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Capítulo VIII.

Al día siguiente el primero en despertar fue Katsuki, quien sentía su cuerpo completamente pesado, como si hubiera estado haciendo ejercicio todo el día de ayer y hoy si cuerpo se encontrase entumecido.

Se levantó de apoco, soltando un gemido de dolor al sentir sus extremidades tronar por lo tiesas que se encontraban.

Hizo pequeños estiramientos sentado, observando a los lados de su cama dos notas con distinta caligrafía.

Agarró primero la de su izquierda y lo leyó, agradeciendo al sol por dar algo de iluminación a la oscura habitación.

“Hijo postizo de Grinny:
En tu lado derecho hay medicamentos, toma el jarabe y derrama el líquido que se encuentran en la taza de Grinny.

Atte
El amante de tu hermano.”

Alzo una ceja, le dolía la cabeza por forzar su vista, así que rápidamente cogió la otra nota que se encontraba a su derecha.

Niño-pato:
Destruye las notas y asegúrate que tu padre-postezo nunca se entere de lo que había en la taza.
Lo más probable es que estemos abajo y tu papá-gallo tenga dolor de cabeza, si tienes hambre te me aguantas.
No salgas de la cama.

Atte
El Suggar Baby de papá-gallo.”

Katsuki suspiró, su cabeza palpitaba y no quería joder con notas de desconocidos, así que ignoro olímpicamente todo lo escrito, excepto lo del medicamento, eso si lo necesitaba.

Se levantó con esfuerzo y salió de la habitación, bajando las escaleras sin prisa.

Al llegar al último escalón se sorprendió de sobremanera por lo que encontró.

Sobre la cabeza de su niichan había una montaña de latas de cerveza vacía, mientras esté dormía en una posición verdaderamente incómoda.

En la mesita del centro habían dos montañas de latas de cerveza, teniendo una de las montañitas una estrellita mal echa con papel.

Y la cereza del pastel; un héroe profesional del top cinco durmiendo en el sofá grande boca arriba con un pie dentro de su boca, junto aún peli-blanco en ropa interior que babeaba sobre los pies descalzos del rubio profesional.

Sin dudar encontró el celular de su hermano, saco fotos de ambos escenarios, además de algunas selfies con toda la escena del fondo y un corto video acompañado de un boomerang.

Se envió las fotos a su celular y río por su travesura, dirigiéndose a la cocina donde pudo ver la hora.

09:24 AM.

Suspiró, si que había dormido bastante la noche anterior, no recordaba nada y mucho menos podía forzar su mente a decirle que carajo había pasado la noche anterior con su hermano y los desconocidos del sofá.

«¿Habra echo un trío?»

Vago por sus pensamientos mientras buscaba algo para hacer el desayuno, encontrando rápidamente los ingredientes para hacer panqueques.

Tomo las pastillas junto al jarabe y se puso manos a la obra, no descuidaria algo que podría hacerle sentir mejor.

Después de lo que parecieron ser treinta minutos escucho como un cuerpo caía en la sala, seguido de varias latas vacías.

—¿¡Pero que mierda!? —Escucho el grito de un desconocido.

—¿¡Porque Dabi está en ropa interior!? —Grito alarmado su hermano mayor.

—¡Callense alaverga que me duele la cabeza! —Ese sin duda era el grito del profesional diurno.

—¿¡Cómo que tu cabeza!? ¡Yo sentí que casi me daba un latigazo por moverme del susto! —Chillo el pecoso.

Katsuki no los podía ver, pero sin dudas le divertía escuchar esos gritos.

—¡Dabi tuvo la idea de caer en tu casa ayer! —Acuso el Takami.

—¿¡Mí culpa!? ¿¡Ahora me echas la culpa a mí!? ¿¡Sabes que!? ¡¡Ya no quiero que seas mí Suggar daddy!! —Grito Dabi.

«Fuertes declaraciones.» Pensó abriendo los ojos de la sorpresa.

—¡Ya sabía que andabas de infiel con Keigo! ¿¡Y sabes!? ¡Ya no serás mí Suggar Baby! —Escucho al peli-verde.

—Al caso que ni quería. —Escucho un hueso crugir.— ¡Kyaaa!~

—Gritas como puta. —Se burló Keigo.

—Lo dijo el morde-almohadas. —Lo acuso Dabi en un gruñido.

—Oigan... ¿Qué hora es? —Pregunto está vez su hermano mayor.

—...

—...

—...

El silencio contesto.

—¡Puta son las 10! —Grito alarmado el héroe profesional.— ¡La comisión de seguridad pública de héroes me cortará las alas!

—Vete tu, por eso prefiero quedarme con mí estudio de tatuajes y piercing. ¡Hago lo que se me cante el orto y abro cuando quiero! Eso es lo bueno de ser independiente. —Hasta la cocina se olía el orgullo.

—Muerto de hambre.

—¡¡Repitelo de nuevo KFC!! ¡¡¡TE RETO!!!

—¡¡¡CALLENSE ALAVERGAAAA!!! —Ese grito le provocó escalofríos.— Oh shit... Creo que desperté a mí patito.

—Y mís ganas de tragar. —Escucho varios huesos crugir.— Oe, huele dulce.

—...

—...

—...

—¡¡La cocina!! —Escucho el grito sincronizado de los tres chiflados , seguido de pasos apresurados en su dirección.

—Buenos días desgraciados. —Los resivio con una sonrisa arrogante.— Los vi de calenturientos en la sala así que no quería molestarlos. —Les regaló una sonrisa cínica, que hizo temblar a los desconocidos, pues sentían el aura de muerte que emanaba del pecoso.— Después del desayuno pueden matarse entre ustedes y yo volveré a dormir, así que cientense antes de que cambie de opinión.

Cómo si fueran niños regañados por su madre los tres hicieron caso, pues la mesa estaba puesta con todo tipo de aderezos dulces para panqueques.

—Kacchan. —Lo llamo el peliverde.— Deja que yo haga el resto, tu descansa y come algo, ¿Si? —La mandibula de los “invitados” estaba por caerles hasta el suelo.

¿Porque? ¿Nunca habían escuchado a su hermano hablar o que? El era muy dulce.

—No. —Rechazo de inmediato.— Mí cocina, mí comida. —Gruño y lo apunto con su fiel arma... La espátula caliente.

Midoriya retrocedió de inmediato y se sentó como buen niño, agachando la cabeza mientras que los desconocidos cuchicheaban y el pecoso les regalaba miradas de muerte.

Después de unos minutos termino y sirvió cuatro montañas grandes de panqueques para casa uno.

Se sentó y le puso algo de miel con cacao rayado acompañado de fruta seca... El resto le echo de todo un poco a su montañita, por suerte no coloco veneno para ratas, apostaba su quirk a qué ni cuenta se daban que les daba de comer.

El único sonido que era escuchado es el de los cubiertos chocando contra el plato y mordidas feroces dirigidas a las torres, cosa que lo sorprendió de sobremanera.

«¿Acaso no comen bien?»

Observo más de cerca, y noto algo que de cierta forma le hizo sentir incómodo.

El peli-blanco era delgado, más de lo normal, no es como si se le nota los huesos pero sin dudas debía subir más de peso.

En cambio el alado apesar de ser héroe profesional y tener buena forma sin dudas era quien comía de forma más desesperada, como si no estuviera acostumbrado a comer cosas dulces muy seguido.

«Oh tengo el sazón de un chef profesional o estos se mueren de hambre en sus trabajos.»

Siguió comiendo en silencio, tomando algo de jugo de naranja mientras los jóvenes adultos tomaban café, lo raro era que el peli-blanco se había preparado un chocolate con leche y Takami tomaba café con leche, siendo su hermano mayor el único que tomaba café negro.

Una vez terminaron se recostó por la silla, suspirando al sentir su estómago saciado.

—Quien cocina no limpia. —Solto.

Los tres se empezaron a ver acusadoramente.

—Soy el dueño de casa, Dabi vómito ayer en mí piso. —Lo acuso el pecoso mientras dirigía su mirada al peli-blanco.

—Yo traje amburguezas, la bebida y pague los medicamentos del niño-pato. —Señalo y giro su rostro en dirección del rubio mayor.

—Yo... Yo no tengo tiempo. —Estaba por salir disparado de la cocina, pero gracias a la telekinesis de su hermano mayor quedó sentadito.— ¡No es justo! —Chillo como niño chiquito.

—Si es justo. —Sonrei con malicia y recogí los platos, dejándolo en el fregadero.— Te toca hacerlo héroe mimado. —Se burlo cínicamente.

Keigo observo horrorisado la cantidad de platos, tazas, cubiertos y el boul con el poco de masa que había utilizado para hacer el desayuno.

—Nada de huir. —Sonrio con el mismo cinismo el peli-blanco.— Y no utilices tu trabajo de héroe como excusa. Corrupto. —Palmeo su hombro con lástima fingida.

Takami rendido tuvo que lavar los platos, siendo fielmente vigilado por su hermano mayor.

—No nos presentamos. —Se acercó el stripper.— Soy Todoroki Touya, mis amigos me dicen Dabi. —Extendio su puño.

—Bakugou Katsuki. —Choco puños con el albino.— Desnudista.

—Pff~ ¿Perdón? —Keigo se forzaba por no soltar una carcajada.

—Apartir de ahora serás el Desnudista. —Lo señaló, resiviendo una mueca consternada del de cicatrices.— Y el héroe fetichista de patas.

—¡Pffff!~ ¡¡JAJAJAJA!! —El Todoroki y el Midoriya empezaron a reír a vivo pulmón mientras sujetaban sus estómagos y el Takami sentía sus orejas rojas y sus plumas esponjadas.

—Niño-pato-malcriado. —Gruño el rubio mayor con vergüenza.

—Apropocito, ¿Porque mierda me dicen niño pato? —Gruño.

—Preguntale a tu hermanito.~ —Se burló con una sonrisa cargada de cinismo.

—Te odio Takami. —Gruño Midoriya a lo bajo.

—Entonces... Hablemos niichan. —Sonrio desquiciadamente el Bakugou menor.

~🌺~🌺~🌺~🌺~🌺~

Buenos días tardes noches gente bonita. :'D
Espero que les haya gustado.
¿Creen que la amistad de Midoriya, Todoroki y Takami se ve forzada o fluida? ¿Las malas bromas los hacen reír o mí intento de comedia es un asco? Los leo.┗(•ˇ_ˇ•)—–>

Veré si puedo conseguir imágenes de la casa para que tengan más o menos una idea de cómo se ve la residencia Midoriya, les aviso que es grande y en algún futuro se entenderá el porque.

La nota con letra cursiva es de Keigo, la nota con letra en negrita es de Touya :v

No se si escribo bien a Katsuki ya que es un personaje “complejo” eh Izuku es un personaje “simple.”

Cuídense mucho.
Laven se las manos.
Tomen awa.
Usen alcohol (y no para tomar.)
Sayonara.🌺

Escrito: 25/06/21
Publicado: 30/06/21
Editado: ¿?

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