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1 | «Tuve un pequeño déjà vu»

—Que seamos amigos no significa que tengamos que salir juntos todas las putas veces —suelto todo el aire de mis pulmones y paso la mano en el espejo para quitar el vapor y poder verme.

Después de siete llamadas perdidas la curiosidad comenzó a atacarme y cuando Abraham volvió a llamar no dudé en responderle, pero si hubiera sabido que iba a molestarme de esta forma me habría tragado mi curiosidad y ahora sería un ignorante feliz.

—Estamos todos aquí, hay que mostrarles nuestro apoyo —dice al otro lado de mi celular y yo ruedo los ojos.

—Ellos fueron del grupo de personas que se burlaba de nosotros por comenzar con la banda, ¿por qué querría apoyarlos?

—Porque eso los va a hacer sentir malas personas —Ahora que lo menciona, como que tampoco es mala idea ir—. Por favor, hazlo por la banda...

Aunque ya había cambiado mi parecer sobre ir o no al bar, me parece injusto que use a la banda como método de chantaje cada vez que me niego a hacer algo que él quiere.

—Dame veinte minutos —suelto y lo escucho festejar—. Apenas estoy saliendo de la ducha.

Media hora más tarde estoy estacionando mi auto a tres cuadras del bar. Es increíble como, después de que la banda despegara con la música, un montón de chicos de la ciudad se animaron a formar la suya y por supuesto pedirle la oportunidad a Jefferson de tocar en el bar. Nosotros dejamos de hacer eso hace exactamente dos meses, el dinero que recibimos de sponsors, las fiestas a las que vamos a tocar y las marcas que nos contratan nos dejan suficiente paga para los cinco como para no tener que preocuparnos por trabajo extra que ya no nos beneficia en nada y sí le llena el bolsillo a Jefferson.

Mientras camino al bar me veo obligado a detenerme más de tres veces porque algunas chicas me piden tomarse fotos conmigo como si no me conocieran de toda la vida. Admito que cuando la banda comenzó a hacerse conocida se sentía feo que gente que quizá jamás me habló en su vida entera, viniera a mí en busca de una "amistad". Ahora, cuatro meses después del escándalo que hizo que Moor subiera como la espuma, me acostumbré a la gente interesada y ya no me importa en lo más mínimo.

—¡Por aquí, Harry! —grita Richard haciendo que la gente en la fila se aparte para dejarme entrar—. ¿Qué onda, muchacho?

Alza su brazo en el aire y yo imito su acción para luego darnos un apretón de manos. Desde que el bar se convirtió en uno de los lugares más concurridos de la ciudad, Jefferson tuvo que recurrir a una agencia de seguridad que controlara la entrada de personas y los problemas generados dentro, que ahora resultan ser asunto frecuente.

Me meto finalmente en el bar y no tardo mucho en identificar a Abraham que viene caminando hacia mí con una sonrisa amplia plasmada en su rostro.

—¿Tuviste sexo con alguien? —frunzo el ceño—. De otra forma no me explico por qué estás tan feliz.

—No —Su ceño está igual de fruncido que el mío—. Zoe no está aquí así que es imposible —alzo las cejas sabiendo que tener novia jamás lo detuvo.

Durante un tiempo creí que lo que Abraham sentía por Zoe era puro, era ese primer amor que puede convertirse en el de toda la vida, según cierta teoría de los dos amores, pero luego mis ilusiones quedaron en el suelo al ver como tras cada concierto escogía a una chica con la que pasar la noche, como su celular estaba lleno de fotos de chicas desnudas y como no desperdiciaba las oportunidades de estar a solas con Lena.

—¿Qué es entonces? —Pasa un brazo por encima de mis hombros y comenzamos a caminar por el bar esquivando a las personas.

—Voilà —suelta haciendo una seña con su mano hacia la mesa en donde están reunidos los chicos.

Mis ojos siguen la dirección que apunta su mano y basta apenas con posarse en su cabello para notar que ella está allí. No lo trae igual de oscuro que antes, está algo más claro y el tono le sienta demasiado bien, aunque siendo sincero, no hay cosa que le quede mal. Mira hacia un lado, a Phebe que parece decirle algo gracioso, porque ríe y a pesar de todo el murmullo en el bar puedo escuchar su carcajada.

Sonrío sintiendo como mi pecho alberga pura nostalgia en él.

Es increíble como el tiempo puede afectar al amor únicamente de dos formas; puede hacer que poco a poco los sentimientos se desvanezcan hasta transformarse en recuerdos bonitos que visitarán tu mente cuando menos te lo esperes para recordarte que existió o, por el contrario, dejarte en claro que llevas a esa persona tatuada con fuego en el corazón y que el tiempo, en vez de desvanecer los sentimientos, los hará cada vez más fuertes.

—No me dijiste que ella estaría aquí —regreso mi mirada a Abraham.

Ahora todas sus llamadas insistiendo en que venga cobran sentido, jamás se trató de la nueva banda, siempre fue por ella.

—¿Tenías que prepararte psicológicamente para verla? —sonríe y yo le hago una mueca de disgusto hacia él.

—Tal vez —me encojo hombros a la vez que él me da unas palmaditas de aliento en el hombro y me empuja hacia la mesa. 

Comienzo saludando a Lena que me hace ojitos hacia Melody, sigo por Mike que al igual que su hermano me apoya con unos golpes en la espalda, le doy un abrazo a Phebe que en susurros me asegura que ella quería avisarme y finalmente la saludo a Melody con un beso en la mejilla. Al apartarme noto como se hace a un lado en el banco para dejarme lugar y, aunque no pensaba sentarme a su lado para poder admirarla desde enfrente, le sonrío con amabilidad y termino sentándome.

Tenerla cerca después de tanto se siente asfixiante, pero no en un mal sentido, sino porque muero con mis propias palabras atoradas en la garganta por decirle lo mucho que la he extrañado y como el tiempo que pasó en coma me fue imposible despegarme del sofá al lado de su cama. Eventualmente tuve que hacerlo, porque la banda y los chicos me necesitaban, pero si de mí dependiera me habría quedado con ella hasta verla despertar, habría sido yo quien estuviera ahí y no alguien que ella ya no quería en su vida. Quisiera preguntarle qué ha hecho este tiempo y pasar horas escuchándola hablar; me gustaba escucharla, había algo en la tonada de su voz que la hacía embriagadora y siempre quería más, quiero más. He visto cada entrevista que le han hecho, pero una vez me dijo que esa gente sabía de ella solo lo que ella quería que supieran, así que no fío mucho de eso.

—Eres Harry, ¿cierto? —dice y mi corazón, que hasta ahora latía desbocado, se detiene. Asiento, porque es lo único que puedo hacer y ella sonríe haciendo que mi situación empeore.

Jamás comprendí el poder que tiene una sonrisa, mucho menos la de la persona que amas. Incluso ahora, viéndola sonreír, no termino de entender cómo un simple gesto puede hacerme sentir de esta manera; hacerme creer que estoy en la eudemonía, en una ilusión, un sueño del que no quisiera despertar solo para poder seguir contemplándola.

—No viniste al aeropuerto —suelta ladeando la cabeza y juro notar un dejo de decepción en su tono, como si hubiera estado esperando verme allí, lo que me hace arrepentirme completamente de no haber ido.

—Tenía algunas cosas que hacer y no podía posponerlas —Ninguna era más importante que ella y si lo fueran no me habría importado cancelarlas, solo no fui lo suficientemente valiente como para atreverme a enfrentarla tan pronto—. Perdón.

Vuelve a sonreír y mi mundo parece detenerse nuevamente.

—¿Cómo has estado? —pregunta y mi primera reacción es voltear a ver a Abraham solo para verificar que nos está viendo y su ceño está igual de fruncido que el mío.

Para ser sincero, no esperaba tener tanta atención de su parte y ahora no sé qué hacer.

—Bien —O tan bien como puedes estar después de que el amor de tu vida sufriera un accidente y cada recuerdo sobre ti desapareciera de su mente.

Ella abre la boca para responder, pero entonces Louis se acerca a la mesa y la abraza tomándola por sorpresa. 

—Sé que no me recuerdas, pero yo a ti sí y es una locura volver a verte, Melody —le dice y ella frunce un poco el ceño—. Supe de los shows privados, espero que para tu regreso me regales algunas entradas, sabes que la paga de Jefferson no me alcanza para comprar ni medio boleto.

Melody ríe y luego asiente mientras él vuelve a abrazarla. Se dispone a tomarnos el pedido y tras eso desaparece. Los chicos empiezan a hablar del show que tenemos el próximo viernes, el vestuario y miles de mierdas más de las que generalmente se encarga Lena porque dice no confiar en nuestras elecciones. Yo intervengo de vez en cuando, pero lo justo y necesario porque mi atención realmente está centrada en ella; durante toda la conversación no puedo evitar mirarla y cada vez que volteo a verla la encuentro viéndome, lo que me hace pensar en si yo la he atrapado o si fue al revés, porque dos miradas no se cruzan por casualidad, mucho menos estando uno al lado del otro.

Cuando la banda, que por cierto es pésima, termina de tocar, todos nos levantamos dispuestos a marcharnos y mientras Mike va a la barra a pagar la comida, salimos del bar. Enciendo un cigarrillo sonriendo al recordar la vez que hablamos de cómo el aroma se queda impregnado en la ropa y para cuando termino de fumármelo Mike está saliendo del bar acompañado de dos chicas y una botella.

—Con los chicos pensamos que sería buena idea que Harry te lleve a casa —le dice a Melody y luego me señala con la cabeza—. La casa de Emily le queda de paso a la salida de la ciudad y él va a la casa de su madre así que le queda perfecto.

—¿Puedes llevarme? —pregunta ella volteándose hacia mí y yo fulmino a Mike con la mirada recibiendo una sonrisa de su parte.

No es que no desee tenerla cerca, al contrario, daría todo lo que tengo ahora mismo, mis sueños y hasta a mí mismo por poder pasar un solo minuto a su lado, pero no creo poder controlar mis palabras si estamos a solas y los doctores dejaron en claro que no puede recibir información de golpe sobre su pasado porque eso solo va a confundirla más. 

—Tengo mi auto unas cuadras más abajo —Ella empieza a despedirse de los chicos mientras yo solamente los saludo con la mano y me encamino hacia la calle.

Al llegar al auto primero voy al lado del copiloto y dejo su puerta abierta para luego rodearlo y meterme en el lado del conductor. Se mete en el del copiloto sonriendo y yo enciendo la radio intentando buscar algo que llene el espacio y no sentirme obligado a ser yo quien lo haga. Normalmente, Dakota llenaba todos los espacios con su voz y eso me gustaba, Melody no habla, pero su sola presencia es suficiente para dejarte contra un rincón admirándola desde lejos y eso me gusta todavía más.

Ya llevamos un rato andando por las calles, y personalmente deleitándome con su tarareo constante, cuando nuevamente noto sus ojos sobre mí, pero ahora hay algo más, ahora sonríe y la nostalgia vuelve a apoderarse de mi pecho.

—¿Qué pasa? —pregunto yendo en contra de mi mente.

—¿Ya hemos hecho esto antes? —nos señala—. Ya sabes, cuando estuve aquí.

—¿Hacer qué? —Entre su sonrisa, tenerla cerca y su mirada intensa, mi cabeza no es capaz de procesar la información y conectar siquiera un puto hilo—. Voy a necesitar que seas más específica.

—Esto —Vuelve a señalarnos y yo frunzo un poco el ceño—. Que tú conduzcas y yo, bueno... que yo esté aquí sentada.

Aparto mi mirada evaluando mi respuesta. No puedo mentirle, no quiero hacerlo, pero tampoco puedo decirle que solíamos hacer esto a diario cuando iba a buscarla al bar y luego regresábamos a casa, a nuestra casa, cantando las canciones que pasaban en la radio e incluyendo los ladridos de Box en nuestro mini karaoke.

—Algunas veces —asiento centrando mi vista en la calle frente a nosotros intentando que no vea como mis ojos se han enrojecido—. ¿Por qué lo preguntas?

Ella se encoge de hombros a la vez que forma una línea con sus labios—. Solo tuve un pequeño déjà vu —suspira—. Y usualmente cuando pasa es porque ya lo he hecho antes.

—Son como detonantes, ¿no? —volteo a verla y regreso mi vista a la calle.

El doctor lo explicó y en ese entonces me pareció fantástico lo complejo y jodido que puede llegar a ser el cerebro humano.

—Recuerdo a tu madre —sonríe—. O sea, no sabía que era tu madre, pero vi una foto suya en casa de Emily y Giulia me dijo que era ella. Es raro, es como si sus rostros estuvieran en mi cabeza, pero para mí son completos desconocidos.

—Los doctores dijeron que era normal, no tienes que preocuparte...

—¿Cómo sabes tú qué dijeron los doctores? —me mira con el ceño fruncido y yo muerdo mi lengua dándome cuenta de que metí la pata.

—Cuando despertaste Samantha nos llamó para contarnos como estabas —Recuerdo el momento en que pasó y como todos nos compramos el primer boleto de avión hacia New York para ir a verla. También recuerdo, aún con mayor claridad, que cuando entramos a su habitación todavía estaba dormida, y su exnovio estaba allí con ella.

Sam me dijo que no podía correrlo porque se supone que ella no sabía que Melody estaba viva y por ende jamás pudo haberse enterado de lo que ese idiota iba a hacerle. Si le pedía que se marchara insinuando algo de lo ocurrido corría el riesgo de que él hiciera alguna acusación pública diciendo que Sam estaba al tanto de todo y que el caso legal de Melody se volviera a abrir.

—Mamá confía en ti —dice y en mi rostro se forma una sonrisa—. Me dijo que si en algún momento me siento perdida puedo acudir a ti y tú vas a ayudarme.

Asiento todavía sonriendo—. Es cierto, voy a estar siempre que me necesites.

Detengo el auto frente a la casa de Emily con mis ojos fijos en los de ella. Permanecemos así, solo mirándonos sin decir absolutamente nada, durante segundos y finalmente soy yo quien rompe el silencio.

—Es aquella —señalo la casa con la cabeza.

—Sé cual es —asiente—. Supongo que nos vemos luego.

Se extiende por encima de la palanca de cambios y deja un beso en mi mejilla que remueve cada célula de mi cuerpo y despierta otra sonrisa boba en mis labios.

—Gracias por traerme, Harry, descansa.

—Duerme bien, Melody —sonrío viéndola salir del auto y una vez está fuera suelto todo el aire que contenía en mis pulmones.

Será difícil tenerla cerca y no decirle lo mucho que me importa, sé que voy a meter la pata muchas veces y tendré que encontrar la forma de arreglarlo al instante, voy a volverme loco intentando no mentirle y a la vez tampoco decirle la verdad, pero voy a encontrar la forma, porque lo único que importa es que está de regreso.

Mi petit monstre ha regresado.

Holaaa, caras de bola.

Siendo 12/11 le damos inicio al buki, les agradezco por todo el apoyo que le dieron apenas teniendo el booktrailer publicado, sinceramente no pensé que fuera a aparecer tanta gente, me dejaron totalmente sentada de culo.

Quiero saber qué piensan de la forma de narrar de Harry, del inicio de la historia, si les gustó la portada, no sé, cuéntenme algo y nada, sean bienvenidos al librito. Espero que les guste y también poder verlos en la notita final cuando todo esto acabe.

Besos en la kola, la didi perrona♥

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