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13 | «No quiero que esto se termine»

Al sentir como Box lame mi mano me remuevo soltando un suspiro. Es la tercera vez en la noche que me pide salir, como vuelva a hacerlo voy a considerar dejarle un poco de arena en la cocina y que aprenda a orinar ahí cada vez que lo necesite.

Impaciente sube sus patas sobre la cama y viéndolo con ojos cansados me siento y vuelvo a suspirar—. Anda, vamos.

Sacude la cola mientras bajamos las escaleras y caminamos a la cocina, una vez le abro la puerta sale disparado y se pierde entre los árboles. Camino un poco en el porche y me siento en los escalones que lo separan del jardín bostezando, cabeceo unas cuantas veces quedándome dormido y cuando me doy cuenta de ello me pongo de pie. De repente las ganas de fumar llegan a mí y por más segundos de los que debería, planteo robarle algún cigarrillo a Mike y luego fingir demencia, pero entonces Box regresa corriendo y la idea abandona mi mente tan rápido como apareció en ella.

—Espero que sea la última —le digo abriendo la puerta para volver a entrar en la casa.

Tras pasar la llave en la puerta me dirijo a la isla en medio de la cocina para tomar un vaso. Sirvo un poco de leche y me le bebo de un solo trago con los ojos cerrados intentando así no desvelarme y que volver a dormir sea más fácil.

—¿Está todo bien? —Giro mi cuello hacia la puerta que conecta con la sala con tal rapidez que mis músculos dan un tirón—. Te has levantado muchas veces.

Mamá me sonríe de lado a la vez que se masajea la nuca con una mano. Dejo el vaso sobre la isla asintiendo lentamente con la cabeza; ya está, el poco rastro de sueño que tenía se ha esfumado de mi cuerpo.

—Box quería salir, otra vez —ambos bajamos la mirada a él que ahora está echado en el piso con los ojos cerrados—. Ha pasado la noche entera así.

—Tienes que dormir —Ella toma un vaso de encima de la isla y camina hacia el mini bar junto a la heladera para servirse un poco de whisky—. Te ves cansado, Harry. Entiendo que la banda te consuma mucho tiempo, pero tienes que encontrar un espacio para dormir al menos unas seis horas seguidas.

Suspiro pensando en que si llego a decirle que, en caso de que nos acepten el proyecto del disco, en las próximas semanas lo último que podré hacer será dormir.

—Casi no estás en casa, pasas más tiempo en la ruta que aquí... Ander y yo estuvimos pensando y si quieres podemos vender la casa.

La miro con el ceño completamente fruncido. Mi madre acaba de enloquecer—. ¿De qué hablas?

—Podemos comprar una en la ciudad, o sea, así no tendrás que ir y venir...

—No, mamá —niego con la cabeza. Definitivamente ha enloquecido—. La casa es tuya y no tienes que venderla ni por mi ni por nadie. Puedo ir y venir a la ciudad las veces que sea necesario, no te preocupes.

—Tu salud va primero, Harry —suelta con un tono de advertencia.

—No puedo prometerte que voy a dormir más, mamá, a veces hay que hacer sacrificios para conseguir lo que quieres —me encojo de hombros intentando no darle más importancia a la situación—. Además, ahora mismo no me apetece estar en la ciudad más tiempo del necesario.

—¿Pasó algo? —Se vuelca el vaso de whisky completo y vuelve a servirse otro trago.

—Landon —suelto y por la forma en que me mira me doy cuenta de que no tenía ni idea de que él está aquí.

—¿Volvió? —muerde su labio sin poder fijar sus ojos en nada concreto—. Creí que solo serían Pedro y Débora...

—Trabaja para el abuelo, tiene que ir donde él vaya, así que regresó a Barstow y con él trajo a su esposa —digo, tragando grueso—, y a su hijastro.

—¿Por qué sabes tanto? ¿Lo viste?

—Por desgracia —agrando los ojos—. En la fiesta me pidió alejarnos y luego solo habló y habló y habló. Nada importante.

—No me lo habías dicho...

—Iba a hacerlo, pero no hemos coincidido mucho entre estas paredes —le sonrío y ella me responde con el mismo gesto—. No es importante, mamá.

—No sabía que está en pareja... Ahora es que me doy cuenta que llevo años sin saber nada de él.

—Me pidió perdón —Mamá me mira con la cabeza ladeada y en sus ojos veo una disculpa que no le corresponde—. ¿Te imaginas ser un padre ausente veinte años y llegar de la nada a pedir perdón por eso? —río negando con la cabeza.

—Los años no lo hicieron desarrollar su cerebro —ella ríe y al acabar deja escapar un suspiro—. A pesar de todo me pone contenta que al menos haya intentado acercarse a ti...

—Pero no lo hizo por mí, mamá —Miro a Box que sigue con los ojos cerrados—. Dijo que empezó terapia para ser una buena persona —Como si eso fuera suficiente—, y que para poder avanzar tiene que arreglar su pasado.

—¿Qué le dijiste? —Su voz está cargada de miedo, como si la incertidumbre estuviera a punto de matarla.

—Le dije que si eso necesitaba podía considerarse perdonado —Me mira desconcertada—. Pero para mí es un acto insignificante, no cambia el pasado. Un "perdón" no arregla lo que rompió, nada va a hacerlo porque ya no queda nada que arreglar, ustedes se encargaron de que fuera así.

—Supongo que ese es el primer paso...

—El primero y el último. No quiero tenerlo en mi vida y mudarnos hará que las probabilidades de cruzarlo sean mayores.

—No descartes la idea —sonríe de lado—. Si la vida quiere ponerlo en tu camino lo va a hacer así decidas irte al otro lado del mundo.

—La banda quiere mudarse a Los Ángeles —la miro serio intentando evaluar su expresión, pero en ella no encuentro nada—. No ahora, quizá en un año o dos, pero va a pasar.

Alza las cejas mientras asiente mordiéndose el labio inferior—. No me esperaba eso.

—Si todo sale como tenemos planeado y a la banda le va bien vamos a necesitar dedicarle mucho más tiempo y en Los Ángeles está John, están las marcas, está todo, mamá... Es lo mejor para la banda.

—No estoy diciendo que sea malo, al contrario, hijo, me alegra, solo que me tomó por sorpresa —camina hacia mí y me rodea con sus brazos—. Tienes que decírselo a Ander para que se vaya preparando, luego no querrá dejarte ir.

Ruedo los ojos recordando lo dramático que se puso cuando le dije que iba a mudarme a la ciudad con Melody.

—No voy a amargarlo dos años antes de que pase —Dejo un beso en el brazo de mamá al de ponerme de pie—. Voy a dormir, para que luego no te quejes.

—Yo me llevaré a Box por si quiere volver a salir —chasquea los dedos y Box no duda en acercársele para que le sobe la cabeza.

—Duerme bien, ma.

—Descansa, hijo.


John nos hace señas con las manos cuando ve por las enormes paredes de vidrio que los representantes de la disquera caminan hacia la oficina en la que nos encontramos. Tuvimos un total de tres horas y medias de reunión en las que hablamos no solo sobre el disco sino también de nosotros como banda, nuestras proyecciones a futuro y qué pensamos hacer para llegar a ellas; como panorama general, puedo asegurar que la reunión fue buena y que si ahora no nos aceptan, si nos niegan el disco, no es nuestra culpa.

—¡Sonrían, sonrían! —exige Lena viéndonos con los ojos desorbitados.

El hombre de traje negro que entra primero nos sonríe y con el gesto hace que la tensión en nuestros cuerpos disminuya un poco; o al menos así se siente para mí.

—Lo estuvimos charlando y llegamos a la conclusión de que Empire Records estará encantado de firmar un contrato con Making our own way por el disco Fate y si están dispuestos, también por todos los que puedan escribir en cinco años.

Compartimos miradas cargadas de esperanzas antes de voltear hacia John y verlo asentir con una sonrisa ladina que solo transmite cosas buenas. Otro de los hombres, el que dijo llamarse William, deja una pila de hojas encima de la mesa y las empuja con sus dedos hasta dejarlas frente a John que las toma sin dudarlo.

—Lean el contrato y en media hora volvemos a escuchar su decisión.

John separa la pila de hojas en montones engrampados y nos pasa uno a cada uno. Nos lleva casi diez minutos leer el contrato de principio a fin dos veces, pero para cuando acabamos y alzamos la mirada, todos tenemos más que seguro que esto es lo que nos conviene.

—Cuarenta por ciento de ganancias está perfecto —dice John volviendo a ojear el documento—. Los van a publicitar, les van a conseguir feat con otros artistas, shows y miles de oportunidades... No encontraremos algo mejor, chicos, no ahora.

—Es una ganga —Mike rasca su cabeza con ambas manos—. Tenemos que hacerlo, tenemos que firmar.

—Moor va a trabajar para Empire Records —Phebe se cubre la boca—. Somos artistas de Empire.

Abraham cruza sus brazos encima de la mesa—. ¿Quién tiene un bolígrafo?

—Tampoco lo tomemos a la ligera —lo detiene John—. Las gráficas de los próximos cinco años tienen que mantenerse siempre creciendo, así se aseguran que el siguiente contrato sea por más años y más dinero.

—¿Crees que es una buena idea? —Lena aprieta el brazo de John y él asiente.

—Firmar con Empire Records es lo mejor que les puede pasar. Son los mejores y tienen que codearse con gente igual.

—¿Ahora sí puedo pedir el bolígrafo? —Abraham sonríe falsamente.

—Iré a buscar a los representantes —John se pone de pie—. Calienten los músculos de la mano porque van a necesitarlos. Tienen que firmar como quince papeles diferentes.

Los minutos que John pasa fuera de la oficina no paramos de sonreír, abrazarnos y algunos —claramente Mike— hasta incluso llorar. Los representantes regresan acompañados de John y como prometió, la siguiente hora la dedicamos a firmar hoja tras hoja. Salimos de las oficinas de Empire Records dándonos palmaditas en la espalda uno al otro y una vez estamos en el auto lloramos.

Lloramos de felicidad y también de nostalgia. Cuando solo se escucha a Lena sorbiéndose los mocos, Phebe trae el recuerdo de la vez que prometimos lograr cosas grandes y como idiotas volvemos a desatar el llanto; en ese entonces ni siquiera teníamos un nombre para la banda, tocábamos porque era lo único que sabíamos hacer, los cinco éramos unos niños entrando a la pubertad sin la mínima idea de lo que era la vida y las dificultades que iban a presentarse más adelante ni como juntos íbamos a superar cada una de ellas. El destino nos hizo compañeros de banda, pero la vida nos hizo hermanos y coincidir con ellos es una de las cosas de las que estaré eternamente agradecido.

Al llegar a Barstow nos dejan en la casa del lago a Mike y a mí primero. Entramos pie por pie buscando hacer el mínimo ruido y ambos nos dirigimos a la habitación de invitados, la que ahora usa él. Una vez estamos dentro, Mike me da un abrazo que me toma por sorpresa.

—Gracias —susurra y aunque no pueda verlo sé que está llorando otra vez—. Todo esto no sería posible sin ti, Harry.

—¿Sin mi? —Lo que dice es absurdo—. Esto es posible gracias a todos...

Se aparta y acto seguido se deja caer sobre la cama viendo fijamente hacia el techo.

—Cuando Abraham se descarriló, estuviste ahí para él, papá iba mandarlo a un internado y no lo hizo porque veía que estaba mejorando. Perdonaste a Phebe y eso no volvió las cosas incómodas para todos nosotros. Ander habló con los padres de Lena para que le dieran una oportunidad con la música. Dejas que me quede aquí...

—Todos hemos hecho cosas por la banda —me tiro encima de la cama de al lado—. Y que te estés quedando aquí no tiene nada que ver con eso. Somos amigos, hermanos, siempre estaremos cuando nos necesitemos.

—Veo nuestros sueños cada vez más cerca y en lo único que puedo pensar es en el mini Mike que no creía estar listo para todo esto —seca sus lágrimas con el dorso de sus manos—. Si pudiera regresar en el tiempo le diría que no se preocupe, que le esperan cosas hermosas.

—Esto es el verdadero comienzo, Mike —sonrío con los ojos completamente cristalizados—. Todas las veces que creímos estar entrando en el camino del éxito eran solo un nivel más en el juego. Ahora es cuando jugamos de verdad.

—No quiero que esto se termine. Nos imagino en veinte años más tocando, luciéndonos encima de un escenario, enseñándoles a nuestros hijos a tocar, viéndolos convertirse en mejores amigos, compartiendo la vida igual que nosotros... Quizá estoy siendo un poco dramático, pero quiero que vivamos todos en el mismo barrio y que al salir al jardín pueda verlos por la ventana de sus cocinas friendo huevos y tocino en calzoncillos.

Suelto una carcajada que llena la habitación completa—. Mejor vamos a dormir que mañana hay que darle la noticia a todos...

—¿No quieres que te vea en calzoncillos? ¿Tienen agujeros?

—Hasta mañana, Mike.

Holiii 

Lo único que tengo para decir en este cap es que no puedo creer el orgullo que siento por personas que no existen. 

Saber que todo lo que soñaron desde chicos se les va a hacer realidad tarde o temprano y que es gracias a romperse el lomo trabajando me hace mimos en el corazón porque en parte me veo reflejada en ellos y el "cumplir mis sueños" se vuelve más real con cada cosa que hago.

Quizá no lo sepan, pero esto, escribir y que me lean, es uno de mis sueños a los que puedo ponerle un tick verde al lado y es gracias a ustedes.

Tenkius muchas verys gracias por todo manga de feos con olor a sobaco.

Nos vemos el próximo domingo, besos en la kola ♥

Pd: Descarguen la aplicación de Operación Triunfo 2023 y voten JUANJO NÓMADA FAVORITO y PAUL PARA SER SALVADO.

les doy doble beso en la cola si lo hacen

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