CAPITULO X
Ernaline
Parte II de navidad... ¿feliz?
El señor gobernador tiembla mucho y no sé si por el miedo o por ser descubierto.
Todos en la mesa se han levantado y haciéndole muchas preguntas las cuales, él solo responde con un: no se.
Veo gotas de sangre formar un camino hacia las profundidades del bosque. Hago caso omiso a las voces de los demás y decido seguir dicho camino.
Pero una mano en mi hombro me detiene.
—¿Para dónde vas? —me pregunta y puedo ver miedo en sus ojos verdes.
—Voy a seguir ese camino —le señalo la sangre que esta sobre la nieve.
—Nosotras te acompañaremos, es peligroso ir sola —me dice... no sé quién me lo dice.
Puta madre, odio que se parezcan tanto.
Ella ve la duda en mis ojos y me da una sonrisa reconfortante.
—Soy Irene, iremos juntas las cinco para que nada nos suceda.
Asiento con la cabeza y camino detrás de ellas mirando la nieve donde están los rastros de sangres.
Poco a poco el sonido de las voces va desapareciendo a medida que nos vamos adentrando al bosque.
No veo mucho ya que la luz de la luna es tapada por las nubes y hay poca neblina por acá.
Ellas caminan mirando hacia todos lados, pero sin dejar esa elegancia que las caracteriza.
Pero, a pesar de lo ocurrido en la mesa, me siento segura ahora mismo.
Y retiro lo que en algún momento pensé. Ellas solo estaban aburridas, porque el único culpable es el gobernador por lo que acaba de suceder.
Él estaba prácticamente bañado en sangre.
A medida que vamos caminando, la sangre se ve en más cantidad, eso quiere decir que estamos cerca.
Tengo demasiado frio a pesar de tener guantes y un vestido largo. No se como ellas pueden estar normal con este frio.
Me detengo cuando escucho el sonido de unos aullidos en la parte izquierda. En cambio, ellas siguen caminando normal o no escucharon dicho ruido.
—Chicas... ¡Chicas! —chille en voz baja.
Ellas se detienen y voltean para verme haciendo una seña para que continue hablando.
—¿No escucharon eso? El aullido de unos lobos.
Se miran entre sí y una dice algo en otro idioma lo cual se ríen las cuatros y...
#avemariapurisima
Odio cuando hacen eso.
—Si, pero no te preocupes.
¡¿Qué no me preocupe?!
O sea, ¿Ellas están bien?
Un poco insegura, asiento con la cabeza y camino más rápido junto a ellas.
Cuando giramos a la derecha ahogo un grito y me llevo la mano automáticamente a la boca.
Que asco.
En esta parte del bosque los árboles son más altos y frondosos que los demás.
Hay varios cuerpos amarrados por los pies.
La sangre gotea creando un rio de sangre que prácticamente se ve negro.
Juro que tengo ganas de vomitar. La mayoría de los cuerpos están abiertos en la parte del abdomen con los órganos guindados o algunos esparcidos por el suelo.
Me acerco junto a ellas que miran dicha escena de manera un poco perturbadora.
La sangre cubre los rostros de la mayoría, paso las manos por el rostro de uno y en la mejilla izquierda tiene un triángulo.
Hago lo mismo con otro cuerpo y en el mismo lugar tiene el mismo signo.
«Nieve, tormenta, accidente»
Parpadeo varias veces cuando imágenes borrosas aparecen en mi mente.
«Triangulo, velas, sacrificio»
Un dolor fuerte se presenta en la parte baja de mi cabeza e inconscientemente me inclino hacia delante por dicho dolor.
«Gritos, sangre, risas»
Las lágrimas bajan por mi rostro empapando mis mejillas. Miro a mi alrededor y todo esta borroso
«Hospital, luz, explosión»
Siento que estoy en otra dimensión.
Pequeños flashbacks vienen a mí y pasan como películas sin pausas. Abro los ojos y lo que veo no son más que cuerpos colgados y mutilados.
«La revelación»
Me levanto como puedo del suelo y mis manos están manchadas de sangre. Escucho el llanto de unos niños y veo a uno corriendo en circulo.
Me giro y lo observo siguiendo lo que hace.
—¿Laura? —me dice.
—¿Quién eres?
—No tengas miedo, mamá dice que no hay porque tener miedo.
—¿De qué hablas? —digo desesperada por no entender nada.
Él me señala los cuerpos que están detrás de mí, miro a cada uno, pero el cuerpo más pequeño se movió ligeramente.
Me acerco a dicho cuerpo y limpio su rostro que este bañado en sangre fresca, tiene el mismo símbolo, pero...
Vuelvo a mirar al niño que me hablo y que en estos momentos me está sonriendo.
—¿Eres...?
—Soy yo —me asegura, para luego correr al lado de su cuerpo—. No se porque me hicieron eso, pero mami me dijo que no tenga miedo y no lo tengo, ¿Crees que soy valiente?
Dios, es el menor de los Walker. Davis Walker, ese niño tan solo tenía seis años.
—Aléjate.
Limpio mi rostro con mis manos temblorosas y no me importa que estén manchadas de sangres. Me restriego los ojos para despertar, pero esto parece ser la realidad.
—Yo no te haré daño —masculla entristecido, y se acerca a mí.
Yo camino hacia atrás para evitar que se acerque más. Pero de pronto, otro fuerte dolor de cabeza se presenta y esta hace que suelte un grito de dolor.
Los cuerpos colgados se empiezan a balancear y ya no se que es real. No se si es por el viento o producto de mi imaginación.
—Ven con nosotros.
—Ten cuidado con quien estas.
Me arrodillo en la nieve y agarro mi cabeza entre las manos balanceándome en mi lugar.
Quiero que se callen, no los quiero escuchar, solo quiero que sea una pesadilla.
Vuelvo a escuchar pasos y me giro hacia dicho ruido y ahí las veo a ellas. Con la respiración agitada.
—Laura, ¿lo tocaste? —me pregunta la del cabello corto, no se a que se refiere, pero yo solo asiento con la cabeza.
—Mierda, Mara sostenle la cabeza.
No se que hacen, pero solo escucho sus susurros inaudibles para mí.
Cada palabra que dicen provoca que grite más fuerte al igual que el dolor se pronuncia más.
Es un dolor insoportable provocando que mis fosas nasales sangren; quiero que este dolor se vaya pronto.
Poco a poco el dolor se me va quitando y ahora mismo me siento mareada.
—¿Qué pasó? —pregunto mirando a mi alrededor.
—No lo sabemos, suponemos que te desmayaste por ver mucha sangre.
—¿Sangre? —¿de qué habla?
Me señala mi alrededor y efectivamente, hay mucha sangre al igual que cuerpos guindados.
¿Quién es la persona capaz de hacer esto?
—¡MARAAAAA! —grita una voz femenina y la nombrada se tensa cuando ve un cuerpo corriendo a dirección de ella.
—¿Mami? ¡MADREEE! —le devuelve el chillido.
Los ojos de Mara tienen un brillo diferente, la noto un poco alegre y confundida a la vez.
La que es madre de Mara, tiene un vestido holgado color blanco y corre descalza.
—Mi niña, te he...
Y antes que estas dos se pudieran dar un abrazo el cuerpo de su madre explota, y el rostro de todas esta bañada en sangre.
Pedazos de carne están esparcidos por el suelo y el rostro de Mara cambia a una de rabia.
—Vaya, vaya. Que lindo encuentro, aunque duro tan poco —una mujer vestida de negro con una escopeta en manos se acerca a nosotros. Y detrás de ella vienen como cuatro personas más.
—Aine —murmura Mara con desprecio.
—Ayy, yo también te extrañe querida. No tanto como tu madre, pero lo hice.
Golpe bajo.
Mara solo se tensa ante dichas palabras y unas de ellas camina hacia la tal Aine, pero es detenida cuando la llaman.
—Irene, no.
—Nosotras también extrañamos a tu abuelo —responde con una sonrisa en los labios—. Oh, y a la enfermera también la extraño, ¿Cómo esta?, oh cierto —finge sorpresa—, verdad que la mate.
Las palabras de Irene, al parecer fue un punto débil para Aine porque automáticamente se pone a la defensiva dispuesta a disparar, pero una mujer la detiene diciéndole que no puede matarla.
Me encuentro detrás de Charlotte y veo como mueve las manos en circulo. Casi igual a como estábamos en la mesa.
Y cuando extiende su mano la nieve se levanta y la sube para luego tirársela encima como una avalancha.
—Hijas de perras —masculla Aine.
—Upps, se me fue la mano —se burla Charlotte, pero su voz esta levemente distorsionada.
—Son una raza que deben ser exterminadas ahora mismo. Por su culpa mueren muchas personas...
—¿Nos importa? —sonríe Irene.
—Ah llorar a otro lado por favor —secunda Mara.
¿Matar?
¿acaso ellas provocan todo esto?
Como si ellas supieran que me estoy cuestionando tal cosa, la tal Aine me mira con una sonrisa de orgullo en su rostro para luego hablar.
—Eres útil y a la vez no. Gracias a ti llegamos a las Coleman, pero inútil por no acordarte de nada.
¿Eh? ¿De qué habla esa vieja?
—Aine, cállate de una puta vez antes que te matemos aquí mismo.
—Si es que no las mato primero.
—Es bueno soñar.
Dichas palabras la enojan y por ello dispara en el suelo, cerca del pie de Mara, pero dicha bala es regresada gracias a Eleonor.
No se como le hizo, pero movió sus dedos y los empujo al aire. Y esa bala fue regresada y es enterrada en el pecho de unas de las personas de Aine.
—Te recomiendo a que sigas jugando a la psicóloga.
—Primero volverán ustedes a ese psiquiátrico.
—¿Sabes?, me gusta ver tu determinación y perseverancia —Irene se pasea por el lugar—, pero nosotras no volveremos a ese lugar.
—¿Sabes?, me vale mierda lo que ustedes quieren —Aine responde y sin dudar dos veces dispara en el muslo de Irene.
Irene chilla del dolor y se inclina en el suelo.
—Va una. Faltan tres. Las cuatros se hincaran ante mí y me rogaran para que las mate.
—Antes muerta que andar rogándote.
—Si mi familia pudo con las Miller, Wright, Thompson y Smith, obvio que podre con las Coleman. Ustedes siempre mueren en el mismo punto y nunca cumplen con su objetivo.
No entiendo un culo.
Yo menos.
O sea, ellas estaban en un internado de gente loca.
Por lo que entiendo si, y son asesinas.
Pero... ¿Cómo salieron?
No lo sé.
Ahhhhh, se me buguea el cerebro.
X2
¿Por qué tantos apellidos? ¿de qué objetivo habla?
Tampoco lo se.
Haber, si ellas...
CALLATE Y PONTE A ESCUCHAR LO QUE ESTAN HABLANDO EN VEZ DE HABLAR CONMIGO.
No me tenías que gritar.
Necesito chisme y no me entero de que hablan ellas.
Le hago caso a mi respetuosa conciencia y decido callarme para seguir escuchando.
—Si lo cumpliremos.
—¿Cómo? Si la tenemos rodeadas.
Miro a mi alrededor y de verdad no están rodeadas.
Charlotte sigue hablando con Aine cuando Irene se levanta con dolor del suelo y camina donde esta Eleonor, o sea al lado mío.
Irene estira el pie y mete los dedos en la herida mientras que Eleonor le agarra la cabeza.
No hay ninguna mueca de dolor en su cara cuando saca la bala de su pierna.
Eleonor murmura algo entre dientes y a pesar que Charlotte está concentrada hablando, estira su mano izquierda sin mirar atrás y murmura algo que provoca que la herida de Irene cierre.
¿Cómo hicieron eso?
Es fantástico y... perturbador.
—Quédate detrás de nosotras y no digas nada —me dice Irene.
Le hago caso cuando ellas se colocan unas al lado de otra y se recogen el cabello con una coleta alta.
Mara, a pesar de mostrarse muy relajada, pude ver que sus ojos están un poco brillosos al igual que un poco tristes.
Por la manera que mataron a su...
Espera.
Ellas me dijeron que su madre las había abandonado.
Dios, hasta en eso me mintieron.
A ti todos te mienten.
Dolió.
Me vale caca.
Bueno. Me siento como en una batalla, porque aquí se destila puro odio.
La primera en correr hacia las hermanas es Aine con una daga en su mano, pero no las llega a tocar ni un pelo porque:
1. Charlotte murmuro algo en su idioma.
2. Eleonor se mantuvo recta con las manos al lado de su cuerpo y los dedos levantados en una sola dirección.
3. Irene y Mara la cubrieron y en coro empezaron a hablar, al punto que los arboles empezaron a moverse como si quisieran salirse de la tierra.
Aine cayó al suelo por el movimiento del suelo, provocando que la daga se le escapara de las manos y quedar entre las chicas, o sea cerca de mis pies.
Dudosa, agarro dicha daga y la coloco entre mi vestido.
Otras de las personas armadas empezaron a tirar fuego, pero las Coleman empezaron a murmurar una clase de oración.
"áldott legyen ellenségeink vére.
áldottak a kiáltások, amelyek táplálnak minket.
áldottak a könnyek, amelyek segítenek a folytatásban.
áldottak legyenek az imái, mert nem adunk kegyelmet.
áldottak az imáik, mert onnantól erőt adnak az öléshez.
áldd meg a holtfa lányokat"
"Bendita sean las sangres de nuestros enemigos.
Bendita sean los gritos que nos alimentan.
Bendita sean los llantos que nos ayudan a seguir.
Bendita sean sus ruegos, porque piedad no damos.
Bendita sean sus suplicas porque de ahí nos darán fuerza para asesinar.
Bendita sean las chicas de Deadwood"
Cada bala que es para ellas se regresa a medida que van hablando, cada vez lo hacen con más intensidad.
Se empieza a escuchar el sonido de los árboles tambalearse con más fuerza, a los lejos se escucha a los lobos aullar y acercarse.
Giro a mi derecha cuando una voz masculina llega a mi oído, pero no lo reconozco con esa máscara que tiene puesta.
La única atención que tiene es la mía en estos momentos, pero él no me mira.
Mira directamente a las chicas.
Camino hacia atrás, pasito a pasito para que no se de cuenta, pero tarde. Se lleva los dedos a la boca y veo como saca un arma.
—¡Cui...! —trate de decir, pero él me apunta en la pierna y me dispara.
Puta madre, que dolor más aahhhh.
Dios.
Caigo y me llevo la mano a la pierna donde sale mucha sangre, trato de detenérmela, pero mis manos tiemblan mucho.
—¡Deianira! —otra voz masculina grita con preocupación, pero no lo miro y tampoco sé a quién llama.
Solo observo a las chicas mirarme.
Ellas vienen hacia mí y el chico que grito dicho nombre también se acerca dónde estoy yo.
Tratando de aguantar los espasmos de dolor que provoco dicha bala.
—Hay que irnos —dijo él.
Trae consigo algo en forma de triangulo en la mano, pero las Coleman no les presta atención, están tan sumergidas en la herida de mi pierna que no se dan cuenta de nada.
Pero yo sí.
El hombre de la máscara está detrás de las chicas y sin el más remordimiento jala el gatillo son borrar esa sonrisa que se marca.
Se tensan cuando escuchan el sonido del arma y el gritito que soltó unas de ellas.
Ella se lleva las manos a la espalda y esta regresa llena de sangre.
Extiende la mano como si tuviera admirando dicho color y lo primero que hace es llevársela a los labios.
—Irene... —chille.
—¡Ernaline! —grita el chico.
Eleonor se inclina a la altura de su hermana y le empieza a decir que no cierre los ojos, que ella la volverá a curar.
Pero Irene solo le sonríe y murmura;
—Volvimos a fallar.
—No, no vamos a fallar. Resiste un poco, una bala no puede con nosotras ¿okey? —le responde Eleonor.
Y antes que el loco vuelva disparar, el chico nos pide que nos agarremos de mano, le hacemos caso y luego lanza el objeto de forma en triangulo.
Cierro los ojos recordando que por mi culpa, Irene puede morir.
Cuenta la leyenda que un pueblo pequeño y apartado llamado Deadwood. Donde unas chicas hermosas llegaron.
Todos admiraban su belleza inusual, los hombres se doblegan ante ellas como si de reinas se trataba.
Iguales físicamente, pero diferentes en características.
Manipuladora.
Inteligente.
Impulsiva.
Calculadora.
Cualidades de cada una, pero solo una tenían en común; el sadismo.
Nadie sabía que sucedía dentro de esas cuatros paredes, nadie sabía lo que le esperaba con ellas cuatros en ese pueblo.
Matar. Muchos lo ven como algo atroz, ellas lo ven como una veneración.
Sangre por doquier, blanco bañado de sangre, cuerpos degollados, piernas para arriba, triangulo, velas y lluvia.
Pero, también cuenta la leyenda que ellas morían en batallas de campo abierto.
No podían cumplir con su obligación y morían fácilmente.
Pero en cada generación se nace más fuerte, ¿cuántas generaciones habrán para que cumplan su objetivo?
Esta es la tercera generación y todas han muerto.
¿O no?
Toparse con unas de ellas es la perdición de cada uno.
Ellas significan la muerte.
Ellas son las chicas de Deadwood.
●●●●
Espacio para que se desahoguen🧍🏽♀️
Gracias por los 4k de leídas 🖤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro