Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Carta 2

Intento inútilmente sacarme de la cabeza esa escena final de nuestra historia, la he analizado tantas veces, creo que le hago honor a mi signo, pues dicen que así somos los virgos : extremadamente analíticos. Aunque a veces no es bueno darle tantas vueltas a algo.

A mí, antes, incluso me daba miedo, pues mis conjeturas casi eran proféticas y obviamente le hago más caso a lo negativo.

Así en una relación anterior descubrí una infidelidad y todas mis sospechas con sabor a temores que me ahogaban se hicieron realidad, gracias a la sinceridad cruda de ella y a mi gran talento intuitivo.

En este caso, mi querida Mel, no le encuentro aspectos oscuros a tus "excusas" para dar por terminado nuestra relación, pero tengo otras conclusiones muy diferentes de las tuyas, que revuelan en mi mente.

Lo que no me puedo explicar es lo que sucedió, cuando te vi después de un mes aproximadamente. Mis manos temblaban y esa sensación en el estómago, no sé si eran mariposas o golondrinas revoloteando. Yo creí antes, que todas esas sensaciones eran cursilerías exageradas y me di contra la pared, cuando las sentí. Era la primera vez que me pasaba algo así sobre todo, sentirlo por ti, con quien ya había tenido una relación. Emocionarse así, como si fuera la primera vez, me pareció muy extraño.

Fue uno de los meses más duros de mi vida, pero fui asimilándolo todo poco a poco. Transité por todos los procesos : "no quiero saber más de ti" ; "bloquearte e intentar sacarte de mi vida"; "desear desaparecer de este mundo" obvio que no me refiero al suicidio. Pero al fin, fui superando cada fase y después de un mes, que parecía un siglo, nos pudimos ver y conversar civilizadamente.

Admito que uno de los defectos, que a veces,se hiperboliza en mí, es que le rehuyo a enfrentar los problemas. No sé si es por cobardía, pero decido encerrarme en mi caparazón para evitar el daño; aunque al final siento que no puedo escapar más y lo tengo que enfrentar igual.

No sé si fue buena idea el ofrecerte mi ayuda con tu trabajo; sin embargo era algo que ya lo teníamos planeado hace tiempo y no era una promesa pero sí, mi compromiso. No por el hecho de que ya no sigamos con nuestra relación, lo eche todo por la borda, sería egoísta de mi parte, sabiendo que en eso puedo ayudarte mucho.

Aún recuerdo nuestra primera clase para enseñarte a tocar la guitarra. El miedo de que no lo logremos, por el poco tiempo que teníamos, me acechaba constantemente.

Tres meses aproximadamente para que alguien que nunca tocó el instrumento, aprenda a tocar y cantar una canción para presentarlo ante la profesora y sus compañeros como evaluación final, en la Universidad. No fue tarea sencilla.

Admito que era una inmejorable excusa para verte por lo menos dos o tres veces a la semana y cada sesión era el mágico tiempo que Dios aún me concedía para ser feliz. Mi guitarra se mudó a tu casa, pues necesitabas tenerla a tu disposición para practicar. ¡cómo la envidiaba! Sobre todo cuando tus manos la tomaban por la cintura y la ponías sobre tu muslo para dar vida a los acordes de aquella canción que ahora escucho, mientras escribo.

Mi guitarra que es una Jumbo, era muy grande para ti, se te veía gracioso cuando te la ponías en la espalda con el estuche; tu estatura no te ayudaba mucho y me daba una ternura verte caminar con ella. Y como la necesitabas para tu presentación, te regalé una más pequeña y de tu color favorito. Todavía saboreo ese recuerdo de tus ojitos cristalinos por tu emoción y agradecimiento.

Me di el trabajo de adaptar la canción: "No te apartes de mí" en la versión de Vicentico, le puse otras letras obviamente para tu proyecto; aunque esa canción se hizo parte de nuestra historia, al menos yo lo sentí así, porque dibujaba casi a perfección mis sentimientos y lo que nos sucedía.

Ese tiempo fue una etapa rara, mágica pero necesaria creo yo; conocí más de ti, inevitablemente me enamoraba más, llegó muy rápido Diciembre y yo sabía que la última clase de guitarra que tuviéramos sería el final porque entonces no tendría otra excusa para verte de nuevo.

Lo vivimos intensamente como siempre y como "amigos", jugamos con fuego una vez más. A veces olvidábamos que solo nos unía una amistad y nos mirábamos el alma o alguna caricia resbaladiza se paseaba por nuestra piel; luego llegaron los besos y otras caricias con un poco más de picardía.

Y cuando el sabor de un beso me dejaba embelesado, el temor de que al confrontarlo se corte todo, apagaba las ganas de emprender una proposición, hasta que después de tantos rumores que oí; de tus propios labios salió un "estoy saliendo con alguien". Me despedazó sin embargo tu versión no era de estar enamorada. Era como un: "bueno lo tengo que hacer". Me intrigó mucho eso, incluso pasabas más tiempo conmigo que con él y que verlo a él casi se limitaba a que te acompañe en el bus a hacia tu casa o con suerte un paseo por algún parque. Entendiendo que de las dos, tres o cuatro horas que duraba la sesión no todo el tiempo estábamos con la guitarra, de hecho era la cuarta parte o menos que la ocupábamos para la música.

Me acuerdo que una de las tardes, era como si hubiésemos olvidado por completo nuestra situación y solo estábamos los dos viviendo intensamente cada segundo; de esto podrían atestiguar mis enrojecidos labios.

Cuando ya estaba en casa, te llamé de madrugada como lo solía hacer antes sin la menor esperanza de que me contestes y lo hiciste. Conversamos más de una hora y luego de un silencio prolongado te pregunté por lo que había pasado cuando nos vimos y por lo que estaba pasando en general y te dije con cierto recelo : "... siento que nada ha cambiado y que casi fue como antes..." y tú me dijiste : "sí es como antes" y claro te reproché el porqué estabas con él y tu silencio me desconcertó pero te incomodaste sin saber qué decir.

Podía percibir tus sentimientos hacia mí, tu sinceridad y tu dilema que te estaba matando poco a poco. Era como si cuando estábamos juntos podías tener la libertad de ser tú misma, sin complejos ni fingimientos pero cuando te ibas cogías otra vez tu careta y tu disfraz para actuar ante los demás como te exigía la comedia. Tu mundo era más sencillo y especial, pero te avergonzabas de ello; preferías el de tus amigas y amigos, ese entorno lleno de apariencias, selfies, modas y redes sociales que solo te convertían en una chica de plástico y sin esencia.

Tenía que descubrir, por qué actuabas así, ¿falta de autoestima?; ¿falta de madurez? Lo que sea de alguna manera para mí te hacía indeseable porque yo estaba enamorado de tu autentica forma de ser, esa que hasta ahora me inspira y embelesa.

Sin haberlo planeado me encontré con un compañero tuyo que me comentó sobre aquella evaluación y aunque él no sabe lo nuestro, me dijo que una de las mejores presentaciones fue la tuya; hubiera dado un ojo y una oreja para ver tu participación, pero me alegré por ti y por que eso también representaba un logro nuestro.

En tres meses aproximadamente, llegaste a tocar una canción con la guitarra, cantarla frente a un público y además destacar, me sentí orgulloso, aunque me hubiese gustado que me lo cuentes tú.

Hoy que se acaba el año, hoy que ya no tengo excusas para verte, hoy que te extraño a mares y a veces lloro en silencio viendo las estrellas desde mi azotea, me pregunto si Dios tendrá en mente alguna travesura más para juntarnos y escribir otra historia.

Querida Mel, escribí estos versos y me atrevo a sacarlos de su escondite:

Sé que aún piensas en mí, cuando se cierra el telón de tu acto cotidiano y se apagan las últimas luces mientras navegas en tus recuerdos.

Desnudas tu alma y te sacudes de aquellas apariencias que se han impregnado en tu piel, entonces el recuerdo de una risa auténtica y natural acaricia tu memoria y mi silueta te vuelve susurrar al oído.

Ese beso que recorrió cada rincón de tu fragancia se enciende en tu almohada y lo sientes de nuevo en lo más profundo de tu alma.

Mis manos te siguen haciendo falta: para afirmar tu sendero, para volar por tus sueños, para descubrir tus más íntimos secretos y convertirlos en versos

Entre tantos miedos que ahogan mi esperanza; respira la ilusión de aquella brisa que me abraza, cada vez que rutila un recuerdo en mi cama.

Divaga en mi mente ahora, el último abrazo que me diste; casi crujieron mis huesos tan absortos; con el eco de tu suspiro ahogando en el silencio un disimulado : "no te apartes de mí..." y yo estigmatizado con la manía de huir muy lejos para no sufrir...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro