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Capítulo XXXII.

El día concluyó como cualquier otro... Escepto por la actual clase 1-A que se encontraba saliendo de su primer día de colegio, conversando con algunos que otros amigos en común.

Menos Bakugou Katsuki, que no quería socializar con nadie del curso.

A la hora del almuerzo se había apartado especialmente de todos, pues no tenía intenciones de hablar con la gente, y como al parecer ellos entendieron el mensaje no se acercaron.

Camino con tranquilidad, hasta que de nuevo fue interrumpido.

—¡Oe chico grosero espérame! —Escucho pasos apresurados, así que se detuvo, encontrando al niño raro del examen de admisión.— Bien. —Jadeo.— Al menos está vez me esperaste.

—¿Que necesitas? —Pregunto cortante, pero sin importar la indiferencia que usará el rubio le sonrío.

—¡Quería conocerte! —Respondio con entusiasmo.— Pensé que necesitabas espacio en el almuerzo, por eso no me acerque. ¡Pero ahora que estamos saliendo podemos ser amigos! —Los brillitos de sus ojos eran ipnotisantes.

—¿Eh? ¿Cómo que amigos? —Su ceño se frunció en confusión. El ya tenía amigos.

—¡Si! Vamos, salgamos por un helado o algo. ¿Oh no te gusta el helado y prefieres una malteada? ¡Da igual! Vamos juntos. —Lo cogio de la muñeca, caminando con entusiasmo sin importar que el rubí estuviera en modo “reiniciando windows.”

El rubio chaparro era hiperactivo, se notaba demasiado, le recordaba a su hermana la primera vez que salieron para conocerse, donde la femina lo arrastraba a cada tienda de ropa femenina que pudiera existir.

Simplemente suspiró. Ya deberían de a ver llegado por el, así que era mejor no hacerle ilusiones al niño rubio.

—¿Vives cerca de aquí? Podemos ir a tu casa y pasar la noche juntos. —Sugirio de nuevo el rayito.

—¿Sabes que sin contexto lo que acabas de decir se puede malinterpretar? —Se burló suavemente, observando como es que las orejas del chaparro se teñían de un rojo escarlata bastante vistoso.

—¿¡Eh!? ¡Yo no me refería a eso! —Chillo, bastante avergonzando mientras soltaba su muñeca.

De la nada un Jack se incrustó en el cuello del rubio raro, provocando que caía al suelo con una expresión dolorosa.

Katsuki por reflejo más que nada, tacleo al agresor sin ver quién era, haciéndole una llave donde le cortaba la respiración.

—Nombre completo, quirk y edad. —Pidio con agresividad.

—Su-sueltame. —Jadeo la muchacha que tenía debajo suyo.

—¡Bakugou sueltala! —Obedecio, solo por qué el rubio tonto que estaba en el suelo lo pidió.— E-es nuestra compañera, Jirou Kyouka. —Murmuro nervioso, intentando esconderse detrás de la espalda de Katsuki.

Se levantó mientras limpiaba el polvo imaginario de su ropa, en cuanto a la fémina lo observaba con desaprobación.

—¿¡Que mierda te pasa!? —La chica intento verse intimidante.

—¡Eso debería decir yo a ti! —Le grito igual de fuerte, pero en caso contrario si le funcionó verse intimidante, debido a que la niña estaba tirará en el suelo y el estaba parado.— ¡Acabas de atacar aún compañero como si nada! Eso no es nada heróico. —Le reclamo, viendo cómo la mujer temblaba de cólera.

—¡Pensé que ese imbécil te estaba molestando! Porque... ¡Míralo! Es patético. —Le reprochó, levantándose de forma tambaleante mientras se quitaba la arena de su uniforme.

—Deberias lavarte la boca con clorox. —Le sugirió, caminando en dirección a la salida con un Kaminari tembloroso.

—Wo-ow. —Alabo el rayito, luciendo verdaderamente sorprendido de que el rubí pudiera hacerle frente a su Bully.

—¿Ella te intimida? —Le pregunto algo molesto, pues la niña le había sacado de quicio.

—E-emm... —Musillo inseguro.

—Somos amigos. —Le extendió el puño, tal y como veía que sus guardianes hacían cada vez que entrenaban entre ellos para medir sus habilidades.

Kaminari le correspondió, con su muñeca temblorosa mientras que seguían avanzando.

—Si sigue queriendo molestar no te separes mucho de mí, de un golpe la puedo mandar a la enfermería por ti. —Aseguro, con una sonrisa depredadora.

—¡Oe viejo! —Escucharon una tercera voz, siendo está vez la de un peli-rojo de dientes puntiagudos y mirada rubí.— ¡Fue muy masculino el como defendíste a nuestro compañero! Soy Kirishima Eijirou.

—Kaminari Denki.

—Bakugou Katsuki. —Se presentaron mientras seguían caminando.

—¿Donde aprendiste esa llave? ¡Fue increíble! —Aseguro el nuevo rubí, posicionándose aún lado de Katsuki mientras que Kaminari estaba del otro lado.

—Estuve entrenando por bastante tiempo. —Se encogió de hombros, la presencia de aquellos dos le agradaba.

—¿¡Podrías enseñarme!? ¡Quiero ser tan masculino como tu! —Con una pequeña llama en su mirada llegaron a la entrada del lugar.

—Pues...

—Tsuki-chaan.~ —Escucharon una voz femenina desconocida, que rápidamente se lanzó sobre el rubio en un ameno abrazo.

—Minion. —La saludo, viendo cómo es que la rubia hacía un puchero.

—Te extrañe Tsuki-chan~ Touya-kaasan no me dejaba salir. —Hizo un puchero, cruzándose de brazos.

—¿Ahora porque? ¿Lo apuñalaste mientras tenía su descanso para venir? —Se burló, mientras la fémina se sonrojaba y sonreía, mostrando sus colmillos.

Los otros niños que se quedaron a la margen, se vieron intimidados por la niña de cabello rubio, semejante al de su compañero.

—Yo... ¿¡Ya hiciste amigos!? —Se acercó a toda prisa en dirección de kirishima, resiviendolo con un fuerte abrazo que le hizo tronar los huesos de su espalda. Apesar de verse escuálida tenía una fuerza monstruosa.— ¡Soy Toga Himiko! —Se presento mientras mostraba sus dientes con orgullo.

Soltó rápidamente a Kirishima y fue por Kaminari, dándole el mismo abrazo de oso tronador de espaldas.

—¿¡Vienen con nosotros a cenar!? ¡Por supuesto que vienen con nosotros a cenar! ¿¡Ya le avisaron a sus tutores!? —La hiperactividad de Toga le sacaba una sonrisa a Bakugou.

Kaminari estaba visiblemente intimidado por la rubia, pues se notaba que no tenía una buena relación con las mujeres.

En cambio Kirishima... El simplemente sonrío con brillitos a su alrededor mientras veía como Toga orbitaba alrededor de ambos niños.

—¡Oe hija problemática! No invadas tanto el especial personal ajeno. —Llego la salvación verdosa, con tres algodones de azúcar, dos de un particular color amarillo y uno verde.

Ambos niños nuevos se desconectaron un momento, mientras veían que el joven adulto prácticamente llamo a la adolescente “hija problemática.”

—D-disculpe señor, ¿E-ella es su hija? —Murmuro Denki nervioso, escondiendose detrás de Katsuki de forma inconciente.

—¡Por supuesto que soy su hija! —Sonrio, llendo a abrazar al pecoso, sacándole uno de los algodones de azúcar color amarillo.

—Soy Midoriya Izuku, padre de Himiko y Katsuki. —Se presento, observando la mueca de incredulidad de los adolescentes.— ¿Quieren venir con nosotros a comer? Después puedo llevarlos a sus casas. —Propuso.

—¡Vámonos! Justo están diciéndole eso al salvador grosero. —Kaminari río de forma amena, mientras que el Midoriya rompía a reír.

—¡JAJAJA! ¡SALVADOR GROSERO! —Sujeto su estómago, riendo con total libertad.

Katsuki fulminó con su mirada al Midoriya, a la par que le sacaba su dedo del medio.

—Tu eres el niño que Tsuki-chan salvo. —Recordo la proyección que habían visto, acercándose en un abrir y cerrar de ojos al rayito.— ¡El encajara bien en la familia! —Aseguro con sus ojitos bañados en fuego.

Kirishima en cambio se sentía algo incómodo al no ser del todo incluido en la broma, hasta que Izuku dejo de reír y entrego el algodón verde a Eijirou, desconcertandolo.

—¿Quieres venir a cenar o tus padres no te dejan? —Acaricio el cabello del niño, quien se sonrojo por lo poco acostumbrado que estaba por el contacto físico.

—¡N-no podría molestarlo de esa manera Midoriya-san! —Chillo, queriendo esconderse en algún lugar.

La mano del verdoso era extremadamente cálida, pues jugaba con sus mechones con libertad mientras que parecía que Toga jugaba con Kaminari al “piya piya.”

—Invitar a cenar a los amigos de mis hijos nunca será una molestia. —Aseguro, entregando el algodón sobrante aún enternecedor Kaminari, a quien le brillaron los luceros, tal cual niño pequeño.

—¿Vienen o pasamos la cena para otro día? Si me dan el número de sus padres puedo convencerlos. —Prometio, pues con mostrar su licencia de héroe y jurar que ningún yokai tocaría a los polluelos estaba seguro de que los dejarían ir.

—¡Y-yo voy! —Denki ya se encontraba comiendo el dulce.— Vivo solo, así que no será problema. —Aseguro.

—Bueno... —Eijirou no estaba seguro. Sus padres eran algo sobreprotectores, en especial su madre.

—No te sientas presionado. —Empezo a caminar.— ¡El día que Kacchan arme una pijamada espero verte allí!

—¿¡Y quién mierda dice que haré una estúpida pijamada!? —Katsuki sorprendentemente no se sonrojo... Bueno, solo sus orejas se pusieron rojas.

—Tus otros padres y yo, ahora vamos que nos iremos caminando. —Toga gimió, pero debía obedecer si quería comer un rico platillo de sus “padres.”

Kirishima Eijirou en cambio se quedó allí, frente de las puertas de la Yuuei mientras sostenía aquel colorido algodón de azúcar, que al voltear tenía dibujado una carita sonriente con caramelo amarillo.

Al pasar prácticamente una hora caminando entre risas con el trío de polluelos rubios y un gallo verdoso, llegaron a la casa que tenía muros altos con algo de vegetación creciendo alrededor.

Izuku abrió el portón y dejo entrar a los niños, quienes entraron como pedro en su casa.

Kaminari quedo maravillado al observar la enorme casa blanca con fuentes para aves, árboles medianamente altos con pequeñas casitas, acompañado de un camino de piedra en el suelo, mientras el resto del terreno estaba cubierto por capullos de flores.

—¿¡Viven aquí!? —Era la puta mansión más grande que había visto en su maldita vida

—Sip, siéntete como en casa. —Himiko dio un trote suave hasta la puerta principal, donde la abrió eh ingreso como siempre.

Kaminari veía todo con un curiosidad, desde las fuentes hasta unos pequeños comederos de aves que no había notado.

Al ingresar quiso caerse de espaldas, pues la sala de estar era lo primero que se veía junto a unas escaleras. Todo estaba adornado con colores pálidos y cuadros abstractos.

—¡Estamos en casa! —Grito el pecoso, solo para que segundos después se escuchará como una tremenda cantidad de ollas y sartenes caían al suelo.

—¡Bienvenidos bastardos de mierda! —Escucharon un grito masculino provenir de la otra habitación.

Kaminari se cambió los zapatos, queriendo curiosear sobre lo que acababa de pasar.

Katsuki, Izuku y Denki fueron a ver la cocina, encontrando aún conocido peli-blanco de cicatrices tirado en el suelo, enterrado en sartenes de ceramica.

—Pero que...

—¡Pfff!~ ¡JAJAJAJAJAJA! —Izuku se empezó a reír de nuevo, mientras que el zafiro se levantaba avergonzado.— ¿¡Ahora que pasó!?

—¡El maldito pollo del niño-pato se llevó de nuevo mí caja de té! —Señalo la dichosa caja con un curioso dibujo de Mary Jane¹ sobre lo más alto de los muebles.— ¿¡Cómo carajo se supone que debería estar tranquilo!?

Denki reconoció de inmediato el dibujo de la curiosa planta, mordiendo su lengua para no soltar un jadeo por la conmoción.

¿¡Acaso se había metido con una familia de drogadictos!? ¿¡Lo iban a raptar por ser un desconoció!? ¡Santa mierda! Se metió en la boca del lobo.

—Ya te dije que no le eches la culpa a mí gallina, ella es una buena niña. —Aseguro Katsuki con su ceño fruncido

De la nada apareció la dichosa gallinita, que portaba un collar con púas negro que tenía escrito “Lady of killer explosions en una pequeña placa dorada... Lo malo es que tenía una tanga rosa en si pico.

—...

—...

—...

—...

—Niichan, podemos hablarlo. —Katsuki se acercó lentamente al pecoso, mientras que Dabi reía como desquiciado.

—¡Juro por mis tatuajes que ese pollo será el almuerzo de mañana! —Aseguro Dabi, mientras que ambos jóvenes adultos (Izuku y Touya) salieron disparados detrás de la mascota de la casa, quien se dedicaba a huir con la dichosa tanga en su pico.

Denki se encontraba intentando procesar lo que acababa de ver, el como dos “adultos responsables” corrían detrás de una gallina que tenía una tanga al segundo piso.

—¿Esto es normal? —Quizas aún tenía tiempo de huir.

—Mas de lo que nos gustaría. —Aseguro Katsuki, empezando a recoger los trastes que Dabi había tirado por intentar alcanzar su “yerba medicinal.”

Denki ayudo a Katsuki en silencio, escuchando las distinta cantidad de maldiciones que soltaban los “adultos” y el como correteaban a un pobre animal que tuvo el infortunio de ser adoptado por ellos.

—¡Familia!~ ¡Ya estoy en casa!~ —Escucharon como es que la puerta principal era abierta de nuevo.— ¡Traje pizzas y algunas cervezas! —La puerta fue cerrada.

Kaminari se encontraba bastante curioso, pues estaba en una casa desconocida, adentrándose de apoco en la vida de su “grosero salvador” y algunos miembros de su familia.

—¿Familia? Si esto es una mala broma del Dabi juro que les voy a meter mis plumas a todos por su...

—¡Keigo tenemos visitas! —Aviso Katsuki, algo alarmado ahora que analizaba bien el asunto.

Su hermano mayor había traído casi arrastras a uno de sus compañeros de curso al que con suerte conocía su nombre, vivía con un puto héroe profesional famoso, un tatuador medianamente conocido y una artista independiente que estaba iniciando su pequeño eco en el mundo de la música... Si, definitivamente estaba jodido.

—¿Eh? ¿Quien viene a cenar? Si es un paparazzi espero que lo hayan tirado al sótano, ya después tiramos el cuerpo al río. —El alado se adentro en la cocina, quedando algo conmocionado al ver aún niño rubio haciéndole compañía a Katsuki.

Mierda, la re había cagado.

El en casa con su familia era todo lo contrario en su trabajo de héroe, donde sonreía y posaba para alguna que otra foto mientras peleaba con malos, allí dentro de aquella casa era diferente, pues desprendía aquel característico humor negro que compartían todos en común en aquel techo.

Kaminari Denki conocía a ese héroe, por supuesto que lo conocía. Lo veía salvando gente en televisión nacional casi todos los días.

Había un dicho que decía “nunca conozcas a tus ídolos en persona”, y ahora mismo entendía el porque decían aquello.

—Emmm... ¿Hola? Soy Takami Keigo, tercer padre de Katsuki. —Se presento nervioso, mientras detrás de el sus plumas sujetaban cinco cajas de pizza familiar junto a un pack de cervezas, y si enfocaba bien su vista podía apreciar una botella de coca cola.

Simplemente no soporto más la presión, y callo al suelo desmayado.

~🌺~🌺~🌺~🌺~🌺~

Buenos días/tardes/noches gente bonita :'D
Kaminari está chiquito, hay que cuidarlo xD

Quiero decir que Kaminari es un puto sol, quien diga lo contrario *saca el famoso bate de béisbol de su volcillo, que tenía escrito “dialogo” con letras cursivas* será “acariciado” por mis hermosos diálogos. >:)

No sé, el nene es hermoso, no solo por su diseño =U si no también porque su personalidad despreocupada encajaría perfectamente con todos los integrantes de la familia.

Me van a masacrar por esto, pero si, Kaminari sufrió de bullying en su ex-colegio, ya en algún futuro describire que tipo de bullying y quienes eran los que le molestaba a nuestro solcito.

¿Ya había dicho que me gusta hacer sufrir a los protas =U?

1-Mary Jane: es una forma particular de referirse a la marihuana en Estados Unidos.

No sé si estoy escribiendo correctamente el personaje de Katsuki debido a que es “complejo” eh Izuku es “simple.”

Cuídense mucho.
Laven se las manos.
Tomen awa.
Usen alcohol (y no para tomar.)
Sayonara.🌺

Escrito: 22/07/21
Publicado: 23/07/21
Editado: ¿?

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