Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXII.

Pasadas las horas Smile se retiró del hospital a su casa, pues se encontraba agotada de su misión y tenía que guardar reposo tal y como le había dicho el médico.

En cambio el raro trío se quedó a pasar la noche en el hospital, pues si está iba a ser la última noche de su mejor amigo más vale pasarlo a su lado.

Una amable enfermera les había traído una frazada para que los tres se cubrieran, ya que el hospital era un poco más frío de lo normal durante la noche.

Una vez que Katsuki había despertado se fue a acurrucar en la camilla de su hermano mayor mientras Keigo y Touya compartían el sofá para tres.

—Que te quiero de colchón.

—No mierda, voy a lastimar mis alas.

—Vamos~ solo será por hoy.

—Estoy pensando seriamente en armar un nido y dejarte afuera.

—Bien, pero el sofá es mío.

—Eres un imbécil.

La sonrisa socorrona de su mejor amigo era molesta, pues el ya se estaba acostando en el sofá mientras el "debía buscar" las cosas necesarias para su colchón improvisado.

—Oe Katsuki, ¿Hay lugar junto a ustedes? —Pregunto mientras rodeaba la camilla.

—Pon tu cabeza a los pies y estás dentro. —Murmuro somnoliento, abrazado al cuerpo se su hermano mayor.

Hawks se encogió de hombros y se sacó su chaqueta, colocándola sobre la espalda del rubio menor para cubrirlo, mientras el se cubría con sus alitas que ya estaban un poco creciditas.

Se recostó a los pies de los menores, observando las patas de Izuku y Katsuki.

—... ¿Alguna vez les había dicho que tienen lindas patas? —Murmuro llevando las manos a los pies del pecoso, acariciando entre sus dedos a modo de entretenimiento.

—¿Que tienen que ver nuestros pies en esto? —Murmuro de nuevo Katsuki, soltando un gemido de agotamiento.

—Tus pies son muy blancos, es algo raro. Los pies de Grinny están un poco más sucios pero no tienen olor... Es raro. —Siguio murmurando mientras acariciaba los pies de su amigo, pues si tocaba los pies del adolescente lo más probable es que resiviera una patada que lo tumbariá de la camilla.

—Sabia que eras un fetichista de patas. —Susurro abrazando un poco más fuerte el cuerpo cálido de su hermano mayor.

Lo bueno de que tuviera un capricho de fuego era que su cuerpo siempre estaba a una temperatura más elevada de lo normal, pues de esa manera cuando hacía frío era la excusa perfecta para abrazarlo.

—No soy un fetichista de patas... Lo que pasa es que como estoy viendo sus patas es curioso. —Acerco un pie a su cuerpo y lo abrazo, pues si Hawks no abrazaba algo era difícil que se quedara dormido.

—¿Que? ¿Nos vas a leer las líneas de las palmas y contarnos el futuro? Tienes mucho tiempo libre. —Fue lo último que murmuro, ya que se quedó dormido.

—Que descanses niño pato. —Murmuro y se acomodo lo mejor posible, quedándose dormido al poco tiempo.

Touya había escuchado la conversación de los rubios con una pequeña sonrisa, recordando como es que tenía conversaciones igualmente particulares con su hermano menor (Natsuo) cuando dormían juntos por el miedo.

Suspiró mientras observaba al trío de menores dormir en la camilla en un extraño sandwich de panes rubios y una curiosa lechuga cubierta de vendas en el medio.

Contuvo su risa, observando con cariño el como ellos abrazaban el cuerpo inconciente del pecoso, que gracias a su persona los cuatro (incluyéndolo) lograron encajar en aquella extraña familia de varones.

Ni siquiera en su antígüa familia con la calidez de su madre, las sonrisas de Fuyumi, las bromas de Natsuo y los brillitos de Shouto se podían comprar a la estupidez de Keigo, las amenazas de Izuku y el lenguaje inclusivo de Katsuki. Todo simplemente era tan imperfecto que lograba ser perfecto para el.

No tenía que estar la altura de Izuku y Keigo para considerarlos iguales en el sentido de manejo de quirk's, simplemente tenía que ser el mismo y prácticamente ya tenía su lugar asegurado.

Básicamente todo lo mal que había pasado con su antígüa familia lo estaba pasando de bien en esta nueva.

No es que estuviera reemplazando a sus parientes de sangre. No, no, no. Simplemente estaba expandiendo aún más su rota y disfuncional familia.

Su madre y hermanos tenían un lugar asegurado en su roto interior, donde absolutamente nadie más podría opacar, ni siquiera sus amigos.

El respetaba los puestos de todos por igual, pues pase lo que pase estaba más que seguro que de ser necesario podría refugiarse en los brazos o colchones de sus amigos por algún mal sueño o siendo víctima de la ansiedad con la que convivía desde su infancia.

Estaba agradecido, pues nadie más que ellos lo habían aceptado por ser quien era. No temían a su inestable quirk, no pedían que escondiera sus dolorosas cicatrices por qué sintieran incomodidad, más bien hasta le decían que las mostrará como evidencia de ser un sobreviviente de la perra vida.

Midoriya incluso fue el impulso monetario que había necesitado para la apertura de su estudio de tatuajes, prácticamente estaba allí gracias al apoyo de su amigo al igual que Keigo, quien le había logrado alquilar un departamento algo pequeño en ese entonces para que no tuviera que dormir por más tiempo en lugares de mala muerte.

Sonrío con tristeza, pues si el Midoriya no sobrevivía no sabían cómo carajo se lo iban a decir a su madre, pues no es como su pudieran llamarla y decirle “¿Sabe señora? Su hijo acaba de morir, ¿Nos deja su casa?” ¡Por dios no! Eso no se hace.

Suspiró y se levantó del sofá, dando sigilosos pasos hasta la ventana, donde por costumbre saco un cigarrillo y lo prendió con su fuego, inalando la nicotina mientras observaba las luces de la madrugada. Las horas pasaban rápido cuando la mente volaba, pues no estaba dispuesto a quedarse dormido, si su mejor amigo tenia una recaída no dudaría en ir por el primer médico que se le atravesar en el camino. De ser necesario lo traería del copete con tal de que atendieran al pecoso.

Exalo, dejando que el viento se llevará el humo mientras meneaba la coletilla consumida, observando como las cenizas viajaban por el aire.

Dirigió sus zafiros al cielo, meditando acerca de las estrellas. Si es que sus hermanitos estuvieran despiertos observando el mismo cielo, estarían estudiando para algún exámen o directamente trabajando, quizás durmiendo. No lo sabía, solo pedía que sea donde sea que se encontrarán, ya sea en aquella horrible casa o en algún departamento siendo independientes del bastardo de su padre, solo pedía que se encontrasen asalvo de cualquier mal, que estuvieran sanos, que fueran felices como ellos lo merecían, que pudieran sonreír sin miedo y reír a carcajadas sin tener que ocultarse de un maldito demonio con terror a ser castigados por demostrar un poco de alegría.

El solo quería lo mejor para su familia, y el estaba dispuesto a pagar con su maldita alma con tal de asegurarles el bienestar a todos por igual.

Observo de reojo como Takami rodaba cual sushi sobre el incómodo colchón, sacándole una pequeña sonrisa al notar como la baba cubría una parte de su rostro.

Saco su celular y saco un par de fotos y selfies del momento, con la baba rodando del osico de Takami. El como Bakugou soltaba suaves ronquidos por el cansancio y su amigo pecoso se encontraba sin poder decir nada por el asqueroso tubo que tenía dentro de su boca.

Guardó de nuevo el celular y se acercó a la camilla, cargando a Takami con cuidado de no despertarlo, observando cuidadosamente como su piel se achinaba, dando a entender que tenía frío.

Lo dejo sobre el sofá que con anterioridad iba a usar, pero viendo mejor era mas seguro dejar al héroe diurno descansar un poco más cómodo, acomodando su cabeza en su regazo mientras incendiaba lo que quedaba de su cigarrillo para no dejar rastro de que estuvo fumando, pues sin dudas Keigo lo golpearía apenas oliera el olor de la nicotina en su ropa.

Acaricio las hebras rubias de su amigo, trenzando su cabello y dando ligeros masajes sobre su cuero cabelludo, escuchando como un suave ronroneo escapaba de la garganta del alado.

Espera, ¿Ronroneo?

Abrió los ojos de sorpresa, escuchando claramente el ronroneo del rubio mayor soltaba por su caricias, sonriendo suavemente al imaginar lo agustoso que se encontraría ahora mismo siendo acariciando mientras dormía tan tranquilamente.

Saco de nuevo su celular y grabo parte del ronroneo, pues esto era alta calidad de futuro chantaje, sonriendo malvadamente al imaginar la reacción del alado al escuchar que ronronea como un gatito cuando es acariciado.

Suspiró y observo lo rápido que pasaba la hora, pues lo más probable es que de tanto pensar en su familia, en lo que fueron y en lo que son ahora dentro de un par de horas ya ameneceria.

—Oe Izuku... Estás aguantando bien, sigue viviendo. —Fue lo único que pudo murmurar, pues si hablaba en voz alta lo más probable es que despertara a los varones dormidos, y eso era algo que el no quería hacer.

Cerro sus párpados un momento, pasando su mano por las cicatrices debajo de sus ojos con lentitud, sintiendo lo áspero de su piel morada que en algún futuro tendría que maquillar para no llamar tanto la atención durante el día.

Bajo de apoco sus dedos hasta su mandíbula, recordando como es que había escapado de su antigüa casa para nunca más volver a vivir con aquel monstruo de su padre.

—¡Eres un inútil Touya! ¡¡Si ni siquiera puedes controlar esas llamas no puedo considerarte un hijo mío!! —Rugio un Todoroki Enji furioso, pateando el estómago de un Todoroki Touya de 15 años.

—L-lo sien-to. —Escupio sangre, sintiendo una de sus costillas rotas por la poderosa patada.

—Un estúpido “Lo siento” proveniente de un desperdicio como tu no vale nada para mí. —Aseguro con una sonrisa malvada, acercándose al cuerpo del niño, agarrándolo de sus finos cabellos y levantándolo en el aire.

Touya se dejó lastimar, pues si no era el de seguro iría por Fuyumi o Natsuo, en el peor de los casos por Shouto siendo eso lo último que quería que les pasará a sus hermanitos menores.

Enji procedió a azotar el débil cuerpo del bi-color contra la pared como si no fuera más que una muñeca rota, desquitando su ira en su primogénito con una sonrisa sanguinaria en sus labios.

Touya sentía todo eso, podría sentir como su hombro se dizlocaba por un mal golpe, como los trozos de huesos se iban incrustando en sus pulmones. Cómo el hierro subía por su garganta mezclado con bilis junto a los mechones bi-colores de su melena se iban desprendiendo por el fuerte agarre del adulto.

Un par de azotes más y lo tiró con todas sus fuerzas contra la pared que ya estaba cubierta de sangre, dejando que por fin pueda vomitar aquel licuado sanginolento mezclado con su poco almuerzo.

—Mirate, tan patético que ni siquiera puedes ponerte de pie. Me das asco. —Aseguro mientras se daba la vuelta para ir a atender asuntos de su agencia, dejando al niño moribundo en el suelo.

—Eres un hijo de puta. —Murmuro entre jadeos, intentando coger algo de aire.

—¿Que mierda dijiste? —El peli-rojo volteo bruscamente, dispuesto a seguir golpeándolo.

—Que eres un hijo de puta. —Dijo más fuerte que antes, levantando su tambaleante cabeza. Estaba viendo doble.

—Ven aquí mocoso del infierno. —Murmuro con enojo, dando grandes sancones en dirección del niño.

—Eres solo un pedazo de mierda más que ni siquiera vale la pena para el puesto del número uno. ¿Engendrar hijos en lugar de subir de puesto por ti mismo? Das asco Endeavor. —Se levantó tambaleante, dando una sonrisa socorrona mientras intentaba mantenerce equilibrado.— Si fuera por mí te asesinaria, no eres nada para mí más que un abusador que maltrata a su supuesta familia perfecta.

Enji se detuvo a mitad del camino, pues si estas serían sus últimas palabras mínimo dejaría que terminara de hablar, de esa forma de aseguraría que cuando muera no dejará nada sin resolver.

—¿Sabes que? Ya ni siquiera somos una familia. Solo somos seres exclavisados por un maldito desgraciado, intentando huir de nuestra inevitable muerte. —Rio sin ganas.— Damos asco.

El Todoroki mayor sonrío, pues podía a ver una posibilidad de que vivirá, ya que al parecer conoce su lugar.

—Pero si me dan la opción de vivir contigo y morir quemado por mis llamas... —Levanto su mirada zafiro, rivalizando con la del héroe quien borro de inmediato su sonrisa de superioridad al observar los ojos rotos de su primogénito.— Prefiero morir consumido hasta las cenizas en lugar de pasar un solo momento más a tu lado.

Las llamas rojas del Todoroki menor empezados a hacer presencia en sus pies, mientras que rápidamente se iban expandiendo a un ritmo alarmante por toda la habitación.

—¿¡Pero que...!? —Grito alarmado, pues estás llamas a cada segundo que pasaban se iban haciendo más calientes, rivalizando con las suyas propias.

—¡¡¡Muere calcinado conmigo Todoroki Enji!!! —Grito sintiendo como su garganta quemaba y su fuego se iba haciendo cada vez más ardiente.

De la nada aquellas mizticas llamas rojas iban cambiando, pasando aún azul eléctrico bastante llamativo en comparación a las rojas.

—¡¡Siente lo Todoroki!! ¡¡¡Estas son las llamas que te arrastraran conmigo al purgatorio!!! —Grito lleno de euforia mientras el fuego azul iba consumiendo parte de la casa.

Endeavor alarmado por como su hijo mayor estaba riendo mientras era quemado le causaba terror, pues por primera vez la situación se había ido de sus manos.

Las llamas rápidamente lo alcanzaron intentando devorarlo, pero este huyó como cobarde, dejando que el niño bi-color sea consumido en un ataque de psicosis mientras reía y bailaba en aquel infierno azul.

~🌺~🌺~🌺~🌺~🌺~

Buenos días tardes noches gente bonita :'D
Todoroki Enji alias Endeavor es un hijo de puta, que quede claro.
¿Les gustó el capítulo? ¿Touya psicótico chiquito parece un verdadero diablillo o algo aburrido?

La verdad estoy intentando escribir capítulos un poco más largo, al menos pasadas las 2000 palabras ya que las 1000 palabras es muy corto.

¿Que les pareció el flashback de Dabi? El como enfrentó al desgraciado de Enji es brutal :v

Cuídense mucho.
Laven se las manos.
Tomen awa.
Usen alcohol (y no para tomar.)
Sayonara.🌺

Escrito: 07/07/21 (1425 palabras)
08/07/21 (2325 palabras)
Publicado: 12/07/21
Editado: ¿?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro