Seis
Jade
La música sigue sonando a través de la bocina de mi celular, Sofía ya está dentro de la piscina nadando en compañía de los chicos. En tanto yo estoy pidiendo otra cerveza.
Regreso a donde están nadando y jugando en el agua con una pelota que no sé de donde salió. Con cuidado entro a la alberca quedándome en la orilla para poder poner mi cerveza en el filo de ésta.
—¿Qué le sucedió a tu amiga, por qué se fue? — pregunta Oliver refiriéndose a Dany.
Abro la boca para responderle, pero en lugar de salir mi armoniosa voz sale un eructo no digno de una dama, diría Daniela.
—Ups, perdón, como dice Sherk mejor afuera que adentro — bromeo tratando de ocultar la vergüenza que siento.
—No seas puerca — me regaña la castaña.
Ambos chicos ignoran la penosa acción de mi cuerpo. Caray uno ya no puede confiar en su propio cuerpo.
Al pasar los minutos, noto como Brian se acerca a mí, no puedo evitar fijarme en su torso desnudo no es tan musculoso, aunque se nota que se ejercita, no dudaría en acariciarlo con mis dedos, tiene una línea de vello oscuro que se pierde dentro de su short color verde.
—Jade ¿Quieres ir a bailar conmigo está noche? Hay un antro cerca del hotel, incluso puedes invitar a tus amigas — me dice sacudiendo su cabello salpicándome con gotas de agua el rostro.
Agarro con mis manos un poco de agua y se lo aviento en la cara en forma de venganza, ambos reímos.
—Claro, me encanta bailar y más si es en compañía de un hombre tan guapo — respondo guiñando un ojo.
Tengo la esperanza de que esta noche finalice mejor que la anterior y que ninguna de mis amigas esté en peligro.
Sofía sigue nadando como si fuera una nadadora profesional, tal vez sería una buena opción que se inscribiera en el equipo de natación del instituto.
—Me parece genial, te veo en la noche entonces — se acerca y me da un beso en la mejilla.
—Nos vemos luego.
Veo como se va junto a Oliver quien me hace una seña de despedida.
Cuando mi amiga sale a la superficie nado hacia el otro extremo de la piscina llegando a su lado.
— Oye sirena ya vámonos, ve como tengo las manos parezco una anciana de 100 años — le muestro mis manos muy arrugadas.
—Sí vámonos no quiero dejar tanto tiempo sola a Dany, parecemos unas pasitas.
Nos salimos de la alberca y nos secamos lo mejor que podemos con las toallas.
—Brian me invito ir a bailar esta noche, pueden ir con nosotros también. Hace cuanto que no vamos a bailar a un antro — le digo entrando al ascensor.
Las vacaciones antepasadas fuimos las dos a distintos antros de la ciudad de Los Ángeles, esa vez no fue Daniela.
—No creo que Dany quiera ir al antro, si ella no va yo tampoco — responde ella.
Se supone que las tres venimos aquí de vacaciones para divertirnos y convivir todas, sin embargo Daniela no lo está haciendo. No creo que sea muy divertido estar encerrada en una habitación leyendo.
—Tenemos que convencerla, bastante nos costo que su mamá le diera permiso para que ahora no disfrute estar aquí en este paraíso.
Entramos en la habitación que comparten mis dos amigas, Daniela yace acostada en la cama con el libro entre sus manos y en sus oídos hay unos auriculares.
Me siento en la cama donde está Dany, ella deja el libro encima del mueble que está un lado.
—¿Qué pasa? — pregunta quitándose un auricular del oído.
—Vengo a invitarte a un antro esta noche, vamos a divertirnos ¡Di qué sí please! — le pido haciéndole cosquillas en el estomago.
La risa de Daniela es escandalosa, aunque cuando está con su padre la disimula, ya que los pensamientos machistas y del siglo pasado de su padre le controla hasta la forma de reírse.
—¡Para! ¡Detente Jade! Me voy a hacer pipí — grita en medio de la fuerte carcajada.
Me detengo, porque sé que podría volver a pasar, la primera vez que supe que era cosquilluda también supe que no mentía, me advirtió varias veces que se podía orinar y no le creí, hasta que vi como su pans gris se oscureció de una zona que indicaba se le había salido la pipí.
—El regreso de Dany la miona — me burlo dejando de hacerle cosquillas.
Sofía entra al baño para quitarse el bikini mojado, y yo me quedo con Daniela para tratar de convencerla.
—No me digas así Jadelyne, quieres que vaya contigo, pero así no lo vas a conseguir —murmura.
Me disculpo con ella cuando Sofía sale con la pijama puesta, mi bikini sigue estando mojado, pero aquí no hay ropa mía para cambiarme.
—Sofi dile que vayamos a ver si a ti si te hace caso — digo antes de cerrar la puerta para irme a mi habitación.
Agarro una mini falda con lentejuelas plateadas y un top negro de tirantes; la dejo encima de la cama y me meto a bañar.
**
Entro a la habitación de las chicas ya peinada y me doy cuenta de que Sofía ya no tiene puesta la pijama. En su lugar lleva puesto un vestido corto amarillo.
—Piolín escapo de su jaula — bromeo.
El amarillo es el color favorito de ella.
—Y tú pareces la bola que hay en las discotecas colgando en el techo.
Ambas soltamos la carcajada.
—¿Daniela va a ir con nosotras?
La susodicha está dentro del baño y si mi oído no me falla se escucha agua caer por la regadera.
—Cha cha cha chan.
—Leche con pan — termino la frase por ella.
—Logré convencerla después de una charla, hasta parece que yo soy la psicóloga y no tú.
Me estoy poniendo mis zapatillas de plataforma color negro.
Daniela sale del baño desenredando su larga cabellera.
-Acepte, pero con la condición de que vamos a regresar temprano.
Ya me imaginaba que alguna condición había puesto.
—Está bien Dany, gracias — le aviento un beso.
Las tres nos terminamos de arreglar, mientras comemos el club sándwich que pedimos a la recepción.
—Se ven muy bonitas chicas, seguro que hoy ligan galanes — les digo.
—Jadelyne yo no estoy buscando galanes- espeta Dany poniéndose sus sandalias negras con brillitos dorados.
—Lo sé, solo bromeaba — me defiendo.
Prefiero no mencionarle que también irá con nosotros Oliver, se nota que se pone nerviosa cuando está él alrededor de nosotras.
**
Estamos en el lobby del hotel esperando a Brian y a su hermano, Daniela y Sofi están sentadas en el sofá y yo estoy viendo por el enorme ventanal el cielo que está un poco nublado.
Los hombres llegan a donde estamos nosotras, volteo a mirar la reacción de Dany, ella abre sus ojos exageradamente al mismo tiempo que rasca su brazo, esa es una señal de lo nerviosa que se siente.
—Qué hermosas se ven — nos saludan.
Ellos también se miran muy guapos.
La noche promete ser divertida y maravillosa. Espero que sea así.
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