Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tentaciones "Maratón 1/3"

-Vamos, Lucy despierta- dijo Kayla agitando el hombro de la castaña-. Tu también Matthew.
-¡Lucy Pevensie, ya es tarde!- gritó Edmund haciendo que su hermana despertará al instante.
Kayla miró divertida a Edmund, aún más cuando vio que este se arrodillaba junto a Matt.
-¡Matt, nos atacan bandidos!- volvió a gritar Edmund, esta vez junto a la oreja de Matt.
El castaño se levantó de inmediato al oír aquello, desenvainó su espada y la apuntó alrededor en busca de los bandidos. Pero a su alrededor no había ningún bandido, no había nadie aparte de los marinos riendo de su exagerada reacción.
-No hay bandidos, ¿verdad?- cuestionó Matt, bajando su espada con resignación.
-No- Kayla respondió, sonriendo burlonamente.
-¿Qué sucedió?- inquirió Lucy mientras se restregaba sus azules ojos.
-Sucede que ya es media mañana y ustedes están dormidos en medio del barco- respondió Edmund con notoria molestia.
-¿Por qué durmieron acá?- inquirió Kayla mientras ayudaba a Lucy a ponerse de pie.
-¿Ustedes durmieron juntos?- contraataco Matt.
-No tuvimos alternativa, Caspián nos encerró en nuestra habitación- al momento en que Edmund soltó aquellas palabras, tanto Matt como Lucy no pudieron evitar reírse. Edmund y Kayla solo negaron con la cabeza y rodaron los ojos, respectivamente-. Creímos que Caspián iría abrirnos en la mañana, pero no, realmente no sabemos donde esta. Y luego pensamos en ustedes, pero al parecer estaban muy cómodos durmiendo afuera de la sala de mapas.
-¿Cómo salieron?- inquirió Lucy.
-Gael- Kayla señaló a lo lejos a la niña que hablaba con su padre-. De no ser por ella, y considerando que ustedes estaban en un profundo sueño, seguiríamos en la habitación- aquello solo desencadenó más risas de Lucy y Matt-. Pero volviendo al tema, ¿porque durmieron aquí? 
-Por la misma razón por la que Caspián no fue a abrirles- respondió Matt con una sonrisa que no prometía nada bueno. Kayla y Edmund lo miraron atentos-. Ayer los vi entrar al cuarto, besándose. Realmente no se en que estado se puedan encontrar.
-Será mejor que los despertemos- dijo Edmund mientras subía de dos en dos las escaleras.
-Edmund- llamaron Kayla y Lucy al mismo tiempo, pero el castaño siguió subiendo las escaleras rumbo a las habitación. Las dos muchachas no tuvieron otra que seguirlo, con Matt detrás de ellas.
Unos vez llegaron a la habitación, se miraron unos a otros antes de que Edmund abriera la puerta. A ninguno le sorprendió ver a Caspián y Susan recostados en la misma cama, pero ninguno pudo retener su asombro al verlos tapados solamente por una fina sábana blanca.
-¡Susan!
-Caspián- exclamó Kayla al mismo tiempo que Lucy llamaba a su hermana. Pero solamente esta última atendió a los gritos.
-¿Qué. . .? ¿Por qué diablos estan todos aquí?- inquirió Susan mientras apretaba la sábana a su pecho.
-Creo que nuestras preguntas son más importantes, Su- dijo Edmund, lo que provocó que su hermana lo fulminara con la mirada.
-Les dije que no sabría en que estado estaba- mencionó Matt haciendo que los demás rieran.
-Caspián, amor, despierta- dijo Susan, ignorando las risas de su alrededor.
-¿Qué sucede?- Caspián aún mantenía los ojos cerrados, ajeno a todo aquello.
-Tienes visitas, hermano- respondió Kayla, haciendo que el aludido abriera sus ojos a tope.
-¿Qué demonios. . .?- lo único que Caspián consiguió fue otra ola de risas debido a su reacción.
-Susan- exclamó Kayla cortando la risa de todos-, yo comparto cama contigo- la pelinegra sólo se encogió de hombros.
-Bueno, creo que ya fue suficiente- dijo Caspián, sentándose en la cama-. Largo de aquí.
-Salgan para que nos arreglemos- Susan señaló la puerta, pero antes que cualquier se aproximará, la puerta se abrió mostrando tras si la figura del Capitán Drinian.
-Será mejor que sea rápido- comentó Drinian desde la puerta.
-¡Drinian!- exclamó Susan mientras apretaba aún más la sábana en su pecho.
-Acabamos de ver tierra y nos encaminamos a ella en busca de comida- anunció Drinian luego dio la espalda listo para irse, pero antes alzó la cabeza sobre su hombro-. Matthew, vámonos- el nombrado, que había estado arrinconado detrás de Lucy, salió dando traspies y siguió a su abuelo fuera de la habitación.
-Salgan ya- dijo Susan y ninguno de los demás la contradijo para luego salir de la habitación.
-Eso fue raro- mencionó Caspián una vez estuvieron sólo el y Susan.
-Ni lo menciones- respondió Susan, para luego levantarse e ir por su ropa. 

Tal como había dicho el capitán Drinian, habían visto tierra. Y luego de unos minutos los Reyes y Reinas, junto a un grupo de marineros, se dirigían en un conjunto de botes a la isla en busca de suministros y pistas.
-Dudo que hallemos algo aquí mi señor- señaló Reep desde la balsa contigua-, en la isla no hay señal de vida.
-Claro, una vez en tierra tu y tus hombres busquen comida y agua. Nosotros 5 buscaremos pistas- respondió Caspián.
-Querrás decir 6 ¿no?- cuestionó Eustace, provocando que todos en su balsa lo miraran fijamente-. No me vayan a dejar otra vez con la rata.
-Te escuche, niño- dijo Reepicheep causando la risa de Reyes y marinos.
-Orejotas- agregó el rubio en voz baja.
-También escuché eso- repitió la rata y los demás no pudieron evita reír de nuevo.

Luego de unos minutos, habían llegado a la orilla.
Mientras los marinos buscaban y acarreaban comida y armas a las balsas, los hermanos Pevensie junto a Susan y Caspián, registraban más a fondo la isla en busca de pistas.
-Miren- dijo Caspián, todos los demás se acercaron. Junto a el pelinegro había una enorme grieta en el suelo que parecía llevar hacia una caverna-, no somos los primeros en esta isla.
A los pies de Caspián, una soga colgada libremente hasta el fondo del hoyo. Uno tras uno bajaron por la soga hasta tocar el suelo de la caverna para luego caminar más profundo en ella.
Luego de unos metros llegaron a distinguir una pequeña laguna, tan clara que se alcanzaba a ver la silueta de un hombre al fondo de ella.
-¿Qué es eso?- inquirió Kayla mientras se arrodillaba junto al agua para ver más de cerca.
-A mi me parece una estatua- Edmund se agachó junto a ella, con una rama en su mano. Hundió la punta de esta con el fin de alcanzar lo que sea que se encontrará en el fondo de esa laguna. Pero una vez la rama entró en contacto con el agua, empezó a tornarse de un dorado brillante. Edmund la soltó cuando apenas le quedaban unos centímetros.
Todos en la caverna quedaron asombrados al ver que la rama se había convertido en oro puro.
-Debió haber caído- indicó Caspián hacia el hombre hundido en el agua.
-Pobre hombre- dijo Lucy-.
-Más bien, pobre Lord- corrigió Susan mientras señalaba un destacable escudo.
-El escudo de Lord Restimar- dijo Caspián.
-Y su espada- agregó Kayla señalando el arma brillosa, aún así la espada no desprendía el brillo del oro, parecía una simple espada de metal-. La necesitamos.
-Tengo cuidado- dijo Lucy al ver a su hermano acercarse al agua con su espada. Edmund la sumergió de la punta y con ella atravesó la empañadura de la otra. Sacó las dos espadas, mientas Caspián lo sostenía de la otra mano para luego ayudarlo tomando la otra espada.
-La espada no se convierte en oro- señalo Lucy, y es que, a pesar de que ambas espadas habían tocado el agua, ninguna había caído en la maldición de esta.
-Es que las dos son mágicas- aclaró Susan.
-Supongo que no supo lo que le esperaba- dijo Kayla, volviendo al tema del hombre hundido en la laguna.
-Tal vez- razonó Edmund mientras volvía a arrodillarse a la orilla del agua-, o tal vez se dio cuenta de algo.
--¿De que estas hablando?- cuestionó Caspián.
El castaño tomó una ostra marina y la sumergió casi por la mitad. La sacó luego de un par de segundos y la tiró rápidamente en el suelo de la caverna. Tal como habían esperado, la ostra se transformó en oro en ese instante.
Edmund volvió a tomarla, esta vez con una mueca de admiración y fascinación, además algo más siniestro.
-¿Por qué haces esa cara?- cuestionó Kayla.
-Quien tuviera acceso a este manantial sería la persona más poderosa- Edmund se giró a su hermana menor aún sosteniendo la ostra de oro-. Lucy, seríamos ricos. Nadie nos diría que hacer o con quien vivir.
Su voz sonaba transformará, sus ojos, sus palabras, todo en el parecía trastornado.
Todos lo miraban preocupados sin saber que pensar u opinar. Sólo Kayla era capaz de ver el verdadero deseo de Edmund: la codicia, su enferma necesidad de demostrar que tenía algo que lo hacía mejor, la fuerza, la agilidad, la riqueza. . .
-Las cosas de Narnia, no salen de Narnia- sentenció Caspián, provocando que el rostro de Edmund se tiñera en furia.
-¿Quién lo dice?- cuestionó Edmund con su voz aún transformada.
-Yo lo digo.
-No soy tu súbdito- dijo el castaño mientras se paraba con espada en mano.
-Esperabas este momento, quieres retarme, cuestionar mi liderazgo- dijo Caspián mirando fijamente al Pevensie.
-Tu dudas de ti mismo- las otras tres muchachas habían pasado de la preocupación a la desesperación.
-¡ERES UN NIÑO!
-¡Y TU UN COBARDE!
-¡Edmund!- exclamó Susan tomando el brazo de su hermano, pero este se soltó de un sólo jalón.
-Ya me cansé de ser el segundo primero Peter y ahora tu- amenazó Edmund dejando ver su rabia en cada palabra-. Sabes que soy mas valiente que tu, ¿porque tienes la espada de Peter? ¡Yo merezco un reino propio, yo tendría que ser el Rey!
-¿Un reino para que? ¿A quien se lo dejarías? No tienes una Reina y no creo que encuentres una, al menos yo tengo a tu hermana- dijo Caspián, provocando que Susan lo mirará indignada.
-Yo tengo a la tuya- esta vez fue Kayla la que quedó sorprendida, para luego mirar a Edmund con rabia.
-¿Enserio? Pues no creo que ella este dispuesta a dejar Narnia por ti.
-Tu que sabes de nosotros- escupió Edmund-, tal vez yo me quede.
-Te crees muy valiente, pruebalo- Caspián levantó su espada y al instante sintió como hacia el primer choque con la de Edmund.
Aquel combate no era muy diferente a los demás que Caspián y Edmund habían compartido: choques metálicos, agilidad en sus brazos y los ojos posados en su contrincante.
La única diferencia era la rabia que transmitían sus ojos.
Susan, Kayla y Lucy los miraron asustados, sus golpes eran mas violento y el sonido metálico hacia eco en la caverna.
-¡Basta, los dos!- exclamó Lucy interponiéndose entre los dos muchachos y sus espadas. Ellos se detuvieron ante el gritó cantando por fin el error de sus actos, avergonzados, bajaron la mirada.
-¡Lucy!- exclamó Susan jalando con fuerza a Lucy del brazo-. No puedes interrumpir así un combate de espadas.
-Susan, ¿acaso pretendías quedarte parada a ver tu hermano y a tu esposo atacarse con espadas?- gritó Lucy también con fuerza-. Pensé que eras más inteligente.
-Lo soy, y también más prudente. . .
-¡NO!- la cortó Lucy, jalo con fuerza su brazo, arracandose de la mano de Susan-. Sólo porque seas la más bonita no te hace la más inteligente, ni te da el derecho de quedarte aquí en Narnia. ¿Sabes cuanto sufrieron papá y mamá? No, ni siquiera una carta.
-¡Tenía aquí a Caspián!- bramo Susan, sin filtros o morderse la lengua-. Tu podrías quedarte por Matthew, pero sabes que a él le daría igual.
Las lágrimas se acumularon en los ojos de Lucy, y se quedó así sin decir nada. Susan tampoco sabía que decir, pero entonces, Kayla se adelantó-: ¡Basta! ¡Los cuatro!- Kayla miró a todos los demás pero ninguno respondio-. Solo mirense, ¿no entienden lo que está pasando? La cueva los está embrujando, eso es justo lo que Coriakin nos quizo advertir.
-Es mejor que salgamos de aquí- terminó Lucy. Volvió por donde habían caminado, Kayla la siguió de cerca. Susan fue la siguiente, con Caspián detrás de ella, sin saber que decir de lo anterior. Y por último Edmund, quien siguió a los otros luego de tirar la ostra de oro de vuelta al agua.

Los 5 caminaron lentamente directo a donde habían embarcado. Uno tras otro, meditando sobre lo anterior, como habían caído tan fácil en la tentación del oro y la atención.
Caspián miraba la silueta de Susan caminar frente a él. Pensaba mil disculpas pero ninguna era suficiente ¿en serio había presumido a Susan como un objeto?
-Susan- llamó, no tenía idea de lo que diría pero la culpa lo carcomia. La nombrada suspiró mientras trataba de contar hasta 10 en su mente-. ¡Susan!
-¿Qué sucede, Caspián?- inquirió ella tratando de sonar calmada, exitosamente.
-Se que estas enojada, no actúes como si no- la pelinegra siguió caminando sin tomarle importancia, Caspián corrió hasta quedar delante de ella y detenerla-. Susan, por favor.
-¿Por favor que?- preguntó sin poder ocultar su molestia.
-Lo siento ¿si?- la miró fijamente a los ojos mientra hablaba-. Me arrepiento de lo que hice ahí, de haber peleado con tu hermano, de haberte presumido, soy un idiota. . .
-Uno muy grande- interrumpió Susan. Caspián suspiró, tratando de explotar-. Pero aún así te amo.
-¿Qué?
-Eres un idiota, si, y tampoco me agrada lo que hiciste allá, pero se que es la tentación; no te culpo por caer en ella. . .yo también lo hice- Susan miró como su hermana caminaba más adelante de ella. Kayla iba un poco detrás de ella, y luego Edmund, el cual había pasado a su lado unos segundos antes.
-Ella te perdonará- respondió Caspián juntando sus frentes-. Es Lucy, tu hermana, te perdonará.
-Eso espero- dijo Susan para cortar la distancia entre sus labios.

-Kayla- susurró Edmund, unos pasos detrás de ella. Hacía unos segundos había pasado a Susan y Caspián y conseguido llegar hasta la pelinegra.
-Dime, Edmund- la muchacha se volvió hacia él.
-¿No estás enojada?
-No, entiendo que te dejarás llevar por la tentación- Kayla hizo una mueca-. Pero si estoy decepcionada.
-Kayla, eso es peor- respondió Edmund mientras se acercaba más a ella.
-Lo sé, Edmund- dijo ella acariciando la mejilla del nombrado-. Se que odias decepcionar, te sientes menos y quieres demostrar que posees algo valioso, pero eres el mejor espadachín que conozco y un bueno Rey ¿acaso no te enorgulleces de eso? ¿Acaso no es suficiente con los increíbles hermanos que tienes? ¿o que de niño encontraste un mundo mágico?- Kayla acercó su rostro al de Edmund, el cual había bajado la mirada-. ¿No es suficiente conmigo?
-Kayla, eres más que suficiente- Edmund tomó el rostro de la muchacha entre sus manos-. Jamás pensé estar con alguien tan especial, bonita e inteligente. Eres mucho más de lo que llegó a merecer.
-Tu también eres suficiente para mi- Kayla cerró los ojos ante las caricias que Edmund proporcionaba a sus mejillas-. Eres mucho más de lo que pudo haber soñado.
Edmund chocó sus labios con la frente de la muchacha, se separó e instantáneamente sus ojos se conectaron. Se acercaron tímida y lentamente hasta que sus labios por fin se tocaron y cerraron sus ojos. Se dejaron llevar por esos segundos de emoción hasta que su cuerpo empezó a reclamar pr aire.
-Kayla- empezó Edmund mientras se separaba un poco de ella-, ¿puedo preguntarte algo?
-Dime.
-¿Dejarías Narnia por mi? ¿Vendrías a mi mundo?- Edmund sintió como ella se tensaba entre sus brazos.
-Edmund- dijo Kayla pero antes que dijera algo más, Edmund volvió a hablar.
-Sí, perdón, no debí preguntar- el castaño bajó la cabeza suspirando-. No se si podré separarme de ti otra vez.
-Edmund, tu tiempo aquí es corto, al igual que nuestro tiempo juntos, no lo desperdicies lamentandote- dijo Kayla dejando escapar una sonrisa. El castaño sin evitarlo, también sonrió. Luego se acercó dando a Kayla un pequeño beso, apenas un roce entre sus labios, justo en el momento en el que Susan y Caspián los alcanzaban por detrás.


Aquí esta el primer capítulo!!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro