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Capítulo 20.- Cariño

Después del encuentro con Reisel y mi hermano, me sentía mentalmente exhausta. Había mucho que analizar; aún persistía el problema de Julian, quien no despertaba. Si tan solo supiera dónde se encuentra, pensé para mí misma con frustración.

"No quiero parecer una mocosa quejándome", murmuré, aunque ver a Cain en la Scarlet Noit había avivado recuerdos de él y de nuestro pasado juntos. Se pasea más seguido por el castillo, me ha invitado a salir, incluso me ha dado regalos, como si eso pudiera cambiar mi opinión sobre él.

Antes hubiera funcionado, antes habría aceptado cada regalo, cada sonrisa suya, cada salida a pasear. Antes yo misma lo habría buscado en mi reino o en el suyo. Pero ahora, ahora sé el monstruo que puede ser.

Y aquí estoy, hablando sola de nuevo. Me llevé las manos al rostro, como si pudiera ahuyentar al demonio que atormenta mi mente. sintiendo el peso de la situación. "Necesito descansar unos momentos", decidí en un susurro. anhelando un breve respiro en medio de la tormenta emocional que me consume

Al poco rato, aún sumida en tristeza, escuché claramente el tocar en la puerta de la habitación. Traté de relajarme y mantener mi voz estable. "Adelante", pronuncié.

El caballero que entró no era otro que el médico de Julián. Este se acercó y los guardias que había puesto en la entrada volvieron a cerrar la habitación. El médico se inclinó ante mí. No le presté mucha atención, aunque le pregunté qué quería de mí.

"Su alteza, el señor Gushikami, ya ha despertado y me ha pedido que le dé la noticia a usted primero", anunció el médico. "Él espera verla lo más rápido posible."

"¡Qué alegría!", exclamé, levantándome del asiento donde descansaba. Aunque aún no estaba segura de si lo amaba, sabía que Julián era alguien importante y querido para mí.

Me levanté del asiento decidida a verlo. Los guardias notaron de inmediato mis pasos y abrieron la puerta para mí. Una vez fuera de la habitación, el doctor me guio por los pasillos hasta el cuarto de enfermería donde ahora se encontraba despierto mi prometido. "Deberé acostumbrarme pronto a llamarlo así", pensé para mí misma.

"Su alteza, el joven Julián también me pidió que el príncipe lo visitara después ", informó el médico. Asentí ligeramente para indicar que estaba de acuerdo.

Uno de los guardias que custodiaban mi puerta anteriormente entendió la señal y siguió caminando a mi lado, atento a cualquier indicación que le diera.

Si no mal recuerdo, se llamaba Cheryl... "Cheryl, contacta a mi hermano y dile que su amigo ya se ha despertado. Que pase solo después de mí", ordené. "Así se hará, su majestad", respondió el guardia.

Seguí al doctor y así me despedí del guardia hasta llegar al cuarto asignado a Julián. Antes de girar la manija, el doctor se despidió diciendo que iría a atender a otros pacientes. "Si me necesita para cualquier otro asunto, estaré dispuesto a servirle, su majestad. Con permiso, me retiro", añadió.

Giré la manija con cuidado, procurando que la puerta de madera no hiciera ruido, y que mis pasos fueran ligeros mientras llegaba hasta la cama de Julián.

me detuvo un momento en el umbral, observando el ambiente familiar y reconfortante que la rodeaba. El cuarto, de estilo victoriano, estaba iluminado con una cálida luz tenue que apenas se filtraba a través de las cortinas que cubrían las ventanas, creando una atmósfera de tranquilidad y serenidad.

En el centro, se encontraban cuatro camas individuales, cada una adornada con sábanas blancas y almohadas mullidas. A los lados de las camas, se ubicaban mesitas de madera con lámparas de noche, mientras que en una esquina se veía una silla adicional, lista para que Mei se sentara junto a Julian. Los muebles, sencillos y sin adornos, contrastaban con la presencia de jarrones de flores de colores poco comunes, que añadían un toque de color y vida al espacio.

Él me esperaba despierto. -"Hola, Mei", me saludó con una sonrisa. Al avanzar tomé su mano, esperando encontrar su calor y que supiera que estaba con él. se veía mejor que la última vez que lo vi.

-"Hola, Julián", respondí con ternura. Mientras me acercaba, pasé mi mano sobre su frente, preocupada por su bienestar.

-"¿Cómo te sientes?" Pregunté suavemente, mientras mis ojos buscaban signos de mejoría en su rostro.

Julian asintió con una leve sonrisa de agradecimiento. "no tardo en venir".

-"Me siento un poco mejor", respondió con sinceridad. Pero antes de que pudiera decir algo más, le pregunte sobre Reinald, no estaba conmigo en el cuarto. "entonces donde esta".

-"¿Y qué hay de Reinald? ¿Cómo está él?" preguntó con curiosidad. Un destello de molestia cruzó por mi rostro antes de que pudiera controlarlo.

-"No quiero hablar de él en este momento", respondí con voz firme, ocultando mi frustración.

-"Será mejor que me levante", anunció el paciente, tratando de incorporarse. Afortunadamente, aún me encontraba cerca para evitar que se levantara.

-"¿Qué haces? Será mejor que te quedes quieto. Descansa", le dije con suavidad.

-"No puedo, debo estar presente para cuando vayamos a la ceremonia de coronación, no puedo quedarme en cama".

-"No te preocupes, faltan 5 días, llegamos en 3, así que tú descansa", le aseguré.

-"¿Qué les vamos a decir, Mei?", preguntó con preocupación. Sabía a lo que se refería.

-"Un arreglo, es todo lo que diremos, simple y cierto", respondí, concentrándome en encontrar las palabras adecuadas mientras chequeaba si venía el médico.

Satisfecho o no, Julian balanceó la cabeza.

-"¿Ya tienes planeado algo por si descubren que Reinald no es el rey, y tú no solo la princesa acompañante de rey?", preguntó con seriedad.

-"Bueno, eso... Me las tendré que arreglar cuando pasé", pensé. Como si esa respuesta no fuera de su agrado, seguí respondiendo.

-"Si no es suficiente, te tengo a ti, a Reinald y a Izumi de mi lado, ¿no es así?"

-"Ellos vendrán entonces", dijo con convicción. "Tranquilo, te dije que lo resolveré en el momento. Por ahora, basta con esto. Y si aún no te convenzo, de última hora, Caín vendrá con nosotros ", terminé la plática con mi prometido.

No deje que continuara, aun así, decidió que levantarse era mejor que seguir mis órdenes. - con más razón! Si él es invitado, será mejor que me levante, se movió tan rápido que apenas me dio tiempo de lograr que no cayera al suelo, en vez de eso callo sobre mí.

-lo siento mi reina. "me siento torpe" se disculpó en lo que se levantaba. -le reste importancia al asunto había sido un accidente. Y no había pasado nada., lo ayude a volver a acostarse. esto me recuerda a cuando tengo que meter a tiara a la cama para que no se devele leyendo libros en su cuarto.

-tú te quedas aquí, le señale la cama. -diablos por que tarda tanto el médico. Voltee a ver si ya llegaba, pero no entraba nadie.

Veía que intentaba zafarse de mi en lo que había volteado, así, que en lo que lo volví a acomodar, le di un beso en la frente, a ver si con eso se calma. "su tacto es reconfortante" eran los pensamientos de Julian ante el sorpresivo beso de Mei sintió una sensación cálida y agradable, ¿hace cuanto que no siento eso?.

En eso entro mi hermano - vaya, eso no me lo esperaba, bueno disculpen ya vi que estas mejor al rato te veo. Pronuncio Reinald al mismo tiempo que se retiraba de la habitación. dejando tras de sí un aire de desconcierto en la habitación.

Su presencia en la habitación, aunque breve, pareció llenar el espacio con una ligera tensión. Sin embargo, su rostro apenas mostraba alguna emoción mientras se despedía con una mezcla de ¿indiferencia? y prisa.

Girándome a Julián le recordé que no debía moverse -por ultima ves, te quedas aquí. Yo iré por él. Anuncie, finamente se quedó donde lo deje

- ¡¿por qué fue eso?¡ Me pregunto, con la mente en las nubes. -antes de salir le dije que por cariño.

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