CAPITULO VII
🕯RITUAL DE CELEBRACION🕯
3 DE DICIEMBRE 2018
—Entonces, cerraron el caso.
—Así es, no encontraron nada y el señor Evans salió libre.
—¿Por qué? ¡si era sospechoso!
—Sí, pero él se fue de una vez después de la discusión. La cámara de seguridad fueron testigos.
Sus ojos me miraron como si estuviera analizando la situación, a ella le encanta estas cosas. Ella quiere ser detective. Y yo, pues yo quiero morir.
Han pasado dos semanas desde esa noche y no encontraron sospechosos, aunque el pueblo no está tranquilo por la forma en que sucedieron las cosas, la misma moche murió él y la esposa.
Muy trágico todo.
El funeral transcurrió como de costumbre, familiares despidiendo sus cuerpos al igual que sus amigos. Todas las familias del pueblo vinieron, hasta las chicas, menos Charlotte.
Es a la única que distingo por el cabello corto. No me atreví a preguntar, aunque quise y me vi dudando mucho, pero mejor no fui.
—Pero, si en esa casa hay cámaras ¿Por qué no vieron el asesinato? —dice mirando a un punto cualquiera de la habitación—, o sea, si hay cámaras, debe de haber algo que muestre el asesinato, tipo: ¿Quién estaba cerca de él? ¿Quiénes se veían sospechoso? Y ¿con quién fue para allá atrás?
Paulina la mira de manera extraña y confusa, por la mueca que tiene, es obvio que no entendió nada. Pero Karoline tiene razón.
¿Acaso no vieron todas las cámaras?
—La luz se había ido —dice Pau mirándose las uñas.
—Eso no tiene nada que ver, eso fue planeado, pero ¿Quién lo planeó?
—No lo sé —se encoje de hombros—, pero fue divertido presenciar algo así, aunque asqueroso.
—Es la primera vez que hay una muerte de esa forma —dije en tono ausente.
La imagen del señor Karls aparece en mi mente y recuerdo la X que tenia en los labios, y líneas en su rostro, como una X gigante. ¿y si alguien mata dejando esa marca? Es lo más seguro, pero ¿Quién hizo eso?
—Él tenia una X en los labios ¿será la marca del asesino?
—Casi todos tienen una marca para identificar sus víctimas, eso tiene sentido. Pero hay que esperar otro muerto de la misma forma, sino ya no se que pensar —dice Karoline un poco frustrada.
Nos quedamos en un silencio para nada incómodo. Estamos en casa de Karoline y ella no pudo ir ese día a la reunión. Paulina es la más miedosa de las tres y pues, ella se fue lo más rápido posible.
Miro el reloj que esta en la mesita de noche; ya son las 21:18 y ya debo regresar a casa.
—Chicas, el tema esta muy interesante, pero ya debo irme —digo con aburrimiento.
—¿Tan pronto? —enarca una ceja.
Asiento con la cabeza levantándome de la cama y en ese momento se va la luz. Últimamente se va muy a menudo.
Enciendo la linterna del celular y alumbro la cara de cada una, refunfuñan y me echo a reír.
La única luz que alumbra es la que viene de la ventana, que son los truenos que ya llevan más de media hora.
—¿Esta segura? Parece que vendrá una tormenta, además no hay luz.
—Si, el chofer ya está llegando.
—Bueno, yo me quedo aquí en casa de Karoline —dice Pau acomodándose en mi cama.
Karoline me mira con un poco de preocupación, pero aun así me acompaña a la puerta principal de su casa. Abro la puerta dándole un abrazo, pero ella me susurra que vaya con cuidado ya que hay mucha neblina aparte de los truenos que suenan en el lugar.
Se ve muy terrorífico y más que al frente de su casa no hay más que bosque, que cada vez que truena parece que los arboles tienen formas espeluznantes
En cuanto el chofer abre la puerta donde me subiré y pongo un pie fuera de casa cae un trueno que logra sobresaltarme dando inicio a la lluvia.
La lluvia cae formando una tormenta eléctrica, Karoline me agarra la mano diciendo que es mejor que se quede, pero insisto en irme. El chofer me busca con un paraguas y me acompaña hasta el auto.
Miro por la ventana del auto y observo a Pau junto a Karoline despidiéndose de mí antes que el auto se ponga en marcha.
Los arboles se mueven al compas del viento, el cielo esta nublado y no hay rastro de la luna; las calles están oscuras, el viento se intensifica al igual que la lluvia que golpea los vidrios del auto causando terror.
—¿Puede ir más rápido? —trato de sonar firme, pero fracaso en el intento.
—No puedo señorita, las calles están repletas de nieve y si voy más rápido puedo causar un accidente.
Intento hablar de nuevo cuando él prende la radio logrando que me quede callada. Empiezan a informar sobre el clima y la reportera dice lo siguiente logrando asustarme un poco: "Después de tantos años, en el pueblo de Deadwood, situado en Dakota del sur, se ha formado una tormenta que puede provocar inundaciones y accidentes, se les recomienda manejar con precaución, pero preferiblemente que se queden en casa; no se sabe hasta que hora dejara de llover"
No sé porque de pronto siento miedo y angustia, como si algo pasará. Es un sentimiento extraño.
#Avemariapurisima
Debí quedarme en casa de Karoline. Pero ni modo, ya estoy aquí a punto de morir. Aunque bueno, morir por una tormenta no es la mejor forma, pero de algo hay que morir.
En fin, ya estoy pensando estupideces.
Siempre lo haces.
Es que tengo miedo.
Puff, aunque no tengas miedo piensas estupideces.
¡Oyeeee!
Decido mirar por la ventana y no veo nada, solo la nieve que hay en mi alrededor.
De pronto el carro se detiene abruptamente y soltamos una maldición al unísono. Lo que faltaba, que se dañara el carro y no se ni dónde demonios estoy.
Escucho como trata de prender el auto dándole vuelta a la llave, pero simplemente no arranca.
—Puta madre —dice muy frustrado.
—Te escuché. Además, pierdes el tiempo, ya vamos a morir aquí. Resígnate.
Él como buen ciudadano no se queda quieto e intenta salir, pero la puerta no le abre. E incluso ni la ventana baja.
Vale, ahora si tengo miedo.
Intento desesperadamente abrir la puerta, pero esta no cede. Le doy puños a la ventana y nada que funciona.
La lluvia se ha pronunciado y el viento tornea los arboles logrando que suene de forma extraña.
Se empieza a oír el aullido de los lobos, y gritos que no se ni de donde mierda provienen.
—¡Intenta volver a encender el auto!
—¡Es lo que intento!
Uhg, golpeo el asiento del conductor y de pronto el auto enciende.
Wao.
Fue suerte, no vayas a pensar que...
¡tengo poderes!
Ay no...
Él me dedica una sonrisa entre aliviado y nervioso al igual que yo, pero no todo puede ser perfecto ¿eh?
Le da al acelerador y el auto va a 80 km, va muy rápido.
—¡¡FRENAAAAA!!
—¡¡NO SIRVE EL FRENOOOO!!
—¡¡VAMOS A MORIRRR!!
—¡¡RESIGNATE!! ¡¡ESO FUE LO QUE DIJISTEEEEEE!! —menciona muy asustado.
Maldigo mentalmente, los brazos me empiezan a temblar por el miedo, él intenta mantener el control del auto, pero es imposible.
Y todo sucede como en cámara lenta. A medida que el auto avanza va más rápido y siento algo en el pecho que no me deja respirar bien, hasta que de pronto las llantas rechinan y es un sonido ensordecedor, llevándome las manos al oído.
El auto sale de la calle entrando por el bosque, él mueve el timón, pero es en vano porque impactamos con un árbol.
Mi oído emite un pitido muy molesto. Mi cabeza choca con la ventana que esta a mi derecha provocando un fuerte dolor de cabeza. Veo todo borroso, el cuerpo del chofer está prácticamente fuera del auto.
Intento decir algo, pero no emito ninguna palabra, lo único que hago es abrir la puerta que ahora si cede.
Bajo del auto logrando caerme con las palmas sobre el suelo lleno de nieve. Aun tengo ese pitido molesto y como puedo logro ponerme de pie tambaleando un poco.
Llevo la mano a mi cabeza y mis dientes rechinan, hace mucho frio y es difícil caminar contra el viento.
Camino lo que parece eternidad cuando visualizo una casa a los lejos, en ese momento truena y puedo ver mejor de quien es la casa.
Es la casa de las chicas.
Eso quiere decir que estoy cerca de mi casa, pero estoy muy agotada para ir de pie hasta allá con esta tormenta.
Voy al portón principal y alzo el puño para tocar la puerta, pero esta se encuentra levemente abierta.
No pasa nada si entro ¿verdad?
Averígualo.
Decido ignorar a mi conciencia y camino por el vestíbulo con cuidado, la única luz es la que hay gracias a las velas.
Entrar a una casa así le da un toque terrorífico y más por la decoración que parece de otra época.
No hay nadie por aquí, de seguro están en sus habitaciones. Intento gritar para ver si me escuchan, pero en ese momento se escucha un grito ensordecedor proveniente en unas de las habitaciones del fondo.
Camino lentamente donde proviene dicho grito, todas las puertas están cerradas y a medida que me voy acercando siento el olor a incensio.
Las paredes de esta área están pintadas de negro, con cuadros con los mismos dibujos que los que están en el vestíbulo.
Pero hay uno de cuatro chicas juntas mirando a la cámara, es una foto antigua y es por el bosque, están vestidas de negro con rojo.
Escucho nuevamente el grito junto a una risa maniática, me sobresalto y mi corazón empieza a palpitar mucho más rápido. El dolor de cabeza aumenta a medida que me voy acercando.
Un trueno suena por toda la casa al igual que el sonido de unos cuervos picoteando los ventanales.
Giro a mi derecha y es ahí donde proviene dicho grito. Bajo las escaleras casi de puntitas hasta llegar a la puerta, a lo que parece que es el sótano. Me asomo ya que esta levemente abierta y lo que veo hace que me tape la boca antes de gritar.
Hay una figura vestida de negro frente a un atril de color rojo oscuro con un libro sobre ello, dos velas en cada punta de la misma y una cerámica con forma extraña que no logro distinguir de lejos.
Solo puedo ver el perfil de la figura, dirijo la vista al frente de donde mira ella y vuelvo a ahogar un grito.
La cabeza cada vez me palpita con más dolor al igual que los oídos.
Hay un triangulo gigante y en cada extremo hay una figura vestida de rojo, están con la cabeza agachada y las manos extendidas como si estuvieran alabando algo. Miro al suelo y hay una persona con la boca tapada con un pañuelo y las manos atadas.
Alrededor de él, hay un triangulo pequeño con tres velas y una cruz invertida en cada una.
Él se mueve desesperadamente por querer salir del ahí, pero la voz de la figura negra me hace mirar y cuando alza la cabeza me doy cuenta que son las chicas. Ese cabello blanco no es difícil de distinguir.
Mi pecho se contrae y los ojos me pican al igual que las manos me tiembla.
—Az ősök élvezzék ezt az áldozatot, mint mi ebben az időben —dice, y su tono de voz suena emocionante y distorsionado.
«que los antepasados gocen de este sacrificio como nosotras lo hacemos en estos momentos»
No entiendo lo que dicen, ya que no distingo su idioma; pero lo que si estoy segura es que tengo miedo.
Tenemos*
—Az édes vér addig fog folyni, amíg el nem éri a keleti csücskét —la vela que esta en el triangulo pequeño se apaga, pero solo una, las otras dos se mantienen encendidas—. Eleonor, rajtad a sor.
»la sangre dulce se derramara hasta llegar al punto este« »Eleonor, es tu turno»
La que es Eleonor se inclina a su izquierda y agarra lo que es una daga, lo agarra con las dos manos en el mango y la coloca arriba de su cabeza, susurra algo inaudible para luego enterrarla en el pecho del muchacho.
A lo que él grita fuertemente, pero un trueno suena logrando mezclar su grito.
Cada vez que grita un trueno cae, es como si esta tormenta sabe lo que está pasando aquí dentro.
Una de las chicas del triángulo empieza a reírse fuertemente y las otras la acompaña.
—Dicsérjétek a kovács lányokat —dice la de negro.
»alabadas sean las chicas smith»
—szabadság, szabadság —corean.
» libertad, libertad»
Empiezo a ver borroso todo en mi alrededor, me siento mareada he intento apoyarme de la pared para no caerme, debo Salir de aquí en cuanto antes.
—Ezt az áldozatot hálánk jeléül adjuk —cada vez que habla, el fuego de las velas sube como si le hecharan agua—. Egy hónap ingyenes. egy hónapja mi vagyunk.
Me siento extraña. Nunca antes habia presenciado algo como esto.
Otras de las chicas agarra un vaso —como lo que usan en las misas— y otra chica corta el brazo del chico, para que la sangre que sale se vierte en el vaso. Hacen eso cuatro veces, un vaso para cada una y las cuatros forman un circulo alrededor del "sacrificio" y si pensé que habia visto lo peor, pues no. Porque alzan las copas murmurando algo y se toman la sangre. Asco.
Me dan náuseas con solo presenciar eso e intento irme, pero solo con mover los pies resbalo cayéndome a bruces en el suelo, pero como estoy tan salada, una cerámica que estaba cerca de mi cae haciendo bulla.
Maldigo mentalmente y gateo para salir antes que se den cuenta, lagrimas empiezan a bajar por mi rostro del miedo. La cabeza esta que me quiere explotar, los oídos me zumban y siento un liquido saliendo por la nariz; es sangre.
Me apoyo con las rodillas para levantarme y vuelvo a tropezarme, pero alguien me agarra por el cuello.
—Vaya, vaya; creo que alguien descubrió algo muy interesante —se burla y me muestra los dientes que están levemente rojos.
—Así que es la vecina —dice otra. Pero no las distingo, son muy parecidas.
—Seeh. Mara, ¿Qué haremos con ella? Propongo matarla —chilla de la emoción.
—No, Irene. No podemos matarla.
—Ash, aburrida. La única que me entiende es Eleonor —me suelta bruscamente y mi cabeza se golpea con el suelo—. Iré a decirle a la líder.
—¡NO! No le podemos decir a Charlotte, ¿Acaso no notas que lleva como dos semanas con un episodio y aun no se le va?
—¿Y?
—Se puede descontrolar más, a pesar de ser la líder hay que tenerla en observación —suelta un suspiro—. Es la única de nosotras que tiene un trastorno aparte. Y con la vida que tenemos hay que tener mucho cuidado, no se hasta que punto puede llegar con este episodio.
No entiendo de que hablan, solo quiero irme de aquí lo más rápido posible. Intento gatear nuevamente, pero colocan un pie en mi espalda deteniéndome.
—Bueno, ni modo —se inclina cerca de mi oído y susurra—: aludni és felejteni —y con eso me da un golpe en la parte trasera de la cabeza dejandome inconsciente.
***
Siento mi cuerpo pesado, como si hubiera caído a un barranco. Mi cabeza no deja de palpitar del dolor.
Intento abrir los ojos, pero los cierro automáticamente por el foco que está arriba de donde estoy ahora mismo.
Escucho a unas personas hablando de lejos, pero no entiendo mucho lo que dicen. El sonido de un aparato me provoca más dolor de cabeza del que tengo.
Intento hablar, pero la garganta me arde, es como si no tomara agua en años.
Abro ligeramente los ojos para acostumbrarme a la luz de la habitación. Las paredes están pintadas de color blanco, hay un sofá pequeño al frente de mí al igual que un televisor que está dando las noticias. Giro levemente a mi derecha y veo una ventana grande abierta.
Miro mis manos y la izquierda tiene una aguja con un tubo pequeño conectado a esas cosas extrañas.
—¿Mamá? ¿Papá? —digo levemente.
Mi madre se gira con el rostro hinchado de tanto llorar, y mi padre me mira con una expresión de alivio.
—Mi niña —besa mi frente.
—¿Q-qué pasó? —no recuerdo casi nada.
Mi madre mira con preocupación a mi padre al igual que a la doctora.
La doctora se acerca a mí poniendo una linterna en mis ojos, no entiendo para que sirve esa vaina la verdad.
—Vamos hacerle unos estudios para descartar cualquier cosa —dice y me mira con una leve sonrisa en los labios para luego dejarnos solos.
—¿Cómo te sientes? ¿te duele algo? —sus ojos revisan mi cuerpo rápidamente.
Me incorporo haciendo una mueca en los labios y mi padre me ayuda a sentarme.
—Solo me duele la cabeza.
—¿Recuerdas algo?
Me pongo a pensar en lo ultimo que hice y solo obtengo flashback, pero nada en concreto. Recuerdo a mis amigas, la lluvia, al chofer y de ahí todo se vuelve negro.
—No mucho, solo recuerdo haber tenido un accidente.
Se miran entre si y asienten con la cabeza.
Siento que algo más paso, pero no se nada, no recuerdo nada y eso me frustra.
Últimamente ando olvidando muchas cosas.
—¿Cómo esta él?
—suponemos que está bien; los doctores dicen lo mismo, pero aún no despierta
—¿Cuánto tiempo demore en despertar? —pregunto frunciendo el ceño.
—Dos días, han pasado dos días desde que sucedió el accidente.
Entra una enfermera para suministrar algo para dormirme. Voy sintiendo mi cuerpo ligero.
Cruz, velas, triángulos, capuchas.
No se de a que viene eso, pero tengo la sensación que conozco eso.
Yo tampoco lo sé.
Escucho a los lejos como si estuviera en otra galaxia a unas personas hablando en un idioma extraño, pero esa voz se mezcla con la del televisor donde una reportera informa sobre una desaparición:
"Han pasado dos días desde que un joven de dieciocho años ha desaparecido y las autoridades no han encontrado nada"
Un desaparecido, dos muertes en menos de un mes.
Siento un leve dolor de cabeza y a medida que el dolor empeora escucho como la maquina que esta a un lado empieza a pitar de manera descontrolada.
Ellas.
Escucho pasos apresurados, gritos y el llanto de mi madre. Me sacuden el cuerpo para que despierte, pero no puedo.
Ritual.
Un dolor en la parte baja de la cabeza empeora y siento que la cabeza me va a explotar. No entiendo que me sucede, ni que sucede a mi alrededor.
Escucho el sonido de una explosión cerca de la habitación, siento la brisa fría que se cuela por la ventada.
De pronto todo se a quedado en silencio y lo ultimo que siento es como me vuelven a susurrar en el oído.
— Aludni és felejteni.
«duerme y olvida»
●●●●
Holissss, como que las cosas se pusieron feas.
¿Qué creen que sucederá?
Quiero decirle que ya estamos llegando a los últimos capítulos, exactamente quedan tres *ríe en alemán*
Es broma, ni yo sé cuando terminara esta sangrienta historia, pero solo quiero advertir que estoy empezando suave. *Ríe malévolamente*
Y quiero agradecer su apoyo con esta novela y me apoyarían mucho más votando, comentando y recomendando mi historia.
Los quiero a todxs.
Gracias por el banner guapa tonimoonlight
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