CAPITULO XIV
Ganar o Perder
En toda mi vida en esta temporada del año tenia sueños extraños, al punto de pensar que tenía un trastorno o algo por el estilo.
Soñaba con muertes, sangres y rituales. También en como un grupo de personas quemaban vivas a otras.
Pensé que solo era eso. Un sueño.
Otras veces estando sola en mi habitación ideas extrañas pasaban por mi cabeza, ideas en cómo ayudar a unas personas para que salgan de las sombras.
Era muy extraño la verdad. Nunca llegue a comentarles eso a mis padres ni mis amigas porque no quería que me vieran como una extraña o una loca mental.
E incluso, una vez fui donde una vidente y lo único que me dijo fue que yo tengo un propósito en la vida. En su momento pensé en cosas simples. Pero ahora me doy cuenta que no.
Tengo un gran peso sobre mis hombros para darle a entender a los de mi pueblo que incluirlas es lo correcto.
Pero una mínima parte de mí me dice que no, que las deje solas o que las entregue.
¿Tengo miedo en no hacer mi cometido?, mucho.
Y ese miedo es experimentado en estos momentos que un señor de cabello y ojos negros tiene en la mano las piedras que debemos llevar.
Porque una vez se destruye, todo se acabará, pero para mal.
No solo por la desaparición de esas personas extrañas, sino será el inicio de una nueva era. Una era peligrosa para Deadwood, porque una vez los Hughes tomen el poder todo se ira al carajo.
Dicen querer que las chicas mueran por ser peligrosas, cuando ellos quieren un pueblo que trabaje para ellos sin ningún derecho. Eso es mucho peor.
Bowser mira desafiante al señor que en ningún momento ha dejado de sonreír formándole muchas arugas en el rostro.
Yo en cambio estoy detrás de Anwir por cualquier peligro, pero en estos momentos estoy tratando en buscar una solución rápida.
Siento que encontramos estas piedras muy rápido y que milagrosamente él ya estaba aquí. Algo no me cuadra del completo, no todo puede ser tan fácil.
Si Morana nos dijo que en el despacho no estará porque cuando era su turno estaban ahí y lo lógico sería que lo cambiaran de lugar, pero ¿Qué tal si siguen en el mismo lugar?
Cierro los ojos recordando sus instrucciones sobre este instituto. Ahora mismo estamos en el ala este, lugar de las pacientes tranquilas. El despacho u oficina de ella estaba en el ala oeste, lugar de las "peligrosas"
Oeste, piso 2, derecha, puerta verde.
Abro los ojos y sin esperar instrucciones me voy corriendo al lado oeste donde posiblemente estén esas piedras, si no están, estamos muertos literalmente.
No podemos perder mucho tiempo y a los lejos escucho la voz de Anwir llamándome, pero no me detengo.
Salgo corriendo por el patio frontal donde puedo visualizar ese edificio donde está la oficina. No miro detrás para no desconcentrarme, necesito esto antes que sea demasiado tarde. Trato de correr lo más rápido, pero la nieve me lo impide un poco.
Quien diría que en estas fechas estaría corriendo en un psiquiátrico para buscar unas jodidas piedras.
Me detengo en seco cuando veo un cuerpo entrar por la entrada principal de esta área y me escondo detrás de un árbol no tan frondoso.
Miro el lugar buscando posibles entradas, y voy rápido a la segunda que está a la derecha y entro subiendo por las escaleras que están más lejos de la oficina.
Solo espero que esa persona no busque lo mismo que yo, porque ya estaría muerta. No tengo nada con que defenderme.
Subo escalón por escalón lentamente para no hacer ningún tipo de ruido. Cuando llego al final, el pasillo de este piso esta oscuro y todas las puertas están cerradas. A medida que voy caminando escucho algunas personas hablando y otras riendo.
#Avemariapurisima
Vale, esta escena me causa un poco de miedo. Es de noche, en un psiquiátrico, personas hablando o riendo solas, no hay ninguna luz en este pasillo y personas armadas y posiblemente la que vi entrando también lo está.
Apresuro el paso y giro a la derecha donde puedo ver la puerta del fondo y casi corriendo llego. Giro el pomo y esta cede de una vez.
Muy fácil va todo.
Laura.
Me detengo antes de abrir la puerta por completo, miro detrás de mí pero no hay nada. Creo que estoy imaginando voces.
Cuidado.
Okey. No estoy imaginando nada.
— ¿Quién eres? —susurro. Me quedo un rato de pie sin esperar respuesta, abro la puerta de golpe y...
Ya valí.
Una figura se encuentra inclinada como si estuviera buscando algo, pero alza la cabeza de golpe al oír la puerta chocar con la pared.
Pero algo me causa confusión. Él chico parpadea muchas veces como si estuviera tratando de ver algo, se frota los ojos constantemente y tantea en el lugar para saber dónde están las cosas.
Escucho unos pasos detrás de mí y me escondo debajo de la mesa lo más rápido que puedo para que no me vean.
Pero vuelve a suceder con lo del otro hombre que estaba dentro. En este caso, es una mujer quien entra al lugar y tropieza con la mesa donde estoy escondida.
— ¿Estás aquí? —pregunta la mujer, confusa.
— ¿Jui, eres tú?, no puedo ver nada.
—Yo tampoco. Entre aquí porque escuche un ruido, pero ahora no veo nada —su voz tiembla a medida que trata de llegar al muchacho que se ha quedado quieto en el lugar.
—Igual. Escuche la puerta y cuando gire ya no vi nada.
Vamos.
Busca.
— ¿No me ve? —le pregunto a la vocecita que me ha estado hablando.
No.
Muévete, el hechizo no dura más de cinco minutos.
Ruego internamente que estas personas salgan rápidamente de esta habitación para poder buscar bien, pero se quedan conversando y el tiempo es limitado.
Sin embargo, un estruendo se escucha a los lejos logrando sobresaltarme y me golpeó la cabeza contra la mesa.
Me quejo en voz baja y escucho como tratan de salir sin lastimarse. En eso aprovecho rápidamente y me reincorporo para ir a buscar estas malditas piedras.
Abro gavetas del escritorio y no se encuentra nada, al igual en algunas mesitas. Lo que más hay aquí son papeles y más papeles.
Busco en el último cajón donde solo hay fotos de personas peliblancas, en otra ocasión lo revisaría, pero ahora mismo no hay tiempo.
Sin embargo, al momento de cerrar el cajón un resplandor me hace volver abrirla y buscar mejor. Golpeo la parte baja y hay un golpe seco, remuevo y hay una apertura pequeña donde logro sacar una bolsita con cuatro piedras, falta una.
Empiezo a sacar las hojas y encuentro la piedra faltante que la introduzco en la bolsita y meterla en el bolsillo de mi pantalón.
Creo que vamos bien, por ahora.
Salgo corriendo lo más rápido que puedo y espero que Bowser y Anwir estén en el auto. Cada vez faltan menos horas para el amanecer.
Me escabullo por un sendero, giro a la izquierda y encuentro el auto escondido entre los árboles.
Abro la puerta trasera y veo la figura de una persona en unos de los asientos de al frente.
— ¿Dónde está Bowser? —pregunto subiéndome al auto.
—No lo sé. Salí detrás de ti y no volví al sótano —su nerviosismo a la hora de hablar es palpable, al punto de ponerme igual de nerviosa.
—Iré a buscarlo —hago el intento de abrir la puerta, pero coloca el seguro—. Ahora mismo no estamos para idioteces —suelto.
—Es peligroso. No sabes si lo encontraras.
—Quedarme aquí esperando tampoco. Abre la maldita puerta —exijo, pero no hace nada para abrir—. Falta menos para el amanecer, si no abres todos morirán. ¡Es tu gente, entiende!
—Desde que rompí la segunda regla, ya no pertenezco a ellos —suelta de pronto dejándome confusa.
¿De qué habla?
¿Los habrá traicionado?
Por suerte no le dije que tengo las piedras. Podría delatarme e incluso puedo morir.
Pero no sé a qué se refiere y esos ojos café me miran con un brillo que no logro descifrar.
—Abre... abre la puerta o moriremos todos —repito por segunda vez.
—La familia Moore no murió.
¿Qué tiene que ver la familia de mi amiga Karoline en esto?
Mi confusión es visible e intento preguntar, pero un cuerpo choca contra la puerta del piloto y luego el sonido de unos disparos.
No tardó en darme cuenta que es Bowser. Anwir abre la puerta y en menos que nada nos encontramos a toda velocidad para salir de este lugar y retomar la carretera, pero es difícil ya que dos autos vienen siguiéndonos sin contar que siguen disparando.
Bowser trata de tener el control del vehículo. Aprieta con fuera el timón dejándome ver los nudillos blancos y algunas venas marcadas.
Sus dedos están llenos de anillos y el que está en el dedo corazón empieza a alumbrar provocando que suelte una maldición como si eso le quemara.
Se saca dicho anillo con los dientes y lo deja caer en el puesto donde esta Anwir.
Me giro para mirar por la parte de atrás y aún siguen los dos carros siguiéndonos a toda velocidad. Vuelvo mí vista al frente y veo el retrovisor y puedo observar la vena marcándole la frente como si estuviera a punto de estallar, su mandíbula tensa y los labios cerrados.
—Anwir. Toma el timón, no... no puedo —se le nota la respiración acelerada y como trata de mantener los ojos abiertos.
¿Qué pasó allá dentro?
—No. Él no —me adelanto. No me quiero confiar, menos por lo que dijo hace unos minutos atrás.
—Me siento agotado, no puedo seguir manejando —la frustración es visible al momento de hablar.
—Comunícate con tus hermanas, con Morana, que se yo, pero no le des el timón a Anwir.
Anwir me mira ofendido, pero no le presto atención. Ahora mismo estamos siendo seguidos por la gente de los Hughes.
—Estoy agotado, no servirá si hago eso. Quiero dormir.
Esto no puede estar pasando y menos en estos momentos que necesitamos de él. Miro a Anwir en busca de ayuda y él también se encuentra pensando a toda velocidad.
Lo que no entiendo es como puede estar agotado.
— ¿Qué provoca que se agoten rápido? —le pregunto a Anwir, mientras Bowser sale y encontramos la carretera. En cuanto a los disparos a cesado y los vehículos no nos están siguiendo.
—De seguro lo inyectaron.
Bosque. Nieve. Peliblancas. Disparos. Chicos. Nombres. Collar.
¡El collar!
Dios, como no se me ocurrió antes.
Ese día Anwir tenía uno y pudimos aparecer en boszorkányok.
— ¿Tienes el collar del triángulo? —pregunto.
—Si...
No termina de hablar cuando visualizo dos autos al frente de nosotros con toda la intención de matarnos. Bowser trata de esquivarlos a pesar de sentirse mal.
Gira bruscamente el volante zigzagueando. El sonido de las llantas rechinando, es insoportable al momento de hacer un brusco giro, pero solo siento el impacto del auto contra un árbol.
Me estrello contra el asiento del piloto y mi cabeza rebota contra la ventana que tengo al lado.
Quedo desorientada por unos momentos y observo todo borroso, no tengo noción del tiempo. Toco el costado de mi cabeza que está un poco húmeda a lo que supongo que es sangre.
Mis oídos pitan provocando un leve dolor de cabeza. Me levanto y veo la cabeza de Bowser contra el volante y a Anwir fuera del carro. Salgo del vehículo como puedo tratando de no caerme. Debo apresurarme antes que vengan los demás.
Tanteo mis bolsillos y me alivio al sentir la bolsita donde están las piedras.
Hace mucho frio, me froto las manos antes de abrir la puerta del piloto. Muevo el cuerpo de Bowser que no da señales de vida.
Otra punzada en el costado de la cabeza se hace presente, pero decido ignorarla para apartar la cabeza del volante, paso los dedos por la nariz. Aún está respirando.
Voy al otro lado y veo a Anwir tratando de levantarse y lo ayudo dejándolo sentado en el asiento.
Necesito que tome noción del tiempo lo más rápido posible para que me ayude con el cuerpo de Bowser.
Solo espero que no muera, porque después todo será en vano.
A lo lejos capto el sonido de unas pisadas y corro al otro extremo sintiendo mi corazón latiendo a mil.
—Bowser, despierta —le doy leves palmadas en el rostro, pero no reacciona.
Tiene una gran apertura en la frente donde le sale sangre, al igual que en el orificio de la nariz.
Anwir viene a ayudarme tratando de sacarlo del auto. Él lo lleva por un lado y yo por el otro apresurando el paso y rogando que despierte en cualquier momento.
Me siento débil y mareada y no sé de donde saco fuerzas para llevar a este hombre que pesa toneladas.
Los pies de Bowser son arrastrados por la nieve con ayuda de Anwir y mía, pero eso no quita que debemos apresurarnos más.
Nos están siguiendo gentes armadas y tanto Anwir como yo, estamos un poco desorientados por el impacto del vehículo.
Estoy a nada de rendirme y a cada nada ando tropezando con la nieve y con los pies de Bowser.
Necesitamos ayuda, urgente.
—Debemos... hacer algo —murmuro para Anwir—. ¿El collar? O no sé, algo para transportarnos como hiciste ese día.
—Mi collar no es para transportarnos a tantos metros. El anillo de Bowser sí.
— ¿Cómo es el anillo? —pregunto revisando los dedos de Bowser rápidamente.
—Tiene una piedra verde —menciona mientras nos detenemos unos momentos.
Reviso su mano izquierda y no hay ningún anillo con una piedra verde. Todos son anillos con letras o líneas.
Joder. Ahora no tenemos el anillo y estamos perdidos y rodeados de muchos árboles sin contar que el frio que hace provoca que mi mandíbula tiemble.
Veo como Anwir revisa sus bolsillos sacando una cosita pequeña.
—Ten. Se lo saco enante que veníamos en el auto.
Recostamos a Bowser en unos de los árboles, dándole pequeñas palmadas y nada que reacciona.
Necesitamos que despierte lo más pronto posible. Tal vez esa cosa que le inyectaron lo durmió, más el accidente peor.
—Bowser... Bowser... despierta joder —quiero llorar de la frustración—. Abre los putos ojos Bowser. ¡Bowserrr!
No sé qué hacer para que reaccione, tenemos que salir de aquí y volver a Deadwood.
No tengo la menor idea de cómo estarán las Coleman. ¿Estará todo bien allá?
—Bowser... —un fuerte dolor de cabeza se presenta y la primera lagrima cae.
Me alejo de su cuerpo y me caigo al suelo frustrada. Anwir sigue tratando de despertarlo, pero nada.
Vámonos, ellos tienen que morir.
No. Tú eres una de ellos. Ayúdalos.
Mi parte normal quiere tirar la toalla, pero mi lado retorcido quiere que siga, pero como lo hago.
Me abrazo las piernas dejando que el llanto tome fuerza. ¿Todo acabara aquí?
¡NO! Levántate y deja la cobardía.
Escucho un disparo a los lejos y levanto la cabeza de golpe para encontrarme con los ojos café de Anwir. Está asustado. Miro a Bowser y sigue dormido.
Me jalo el cabello ya cansada de no saber qué hacer. Todo este recorrido por nada, todo lo que han hecho los boszorkányok por nada.
¿Morirán? ¿Tendrán que esperar 500 años más?
Escucho un clic es la parte trasera de mi cabeza y no hace falta girarme para saber de quién se trata.
Varias personas vestidos de negros salen de varios árboles rodeándonos. Anwir trata de cubrir el cuerpo de su líder, pero un hombre lo empuja y otro apunta con una pistola en su cabeza.
Una mujer agarra bruscamente del cabello de Bowser llevándolo al medio del lugar que estamos.
—No le hagan nada —suelto, pero la punta de la pistola empuja levemente mi cabeza.
—Primero Bowser y después ella —se limita a decir.
Me tenso y el nerviosismo es visible. Mis manos tiemblas y mi corazón palpita muy rápido, no podemos morir aquí.
Busco ayuda en los ojos de Anwir, pero esta igual que yo.
Patean el cuerpo de Bowser para luego dejarlo de rodilla siendo sostenido por otra persona.
Cualquier persona le tiene miedo a diferentes tipos de sonidos. Algunos a la pirotecnia, otros a los golpes, unos a los estrellones y ahora yo, con miedo al sonido de un disparo.
Porque volverán a empezar desde cero, pero con otra generación. Perderán otra vez después de intentar mucho para terminar igual.
La tristeza y frustración de Anwir es palpable y a pesar de no convivir mucho con ellos, solo con la idea de volver a empezar es irritante y estresante.
No puedo sentir rabia en el momento que lo necesito, no me han hecho enojar y ellos saben que no pueden hacerlo.
—Adiós Bowser —murmura la mujer con un timbre de euforia.
Lleva el dedo al gatillo de la pistola y yo cierro los ojos recordando todo lo que hice esta noche para nada.
Y el miedo al escuchar ese tipo de sonido se hace realidad.
...
Recuerden que este es el penúltimo capítulo.
Estaré subiendo la segunda parte antes de navidad y el epílogo antes de año nuevo. Besitos :3
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