Capítulo XXX.
Pasaron Navidad y año nuevo con su nueva integrante Toga Himiko, dándole una cálida bienvenida donde lloraron entre todos al momento de resivir regalos, pues nunca antes habían pasado una festividad tan hermosa de forma tan cálida con tantos miembros con los cuales compartir.
Pasaron dos meses más, donde Himiko se acoplo perfectamente con todos los varones del hogar, que la sobreprotegian del exterior como si fuese una muñeca de cristal.
En ese tiempo la trabajadora social aprobó a los tres jóvenes adultos para iniciar su labor como padres adoptivos, donde Touya con ayuda de la mujer pudo conseguir los papeles necesarios para adoptar a Toga, pero sin la necesidad de revocarle su apellido.
La rubia mujer inicio un tratamiento para su enfermedad, financiada por Hawks, quien sin poder evitarlo la empezó a tratar como si fuera su pollita, en otras palabras como su hija.
Eran una familia disfuncional bastante compleja, que disfrutaba como nadie las presencias de todos sus miembros, en especial los fines de semana, donde Keigo los cubría a todos con sus alas, aceptando con el tiempo a Himiko en su nido.
Toga veía a Bakugou como un hermano mayor a quien fastidiar (apesar de que ella era mayor que el varón por tres años), pero a ninguno de los dos le importaba la edad, al fin y al cabo se trataban como hermanos.
La popularidad del héroe Hawks crecía cada vez más, molestándolo de sobremanera por como sus fanáticos lo acosaban hasta casi llegar a la residencia Midoriya. De no ser porque sabía perderlos ya abrían descubierto dónde vivía.
Toga se había interesado por la música desde pequeña, así que como Touya era un padre consentidor no dudo en cumplir el pequeño capricho de la única mujer de la casa, regalándole una guitarra para que iniciará con algo sencillo... Lo inesperado sucedió cuando empezó a subir canciones y se hizo medianamente popular.
La mayoría de personas que escuchaban sus músicas se encontraban en el extranjero, pero aquello no evito que sus tristes melodías se hicieran conocidas en su propio país de origen.
Las personas hicieron eco sobre aquella extraña artista que tenía sus escritos bañados en una triste melancolía que les hacía temblar de la emoción. Así que si, Himiko se había echo popular en poco tiempo.
Pero obviamente no todo era felicidad, especialmente para Katsuki, que una semana después de iniciar el año paso uno de los peores días de su vida.
—No... No, ¡No! ¡¡No!! ¡¡¡NO!!! —Grito horrorizada al notar como es que la sangre oscura de Masaru se mezclaba con la de Katsuki, que se encontraba por casi todo el suelo.
«Ki...»
El podía ver el cuerpo de su padre biológico tirado, con el celular en mano, con el cráneo atravezado.
«Tsuki...»
Grito tan fuerte y de forma tan desgarradora que de seguro todo el barrio lo escucho.
«Katsuki...»
Su garganta ardía, sus ojos picaban, sus manos temblaban, no podía controlar su respiración.
«¡Katsuki...!»
El suelo estaba complementamente teñido de rojo, mientras se arrastraba a duras penas hasta su padre.
«¡¡Katsuki...!!»
Acaricio las manos de su padre, justo donde se encontraba el anillo de compromiso que se supone que debería de tener en común con su madre.
«¡¡¡Katsuki...!!!»
Grito de nuevo, al apreciar la enorme mancha de sangre justo en el techo.
«¡¡¡KATSUKI...!!!»
Al abrir los ojos de aquella terrible pesadilla se encontró con Himiko, con quién compartía cama.
Su cuerpo se encontraba totalmente sudado, apenas podía contener los dolorosos jadeos que escapan de su garganta, sus manos temblaban y su respiración era completamente errática.
—Tsuki-chan, respira conmigo. —Murmuro la rubia, sujetando las temblorosas manos de su hermano con las suyas, iniciando el ejercicio de respiración que había aprendido apenas se mudó con los varones.
Bakugou imitó a Toga, sollozando mientras los ojos de la misma Himiko se encontraban cristalizados.
Pasados los minutos por fin se pudo calmar, buscando refugio en el pecho de la rubia mayor.
Aquel sueño lo atormentaba casi todas las noches desde hacía semanas, donde su padre habia muerto y su madre había sido sentenciada a una cadena perpetua por el asesinato de su marido y usar su quirk sin licencia dentro de su propia casa. Sumándole a la evidencia que tenía el pecoso sobre violencia intrafamiliar y abuso infantil prácticamente estaría encerrada hasta que muriera.
La primera persona en quien se refugio cuando ocurrió la tragedia fue Izuku, seguido de sus otros guardianes y su hermana mayor, quien no dudo en extender sus brazos para que llorara, gritara y pataleara todo lo necesario por las noches con tal de poder hacerlo sentir mejor.
Abrazo con mayor fuerza a Himiko, refugiándose en ella como todo un niño pequeño que huía de los aterradores monstruos que vivían debajo de la cama o dentro del los armarios.
La rubia simplemente se dedicó a acariciar el suave cabello puntiagudo de su hermanito, cantando algunas de sus obras entre susurros para calmarlo.
—Orbite sobre tu sol y ahora doy la vuelta solo.
Meteoro en mis horas en las tuyas metí oro.
El bigbang lo llevo dentro porque estoy roto a mi modo.
Mi teoría del universo fue ser parte de tu todo. —Murmuro, cerca del oído de Katsuki, quien sollozaba mientras temblaba.
Himiko se volvió a recostar, con Katsuki sobre su pecho, enrollando sus piernas contra las piernas de la fémina.
—No te confundas, que yo no vengo de Urano.
No se me caen los anillos, si dejo caer que te amo.
Distorsiono espacio tiempo, recordándome tu mano.
Y ese es el mayor ejemplo de agujero de gusano. —Sigio con su canto, relajando al rubio de apoco, quien frotó sus mejillas contra el busto de la rubia.
Cualquier otra persona pensaría que es un pervertido que se aprovecha de su hermana mayor adoptiva, pero ella sabía que Katsuki nunca sería así.
El necesitaba un verdadero refugio cuando se encontraba asustado, pues llegaba a frotar su rostro contra cualquier piel con tal de poder autoconvencerse de que estaba bien, que estaba despierto, que se encontraba durmiendo con su hermana y no cubierto de la sangre de su padre.
—Tu relatividad da igual E=Mc al cuadrado la mía ser un mc en tu cuadro.
Dibujado con dos rayas porque paso como un rayo.
Nuestro calendario maya, con besos de junio a mayo. —Toga nunca se quejaría, pues los ataques de pánico que llegaban a tener la mayoría de miembros... Katsuki era el más suave.
La primera vez que había visto al héroe Hawks entrar en pánico, entre Izuku y Touya tuvieron que calmarlo en privado, debido a que el rubio mayor se encontraba dispuesto a querer rebanar a cualquier persona que se le acercara en un rango de cinco metros.
Touya cuando se había sentido lo suficientemente intimidado en plena luz del día, quiso cortarse las venas del miedo.
Mientras que Izuku... Izuku era un caso especial.
No dejaba que nadie se acercara salvo Katsuki, quien era el único que podía devolverlo a la realidad, de hacerle ver que no se encontraba en ningún auto apunto de ahogarse. Que era un joven adulto que trabajaba, que tenía “dos hijos”, otros “dos maridos” y que no estaba solo.
Todos tenían crisis de pánico, pero gracias al bendito cielo nunca se sincronizaban para que entre dos tuvieran un ataque de pánico al mismo tiempo. De ser así una buena cantidad de personas ya habrían muerto.
—— Que no me equivoque al nombrarte, te llame eclipse porque me dolió mirarte.
No me des a elegir en qué planeta buscarte porque ya lo escogí desde que dije amarte. —Pasados los minutos Katsuki volvió a quedar dormido, mientras que Himiko observaba el reloj, marcando las 02:47 AM.
Suspiró cansada, pues en cuanto escucho los desgarradores gritos que soltaba Katsuki no dudo en intentar despertarlo.
Ahora tocaba intentar descansar, ya que era un día especial para su hermanito.
La madrugada paso sin más crisis de pánico, con un Katsuki Bakugou pegado como un koala a la rubia perezosa.
El despertador sonó, obligando a ambos jóvenes que se levantaran a tomar su acostumbrado baño compartido, porque si, le habían tomado la maña de bañarse juntos.
Toga había conseguido llegar a su peso ideal con ayuda de los medicamentos que le había proporcionado el doctor y la dieta que le había dado la nutricionista.
Mientras que Bakugou había ganado un poco más de músculo y control sobre sus explosiones, agradeciendo de sobremanera el entrenamiento que le había sometido su hermano mayor desde hace años.
Después de su baño se vistieron y bajaron, encontrando aún Dabi en su traje de vigilante haciendo el desayuno.
—Buenos días mocosos. —Saludo, con una pequeña sonrisa.
—Buenos días Touya-kaasan/desnudista. —Saludaron al mismo tiempo, sacándole un suspiro de derrota al mayor.
Desde que Toga se había unido a la familia había empezado a ponerle apodos extraños a casi todos los miembros, menos a la mascota que tenía en común con Katsuki, puesto que ya tenía su nombre desde antes de que llegara.
—¿Cuando me demostrarán respeto? —Murmuro, sirviendo dos cafés con leche y una leche chocolatada, acompañado de algunas donas que había comprado de venida a la casa.
—Cuando sea treinta de febrero.~ —Sonrio maliciosa la rubia, disfrutando de molestar al peli-blanco.
—Cuando llueva dinero.~ —Sonrio en complicidad.
—El día que se abran las puertas del cielo.~ —Cantaron a coro, logrando que el mayor masajeador si cien.
—Agradezco no a verlos parido, abrían sido un verdadero dolor de culo. —Mordio una dona rellena, observado el puchero de la fémina.
—¿Y si en lugar de a ver nacido por el culo abríamos salido por otro lado? —Indago la adolescente, logrando que ambos varones se atragantaran.
—¿Hablas de la cesárea? —Sugirio Katsuki.
—¿Oh te imaginas lo desecho que habría quedado si salíamos por el...?
—¡Ya mierdas! —Corto el hilo el Todoroki, bastante sonrojado por la conversación de ambos jóvenes.— Son increíbles, yo con suerte nací y ustedes buscando alternativas raras para volver a nacer de mis huevos... Definitivamente le agradezco al cielo no tener hijos de sangre. —Levanto ambos brazos, en señal de “aleluya.”
—¿Te imaginas un mini-dabi quemando las cortinas? —Himiko apreto los labios, conteniendo la risa.
—¿Que tal quemando el santuario Midoriya? Alto miedo. —Ambos adolescentes empezaron a reír, siendo el único testigo el Todoroki.
El aún que no lo quisiera admitir adoraba cómo es que ambos jóvenes se llevaban tan bien, como apesar de que Toga acababa de llegar hacía poco tiempo ya podía hacer reír a Bakugou, distrayendo lo de sus pesados tormentos.
Himiko era el pilar emocional de Katsuki, así como Katsuki era el pilar emocional de Himiko.
Ambos se complementaban como buenos hermanos, sin abusar nunca del otro, compartiendo pequeñas risas, siendo cómplices en sus travesuras, disfrutando del momento que tenían el uno con el otro, y eso le hacía feliz al Todoroki.
Había veces que de forma inconciente proyectaba sus propios recuerdos sobre los rubios adolescentes, como cuando pasaba tiempo con su hermana Fuyumi cuando eran apenas unos niños, causando que se volviera un ser melancólico la mayoría de veces.
Pasados los minutos bajo un energético Hawks, vestido con su traje de héroe de verano.
—¡Buenos días familia! —Saludo con una sonrisa, dando un beso en la coronilla de Toga, Bakugou y un golpe en la cabeza del Todoroki.
—Buenos días Keigo-tosan/fetichista de patas/KFC. —Saludaron al unísono, sacándole una sonrisa al rubio mayor.
Keigo simplemente sonrío al ver la mueca de desagrado del Todoroki por el golpe, mientras que los niños tenían una pequeña sonrisa por el beso.
Se sirvió el desayuno, empezando a comer con ganas unas donas rellenas con semillas de sésamo, disfrutando tanto que esponjaba sus plumas.
Después de que terminaron de desayunar entre charlas triviales tuvieron que levantar la mesa, pues dentro de unos minutos llegaría el dueño de casa.
Katsuki subió a su habitación compartida con su hermana Himiko, donde guardo todo lo necesario para el día.
—¿Emocionado por el día de hoy? —Sonrio Toga mostrando sus enormes colmillos, con un pequeño sonrojo entre sus mejillas.
—Demasiado. —Murmuro con una sonrisa temblorosa.
Himiko asintió frenéticamente, observando como es que el rubio menor tropezaba un par de veces al intentar arreglar su uniforme, juntando su ropa necesaria para el ejercicio práctico y repasando con su ayuda algunas preguntas básicas para el examen escrito.
—Me sigue sorprendiendo que quieras ingresar a la UA. —Murmuro la fémina, bajando las escaleras con el ansioso rubio.
—No solo quiero, voy a ingresar en la maldita UA. —Aseguro con una sonrisa depredadora, hambrienta de competitividad.
Era bien sabido por todos en la casa que Katsuki era un niño gritón y algo quisquilloso cuando se lo proponía, pero cuando se encendían sus brazas juveniles no había quien pudiera saciar su hambre de lucha.
Había peleado contra Keigo en sus ensayos del cuerpo a cuerpo, había practicado su quirk contra Touya hasta el cansancio, había estudiado con Izuku hasta quedar dormido. Prácticamente se dejó el alma para poder ingresar a la dichosa academia.
Si con todo eso no ingresaba, estaba dispuesto a apostar su quirk a qué se iba a reventar la cabeza contra la pared.
Al bajar por completo ya estaban todos, incluso el ojeroso pecoso con una de las sonrisas más brillantes que el propio sol.
—Mi bebé... —Sollozo el pecoso apenas quedó en frente del trío.— ¡Mí hijito se va a la Yuuei! —Chillo como toda madre orgullosa, abrazando al adolescente contra su pecho mientras una cascada de lagrimas caían de sus mejillas.— ¡¡Y pensar que ayer te cambiaba los pañales y hoy ya estás iniciando tu camino para convertirte en héroe!!
Katsuki se sonrojo hasta las orejas, mientras que Touya les sacaba una foto con el pecoso todo desalineado y el adolescente enjaulado en un abrazo de oso.
—¡Ya mierda superalo! —Intengo apartarlo, observando como es que los traídores de sus familiares le seguían el juego al Midoriya.
—¡¡¡MIREN AL BEBÉ DE LA CASA YA ESTÁ GRADECITOOO!!! —Sollozo takami, uniéndose al fogozo abrazo con lágrimas de cocodrilo.
—¿Quieres que te caliente la mamadera? —Se burló el Todoroki, de igual manera abrazándolos.
Himiko no tardó en soltar una carcajada, tirándose sobre el bulto de varones sollozantes para abrazar a su hermano menor.
Con ayuda de las plumas de Hawks y la leve telekinesis del pecoso sacaron una foto donde se veían a todos los miembros sonriendo entre lágrimas por el orgullo colectivo que se sentía.
Después de un par de minutos y burlas por parte de Touya y Himiko se separaron, dejando al adolescente con el uniforme desarreglado.
—Yo esforzandome por verme presentable y ustedes cagándola como siempre. —Sonrio de medio lado, pues su camisa se había salido de su pantalón, los botones de su uniforme se habían desprendido y su uniforme completo estaba arrugado de pies a cabeza.
—Oh shit... —Murmuro Izuku, viendo lo desalineado que quedó su hijo adoptivo.
—Dejalo así, te ves con mayor estilo. —Touya levantó su pulgar en aprobación.
Keigo negó con una sonrisa, caminando hasta el rubí.
—Demos irnos, después del exámen Touya o Izuku irán a recogerte. —Aseguro, saliendo de la casa seguido del menor.
—Se me cuidan, y nada de vuelos rápidos como un halcón peregrino, pero tampoco se te ocurra pasarte de vergas eh ir a vuelo una vecada americana. —Demando el pecoso, limpiándose las lágrimas con una se las plumas de Hawks.
—Oe, deja de sonarte los mocos con mis plumas. —Gruño, resiviendo un dedo del medio alzado.
Una corta despedida después y ya se encontraban volando en dirección a la Yuuei, con un Hawks llevando en brazos aún Katsuki.
Por suerte era lo suficientemente temprano como para que la prensa no joda, así que llegaron en poco tiempo, dejando al rubio en la puerta de la instalación.
—Ah ver niño. —Quito el polvo imaginario de su ropa y el adolescente.— Juega limpio, esfuérzate y descuartiza a todo aquel que se atraviese al más puro estilo Katsuki, ¿Me oíste?
Bakugou sonrío con orgullo, asintiendo con una sonrisa de superioridad, despidiéndose del rubio alado con un corto abrazo eh ingreso a las instalaciones, quedando complemente maravillado de lo enorme que era todo.
Llego al aula que se le había asignado, dónde a los minutos empezó el examen escrito, siendo supervisados por un maestro el cual no se tomó ni el tiempo de ver bien.
Dos horas después ya estaba sentado en otro pabellón, donde el mismísimo Present Mic les dio las indicaciones para el examen físico.
Un rompe huevos con lentes más tarde y ya se encontraba enfrente de una cuidad artificial, esperando a que las puertas se abran.
Una vez pasados los segundos ya estaba destrozando robots, volando con sus explosiones de un lugar a otro, acumulando en total unos 78 puntos.
Con eso estaba dispuesto a irse y dejar que los extras comieran de las pocas migajas que dejó, pero un temblor lo saco de transe.
¡Era un puto robot del tamaño de un asqueroso edificio!
«Malditos ricos presumidos.» Mascullo con desaprobación, escuchando una voz femenina en particular que le recordó a su hermana mayor.
Volteo bruscamente, encontrando una niña completamente rosada patinando sobre lo que parecía ser ácido, mientras que mucho detrás de ella venía un particular rubio que daba vueltas con los pulgares alzados.
Con horror observo como es que el rubio raro no se movía mientras el robot avanzaba, así que por reflejo nado en contra corriente, dispuesto a llegar al rubio con ayuda de sus explosiones.
Una vez llego lo cargo como si fuera una princesa y empezó a correr tan rápido cómo podía, recordando perfectamente la primera lección que le había dado su hermano mayor sobre cargar civiles en momentos de crisis.
Estaba más que agradecido de a ver practicado con Himiko, incluso cargando al propio Dabi, por lo tanto cargar un rubio medio escuálido no era tanto estrés como cargar un puto Hawks con alas de treinta kilos cada una.
Huyo a tiempo, pues si el rubio raro de los pulgares abría quedado más tiempo un edificio se abría caído sobre su propio cuerpo, aliviado una vez que escucho el “prueba finalizada.” de Mic.
—Mierda, no pensé que sudaria por correr. —Suspiro, dejando al adolescente con un curioso rayo en su cabello descansando sobre un escombro.— Oe niño eléctrico. —Chasqueo los dedos alado de ambos oídos del adolescente desconocido.— ¿Puedes escuchar eso? ¿Te golpeaste en algún lugar durante la prueba?
—Yeei.~ —Alzo más los pulgares mientras que algo de baba caía de su boca.
—¿Alguna contusión cerebral tal vez? —Navego alrededor, buscando rastro de sangre.
—Yeei.~ —Siguio
—¿Sabes que fecha es hoy? ¿Tu nombre? ¿Sabes dónde te encuentras? —Siguio intentando indagar.
—Yeei~ yeei.~ —Suspiro y soltó un gruñido, pues la “victima” no reaccionaba.
Se quedó alado del desconocido, pues una vez si recuperaba la conciencia y no estaba seguro de dónde estaba o siquiera su nombre podía guiarlo hasta la sala de directivos para ayudarlo.
Pasaron los minutos, escuchando el típico “yeei” que soltaba, artandose rápidamente, pero no debía alejarse, al fin y al cabo no conocía a la gente de alrededor, capas hasta y se aprovechaban del niño raro.
—¿Eh?~ ¿Que paso?~ —Por fin escucho una respuesta, aliviandose de no tener que correr a emergencias por un adolescente con problemas cerebrales.
—Casi mueres maldito. —Le respondió sin pelos en la lengua, asustando al niño raro.
—¡Kyya!~ —Solto un grito “completamente masculino.”
—Ya mierda, apenas escucho por mis putas explosiones y ahora vienes a gritar, mínimo cierra el ocico un momento. —Lo regaño mientras urgana en su oreja.— Bien, nos vemos. —Inicio su caminata en dirección a la salida.
—¡Oe espérame! —El rubio eléctrico se levantó de golpe, mareandose en el proceso.
Sin importar el mareo siguió con otro rubio, que caminaba bastante rápido.
—¡Oe tu salvador raro y grosero espérame! —Llegaron a los casilleros, donde Katsuki procedió a coger su mochila con su uniforme y zapatos, saliendo mientras ignoraba al otro rubio raro.
Suspiró cuando estaba por llegar a la entrada, logrando que el sudoroso niño de ojos dorados lo alcanzará.
—Joder. —Jadeo.— Caminas muy rápido, ¿Sabías?
—¿Que quieres? —Alzo una ceja, observando como es que se incaba sobre sus rodillas, intentando respirar.
—Qu-queria agra-decer-te... Oh santa mierda como cuesta correr. —Suspiro, con su rostro rojo del esfuerzo.
—No es nada, eso hace un héroe. —Dispuesto a seguir con su camino el rubio por fin pudo alcanzarlo, midiendo exactamente lo mismo que su hermana mayor... Si, el rubio del rayo era chaparro.
—¿Cuál es tu nombre? No cualquier sujeto random va y salva a alguien para dejarlo plantado. —Siguio, con sus ojitos brillando en curiosidad.
—Bakugou Katsuki. —Respondio cortante.
—¡Genial! Yo soy Kaminari Denki. —Sonrio, hasta si veía con detenimiento podría ver estrellitas imaginarias alrededor de Kaminari.
~🌺~🌺~🌺~🌺~🌺~
Buenos días/tardes/noches gente bonita :'D
Joder, me ando cagando de frío.
En mí país estamos en invierno ,y yo acá me lave tarde la cabeza... Algo me dice que me voy a enfermar.
Dejen su F por adelantado :v
Katsuki ya es oficialmente el hijo de Izuku, Touya y Keigo. ¿¡Awebo valió la puta pena esperar 30 capítulos para esta madre o no!?
Se que el proceso fue lento, pero era necesario para el mínimo desarrollo de los protas... Ahora viven con una Toga :v
Quiero recordar algo, Katsuki hasta ahora no fue aún psicólogo, menos aún psiquiatra, así que lo más probable es que en el futuro se armen desmadres por sus traumas :v
La música que canta Toga para calmar a Bakugou se llama «Andrómeda», perteneciente a «Rafa Espino, BrockAnsiolitico y Droow.»
Por un tiempo fue mí música favorita, escuchenla si gustan, es bellísima. UwU
Algunos pensaran que Toga se declara a Bakugou, pero nel, ellos son hermanos y cada vez que Himiko haga alusión a alguna música dejaré el nombre del vídeo para que lo busquen y vallan a escucharlo... Wattpad no le deja ponerlo :(
Espero que les allá gustado, dejen sus comentarios de que les pareció el cap de hoy :'D
No sé si estoy escribiendo correctamente el personaje de Katsuki debido a que es “complejo” eh Izuku es más “simple.”
Por cierto, Izuku hizo alusión a los pájaros más rápido y al más lento del mundo... Así tal cual, en ese orden :v
Cuídense mucho.
Laven se las manos.
Tomen awa.
Usen alcohol (y no para tomar.)
Sayonara.🌺
Escrito: 21/07/21
Publicado: 21/07/21
Editado: ¿?
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