CAPITULO VI
CAOS
Mara Coleman
MINUTOS ANTES
No estoy acostumbrada a este tipo de atención. Es extraño ver como muchas personas se te queda viendo como un ser de otro planeta.
Estar en ese puto internado, encerrada en esas cuatros paredes deprimentes es lo más horroroso que le puede pasar a alguien.
Aun recuerdo mis días de niña donde me la pasaba con mi madre. He de admitir que la extraño, ya que ella es la única que no me juzgaba, aparte de estas chicas, claro está.
Pero quiero pensar que no fue ella quien me encerró, pero, en fin, son cosas que pasan y ahora mismo estoy centrada en otra cosa.
Matar a Aine Hughes.
Aunque bueno, volviendo al inicio. Se siente increíble ser la atención de las personas. Porque sí, para que ocultarlo.
Tenemos una belleza diferente a las demás personas. Un cabello hermoso, ojos increíble y cuerpo de envidiable.
Sin embargo, aun no tenemos claro del porqué nos parecemos tanto. Esos putos libros que están en casa no dicen muchas cosas. Entre más leemos, más confusas estamos.
Estamos sentadas recibiendo miradas de odio, otras miradas de admiración y unas que otras miradas curiosas.
Llevo mi copa de vino a mis labios dándole un leve sorbo sin apartar la mirada de mi próxima víctima. Me mira sonriendo y le devuelvo la sonrisa.
—Mara —dice Irene en un tono acusatorio.
—¿Sí...?
—Hoy no.
—¿Por qué no? —me giro para verla sin borrar mi sonrisa. Me siento eufórica y con ganas de tocar sangre.
—Sabes que debemos controlarnos, no podemos ser muy evidentes.
—Irene tiene razón —concuerda Eleonor.
Ruedo los ojos y sigo viendo a las personas en mi alrededor.
Se que Irene tiene razón y si mal no recuerdo en unos de esos libros decía:
Si nos enteramos que son descubiertas o no se controlan, tendrán graves consecuencias.
Pero si se descontrolan y nadie sospecha no tendrán consecuencias. Es entendible su necesidad de ver o tocar sangre.
El miedo de Irene es que, estamos rodeadas de varias personas y la mayoría nos observa.
Ni modo, tendré que controlarme. No quiero morir joven.
Mis ojos se encuentran con los de la chica que nos fue a visitar... no recuerdo su nombre.
¿Claudia? No lo sé. No tiene cara de Claudia.
Laura.
A si, cierto. Gracias Marita.
» demasiado « Es lo que dice. Miro a su lado y esta hablando con un chico muy guapo.
Él chico en ningún momento me aparta la mirada, a lo que yo enarco una ceja. En ese momento me la quita para pedirle una disculpa a Laura.
» Anwir Howard «
Eleonor e Irene hacen el ademan de levantarse, pero las interrumpo.
—¿Para dónde van?
—Al demonio lo que te dije, necesito ver sangre.
Inmediatamente Charlotte se gira hacia nosotras y puedo ver que sus ojos se han puesto de color diferente. Para ser más exacta se ha puedo más brillante.
Esta teniendo un episodio y en vez de preocuparme, me alegro.
Miro a las otras dos y también están entusiasmada. Son las pocas veces que ellas no estén con la cara amargada.
—Bueno, vayan disimuladamente. Charlotte por ser la Coleman de negro tiene más derecho en hacer cualquier cosa que le diga su mente para que todo salga bien.
—¿Ya saben a quien atacaran? —dice Charlotte con un poco de emoción.
—Sí —se miran entre ellas con complicidad.
Se van y nos quedamos nosotras dos sentadas esperando la señal y poder atacar. Deben ser muy cuidadosas.
Vuelvo a mirar a mi alrededor y esta vez no nos están viendo. Miro el hombro de Charlotte y percibo como se tensa.
Debe estar haciendo unas de sus vainas raras. Es la única que debe leer ese libro.
Se preguntarán ¿Por qué la escogimos a ella?
Simplemente fue la escogida.
De pronto me vuelve hablar esa vocecita y un leve dolor de cabeza provoca que me zumben los oídos.
Irene y Eleonor, Árbol delgado a la derecha.
Hombre gordo, boca amarrada, gritos desesperados.
Ellas las espera. Hazle la seña a Charlotte.
Ella sabrá qué hacer.
Parpadeo repetitivamente y me encuentro con una mirada verdosa viéndome con curiosidad.
—¿Qué te dijo?
—¿Se puede saber por qué me hablo a mí, si la bruja negra eres tú?
—No te lo puedo decir todavía.
—¿Qué...?
—Mueve, dime que te dijo —se impacienta un poco.
—Solo me dijo que tú sabrás que hacer.
Tengo muchas preguntas a cuanto esto, al igual de ¿Cómo se dio cuenta que me hablo?
Bebo un poco y veo como se vuelve a tensar ladeando un poco la cabeza. Se gira un poco para mirar a Laura.
Susurra la palabra Sauda y de pronto la luz se fue.
Esa palabra jamás la he escuchado.
¿Qué significa?
—Charlotte ¿Qué significa Sauda?
—No... no lo sé. La voz me dijo que dijera esa palabra —me mira confusa.
Debe ser algo sin importancia.
Se escuchan gritos a nuestro alrededor y se escucha al representante diciendo que mantengan la calma.
Pero eso solo logra alterar a las personas.
Me levanto junto a Charlotte, yendo a la parte trasera de la casa cuando escucho a unos decir que la planta eléctrica no sirve y hay que esperar a que la arreglen.
Otros también dicen que sus celulares no encienden.
Un vago recuerdo me invade trasladándome al día que logramos escapar del internado. Prácticamente sucedió lo mismo.
Amo esta vida.
Me encuentro con las otras dos chicas y nos lanza los guantes rojos. Me lo coloco rápidamente.
Observo con detenimiento al hombre que suda mucho al igual que tiembla.
—¿Por qué a él? —pregunto.
—Porque sí. No es necesario saber si hace algo malo para matarlo —habla Eleonor.
—Es verdad. Empecemos.
Lo rodeamos entre las cuatros. El pobre no sabe ni a quien mirar, Charlotte se inclina un poco y logro ver sus ojos. Esta muy eufórica.
Le quita en pañuelo de la boca. Hace un movimiento para querer gritar, pero soy más rápida que él, poniendo una navaja en su cuello. Siento como traga saliva levemente.
—Ni se te ocurra —dice Charlotte con cierta burla.
En cuanto Irene, sonríe agarrando su pierna para quitarle el zapato. El hombre empieza a patalear y suelta un leve grito. Aprieto más su cuello.
Creo que no debió hacer eso porque Charlotte borra su expresión seria por una enojada. Le da una sonora cachetada y agarra su daga pasando la hoja filosa por su mejilla.
—Vuelves a gritar y te ira peor —dice, y el corte que le hizo empieza desde la mejilla y termina un poco más debajo de la mandíbula.
Paso el dedo por la herida esparciéndola por su rostro.
Hay una gran diferencia entre nosotras cuatros y es que a Charlotte no le gusta escuchar los gritos de sus víctimas, al menos que sea un lugar donde no haya tanta gente. Sin embargo, cuando tiene unos de sus episodios es cuando más le molesta escucharlos gritar.
Eleonor se acerca a mí pasándole la lengua por la herida. Se separa del hombre y le sonríe con los dientes levemente rojos. También tiene la mirada brillante.
Él vuelve a gritar y me doy cuenta que Irene le ha hecho un corte profundo en el pie. Pero nuevamente, Charlotte le da una cachetada y esta vez más fuerte.
Antes que lo vuelva a cortar le quito la daga. Ella me mira sorprendida por un momento, pero cuando ve que le corto desde la frente hasta la mejilla derecha pasando por su ojo. Él vuelve a chillar y sus gritos me satisfacen.
Entierro la daga en la frente, en el mismo punto de enante, pero esta vez lo corto por la mejilla izquierda topándome con la herida que le hizo Charlotte.
Su rostro es irreconocible, pero logra abrir levemente los ojos.
—Ver el miedo en sus ojos es lo más satisfactorio...
—...Para nosotras cuatros —dicen las otras en coro.
Con eso, Irene sube a su estómago y empieza a dar puñaladas abriéndolo un poco. Eleonor le hace una X en los labios y Charlotte empieza a cortar sus tetillas.
Él se empieza a ahogar con la sangre y no puedo borrar la sonrisa de mis labios. Las cuatros nos separamos cuando escuchamos su ultima palabra antes de morir.
—Aaa-ayu-daa.
Nos miramos entre todas y empezamos a jugar con su sangre como si fuese lodo. Metemos la mano por su estómago y empezamos a sacar sus órganos.
Irene pasa la lengua por sus manos manchadas de sangre dejándole los labios un poco sucios.
De pronto Charlotte se tensa y se agarra la cabeza con dolor
—Ya debemos regresar.
Le hacemos caso, pero antes empezamos a esparcir la sangre por el suelo y ponemos su mano en los troncos machándolos.
Vemos nuestros vestidos y curiosamente no están manchados, solo nuestras manos y labios. Nos limpiamos rápidamente guardando las dagas en el cinturón que tenemos debajo del vestido que esta ajustado en nuestras piernas.
Los guantes lo escondemos en el otro bolsillo y nos apresuramos a ir a nuestros asientos, bebemos un poco y de pronto la luz regreso.
LAURA
Momento del caos
No me he movido de mi asiento, ya que todos están corriendo para poder salir, pero es inútil.
Las puertas no abren.
Así que, decidí quedarme aquí sentada. Tampoco que sirviera de mucho andar desesperada o gritando ayuda cuando todos aquí la necesitamos.
A veces la gente es un poco bruta.
Todo mi alrededor es caos.
Al menos no es aburrido como creí. Primera vez que sucede en una de estas reuniones.
Mis padres se han marchado para ver en que pueden ayudar y sinceramente me da igual.
Lo que si es extraño es que ni los celulares encienden y la luna que era una luna llena. Ahora esta tapada por una nube, como si quisiera llover.
Así que estamos en una espesa y asfixiante oscuridad.
—¡¿Alguien ha visto a mi esposo?! —grita una voz chillona.
Ruedo los ojos por su pregunta estúpida. De seguro se perdió por ahí. Cuando vuelva la luz —si es que viene— lo encontrará.
Anwir esta sentado al lado mío y desde que se fue la luz no noto un poco —bastante— tenso.
—¿Tienes miedo? —me burlo.
—N-no —tartamudea.
—Siiii, claro.
Tanteo sobre la mesa para agarrar su mano y darle un leve apretón para que se relaje un poco, pero quita mí mano como si le quemara.
Frunzo levemente el ceño, aunque sé que no me esta viendo. Pienso que se va a disculpar, pero lo que hace es alejar un poco la silla.
—No me toques, por favor —dice, trata de sonar serio.
—Okey, lo siento.
Que hombre más extraño.
Los gritos de la gente siguen sonando en el lugar, al igual que ciertas personas se tropiezan con esta mesa y me contengo para no mandarlos a la mierda.
De pronto, la luz regresa y un silencio denso se forma en el lugar. Miro mi celular y esta vez si enciende. Observo hacia arriba y la luna ya no esta tapada por las nubes.
Todas las personas se miran entre sí con cara de: ¿Qué ha pasado?
No se porque, pero instintivamente miro la mesa que esta casi al frente de mi y veo a las chicas lo más relajadas. Las observo cada una, pero estan hablando entre ellas y no logro leerle los labios. En cuanto a Anwir, lo noto muy nervioso y no aparta la mirada a esa mesa.
Todo este silencio es agobiante, me levanto para buscar a mis padres y pedirles que nos vayamos cuando una voz femenina empieza a gritar la palabra sangre.
Y ahí se desata nuevamente el caos. La puerta principal esta amontonada de gente queriendo salir. Busco con la mirada al representante y aun continua en la tarima con los ojos bien abiertos mirando casi a su derecha.
Sigo su mirada acercándome un poco para lograr ver mejor y...
Qué asco.
Veo un cuerpo todo abierto y con la cara desfigurada, no logro distinguir quien es y me detengo llevando una mano a mi boca.
El estómago se me revuelve y tengo muchas ganas de vomitar. Odio ver la sangre y de esa forma es mucho más asquerosa.
Pero no se porque no logro detenerme, quiero ver más de cerca. Me inclino levemente para tocar al cuerpo, cuando una mano me detiene de golpe. Miro hacia atrás para ver de quien se trata y es el chico que vi con mi amiga. No recuerdo su nombre.
—No lo toques —dice fríamente, logrando estremecerme un poco.
Miro fijamente sus ojos grisáceos, mi boca esta ligeramente abierta por la impresión. En cambio, él sigue mirándome sin ninguna expresión en su rostro.
—¡Laura, aléjate ahora mismo! —escucho la voz de mi padre. eso hace que me levante rápidamente para mirarlo.
Por la forma en que me mira, hace que me sienta pequeña en mi lugar. Solo tenia curiosidad de poder saber quien era esa persona, pero su rostro esta irreconocible.
Me agarra del brazo llevándome dentro de la casa, no refunfuño, seria por gusto. Me tumba de mala ganas en unos de los sillones al lado de mi madre que tiene una expresión de horror.
—¿Te has vuelto loca? —dijo, y agacho la cabeza—. ¿Cómo se te ocurre acercarte de esa forma a un cuerpo ensangrentado?
—Cariño, déjala —mencionó mi madre con voz temblorosa.
Levanto la mirada y veo como se pasa las manos por el cabello con desesperación, suelta un suspiro extenso y luego me mira con arrepentimiento. Asiento la cabeza y se va al otro lado de la sala para hablar con los agentes de policía.
Mi padre es buen amigo del jefe de policía del pueblo y esas es una de las razones por la que nos enteramos de todo.
Unas de las ventajas,
No logro escuchar lo que dicen, pero empiezan a discutir de forma más alta logrando que escuche el nombre de la víctima.
Karls Jonhson.
Ese era el hombre que estaba discutiendo con uno más alto y el que mi padre interrumpió, porque casi se van a golpes.
El llanto de una mujer se hace presente y es su esposa, la que estaba gritando por su marido.
Después de casi dos horas llegamos a casa y me atrevo a preguntarle a mi padre sobre lo que ha sucedido.
—¿Tienen sospechas de alguien? —pregunte.
—Sí, con el que estaba discutiendo en la velada. Es el principal sospechoso.
El señor Evans. Es uno de los más problemáticos del pueblo, pero que este siendo unos de los principales sospechosos ya es otra cosa.
—¿Solo por verlos discutir? —me acomode en el sofá.
Se pasa las manos por la cara, agotado.
Miro el reloj y ya son casi las dos de la madrugada.
—No es solo por eso, el señor Jonhson le debía una gran cantidad de dinero a Evans. O bueno, eso fue lo que dijo su esposa.
Es como un ajuste de cuentas. Pero ¿Cuál era la necesidad de matarlo de una forma?
Decido irme a acostar, me voy quedando dormida poco a poco y lo ultimo que recuerdo del sueño es haber visto unos ojos verdes.
****
Cuando despierto bajo casi corriendo para desayunar, mi padre no se encuentra y supongo que fue a ayudar más sobre lo que pasó.
Mi madre tampoco esta y que más toca que desayunar sola.
Enciendo el televisor y pongo las noticias locales. Lo único que hablan es sobre lo sucedido anoche, hasta que la reportera anuncia algo de última hora.
Es sobre otro asesinato, se ven a los policías, criminólogos y los forenses. El cuerpo es de una mujer.
"Por lo que han informado las autoridades, es el cuerpo sin vida de la señora Jonhson"
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HOLISSSSSS
Buenoooo, me he tardado mucho en actualizar ¿eh? *Brooke apenada*
Lo siento mucho por tardar en actualizar, he tenido algunos problemitas con los exame... a quien engaño, me la pase leyendo no me juzguen.
En fin, ¿Qué tal el capítulo? ¿hay teorías? Haber, quiero leerlos *se frota las manos*
Ya me voy, jeje. Los quiero.
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