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Capitulo XXXIII.

Kaminari Denki era un niño extrovertido, amante de la compañía que disfrutaba de jugar con sus amigos como si fuera un infante y a la vez abrazar a todo aquel que se cruzara por su camino.

Normalmente vivía solo desde sus catorce años, debido a que su madre era heroína y su padre los había abandonado cuando se dieron cuenta que el quirk de Denki lo afectaba físicamente, por lo tanto nunca tuvo un soporte masculino dónde apoyarse.

No malentiendan, el ama a su madre con cada célula de su ser, pues ella había sido madre y padre al mismo tiempo desde que era un niño de cinco años. Era su figura a seguir, su más grande admiración por sobre cualquier héroe.

Ella no era famosa debido a que era una subterránea, trabajaba de noche mientras que de día se dedicaba a desayunar con su hijo antes de dormir y cenar juntos antes de que ella fuera a trabajar.

Tal vez no tenían las platicas más largar del mundo, pero para el era más que suficiente saber que su madre llegaría a la mañana siguiente para que desayunaran juntos.

Así fue la mayor parte de su vida, hasta que tuvieron que transladarla a otra cuidad para que iniciará su patrullaje el año pasado.

El no se molestó, al contrario, le apoyo como buen hijo, orgulloso de la maravillosa madre que tenía.

En el tiempo que su madre se había ido a trabajar intentaba distraer su mente, saliendo con compañeros de su salón de clases, dando paseos por el parque, jugando videojuegos, viendo películas, estudiando, prácticamente de todo.

Pero en medio de aquella soledad se dio cuenta que la odiaba, odiaba demasiado el tener que llegar a una casa vacía, donde no pudiera escuchar ni resivir un "bienvenido."

«—Mi pequeño corazón de melón. —Recordo la dulce voz de su madre.— ¡Sonríe cuanto puedas! Vida solo hay una, ¡Así que dedícate a vivirla como tu quieras! Que nadie te apague nunca esa sonrisa.»

«Ki...»

Extrañaba a su madre, extrañaba sentirse querido apesar de que podía verla poco tiempo los domingos.

«Denki...»

Quería sentir lo que era tener una gran familia, donde sin importar el tiempo, lugar o momento estuviera en la casa, aún que sea escuchar un simple "hola" para no sentirse solo.

«Ri Denki...»

Se rodeaba de multitudes, porque el vacío dentro de su pecho era demasiado grande, la soledad lo asfixiaba como a nadie.

«Nari Denki...»

Necesitaba abrazos, necesitaba tener contacto de "piel con piel" de forma mínima, para recordarle que no se estaba hundiendo, que podía seguir aflote.

«Minari Denki...»

Que no se esta ahogándo, que el podía seguir apoyando a su madre, hacerse cargo de una casa completa y estirar el dinero que le daba su madre cada vez que iba a verlo.

«¡Kaminari Denki!»

Debía ser buen niño, no debía preocupar a su madre con el bullying que resivia, tenía que esconder los moretones que le dejaban.

«¡¡Kaminari Denki!!»

Debía limpiar bien los agujeros que tenía en su cuerpo por culpa de sus compañeros, debía sonreír siempre. No debía dejar que nadie apagara su brillo.

«¡¡¡Kaminari Denki!!!»

Abrió los ojos con lentitud, viendo borroso una mota de cabello rubio.

—¿Mamá? —Murmuro confundido.

—¡Por jesucristo! Pensé que debía llevarlo volando a urgencias. —Una vez enfoco mejor su vista se dio cuenta de quién tenía en frente no era su hermosa madre.

—¿¡Eh!? ¿¡Hawks-sama!? —Una alarma imaginaria se encendio dentro de su cabeza, mientras que el rubio mayor en un acto de reflejo apoyo la palma de su mano sobre la frente del adolescente, evitando que se levantará.

—No me llames así, estamos en mí casa, dime Keigo. —Las ásperas manos del héroe acariciaron su cabeza.— Tampoco se te ocurra usar formalidades, llámame cómo a cualquier amigo más. —Pidio.

—¿Ya se despertó? —Katsuki hizo acto de presencia con un vaso de agua fría y una pastilla.

—Sip, por suerte no tiene fiebre y no se golpeó la cabeza al caer. ¡Todavía estamos asalvo de cualquier demanda por abuso infantil eh intento de secuestro! —Festejo el Takami, desconectando levemente a Kaminari.

—Ignoralo. —Volteo su vista en uno de los sofás individuales, donde se encontraba una conocida rubia con una libreta entre manos.— Siempre es así de dramático. —Aseguro con un suave sonrojo.

—Callense, me dejan mal frente a las visitas. —Hawks hizo un puchero, cruzándo sus piernas sobre la alfombra del suelo.

Denki, con lentitud se sentó en el sofá, todavía procesando el echo de que tenía un puto famoso héroe profesional frente suyo... ¿Vistiendo un vestido color coral?

—Sigo soñando, por eso estoy viendo a uno de mis ídolos en vestido, ¿Verdad? —Pregunto vagamente.

—No es un sueño, el fetichista de patas suele vestirse así estando en la casa. —Aseguro, mientras escuchaban refunfuñar en voz baja al rubio sobre la notable diferencia entre "vestidos y camisones" que fue olímpicamente ignorado por casi todos.— Mi niichan te trajo a cenar y te desmayaste como en las telenovelas que mira el desnudista con el fetichista de patas. —Aseguro, sentándose aún lado de su compañero, entregándole la pastilla junto al vaso con agua.— Bebelo, te ayudará con el dolor de cabeza.

Kaminari quiso saber cómo es que Bakugou sabía que tenía un dolor de cabeza, pero primero bebió tal y como le habían ordenado.

—¿Ya podemos cenar? —Escucho al mayor de la casa (Touya.)— Me muero de hambre y tengo una cuidad que limpiar.

El Todoroki hizo acto de presencia, sentandose junto de Kaminari, rodeando con uno de sus brazos el cuello del adolescente.

—No nos presentamos, soy Touya. Madre de Himiko y segundo padre de Katsuki. —Se acercó al oído del niño, dándole un fuerte escalofrío cuando el aliento cálido del adulto golpeó su oreja.— También vendo porros por la cuidad, cualquier cosa date una vuelta las mañanas, por la cochera de la casa tengo escondido unos de alta calidad. —Aseguro mientras reía como desquiciado.

¡Pofff!~

Un escobazo había dado completamente sobre el blanco cabello de Dabi, logrando que suelte al niño para confrontar a su atacante.

—¿¡Que mierda contigo!? Solo me presento. —Aseguro mientras se sobaba la cabeza.

—¡Si quieres preséntate hasta el ruso pero manten distancia con los menores de edad! —Otro escobazo por parte de Izuku y Touya se terminó separando a regañadientes del niño eléctrico.— Lamento eso Denchan, Touya tiene severos problemas mentales.

—¡Todos en la casa tenemos problemas mentales! —Le grito mientras se acomodaba en el otro sofá individual.

Katsuki masajeó su cien, suspirando de frustración.

El ama a sus guardianes, pero carajo. No sabían comportarse frente a desconocidos para no dar una mala impresión.

De seguro después de esto Denki ya no querría acercarse a el por tener una familia rara.

—¡Pffff!~ —Todos los presentes observaron como Kaminari congenia la risa, para luego ser liberada en una suave risa cargada de diversión.

¡Carajo! Desde hace tiempo que no reía de verdad estando rodeado de tanta gente, ahora estaba allí, rodeado de cálidos desconocidos que sinvergüenza se dejaban ver tal y como eran, importando poco o nada que estuvieran en presencia de un niño desconocido.

Aquello lejos de hacerlo sentir incómodo, lo cautivó con lo ameno que era todo en el lugar. El ambiente en si estaba cargado de cariño apesar de que todos se estuvieran mandando al carajo y un poco más que eso, pero no sé atacaban.

Peleaban, pero no era para dañarse entre si como una familia tóxica, más bien se maldecian y gritaban porque al parecer de esa forma demostraban su cariño al otro.

Así que río, río y sonrío mientras que contagiaba al resto con su risa.

De esa manera terminaron riendo entre todos, compartiendo el primer momento de muchos otros que ocurrirían en algún futuro.

—Bien, a cenar. —Las plumas de Keigo trajeron las cajas de pizzas, las cervezas en una hielera y la coca cola para los adolescente.

Todos se sirvieron, disfrutando como nunca antes aquel manjar de los dioses.

—Diganme niños, ¿Que tal estuvo su primer día de clases? —Pregunto el pecoso, bastante interesado en el tema.

—¡Fue una completa locura! —Inicio la narración Denki, siendo rodeado nuevamente por aquellos brillitos imaginarios cada vez que sonreía.— Un maestro con facha de vagabundo nos mandó a hacer un examen físico apenas llego, ¡Y ni siquiera pudimos estar presentes en el discurso de bienvenida! —Se quejo, como todo buen niño de siete años caprichoso.

—Pfff~ Y díganme. —No supo en qué momento, pero Himiko ya estaba sentada a su lado. El echo de que sea tan silenciosa al caminar le provocó escalofríos.— ¿Hay alguna niña bonita en su salón de clases?~ —Ronroneo con ganas, fregando la punta de su nariz con la mejilla de Denki.

—E-etto...~ —Su sonrojo era evidente, al igual que el temblor en sus manos.

—Ya canario, lo estás asustando. —Le regaño Katsuki, picando la mejilla de Himiko. En respuesta a eso se alejo con un puchero.— En realidad yo no me fijé en las niñas, no me llamaban la atención. —Se encogió de hombros, mientras que aquella simple oración despertaba completamente la curiosidad de Denki.

—Eres aburrido, Tsuki-chan. —Murmuro mientras comía otra rebanada de pizza.

—Y cuéntenme. —Izuku se inclino interesado.— ¿A cuantos alumnos expulso su profesor este año?

—Pues no expulso a nadie. —Aseguro Denki.— Dijo que era una pantalla de humo para que nos esforcemos. —Se encogió de hombros.

—¿¡Cómo que no expulso a nadie!? —Izuku se veía incrédulo ante aquello, acercándose aún más a los niños rubios.

—Ya niichan, es verdad lo que dice. —Aseguro Katsuki, observando expectante a su hermano mayor.— ¿Y tu como carajo sabías que iban a expulsar a alguien?

Denki se apego a Katsuki, como si de un cachorro se tratase.

—Bueno... —Volteo su mirada nervioso, mientras que los recuerdos de Vietnam golpeaban su mente.— ¿Recuerdas que me gradué de la Yuuei?

—¿¡Usted se graduó de la Yuuei!? —Kaminari en su descuido, se atraganto con un pedazo de pizza.

—Sip, soy un sobreviviente de la tercera generación de Eraserhead. —Mostro su licencia de héroe subterráneo, despertando un nuevo sentimiento de admiración de Kaminari.

Kaminari Denki adora los héroes subterráneos, apesar de que solo conoce unos pocos que le llegó a contar su madre sin lugar a dudas su admiración por ellos no disminuye en ningún momento. Apesar de que no sean conocidos para el público en general no quiere decir que sean unos completos desconocidos.

—¿Sobreviviente de la tercera generación? —Katsuki alzo una ceja, curioso por el tema.

—Aja... —Cogio una cerveza, bebiendo con ganas.— Existía un rumor dentro del edificio, que decía que un maestro expulso en dos años a dos clases completas. Al principio no creí eso, ya que parecía ridículo. —Mordio un trozo de pizza.— Pero al final termino siendo igual de cierto. En mí curso, expulso a la mitad en los primeros ejercicios físicos, y a lo largo del año expulso a otros cinco más. Otros tres niños decidieron probar suerte en otras academias. Así que al final concluyo con la 2-A con solo dos alumnos.

Kaminari estaba pálido. ¡Eso sonaba como un puto cuento de terror! Su maestro enserio pudo a verlos expulsado a todos si es que no estaba del suficiente humor, pero al parecer la rosa de Guadalupe se había apiadado de el en algún sentido.

—Miedaso. —Murmuro el rayito.

Después de comer, reír y bromear un poco tanto Touya como Izuku se habían despedido los niños, que quedaron a cargo de Keigo en camisón.

—Bien. Primero que nada unas reglas; no drogas, no alcohol, no destrucción ni rayones en la pintura de la casa y no sexo. Con eso claro necesito dormir un poco, vengo molido. —Takami bostezo, aún que apenas eran las 08:45 se estaba cagando de sueño.— Katsuki, le prestas ropa a Denki, y que Himiko no lo transvista. Con eso dicho, ¡Asayumi!

—Asayumi Keigo-san/toosan/fetichista de patas. —Se despidieron los niños, quienes quedaron en la sala de estar.

—¡Tu me das inspiración! —Aseguro Toga, invadiendo el espacio personal de Kaminari a la primera oportunidad.— Dormiremos juntos, ¿Verdad? —La rubia junto nariz con nariz con Kaminari, cristalizados sus ojitos.

Santa mierda, el solo quería pasar la noche con un amigo y ahora al parecer debía dormir con una niña, ¡Esto definitivamente no estaba en sus planes!

—Ya deja de asustarlo. —Aparto a Himiko con recelo.— Tomaremos un baño y a dormir, mañana debemos madrugar.

Toga asintió y subio a toda velocidad por su ropa. En cuanto a Bakugou gimió de frustración.

—Nosotros estamos acostumbrados a bañarnos todos juntos, ¿Te molesta? —Kaminari.Exe acaba de fallar.

—¿¡Eh!? ¿¡Comparten ducha!? —Ahora si estaba alarmado.

Su quirk le dejaba cicatrices en forma de rayo por casi todo su cuerpo, dándole una sensación de que su piel se estaba agrietando. Sus compañeros no lo habían notado porque la mayoría estaba en su espalda, y otros cuantos en su cadera, clavícula y brazos, zona que se aseguró que nadie viera.

—Nosotros tomamos baños juntos. —Le interrumpió antes de que se hiciera ideas equivocadas.— Tu puedes bañarte en otro baño, aún eres un extraño. Cuando haya algo más de confianza quizás hasta el mismo desnudista te invite a que tomemos un baño juntos. —Aclaro. Ni de chiste dejaría que viera su cuerpo dañado, menos el de su hermana.

Denki respiro más tranquilo, mientras era guiado por Katsuki a una de las muchas habitaciones del segundo piso. Algunas tenían placas doradas, escrito "Santuario Imperturbable" mientras que otras placas plateadas tenía escrito el nombre de los dueños.

—¿Todas están ocupadas? —Se quedó viendo una en especial, que tenía escrito "Santuario Impertumbable Toga."

—Si, escepto una. Allí te vas a quedar, a menos que quieres que compartamos cama. —La forma de hablar tan tranquila de Bakugou le daba escalofríos, era distinto al mismo Bakugou competitivo que había visto hoy en las pruebas.

—No me gusta la soledad. —Murmuro avergonzado.

Katsuki simplemente asintió a eso. Llegaron a la habitación que tenía una placa plateada escrito "Polluelos" en letra cursiva, dándole curiosidad sobre quien abría mandando a hacerlas.

Al abrir la puerta todo estaba mezclado, aún que el color negro, naranja y rojo predominaba en casi todo, la mayoría de prendas de vestir femenina estaban amontonados sobre un silla cerca de una gran ventana. Dos escritorios, un enorme armario en conjunto, una plantita colgando de la ventana, un mural enorme con hojas pegadas.

Se adentro curioso, observando como es que sobre los escritorios y el mural habían un millar de fotos de todos los integrantes de la casa, ya sea haciendo cosas cotidianas o posando de forma extravagante. Aquello le saco una sonrisa, deseando por un momento poder estar incluido allí.

Salieron de la habitación, Katsuki le mostró el baño que usaría y le dejo la ropa junto a una toalla negra que tenía bordado en el centro la forma de un rayo amarillo. Dejándole con la duda de dónde lo abra sacado.

Procedió a darse un relajante baño, tarareando ritmos al azar.

Una vez termino salió vestido y con el cabello húmedo, fue en dirección de la habitación que tenía escrito "polluelos."

Al llegar había un futon extra pegado al futon más grande que no había notado. Katsuki le explicó que las camas estaban prohibidas dentro de la casa, así que simplemente se encogió de hombros y se tumbo en lo que vendría siendo su futon.

Después de un rato llego Himiko, dispuesta a dormir.

Compartieron un par de palabras más y durmieron entre los tres, disfrutando de la compañía del otro.

Kaminari Denki se sentía cálido, demasiado cómodo, más de lo normal.

¿Nos les pasa que cuando deben levantarse temprano, despegarse de las sábanas es mucho más difícil? Bueno, eso mismo le estaba pasando al rayito, que de alguna u otra razón su cama estaba mucho más cálida de lo normal, sumándole el echo de que su almohada era extremadamente apapachable lo hacía peor.

—Oe... —Escucho una voz que lo llamaba.

—Cinco minutos más mamá. —Murmuro, abrazando con más fuerza su adorada almohada, que tenía una marcada curva, parecida a una cintura y unos pequeños bultos parecidos al patrón de una barra de chocolate.

—No soy tu mamá. —Escucho un gruñido bajo.

—¿Entonces que eres? ¿El demonio que vive debajo de mí cama? Cómo chingas. —Enrroyo sus piernas alrededor de algo más delgado, no sabía que era, pero era cómodo.

—Soy el hijo de puta que te sacará de una explosión de mí habitación. —Prometió con una sonrisa malévola, que claramente el niño nuevo no podía ver.

—Aslo, pero más tarde. Todavía es temprano. —Sintió sus labios rozar contra algo carnoso, como si fuese un dulce esponjoso.

—Si me besas te juro que nunca más vendrás a mí casa. —Abrió los ojos de golpe, encontrando unos curiosos ojos escarlata, asesinandolo una y mil veces mientras que pudo distinguir la pálida piel del muchacho se encontraba completamente roja.

—¡Kyyya!~ —Se separó y rodó, sorprendiéndose de no a ver caído al suelo.

Katsuki en cambio se le quedó viendo con una expresión que detonaba vergüenza, pero en ningún momento aparto su mirada asesina de su persona, poniéndolo nervioso.

—E-etto viejo... —Tartamudeo nervioso.

Nunca antes le había pasado algo así, pues era la ¿Segunda o tercera vez? Que estaba en una "pijamada", pero la notable diferencia era que en las pijamadas que el había asistido todos tenían sus futones y almohadas aparte. En cambio aquí acepto compartir cama con uno de sus compañeros que apenas y con suerte querrá dirigirle la palabra después de esto.

¡Poom!~

Y para rematar su mala suerte, la rubia mujer había ingresado de golpe con una cámara en mano... Acababa de ser fotografíado recién levantado... Y tenía puesto una camiseta que le quedaba a medio muslo... No tenía puesto sus shorts...

Nunca antes había querido morirse tanto como en ese momento.

—¡Está imagen inspirará mí futuro famoso álbum de desamor! —El grito de Toga había alertado a Takami, quien ingreso rápidamente encendiendo la luz, encontrando a su hijo adoptivo medio levantado en boxer y el "amigo" de su hijo con la camiseta que tenía puesto ayer su polluelo.

—Santa mierda... —Sintió su mandíbula golpear el suelo.

—¡¡No es lo que usted piensa Hawks-sama!! ¡Esto es un mal entendido! ¡Juro que no tuvimos sexo tal y como usted había dicho! —Denki quería que cualquier ser celestial lo sacará de aquella vergüenza.

—¿¡Cómo que tuvieron sexo bajo techo!? —El pecoso Midoriya ingreso a la habitación echo fiera, prácticamente estaba mostrando sus colmillos de la rabia y sus pupilas achinadas.

—... Hasta los jóvenes de hoy en día hacen tríos, ¿Cuando nosotros podemos hacer el nuestro? —Para terminar de cargarla, Touya también hizo acto de presencia, urgando en su oreja.

—Ahora no Touya. —Izuku estaba que escupía rabia, observando a ambos adolescente que a duras penas podían conectar sus neuronas.— ¡Ustedes...! —Señalo a ambos niños semi-desnudos.— Se me van a bañar ahora, sus uniformes están tendidos y planchados. Van a bajar a desayunar como jóvenes educados y tendremos una buena charla sobre las consecuencias de las relaciones sexuales y los embarazos precoces. —Juro, con sus esmeraldas brillando de forma peligrosa.

—Pe-per-pero... —Kaminari tenía sus ojitos cristalizados, apunto de llorar de vergüenza.

Ahora dije... —Ambos jóvenes en modo supervivencia abandonaron la habitación, pues sus cortas vidas dependieron de eso.— Juro que moriré joven. —Murmuro mientras jalaba su cabello.

—Grinny...~ —La voz acaramelada de Touya le dio una terrible mala espina.— ¿Recuerdas que habíamos apostado algo?~ —Canturreo bastante alegre.

—Aun es muy temprano para joder con eso. —Takami fregó sus ojos, todavía algo adormilado.

—Saben que lo hice apropocito ¿Verdad? —Toga ya estaba teniendo un mal presentimiento por su broma.

—Por supuesto. —Touya paso su mano por el dorado cabello de su hija adoptiva.— Solo que es divertido ver al conejo emputado, casi no suele enojarse. Empezar la mañana de esta forma sin dudas es un buen presagio. —Levanto su pulgar, mientras reía malévolamente.

—Ya mierdas, después hablamos sobre los límites que debemos ponerles a la hora de hacer malas bromas. —Izuku gruñó bajo, saliendo de la habitación con su ceño fruncido.

—¿Las bromas deben tener límites? —Pregunto Keigo con ingenuidad.

—... Ah este ritmo me van a sacar canas rosas. —Palmeo su frente, bajando las escaleras.

Después de unos minutos ambos jóvenes rubios bajaron, visiblemente incómodos por la forma tan brusca de despertar.

—Bien, iniciemos con esta mierda. —Ambos niños se sentaron en la mesa, con la cabeza baja como si fueran cachorros sumisos.— Para empezar... Debo admitir que las cicatrices de Denchan combinan con las de Kacchan. —Ambos jóvenes intercambiaron miradas uno con el otro, pues de la conmoción no se vieron los cuerpos más allá por debajo de la clavícula.— Si después quieren arreglar sus dudas existenciales sobre del porque el otro tiene cicatrices haganlo, pero primero hablemos sobre los embarazos precoces.

—Somos hombres. —Gruño Katsuki, visiblemente enfadado.

—¿Y? En mí época un socio se embarazo de su pareja, ustedes pueden ir por ese mismo camino si no usan esto. —De su bolcillo saco condones.

—¿¡Y tu porque mierda llevas condones en tu bolsillo!? —Keigo se vio alarmado por eso.

—¿Porque no debería? Nunca se sabe lo hijo de puta que puede ser el la vida. —Aseguro.

—... Izuku, eres más virgen que pajero de turno.

—¡Dejenme vivir mí vida con Manuela! —Chillo el verdoso, llorando lágrimas de cocodrilo.

—Coffcoff... —Touya fingió toser, sonriendo con superioridad sobre el pecoso.

—Bueno... —Suspiro de frustración.— Primero que nada, Dabi debe decirles algo.

Kaminari los vio raro, ya que ninguno de los presentes se llamaba Dabi... No que el recuerde.

—Mis amigos me llaman Dabi. —Aviso tardíamente.— Bueno, como al parecer ambos son buenos amigos... —De su volcillo saco cupones.— Tengo estos que son un 25% de descuento para tres pirncing o un tatuaje mediano, lo que ustedes deseen. -Se los paso a ambos jóvenes.

—¿Tatuarnos? —Katsuki alzo una ceja, pues el régimen que tenía Dabi para menores de edad era bastante estricto.

El joven debía venir acompañado con sus padres, sus cedulas (junto a fotocopias de las mismas), el tutor debía tener una copia del certificado dónde anunciaba que esa misma persona era el tutor legal del niño. Después de esa manera les hacía firmar a los padres un pequeño papel donde detonaba que los niños estaban en siendo acompañados por sus padres y que tenían el total permiso de hacerlo. Con las fotocopias de cédulas certificaba que la firma de los padres era auténtica y el de los hijos era más que nada para recordar que fueron acompañados, mientras que con la copia de el certificado era para dejar en claro que el niño fue acompañado por un adulto.

De esa manera se llego a ahorrar muchísimos problemas. Puede que tuviera facha de asaltante, pero cuando se trataba de su trabajo era muy quisquilloso, al punto de ser algo arisco si es que no se presentaban todos los papeles citados.

—¿Usted es tatuador? —Kaminari volteo su cabeza, como un pequeño niño curioso.

—Se que no tengo la mejor pinta, pero créeme que digo la verdad cuando digo que puedo llegar a marcar tu piel de la forma más hermosa. —Dabi desbloqueo su celular, ingreso en su galería y se lo paso a Denki.

—¡Wow! ¿¡Usted hace todo esto!? —Aquellos tatuajes hasta eran tridimensionales, desde mariposas pequeñas para algunas mujeres, hasta enormes alas de angeles, leones, tigres. Todo parecía tan vivido.

—Si niño, ese es mí trabajo. —Sonrio con cariño por como el menor veía embelesado su trabajo.— Y como al parecer eres el primer amigo del niño-pato fuera de la casa, quería darte algo en compensación por aguantarlo. —Katsuki lo fulminó con la mirada.— Si tus padres te dan el permiso, puedes venir aquí en casa, te aré los pirncing o el tatuaje que quieras. —Prometio con la mano en el pecho, mientras que de quién sabe dónde paso un papel donde anotaba todo lo necesario para que el adolescente lo hablada con su madre.

—¡Hablaré con mamá! —Aseguro mientras que Keigo les pasaba su desayuno a cada uno.

—Bien, desayunen que se está haciendo tarde. —Observo nervioso el reloj, si no salían dentro de unos minutos lo más probable es que la prensa alcanzaría a cazar a los niños.

Todos desayunaron con algo de prisa, donde el pobre Hawks no dejaba de mirar el reloj de forma impaciente.

Izuku como buen padre sobreprotector les cito durante todo el desayuno los distintos métodos anticonceptivos que existían, avergonzando a ambos varones rubios quienes estaban bastante incómodos.

Se despidieron de todos después de lavarse los dientes, saliendo de la casa.

—Aun es temprano. —Kaminari observo el cielo, todavía negro.

—Ya es medianamente tarde. —Aseguro Keigo, empujando a Katsuki para que abrazara a Denki.

—¿Y-y-y-y esto? —Murmuro nervioso, siendo aprisionado por los brazos del oji-rubí.

—Es pasa evitar que quedes como un waffle al volar. —Respondio Katsuki.

—Entiendo... ¿Espera? ¿Waffle? —No tuvo más tiempo de renegar, debido a que Keigo haciendo buen uso de su fuerza cargo a ambos niños, mientras que el grito de Kaminari no se hizo esperar.

Touya se encontraba riendo, mientras palmeaba su pantorrilla por tremenda escena del halcón volando con dos polluelos rubios en su pico.

~🌺~🌺~🌺~🌺~🌺~

Buenos días/tardes/noches gente bonita :'D
¿Les hizo reír mí intento de comedia? X'd
Ya vamos por el segundo día de la Yuuei, y no quiero caer en lo repetitivo, así que voy a intentar crear mejores escenas de lucha que en el canon...

No sé suele ver eso en muchos libros, así que me voy a comer el capítulo de las luchas bajo techo por tercera vez :v

No sé si estoy escribiendo correctamente el personaje de Katsuki debido a que es "complejo" eh Izuku es más "simple."

Cuídense mucho.
Laven se las manos.
Tomen awa.
Usen alcohol (y no para tomar.)
Sayonara.🌺

Escrito: 23/07/21 (2768 palabras)
24/07/21 (4311 palabras)
Publicado: 24/07/21
Editado: ¿?

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