17. De camino a Ephemeral
17.
Por Ema Charles.
Una discusión se desató frente a nosotros, entre el conductor del auto y mi mejor amiga. Eliot y ella parecen entrar en duda sobre si vamos o no en la dirección correcta, pero yo rápido dejo de ponerles atención, tengo otros problemas de los cuales ocuparme, y el que representa el mayor dolor de cabeza está a mi lado.
Sus ojos están perdidos en algún lugar del camino, entre los robles grandes, las montañas, el cielo repleto de nubes, fuera de la ciudad y talvez fuera de aquí. Entre la calidez del verano que acabará muy pronto.
Quizá también está perdido en su cabeza al igual que yo.
Nos dirigimos a una ciudad, de la cual solo he escuchado el nombre, Ephemeral. Esto paso porque Eliot quería estrenar su auto nuevo, y Asher ir a un lugar. Al parecer involucraba recorrer por varias horas la carretera, y de alguna forma termine involucrada.
Y como no me iba a permitir caer sola, traje a Lara conmigo.
—Mi hermano estudio allí—. Menciona el castaño a mi lado.
—Si, escuche cuando lo dijo.
No sé qué más decir, el lugar me hace pensar en un comercial de televisión, "Ephemeral, donde los sueños nacen, donde las oportunidades existen, y donde las personas son posibilidades", pero si se lo digo vere una de esas sonrisas engreídas en su rostro, y eso no lo voy a permitir.
—¿Está muy lejos?—. Me arriesgo hablando de nuevo, James a penas me pone atención, empezaba a estar más del mundo de los sueñes que del nuestro.
—Son alrededor de 4 horas... Duerme un poco.
Pero no creo que eso sea posible, es demasiado tiempo. Podría ver por la ventana un rato, incluso imaginar las posibles circunstancias donde Asher tenga que besarme de nuevo, pero debido a que eso último no debería si quiera estar en mi cabeza. Entonces me quedo sin métodos de entretenimiento.
Talvez debería aprovechar este tiempo para recordar que esto es falso, recordarle a mi tonto corazón que es una gran mentira, y que puedo salir lastimada. Quiero tomarme esto como el posible futuro de una amistad, todo estará bien si lo pienso así.
—Es mucho tiempo.
Entonces Asher entre abre los ojos, busca algo con dificultad en su bolsillo, lo que resultan ser par de unos audífonos blancos, los cuales con evidente pereza conecta a su teléfono.
—Escucha entonces...
Y se coloca uno de los audífonos, extiende el otro hacia mí, pero supongo que fui lenta, solo que me siento distante a toda la situación.
Y esto lo impacienta.
Entonces lo hace él. Su tacto delicado me envía un escalofrió por todo el cuerpo, también me recuerda a las flores, su olor suave a menta, y luego la calidez de su mano abandona mi cuerpo tan rápido que deseo exigir que se queda más. Pero no, no me corresponde.
—Hacen tan linda pareja—. Lara nos ve, a sus ojos somos una pareja de verdad.
Me invade un dolor en el pecho llamado culpa.
Veo la sonrisa de Eliot por el retrovisor y tragó saliva muy lento. Siendo precavida.
Asher gruñe, al parecer el esta distante a toda la situación, como si no lo involucrara en lo mas mínimo, aunque mas bien no le importa ni un poco. Luego se empieza a mover, hasta que cae a mi hombro donde parece estar muy cómodo.
Decido por esta vez imitarlo, ignorar a todo y perderme en la música, así que ese es mi plan. Me recuesto también en su hombro, wake me up es lo último que escucho antes de caer completamente dormida.
(...)
Para cuando abro los ojos por primera vez en lo que parecen ser horas, la parte del frente del auto de Eliot está vacía, solo puedo observar algunos indicios de las personas que antes estuvieron ahí. Incluso trato de convencerme que todo fue un sueño, y que debo estar en mi casa dormida, pero no, por más que me doy pequeños golpes, no despierto.
Estamos en algún tipo de estacionamiento, aún es de día y puedo observar por algunas hojas volando fuera que el clima debe estar fresco. Hace sol, y esta apunto de llegar al rostro de la persona que duerme con placer a mi lado.
Siento un dolor fuerte en mi hombro izquierdo, y me invade un leve golpe de culpa por querer lanzar lejos a Asher. Quien, si me lo preguntan, no debería verse tan bien cuando solo esta durmiendo. Tiene las pestañas largas, su pecho sube y baja de forma lenta, su cabello está un poco despeinado, por el calor puedo percatarme de que sus mejillas están un poco acaloradas, y aterrizo en su boca, tiene los labios entre abiertos, lo que me hace querer saber si justo ahora un beso suyo sabría bien.
Podría verlo por horas, pero no hay tiempo para eso.
—Asher...— trato de susurrar su nombre, para que se despierte de una forma tranquila.
Y se mueve un poco, pero no parece querer despertar. Veo a la ventana antes de volver a intentarlo, quiero ver desde ahí afuera, quiero ver calles, los edificios, las librerías, las mariposas de todos los colores, ellas insisten en mostrarme que era la libertad. Y quería hacerlo con Asher, quería que ese idiota me acompañara.
Pensar en eso me resulto extraño.
—Asher... te besare de nuevo si no despiertas...
No se movió, mi amenaza era en vano, no lo haría.
—¿Llegamos? —. Pregunto en voz ronca cuando al fin se digno a despertar.
Y me obligué a contener la respiración porque su voz justo ahora, más su rostro extremadamente tierno eran demasiado para mí.
—Hace ya un rato.
—¿Por qué no te has salido? —. Ignore su pregunta y solo abandone el auto.
—Anda, demos una vuelta, y luego vayamos donde quieres ir.
Se me quedo viendo. Esta a tan solo uno a dos pasos, podría tocarlo si estirara la mano un poco.
—¿Dónde quiera ir?
—Se que quieres ir a algún lado. Iré contigo si me compras un libro.
—¿Cómo lo sabes?
Y no tenía idea, no sé porque tenía un presentimiento de que Asher no estaba enamorada de la ciudad de Ephemeral. Sino que venia buscar algo, solo esperaba que no fuera a alguien.
—Lo se y ya. Me lo han dicho las mariposas.
No tenía otra respuesta.
El ignoro mi comentario. Y llego hasta a mi tan rápido, y de la misma forma que lo hizo a mi vida. Sin avisar y de golpe.
—Vamos por tus libros entonces, cariño.
(...)
Las calles de Ephemeral se sentían como casa, pero no como las de nuestro hogar. Había ruido y mucha gente, había tiendas y café, y eso era suficiente para que se sintiera como casa.
Asher me llevo a la librería mas cercana que conocía, era una pequeña tienda con dos ventanas de vidrio, al medio estaba la puerta abierta. Al lado izquierdo había libros viejos, ediciones especiales, y títulos en ingles que nunca había escuchado. Al lado derecho había títulos mas juveniles, como "La biblioteca de la media noche", "La hipótesis del amor", "Cartas de amor a los muertos", "El arte de ser nosotros" y muchos más que lograba reconocer.
La librería se llamaba "The whispers".
Amaba mucho el sonido que, hacia la palabra al pronunciarla, me recordaba a las protestas que suelen ordenar los bibliotecarios para que guardes silencio.
Yacían inquietas algunas flores en la entrada, varias mariposas de distintos colores iban y venían al verlas. Una se coló en mi cabello, y yo no podía estar más emocionada, hasta que descubrí la mirada de Asher en mí, y me frustré un poco al no tener ni idea de que había tras sus ojos.
Esos malditos y hermosos ojos verdes.
—Ven conmigo.
Y si lo hizo, me siguió sin hacer ningún ruido. Sin protestar que era lo más importante.
Olía bien adentro, a libros, nuevos y viejos, ese olor familiar que siempre es bienvenido. Tenían dos estantes, enormes, es cada lado, y luego un pasillo largo que llevaba hasta un chico de talvez unos 19 años que saludaba con la mano y una sonrisa segadora.
Tenia ganas de recorrerlos todos, leer cada uno de esos títulos, pero entonces me quedaría semanas atrapada aquí, y Asher todavía tenia que ir a un lugar.
—¿Limite?
James me dio la sonrisa mas malditamente perfecta que alguien con todas sus cualidades puede dar.
—Toma los que quieras.
Y por eso le perdono ser un idiota.
Entonces la sensación que me invade no es otra mas de agradecimiento, y luego culpa, porque el golpe económico que tendrá Asher después de esto, se vera en su fondo estudiantil.
Entonces a penas le echo un ojo a algo que no sean mis manos tomado títulos que quería leer, fue bueno hacer una lista y luego memorizarla, veo "La casa en el mar más azul" y va directo a las manos de Asher, le sigue "Una perfecta confusión", también "El amor prende de un hilo", "Asesinato para principiantes" del cual, Asher suelta un chiste malo.
Pasa alrededor de un ahora cuando termino, y me temo que quizá sobrepase los límites invisibles puestos, pero Asher no ha dudado ni un segundo en pasar su tarjeta de crédito, y tomar los libros en sus manos, sin dejar que le ayude un poco.
(...)
Después de dejar todo en el auto de Eliot, Asher me sostuvo la mano, y yo simplemente lo seguí. Para cuando llegamos a un tipo de plaza con muchísimos locales, curiosamente lindos, me llevo hasta donde había tres que destacaban un poco más que los demás.
Había un bar pequeño, pero llamativo y extravagante, pintado en verde y blanco. A su lado derecho una tienda de instrumentos especialmente sobresaliente con las siglas MYMP, y el último puesto era club de música.
—No me digas que vinimos aquí porque querías una nueva guitarra—. Mi tono expresa burla, pero también estoy llena de curiosidad.
Esta viendo extrañamente interesado en la tienda de música, pero no es eso a lo que creo que le presta atención.
—Me presente en ese club a principios de este año.
—¿Enserio? —. Asiente con precaución.
—Fue un tipo de prueba extraña, era una presentación en vivo. Solo que era uno de los días más recurridos.
—Debiste estar asustado...
Y quiero decir algo más. Pero solo callarme a mi misma, me sentí tonta por pensar que Asher había conseguido todo con facilidad, pero no era así.
—Lo estaba—. Y veo una pequeña sonrisa en su rostro.
Lo estaba. Repite, como si tratara de convencer a alguien de lo contrario.
—Este lugar se llama Ephemeral, porque al principio nadie lo veía como un hogar. Era un tipo de estadía momentaria, fugitiva. Pero al final se quedaron, porque se vieron atrapados por sus encantos.
Su vista volvió a la tienda de nuevo, no entendí que quiso decir con sus palabras, pero sabía que había secretos detrás de ellas, siempre era así. Entonces opte por descifrar lo más fácil.
Aunque no se lograba observar mucho de este lado, a penas algunas cajas e instrumentos colgados por todos lados. Supongo que estaban remodelando el lugar, mas allá, capa por capa, quería descubrir que tenía cegado a Asher.
—¿La chica? —. Pregunte, incrédula.
Había una chica castaña, alta y delgada, talvez uno o dos años mayor que nosotros. Me sentí tonta si era de eso de lo que se trataba, hubiera preferido quedarme en el auto.
—¿Chica? ¿De qué hablas Ema?
Le señale la tienda, y lo que paso a continuación sobrepasaba cualquier situación a la que hubiera llegado.
Asher se rio, se rio de mí. Disfrutaba verme así, lo voy a golpear.
—Es el chico.
Solté su mano, si me iban a dejar era justo de ese nodo.
—¿Lo conoces? —. Pareció meditar su respuesta, pues abrió y cerro la boca un par de veces.
—No. Pero lo vi, una vez. Por alguna razón siento que debería hablar con él.
A veces, debo admitir, que no conozco ni un poco a este chico.
—¿Ese es el chico de tu historia? —. Asher dudo, pero después de pensarlo asintió lento.
Y todas las piezas cayeron a su lugar de golpe.
—Hablaras con el entonces. Y no es pregunta, es una orden.
Tome su brazo, y de un paso a la vez la distancia entre nosotros y la tienda de música apareció. La pequeña campana de la entrada tintineo cuando entramos, y me pregunte de donde había salido tanta impulsividad como para terminar en esta situación.
—Buenas tardes... ¿En qué puedo ayudarles?
Por un momento no pude decir una sola palabra, este chico era demasiado atractivo, incluso hasta llegar al nivel de Asher. Era como si estos dos, vinieran de un universo totalmente diferente al nuestro, como si existieran en una de infinitas posibilidades.
—¿Estas bien? —. Me pregunto la castaña, que estaba junto al chico pelinegro.
Con ojos de un color extraño.
—Lo estoy, gracias.
Y me pregunte si Asher había huido, pero estaba atrás mío como un pequeño niño asustado. Era lindo.
—¿Se les ofrece algo? —. Leí en su placa esta vez, Jayce, Jayce Adams.
—¿Tienes un minuto? —. Señale la puerta de salida.
La castaña, y Jayce se dirigieron una mirada cómplice. Pero luego escuche que gritaba a alguien para que lo cubriera un rato, y todos terminamos por abandonar el local.
Ellos estaban frente a nosotros, o nosotros frente a ellos. La chica castaña me pasaba por algunos centímetros, pero lucia relajada, con un aire maduro. Jayce era pelinegro la piel tal clara como la nieve y bueno... Todo el gritaba "Mírame" pero de una forma, no se ¿Elegante? ¿Sutil? ¿Qué sabré? Es la primera vez que veo alguien así.
—¿Hay algún problema? —. La voz de la chica se mostró amable.
No pude hacer más que verla a los ojos. Se me han quedado las palabras atoradas, o se han perdido en algún lugar de mi garganta. No sé porque me siento tan nerviosa. Vaya, entonces es cierto que la gente atractiva intimida.
—Mi... —creo que en estos minutos he pensado más que en toda mi vida. Como se supone que debo llamarlo, debería fingir o no con ellos, la vida no tendría que ser tan complicada. —Mi amigo quisiera hablar con Jayce.
Ellos intercambian una mirada. Cómplice, cariñosa, hasta empalagosa. Cuando vuelve a mí, ella está sonriendo.
—¿Te parece bien pesado?—. Le da un codazo y este se le queda viendo como un total enamorado antes de responder.
—Me parece bien come libros—. Sonríe de forma amistosa.
Luego siento que intercambiamos parejas, ella me toma del brazo y escucho como Jayce y Asher empiezan a hablar. Bueno, supongo que necesitan algo de privacidad.
Cuando estamos lo suficiente lejos de los chicos, ella me lanza una pregunta que me toma por sorpresa. Algo tiene que ver, que su belleza me resulta hipnotizante.
—¿Es tu novio?
Y toma asiento en la acera frente a la calle principal. Cerca del lugar por el que llegamos. Me le quedó viendo porque no sé qué hacer, no sé si sentarme junto a ella, así que en lo que encuentro una solución respondo su pregunta.
—Es algo así—. Técnicamente no es una mentira. —Fingimos ser novios.
No sé porque se lo confieso, pero parece que estuviera reteniendo aire en mis pulmones todo este tiempo. Y al fin hubiera salido.
—Oh, eso no parece una buena idea... me refiero a la parte de "Fingir"—. Optó por sentarme junto a ella.
—¿Por qué lo dices?
—Usualmente las mentiras siempre son descubiertas... Y cuando eso pasa las consecuencias pueden ser impredecibles.
—Creo que a este punto no hay vuelta atrás.
Ella tiene algo de razón. Pero no quiero pensar mucho en eso. Ya lo hemos anunciado. Seguro la siguiente semana, ya todo el instituto estará enterado.
Si el periódico escolar se centrará en este tipo de cosas imagino que la primicia de esta semana sería algo como "Asher James, el chico del que nadie sabe nada, se le ha declaró en la fiesta de Eliot Alister, nada más ni nada menos que a la chica pelirroja de segundo A, esa que quien sabe cómo se llame".
—Soy Enot Miller, por cierto—. Sonríe de forma muy auténtica, y extiende su mano. A lo que yo la tome y también me presento.
Olvidando la estupidez que pensaba.
—Un gusto... Soy Ema Charles.
—Un placer conocerte.
Giro para observar a los chicos. Solo quiero darles un vistazo y asegurarme de que todo está bien. Pero no parecen tener problemas. Incluso ha hecho que Asher sonría. Vaya, lo envidio. Es la primera vez que hablan, a mí me llevo una semana sacarle lo más cercano a una sonrisa.
Y más que eso para que dejara de ocultar lo preciosa que es esa expresión en su lindo rostro.
—¿Es tu novio?—. Lo pregunto distraída, por lo que no me doy cuenta que pudo ser una pregunta imprudente. —Si es privado está bien, no quiero ser entrometida.
Enot sonríe, y mira hacia Jayce, quién le guiña un ojo muy coqueto cuando se percata de su mirada.
—No me importa... Y si, llevamos juntos algunos meses. Es la persona más increíble del mundo.
Y ya lo creo.
—¿Cómo se conocieron?—. Se ven como una pareja tan enamorada.
Qué hasta da curiosidad.
—Me ha pedido enamorarme el año pasado—. Contengo la respiración.
Pero ella habla enserio. Le brillan los ojos, no está bromeando, ese chico de verdad le ha dicho eso.
—Ah, pero sí que es una historia única. Creí que esas cosas solo pasaban en los libros.
—También yo... Oye, si algún día vez un libro con el nombre "Los días hasta enamorarte" no lo pienses dos veces y llévate un ejemplar.
Sonríe con tal dulzura que me es imposible no decirle que sí.
—Si veo un libro así, incluso le comprare un ejemplar a Asher.
—Genial Ema... por cierto ¿Qué edad tienes? No pareces tan pequeña.
De hecho, solo trata de ser amable, porque ya sé que si me veo mucho más pequeña.
—16, casi 17—. Sonríe de lado. —¿Y tú?
—18... Igual que Jayce—. Igual y se ve de su edad.
Solo que Enot suelta una madurez algo curiosa. Realmente me parece interesante.
—¿Qué piensas estudiar?—. Se ve que le va más al arte, pero a uno único.
Destella un brillo que al igual que su novio salta a la vista, igual que Asher. Vaya entre más personas conozco, más puedo ver lo especiales que son.
Un punto para mí.
—Cinematografía, ya veré qué más...
—Oh, pero entonces vas a crear películas—. Abrí los ojos y me le quedé viendo.
Ella era increíble.
—Este año voy a participar en un concurso que organiza mi instituto... Es de cortometrajes y esas cosas.
—Espero tengas suerte Enot.
—Gracias Ema... Suerte también con tu relación, ese chico parece una buena persona.
—Y lo es... Suerte también con la tuya.
Lara y Eliot llegan. Y ninguno fue capaz de disimular su lado chismoso. Claro que les hice señas a ambos para que se acercarán a Enot y a mí, para que dejaran a los chicos hablar un poco más.
Disfrute esa tarde, Ephemeral realmente era un lugar mágico.
Nota; No diré nada en mi defensa. Así que mejor disfrutar. Abra maratón esta semana, así que hay que estar preparados para leer a estos bebes, por un buen rato.
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