La llegada de Aslan y la guerra Narniana
Kayla sintió como las manos de Edmund la ayudaban para subir a su caballo.
-Cuídate, hermosa - Kayla sonrió.
-Cuídate tú también, te quiero - tomo las riendas de su caballo y cabalgo hacia los Narnianos, dejando a Edmund con una sonrisa en la boca.
Por el contrario de Kayla, Edmund corrió para quedar junto a su hermano, en espera de los telmarinos.
Estos últimos se dirigían hacia ellos, todos en caballos, con espadas en mano. Atrás de ellos, unas catapultas tiraban gigantes piedras alrededor de Edmund y Peter.
-¡ARQUEROS! - Grito Susan - ¡ESTEN LISTOS! - todos los arqueros, incluida Susan, tensaron sus flechas.
Peter volteo a ver a Caspián, este asintió con la cabeza y se dirigió adentro del monumento. Debajo de ellos, de Susan y los arqueros, de Kayla y los Narnianos, de Edmund y Peter e incluso de los telmarinos, un gigantesco grupo de Narnianos -tal vez el doble de lo que habia arriba- esperaban el momento en el que salieran de combatir por su tierra.
1. . .
2. . .
3. . .
4. . .
5. . .
6. . .
7. . .
8. . .
9. . .
-¡TODOS LISTOS!
Caspián encabezaba el grupo de Narnianos que habia debajo de tierra, todos corrían tirando de los pilares. Pedazos de tierra y una luz cegadora apareció mediante destruían el monumento. Luego frente a Peter y Edmund se formo un inmenso hoyo que parecía tragarse a los telmarinos y sus caballos.
Segundos después en el cielo aparecieron un conjunto de flechas, los telmarinos que lograban salir del hoyo -que no era tan profundo- recibían las flechas sin fijarse de donde venían.
De ambos lados del hoyo aparecieron los Narnianos, con espadas y escudos. Uno de los grupos guiado por Caspián y el otro por Vendaval. Así pudieron atacarlos de ambos lados.
Los Narnianos empezaron a batallar con los que aun con el trozo de tierra que se habia desmoronado y las flechas, habían logrado librarse de ambos ataques.
Peter habia empezado con demasiada energía, luchaba contra los telmarinos con valentía y decisión. Caspián luchaba igual o con mas fuerza que Peter, sintiendo que le debía algo a aquella tierra mística. Edmund, montado en un caballo, sostenía una ballesta apuntando a los telmarinos. Aun así no dejaba de ver de reojo a Kayla. La muchacha también iba montado en un caballo, lanzaba flechas verdes, que jamás fallan y moradas, con un veneno mortal.
En el cielo aparecieron unos hipogrifos, con enanos en sus patas, todos con arcos en mano. Las catapultas cambiaron su objetivo hacia los hipogrifos.
- ¡RETIRADA! - en esa fracción de segundo, Peter habia tomado una decisión. A diferencia de la última vez, todos habían escuchado la orden de Peter.
Cuando los Narnianos se dirigían a la tumba, las catapultas volvieron a cambiar de dirección. Las catapultas tiraron las rocas hacia el monumento, desmoronando la entrada sobre los primeros Narnianos que entraban en ella.
El monumento caía desde lo más alto y los arqueros sufrían las consecuencias. El trozo de piedra donde Susan se encontraba parada se desmorono, llevándose consigo a Susan. El Q.A. logro tomarla de la mano antes de que callera, pero eso no aseguraba nada. Los brazos de Trumpkin eran muy pequeños y el peso de Susan no ayudaba mucho. Caspián corrió al verla en aquella situación, con el monumento destruido no encontraba manera de subir a ayudarla. Se coloco junto a Peter, que al igual que el no podía hacer nada por ayudar a Susan.
En el momento que se volvieron a ver, la mano de Susan soltó la de Trumpkin. Tanto Caspián como Peter contuvieron el aliento hasta que Susan cayo en lo que habia sido la entrada del monumento.
Los soldados telmarinos se acercaban, Caspián y Peter observaron como los Narnianos se preparaban para defender su tierra. Peter y Caspián comprendieron que debían hacer lo mismo. Al voltear a sus lados vieron a sus respectivos hermanos. Susan tenso una flecha en su arco, Edmund desvaino su espada y Kayla sujeto sus dagas, todos preparados para luchar. Se dirigieron sus últimas miradas entre ellos y luego corrieron junto a los Narnianos a la batalla.
Mas alejado de la batalla, en lo profundo del bosque, se escuchaba el galope de dos caballos. La menor de los Pevensie cabalgaba desesperada, tratando de deshacerse del telmarino que la perseguía. Centímetros los separaban. . .
A la izquierda de Lucy, una figura apareció. Corría entre los arboles a la velocidad de la luz.
Lucy desvió la mirada al sentir los galopes del otro caballo más cerca de ella. Al darse vuelta vio al telmarino pisándole los talones.
Cuando Lucy regreso su mirada, un enorme león apareció ante ella. Con un potente rugido, el León logro que el caballo levantara sus patas traseras y así, botara a Lucy.
Lucy observo con ojos curiosos como el León saltaba encima de ella y caía sobre el telmarino.
Lucy se levanto, miro atreves de unas plantas a aquel León. El sol caía sobre su melena, haciéndola brillar; sus ojos reflejaban la sabiduría de alguien que ha vivido por mucho tiempo, se notaba que habia crecido.
Lucy sonrió, ahí estaba, el Gran Rey de Narnia, el Gran León, Aslan.
-¡Aslan! - grito la niña mientras corría hacia Aslan. Se tiro encima de el dándole un fuerte abrazo, tan fuerte que habia logrado derribarlo. Ambos se separaron riendo.-Si eras tú, ¡lo sabia! - dijo mientras se sentaba frente al León - pero se negaban a creerme.
-¿Y porque a pesar de eso no viniste a mi? - pregunto Aslan, su voz seguía siendo sabia y tranquila. Tanto, que con solo eso, Lucy habia entendido que la culpa también era de ella.
-Perdón, es que tenía miedo - bajo la cabeza a medida que hablaba - ¿Por qué no te dejaste ver? ¿Por qué no viniste a salvarnos como la última vez?
-Nada pasa del mismo modo dos veces.
-Si hubiera venido, a los que fallecieron ¿los habría salvado? - pregunto Lucy con su cabeza nuevamente alzada.
-Nadie nunca sabe lo que hubiera ocurrido - Lucy miro a Aslan, en sus ojos se veía el reflejo de ella misma - Pero lo que va a pasar es algo muy diferente.
-¿Ayudaras esta vez? - pregunto Lucy con mas entusiasmo que antes.
-Así es, al igual que tu.
-Desearía ser más valiente - dijo Lucy en reproche hacia ella misma.
-Si fueras mas valiente te convertirías en leona- dijo el León mientras se levantaba - ahora, nuestros amigos ya durmieron suficiente ¿no crees? - con un potente y feroz rugido, Aslan despertó a cada uno de los arboles de Narnia de su profundo sueño.
Golpes y estocadas resonaban en todo el campo de batalla. Dagas y flechas iban y venían de todos lados. Escudos y cascos se hacían cada vez mas pesados. Las catapultas y el hoyo atacaban a los soldados de su propia manera.
De vez en cuando se sentía el temblor de la tierra al caer una piedra lanzada por las catapultas y los telmarinos y Narnianos corrían el riesgo de en cualquier momento caer a en el hoyo.
Los Narnianos batallaban con todas sus fuerzas y corazones, pero aun así los telmarinos les caían unos por unos. Tanto ratones como centauros se habían lanzado sobre la caballería de los telmarinos.
Peter y Edmund peleaban incluso con tres telmarinos a la vez. Susan utilizaba sus flechas como espada o las lanzaba con su arco. Kayla lanzaba sus dagas con una puntería magnifica.
Caspián, por otro lado, habia caído en el hoyo. Su espada habia caído lejos de el y cuando se disponía a levantarse e ir a recogerla, un grito lo detuvo. El General Glozelle se dirigía hacia el, con una lanzada en mano, dispuesto a matar a Caspián. Cuando vio hacia quien se dirigía paro en seco, respiraba entrecortadamente y su una herida visible era un corte en la ceja.
Caspián nunca supo si Glozelle se hubiera o no atrevido a matarlo, porque en ese momento una rama salió disparada hacia el General, tomándolo por el cuerpo lo arrojo hacia la dura tierra.
Todos, incluso los Narnianos, observaron asombrados como los arboles habían despertado de su largo sueño y se unían a las tropas Narnianas.
Peter se acerco a Caspián, te tendió una mano y ayudo a Caspián a salir del hoyo.
Ellos dos se dirigieron hacia Kayla, Edmund y Susan, quienes veía a los arboles entre la emoción y la estupefacción.
-Es Lucy - dijo Peter sin dejar de ver a los arboles.
Un ruido sordo los hizo voltear. Una catapulta habia logrado derribar a un árbol. Los demás arboles enterraron sus raíces en la tierra y las transportaron a velocidad hacia las catapultas telmarinas. Al enrollarlas entre sus ramas estas se retorcían hasta romperse.
-¡Por Aslan!
Los Narnianos siguieron con la batalla, ahora con los arboles de apoyo. Seguían a los telmarinos que huían desesperados.
-¡A Beruna! - se oyó un cuerno resonar. En ese momento los telmarinos tuvieron un lugar a donde correr.
Los Narnianos los siguieron hasta Beruna. Frente a ellos apareció un río, parecía calmado y era lo suficiente angosto para atravesar lo a pie, algunos telmarinos cruzar por el rió, otros -entre ellos Sopespian- cruzaban por el puente. Los narnianos se sorprendieron al ver que los telmarinos paraban, hasta que alzaron sus cabezas y vieron una silueta pequeña caminar hasta la orilla del puente. Cargaba un vestido precioso, sobre este una capa larga y con algunos agujeros.
La mayoría de los Narnianos se aliviaron al ver que se trataba de la pequeña Lucy, pero en ese momento la niña saco su daga.
No, no era la pequeña Lucy. Era aquella amable y soñadora muchacha que se mencionaba en lo libros que Miraz habia prohibido a los telmarinos.
Era la Reina Lucy, la Valiente.
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Capitul nuevo!!!!
Espero les guste y tal vez a continuacion escriba una nota de porque me he tardado tanto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro