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Navegando en el mar


Lucy termino de colocarse los anchos pantalones, que apenas se ajustaban a su cintura. La camisa no era otra historia, era demasiado grande para el delgado y pequeño cuerpo de la chica. Eran las prendas mas pequeñas que habian encontrado en el barco y aun asi Lucy se sentia incomoda.
Cuando volveo a ver a Susan y Kayla vio que ambas reprimian una carcajada al ver a Lucy con la enorme ropa de hombre. Ellas tambien se veian obligadas a utilizar ropa para nada de su talla pero luego de algun tiempo las remendaron a costuras, tratando de reducirlas a menor talla. Aun cuando su ropa ya no quedaban colgando, se nota claramente que era de hombre.
-¿Porque no trajieron ropa de mujer?- pregunto Lucy irritada al verse en el espejo. Habia mucho mas que la incomodidad, el atuendo tampoco ayuda a las inseguridades de la chica.
-Es que todo fue demasiado rapido- trato de explicar Kayla, sabiendo como se sentia su amiga, pues hubo un tiempo en que se habia sentido igual-. Cuando empezamos esta travesia no nos dio ni tiempo para traer unas buenas prendas.
-Pero si coses un poco los pantalones, de seguro que podras ajustarlo a tu figura- añadió Susan. Jalo a su hermana, obligandola a sentarse frente al espejo y empezo a arreglar su cabello.
Luego de unos minutos, Susan habia recogido el cabello de su hermana en una hermosa cola de lado. Observo su trabajo terminado mientras su hermana se miraba a través del espejo.
-Quedo lindo- afirmo Susan dando su labor por terminada.
-El cabello de Lucy siempre ha sido lindo- añadió Kayla levantando la vista de un pequeño libro que leía.
-Aun así me veo horrible- contradijo Lucy, mientras maldecía mentalmente su atuendo-. Sobre todo por esta ropa.
-Vamos, Lucy- respondió Susan, ignorando el hecho de que su hermana acababa de insultarse a si misma-. Cuando la arregles quedara bien.
-Lo que pasa es que Lucy quiere verse bien para Matt- se burlo Kayla, mencionando al muchacho de antes. Las mejillas de Lucy adquirieron un color rojizo al instante.
-¿Matt?- inquirió Susan, quien al ver las rojizas mejillas de su hermana, formulo un remolino de ideas de lo que estaba sucediendo-. ¿Que sucede con Matt?
-Pues ahora que Lucy llego, Matt no podia dejar de verla y sonreirle- explico Kayla en un tono de inocencia. Mientras tanto Lucy sentia sus mejillas calentarse aun mas.
-No te preocupes, Lucy, a Matt le gustaras, te vistas como te vistas- dijo Susan, burlandose de su hermana menor.
La castaña fruncio el ceño y trato de ocultar su sonrojado. Las pelinegras rieron al ver el intento fallido de su amiga.
-¿Pero además de Matt, hay algún otro chico? ¿Como son los de Inglaterra? Recuerdo unos muy guapos- dijo Susan sacando a flote su lado superficial.
-No, no hay nadie en Inglaterra- respondió Lucy, con la mirada clavada en el suelo. Kayla noto la triste actitud de su amiga y no dudo en interceder.
-De seguro los chicos en Inglaterra son feos y detestables- opinó la muchacha Narniana-. Y por eso Lucy tuvo que esperar a venir a Narnia y enamorarse de Matt.
Susan sonrió al escuchar la pequeña broma.
-Pues yo no creo que realmente opines eso, ya que Edmund viene de Inglaterra- respondió Lucy cobrando venganza. Susan solto una ligera carcajada al ver a su hermana contraatacar. Por su lado Kayla fulminaba con la mirada a la mas joven.
-A mi me gustaran los de Inglaterra, pero tu estas que babeas por los de aqui- las mejillas de Lucy volvieron a calentarse, al imaginar como se veria mirando y babeando por Matthew.
-¿Y que tal Peter?- pregunto Susan al ver el sonrojado de su hermana.
-Esta con el Profesor Kirke, estudiando- respondió Lucy, mientras el color de sus mejillas bajaba-. Tiene novia.
-¿Novia?- pregunto Susan, imaginando a Peter tomando la mano de una chica y besándola bajo las estrellas.
-Si, ¿recuerdas a aquella pelirroja que saludaba a Peter antes de nuestro segundo viaje a aqui?- Susan parecio pensarlo unos momentos, talvez tratando de recordar a aquella muchacha. Luego de unos segundo asintió-. Pues ella.
-¿Como se llama?
-Caroline, Caroline Hope- dijo Lucy recordando aquel día en que la muchacha llego a presentarse-. Es muy amable y linda, no como Karen.
-¿Karen?- preguntó Susan, con una ceja levantada. Lucy se dio cuenta del terrible error que acababa de cometer-. ¿Quien es Karen?
-Karen North- respondió la castaña, pero la ceja de Susan seguia arriba. Lucy miro a Kayla antes de soltar un suspiro y continuar-. Una chica que siempre esta coqueteandole a Edmund.
-¿No sera aquella rubia que vimos ese mismo dia, antes de ir a Narnia?- Lucy asintio a la pregunta de su hermana. Kayla apreto sus puños imaginandose a una despampanante rubia arrimándose a su. . .a Edmund.
-¿Y que hace el acerca de eso?- preguntó Kayla, sin intentar esconder su enojo. La rabia la estaba dominando, estaba celosa, vaya que si.
-P-pues el. . .- tartamudeo Lucy. La pelinegra levanto la mirada suponiendo lo que diria-. El suele coquetearle tambien.
Ambas hermanas Pevensie esperaron la reaccion de su amiga. El enojo de la muchacha se habia ido, sustituido por una inmensa tristeza.
-Tranquila, Kayla, de seguro, Edmund. . .- trato de consolar Susan a su cuñada.
-De seguro, Edmund ya me olvido- dijo la pelinegra con la mirada en el suelo.
-No te preocupes, yo me encargare de descubrir si Edmund realmente te olvido- aseguro Lucy. Kayla le sonrio, agradeciendo tener amigas como ellas dos.
Tres toques en la puerta llamaron la atención de las tres muchachas.
-¿Listas?- reconocieron la voz de Caspián de el otro lado. Susan se apuro a abrir la puerta.
-Listas- aseguro Susan dandole un beso en la mejilla a Caspian y tomándolo del brazo, llevándolo lejos.
-¿Vienes?- inquirió Kayla, cuando se encontraba ya en la puerta de la habitación.
-Ya los alcanzo- respondio Lucy. La otra muchacha y siguio los pasos de Caspian y Susan.
Una vez que se encontro sola, Lucy pudo ver detenidamente su reflejo en el espejo. Miro con disgusto como le quedaba aquella ropa. ¿Porque no podía ser tan hermosa como su hermana? ¿O kayla?
Su reflejo solo mostraba sus inseguridades, y Lucy las detestaba. ¿Es que acaso aquella muchacha no se daba cuenta de que tenia otras virtudes mas importantes que la belleza? Pues parecia que no, ya que continuo mirandose al espejo, con notable disgusto, destacando las peores cosas de ella y olvidando las mejores.
Luego de lo que Lucy sintio que eran horas, salio de la habitación, tratando de ignorar la incomodidad que le producía su atuendo.
Una vez afuera se encontró con sus hermanos, Kayla y Caspián.
Edmund traía un atuendo similar al de Lucy: camisa, pantalón y botas. Pero la ropa si se ajustaba al cuerpo de Edmund, y no lo hacia sentir incomodo.
-Te ves como un chico, Lu- dijo Edmund cuando vio a su hermana salir de la habitación y bajar las escaleras.
Lucy se sintió aun peor al escuchar las palabras de su hermano. Luego alcanzo a ver la sonrisa burlona de su hermano y supo que simplemente bromeaba, el jamás le haría daño a su hermana pequeña.
La muchacha escucho la risa de Caspián y se acerco a ellos.
-Callense- dijo Lucy mientras propinaba un golpe en el brazo de su cuñado. Pero eso solo logro provocar mas risas.
-Vamos tengo que enseñarles algo- dijo Caspián, aun riendo.
Los cinco entraron en otra habitación.
Lucy y Edmund quedaron impresionados al entrar en ella: las paredes eran decoradas por antiguos artilejios narnianos, toda la habitación era iluminada por la potente claridad del sol, y en medio una mesa, montones de mapas, con ilustraciones de las tierras Narnianas,
-Aslan- exclamo Lucy, quien había fijado su mirada en la estatua del León colgado en la pared desde que había atravesado las puertas-. Susan, tus flechas- exclamó ella. El arco y las flechas de Susan reposaban en un taburete desde su ultima batalla narniana, pero aun así se conservaban igual de hermosas y relucientes como el primer día. Perfectas para que Lucy las contemplara.
-Hace tiempo que no las ocupo- respondió Susan, delineando el arco con sus dedos, recordando aquellos tiempos cuando era conocida como la mejor arquera de Narnia.
-Kayla, tus dagas- observo Lucy. Kayla se acerco a donde Lucy se encontraba y observo las brillantes y filosas cuchillas, junto con el fino y delineado mango.
-Hace tiempo que yo tampoco las ocupo- respondio la otra pelinegra.
-Lucy- la nombrada se giro al escuchar su nombre. Caspian se acerco a ella con un cofre entre sus manos. Lo abrio dejando a la vista de Lucy sus dos reliquias mas preciadas.
-Mi daga y mi pocion- Lucy acerco sus manos a ambas cosas pero luego pareció retractarse.
-¿Puedo?- preguntó la castaña observando ambas cosas, ahnelando poseerlas de nuevo.
-Claro, son tuyos- respondió Caspián entregadole el cofre a Lucy.
-La espada de Peter- se escucho por toda la habitación. Caspián sonrio y acerco a Edmund, quien observaba la antigua espada de su hermano.
-Puedes tomarla- dijo Caspián.
-No, Peter te la dejo a ti- Edmund nego con la cabeza. Caspián le sonrió mientras se acercaba a otra estanteria.
-Pero si te guarde esto- Caspián le tiro un objeto plateado, que Edmund logro atrapar en el aire. Edmund lo observo asombrado su vieja linterna, y se sorprendió mas al ver que la linterna aun emitia luz. La claridad le pego en los ojos, lo que lo obligo a apagarlo al instante.
Kayla lo observó durante esos segundos, y sonrio al ver la mueca del muchacho cuando la luz le dio en la cara. Sin entender, si querer saber el porque, los ojos de ellos cayeron en el otro y sus miradas volvieron a encontrarse.
Edmund le sonrio mientras sus manos jugueteaban con la linterna. Kayla le devolvio la sonrisa, pero en su mente se creo la imagen de Edmund y una rubia coqueteando se y besándose. La sola idea la aborrecia, la sonrisa en su rostro se convirtio en una recta linea y sus brazos se cruzaron en su pecho, clavando con rabia sus uñas en su propia piel: los celos la habian dominado.
Un marinero, de nombre Drinian, acababa de entrar y dejar otro par de mapas en la mesa. Luego renaudo su camino y se detuvo en la puerta, recargandose en el marco.
Caspián se coloco frente a la mesa. Kayla y Susan tambien se acercaron y observaron unos momentos los mapas.
Edmund y Lucy se percataron lo que los otros hacian y decidieron tambien acercarse. Se colocaron frente a Caspian, a la derecha de Lucy, Kayla; y a la izquierda de Edmund, Susan.
-Desde que se fueron, los gigantes del norte se rindieron incondicionalmente- dijo Caspián señalando un lugar determinado del mapa. Su dedo se desplazo a otro punto antes de hablar-. Luego derrotamos al ejercito de Carlomen en el gran desierto.
-Hay paz a lo largo y ancho de Narnia- anuncio Kayla con notable orgullo.
-¿Paz?- inquirió Lucy alzando la mirada.
-En solo tres años- aseguro Susan. -¿Y en estos tres años no has conocido a un rey?- preguntó Lucy, dirigiendose directamente a Kayla. Por la mirada que Lucy le daba, Kayla, supo que aquel era el plan de su amiga y debia seguirle la corriente.
-Bueno, conoci al Rey de Archeland, muy guapo y educado- respondió Kayla, sin preocuparle que los demas la escucharan. Aun cuando la conversacion fuera entre ellas dos, todos mantenían su vista fijada en ellas.
-¿En serio? ¿Y no sucedio nada serio?- preguntó la castaña, enarcando las cejas. Su amiga habia captado la indirecta.
-De hecho si- Kayla solto una risita, no muy propia de ella. Aquel gesto no paso desapercibido por Susan, quien al ver que su hermano apretaba la mandibula y fruncia el ceño, entendio las intenciones de su hermana y cuñada.
-Pidio tu mano- opino Susan. Las otras dos muchachas voltearon a verla sonrientes, como agradeciendo el comentario.
En cambio el humor de Edmund no mejoro. Su rostro se volvió rojo, sus labios se delinearon en un recta linea y sus dedos apretaban con mas fuerza el borde de la mesa.
-¿En serio?- exclamó Lucy, agudizando la voz. Caspián se dio cuenta en ese instante de lo que las muchachas planeaban. Pero Edmund estaba demasiado cegado por la rabia y los celos para notar la exageracion de su hermana.
-Pero le dije que no- las palabras de Kayla calmaron un poco los celos de Edmund. Pero un instante despues su hermana volvio a encender su rabia.
-No le dijes que no a Rey de Carlomen- Edmund solto un gruñido cuando escucho hablar a su hermana mayor. ¿Es que acaso lo hacen a proposito? Se pregunto el pelinegro en su cabeza, sin saber que si, todo era un plan diseñado por sus hermanas.
-Espera ¿que?- preguntó Lucy, ahora sorprendida.
-Solo le dije que lo pensaria- respondió Kayla mientras se alzaba sus hombros, en señal que no era la gran cosa. Aquello la hacia sentir incomoda, como si el plan fuera contra ella.
Trataba de olvidar ese incomodo recuerdo. El Rey de Carlomen- al menos 10 años mayor que ella- arrodillado frente a ella, con sus mano entre las de el, con Caspián y Susan al lado. Con una sonrisa coqueta, su cabello rubio, prolijo y peinado, pronuncio tres palabras que dieron vuelco al estomago de Kayla. Mantenia su mirada fija, los ojos azules de el, sin brillo, sin ningun sentimiento para ella. No eran los ojos que ella amaba.
Se preparo para dar la respuesta, pero recordo la Rey de Archeland. Meses antes, la misma situación, los mismos pensamientos, la misma respuesta. La tristeza adorno la cara del Rey cara al escuchar el rechazo. Kayla no podria volver a hacer eso, simplemente dijo que lo pensaria. El Carlomero no parecio decepcionarse y cuando llego el momento de despedirse, acerco sus labios a la oreja de Kayla. "Espero tu respuesta" luego acerco sus labios a los de ella, pero la muchacha reacciono deprisa para mover y que los labios de el solo tocaran las comisuras de sus labios.
Cuando Kayla volvió en si, se dio cuenta de que los demás ya habían cambiado de tema. Lucy aun le sonreía pícaramente.
Edmund aun tenia algo roja la cara, pero trataba de mantener su atención en lo que Caspián decía, aunque debes en cuando miraba de reojo a Kayla.
-Si no hay guerras que pelear y nadie esta en peligro que nos trajo aquí?- inquirió Edmund tratando de centrarse únicamente en el mapa.
-Tienes razón, también me pregunto lo mismo- respondió Caspián.
-¿Y hacia donde estas navegando?
-Cuand mi tio usurpo nuestro trono, ataco a los amigos mas cercanos de mi padre y sus más leales súbditos- respondió Caspián observando bocetos de distintos hombres, en la pared detras suya-. Los señores de Telmar.
-Huyeron a las islas solitarias, nadie sabe que les paso- añadió Kayla, pero Edmund simplemente la ignoro.
-¿Y crees que les sucedió algo malo?- preguntó Edmund hacia Caspián. Kayla fruncio el ceño al ver lo que el muchacho hacia.
-Si es asi, es mi deber averiguarlo- respondió el otro muchacho mientras observaba como su hermana apretaba los puños.
-¿Y que hay al este de las islas solitarias?- preguntó Lucy, quien también habia notado la actitud de su hermano y su amiga, de hecho todos lo habian notado.
-Aguas desconocidas, cosas que nadie imagina, cuentos de serpientes marinas y peor- respondió Drinian, quien parecía conocer mucho acerca de los mares.
-¿Dijo serpientes?- preguntó Edmund con un dejo de burla.
-Gracias, capitán, es suficiente de sus cuentos.




Hola!!! Nuevo capitulo!!!
Se que tardo mucho, pero realmente me esfuerzo en que los capitulos sean largos y bien escritos.
Espero les guste, nos leemos

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