21. Hojas, menta y una tormenta
21.
Por Ema Charles.
La brisa de aquel campo en mi piel, en mi cabello, en mi vestido lila lleno de mariposas una tonalidad más fuerte, era ella la que afirmaba que estaba aquí, que él estaba aquí, que existíamos juntos, en algún universo, en alguna galaxia, en alguna posibilidad.
Era eso lo que nos susurraba que estábamos vivos.
Asher, bueno cuando se trata de él, las palabras temo que no eran suficientes, nunca en mi vida pensé que tendría que definir a una persona, y si soy honesta nunca se me hubiera pasado por la cabeza que esa persona seria Asher James.
Él se sentía como una brisa fuerte al inicio de una tormenta, como hojas y menta recién cortada, cuando el olor es escandaloso y todo dice "Estoy aquí, mírame, aquí, aquí, aquí". Se sentía como un claro en el bosque, uno que estaba lleno de misterio y se negaba a responder todas las preguntas que quería hacerle.
Un par de tosidos me volvieron de donde sea que estuviera mi mente a la cruda realidad.
—Toma el teléfono de una vez—. Escupió mi amiga Lara.
Yo estire mi mano, agarre el móvil del asiento del piloto, su esencia estaba ahí. En todo ese pequeño lugar podía sentir ese olor tan extraño que desprendía Asher, y no era molesto, solo era extraño que me resultara tan agradable.
Siempre he pensado que algunas personas suelen dejar un olor suave, por donde pasan. Me gustaba imaginar que ese tipo de personas dejaban su historia.
—Ya ya... aquí lo tengo—. Se lo mostré.
Ella puso los ojos en blanco y me jalo hacia donde nos había indicado Eliot que estaría el auto del director Dan.
Caminamos mucho hasta llegar ahí, quizás fue culpa de nuestra llegada tarde esta mañana, y que debido a eso nos estacionamos bastante lejos de la entrada.
Lara empezó a protestar, y yo deje de escucharla en cuanto mis ojos se cruzaron con Eliot Alister, quien parecía estar desesperado por nuestra llegada. Y no fue hasta que estuve lo suficiente cerca que lo comprendí.
Asher se había ocultado, sobrevivió con las relaciones necesarias, y estaba cómodo con eso. Hasta que por accidente destruí todo, toda esa visión de un mundo perfecto desapareció ante sus ojos.
Eso traía consecuencias, estaba cegada por disfrutar de toda la situación, no me percate de que todo este asunto de la relación falsa, lo estaba afectado. Vi un par de rostros, caras lindas, miradas concentradas, y coquetas. Tenían los ojos puestos en Asher, y parecían no querer apartarlos, les gustaba lo que veían.
Lara me dio unos golpecitos, y empezó a señalar de manera exagerada en dirección a los chicos, y luego cuando noto que no me movía, me tomo del brazo y empezó a llevarme hacia ellos.
El automóvil de director Dan estaba a unos metros del gran portón por donde era el inicio del campo varado, abandonado y sin gasolina seguramente. Con un hombre de 50 años, soltero y 2 perros que tenían destrozado su parte trasera, yo tampoco tendría muchas ganas de vivir.
—Justo a tiempo—. Declaro Eliot junto con un suspiro de alivio. —¡Ah! pero si es la NOVIA de mi amigo
Solté una risita por su mala actuación.
Hace solo un segundo estaba con su teléfono iluminando al castaño, quien yacía perdido en el motor del auto, tenia una mancha en su mejilla y el cabello desordena.
—Ve esto—. Me dijo cuando llegue a su lado, y tomo su camisa que ya no era tan blanca entre sus manos, que estaban llenas de grasa y me la mostro. Lo que en realidad no fue la mejor de las ideas, puesto que dejo dos enormes marcas más. —Ahh, eso lo acaba de empeorar todo.
—Si que lo hizo—. Y solté una risa sin poder evitarlo.
Asher se acercó a mí, había dejado caer la camisa blanca, pero algo hizo que se enredara, y maldecí y luego agradecí, y luego volví a maldecir ese algo. Justo cuando note que parte de su dorso quedo al descubierto. Mi risa murió casi al instante, y solo se me ocurrió decir algo, para disimular lo nerviosa que estaba.
—Es una lástima, se te veía muy bien.
Le sonreí de nuevo, y extendí su teléfono, a lo que dijo "Gracias en un susurro casi inaudible".
Estaba a punto de marcar al numero de Teo en su pantalla, o eso al menos logre ver.
Por algún extraño motivo, levantamos la mirada al mismo tiempo, me da la sensación de que mi corazón se detuvo por un segundo, y luego empezó a latir, talvez, a cien pulsaciones por minuto.
La mirada de Asher es profunda, siento que perfora cada parte de mi cuerpo con esos ojos verdes suyos, y lo vuelvo a pensar, no tengo idea de porqué entre tanto, entre tantas cosas en mi cabeza, es eso lo primero que llega a mi mente.
Quiero besarlo.
Y lucho por borrar ese pensamiento de mi cabeza, porque parece que soy la única.
La única con esta necesidad. Él está tan tranquilo, que ni se inmuta. Es como si no sintiera nada, parece que soy solo yo la que se tensa o a la que se le acelera el corazón cuando está cerca.
No me agrada eso.
Entonces estoy por apartarme, me niego a ser la única que se siente de esta manera, tan extraña. Pero ese idiota, ese idiota siempre está un paso delante de mí.
Y veo ante mis ojos una mano que va hasta a mí, cierro los ojos porque creo que esa es la manera de sentir con más intensidad, es la manera de recordar ese tacto, memorizarlo, guardarlo y aferrarse a esa ilusión, a ese recuerdo una vez que haya desaparecido.
Asher mueve mi cabello, hasta dejar descubierto todo el lado izquierdo, donde con un tacto suave desliza su mano, y pienso en lluvia, en menta, en tierra fresca, y en ese viento fuerte que llega justo antes de empezar una tormenta.
Una de esas que arrasan con todo, una vez que empiezan, y es por eso los huracanes tienen nombres de personas, al menos eso me había dicho mi abuela. O quizás lo había leído por ahí, lo he olvidado.
Se acerca, se acerca y se acerca más y antes de susurrar algo a mi oído deja un beso en mi mejilla. Y supongo que está actuando, asumo que esto es una actuación, y me asusta, me da tanto maldito miedo lo bueno que es fingiendo que le gusto... que me quiere.
—Tengo ganas de besarte justo aquí—. Susurra, y me da la sensación de que lo ha dicho alto, pero no es así.
Y pensé en muchas cosas antes de pensar en una respuesta para eso.
Pensé que todo esto, todas estas canciones que suenan cuando estamos juntos. Todas ellas podían ser algo.
Algo realmente hermoso, y devastador.
Nosotros podríamos ser algo, si él lo quisiera.
—Haces las cosas tan difíciles—. Murmure, más para mí que para él. Con lo que sentí era una mirada de autocompasión.
—¿Qué?—. Y suavicé todo lo que pude mis ojos, que insistían en clavarse en él, hasta lo profundo, admirar su presencia. Ambos estábamos bastante confundidos.
—No nada, dije que esperemos a que se llegue un poco más el lugar.
Uno de los autobuses que se encargaba de traer a los estudiantes recién llegaba, al parecer habían necesitado mas de lo planeado, bueno eso según lo que había escuchado de camino aquí, y por eso la necesidad de contratar otro autobús a ultima hora. Después de todo, no todo el mundo tenia un auto como Eliot, ni novios falsos como Asher.
—Oh, bueno esta bien—. Di un paso atrás, y pareció darme su mejor sonrisa cuando me acerqué a Lara de nuevo.
Parecía forzada.
(...)
Las chicas hablaban, pero no lograba poner atención en siquiera una palabra de todo lo que decían. Me siguió su tono de decepción, y esa sonrisa forzada que no entendía.
A veces creía entender a Asher, luego él se encargaba de que todo se viniera abajo.
—No lo entiendo—. Y me tape la boca arrepentida al ver que todas me dedicaban una mirada con curiosidad.
—Estas distraída—. Declaro Lara, como si afirmara que tenía la cabeza lejos de aquí.
—Hace sol, denle un poco de agua—. Expreso la pelinegra de cabello largo, que al parecer se llamaba Mary.
—Aquí aquí—. Y otra chica me extendió una botella de agua, no tenía mucha sed, pero decidí recibirla.
Le dedique una sonrisa y busque entre todos mis pensamientos su nombre, no hace mucho Lara me había presentado a estas chicas. Al parecer fueron compañeras en algún tipo de Club de Artistic Dance donde bailaron Lose You To Love Me, recuerdo que mi amiga hablo de eso uno o dos veces, y dejo de hacerlo porque se retiró después de su primera presentación, así que no volvió a ver a las chicas hasta hoy.
Y el nombre que buscaba en mi cabeza era Salie, la castaña que me extendió el bote con agua, y recibió una sonrisa de agradecimiento de mi parte.
—Tengo que decirlo—. La última chica yacía entre Mary y Salie, era rubia, y tenia el cabello bastante corto. Su nombre era Marty.
—No lo hagas—. Advirtió Lara y me rodeo con los brazos.
—Lo hare Lara, lo siento mucho pero no lo soporto.
Y yo no entendía nada de lo que estaba pasando. De verdad, que alguien me explique.
—¿Cómo? —. Y esta vez se dirige hacia mí. —¿Cómo lograste que Asher se fijara en ti?
Y Lara le da una mirada desafiante, parece que la quiere cortar en dos. Yo me tense, todo el cuerpo se me queda quieto y parece que olvide respirar, pero eso es bastante improbable, entonces suelte mis hombros, y hable, porque la vida sigue, las cosas siguen, incluso las mentiras.
—Supongo que simplemente paso—. Le doy una mirada insegura, que juega a ser dura.
—Ella no quiere ofenderte—. Replica Salie, algo asustada. —Solo... solo...
—No estoy ofendida—. Y es verdad, no tengo por qué.
—Te ve... y parece que se olvida que también estamos aquí—. Y sus palabras son afiladas, pero entrar a este juego, era estar preparada para esto.
—Envidia—. Dice Mary antes de que yo suelte una sola palabra. —Tienes que soltar esa mierda. Ema parece una buena chica.
—Lo sé.
—Y la mira como a nadie, este idiota está enamorado—. Por fin Lara hace su aparición, se que la haría, pero primero disfrutaría del conflicto.
—Eso creo.
—Hace rato ve hacia acá... No te pierde de vista ni por un segundo.
Mira hacia acá.
No te pierde de vista.
Mira, mira, me mira.
Doy vueltas a sus palabras en mi cabeza. Y giro de golpe, atrapo a un castaño de ojos verdes que me clara esa mirada suya, entre juguetona y discreta. Pone los ojos en blanco cuando no me muevo, no hago nada, me ha tomado desprevenida.
—Dale un besito—. Y sonrió al ver la expresión de Lara, imitando un beso extraño.
El resto de las chicas me miran con ilusión, menos Marty, ello parece moverse incomoda, y parece llevar sus ojos de un lado a otro, sus pupilas cafés van de aquí a allá.
Pero eso no me importa.
La brisa está ahí de nuevo, parece empujarme cuando me pongo de pie. Mi falda de mueve, mi cabello rojo abandona mis hombros y se pierde con el viento. El lugar esta más lleno que antes, algunos puestos se acomodan por aquí y por allá, si es no es ahora entonces ¿Cuándo?
—Vuelvo en un minuto—. Y no me molesto en oír las respuestas.
El camino hacia él, parece largo, y aunque cada paso en una línea de separación invisible que voy borrando de poco a poco, también parece ser un límite que es tan fácil de romper como una hoja seca.
Las miradas a mi espalda se sienten como punzadas, o cortes pequeños, la sensación es suave, pero ahí está, existe. Cierro mis manos en puños, mis uñas se me entierran un poco en la piel, ohh, como el dolor le recordaba a uno que estaba con vida.
—Hola—. Susurro al llegar a su lado. No pretendía que mi voz sonara tan suave, pero lo hizo.
Fue débil, cargada de miedo.
—Hola—. Me responde con una sonrisa en su rostro.
—¿Podemos retomar el tema? —. Y se sorprende, pero solo por unos segundos.
—Podemos... aunque estoy del asco—. Y sí que lo está.
Tiene en la mejilla un tipo de suciedad gris, las manos estas en parte limpia, es parte gris y negro. Su pobre camisa, bueno ya no quedaba ni un poco del blanco de esta mañana, era gris, y negra, y esas tonalidades juntas por todos lados.
—No me importa.
Y contengo la respiración, lo he sorprendido, y esta vez no trata de ocultarlo, sus ojos que pocas veces expresan algo están escandalizados, y me observan. Siempre con esa mirada suya, que me hace sentir pequeña, pequeña e indefensa.
—Realmente quiero besarte ahora—. Y sonrió
Y por ese pequeño instante me permito ser idiota, me permito engañarme a mí misma. Aceptar que quiero esto, pero solo ahora, solo por este preciso instante, ya me ocupare luego de lo que venga.
En un momento nos separaba unos centímetros, una distancia pequeña, pero notable, yo no lo tocaba a él, y él se mantenía a penas lejos. Y un segundo después estábamos ahí, uno contra el otro, su pecho contra el mío, sentí el golpe de sus labios tibios, su aliento a menta, su presencia que ya no era una brisa, sino la peor de las tormentas, me pregunté quien se había lanzado primero, o si lo hicimos juntos.
Y bueno, yo estaba dispuesta a danzar ante tal diluvio.
Asher tenia un sabor dulce, marcado, especial. Se aferraba a mí, como quien no quisiera perder nunca lo que sostenía. Me atraía hacia el como si conociera cada parte de mi boca, como si me conociera a mí.
Su mano tomo mi cintura, se deslizo y pareció dibujar con los dedos en mi espalda una palabra de ocultaba de mí, su boca me soltaba, y luego de una pequeña sonrisa me buscaba de nuevo, se aferraba a mí, y no me da tiempo de pensar en lo idiotas que somos.
En el juego donde estamos terminando metidos.
—Hay que parar... Creo que con eso ha sido suficiente—. Al solo pronunciar esas palabras agitado, lo suelto.
Me mira mal por un segundo, pero su pecho moviéndose así de rápido me decía más cosas de las que Asher lograría.
Me da miedo ver la reacción de todos, me da miedo lo real que estamos haciendo esta mentira, que no es más que eso, una gran mentira. Algo que surgió porque ambos compartimos un secreto.
Por eso me refugio en él, por eso es que no me atrevo a apartar la mirada.
—Entonces no hay vuelta atrás ¿Eh?—. Siento las palabras que van desde el fondo de su pecho.
Ahí donde hacen eco al parecer.
Y aunque mi boca solo pronunciar un "Cállate James" mi corazón decía "Deja eso, que no ves que me puedo enamorar de ti". No de broma, no como una mentira que se puede descubrir y echar a perder con el tiempo.
Puedo enamorarme de ti, enserio.
No puedo hacerte eso, no puedo amar a alguien a quien no le gusto si quiera. En primer lugar, no estaríamos aquí si no hubiera descubierto su secreto. Si no quisiera una estúpida historia de amor, aunque solo fuera una falsa.
No me gusta lo que estoy sintiendo. No me agrada la culpa que me invade al estar en esta situación tan confusa y solo poder pensar en que quiero besarlo de nuevo. No puedo ni darme una explicación coherente a mí misma.
Mierda.
Estamos haciendo un lio de magnitud catastrófica.
Nota de autora: ¿Les va gustando la historia?
Porque siento que hasta ahora van muy bien
Y bueno, de mera casualidad ¿Les gusta Eliot y Reece? yo solo pregunto.
Escuchen en spotify la música de estos:
El link esta en mi perfil.
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