24 días para Navidad
Ese día fue Lucy la última en despertarse, lo cual sin duda alguna era muy raro.
Pero fue incluso más raro, la manera tan apagada y somnolienta con la que se despertó, siendo característico su buen humor y positividad ante todo y nada.
A paso desganado bajó hasta la cocina sólo para encontrarse a su madre ya de salida. Recibió un beso en la frente y un par de indicaciones de su madre, antes que esta última tomará su bolsa y saliera por la puerta alegando que ya se le había hecho tarde.
Había despertado justo cuando su madre iba a su trabajo, su padre, Edmund y Kayla ya habían salido y las tostadas del desayuno ya estaban frías. Sin duda alguna, a Lucy también se le había hecho tarde.
Se le había hecho tarde para quedarse en su casa, sin hacer nada mas que tener la cabeza metida en un libro todo el día.
Luego de comer su desayuno -que su madre ya había preparado- se dirigió al estudio de su padre, que era usado por todos en la casa, menos por su padre.
Se sentó a un lado de la ventana mientras apretaba un libro en sus piernas, pero era muy difícil leer cuando tu cabeza anda dando vueltas en otros temas.
Estuvo muchos minutos tratando de concentrar su cabeza en las palabras del libro. Eso debió ser fácil considerando que era la única en la casa.
Ese hecho no le molestaba a la menor de los Pevensie. Si, adoraba a su familia y pensaba que las cosas siempre eran más divertidas con ellos. Su familia solía acercarse a ella en busca de consejos o sólo momentos de risa. Pero ese día, Lucy no estaba de humor para estar con nadie, mucho menos para tratar de alegrar a una persona.
-¿Cómo puedes leer ese libro si tus ojos están en la ventana -la voz de Kayla sacó a Lucy de sus pensamientos, y cuando Lucy levantó la cabeza, la pelinegra ya estaba sentada frente a ella-. ¿O acaso puedes leer con tus dedos? Ya sabes, pones tu dedo y así registras las palabras -ambas muchachas rieron. Lucy, podría tener el peor de sus días o estar rodeada de problemas, pero nada la detenía de pasar un rato divertido junto a Kayla-. Bueno ya, dime que es lo que sucede.
-Primero dime que haces aqui, creí que tu y Edmund irían a traer sus calificaciones de la universidad -dijo Lucy mientras cerraba el libro y ponía su atención en Kayla.
-Sí, ya nos las entregaron -estiró un papel que Lucy tomó y miró rápidamente. No eran las excelentes notas pero nada para que Kayla debería poner extra atención-. Pero Edmund decidió quedarse a hablar con algunos profesores. Esta muy emocionado con esa carrera que eligió.
-Me alegro y te felicito, pero no te preocupa que se quede ahí, rodeado de chicas -Kayla rió levemente pero Lucy se acercó más e hizo señas para que contestará.
-No, no me preocupa. Edmund esta demasiado metido en todas las materias de la universidad que en su cerebro ya no entra otra cosa -ambas muchachas rieron-. Creó que ni siquiera se dio cuenta cuando me vine -Lucy rodó los ojos, sabiendo lo despistado que podía ser su hermano-. Y bueno, ¿vas a decirme lo que te sucede? ¿Es por lo de Peter? -Lucy suspiró mientras bajaba la mirada.
-Si, la verdad -sintió como Kayla tomaba su mano y la apretaba.
-Vendrá mañana, así que no tienes que preocuparte, es sólo un día.
-Se que es sólo un día, pero ya era una tradición -dijo Lucy con un suspiró.
-¿Tradición? -preguntó Kayla y Lucy levantó la mirada mientras sonreía.
-Cierto, tu solo has celebrado una año navidad con nosotros -dijo Lucy y Kayla hizo una señal de que siguiera hablando-. Para nosotros era un tradición poner el árbol de navidad el primero diciembre. Bueno en realidad eramos Peter y yo, Susan sólo se sentaba en el sillón a leer y decirnos si algo estaba bien o mal y Edmund. . . bueno el trataba de ayudar pero siempre se quejaba de todo -Kayla rió mientras Lucy añoraba todos aquellos buenos recuerdos-. ¿Tu nunca celebraste navidad? ¿o algo parecido?
-Bueno recuerdo que de niños, nuestros padre hacían una gran cena y nos daban muchos regalos, lo habremos hecho unas 3 veces, e incluso más que quizás no recuerdo. Eso antes de que muriera mi madre, mi padre siguió realizándolo hasta que claro murió.
-¿Miraz no celebra nada?
-Oh si, lo celebraba. Pero con su esposa y algunos Lords -dijo Kayla mientras se encogía de hombros-. Nos daba un poco de cena pero debíamos comerla en nuestra habitación. Y sólo teníamos los regalos que nos dábamos entre Caspián y yo, y algunos de nuestro profesor.
-Bueno, ahora eres parte también de nuestra tradición -dijo Lucy mientras trataba de sonreír-. Bueno, si se le puede seguir llamando tradición.
-Claro que se le seguirá llamando tradición -Kayla colocó su mano en el hombro de Lucy con un pequeño apretón-, que tu y Peter pondrán el árbol, Edmund empezará a quejarse, yo trataré de que se calme, tu madre cocinará unas deliciosas galletas como nos dijo y tu padre comprará chocolate caliente.
-Y Susan leerá algún libro, donde quiera que este de seguro.
-Y Caspián, mientras tanto, cuidará a nuestro pequeño sobrino -dijo Kayla, haciendo que ambas muchachas rieran, pero en un segundo, a Lucy se le borró la sonrisa.
-¿Qué crees que haga Matt? -cuestionó por fin Lucy con un suspiró.
-Extrañarte, de seguro -respondió Kayla sin siquiera pensarlo-. Tanto como tu a él.
-Yo realmente. . .
-¿Por qué no me sorprende que las dos estén aquí? -una tercera voz interrumpió las palabras de Lucy.
Ambas muchachas volvieron la mirada sólo para encontrarse a Edmund recargado en el marco de la puerte. Tanto Lucy como Kayla le dieron al muchacho una mirada inquisitoria por lo cual Edmund rió mientras se acercaba.
-Bueno al parecer ya se dio cuenta que su novia no esta a su lado -dijo Lucy burlona mientras miraba a Kayla. Esta ultima la miró un momento antes de regresar la vista a su novio.
-Sí, y lo siento -se acercó lo suficiente para dar un pequeño beso en los labios de su novio-. Yo sólo. . .
-No importa -interrumpió Kayla su habitual excusa. Edmund le dio una pequeña sonrisa antes de voltear donde su hermana.
-Y por si no te habías dado cuenta, ahora mismo estoy al lado de mi novia -levantó las cejas burlonamente y Lucy sólo logró sacarle la lengua-. Ya casi va a hacer hora del almuerzo. Deberíamos bajar y ver que nos dejó mamá.
-Claro, en un minuto bajamos -Edmund asintió y antes de salir, dio un beso en los labios de Kayla y despeino el cabello de Lucy-. Bien tengo una idea, comemos y luego salimos al mercado para comenzar con los regalos navideños ¿te parece bien?
-Me parece increíble.
-Bien, así te distraes un momento -Lucy sonrió levemente antes de bajar al lado de su cuñada.
Las palabras de Kayla se cumplieron: luego de calentar y comer la comida que su madre les había dejado, dispusieron a ir al mercado cercano a su casa, dejando a Edmund al cuidado de la casa.
Con la época navideña tan cercana, tanto los objetos de venta como las personas se duplican en número.
Ambas muchachas anduvieron un par de horas dando vueltas a través de la inmensidad de tiendas, probándose ropa que probablemente no comprarían y observando muchos objetos tontos que quizás nunca necesitarían.
Al final del día, Kayla y Lucy, volvieron simplemente con una bolsa, llena con pequeñas decoración navideñas que podrían utilizar.
Cuando llegaron a su casa -hablando de unos adornos que habían comprado-, fue entonces que la puerta se abrió revelando al señor Pevensie detrás de esta.
-Papá, que haces aquí, ¿no deberías volver en una hora? -dijo Lucy dándole un pequeño abrazo a su padre.
-Mi jefe me dejará salir una hora antes de aquí hasta que acabe el año, ya sabes, por las fiestas.
-Eso es genial, pasaremos más tiempo contigo -seguido de esas palabras, Lucy, entró corriendo a la casa.
-Hola, señor Pevensie -Kayla sonrió al pasar al lado del señor.
-Hola, Kayla -dijo el señor Pevensie mientras cerraba la puerta.
-¿Cómo estuvo el trabajo?
-Nada fuera de lo normal -dijo el señor Pevensie, sentadose en uno de los sofás. Mientras, Lucy y Kayla dejaban sus abrigos y las bolsas-. Al menos alguien si le importa mi trabajo, y no la hora a la que salgo -ambas muchachas rieron-. ¿Y cómo les fue a ustedes? Edmund me dijo que habían ido a comprar algunas cosas.
-Sólo compramos algunos adornos navideños -aclaró Kayla.
-¿No era que las mujeres siempre tardaban comprando y volvían con incomparables cantidades de ropa? -dijo el padre de Lucy con un dejo de burla.
-La verdad es que no somos como las mujeres de hoy en día -en realidad somos Reinas en un mundo distinto pensaron ambas muchachas.
-Cierto, ustedes no son para nada comunes -sonrió el señor Pevensie-. Seguro por eso mi hijo se enamoró de ti, Kayla.
-Totalmente seguro -dijo otra voz mientras enredaba sus brazos en la cintura de Kayla.
-Y dime, hijo, ¿que tal les fue en la universidad?
Lucy aprovechó esa conversación para salir de la habitación. Ella no iba a la universidad, así que aún no debía preocuparse por mantener una platica así con su padre, al menos por un tiempo.
Fue a la cocina y se sorprendió -casi asustó- el no ver a su madre ahí. Pero era mejor antes de que su madre empezará una lista de favores.
Subió por las escaleras mientras sus dedos recorrían el barandal junto a las gradas.
Pensó que todo se sentía distinto. En otra época, toda su casa ya estaría decorada de principio a fin por la navidad, pero a causa de Peter y sus estudios en una universidad lejana, todo era diferente.
Por un momento pensó en decorar ella sola -quizás con la ayuda de Kayla- y dejar a Peter de lado. Pero la tradición era con él y Lucy no quería romperla.
Aunque claro la tradición también era el 1 de diciembre y no el 2.
Siguió caminando hasta por fin llegar al final de las escaleras.
Justo en ese momento su mirada se detuvo en una estantería que se madre consideraba la más importante. En ella había muchas imágenes de Lucy y sus hermanos cuando eran pequeños, incluso la foto de la boda de sus padres. Pero la que tomó la atención de Lucy fue una de dos personas que no vivían ya con ella.
Susan y Caspián.
Y aunque sin duda alguna llamaba la atención la sonriente presencia de ambos, no se podía pasar desapercibido el pequeño bebé en brazos de Susan. Era apenas un recién nacido y se notaba por su pequeñez y por el poco cabello que tenía, pero aun así se distinguía el oscuro negro cabello que había heredado de sus padres. Tanto sus mejillas como piernas eran notablemente regordetas, sin olvidar sus manos, una de las cuales rascaba sus azulados ojos y otra era mordida y babeada por el mismo.
Lucy suspiró viendo el bello retrato familiar, cuanto extrañaba a su hermana, a Caspián y aunque no lo conocía, a ese pequeño que ella reconocía como su sobrino.
Dejo la foto de nuevo donde estaba, no se imaginaba como habían hecho esa foto en Narnia.
Aunque tampoco sabía como es que había llegado a su mundo.
Habia sido en una tarde, mientras paseaba por las calles de Finchley; iba junto a Edmund y Kayla, pero aún así sentía que caminaba sola y sin rumbo.
Luego de caminar decidieron parar a comer un sorbete, y mientras Lucy esperaba sentada en una banca, sintió que el viento se intensificaba. Aunque no era esa época, se había soltado un fuerte viento, por toda la ciudad, pero en ese momento llegó tan fuerte que obligó a Lucy a cerrar sus ojos y tratar de tapar su cara con su mano. Cuando el viento disminuyó considerablemente, Lucy sintió algo en sus piernas y fue entonces cuando notó las fotos que reposaban en su falda.
Sonrió con los ojos llenos de lágrimas y corrió a enseñársela a su hermano y cuñada.
Luego de una corta plática entre los 3, aceptaron mostrarle a su madre una de las fotografías. Cuando le dieron la fotografía -obviamente cambiando la historia, diciendo que habían encontrado un sobre con la fotografía dentro pero sin el lugar de procedencia- su madre rompió en llanto, su padre, en cambio, solo sonrió con los ojos llorosos al ver la foto.
A continuación, su madre colocó la foto en esa repisa y ahí se habían quedado hasta el momento.
Lucy negó rápidamente con la cabeza con el fin de quitar las lágrimas que empañaban sus ojos. Corrió rápidamente a su habitación aún cuando creyó escuchar que su madre la llamaba desde la cocina. Al llegar saca de debajo de su cama una caja, una caja de la que nadie tenia conocimiento. La abrió lentamente y empezó a revolver los papeles dentro hasta que se topó con otra fotografía un poco maltratada de las esquinas pero aún así Lucy seguía guardándola cuidadosamente.
Delineó suavemente la figura del muchacho en la fotografía y ahogó el sollozo que quemaba su garganta cuando vio la cálida y hermosa sonrisa del castaño congelada en la imagen. ¿Cómo podía estar sonriendo cuando con cada día que pasaba ella lo extrañaba un poco más?
Y aunque lo intentó, no pudo volver a reprimir los sollozos mientras su voz algo ronca por el llanto susurraba aquel nombre que tanto la perseguía en sueños e incluso despierta.
-Matt- susurró débilmente. Apretó sus ojos para quitar las lágrimas de ellos, pero al mismo tiempo se dejo perder en sus recuerdos: las pequeñas sonrisas que había compartido con el muchacho, lo suave que era su cabella y el olor a arena y coco que desprendía.
Cualquier pensaría que aquello era un truco muy cruel del destino, siendo aún tan joven, Lucy ya experimentaba lo difícil que podría ser el amor. Pero a pesar de todo, quizás era la persona más indicada para soportar aquel desafío: con un corazón tan grande que podía soportar aquellas heridas, una mente tan lista para no perderse en malos sentimientos y una valentía implacable para luchar por lo que creía correcto. Si, aún siendo la menor de su familia, Lucy era la más capaz para sobrevivir a un corazón roto.
-¡Lucy!- la castaña salió de su mente gracias al grito de su madre-. ¡Ya esta la cena!- secó rápidamente las pocas lágrimas que se habían escapado y guardó todo debajo de su cama-. ¡Lucy, baja ya!
Lucy se paró y alisó su falda levemente mientras ponía la mejor sonrisa para bajar a comer con su familia.
HOLAAAAAAAA
Ay dios están emocionante volver😭😭
Bueno aquí esta ya la tercera y ultima -ya de manera definida- de esta fanfic de Narnia. La verdad desde un principio lo quise así: de 3 partes. Que son los 3 libros que hablan de los hermanos Pevensie (bueno a parte del primero pero como yo empecé la historia desde el segundo libro, ese no cuenta).
De hecho si les cuento algo gracioso, estuve a punto de publicar este capitulo ayer, estaba súper emocionada terminando de escribirlo cuando caí en cuenta que era 31 de marzo😂😂 realmente creí que marzo tenia 30 días. Pero bueno tuve que esperar hasta ahora pero aquí esta el primer capítulo. Prometo tratar de ser mas constante con las actualizaciones, sobre todo porque buena parte de la historia saldrá de mi cabeza así que tengo más libertad de escribir 😁😁
Sin maaaassss aqui esta el capítulo espero que lo disfruten y les agradezco de ante mano las personas que siguen leyendo esta historia y apoyandolas💖💖 todo mi cariño a estas personas.
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