18/9/1939

Desde qué te mudaste y dejaste de comunicarte conmigo, he tenido qué empezar a comer sola en los recreos. Aunque de hecho, se siente mejor de lo que he imaginado.

Eso me hace sentir una libertad qué contigo nunca lo he podido tener. Pero no me malentiendas, era agradable tener con quién charlar un poco.

Aún así, debía tener cuidado con lo que te decía, eras una chica de mente cerrada y no te culpo, esa familia que tienes te enseñaron a serlo para que seas igual a ellos o mejor dicho, igual qué nuestra sociedad, porque eso significa ser "normal".

Pese a eso, me duele tu partida. Tú habías estado esforzándote tanto por ser diferente a tu familia y al pensamiento actual de nuestra época (Por cierto, espero que en el futuro puedas cambiar) y tal me temo qué no haz podido lograrlo.

¿Y quién soy yo para juzgarte por eso? Una simple chica que se hacía llamar tu hermana.

Una simple chica atrevida qué hará qué algún día la asesinen por decir tal atrocidad en voz alta de "Me gustan las mujeres" y solo por tener una familia con un pensar diferente al de nuestra sociedad.

Por eso me es tan difícil dejar de pensar en tí. Porque de un lado quiero estar molesta contigo por no haberme aceptado y el otro, es qué simplemente lo estoy conmigo por molestarme con esto, sabiendo cómo funcionan las cosas.

Ja, ¿te diste cuenta cómo comencé contándote sobre como estoy comiendo mis comidas a solas y ahora he terminado por hablar sobre tí? Espero qué algún día te des cuenta qué sigo siendo la misma de siempre a pesar de ser una bollera.

Aunque debo admitir, todavía me cuesta aceptarlo y tú me lo haz complicado todavía aún más. Pero no importa, porque tú simplemente fuiste tú y reconozco el error qué he cometido al confiarte éste secreto mío sabiendo cómo eres.

Porque cuándo solía pedirte consejos de amor, nunca especificaba el género de la persona y tú simplemente lo tomabas cómo si de un chico se tratase.

¿Y qué se puede hacer con eso? Pues absolutamente nada. Ya es tarde para qué pueda siquiera, intentar algo.

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Nota de autora: Bollera solía ser una manera despectiva de llamar al: "Amor qué no debe ser nombrado" (Lesbianas).