CAPITULO XII
IDENTIDADES
"La diferencia de la tierra y el infierno, es que en la tierra habitan más demonios que en el mismo infierno. Demonios disfrazados de caras bonitas y sonrisa encantadora; con sus encantos te hipnotizan y con sus palabras te atrapan, ¿pero sabes cuál es el peor error de nosotros lo humanos?, mirar directamente los ojos de los demonios.
— ¿Me estas describiendo a alguien? —mencionó Karoline.
—No. Te estoy describiendo a un grupo de personas —concluyó el señor Moore."
Esa conversación vino a mi mente de forma de repente, la cual solo puedo entrelazar con estas personas.
Personas que desde que entre a esta habitación no han quitado la mirada sobre mí. Puedo ver la resistencia que ejercen para no atacarme, me siento una presa rodeada de demonios.
En esta pequeña habitación donde están las hermanas Coleman, menos Irene por motivos obvios y tres señores más.
Uno que es hermano de las chicas y el otro que aparenta unos cuarenta años y Anwir, que al parecer es uno de ellos.
Por más que hablan, no logro entenderlos.
Su descendencia, sus motivos, sus dioses y sus deberes. La verdad trato de prestar atención, pero es mucha información y el dolor que tengo no lo soporto; y al parecer Anwir se da cuenta porque me ofrece un asiento, pero el señor viejo me mira con ganas de estrangularme.
Aunque hay algo que si no logro entender del todo, que es sobre su sangre.
Si la sangre mezclada es entre un brujo y un humano, ¿por qué las hermanas son de sangre pura?
¿No se supone que la sangre pura son los nacidos ya siendo brujos?, si la madre de Mara era una humana como yo.
En fin, muchas preguntas. Pero prefiero quedarme callada antes que el viejo ese que no me quita la mirada de encima me mate.
Un señor calvo de contextura gruesa, entra un poco asustado logrando que todos aquí nos alarmemos. Tiene una bata negra y caigo en cuenta que es el que anda atendiendo a Irene.
—La señorita Ernaline está a punto de morir —vocifera un poco angustiado.
¿Ernaline?
— ¿Ernaline? —corean las Coleman.
¿De quién habla este loco?
Trato de buscar esa palabra que me suena de algún lado, pero no la saco. Mi mente trabaja rápido e instintivamente miro a Anwir y...
¡Ya sé!
En el bosque él gritó ese nombre cuando...
—Estas equivocada. Ella se llama Ernaline, y al igual que ella, ustedes también tienen otro nombre —finaliza el doctor, o lo que sea.
¿Todo este tiempo han estado utilizando un nombre que no es suyo?
— ¿Cómo que otro nombre? —pregunta Eleonor, o como se llame realmente.
— ¿Acaso no leyeron el libro que dice "Descendencia"? —cuestiona su hermano un poco indignado.
—Es más que obvio esa respuesta —contesto y varias miradas caen sobre mí. Creo que mejor me hubiese quedado callada.
Anwir trata de ocultar una risa y el viejo pues... que decir de él. También es obvia su mirada.
Bowser carraspea incómodo e intenta ir a la estantería, pero Eleonor vuelve a interrumpir.
—Después buscas eso, ahora voy donde Irene —remarca su nombre y se marcha detrás de las otras dos y la mirada de los demás.
Su hermano suelta el aire y se arrasca la parte de su barbilla y caminar tras ellas.
Un silencio incomodo se presenta en el lugar donde solo esta Anwir y yo, por lo tanto decido detallar este pequeño lugar.
Aunque no hay mucho que ver. Solo hay un pequeño escritorio con varios libros y hojas regadas por la misma.
Algunas sillas, un estante donde se encuentran muchos libros y al lado hay una puerta, la cual me da mucha curiosidad de ver.
Así que, me levanto decidida a ir a ese lugar sin importar mi pierna y la presencia del traidor ese.
Doy menos de diez pasos cuando las manos de Anwir agarran mi antebrazo, logrando detenerme.
Suelto mi brazo bruscamente para míralo.
—Ni te atrevas entrar por esa puerta —advierte.
— ¿Por qué no?, tengo curiosidad de saber que hay.
—Solo... no lo hagas —su expresión de tranquilidad no abandona su rostro a pesar de yo mirarlo de forma retadora.
—Sí, aja —vuelvo a girarme para ir a dicho lugar, pero esta vez se interpone en mi camino—. Quítate.
—No, me meterás en problema.
— ¿Tú crees que eso me importe? —Pregunto y niega con la cabeza—. Entonces permiso.
¿Qué habrá en ese lugar que no me deja pasar?
Tal vez esté siendo egoísta o muy entrometida, pero no puedo evitarlo.
Aunque bueno, tampoco puedo ser tan mala para meterlo en problema, pero espera. Él se metió a mi casa, vivimos bajo el mismo techo y también se metió en...
Le doy una sonora cachetada provocando que gire levemente el rostro y se lleve la mano a la mejilla que está un poco roja.
Me mira sorprendido por lo que acabo de hacer y me cruzo de brazos alzando la mirada de forma muy digna.
Eso, demuestra quien manda.
—Pero...
—Shh -—lo interrumpo—. ¿Por eso te metiste en mi casa? —pregunto, pero frunce el ceño sin saber a qué me refiero—. Empezaste a trabajar en mi casa para estar pendiente de las muchachas.
—Sí, ese fue mi trabajo —confirma.
— ¿Y lo que me decías?, ¿Lo que hicimos? —Trago grueso— ¿También fue... trabajo?
Se queda callado mirando mis ojos y lo puedo ver, puedo ver esa batalla interna antes de responderme.
Todas esas palabras vacías que me murmuraba cuando estábamos solos.
Todo fue mentira.
Abre la boca y la vuelve a cerrar sin saber que articular. Baja la cabeza unos segundos.
—Responde.
—Sí. Solo estuve contigo para distraerme —confiesa y se marcha dejando en esa pequeña habitación.
Me siento extraña, utilizada y desechada. No puedo creer que Anwir me haya hecho esto, todo fue solo por trabajo.
Y yo que había confiado en él.
Evado el sentimiento de dolor «no es momento para pensar en eso» y me encamino a la puerta girando la manilla, pero esta no sede, provocando que me dé más curiosidad por saber qué hay del otro lado.
¿Serán cuerpos?, creo que aquí eso sería de lo más normal. Pero no creo que sea eso.
Busco con la mirada para ver donde podrá estar esa llave, voy al escritorio y abro los cajones para ver y solo encuentro papeles y más papeles.
¿Dónde podrán estar esas malditas llaves?
Voy hacia el estante donde hay más polvo que libros. Trato de obviar los títulos extraños de los mismos concentrándome en lo importante.
Pero, hay un libro que tiene algo adentro, el titulo dice "Generaciones"
Agarro dicho libro cuando escucho como algo cae provocando un sonido en seco y cuando me agacho para ver de qué se trata, son las llaves.
¡Bingo!
Feliz, recojo las llaves para ir a abrir la puerta, pero no todo me sale bien.
El sonido de una puerta cerrándose se lleva mi atención y me sobresalto dejando caer las llaves.
#AveMariaPurisima
Solo deseo que no sea el viejo que me quiere matar, amén.
Con los ojos cerrados giro levemente abriendo uno por uno, pero no sé porqué, pero por primera vez me alivio ver a unas de las #HermanasNombresFalsos.
— ¿Qué hacías? —mira la puerta y luego a mí.
Haber, tampoco soy tan tonta para decir lo que hacía.
—Buscaba el baño -miento.
Sin embargo, puedo notar que no me cree por la manera que me está mirando: brazos cruzados, ceja enarcada y mirada retadora.
— ¿Y por qué buscabas en el estante y tienes unas llaves cerca de tus pies? —interroga.
—Lo siento. Como ustedes también mienten, se me hizo natural hacerlo contigo —respondo, pero inmediatamente me arrepiento.
No debí decir eso, porque si antes daba miedo, ahora más.
Sus ojos brillan y su sonrisa traviesa da miedo.
—Vine a buscarte para que no te hicieran daño, pero bueno. Quédate.
Bueeenoooo, si lo hubiera dicho desde un principio me hubiese quedado callada.
—Bueno, mejor me voy contigo... ¿Mara?
—Ni yo sé como me llamo, no te preocupes —se marcha y camino rápidamente detrás de ella tratando de no mirar a las personas de mi alrededor.
Pero están todos alrededor de un triángulo gigante con fuego como si estuvieran rezando, y no entiendo nada de lo que dicen ya que hablan en otro idioma.
Me detengo de golpe cuando veo a Anwir junto a una persona que trae un cuerpo de un niño pequeño y lo lanzan al triangulo y las llamas se intensifican.
Nuestros ojos se encuentran y borra su sonrisa de golpe al notar mi mirada de horror.
¿Eso hacen ellos?
¿Estuve con una persona como él?
Antes que camine donde mí, decido caminar más rápido para poder alcanzar a Mara y entrar a una cabaña que parece una sala médica.
En el lugar solo se encuentran los hermanos, el doctor y yo.
Irene aún se encuentra acostada en esa camilla con una venda alrededor de su abdomen, algunas agujas en su mano y la maquina pita de manera calmada, mientras Charlotte habla con el doctor.
Realmente veo el rostro de Irene pálido, como si estuviera en coma.
—Debemos hablar —alcanzo escuchar al hombre que dice ser su hermano.
—No es momento —responde Eleonor, que está sentada en una banca al lado de la camilla de Irene, donde le esta peinando el cabello con los dedos.
—Es importante -insiste.
Eleonor deja de peinar de golpe para girarse hacia Bowser con expresión iracunda.
—Te dije que no es momento, ¿O eres sordo, hermanito? —el peliblanco se tensa ante la última palabra.
Dios mío, hasta a mí se me pararon los pelitos del brazo.
Mara se interpone entre los dos y le susurra algo a Eleonor provocando que rueda los ojos y vuelva a sentarse para retomar lo que estaba haciendo.
—Salga —se dirige al doctor para luego mirarme—, y tú también.
—No —contesto y enarca una ceja—. Digo, ya voy.
Y yo que quería enterarme sobre lo que...
—Ella se queda —contradice Mara y en estos momentos la amo.
Chismecito.
Bowser le responde para luego ir a buscar un libro que se encuentra a menos de tres pasos.
No logro ver el título, pero él se la pasa pasando hojas con el ceño fruncido y una mueca en los labios.
En cuanto las otras; Charlotte se encuentra en una esquina jugando con una daga y mirando un punto fijo, Eleonor sigue en lo suyo, Mara se mira las uñas e Irene esta modo tieso.
Dios Laura.
Lo siento, no lo pude evitar.
—No puedo creer que no hayan leído este libro —niega con la cabeza.
—Pues créetelo —dios, que me pasa.
Me muerdo la lengua mirando mis sexis zapatos. Puedo oír como resopla y unas de ellas suelta una risita.
—Bueno, ya saben que el nombre que usan no son los verdaderos. Incluso, esos nombres se los dieron sus padres adoptivos.
¿Padres adoptivos?, alzo la cabeza de golpe y veo las demás mirarlo de forma confusa.
—Ese es otro tema, pero tengo curiosidad. ¿Qué se siente convivir con... Humanos? —me mira de forma despreciable.
Ya me cae mal el guapo ese.
—Mejor que contigo, te lo aseguro —respondí a la defensiva. ¿Cómo se atreve?, atrevido.
Le sostengo la mirada por buen rato, a pesar de estar muriendo de miedo.
Aunque bueno, debo dejar de responderle. Él tiene más poder aquí que yo.
—Como decía. Que irritable son, pero bueno. Sus verdaderos nombres son: Nisha, Ernaline, Sauda, Deianira. Cada una con un significado.
Que nombres más raros, aunque Sauda... ese nombre me suena, pero no sé de dónde.
-—¿Y quién es quién? —pregunta Charlotte.
—Nisha es Mara, que significa Noche —Mara hace una mueca de desagrado al oír su "Nombre"—, Ernaline es Irene, que significa Batallar con la muerte —pues bueno, el nombre de Irene se lo tomo muy literal.
«Sauda es Charlotte, que significa Belleza oscura. Y Deianira es Eleonor, que significa destrucción.
Las tres se quedan calladas como procesando sus verdaderos nombres.
Aunque hay algo que me hace ruido y es sobre los padres adoptivos, eso responde mi pregunta del origen de la sangre, pero también me dejan dudas.
—Entiendo su incomodidad, pero no fueron las únicas a las que le pasó esta confusión.
— ¿También te pasó? —pregunto ante el silencio de las demás.
—No. A la primera generación, o sea las Miller y a las Smith.
—Ah, las muertitas —suelto una risa, pero el señorito amargado se tensa ante mi comentario.
Upps, lo ofendí.
—No estamos muertas —una voz femenina no conocida resuena en el lugar y me congelo en el lugar donde estoy.
Díganme que es una broma.
Te pasa por graciosa.
Trago grueso y miro donde escuche esa voz.
Hay una chica vestida de blanco, tez blanca y cabello blanco con ojos verdes. Tiene el cabello recogido en una coleta alta y me mira fijamente a los ojos.
"El peor error de un humano es mirar directamente los ojos de un demonio."
Esas palabras vienen a mi mente y la aparto a la velocidad de la luz.
No me hechizo, amén.
—Morana, un gusto —el hombre de pelo blanco rompe el tenso silencio.
— ¿Ella quién es? —evade su saludo sin dejar de mirarme.
—La líder de los humanos —indica.
¿Líder? ¿Yo?
¿Desde cuándo soy líder?, de a milagro me hablaba con Karoline y Paulina.
— ¿Ella?
— ¿Yo?
—Sí, ella. Ese es otro tema.
Camina hasta donde estoy y...
Padre nuestro que estas en el cielo.
Sigo rezando mentalmente mientras agarra mi barbilla y mueve mi rostro de un lado a otro para luego soltarme e irse donde esta Irene.
—Como sea, solo vine para ver cómo estaba mi hija —remarca la palabra hija, y ahora mismo me encuentro recalculando.
Bowser maldice en voz baja agarrando su brazo e intenta sacarla del lugar, pero de pronto el cuerpo de Irene o Ernaline empieza a convulsionar provocando un pitido insoportable.
Todos se mueve a la misma vez alarmado para tratar de ayudar y yo me quedo quieta sin saber qué hacer.
Sin despegar los ojos de su cuerpo y ver como Eleonor trata de reanimarla con los puños sobre su pecho.
Puedo notar la angustia en su rostro en ver como el cuerpo de Irene no deja de moverse.
El doctor de enante entra inyectando algo en su brazo izquierdo.
—La estamos perdiendo —grita desesperado sin saber cómo volverla en sí.
Todo es un caos, todos tratan de ayudar, pero Irene no da señales de mejoría hasta que su cuerpo se queda quieto logrando aliviar el lugar,
Cosa que no dura mucho porque la maquina pita anunciando la muerte de Irene Coleman.
●●●●
Besitos, y recuerden. Estamos de luto🖤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro