Capítulo XVIII.
Bakugou Katsuki para cualquier persona seria un sujeto lleno de confianza en si mismo, con el ego un poco inflado pero nada que opacara su fiel personalidad algo cínica, cargada de sarcasmo y llena de orgullo... Pero solo sus autoproclamados guardianes tenían permitido observar esta parte del niño, esa parte que permanecía tan bien oculta que hasta pasaba desapercibida para los extraños... Y aquellos sujetos no eran extraños.
El peli-cenizo estaba apoyando su espalda contra la pared del hospital, su ceño fruncido en disgusto, portando su uniforme del colegio. Su pecho subía y bajaba más lentamente de lo que alguien creería que sería sano, pero ellos lo entendieron.
Estaba controlando su respiración para no dejarse llevar por el pánico.
Desde el punto de vista de los jóvenes adultos lo estaba haciendo de maravilla, pero solo el adolescente podía sentir como el sudor viajaba desde su espalda y quedaba en su ropa, pegando la un poco más a su propio cuerpo de lo que alguien le gustaría su supieran cual era su don.
Todoroki Touya estaba nervioso, pues una sola flama voluntaria cerca del adolescente y sería capaz de volar gran parte del area de terapia intensiva, junto a una parte de la sala de maternidad si es que se lo proponía.
Cuando había ido a buscar al niño-pato lo saco de inmediato del colegio, aludiendo que un ser querido estaba en el hospital gravemente herido. Los profesores y directivos estuvieron por negarse, hasta que el adolescente fue por su voluntad junto al peli-blanco, importando le poco si es que los maestros le restaban puntos, ya que estaba bastante seguro que nadie se atrevería a bajarle sus estúpidos puntos por una escapadita.
Blueflame Dabi se acercó al muchacho, rodeando con su brazo el hombro del rubí, atrayendo su pequeño cuerpo al suyo.
—¿Sabes...? —Murmuro suavemente, masajeando levemente la espalda encurbada del niño.— Una vez mí madre me había dicho que es mejor llorar que guardarlo todo... A la larga te estarás haciendo daño.
Bakugou Katsuki no lo quería aceptar, el no lloraría, el no debía llorar, el no debía lamentarse por algo que sabía que tarde o temprano pasaría.
El sabia, sabía que el trabajo de su hermano mayor era peligroso, lo tenía más que claro por las cicatrices que el pecoso ocultaba para que no se preocupara, lo tenía demasiado claro cada vez que encontraba diminutas salpicaduras de sangre en la piel y rostro de su hermano cada vez que iba a dejarlo en la escuela.
El podía ver las vendas cubiertas de sangre por debajo de su traje de héroe, el lo sabía pero hacía la vista gorda. El debía hacer la vista gorda, porque su hermano se preocuparía más si tan siquiera el mostraba signos de preocupación por su persona, el pecoso se culparía así mismo por no a ver sido lo suficientemente fuerte. El peli-verde se enojaría consigo mismo por no poder enfrentar correctamente a los villanos, y el lo sabía, sabía todo eso y prefería no mencionar nada.
El lo tenía presente, demasiado presente que tarde o temprano su hermano mayor terminaría en el hospital por alguna herida grave, pero no espero esto, no espero tener que salir corriendo de su escuela con el desnudista para tener que llegar aún maldito hospital privado y que no le mencionaran nada.
El lo sabía, pero no quería decir nada, el lo veía, pero no menciono nunca nada, el lo tenía claro, pero prefirió guardar silencio sobre su preocupación para no sobrecargar a su hermano mayor. El siempre lo veía, pero callo en lugar de hablarlo con el peli-verde, y ahora estaban allí, esperando que le dieran noticias si es que su hermano estaba tan siquiera convida, si es que pudieron salvarlo o pereció en el combate.
—Callate. —Solo atino a soltar eso, pero no lo aparto.
El lo sabía, sabía que si se separaba del único ancla viviente que lo estaba sosteniendo se derrumbaria, sabía que lloraría, sabía que no le iba a importar nada eh irrumpiria en la sala de operaciones para observar con sus propios ojos el estado actual de su hermano.
El lo sabía, sabía que debía tener paciencia, pero la paciencia no estaba en su maldito lenguaje.
Cada respiración contenida que daba le era más lenta que la anterior, sentía que por cada asqueroso segundo contado en su cabeza el tiempo pasaba más lento, con cada liberación de aire aquel peso invisible sobre sus hombros se hacía menos tolerante, lo sabía, pero prefiere callar sus inseguridades.
El tenía claro, el debía permanecer calmado, cualquier rastro de irracionalidad podría alterar su orden y llevarlo al caos, el lo entendía, por eso no se alteraba, por eso callaba, porque si algún otro sonido emitido por su garganta se le escapaba no podría contener por más tiempo las represas de sus ojos, el podía sentirlo.
Podía sentir como es que su garganta por cada pasar de los segundos se le hacía más apretada, cómo es que tragar saliva le era más complicado que antes, como el aire que debía pasar por sus fosas nasales era más fría que la anterior, el lo sentía, pero prefirio callar en lugar de soltarlo.
Podía sentir su estómago retorcerse, sus tripas gruñir, el aire gélido golpeando contra su piel, el peso invisible sobre su cuerpo, el nudo que iba creciendo en su garganta y el como las represas se iban agrietando, el lo sentía, pero prefería guardarlo.
Dabi estaba por separarse del niño para darle su espacio, pero las pálidas manos del adolescente se aferraron a su ropa, firmando una frase que le creo el mismo nudo en la garganta.
—No quiero undirme.
Así que obedeció y se quedó, abrazando el cuerpo del adolescente tembloroso que en cualquier momento se quebraria bajo tanta presión emocional.
Touya lo sabía, en su mente y corazón guardaba tantos recuerdos amargos, conviviendo consigo mismo en aquel horrible lugar que alguna vez llamo hogar, cuidando de sus hermanos antes de abandonarlos y después de reubicarse en un lugar del bajo mundo.
El lo sentía, sentía el pulso acelerado del niño, el desequilibrio que lo estaba carcomiendo desde dentro muy lentamente. El podía verlo, podía ver claramente la desesperación en los ojos del cenizo, la ansiedad era palpable y el lo veía.
En ningún momento había cambiado su opinión acerca del menor, desde su primer encuentro en la borrachera que tuvo con sus mejores amigos no pudo evitar sentirlo, sentía aquel maldito anhelo de querer protegerlo tal y como había querido proteger a sus hermanos pequeños, pero el no pudo, el era débil, y eso lo marco.
Las marcas de su cuerpo no eran falsas, ardían en su memoria tal y como su fuego ardía y consumía a sus víctimas.
El no era un héroe, el era un vigilante anti-héroe que asesinaba a maleantes y desgraciados intentando sobrepasarse con señoritas, porque en el rostro desfigurado de las niñas asustadas a quienes salvaba no podía evitar observar el mismo rostro que su hermana menor aterrorizada por el desgraciado de su padre, así que hacía con sus víctimas lo que le gustaría hacerle a el... Los asesinaba.
Contuvo la respiración, el patito que tenia entre brazos nunca debería de saber las atrocidades que cometió, mucho menos enterarse de la pila de cadáveres que su “hermano mayor” y sus otros guardianes cargaban en sus espaldas, el nunca debía enterarse.
Se juro así mismo nunca mencionarlo, porque el niño debía ser un buen héroe, uno mejor que el pecoso, un héroe mejor que Hawks, un héroe mejor que los infelices que salían de sus agencias con despampanantes trajes ridículos a hacer propaganda y con suerte hacían bien su trabajo.
No, no, no. El niño era un diamante en bruto que debía ser pulido a fondo, porque o sino todo el potencial se desperdiciaria, y nadie quería eso.
Así que se prometió así mismo cuidarlo. Fue una promesa silenciosa echa a si mismo, porque el niño se lo merecía. El había husmeando entre las cosas de su mejor amigo, y pudo observar las crudas fotografías del adolescente en su infancia cubierto de vendas, con costuras en su cuerpo, y se lo prometió, se juro cuidarlo, porque el lo debía hacer.
Así que simplemente callo, y le dio apoyo incondicional que sabia que el niño necesitaba, así en silencio, esperaron con paciencia la futura noticia de su mejor amigo.
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Buenos días/tardes/noches gente bonita :'D
Tenía ganas de dañar a alguien jsjdjdjejddkdh
Yzy, la explosión afecto más enteramente al pecoso que a Risa... Ya necesitaba hacer sufrir a alguien :v
Este capítulo me encantó escribirlo (es el tercero que disfruto de escribir) y debo admitir que me creo un nudo en la garganta imaginarme a Katsuki en un estado emocional frágil, quebradizo... Me encantó :v
Espero que ustedes de igual manera lo hayan disfrutado tanto como yo.
No sé si escribo bien a Katsuki ya que es un personaje “complejo” eh Izuku es un personaje “simple.”
Cuídense mucho.
Laven se las manos.
Tomen awa.
Usen alcohol (y no para tomar.)
Sayonara.🌺
Escrito: 30/06/21
Publicado: 09/07/21
Editado: ¿?
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