Capítulo XXXVII: El Legado de Fenrir
"Al lobo lo criaron los Aesir, y sólo Tyr tenía el valor para acercársele y darle de comer".
—Gylfaginning capítulo 34.
https://youtu.be/S4C0SW3U0Ns
[La Corte de las Tinieblas: Dormitorio de Carmilla]
—Es tal como lo supuso señora. Drácula aún puede usar el Chakravartin Asura.
Dijo Bellona, con un tono seductor, a su señora Carmilla, quien se encontraba sentada en un sofá del dormitorio, vestida con su camisón, contemplando lo que sucedía en el coliseo por medio de un espejo transmisor en el tocador de la habitación, mientras bebía de una copa con sangre fresca, y tenía a la mencionada vampiresa pelirroja sentada en su regazo, vestida con lencería negra gótica.
Recién habían terminado de ver y escuchar el resultado en el Coliseo de Radames. Y no fue algo que sorprendiera la condesa sangrienta.
—Era lógico querida. Mi molesta familia no dejaba de contar historias acerca de ese poder—explicaba Carmilla sin dejar de ver el espejo transmisor—. Además no había otra forma en que él pudiera vencer a Radames y Felsegor, e incluso a todos nosotros, sin contar con la mitad de su fuerza original. Aunque me hubiera gustado comprobar la función del poder en persona, prefiero analizarlo desde un lugar acogedor, disfrutando de los placeres de la vida eterna.
Dicho eso, Carmilla pone la copa en una pequeña mesa al lado de su sillón. Luego sujeta con brusquedad la barbilla de Bellona, y acerca su boca a la suya en un apasionado beso, mientras acariciaba sus muslos voluptuosos, hasta llegar a su feminidad. Como reacción, la vampiresa pelirroja soltó un adorable gemido y corresponde al beso con más pasión, a la vez que acaricia de igual modo los pechos de la condesa.
—¡Ahhh!
Carmilla y Bellona detuvieron su intimidad por un momento, debido a un inesperado grito femenino lleno de placer puro, proveniente de la cama de la habitación, donde se encontraban Joel y Diana, desnudos en su totalidad y en pleno acto reproductivo. El hombre-lobo gris estaba sentado en medio de la cama, de piernas cruzadas, con la vampiresa albina sentada en su regazo y aferrada a él, con las piernas envolviendo su cintura y los brazos alrededor de su cuello, mientras él la sujetaba de las caderas y la hacía rebotar a su ritmo.
Además debido a que Joel no llevaba puesto su vestimenta, se podía apreciar en su espalda marcas naturales de formas triangulares y entrelazadas, de color grisáceo, que se asemejaban al símbolo nórdico "valknut". Aunque también había algo extraño; algunos mechones de su cabello gris oscuro, parecían haber ganado un ligero degradado azul sombrío, solo notable de cerca y a la luz de los candelabros encendidos de la habitación.
—Lo haces estupendo querida Diana. Esta vez duraste más que la vez pasada —felicito Bellona viendo a su compañera albina—. Si necesitas descansar solo dilo. Recuerda que después de ti vengo yo...
—¡No! ¡Aún no he terminado! —exclamó Diana, consumida por la lujuria, empezando a mover las caderas por si misma y aferrándose más al hombre-lobo nórdico, como si no quisiera separarse de él ni un centímetro.
La vampiresa albina gemía y, con solo mirar su gran sonrisa, se podía ver la explosión de adictivo placer y lujuria que gozaba. Sin embargo la condesa sangrienta noto que el hombre-lobo nórdico, aparte de estar avergonzado, lucía molesto por algo, y no parecía ser por el hecho de tener que darles hijos a tres hembras, pertenecientes a la raza que él aborrecía, y que además lo adoptaron cuando era un niño; aunque esto último si lo molestaba mucho, y hasta avergonzaba.
—Te noto algo... disgustado, mi dulce Joel; más de lo usual —dijo Carmilla sonriendo con picardía—. ¿Podrías decirnos qué sucede?
De repente el hombre-lobo gris aumento la fuerza del agarre en la cintura de la vampiresa albina, y detuvo sus movimientos (para la molestia de ésta). Después centró la mirada en la condesa, sin ni un solo intento de ocultar el enojo que transmitían sus ojos azules cual hielo, y le respondió.
—Si decidiste no luchar contra Drácula, ¿por qué no dejaste que luchará yo?
—Lo sentimos Joel. Pero es mejor que no lo desafíes, por ahora —decía Carmilla ahora sonriendo de modo inocente, haciendo que el hombre-lobo gris diera un gruñido animal, que enterneció a Carmilla—. ¡Je, je! Tranquilo. No es que dudemos de tu poder. Indudablemente eres tan fuerte como algunos maestros del gremio San Bestia, y según crezcas también seguirá creciendo tu fuerza. Pero...
—Pero aun te falta experiencia, en especial ahora que has liberado todo tu potencial como bestia adulta —agregó Bellona sería, directa y estricta, igual a una maestra disciplinando a su discípulo—. Entendemos que tu sangre de bestia arde de emoción, y te incita a pelear con la primera criatura fuerte que te encuentres. Pero antes de luchar con Drácula, primero debo terminar de ayudarte a desarrollar tu arte mágico. Y respecto a eso, no te preocupes; nuestro entrenamiento continuará en cuanto termine esta reunión, y regresemos a casa.
—Exacto —prosiguió Carmilla aun con su tono dulce y melodioso—. Por ahora descansa, y libera tensión ♪.
—Si ya acabaron vuestra aburrida discusión sobre peleas, ¡¿podemos continuar ya?! —exclamó Diana impaciente y molesta.
Antes de que Joel dijera algo más, Diana lo silencio besándolo de forma brusca. Entonces la vampiresa albina procede a ejercer una fuerza mayor, y lo jala hacia atrás para acostarlo encima de ella, y continuar con la acción sexual.
Por otro lado Carmilla y Bellona siguieron también con su propia acción, mientras la primera seguía viendo el espejo transmisor, ya que los Señores Vampiro que estaban bajando de las gradas y, junto con Felsegor y Radames, alineandose frente al Príncipe de las Tinieblas, para escuchar sus ordenes.
[Coliseo del Faraón]
https://youtu.be/cHg8yusHm1Y
Tras demostrar su poder Drácula caminó al centro de la arena. Luego cada uno de los Señores Vampiros en el balcón descendió a su manera. Terrordar, Maldibion y Pandora se convirtieron en una masa sombría, y luego se materializaron en el suelo de la arena. Orlok desapareció en el aire, y reapareció junto a los otros en menos de un parpadeo. En cuanto a Apokalis, simplemente se levantó de su silla, dio un pequeño salto y cayó de pie al lado de sus "compañeros". Y al juntarse los cinco se le acercaron Felsegor y Radames.
Una vez reunidos los Señores Vampiros presentes en el coliseo, Drácula empezó por dar sus primeras órdenes, una vez como como absoluto Rey Vampiro: a pesar de todavía usar el Chakravartin Asura, decidió que debía mantenerse la verdad de su regreso en secreto, en especial de la mencionada Sociedad Sobrenatural.
¿Cuánto tiempo duraría el secreto? No lo dijo. Pero si explico que hasta entonces, los Señores Vampiros seguirán gobernando por separado sus respectivos dominios. Y cualquier decisión o tema importante que requiera la atención de toda la Corte de las Tinieblas, será atendida solo por él. No obstante les había dado un objetivo primordial, por encima de cualquier otro tema; un tema que él ya les había informado un poco en la sala de reuniones, antes de ir al coliseo a demostrar su superioridad...
—A partir de ahora, inicia la búsqueda de los fragmentos de la piedra maldita, en la que mi hijo Adrián sello la mitad de mis poderes, antes de "matarme" —decreto Drácula—. Cualquier sospecha o duda, sobre la posible ubicación de los fragmentos, notifiquenmelo de inmediato. Pero como consejo: ni se les ocurra jugar con el poder demoníaco en cada fragmento, a menos que tengan deseos tontos de perder la poca cordura que les queda, y autoinmolarse igual que estupidos otomanos fanáticos.
—Entendido —dijo Apokalis cruzándose de brazos, y teniendo una actitud desinteresada.
—Y algo más —proseguía Drácula levantando el dedo índice derecho—. Si saben algo de un posible sospechoso, de ser el nuevo avatar de Rudra, aunque sea solo una simple sospecha o rumor, no dudeis en decirmelo.
—¿Todavía crees que ha vuelto? —decía Orlok, esbozando dudas, molestia y cierto temor—. Ya han pasado cuatrocientos años desde que él obtuvo su venganza, matando al anterior Rey Vampiro. Ese aterrador dios-tigre ya debe de parecerle más divertido estar cazando y comiendo demonios, y partiéndole la cara a Zeus y a otros malditos dioses, que tener otra vida aburrida en el mundo de los mortales.
—Je, je, je. Es entendible que algunos de ustedes, al igual que muchos otros, aún tengan dudas del regreso de él, y se niegan a creerlo. El miedo puede hacer de cualquier listo un completo ignorante a la verdad, y a cualquier escéptico un ciego total a la realidad. Y nada es más aterrador, que un depredador imparable —dijo Drácula divertido, bajando la mirada y poniendo ambas manos en su cintura—. Pero no importa. El tiempo ya mostrará la verdad. Solo recuerden esto: él es alguien que, tarde o temprano, sin importar quién o qué se meta en su camino, siempre cumple sus promesas.
Dicho eso, el Príncipe de las Tinieblas le da la espalda a todos, y empieza a alejarse caminando. Entonces a diez pasos delante de él, se formó un pequeño agujero negro con tonalidades azules; era una "puerta" a algún lado. Y antes de que Drácula ingresara, se detuvo para decir unas últimas palabras.
—Si me necesitan, estaré en la biblioteca —dijo Drácula, sin apartar la mirada del vórtice frente a él, y mostrando una sonrisa emocionada—. Me gustaría saber cuánto cambió este mundo, antes de verlo en persona.
Luego de eso, el Príncipe de las Tinieblas dio un par de pasos más, y entro al vórtice, el cual se cierro un segundo después, desapareciendo en el acto.
[Dormitorio de Carmilla]
https://youtu.be/IPeAYABU1sk
—Bueno, creo que con esto se da por finalizada la reunión —dijo Carmilla con una sonrisa sarcástica. Ella ya no estaba acompañada de la vampiresa pelirroja, porque ahora fue el turno de ésta última de intentar tener los anhelados hijos híbridos con Joel.
En el lado derecho de la cama yacía acostada Diana, con un brazo en la frente y una mano en el vientre, dando respiraciones agitadas y temblando de éxtasis puro, tras haber llegado al clímax con el hombre-lobo nórdico.
Y cerca de ella, en medio de la cama, estaba sentado Joel con Bellona ahora desnuda y sentada en su regazo igual a como estuvo Diana poco antes, con la diferencia de que esta vez, la vampiresa pelirroja sujetaba al hombre-lobo gris de los brazos para impulsarse y moverse por su propia cuenta. En contraste con Diana, que durante el acto era delicada y dejaba al hombre-lobo gris tener el control, Bellona era más agresiva y luchaba por el dominio. Si Joel no fuese una bestia, ahora mismo tendría la piel desgarrada y los huesos hechos polvo.
Aparte, mientras Bellona demostraba todo su placer con gemidos y feroces gruñidos cual animal, Joel seguía sin mostrar otra emoción, más que un leve sonrojo de vergüenza. No bromeaba cuando dijo que le incomodaba el tener que aparearse con tres vampiresas, que aparte son quienes lo adoptaron; a pesar de su desagrado hacia los vampiros, a ellas tres les tenía un especial respeto y cariño, como le tendría a alguien de la familia.
—¿Qué... pasara... ahora... señora? —dijo Diana sonriendo, mientras tomaba largas respiraciones y recuperaba el aliento, luego de una intensa acción.
—Mañana regresaremos al Reino Húngaro. Por hoy descansaremos lo más que podamos, porque nos espera un demoledor trabajo, empezando por el cambio de horario. Diana, ahora le enseñaras a Joel el arte de las armas en los mismos días, en que le toca a Bellona enseñarle magia. Escucha mi dulce Joel, si aun quieres tener tu ansiada pelea con Drácula, y ganarte su respeto, tendrás que desarrollar mejor el arte mágico de tus antepasados.
—Sobreestiman demasiado el Chakravartin Asura —decía Joel sin perder el ritmo con Bellona—. Debe tener una debilidad.
—Y la tiene: como explico Terrordar a los demás, su debilidad es su antítesis —dijo Carmilla cruzándose de brazos y frunciendo el ceño—. El dios Shiva es un ser que trasciende el espacio y tiempo. Y, por lo que sé de mi familia, debido a la conexión espiritual que existe entre él y Rudra, éste último es capaz de usar una de sus habilidades que... "destruye la realidad y final trágico de cualquier individuo"... O algo así fue lo que me contó mi desgraciada madre, aunque no lo entendí muy bien. Pero no importa, ya lo averiguare después. Además...
—¿Qué? —preguntó Joel, notando que la expresión de Carmilla cambio a una pensativa, como si hubiera recordado algo intrigante.
—Recuerdo que de niña, mi maestra de historia me contó que el Chakravartin Asura, es una habilidad exclusiva de los inmortales; los verdaderos. Y que para usarla en su máximo potencial, es recomendable poseer la Omnisciencia, o al menos alguna capacidad para ver gran parte del pasado, presente y futuro...
—Igual que un vidente o psíquico —dijo Joel, ejerciendo una mayor fuerza que Bellona y logrando abrazarla. Y ella correspondió abrazandolo con la misma intensidad, y aumentando la velocidad del ritmo.
https://youtu.be/P4vLsgb4tRk
—Correcto. Y aunque no es un requisito esencial para usarlo, es recomendable poseerlo, porque el Chakravartin Asura a veces genera tantos eventos alrededor del mundo, que puede llegar a ser casi imposible para el propio usuario verlos todos.
Según recordaba Carmilla, y explicaba con sus propias palabras, el segundo defecto del Chakravartin Asura era su propia gran capacidad y multiples usos; como su alcance e incalculables cadenas de causas y consecuencias generadas, que pueden ser en su mayoría desconocidas hasta para su usuario, si no posee alguna capacidad para verlo todo.
Tal era así, que en el pasado el anterior Rey Vampiro tuvo que viajar a algunas regiones africanas y griegas, para buscar alguna forma de robar el poder de la clarividencia, proveniente de los oráculos griegos y los chamanes africanos, para así conocer todos los eventos que ocurren por su propio poder. Esto se debía a que el Chakravartin Asura afecta a todos por igual; incluido los que están cerca del usuario.
En casos en los que peligra la salud o vida del usuario, el Chakravartin Asura sacrifica la vida de algún cercano o conocido suyo, para que el mismo usuario pueda vivir. Y no hace falta decir que alguien como el anterior Rey Vampiro, que fue capaz de matar a su propio hermano menor, e incluso años después intentó matar a sus propios padres y otros hermanos menores, no dudó en sacrificar a todos los que estaban cerca de él, incluido gran parte de sus dominios, para sobrevivir a las garras del feroz y poderoso dios-tigre durante tanto tiempo.
La destrucción de Sodoma y Gomorra, el asesinato del emperador romano Julio César, la decadencia de Egipto, la muerte de casi todos los hijos de Ragnar Lodbrok, junto con la muerte del rey Egberto de Wessex (Inglaterra), el "fallecimiento" del sultán Saladino, e incluso el homicidio de Vlad II Dracul y su hijo mayor Mircea II, y otros eventos más, fueron consecuencias creadas por el Chakravartin Asura, para proteger el futuro del anterior Rey Vampiro.
Sin embargo también había pequeñas probabilidades de que algunos de esos eventos, causarán el nacimiento de posibles futuras amenazas para el usuario, quién de no estar preparado para afrontarlas, podrían traerle más desgracias que beneficios; un ejemplo de esto fue la traición de Vlad III Draculea, como venganza por la muerte de su padre Vlad II y su hermano mayor Mircea II.
https://youtu.be/jZ3-L35EKBs
—¡Ahhhhhh!
El repentino grito ensordecedor de Bellona, seguido del gruñido animalesco de Joel, al llegar ambos al clímax, interrumpió la charla actual, e hizo sonreir a la condesa sangrienta.
—¡Justo a tiempo Bellona! Empezaba a aburrirme. Ahora agradécele a Joel y apártate, porque es mi turno —dijo Carmilla irradiando emoción, mientras se levantaba del sillón y procedía a caminar hacia la cama.
—Si... señora... —respondió Bellona sonriendo con satisfacción pura, y dando profundas respiraciones por el cansancio y reciente éxtasis.
La vampiresa pelirroja premió a Joel dándole un cariñoso beso en los labios, para tres segundos después apartarse, y acostarse en el lado izquierdo de la cama. En cuanto a Carmilla, ésta se había detenido a un paso de llegar a la cama. Entonces procedió a mover las tiras de su camisón, y luego las soltó; haciendo que su camisón cayera al suelo, deslizándose sobre su delgado y esbelto cuerpo blanquecino, y quedará expuesta en su totalidad frente a sus dos esposas y el hombre-lobo gris.
—Empecemos ♪ —dijo Carmilla, mostrando ahora una sonrisa dientuda y sádica.
En menos de un parpadeo, Joel fue empujado y acostado por Carmilla, quien ahora yacía encima de él, saboreando sus labios y el interior de su boca, por medio de un beso salvaje y descontrolado. La acción fue tan repentina, que el hombre-lobo gris intentó sentarse o al menos cortar el beso, para tomar aliento. Pero sólo logró hacerlo, cuando cinco segundos después la misma Carmilla separó los labios de los de él, solo para mirarle los ojos. Entonces ambos se quedaron contemplando la cara del otro, mientras eran observados por Diana y Bellona.
A pesar del momento y de haberse apareado con dos hermosas vampiresas, Carmilla seguía viendo aquel sentimiento en los ojos azules del hombre-lobo gris: un instinto reproductor carente de toda lujuria y pensamientos impuros, muy propio de una criatura primitiva y de corazón puro.
Era la misma mirada fría y pura, que tanto Carmilla como Diana y Bellona adoraban, y veían desde que la primera lo encontró aquella noche de invierno en Noruega.
[Recuerdo]
La Aristocracia Vampírica había descubierto que unos científicos humanos, procedentes de Noruega, habían capturado vivo un familiar demoníaco, y planeaban experimentar con él para crear medicamentos u otros tipos de curas para enfermedades, sin saber que la sangre demoníaca era tan tóxica y dañina, que en vez de curar iba a potenciar los males tanto orgánicos como emocionales del anfitrión humano.
En el menor de los casos sólo terminarían creando un nuevo tipo de virus, que acabaría con casi toda la población humana. Y para los vampiros, una "raza parasitaria" que necesita sangre humana para seguir viviendo, eso también conllevaba a su posible extinción. Por lo tanto Carmilla tuvo la misión de acabar con esa compañía científica, que se dedicaba a experimentar con criaturas sobrenaturales, y se atrevió a faltarle el respeto al gobierno de los vampiros.
No fue difícil; Carmilla solo tuvo que investigar quiénes eran sus trabajadores de mente más débil, y con un poco de tortura estilo medieval, los hizo hablar más que loros. Y en la noche indicada aprovechó la más grande de las oportunidades para destruir la base; sus familiares demoníacos y subordinados, tales como ghouls, insectos monstruosos, perros infernales, banshees y vampiresas guerreras, se hicieron un festín con los humanos científicos de la base.
https://youtu.be/KTmatjyd4KM
Mientras Carmilla caminaba en medio del caos, con su mejor vestido rojo de invierno para ocasiones especiales, se impresiono al ver algo inesperado; encontró un espectáculo de humanos y subordinados suyos, empalados o cortados por filosos picos de un raro hielo, de colores violeta y verde, creados de la nada.
Curiosa de tal extraño suceso, siguió el rastro de hielo y destrucción, hasta dar con el origen: cerca de la base, a la entrada de un bosque azotado por una funesta ventisca, encontró a un niño no mayor de 13 años, de piel pálida, cabello gris claro, ojos azules como el mismo hielo, y un físico muy fuerte para su edad.
De inmediato Carmilla lo reconoció como una bestia; un licántropo para ser exacto. Y a juzgar por el pantalón semi-roto que llevaba, y toda la sangre reluciente que cubría su cuerpo, había tenido su primera transformación: no había otra explicación, ya que —por lo que sabía Carmilla— aquellos humanos científicos no cometían el riesgo de capturar a un niño-bestia, que ya puede transformarse.
Pero lo que sí captó la atención de Carmilla, fue justo eso: un cachorro de bestia, que no tenía mucho tiempo de haber adquirido su transformación, por sí solo destruyó la mitad de la base de científicos humanos, e incluso diezmo una parte del ejército de la propia Carmilla.
Cualquier otro vampiro hubiera decidido huir o atacar al cachorro de bestia por miedo. Pero al contrario que muchos de los suyos, la condesa prefería pensar antes que actuar, como todo depredador bien experimentado y astuto. Y este caso no era una excepción. Aquel niño-lobo desprendía una abismal energía Mana, y había algo extraño en la magia de hielo que él utilizó para defenderse; era un tipo de arte mágico que Carmilla desconocía, y eso era imposible.
Aquel niño-bestia tenía un tipo de magia desconocido, y en extremo poderoso, que despertó el total interés en la condesa sangrienta, junto con el irresistible deseo de saber más sobre él. Ahí fue cuando ella tuvo la decisión de ganarse su confianza, con el fin de acercarsele y conocerlo, para tiempo después tomar la decisión de "adoptarlo".
[Fin del Recuerdo]
https://youtu.be/Jx07lUedELQ
—No sé si fue producto de alguna casualidad, o fue una obra divertida de tu ancestro Loki. Pero eres el tesoro más grande, que ha llegado a nuestras vidas —dijo Carmilla tras recordar aquella noche, y denotando un brillo de felicidad en sus ojos rojos cual sangre—. Desde que eras un hermoso cachorro, supe que te convertirías en un grandioso licantropo.
"Aquí viene", pensó Joel, preparándose para recibir algo que le incomodaba casi tanto, como tener que aparearse con sus tres "figuras maternas".
Carmilla abrió la boca y, de un modo seductor, empezó a lamer los labios de Joel. No obstante lo que parecía algo erótico y provocativo, se convirtió en algo aterrador, cuando la lengua de la condesa comenzó alargarse de forma inhumana, al grado de poder lamer el cuello del hombre-lobo gris y sus mejillas al mismo tiempo.
—¡Je, je, je! Tranquilo lobito, no te sientas incómodo. Imagina el potencial que tienen estas lenguas —dijo Diana divertida al notar la reacción incómoda del hombre-lobo.
Luego ella abrió la boca y, por un segundo, también extendió su larga y delgada lengua, de un modo similar a como lo haría una serpiente. Y mientras se acariciaba el vientre, dijo:
—Bellona y yo nos aseguraremos de que te sientas lo más cómodo posible con nosotras. Después de todo, no nos conformaremos con uno o dos cachorros tuyos, sino con una "gran camada". ¡Ji, ji, ji!
—Bonito plan de futuro familiar —decía Joel moviendo un poco la cara de un lado a otro, e intentando resistir las ganas de apartarse de la prensil, delgada y larga lengua de la condesa vampira, que seguía saboreando cada centímetro de su rostro y cuello, como si fuera un delicioso manjar—. Y hablando de planes futuros, quiero... pedirles algo...
—¡Claro lobito! —contestó Diana, tomando entre sus brazos y pecho el brazo derecho del hombre-lobo gris, con una pegajosa alegría infantil—. ¿Quieres un telescopio nuevo para tu proyecto de astronomía? ¿Otro libro sobre geología? ¡Pide lo que quieras y lo tendrás como premio!
Carmilla dejó de jugar con su lengua, y Belllona se les acercó; ambas estaban tan interesadas como la vampiresa albina de escuchar el pedido de Joel. Pensaban que él iba a pedir algo para sus proyectos personales: su sorpresa fue grande al saber que no era nada eso.
—Quiero... salir de los límites de la Aristocracia Vampírica, e ir a cualquier otra tierra por un momento, para pelear con alguna otra bestia —dijo Joel con seriedad y un tono decidido.
—No te sobreestimes mucho lobo vikingo —le regaño Bellona, acercándose a él todavía más, y le pellizca la mejilla izquierda de forma severa—. Es cierto que has peleado con vampiros, trolls, ogros, humanos cazadores y vampiros de alto rango. Pero luchar con ellos no se compara a tener que luchar contra una bestia. Por lo general, las luchas entre bestias terminan con heridas, que en circunstancias extremas podrían matarlos. Incluso una bestia débil, a la primera oportunidad, podría evolucionar durante el combate y ser un potencial peligro.
—Lo sé, y por eso quiero pelear con otra bestia —dijo Joel apartando su mejilla de la mano de Bellona.
https://youtu.be/STezKOAuHnc
—Joel, todos y cada uno de mis subordinados, son piezas que siempre podré reemplazar —decía Carmilla cambiando a una expresión seria y un tono molesto—. Pero tú eres más que una pieza irremplazable. Eres alguien... que solo puede llegar a conocerse una vez en la vida. Por eso, no podemos arriesgarte en un combate con probabilidades impredecibles. Y pelear con otra bestia es impredecible. Incluso el mismo maldito Adrian Tepes, quien ha vencido a incontables vampiros y monstruos de alta categoría, tuvo que escapar estando al borde de la muerte, cuando desafió al líder del Consejo de las Bestias.
—Pero aun así... quiero esa pelea —dijo Joel todavía decido, y entonces dirige la mirada al techo—. Todas las peleas que he tenido hasta ahora, solo me han decepcionado y aburrido. Jamás he conocido a alguien digno de ser mi rival: aquel que pueda darme emoción en cada pelea —Joel baja la mirada, y se centra en los ojos de Carmilla—. Y sé que los únicos, que pueden darme una pelea emocionante, son mis semejantes. Yo... quiero conocer a una bestia, que pueda darme la mejor batalla de todas. Tal como le sucedió a él.
Tanto el hombre-lobo como las vampiresas dirigieron su mirada, por un momento, a un cuadro con marco dorado, que colgaba en la pared contraria a la de ellos. Era una pintura que describía la batalla entre Rudra y Fenrir. Pero a diferencia del papiro de la pareja de bestias que conoció Camael en México, en ésta pintura el gigante-lobo tenía las garras y parte de la armadura congelada, mientras que el dios-tigre poseía dos pares extras de brazos hechos de fuego. Y debajo del cuadro había un texto que ponía:
"El Pashupati (Señor de las Bestias) contra el Konungr jötnar (Rey de los Gigantes). Rudra Shere Khan (Rey Tigre) contra Fenrir Hróðvitnir (Famoso Lobo)".
—Ustedes las bestias y vuestra locura por tener batallas épicas —se quejo Diana haciendo un puchero infantil, y acostando su cabeza en el hombro derecho de Joel—. ¿Seguro que no quieres un telescopio nuevo? Leí en la revista Noctis Modus que en el mercado de Strigoi Hill, ya está disponible la versión más reciente que inventaron los enanos. ¡Te encantará!
—No creo que funcione esta vez, Diana —dijo Bellona denotando una ligera desilusión, y acostándose encima del brazo izquierdo de Joel.
La condesa y el hombre-lobo gris volvieron a mirarse directo a los ojos, y permanecieron así, sin decir ni hacer nada más. Al principio Carmilla lucía inexpresiva e indescifrable. Pero entonces cerró los ojos y sonrió, para después volver abrirlos, y responder con su habitual dulzura.
—La próxima vez que salga fuera de los dominios de la Aristocracia Vampírica, a alguna tierra donde vivan bestias, te llevaré conmigo, para que puedas cumplir tu sueño.
En un mero segundo, la expresión seria y aburrida de Joel cambio a una de sorpresa, debido a la creencia de que su pedido sería rechazado. Sin embargo antes de que le agradeciera —a su manera—, la condesa sangrienta le silencio tapándole los labios con el dedo índice, y prosiguió hablando con un tono seductor.
—Pero Diana y Bellona también vendrán, para ayudarte en caso de que te topes con más de un enemigo complicado. Y segundo...
Antes de terminar de hablar, Carmilla acomoda su feminidad y, con su otra mano, se introduce la masculinidad de Joel. Ahora estando ambos unidos y listos para copular, la condesa continuó explicando su segunda condición.
—Si ordenó retirarnos, deberás obedecerme sin ninguna queja ni duda. No quiero que mis hijos, y los de Diana y Bellona, crezcan sin su padre.
—Está bien —respondió Joel ahora con molestia. Y al instante, como muestra de sellar el trato, Carmilla apartó el dedo de los labios de Joel, y se le arrojó encima, una vez más besándolo en los labios con pasión salvaje, al mismo en que empezaba a mover las caderas.
https://youtu.be/sTPDmZx3gKk
Esta vez Joel correspondió a la acción amorosa y desenfrenada de Carmilla, dejándola tener total control sobre él. Era su única forma de darle las gracias, por permitirle cumplir su sueño: un sueño por encima de todas sus metas personales, que surgió en aquellos lejanos días, cuando sus padres aún vivían, y él seguía en la tribu de licántropos del norte: los Ulfhednar.
No había día o noche en que él no se sentara junto a sus padres, parientes y compañeros de entrenamiento en la base de la tribu, para escuchar las canciones y alabanzas en honor a aquel antiguo padre lobo, del que todos los lobos y licántropos actuales y primitivos descienden. En su niñez Joel siempre disfrutaba escuchar las historias del gigante-lobo, que defendió a las criaturas no-humanas de las perversas ambiciones del dios nórdico Odín; las historias del gran Fenrir Hróðvitnir.
Mientras había niños que solo conocían lo superficial de las historias, y que por eso admiraban a dioses como Odín y Thor, había otros como Joel que conocían el verdadero trasfondo, y por ello admiraban a los que eran tachados de monstruos, como Fenrir. Y ahora que Joel sabía que en sus propios hombros cargaba el legado de su más grande héroe, quería demostrar que era digno de tal responsabilidad.
Él quería honrar la memoria de sus padres, el nombre de su tribu y a sus ancestros, demostrando su valía por medio de una gran batalla, contra otra bestia como él: una bestia digna de ser su némesis, igual a como lo fue el Dios de las Bestias para el primogénito del dios nórdico Loki.
Pero sin saberlo para nadie, es gracias a ese sueño que Joel, y su nueva familia, cruzaran un camino lleno de tormentas, que los llevaran a la luz. Porque con el inicio de la nueva guerra entre la naturaleza y el destino, retornarán poderosas y ancestrales rivalidades, que han estado aguardando para otra gloriosa batalla.
Próximo capítulo: El Legado de Rudra.
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