18 | «Ayer recordé algunas cosas»
Melody me lanza una rama antes de dejarse caer en la arena riendo a carcajadas. Lanzo la rama de vuelta al agua e imito su pose dejándome caer a su lado con la respiración entrecortada por la carrera.
—Giulia no mintió, la Luna está preciosa —dice ella suspirando—. Ojalá existiera un transporte ordinario hasta la Luna.
—¿Pagarías por ir a la Luna? —frunzo el ceño.
—Pagaría hasta por tener un pedacito de ella... Es hermosa, lo haría sin pensármelo dos veces, ¿tu no?
—No tengo el dinero suficiente, pero si lo tuviera ni siquiera consideraría hacerlo... —niego con la cabeza—. Se me ocurren mil cosas antes que gastarlo en una roca.
—No sabes disfrutar los detalles buenos de la vida —junta sus dedos en un montón sacudiendo su mano de adelante hacia atrás—. El dinero va y viene, la experiencia se queda...
Ruedo los ojos sonriendo—. A menos que pierdas la memoria, la experiencia es nula sin recuerdos.
—Si pierdes la memoria lo que te quedará son las personas con las que hayas compartido esas experiencias —Noto que gira su cabeza para verme—. Mírame a mí, te tengo a ti, a los chicos... No los perdí.
—No nos perdiste porque regresaste a Barstow, si todavía estuvieras en New York seguramente ya no hablarías con ninguno de nosotros... O bueno, solo con Phebe y Giulia.
Pensar en eso me hace creer que de verdad estábamos destinados. Bien podría haberse quedado en New York, dando shows y siguiendo con su vida de estrella, pero decidió regresar y eso cambió absolutamente todo.
—¿Si éramos amigos por qué no me fuiste a ver a New York?
—Fui cuando todavía estabas en coma —aprieto los labios—. ¿No cuenta?
—Me refiero a después, cuando ya estaba bien... Ni siquiera me enviaste un mensaje, Harry.
—No me creía capaz de hablarte sin decir nada de lo que se supone que no debíamos decirte.
—Puedes decírmelo ahora —Al mirarla la encuentro sonriendo y hay algo en el gesto que me hace querer soltarle todo sin pensar en las consecuencias que eso traerá—. Aunque creo que ya lo sé.
—¿Qué sabes? —frunzo el ceño sintiendo mi estómago encogerse.
—Ayer recordé algunas cosas —su mano toca la mía sobre la arena, toca el anillo y esta vez no la aparto—. Estabas en la cocina de mi casa, de nuestra casa, te veía golpetear las cucharas contra la mesa como si fuera tu batería —sonrío—. Recuerdo que tomé una cuchara e hice como si fuera un micrófono. No sé qué canción cantamos, pero sé que lo hicimos.
—Locked out of heaven —Ese día dijo querer rememorar nuestro primer beso, así que hicimos exactamente lo mismo que el día de su cumpleaños, solo que con una diferente locación.
Ella asiente—. Estábamos juntos y no solo por sexo, ¿verdad?
—El quince de enero te pedí que fueras mi novia.
—Con un anillo —sonríe enseñándome el anillo que cuelga de su cadena.
—Pensé que ya no lo tendrías.
—Estaba guardándolo hasta saber quien eras —suspira—. Te odio, Harry Bianchi.
—¿Qué?
—Llevo dos meses intentando encontrarte, sintiéndome culpable porque comenzabas a gustarme y no quería fallarle a ese alguien del que estuve enamorada y resulta que eres la misma persona —golpea mi brazo—. Debí desconfiar de mamá cuando me aseguró que eras un buen chico y siempre hablaba de ti. No sé qué le habré dicho siendo Dakota, pero de seguro fue excelente porque te adora.
Sonrío regresando la mirada a la Luna—. Quería decírtelo, pero primero los doctores nos lo prohibieron y luego pensé que quizá podría volver a enamorarte...
—Que egocéntrico —vuelve a golpearme y mi sonrisa se ensancha.
—Funcionó, ¿no?
—Te odio.
—No te creo —me encojo de hombros—. ¿Qué más recordaste?
—A Box —sonríe acercándose más a mí—. Recordé la noche en que lo trajiste a casa y como fue uno de los momentos más felices de mi vida.
La expresión que tenía en el rostro esa noche llega a ni mente y sonrío.
—Esperé que lo recordaras el día que lo viste en el cumpleaños de Giulia y si soy sincero, me ofendió un poco que no lo hicieras.
Sé que a Box también.
—Ahora que lo sé me siento una estúpida... No puedo creer que mi mente borró a esa enorme bola de pelos.
Se gira de costado y recuesta su cabeza sobre mis piernas. Al bajar la mirada hacia ella la encuentro sonriendo y no puedo evitar sonreír también.
—Creí que lo de nosotros era solo sexo y eso es tu culpa —frunzo el ceño—. No me mires así —sentencia con el dedo—. Tienes pinta de mujeriego y Garret me dijo que le temías al compromiso...
—Garret quiere que le hagas caso desde la primera vez que te vio.
—Lo supuse y aunque al principio le creí, cuando comencé a pasar más tiempo contigo me di cuenta de que mentía. Todavía creo que eres un mujeriego, pero espero que haya quedado en el pasado... Ahora, con respecto a lo del compromiso... Cuando hablamos de esposas, me pediste que te pusiera esposas porque no querías ser libre —sonríe.
—¿Recuerdas eso?
—Lo recordé el otro día cuando mencionaste algo similar... Te dije que habían detonantes que me hacían recordar cosas.
—Quiero ser tuyo —digo y ella toma mi mano haciendo girar el anillo en mi dedo—. Voy a tatuarme debajo del bíceps «Propiedad privada de Melody Corbyn».
—Primero tenemos que ver dónde nos dejan mis recuerdos —muerde su labio inferior—. Tienes que decirme qué pasó el día del accidente. Sé que iba a tu casa, pero no tengo claro por qué.
—¿Quieres la historia completa o un resumen? —sonrío—. Porque si quieres la toda la historia será mejor que te escriba un libro y así no te pierdes ningún detalle.
—Creo que por ahora estaré bien solo con el resumen —ríe.
—Desde que llegaste a la ciudad nos mentiste en absolutamente todo, las mentiras siempre han sido un tema complicado en mi familia y por eso no me gustan. Mientras estábamos juntos te pedí que fueras sincera y aunque tuviste la oportunidad de serlo no lo fuiste. Un día contesté una llamada de Erika en el que decía tu nombre, el real, y te busqué en internet.
—Desapareciste un montón de tiempo —su ceño se frunce.
—Solo fueron unos días, no seas exagerada —niego con la cabeza—. Cuando decidí que iba a enfrentarte con la verdad fui a buscarte al bar y otra vez te di la oportunidad de que fueras sincera, pero seguiste mintiendo y me sentí traicionado.
—Pero ahora entiendes por qué no podía decirle nada a nadie, ¿no?
—Sí, pero en ese entonces me dolía que no pudieras confiar en mí. Vivíamos juntos Melody, era la primera persona que veías al levantarte y la última antes de irte a dormir... Solo quería la verdad.
—Me gustaría poder dártela ahora, pero no recuerdo mucho de ese día...
—Ya no la necesito —me encojo de hombros—. Es parte del pasado.
—¿Nosotros somos parte del pasado?
—Estás loca si crees eso —la miro a los ojos—. Te amo, Melody y no podría dejarte en el pasado ni aunque lo intentara.
—¿Recuerdas que te dije que tenía algo que hacer antes de poder avanzar contigo?
—Sí y voy a esperarte, no importa cuanto pase, te lo prometo.
—Eres muy idiota —Vuelve a sentarse sonriendo—. Lo que tenía que hacer era encontrar al chico con el que salía mientras era Dakota para decirle que me gusta alguien más, que es recíproco y que quiero descubrir qué camino nos preparó el destino...
Frunzo el ceño y abro la boca para hablar, pero ella acalla mis palabras con un beso.
—Quiero una segunda oportunidad. Esta vez sin ninguna mentira —susurra contra mis labios.
Acuno su mejilla en mi mano y vuelvo a besarla—. No tengo que darte ninguna otra oportunidad porque no acabamos mal, Melody.
—¿Ah, no?
Niego con la cabeza—. Cuando supe lo de las mentiras me fui de casa para pensar. La noche del festival te dije que iba a regresar, que ya no tenía que pensar nada más y era cierto. No importaba tu nombre ni tu pasado, amaba a la chica que había conocido por quien era en ese momento, no por lo que fue.
—¿Fui yo quien te rompió el corazón?
—¿Por qué crees eso?
—Tu canción, creí que era para mí.
—Que egocéntrica —la pecho con el codo.
—Hablabas de recuerdos y cosas —se encoge de hombros—¿Para quien era?
—Para una chica a la que amé mucho... su nombre era Dakota —me da un golpe suave con el hombro.
—Voy a comenzar a sentir celos de mi yo del pasado.
—No has cambiado mucho —subo y bajo las cejas—. La fama no te cambió para nada, te felicito, estrellita pop.
—Vuelve a llamarme así y la próxima vez que Garret me invite a salir le diré que sí.
—No soy celoso —me encojo de hombros—, pero vas a tener que volver a ponerte ese anillo.
—Ah, no —niega con la cabeza—. No voy a llevar el anillo. Si no eres celoso supongo que no va a molestarte que no le muestre el anillo y le diga que soy tu novia cuando intente besarme.
Sonrío ladeando la cabeza—. Bien —asiento—. Pero ten en cuenta que pienso decirle a todos los medios que eres una pésima novia, voy a decirles que me olvidaste y que al regresar a Barstow pensabas engañarme conmigo mismo.
—Será una buena historia para contarle a nuestros nietos.
—Sí, sobre todo la parte en que fingiste tu muerte y tiraste tu auto frente a un camión y todo eso...
Ella carcajea contagiándome y haciendo que nuestras risas resuenen a lo largo y ancho de la playa vacía.
—Perdimos dos meses de estar juntos solo porque querías volver a enamorarme, de verdad eres egocéntrico.
—No es tiempo perdido si lo recuperamos.
—Empecemos ahora —mira el reloj inexistente en su muleca—. El reloj no se detiene.
—Bien —Me pongo de pie y estiro mi brazo hacia ella para ayudarla a hacer lo mismo—. ¿Quieres volver a ser mi novia, Melody Corbyn Kein?
Ella se quita la cadena y vuelve a colocarse el anillo en su dedo—. Sí —me da un beso sonriendo—. Tenemos que escribir la segunda parte de nuestra historia.
—Esa segunda parte está escribiéndose desde que regresaste a la ciudad y Abraham me manipuló para que fuera al bar.
Se cubre la boca ocultando su sonrisa—. Puede que tuviera algo que ver en eso... Digamos que... Había visto algunas entrevistas que le hicieron a Moor y llamabas demasiado mi atención, quería verte.
—Pensabas engañarme conmigo mismo —carcajeo— Y encima me pedías que no se lo contara a nadie.
—No quería que se... que te enteraras y te sintieras mal, así que pretendía mantener en secreto nuestro coqueteo.
—Voy a reprochártelo toda la vida, tenlo por seguro.
—Y yo voy a besarte a modo de perdón cada vez que lo hagas —apenas termina de hablar se tira encima de mí haciendo que caiga y carcajeando me besa.
Nos quedamos tirados en la arena besándonos, riendo y hablando de cualquier cosa hasta que el sol comienza a salir y el sueño a atacarnos a ambos.
—Ahora sí podríamos volver al hotel —Melody se pone de pie—. Quiero dormir aunque sea un rato antes de regresar a Barstow.
—Podemos quedarnos un día más si quieres —propongo entrelazando nuestros dedos para comenzar a caminar hacia el auto.
—Mamá se marcha en la tarde a New York, quiero estar en casa para despedirla y además, le prometí que iba a contarle con lujo de detalle todo sobre esta noche.
—¿Sabe lo de los recuerdos?
Asiente—. Le dije que iba a hablar contigo y se emocionó... ¿Qué fué lo que hiciste para que te quiera tanto?
Me encojo de hombros riéndo—. Solo mírame, soy el sueño de cualquier suegra.
—Ay, sí —me empuja, pero no logra apartarme mucho más que unos pocos centímetros—. Eres una pesadilla.
Al llegar al auto volvemos a besarnos, tomo su mano y no la suelto sinó hasta que estaciono frente a nuestro hotel y es necesario para que podamos bajar.
Una vez en la habitación, me quito los zapatos llenos de arena y sacudo la ropa antes de dejarla sobre la otra cama y ponerme los pantalones grises de mi pijama. Melody sale del baño con un pijama rojo con corazones rosa estampados en él y me mira seria.
—No se te ocurra reírte —sentencia con el dedo.
Yo me rasco la nariz negando con la cabeza. Se ve graciosa, sí, pero a la vez adorable y por lo único que podría reírme sería para verla molesta.
—¿Cómo harás para dormir sin Booboo? —pregunto dejándome caer de espaldas en la cama.
Ella se tira a mi lado y pasa un brazo por encima de mi torso desnudo.
—Si me dejas abrazarte no creo que note su falta —hunde si cabeza en mi pecho.
—Tendré que hacer el sacrificio —río apartandole algunos cabellos del rostro—. Hasta mañana, petit monstre.
—Hasta mañana, xodó.
—¿Xodó? —pregunto y mi ceño se frunce.
—Es una expresión en portugúes —dice.
—¿Y qué significa?
—Significa "mi amor" y la usas con la persona que más quieres en la vida.
—¿Soy la persona que más quieres en la vida?
—No voy a responder a esa pregunta, no quiero subirte el ego —me mira sonriendo—. Hasta mañana, Harry.
Holaaaa, caras de bolaaa
¿Qué andannnn?
Mientras escribo esto es 26/12/2023, son las siete de la tarde y ando por grabar un video para Youtube dando consejos para escribir acá en Wattpad. Sinceramente, no sé qué vaya a salir de ese video, pero espero que si escriben o quieren comenzar a hacerlo les sirva o les haya servido.
Bueno, nada, espero que anden bien.
Les mando un enorme beso en la kola, los kiero con k de kijueputa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro