Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7. No es una cita


"...Así que ¿Qué nos puede pasar si decido que eres mi destino?..."

—Rewrite the stars de James Arthur y Anne Marie

Observo la puerta.

Sintiendo la tentación de salir corriendo.

Eso estaría mal. Por lo que me retracto, y finjo que no quisiera estar en cualquier otro lugar que no sea aquí.

—¿Puede ser con esta?—. La chica detrás del mostrador de la tienda no dice nada.

Se me queda viendo fijo. Como si parpadear o apartar la mirada estuviera contra la ley.

Era incómodo, más de lo que podía soportar. Así que me limite a dejar mi tarjeta a su alcance y voltear a otro lugar.

—¡Oh! Lo siento—. Se apresuró a cobrar mis compras.

Mientras te apresures, no habrá problema. Solo quiero largarme de una vez.

Guarde ese pensamiento para mí mismo.

—Aquí están sus cosas y su tarjeta—. Aunque cuando la extendió frente a mi parecía estar aferrándose con todas sus fuerzas a ella. —Antes de que te vaya, sé que es muy poco profesional de mi parte, pero...

Una pausa, observo como ansiosa muerde sus labios. Y cuando agacha la cabeza de repente todo su cabello castaño oscuro cayó por todos lados.

—¿Me darías tu número? ¡Por favor!

Suspiré, no es como que estás cosas pasarán seguido. Al menos no cuando me quedaba en mi casa, escuchando música hasta que mi papá me lanzaba lo que tuviera más cerca para que me apresurara a cenar.

Prefería no tener que pasar por esto. Talvez debí pedirle a Eliot que me acompañara, fuera o no un sufrimiento completo tenerlo cerca, me sacaría de un lío como este en un parpadeo.

—Oye yo...

Y agradecí cuando una respuesta que no tenía fue interrumpida.

Me había salvado.

Bueno eso pensé hasta que saqué el teléfono de mi bolsillo que vibraba, y al cual maldije cuando vi de quien se trataba.

—Disculpa tengo que irme—. Me apresuré a tomar mis cosas, y salir de ahí.

Solo para encontrarme con un centro comercial recurrido. No tanto como los fines de semana, pero tan molesto como en toda ocasión posible.

—¡Hola! ¿Me oyes, Asher?

Al otro lado de la línea se escucha la voz más irritante del mundo, y se de lo que hablo, la he escuchado toda mi puta vida.

—Te oigo, Liam.

—¡Oh, bueno! Creí que la señal era mala, o tú eras un idiota... Ambas son muy posibles.

Suspiro. Y veo en la pantalla la canción "Can I Call You Tonight" pausada, esperando que la vuelva a reproducir. Lamentablemente no será pronto.

—¿Sigues ahí? No me estás ignorando de nuevo ¿Cierto?

—No lo hago.

—Más te vale... Tú hermano mayor se saltó una clase para poder saber de ti.

—Vaya, ¿De verdad?—. Enfatice en el tono irónico de mi voz.

—Si bueno, la asesora no llego—. La línea por un segundo se envuelve en risas, son suaves, también ruidosas como para que se escuchen con tanta facilidad.

Logro reconocer una.

La de Rya.

—Supongo que eso es bueno.

—Si todo va genial, Ash... ¿Y el instituto?

—Todo bien—. Cambio mi teléfono de un lado a otro, y avanzó otro tanto. Todavía tengo cosas que buscar para no salir por el próximo mes. —Ganamos el partido de Básquet, el del festival deportivo.

—Ahh, no recordaba eso. Eres un idiota, y eso es increíble...— Se queda en silencio y ya me supongo que se le pasa por la cabeza. —¿Eliot?

—Está bien. Lo he visto entrenando por las noches hasta caer al suelo rendido, posiblemente inconsciente, seguro que logra esa beca.

Va a lograr esa beca.

—Lo hará, tranquilo. Además, estuve revisando los requisitos y lo de las nacionales es una mierda, pero está solo en la entrevista, todo depende de él. Y con la ayuda de su papá...

—No creo que Eliot quiera involucrar a su papá en nada—. Lo interrumpo

—Lo sé.

Y estoy por decir algo más, estoy por preguntarle por Rya, por la universidad o simplemente colgarle. Si, eso suena a lo más cercano que haría. Pero entonces la chica que lleva un vestido extraño.

Uno con pequeñas mariposas y un tipo de sudadera corta de color rosa, con unas zapatillas que no va con ese vestido, invade mi campo de visión.

—Ema...

No me doy cuenta del grave error que cometí hasta que la respuesta que no pedí, llega.

—¿Ema? ¿Quién es Ema, Asher?

Mierda.

—Liam te llamo luego, tengo que colgar.

—Oye. No te atrevas, Ash...

Cuelgo.

Me digo a mi mismo que no debería, que talvez solo tendría que seguir con lo que he venido a hacer en primer lugar.

Pero otra parte, una pequeña parte de mí que estos días es un poco más difícil de callar, hace que me acerque. Hace que con todas las intenciones que desconozco por completo, vaya hasta la pelirroja.

—Hey.

Ema da un pequeño brinco, y sostiene su pecho antes de hablar.

—Ah, eres tú—. Me dirige una pequeña sonrisa, lo que es extraño. Así que no se la devuelvo. —Hola, Asher.

—Hola—. Se me queda viendo, y solo trato de pensar en que se supone que vine a hacer hasta aquí.

Al parecer no lo tengo claro.

—Estas aquí—. Asiento una vez. —¿De compra? —. Asiento una vez más, y me siento un poco idiota.

—¿Esperas a alguien?—. La pelirroja se encoge de hombros.

—Salía con alguien el año pasado... Y me pidió vernos.

—¿Sabes? —. Frunzo el ceño. —No creo que declararse, y luego verse con su ex sea la mejor manera de conquistar a alguien.

Suelta una risita. Y no me parece tan molesta.

Aunque si me irrita que tenga tantas pecas en el rostro. Creo que nunca había visto a alguien con tantas.

—Solo vine porque quería recoger unas cosas que le presté—. Parece quedarse sin aliento. —Aunque es un idiota... creo que me ha dejado plantada.

Se encoge de hombros una vez más.

—¿Irías a casa luego de eso? —. No debería preguntar. No me importa lo que esta chica haga.

—Si.

Susurra.

Y, no se que se me cruza por la cabeza. Quizás alguien cambio mi cerebro por algún vegetal, y eso no me permite pensar con claridad.

—Acompáñame, te llevare a un buen lugar—. Me olvide de todo principio al tomar su muñeca y avanzar en la dirección que ya había trazado en mi cabeza.

Por suerte la cordura volvió a mi a unos cuantos pasos.

—¿Nos detenemos?—. Pregunto Ema a mi espalda

—Oye, quiero aclarar algo—. Solté mi agarre y volteé a ella.

Era una visión nueva.

No es como que odiara a Ema, si me resultaba problemático tener en cuenta todo el tiempo lo que ella sabía. Pero en general era una chica, nada más, eso no era tan molesto.

—¿Qué pasa?

—Esto no es una cita—. Suelto

—Ni siquiera se me cruzo por la cabeza—. Responde en tono burlón.

—Hablo enserio, Ema—. Me encojo de hombros. —No me importan lo que digan de mí, y no recuerdo una solo vez tomar en cuenta la opinión de nadie...

—¿Sabes?—. Me interrumpe, bueno he mentido, si que me parece molesta. —No tengo ni idea de porque me estas diciendo esto.

—No importa, solo esto no es una cita—. Suspiro y despeino mi cabello, no creo que tenga en cuanta ni una sola de las consecuencias de lo que me pide, ni el por qué le doy tantas vueltas al asunto. —Dejemos el tema aquí.

Parece no estar segura, pero me adelanto para no dejarle otra opción más que seguirme.

Atrape a Ema viéndome una vez más.

—Si no te gusta solo dilo—. Exprese con tono frustrado.

—Oh, no. El lugar me encanta.

—Entonces ¿Qué pasa?

—¿Cómo alguien como tú? —. Señala su alrededor.

No sé si entiendo el punto.

La pared al lado nuestro está cubierta por revistas. Y todo el lugar tiene tanto color que sacarse los ojos no seria una mala idea.

—Vaya, no sabía que eras ese tipo de persona Ema—. Finjo ofenderme, pero por su cara no entiende que estoy bromeando.

—Yo realmente lo siento. Pero tienes que admitir que esto no va nada contigo.

En eso yo también coincidía. Ese pequeño lugar, llamado "To ther order" no iba nada conmigo.

—Mi hermano me trajo aquí. Tienen los postres más deliciosos que haya probado nunca.

—Bueno, en ese caso no me queda más opción que creerte.

—Deberías—. Opino, y me levanto. —Te traeré algo, no te muevas.

Ella asiente.

Y voy muy hasta las grandes vitrinas donde está el mostrado y la caja de cobros. Donde ciertas personas que no conozco de nada, ya miraban hasta mi mesa, con la pregunta "¿Quién es?" en sus frentes.

—Hola—. La señora Mavis, la dueña del lugar asiente con la cabeza.

Una mujer regordeta, talvez de 60 años, nunca me había dicho su edad. De piel pálida y una sonrisa encantadora. 

—¿Qué te trae por aquí, Asher?—. Dice al mismo tiempo que parece limpiarse las manos con un trapo de cocina.

—Me gusta lo que venden aquí—. Sonrió un poco. —¿El acoso es gratis? ¿O requiere un pago extra?

—No sé de qué hablas, niño—. Ve hasta el chico de la edad de mi hermano que esta en la caja registradora. Ese de cabello oscuro y y hombros anchos—¿Verdad, Carlos?

—Así es, señora.

—Pero toma—. Entiende ante mis ojos un trozo de pastel de queso acompañado de diversas frutas. Admito que se ve delicioso.

—Gracias—. Me limito a decir. — También quiero dos Frappé de caramelo y...

Levanta su mano frente a mi, y yo solo puedo pensar que es mucho dulce para mí, pero ya me suponía que no lo suficiente para Ema.

—En un momento los envió. Ahora toma esto, es para tu "Amiga" —. Hace unas comillas con los dedos en la última palabra, a lo que le dedico una mirada severa.

Observo el tiramisú hecho a la perfección, incluso contenía una fresa entera en la parte de arriba, y un glaseado cremoso. 

—Toma—. Le extiendo mi tarjeta a Carlos cuando la señora Mavis se aleja de nosotros. —Toma la propina de siempre.

—Un día de estos te va a descubrir ¿Sabes? —. Niega con la cabeza varias veces. —No es normal que siembre que te aparezcas por aquí nuestras ventas aumenten tanto.

—Solo cállate.

—Eres un buen chico, Ash.

Lo ignoro y voy de vuelta a mi mesa.

(...)

—Esto es lo más delicioso que he probado en toda mi vida—. Algo de crema dulce reside en las comisuras de su enorme y brillante sonrisa. 

Talvez no es tan molesta.

Talvez esto no seria tan malo. 

Quizás y solo quizás, salir con ella no sea una mala idea.. 

No hay buenas o malas decisiones. Solo que Asher a veces piensa de más

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro