Cinco
Jade
Oliver, Brian, Sofía, Daniela y yo seguimos en el restaurante, ellos desayunan mientras yo devoro el postre.
Oliver no ha dejado de dedicarle varias miradas a mi amiga Dani y ella no se ha dado cuenta, ya que está cien por ciento enfocada en terminar sus huevos revueltos con jamón.
Amiga date cuenta.
—¿Y a qué se dedican chicas? — pregunta Brian.
Sofía deja su vaso con jugo de naranja en la mesa.
—Estudiamos en el Instituto Winchester aunque las tres estudiamos diferentes carreras, yo por ejemplo estudio derecho — responde Sofi.
—Ya sabes que yo estudio psicología — sonrió terminando mi flan de vainilla.
Es el turno de Daniela y antes de hablar voltea a ver a Oliver.
—Estudio para profesora de preescolar — contesta Daniela.
Oliver la mira sin disimular y da una pequeña sonrisa.
—¿Y tú Oliver a que te dedicas? — le pregunto.
—Soy instructor de natación, doy clases particulares en el club Elgort en Texas.
No conocía ese club, pero seguramente es uno de esos clubs para gente con dinero.
—A Daniela le hacen falta unas clases de natación — dije entre dientes.
Mi amiga deja de golpe su vaso con limonada y me ve como si quisiera matarme.
—No lo necesito — responde.
Oliver sonríe mientras la ve fijamente, Dany se da cuenta de la mirada del chico y agacha la cabeza, sus mejillas se sonrojan levemente.
—Perdón por meterme Daniela, pero creo que si necesitas unas clases, yo estaré encantado de dártela.
Trato de no mal pensar en lo que dijo el chico tatuado, así que bebo de lo que resta de mi malteada para disimular la sonrisa.
—Lo pensaré- murmura Dany.
En el hotel hay una piscina, supongo que ahí dará las clases privadas de Daniela.
—¿Qué les parece si pasamos la tarde nadando en la piscina? — pregunta Brian.
La empleada se acerca a nuestra mesa a recoger los trastes, yo aprovecho para pedir la cuenta mía y de las chicas. Oliver y Brian se ofrecen a pagar todo, sin embargo las tres nos negamos.
—A mí me parece bien, hace un calor de los mil demonios para ir a la playa — habla Sofi.
A pesar de que el aire acondicionado está encendido se siente calor.
—Es una buena idea. Una pregunta preguntona Oliver ¿Tú también estás hospedado aquí?
El chico de la playera negra niega.
-No, yo me estoy quedando en el apartamento de mi tío y su familia; solamente cuenta con tres habitaciones, Brian se sacrifico y se tuvo que quedar en este hotel.
Brian ríe, su risa es demasiado contagiosa y no puedo evitar comenzar a reír también.
—Cuenta le verdad, carnal; no me sacrifique, lo dejamos a la suerte y yo gane.
Sofía y Daniela se levantan.
—Ya nos vamos a nuestra habitación, mucho gusto Oliver y Brian — se despide Sofi.
—Chicas, esperen voy con ustedes — me pongo de pie y me despido de los galanes con un beso en su mejilla.
**
Daniela
Me siento nerviosa por el echo de que volveré a mirar al chico que me salve, hoy ya sé que se llama Oliver.
Nunca me paso por la cabeza encontrármelo de nuevo, pero como dice Jade: "Uno no conoce lo que le deparará el destino".
—¿Cuál bikini crees que se ve mejor? — me pregunta Sofi.
Tiene dos opciones; uno de los bikinis es de dos piezas color blanco con rayas rojas y el otro es de una sola pieza color rosa con un olan en los hombros.
—Me gusta más el color blanco — respondo trenzando mi cabello.
Saco del armario mi bikini. Así es estaré usando un bikini, el único que tengo en realidad. Fue un regalo de Jade cuando cumplí años, no es la primera vez que me lo pongo, ya que lo estrene en la pool party que hizo Kimberly la hermanita menor de Sofía.
Es un traje de baño negro de una sola pieza con estampado de leopardo de colores. Entro al baño a cambiarme, encima del bikini me pongo un short negro.
Observo mi cuerpo entero en el espejo, soy delgada, mi cintura es pequeña, quisiera tener más curvas como mis dos amigas. Amo mi cuerpo, pero no puedo evitar tener inseguridades.
¿Qué pensaría mi padre si me viera vestida así? Estoy segura que me diría que soy una cualquiera.
—Quitate el short y luce tu hermoso cuerpo, nadie aquí te conoce así que nadie le dirá a tu padre- habla Jade.
Quisiera que mi padre fuera diferente, no tan estricto conmigo ni machista, pero en fin, espero poder romper la burbuja que me tiene atrapada.
—No pienso salir de aquí casi desnuda- niego tomando la toalla.
Jade tiene puesto un bikini demasiado pequeño color lila y encima de este una camisa blanca sin abrochar los botones.
—Que muestres un poco de piel, no quiere decir que estés desnuda — reclama Jade.
Sé que colmo su paciencia ya que siempre me estoy quejando de que muestran demasiado, pero yo sinceramente no me siento cómoda, porque pienso que le irán con el chisme a mis padres.
—No empieces Jadelyne, si no quiere quedarse en bikini déjala en paz — la regaña Sofía.
—Tomémonos una selfie para subirla a Instagram y Natalie sienta envidia de nuestras vacaciones en este paraíso — Jade entra a la aplicación.
La cámara del iPhone se enciende, me pongo a lado derecho de Jade, Sofía del izquierdo y la dueña del celular queda en medio de nosotras. Las tres sonreímos.
Nos separamos y me dirijo a la mesita de noche donde tomo mis gafas de sol. Mis amigas están en la puerta y salen de la habitación.
En el pasillo camino al elevador hay una decoración muy bonita, hay distintos cuadros abstractos que resaltan en la pared color crema, también hay un jarrón con flores blancas naturales generando un aroma delicioso.
—¿Estás nerviosa? — me pregunta Jade tomando mi brazo.
Ella siempre luce tan segura de si misma que quisiera que con tocar mi piel me contagiara de su positivismo y alegría.
—Sí me siento nerviosa, ustedes saben que no soy una experta nadando y después de lo que paso ayer me da pánico — respondo mirando un señor que está observándonos como un depredador.
—¡Pero qué ricura de mujeres! gracias Dios mío por permitirme presenciar esta maravilla — dice el señor.
No entiendo porque mete a Dios en sus depravaciones. El señor tiene un estomago gigante, quizá el cerebro que le falta lo tiene ahí, por eso dijo tanta tontería.
Todas lo ignoramos y entramos al elevador dejando atrás al señor.
—Espero no encontrarme de nuevo a ese idiota, porque entonces si va a conocer mi patada en sus pelotas — menciona Jade molesta.
Ella siempre ha sabido defenderse y es algo que admiro de mi amiga, ya que yo por lo contrario no lo sé hacer, siempre que he tratado de defenderme yo sola no me sale la voz por el nudo en la garganta que siento.
—Que bueno que eso no ocurrió Jade, porque el hospedaje aquí no es tan barato como para hacer un escándalo — regaña Sofi.
Jadelyne se queda callada para no discutir con Sofía. El elevador se detiene en el lobby. Vamos al lugar donde está la alberca salimos por la puerta trasera del hotel y quedo con la boca abierta al mirar lo hermoso que se ve el lugar; la piscina no es tan grande como la imaginaba, el agua se ve tan cristalina alrededor de la alberca hay unos cuantos camastros para broncearse.
En uno de esos camastros se encuentra ya Oliver acompañado por Brian.
—Hola de nuevo — saluda Brian levantándose del camastro.
Jade le sonríe entusiasmada mientras se acerca a él para darle un beso en la mejilla.
—¿No se han metido al agua? — les pregunta quitándose la camisa quedando con el mero bikini puesto.
—Las estábamos esperando, ¿verdad Oliver?
Cruzo la mirada con el chico mencionado quien esta sin camiseta, sus tatuajes es algo que llama mi atención, a simple vista observo que en su pecho tiene una corona con flechas y en su brazo izquierdo tiene la cara de un león.
—Sí, incluso llegamos a pensar que nos dejarían plantados.
Somos los únicos que estamos en esta zona de la piscina además de las personas que atienden el mini bar que está a unos metros de aquí. Sofía deja en el suelo su bolso.
—Lo bueno tarda en llegar, por eso nosotras llegamos tarde — dice Jade.
Los chicos se ríen mientras yo me siento en el camastro y me quito las sandalias poniéndolas debajo.
—¿Quieren una bebida?- pregunta Oliver viéndome.
Su mirada me llega a incomodar, pero no en un mal sentido, si no que me da un poco de vergüenza estar cerca de él.
—Yo quiero una cerveza, para Sofía una paloma y para Daniela una piña colada — pide Jade.
—Pero que no contenga alcohol — le pido al tatuado.
-Una cerveza también- habla Brian.
Jade conoce bien las bebidas que consumimos cada una. El hombre se acerca a la bartender quien está detrás de la barra.
—Hay que poner ambiente, que esto parece un velorio — dice Brian.
—Yo pongo la música — responde Jade agarrando su celular y poniendo la canción "We found love" de Rihanna.
Sofía se quita sus huaraches y se sienta en el filo de la alberca metiendo sus pies al agua. Oliver regresa con las dos cervezas y se las da a Brian y a mi amiga.
Jade le da un trago a su bebida, al igual que Sofía se sienta en la orilla y mete sus pies al agua. El chico con tatuajes y barba me entrega mi piña colada.
—Dany metete a la alberca, el agua está deliciosa — dice Jade moviendo sus pies en el liquido.
—No, me da miedo ¿Qué tal si me ahogo? — murmuro mirando de reojo a Oliver quien se mete a la piscina de un clavado.
El agua salpica un poco mojando a mis amigas quienes ríen y le avientan agua de regreso.
—Aquí tienes a tu héroe para salvarte otra vez — me guiña el ojo.
El escuchar sus palabras hacen que mis mejillas se tornen de un color rojo, no me atrevo a mirar a la persona que me salvo de morir ahogada.
—Animate, no te va a pasar nada — escucho la voz gruesa de Oliver.
Su cabello castaño se pega en su frente y se ve muy guapo, gotas de agua escurre por su pecho y brazos musculosos.
Me regaño mentalmente, no tendría porque pensar que está guapo, él no es mi tipo de hombre. Eso me hace pensar en Joshua, el chico que me gusta.
—Ya dije que no quiero, no insistan por favor. Mejor me voy a la habitación — poniéndome de pie me voy de la alberca.
Subo a la habitación donde me hospedo, me pongo mi pijama no me importa que todavía sea temprano, agarro el libro que estoy leyendo desde que puse un pie en el aeropuerto y me acuesto boca abajo colocando música relajante.
Me siento un poco culpable por no estar con ellas y disfrutar de este viaje, pero no puedo evitar sentirme fuera de lugar. ¿Quién no ha sentido que no encaja en algún lugar o se ha sentido incomoda de alguna situación?
Los libros me ayudan a escapar de mi realidad, puedo convertirme en el personaje de la historia que esté leyendo, por ejemplo, en este momento puedo ser una patinadora llamada Marinel quien está enamorada del mejor amigo de su hermano. El libro se llama "Rosas para Marinel" de la autora Martha García.
Las personas deberían leer por lo menos un libro a lo largo de su vida. Sin embargo, la mayoría de ellos leer lo relacionan con los libros de la escuela y piensan que es aburrido,cuando definitivamente no es así.
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