi compañera no paraba de quejarse en el cuarto. —compartió Blossom, haciendo un puchero mientras mencionaba a su compañera. Observé a Kou con complicidad antes de bajar junto a Blossom para desayunar. Durante el camino, Blossom me contó cómo su compañera la había empujado al intentar entrar al baño antes que ella, y luego se encerró allí dentro durante una eternidad.

—Supongo que no le caigo bien —concluyó con una mirada triste.

Tratando de animarla, le respondí: —No te preocupes por eso. A mí me caes genial, a diferencia de esa chica. —Intenté reconfortarla mientras continuábamos hacia el comedor.

—¡Hola a todos! —saludé a los que ya estaban en el comedor. Algunos comían, mientras que otros reservaban lugares para los que faltábamos. Los demás nos devolvieron el saludo. Mientras desayunábamos, el maestre entraba por la puerta.

—Buenos días, niños. Hoy desayuno con ustedes —dijo con una sonrisa. Tomó una silla extra y se sentó a nuestro lado para compartir el desayuno.

Durante la comida, el maestre nos pidió que lo tratáramos por su nombre en lugar de "maestre". Quería que lo viéramos más como un familiar que como un profesor. La mayoría aceptó su solicitud.

Entendido, Kiseki-sensei —respondimos al unísono.

Kou fue el último en bajar. No supe por qué se retrasó. Cuando finalmente bajó, la mayoría ya había terminado de desayunar. El maestre le preguntó por su retraso, y Kou simplemente le informó que lo había visto y luego lo perdió de vista.

Después del desayuno, el maestre anunció que algunos estudiantes se adelantarían a la escuela. Yo me quedaría esperando a que Kou terminara de comer y luego regresaríamos juntos. Antes de partir, recordé a los demás sobre nuestro encuentro en la entrada de la escuela para recibir nuestros horarios.

La hora del almuerzo había llegado. Kou y yo nos reunimos en el patio para comer, y pronto se nos unieron Hinata, Blossom, Koji y Akishiko.

Mientras compartíamos el almuerzo, discutimos sobre las primeras clases y los profesores que nos habían tocado.

—¿Cómo te fue, Tiara? —preguntó Hinata.

—Bien. Ya tengo un compañero para el resto del mes. Koji accedió a ser mi compañero para los trabajos en equipo —respondí.

—¡Ay, Koji, te estás poniendo rojo! ¿Te sientes bien? —preguntó Blossom entre risas. Koji se defendió, diciendo que simplemente tenía calor, y se alejó para conseguir agua.

Los estudiantes continuaron compartiendo sus experiencias de clase con entusiasmo Parecía que las lecciones habían sido un poco aburridas y tranquilas para la mayoría, pero todos estaban ansiosos por el resto del día.

Después de un animado almuerzo, nos despedimos y cada uno se dirigió de vuelta a su aula. A medida que caminábamos por los pasillos.

Mientras los estudiantes se dirigían a sus clases, en la azotea del edificio vecino, una figura enigmática observaba en silencio. Desde allí, anotaba en su libreta cada detalle de lo que veía, preparando el escenario para lo que estaba por venir.

A medida que avanzaba la tarde, las clases transcurrían lentamente. Siendo el primer día, tanto profesores como estudiantes sentían que el tiempo se arrastraba. A pesar de ello, había trabajo por hacer; varios maestros habían asignado tareas individuales y en grupo.

En mi salón, Koji y yo discutíamos cómo abordar nuestra primera tarea en equipo. Nuestro maestro nos había informado que los grupos permanecerían iguales durante nuestra estadía en la escuela, lo que significaba que no podríamos cambiar de compañeros a menos que todos estuviéramos de acuerdo o si surgía un problema grave.

Nuestra tarea parecía sencilla a primera vista, pero recordaba las restricciones que tenía debido a mi condición. Debíamos obtener información de nuestros compañeros, y entre más precisa y veraz fuera, más puntos obtendríamos. Sin embargo, no podía revelar mi nombre completo, y sabía que los humanos probablemente no estarían al tanto de las reglas que yo conocía. Mientras reflexionaba sobre cómo abordar esta tarea en los próximos tres días, la puerta del salón se abrió bruscamente, interrumpiendo mis pensamientos con un estruendo repentino que captó nuestra atención

Una mujer entró. Era indiscutiblemente vampira, evidente por la fuerza con la que abrió la puerta y sus características orejas puntiagudas. La observé con asombro, recordando las advertencias sobre la dificultad de salir durante el día sin protección. Sin embargo, ella no parecía afectada.

—Niños y niñas, vampiros y humanos. Seguro se preguntan por qué estoy aquí para enseñarles —comenzó con voz segura, mientras nos escudriñaba con una mirada penetrante—. Les enseñaré algo invaluable: cómo sobrevivir afuera.

Al final del curso, podrán ser tan fuertes como para viajar solos fuera de Reddosilva, llegar al maravilloso Puerto Maris al atravesar las cuevas, sin temor a enfrentarse a las bestias del desierto que no están en manada por mucho tiempo. o dirigirse a Puerto Litho en Nemuri atraves de la montaña que nos separa.

Permítanme presentarme. Soy Roana, y a partir de ahora, seré su peor pesadilla durante este curso, o hasta que completen su estadía aquí, lo que ocurra primero. —Sonrió de manera inquietante—. Serán míos hasta los 13 años o hasta que mueran intentando las tareas que les asignaré

La tensión en el salón aumentó. Un sentimiento de preocupación y desafío llenó el aire. Ella dejó claro que esta no sería una clase sencilla. -Otra cosa, quiero dejar en claro, absténganse de pensamientos innecesarios. Puedo leerlos. ¡No se me escapa nada ¡". Aunque estaba emocionada por tenerla como instructora, también sentía un cosquilleo de nerviosismo ante la idea de lo que podríamos enfrentar en sus clases. Aunque había leído sobre los peligros del mundo, todo había sido desde la comodidad de mi hogar y ahora, enfrentarlos de verdad, despertaba una mezcla de emoción y preocupación en mí. Sin embargo, en ese momento, mi actitud era despreocupada, confiaba en que todo saldría bien.

La primera lección con Roana comenzaría al día siguiente. Nos dijeron que llegáramos 30 minutos antes, ya que tendríamos clases con ella durante todo el día. ¡Esperábamos más de 5 horas de entrenamiento! Una clase de supervivencia. Por la tarde, comencé a prepararme mentalmente para lo que venía. Solo quedaba una clase antes de que llegara el último maestro.

Me acerqué a Koji y le hice una pregunta:

—Hola de nuevo, Koji. Quería preguntarte algo.

—Claro, adelante. ¿Estás preocupada por la prueba de mañana?

—Bueno, digamos que me alegra que seas mi compañero. Solo te diré que tengo una pésima orientación en general, así que me pegaré a ti durante todo el día de mañana.

Koji soltó una risa y luego me preguntó

—¿Te pierdes fácilmente? —preguntó Koji mientras caminábamos hacia la clase.

—Sí, me distraigo mucho, especialmente si algo me llama la atención —respondí, mirando a mi alrededor

—¿Te ha pasado eso muchas veces en casa?

—Algunas veces. ¿Tú también te distraes fácilmente?

—Bueno, a veces. Pero estaré encantado de ser tu guía. Asegúrate de no perderme de vista. Soy bueno orientándome. Además, supongo que eres muy inteligente y observadora en varios detalles.

—No sé si soy tan inteligente —dije con una sonrisa—, pero definitivamente soy buena notando detalles. Como cuando notas cómo cambia la luz en una habitación a lo largo del día

- Mi hermana es la realmente inteligente. Ella hasta me ha salvado la vida. pensé en voz baja.

-que, como que te ha salvado la vida, le pregunto inquieto.

Tiara por un momento olvido que no debía dar información de este tipo, casi lo hace. Mas luego rápidamente se olvidó de ello su mente viajo a aquel día.

Con 5 años, uno espera que sea una niña feliz con dos hermanos que me cuiden y la quieran, pero este no es mi caso, a pesar de tenerlo todo, literalmente yo una niña 5 años podría mandar a cualquier que estuviera en el castillo, y me lo concederían. lo único que quería era la atención de mi
hermano mayor.

-me pregunto por qué no le agrado a Reinald, talvez si me veo más como él, o porque soy niña aun, o si es porque sigo siendo humana, talvez, ellos solo beben de esa botella roja, pero a mi preparan todo el desayuno. Si pudiera beber de eso talvez le agradaría un poco más.

Saliendo de esos pensamientos me decidí a ir por la botella a la cocina, por donde iba me encontraba sirvientes o soldados, todos pasaron inclinándose, pero nadie pregunto a donde iba o si quería algo, yo tampoco le dije nada, baje hasta la cocina y como pude tome la botella que estaba en lo alto del refri, si no quería que me descubrieran tenía que beberla en mi curto

Cuando llegue de nuevo al cuarto trate de abrirla, pero no tenía tanta fuerza, la bebida salió disparada manchando la cama, al rato alguien la limpiaría. En lo que buscaba algo para beber de ella la puerta se abrió, de ella salió mi hermana, se me quede viendo y yo a ella, parecía enojada. Hice algo mal.

No puedo creer lo que veía, estaba buscando a tiara en su cuarto para que fuéramos a comer juntas, hasta le había traído un libro más para después. La esperaba durmiendo en su cama o jugando en algún lado, no tratando de beber a escondidas una botella de sangre de vampiro.

-¡A Quien se le ocurrió dejar eso cerca de la niña?" pensé. Me pase una mano tratando de quitar los cabellos de mi rostro., -no tengo tiempo para eso. Susurre. le arrebate la botella de sus manos. Ella al parecer se asustó porque empecé a ver como sus ojos se humedecían.

-Tiara, no, por favor no llores, ven. la acerque a mi tratando de calmarla, debe pensar que estoy molesta con ella, en lo absoluto, no con ella, sino con lo que dejaron que tomara la botella de la cocina.

Al sentarme note que las manchas rojas estaban espaciadas, talvez al tratar de beber, o al abrir la botella, luego haría que las limpiara, mientras me debo asegurar que tiara no haya bebido ni una gota.

Cuando me asegure que no había bebido nada, le pregunte que intentaba hacer, ella me conto de sus inseguridades, yo le respondí firme, tenía que dejarle en claro esto.

—Pequeña no intentes agradarle a todo el mundo —dijo Mei mientras acariciaba mi cabello—. Recuerda que no es tu responsabilidad hacer feliz a todos, incluso si son familia

Además, me confirmo que la botella que había tomado no le pertenecía ni a Reinald ni a ella. Mei me dijo que posiblemente alguien más allá dejado sus cosas hay, así que le devolví la botella, ella me aseguro que no me regaría por eso, pero que pedía a quien la dejo que fuera más cuidadoso con sus cos, solo me advirtió que no tomara las cosa así de nuevo por que no sabía si lo que bebía era venenoso, en ese entonces no sabía que si la hubiera tomado me hubiera envenenado, con la sangre de vampiro.

Después de asegurarme de que Tiara haya entendido el por qué le decía eso tomé el libro que le había traído y se lo di, era un libro de cocina humana. – velo y cuando termines me dices que te gustaría probar, te ayudare a cocinarlo. Si, pequeña.

Me despedí de ella, ella se fua a su espacio para leer, mientras quitaba las cobijas que se habían manchado, y tome la botella, Cuando salí, le ordené a Izumi que mandara a traer a todos los sirvientes y guardias tanto humanos como vampiros que estaban en el castillo. Mientras esperaba los resultados de la intervención de Mei, pasaron varios meses antes de que supiera las consecuencias de sus acciones

A partir de ese día, siempre había alguien siguiéndome como una sombra. No estoy al tanto de lo que sucedió con los demás, pero mi hermana Mei reprendió a todos los presentes en el castillo en ese momento. Solo se salvaron aquellos que se encontraban en la biblioteca o entrenando con Reinald,

Desde entonces, siempre había alguien vigilando mis pasos. Le pedí a Mei que prefería que la misma persona lo hiciera en todo momento; de lo contrario, me costaba recordar los nombres de quienes me seguían.

Al día siguiente, llegó Misu, de apenas 12 años, quien asumió el rol de mi nueva sirvienta personal

Cuando regrese al presente mi compañero estaba sacudiéndome, o través me había perdido en mis recuerdos

- ¿Estas bien?, te quedaste quieta un rato. Le respondí que sí, ambos seguimos platicando.



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