Serpiente marina
Todos en el barco esperaron expectantes a lo que fuera que Edmund se hubiera imaginado. En el momento en que el barco dio una fuerte sacudida todos apretaron sus armas y se escucharon algunas exclamaciones de miedo.
-¡Miren!- exclamó Caspián señalando el mar. La mayor parte de la tripulación se acercó hasta la orilla del barco-. ¿Qué es eso?- de la superficie del agua se alcanzaba a ver el lomo de una criatura, repleta de escamas verdes y asquerosas.
-Es demasiado tarde ¡Demasiado tarde!- gritó el Lord.
-¡Esta bajo el barco!- se elevó la voz de un marino.
Fue en ese momento en que una alargada y viscosa criatura emergió de las mareas y se sacudió arrojando montones de agua antes de abrir su enorme boca, llena de afilados y amarillos colmillos.
No cualquiera se imaginará que un miedo de Edmund serían las serpientes marinas.
El dragón Eustace no perdió la oportunidad de atacarlo, arrojando fuego y aruñandolo. Reepicheep, que se encontraba en la espalda del dragón, clavó su espada en la serpiente marina.
Pero ninguna de las acciones de ellos dos logró detener a la criatura.
Eustace siguió en su intento de ataque con la serpiente pero esta logro tirar al dragón hacia unas piedras, dejándolo así lesionado.
-¡Atrás criatura!- exclamó el Lord mientras tiraba su espada en dirección a Eustace. Su puntería fue acertada, clavando la espada en la espalda del dragón.
-¡No! ¡La espada!- gritó Caspián cuando Eustace extendió sus alas y se alejaba volando adolorido.
-¡No! ¡Eustace! ¡Vuelve!- gritó Lucy al ver a su primo internarse entre la niebla verde y perderse.
-¡Estamos perdidos! ¡PERDIDOS!- exclamó el Lord acercándose al marino que estaba al mando del timón. Lo empujó sin ningún cuidado y tomó el timón, causando que el barco se moviera sin cuidado. Drinian se acercó a él para darle un golpe en la cabeza, provocando que el barco volviera a moverse.
-¡Atención, todos a los remos! ¡Remen a doble tiempo!- los marinos atendieron a la orden de Drinian.
"Aslan por favor salvanos" pensó Lucy mientras al oscuro cielo. Fue entonces cuando una gaviota blanca se abrió paso entre la niebla verde, llevando consigo un rayo de luz, que le daba una nueva esperanza al Viajero del Alba.
En un lugar más alejado de Narnia, Eustace caía herido en la arena de alguna isla. Soltó un quejido al sentirme aún más dolor en donde la espada había atravesado su piel.
Regresando al Viajero del Alba, los marinos seguían remando mientras intentaban salir más o menos ilesos del ataque de la serpiente, la cual se agitaba lanzando agua por todos lados. La bruma mantenía todo oscuro y con un aire de nostalgia y horror.
Pero nadie pudo imaginar que la serpiente saltará sobre el barco y se arrastrará hasta lograr enrollarse en el barco y apretarlo hasta destruirlo.
La pequeña Gael miraba asustada a todos lados cuando sintió como alguien la jalaba del brazo, gritó y trató de safarse de inmediato cuandl reconoció una cabellera café.
-Tranquila, Gael- sonrió Matt, mientras le jalaba el brazo hasta tenerla junto a él-. Debemos sacarte de aqui.
-¡Gael!- la nombrada se volteó para ver a Lucy corriendo desesperada hacia ella.
-Lucy- pronunció Matt lentamente-. Llévatela- Lucy asintió mientras tomaba el otro brazo y la jalaba en dirección a las habitaciones.
-Corre, rápido- dijo Lucy mientras se adentraban al camarote de ella.
Ahora, Caspián tenía el control del timón. Junto a él, Susan, tenía su arco entre sus manos, sintiendo aquella energía y sabiduría que había tenido en sus mejores años de Reina en Narnia.
-Caspián, mira aquellas rocas- indicó Susan-, podrían servirnos para acabar con esa criatura- Caspián asintió a sus palabras.
-¡EDMUND!- el castaño se volteó ante la voz de su amigo-. ¡Tenemos que embestirla, la aplastaré contra las rocas!
-¡Guienla a babor!- respondió de inmediato, luego se volvió hacia la muchacha pelinegra que tenía al lado y la miró profundamente-. Yo la mantendré en la proa- se acercó a Kayla hasta que sus labios se rozaron-. Cuidate, por favor, te amo- y termino con un casto beso en los labios de su novia para irse corriendo a la otra punta del barco.
-También te amo- susurró Kayla mientras veía al muchacho correr entre los marinos, gritos y la bruma.
Edmund corrió hacia la imagen del dragón tallada en la proa del barco. No se fijo a junto a que o quien pasaba, lo único en su mente era salvar a sus amigos y a Narnia. Cuando llegó a la proa subió hasta estar frente a la serpiente marina.
Susan, Caspián y Kayla observaban aún desde el timón como Edmund estaba a punto de sacrificar su vida.
-¡Susan!- exclamó Lucy, que llegaba también con un arco-. ¿Qué demonios hace Edmund?
-Distraer a la serpiente- respondió Caspián, haciendo fuerza para mover el timón.
-No sobrevivirá- susurró Matt, pero todos lograron escucharlo. Kayla volvió a verlo, su cara estaba teñida de miedo y preocupación-. Kayla. . .
-Debo ir a ayudarlo- dijo empezando a correr hacia la proa.
-¡No!- grito Caspián tratando de detener a su hermana.
-¡Kayla!- la nombrada volteó justo en el momento en que Matt le lanzaba una linterna que enseguida reconoció como la de Edmund. La muchacha sonrió hacia su amigo castaño y siguió el camino que su novio habia seguido minutos antes. Ninguno dijo nada más sabían que no podían detener a Kayla si de Edmund se trataba.
-¡Trata de matarme! ¡Vamos! ¡VEN ACÁ!- gritó Edmund tratando de atraer la atención de la serpiente. Pero esta seguía rematando contra el barco.
Pero cuando una luz dio en la cara del animal, este volteó hacia donde Edmund se encontraba.
Este último se volteó confundido, pero fue entonces cuando vio a su novia un par de pasos atrás suyo, con su linterna en la mano, alumbrando directo a la cara de la criatura.
-Kayla- susurró el castaño, la preocupación lo embargó de golpe, lo menos que quería era que su novia saliera lastimada por su culpa.
-Estaré junto a ti siempre que pueda- sonrió y siguió a alumbrando a la cara de la serpiente.
Los dos muchachos siguieron tratando de atraer la atención de la criatura. Lo habían conseguido, pero la serpiente, harta de aquel juego, abrió su boca en forma de ataque y acercó sus filosos dientes a la proa del barco. Edmund tomó la mano de la chica y la jalo rápidamente hacia él, la atrapó entre sus brazos tratando de bloquear el ataque de la criatura marina.
-¡NOO!- gritaron las dos hermanas Pevensie.
-¡EDMUND!
-¡KAYLA!- los gritos de Caspián y Matt se mezclaron con el sonido de la madera quebrando sé.
La luz de la lintera volvió a aparecer en medio de la penumbra. Siguieron el trayecto de luz hasta llegar hasta donde esta empezaba y vieron que Kayla aún la sostenía en la mano. Con su otra mano se aferraba al brazo de Edmund.
-¡Lucy!- la castaña se volvió al grito de su hermana y vio como esta tensaba una flecha en su arco-. ¡A la cuenta de tres!- Lucy imitó los actos de su hermana y trató de apuntar a la serpiente-. Apunta al ojo izquierdo, yo al derecho.
-No te preocupes- dijo una voz tras Lucy, no hacia falta volver a ver para saber que se trataba de Matt. Incluso de espalda y a mitad de una guerra marina era capazde reconocer la voz del castaño-. Basta que confias en que lo lograrás.
-Todavia estoy aqui- se escuchó la voz de Edmund.
Lucy quitó presión en de agarre de la flecha, aún sin perder firmeza. Imagino la flecha llendo directo al ojo de la serpiente, justo donde lo queria, imagino que lo conseguía.
-1. . .2. . .3- cuando la menor de los Pevensie soltó la flecha, no escuchó nada y la flecha se perdió entre la neblura, pero cuando vio el ojo izquierdo de la criatura vio una flecha clavada, igual que en el ojo derecho.
La serpiente marina empezó a retorcerse a causa del dolor. Unos horribles aullidos de dolor se escaparon de su boca y cuando menos se dio cuenta su cuerpo era envestido por el barco contra unas rocas.
Ante el impacto, la criatura se removió aún más en un intento por liberarse, pero solo consiguió golpear la proa del barco en uno de sus bruscos movimientos.
Edmund y Kayla recibieron con tanta fuerza el impacto que cayeron de la proa, chocando con el cuerpo de la serpiente, para luego caer con un golpe seco en la cubierta del barco. Por último ambos muchachos rodaron por la cubierta totalmente aturdidos.
Eustace seguía tirado en la arena aún con el dolor de la espalda incrustada en el costado de su cuerpo. Su mente viajaba en mil imágenes y su respiración era demasiado lenta. Sus ojos pesaban y se cerraban a cada instante, pero eso no evitó que alcanzará a ver la silueta de un animal frente a él. Con mucho esfuerzo abrió, el dragón abrió sus azulados ojos. La luz del sol lo cegó unos instantes pero luego reconoció una dorada cabellera y unos brillantes ojos mirándolo fijamente.
Eustace volvió a recostarse sin poder creer que tuviera a aquel León enfrente. Aslan, el león parlante, el Rey de Narnia.
Este último levantó una de sus patas delanteras. Eustace lo miró con curiosidad para ver que era lo que el León haría.
Aslan volvió a bajar su pata enterrándola en la arena, para luego jalar un poco hacia si, como si tratara de arañarla. Repitió ese proceso un par de veces, mientras Eustace sentía como si esos arañasos se dieran en su espalda.
Mientras más arañasos daba Aslan en la arena, más dolor sentía Eustace en su espalda. Cuando el dragón se inclinó para ver detrás vio que muchas de sus escamas desaparecían y otras parecían prenderse en llamas para luego desaparecer.
Aún con el dolor en su espalda, Eustace se sintió meramente agradecido con el león parlante.
Edmund sintió como todo su cuerpo chocaba fríamente contra la madera del barco. Fue tanta fuerza con la que cayó que rodó un par de vueltas por la cubierta del barco. Escuchó un grito de mujer a su derecha, pero estaba demasiado aturdido para fijarse que sucedía.
-¡ED!
-¡Edmund!- el nombrado sintió como un cuerpo se arrodillaba junto a él. Vio como su cuñado se inclinaba sobre él.
-Estoy bien- alcanzó a balbucear el castaño mientras Caspián parecía examinarlo fijamente.
Este último abrió la boca pero solamente fue un gritó lo que se oyó.
Edmund se sentó lentamente y, reconociendo el grito de su hermana menor, volvió a verla. Pero justo en ese momento una figura pasaba a su lado.
-¡Kayla!- exclamó Matt mientras corría al lado de Edmund.
-¡No!- el siguiente en correr fue Caspián. Pero Edmund no parecía comprender que sucedía.
A un par de metros de él, Susan miraba a otra dirección con ambas manos tapando su boca.
Cuando Edmund siguió su mirada vio a Kayla recostado a unos metros de él. Boca arriba, su espalda curvada y su pecho se movía como si intentará respirar. Pero lo que llamo la atención del muchacho fue una extraña figura que sobresalía del estómago de la chica.
Edmund se levantó tambaleante y aún con muchos mareos hizo esfuerzo para acercarse a su novia.
Cuando llegó donde ella, Caspián y Matt, arrodillados a sus lados, gritaban y lloraban.
Cuando la vio entendió el porque se arqueaba, con su boca abierta trataba de tomar algo de aire. Pero lo que volvió a sorprender a Edmund fue la extraña figura que salía de su estómago. Cuando se fijo bien sintió que a él también le hacía falta el aire: la extraña figura, era nada mas y nada menos que un colmillo de la serpiente marina, no cabía duda. Alrededor de él, la espesa sangre seguía fluyendo y suaves quejidos se escapaban de la boca de Kayla.
Edmund cayó de rodillas junto a ella, sus ojos se nublaron y su mente se perdió en el olor de la sangre.
Chan chan chan chan
Hola!! Que tal??
Hasta aquí el capítulo de ahora.
Ya casi se acaba esta historia😥 sólo uno o dos capítulos más y luego me dedicaré a editar esta y la anterior historia y así me da tiempo de pensar en una tercera temporada.
Y sin mas me retiro, hasta pronto😘
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