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Capítulo XXXVI: Qin Shi Huang Llega a Albión

"No serás contado junto a ellos en la sepultura, porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo."

—Isaías, capítulo 14: 20. 

https://youtu.be/jge0pDLlFVM

[Costas de la Isla de Avalon].

Mientras tanto en los límites marítimos de la isla de Avalon, se estaba desarrollando los nuevos planes del ataque al Reino de Albión.

En la oscuridad de las profundidades del mar navegaba con lentitud y sigilo una enorme máquina, semejante a un buque de guerra. Pero la cubierta estaba protegida del agua por una pared de metal conectada a cada mástil. Su diseño se asemejaba al de una criatura marina del folklore asiático, de colores oscuros que le ayudaban a mezclarse en el fondo marino, y a simple vista pasar desapercibido como uno de tantos monstruos marinos que rondaban los mares del Domhan-Eile.

Dentro de las paredes metálicas la cubierta del barco estaba llena de vida, en apariencia; ya que toda la tripulación eran soldados de terracota y vampiros vestidos con armaduras chinas y japonesas de diseño demoníaco. Y entre ellos se encontraba el emperador humano revivido como vampiro, Qin Shi Huang.

—Emperador, ya entramos en los límites marítimos del Reino de Albión. Pronto nos reuniremos con el resto del ejército que lo espera en la isla —dijo un vampiro arrodillado detrás de Huang.

—¿Cuántos soldados de terracota han sido creados? —pregunto Huang, mientras observaba con atención entre sus manos un medallón de intrincado diseño, color burdeos, con grabados en idioma rumano y el símbolo de un dragón negro.

—El último informe que nos enviaron dice que hay un total de quinientos mil soldados de terracota —respondió el vampiro—. Y como ejercito adicional, están los tres mil monjes budistas, dos mil Yaoguai cerdos, quinientos sabuesos infernales y cien catapultas de pestilencia.

—Tendré que crear yo mismo al menos unos cien mil soldados más —dijo Huang frunciendo el ceño.

—¿Cien mil más? Disculpe la pregunta, emperador, pero ¿acaso medio millón de soldados de terracota no son suficientes para conquistar un solo reino?

—Estás confundiendo el plan; esto no es una invasión para conquistar Albión. Es un ataque para robar algo, dentro de otro reino —dijo Huang—. Los soldados de terracota y la mitad de los monstruos infernales se ocuparán de darnos tiempo, para ingresar al llamado Reino de Corazones; allí seremos nosotros quienes ataquemos.

—¿Nosotros? ¿Se refiere a usted y su ejército de élite?

—Sí. Los espartanos, vikingos, samuráis, luchadores de sumo, maestros de karate, ustedes y también los otros Einherjar, como ese rikishi humano de Japón. Drácula me dijo que reservase casi todos mis soldados normales para el Reino de Albión, y usará la élite de mis fuerzas en atacar el Reino de Corazones.

—Concentrará un número masivo de sus soldados normales en un reino, y atacará el otro reino con un pequeño grupo conformado por los mejores soldados. Ya entiendo.

—Es obvio que hasta un vampiro artificial idiota como tú lo entendería. Es simple, pero efectivo y eficaz. Los únicos que perderé serán soldados desechables. Y si las cosas salen mal, los únicos que morirán serán esos humanos desechables que nos dio Mefisto.

—¿Cree que el rikishi morirá? Fue uno de los pocos humanos que tuvo el valor de enfrentar al mismísimo Ezequiel Norris dos veces, incluso después de presenciar lo fuerte y salvaje que es él. Además sigue considerándose un humano con la fuerza para matar dioses.

—Porque su ignorancia y ego son mayores que su cobardía y sentido común. Esta consumido por la fantasía preconcebida por su alcohólico padre, sus seguidores xenofóbicos y la sociedad budista en la que creció. La única razón por la que Mefisto lo mantuvo vivo y me lo presto, es por lo útil que puede ser, lo fácil que es de manipular, y la cantidad de seguidores que van tras de él idolatrándolo. Lo mismo va para los otros humanos. Son simples "héroes" de su propia fantasía, que harán lo que sea para cumplir dicha fantasía. Y si fracasan, no afectará en nada sus muertes. Siempre pueden ser reemplazados, o en el mejor de los casos aprovechables.

—Cierto. Nunca está de más tener algo de sangre humana fresca en los refrigeradores. Olvide que usted conoce muy bien a los humanos, porque fue un emperador de ellos.

—Y lo volveré a ser —dijo Huang con una mueca de disgusto y denotando un brillo rojizo de furia en sus ojos—. No sé qué hace tan importante esa gema que Drácula quiere recuperar del Reino de Corazones. Pero no pienso dársela así nada más; si es lo que creo que es, la usare para matar al Rey de Reyes que humilla y pisotea a los reyes de la humanidad.

—¿Matar a Ezequiel Norris? ¿Es sensato planear eso ahora? Todavía desconocemos el alcance de su bestial poder. Hay quienes dicen que es tan fuerte como el avatar de un dios hinduista o taoísta.

—Eso lo tengo más que presente, porque yo sí he visto hasta dónde puede llegar el poder de Ezequiel Norris. Y es lo más cercano a lo que la humanidad de esta Época tendrá como referencia al poder de un verdadero dios.

—¿Tan fuerte es realmente Ezequiel Norris? —pregunto el vampiro, tragando saliva. Incluso muchos de los otros tripulantes vampiros pararon un momento por el shock que tuvieron de escuchar eso.

—Si Ezequiel Norris quisiera, ya hubiera destruido el planeta entero para exterminar a todos los vampiros. Pero su moralidad y código le impiden hacerlo; esa es su debilidad. Cuando no tienes códigos ni leyes que te limiten, puedes hacer lo que sea, como un Rey Demonio absoluto. Y si algo ha enseñado la historia, es que los demonios pueden enfrentar a los dioses. Por eso, si quiero ganarle a Ezequiel Norris, el "dios" entre bestias y humanos, debo convertirme en el mayor de los "demonios" entre vampiros y humanos.

—¿Para eso usara la gema que Drácula le ordeno buscar?

https://youtu.be/vj5s1WDsrHs

—Si la gema resulta ser algo por lo menos parecido a lo que sospecho que es, la utilizare a mi favor. Aunque de todos modos, incluso si es una gema común y corriente, no pienso dársela a ese infeliz tan fácilmente. ¡Claro que no! —gruño Huang apretando en su mano derecha el medallón, pero no la daña ni un poco—. Me convertiré en el único y verdadero Rey de Reyes de la raza humana, aunque para eso tenga que erradicar cada reino humano existente en el multiverso.

—Emperador —dijo otro vampiro acercándose con cautela y notorio temor en su voz, para luego arrodillarse en frente de Qin Shi Huang—. El Señor Vampiro Apokalis ha enviado un mensaje; dice que tiene órdenes de Drácula de servir como refuerzo, en caso de que el plan fracase.

—Creí que ese mestizo bastardo lideraría el plan de robar la gema que está en el reino de Escocia —dijo Huang mirando de reojo al otro soldado vampiro.

—Dijo que hubo un cambio de planes; el encargado de supervisar ese ataque será Felsegor.

—¿Cambio de planes? Yo lo llamaría; "nuevo plan de contingencia" —dijo Huang con una mueca de desagrado—. Está claro que Drácula no confía para nada en mí; por eso envía a Apokalis a esta misión, y le encarga la otra al príncipe desencantador.

—¿Y Drácula confía en Apokalis? —pregunto el primer vampiro soldado.

—No. Pero desconfía más de mí. El infeliz sabe que Apokalis no aprueba el poder obtenido por medios externos. Así que lo utiliza para su beneficio. Tengo que reconocerlo; el infeliz sabe aprovechar sus piezas en el tablero. Tal vez gracias a los recuerdos que obtuvo del Primer Rey Vampiro. 

—Entonces ¿seguiremos con el plan? —preguntó el segundo soldado vampiro.

—De momento sí. Lo principal ahora es preparar el ataque al Reino de Albión, comenzar el ritual para el sello dimensional, y robar la gema del Reino de Corazones. Después pensaré en cómo deshacerme de Apokalis para tener la gema en mi completo poder.

Qin Shi Huang, como alguien que una vez estuvo en el poder y se consideraba uno de los Doce Humanos Más Fuertes de la Historia, para él fue toda una humillación haber sido derrotado, aplastado y casi asesinado en el pasado por Yuda Uwais.

Y más humillante para él, era la existencia de Ezequiel Norris; un jefe de jefes que se dedicaba a intimidar y humillar a los gobernantes humanos del Mundo Mortal, igual que un superdepredador que les da una lección a presas orgullosas que creen estar a salvo de cualquier depredador.

Pero ahora, como cereza del pastel, fue humillado por un antiguo príncipe rumano, de un reino mucho más pequeño que China. 

Desde que Qin Shi Huang se convirtió en uno de los generales del Primer Rey Vampiro, pasó de ser un emperador reconocido, idealizado y glorificado, a ser un simple demonio inferior al que siempre apalean, como si su trabajo fuese servir como saco de boxeo personal para los verdaderos poderosos.

Cualquiera pensaría que fue obra del mismo karma; que los dioses o la fuerza natural que rige la Creación lo estaba haciendo pagar a él, como castigo y consecuencia de sus actos. Que todo lo que estaba sufriendo, era su merecido castigo por haber condenado a su propia gente y destruido todo lo que una vez valoraba, en su infinita arrogancia y necedad de querer ser el único y verdadero rey de la raza humana. 

Qin Shi Huang solo pensaba que todo era culpa de los dioses de su tierra; creía que estaban en contra de él y saboteaban cada plan suyo para que no fuese semejante a ellos. Todo lo malo que le pasaba lo consideraba como culpa de alguien más, en vez de considerar que podría ser el karma que lo castigaba; creía que todo era un sabotaje de los mismos dioses, porque en realidad él se merecía estar por encima de todas las naciones e incluso en lo más alto del cielo. 

Se creía el típico "humano especial", representante de todos los humanos. Un elegido que al unificar diferentes pueblos en un único imperio, es el más apto para gobernarlos a todos. Por eso estaba dispuesto a toda costa en alcanzar la cima que tanto creía merecerse. 

El barco submarino de Qin Shi Huang ingreso a un lago que conectaba con el océano; allí aguardaron con paciencia en la oscuridad del fondo marino del lago. Y mientras esperaban el momento indicado para agrupar el ejército en la isla, Qin Shi Huang se deleitó viendo en un Espejo Transmisor, ubicado en el mástil principal, el majestuoso Reino de Albión. Y su mente no tardó en comenzar a planificar cientos de estrategias para atacar la ciudad.

"Debo admitir que es un reino muy hermoso; casi me da lástima tener que arruinarlo con la invasión. Su posición geográfica es perfecta para detectar cualquier ejército hostil aproximarse, e incluso enemigos aéreos. Atacar ese reino y llegar a la Puerta Dimensional que conduce al País de las Maravillas, será un desafío muy emocionante", pensaba Qin Shi Huang, esbozando una gran sonrisa dientuda.

https://youtu.be/SR6tXCepTNY

[Reino de Albión: Santuario Astral del Distrito Druwid].

Poco a poco los humanos civiles y recepcionistas fueron retornando a sus rutinas del día. Los caballeros de plata recuperaron sus ballestas y se retiraron. A los caballeros guardias del lugar les costó un poco regresar a sus lugares, porque algunos tuvieron que recibir ayuda, y otros necesitaron retirarse a una sala médica de magos sanadores; a pesar de la armadura, algunos sufrieron un daño interno que les dejaría secuelas por un tiempo.

Mientras tanto Uriel y el resto de su clan trataba de llegar a un entendimiento con la chica elfa Sigrun Pendragon, empezando por contarle a ella sobre las dos misiones encomendadas por Ezequiel Norris a ellos; Miguel y Rafael se ocuparon de darle un resumen detallado de la situación.

—A ver si entendí bien... —dijo Sigrun, cruzada de brazos y con una ceja levantada—. ¿Me están diciendo que ustedes tienen una misión, encomendada por mi tío, que tiene que ver con investigar el lago misterioso de Escocia?

—Básicamente —dijo Uriel rascándose la nuca—. La verdad no esperábamos que fuese un problema de nivel amenaza global.

—¿No les dieron un informe de la misión que la clasificaba como rango "S"? —pregunto Sigrun todavía confundida.

—Bueno... Sí, pero no pensábamos que fuese tan "complicada" —dijo Raziel con honestidad.

—¿No pensaron que una misión de rango "S" fuese así de complicada? ¿Qué acaso son nuevos?

—Técnicamente sí lo somos —dijo Rafael con una sonrisa jovial.

—¿De verdad son unos novatos? No, más bien, ¿En serio mi tío les dio una misión así? —pregunto Sigrun cada vez más estupefacta.

—En base a tu pregunta inicial, tengo la sospecha de que nuestro amigo dragón te dio una impresión... "poderosa" de nosotros —dijo Azrael con una sonrisa divertida—. La verdad es que sí, somos novatos. Y también es verdad que nos dieron una misión de rango "S".

Mientras el eniyamotekun negro explicaba por todos, el licántropo Miguel saco de su chaqueta dos cartas: la que les envío Ezequiel Norris por correo de lechuza, y la que les entregó más tarde la maestra Tala Powhatan en la dulcería MacDarren.

—¿Quiénes son ustedes realmente? —pregunto Sigrun, denotando bastante intriga en el clan de bestias, en especial Uriel.

—El maravilloso, bizarro y fascinante zoológico, ¡el clan Nightfall Angels! —dijo Remiel chasqueando los dedos y señalando a su equipo con ambas manos—. Chicos, esta es la parte en que hacemos poses con estilo.

—No voy a hacer nada de esas bobadas —dijo Miguel con una expresión molesta.

—Amigo deberías divertirte y soltarte más seguido —dijo Remiel poniéndose ambos puños en las caderas y entrecerrando los ojos.

—Cada quien tiene su propia manera de divertirse. Y definitivamente las mías no son como las tuyas —contestó Miguel guardando las cartas otra vez dentro de su chaqueta.

—¡Ejem! Respecto a la misión, vinimos a este maldito lugar a pedir una forma de llevar nuestro barco a nuestro mundo natal y, pues aquí estamos —dijo Uriel rascándose la nuca, no sabiendo cómo explicar lo que ha pasado.

—Escuche casi todo lo que sucedió en la recepción —dijo Sigrun, y entonces noto que Uriel tensaba la mandíbula y hacía un notorio intento de no reírse—. ¿Estás pensando en algo divertido referente a mis orejas?

—¡Ja! ¡Algo así! —contestó Uriel mientras se le escapaba una carcajada.

—Al menos tuviste la decencia de solo pensarlo y no decirlo... —dijo Sigrun cerrando los ojos por un momento y teniendo una vena hinchada en su frente, para luego calmarse con un respiro largo y mirar otra vez al draconiano rojo—. En fin. Los vi a ustedes, y reconozco que su clan me llamo mucho la atención. Por mi parte, vine aquí buscando una tripulación de bestias capacitados para que me ayuden en Escocia. Por desgracia todos los clanes que he conocido están asignados a ayudar en la seguridad de Albión, y el número de sus integrantes era tan reducido que no podían prestarme alguno de ellos.

—Sí nosotros te acompañamos en la misión de Escocia, ¿puedes hacer que mi barco vaya a esa tierra? —pregunto Uriel emocionado.

—Lamento decirte que eso está fuera de mi alcance —dijo Sigrun levantando la mano derecha en señal de alto por un segundo—. Su barco no es uno común; es un modelo aéreo con tecnología eléctrica y mágica integrada. Ustedes como su tripulación, tendrán que conseguir licencia para llevarlo al planeta Terra.

Me cago en la puta —se quejó Uriel en su idioma español.

—Sin embargo, puedo hacer que lo mantengan atracado y bien resguardado aquí, para que nadie lo toque sin el permiso de ustedes, mientras me acompañan al lago encantado de Escocia.

—Bueno, con eso me basta —dijo Uriel con un suspiro—. Nuestro clan se dividirá en dos grupos; el mío te acompañará a Escocia.

—No es por ofender. Pero voy a necesitar un clan mayor de cinco o cuatro miembros —dijo Sigrun, fijándose en cada uno de los nueve jóvenes-bestias cerca de la recepción.

—¿Y qué dices de nueve? —pregunto Amitiel acercándose a Uriel, y toma entre sus manos el brazo izquierdo del draconiano, mientras le dirigía una mirada hostil a la elfa rubia—. Mis amigas y yo también somos parte de este clan de bestias.

—Por tus rasgos y acento, debes ser italiana o tal vez griega. ¿Y qué se supone que eres? ¿Ciervo? ¿Tiburón? ¿Águila? —pregunto Sigrun arqueando una ceja y evaluando a Amitiel, mientras Uriel soltaba una carcajada.

—¿Disculpa? —dijo Amitiel perpleja y con la cara roja de furia—. ¡No soy una bestia, soy una sirena! ¡Y este hombre-dragón rojo es mío!

—Parece que alguien ya está marcando su territorio ante una posible enemiga —dijo Clarisse en voz baja, desconcertada de la actitud hostil que tenía Amitiel ahora.

—Sí. Y me hace sentir orgullosa de ella —dijo Erzuli sonriendo de alegría y orgullo. 

—Una sirena con carácter. Me agradas —dijo Sigrun esbozando una sonrisa orgullosa, y luego fija la mirada en el grupo de chicas de las que provino la sirenita—. ¿Ustedes también son parte de este clan tan extravagante?

—Por supuesto —contestó Raven caminando para acercarse a los jóvenes-bestia, y las otras chicas hacen lo mismo.

—En total somos un clan de diecisiete miembros. Dividirnos no supondrá un inconveniente para nosotros —dijo Elsa con una sonrisa que denotaba orgullo y confianza.

—Interesante... —dijo Sigrun, analizando con la vista a cada miembro del clan Nightfall Angels con notable intriga—. De acuerdo, oficialmente su clan, o la mitad de ustedes, están afiliados a mi equipo de investigación y seguridad en Escocia. Ahora, si son tan amables, ¿podrían decirme sus nombres?

https://youtu.be/3EBAz5hGOWI

Uno a uno, el clan fue presentándose a la elfa-humana Sigrun Pendragón, formalizando un acuerdo de ayuda y, además, un viaje rápido a Escocia para los miembros del clan encargados de recuperar la gema que se encontraba allí. Pero antes Sigrun, como una forma de disculparse por la mala experiencia que tuvieron en Albión, los llevó a un lugar donde descansar y reabastecerse.

Sigrun y sus dos guardias los guiaron a una base en el centro de Albión, donde se concentraba una de las fuerzas de seguridad del reino, y también donde descansaban los guerreros bestia enviados por el gremio San Bestia.

La base era uno de los castillos unidos al principal del reino. Pero de todos modos el castillo era bastante inmenso y magnífico, en comparación a los normales de la Sociedad Humana; tenía ocho torres en total, un enorme jardín trasero y un muelle incluido.

Al tan solo entrar en la base, se pudo apreciar innumerables sirvientes hombres y mujeres, más guerreros de armadura plateada como los que acompañaban a Sigrun, y también había muchos más miembros de San Bestia. Era fácil notarlo, porque tan pronto como Sigrun entró a la base, todos se apartaron para darle camino libre, y al estar cerca de ella inclinaban el torso en señal de respeto absoluto.

El clan estaba más concentrado en contemplar el interior de la base; había tantas puertas y escaleras que conducían a diferentes sitios, que parecía muy fácil perderse en el lugar. 

Todo estaba muy bien decorado como un verdadero palacio; había estatuas de caballeros, retratos de antiguas batallas de caballeros y guerreros celtas contra romanos y vikingos, escudos con armas adornando las paredes, alfombras con trazados célticos, algunas esculturas de lo que parecían ser héroes legendarios del Territorio Celta, tales como el gran semidiós Cu Chulainn, y algunos cuadros con ilustraciones de esos personajes, como el Rey de Reyes Arturo Pendragon en su edad adulta.

También había un retrato especial sobre un anciano barbudo irlandés de ojos azules y piel pálida, con un elegante traje azul con capucha. Y había otro que representaba un dragón rojo volando por el cielo en un día soleado; lo curioso es que el dragón rojo se parecía mucho a la forma draconiana de Uriel, pero con una corona de oro y rubíes, aparte de algunas piezas de armadura de oro adornada con más rubíes.

—Debo admitir que todo está tan bien ordenado y simétrico, que es satisfactorio de ver —dijo Uriel maravillado del diseño y la decoración de la base. A su lado caminaba Amitiel tomándolo de la mano; detrás de ambos les seguía el resto del clan, y delante de todos ellos iba la elfa-humana rubia y sus dos guardaespaldas.

—Todos mis caballeros y sirvientes tienen la estricta orden mía de ayudar y respetar a los miembros de San Bestia, mientras ustedes permanezcan aquí para proteger el reino durante la temporada del festival —explicó Sigrun con un semblante de princesa orgullosa—. Así que siéntase cómodos de pedir orientación o algún servicio de hostelería.

—¡¿Podemos pedir comida?! —preguntó Rafael emocionado.

—¡¿Y un baño de aguas termales?! —preguntó Elsa igual de emocionada.

—Seguro —contestó Sigrún deteniéndose para darse la vuelta y mirar al clan Nightfall Angels, quienes hacen lo mismo y se acomodan para verla de frente—. Tenemos cuartos de baños termales individuales, por género y mixtos; están justo al lado de las salas de entrenamiento.

—¡¿Hay salas de entrenamiento?! —dijeron Gabriel y Caroline al mismo tiempo igual de sorprendidos y emocionados.

—Esta es una base de caballeros mágicos. Claro que aquí tenemos salas de entrenamiento, y de lo último en tecnología —contesto Sigrun esbozando una sonrisa orgullosa y honesta—; tienen un avanzado sistema tecno-mágico de personalización holográfica, basada en los Mundos de Maná de las Artes Mágicas, capaz de cambiar el interior de la sala en diferentes ambientes. Es tan avanzada, que adentro se puede sentir la temperatura, oler el ambiente, e incluso modificar el escenario para hacerlo más desafiante.

—¡Resérveme una! —dijeron Gabriel y Caroline al mismo tiempo. Después ambos se miraron entre sí sorprendidos, sonrieron y voltearon a ver a la familia humana. —Reserven una sala privada para nosotros dos, por favor —pidió Caroline de forma educada y tratando de contener su emoción.

—¡¿Qué?! —exclamó Miguel atónito.

—¡Tranquilo hermanito! Solo será unas horas de ejercicio y entrenamiento antes de dormir —dijo Caroline con diversión y girándose para acercarse caminando a su hermano menor.

—¡De ninguna manera lo permitiré! —dijo Miguel molesto y con rotunda decisión—. ¡No permitiré que ustedes dos estén solos en...! ¡Ay, ay, ay!

—Miguel Wolf, escúchame con atención... —dijo Caroline frunciendo el ceño y teniendo un tono autoritario, mientras que con la mano derecha le jalaba la oreja izquierda a su hermano menor—. Agradezco tu preocupación y me honra que estés tan atento a mi seguridad. Pero no eres mi padre. Y además, ya soy lo bastante grande y fuerte como para defenderme yo sola y tomar mis propias decisiones. Lo mismo va para ti, que ya eres un hombre-bestia adulto. Por favor, ten confianza en mí.

—¡Hermana...! ¡Grrr, bien, está bien! —decía Miguel entre gruñidos frustrados de lobo y sujetando el brazo derecho de su hermana mayor con ambas manos, intentando que ella no le jalara tan fuerte la oreja.

—Sabía decisión —dijo Caroline soltando la oreja de su hermano, mientras reemplazaba su rostro severo por uno gentil y se cruzaba de brazos—. Hermano, te quiero mucho y admiro lo inteligente que eres. Por eso siempre he confiado en ti, y te he dejado librar tus propias peleas por tu cuenta. Ahora te pido que deposites tu confianza en que yo puedo cuidarme a mí misma.

—Esta vez apoyó a tu hermana, Miguel —dijo Raven acercándose al lado del licántropo, y sujeta su bíceps izquierdo con ambas manos como un gesto de persuasión—. Ten confianza en ella. Ya es lo bastante grande y fuerte como para cuidarse sola.

—Y literal; es muy alta y absurdamente fuerte —dijo Elsa, también apoyando a la licántropo blanca.

Miguel miraba en silencio a la dhampiresa. Luego fijo la vista llena de hostilidad en el baghatma, quien le devolvía la mirada con seriedad. En esto el licántropo recordó la charla que tuvo con él antes en el barco, y entonces suspira con notable frustración.

—Solo asegúrate de no enloquecer, gato maldito —le dijo Miguel al baghatma con la seriedad de un hermano preocupado.

—Mientras tenga este molesto "collar" de control, todo estará bajo control —contestó Gabriel con humor divertido, cerrando los ojos, sonriendo despreocupado, y tocándose el Aro Celestial en el cuello con el dedo índice derecho.

—¡Ejem! Perdón por interrumpirlos, pero necesito preguntarles algo —dijo Sigrun con la educación de toda una señorita de la nobleza—. Dado a que el grupo de Uriel Draignis me acompañara a Escocia, ¿el equipo de Miguel Wolf pedirá cuatro habitaciones? ¿O cada uno quiere una propia?

—Pediremos cuatro, si es que a Raziel y Nayeli no les molesta compartir una habitación —dijo Rafael dirigiendo la mirada hacia el susodicho dúo.

—¡No, no, para nada! —dijeron Raziel y Nayeli al mismo tiempo. Ambos procedieron a mirarse y sonrieron divertidos por haber respondido lo mismo.

—Lo suponía. Solo asegúrense de no romper las camas. Ya van once que tenemos que mandar a reparar —dijo Sigrun esbozando una sonrisa divertida.

—No es lo que... Argh. Ni siquiera me voy a molestar —dijo Miguel suspirando otra vez con molestia, en este punto ya cansado de intentar corregir a las malinterpretaciones de los demás—. Solo dinos dónde están las habitaciones y nos largaremos.

—Enseguida ordenare a algunos sirvientes que les preparen cuatro habitaciones en la torre número siete —dijo Sigrun, para después dirigirse al dúo tigre y loba—. El chico-tigre y la chica-lobo, después de dejar su equipaje en su habitación, pueden visitar una de las salas de entrenamiento. Ordenare que les reserven una.

—De parte de todos mis amigos te lo agradezco, Sigrun. La verdad es que no eres tan mala como creía al inicio —dijo Uriel con una sonrisa apenada—. Lamento mucho lo que te dije antes. No soy muy bueno en llevarme bien con desconocidos.

—Acepto tus disculpas, Uriel Draignis. De todos modos, yo tampoco suelo llevarme bien con los demás —dijo Sigrun desviando la mirada al suelo por un momento, antes de volver a mirar de frente al draconiano rojo—. También me disculpo por lo que te dije antes. La verdad es que eres un dragón muy agradable, y tienes una chispa que te hace muy entrañable.

Mientras Uriel y Sigrun tenían su charla amistosa, Amitiel los veía a ambos con molestia; una vez más estaba sintiendo miedo de que ella no fuese "suficiente" para mantener el instinto reproductivo de Uriel centrado en ella, y eso la estaba molestado mucho, además de convencerla todavía más a sellar su relación con el joven-dragón. 

Pero no era la única: tanto Caroline estaba pensando qué decir para poner a prueba su relación con Gabriel, y Elsa planeaba cómo lograr que Rafael la viera como una potencial hembra. Y no hacía falta mencionar las ansias de Raven por tener otro momento salvaje con Miguel. 

Ahora que los jóvenes-bestia habían entrado en su etapa pre-adulta, se estaba dando inicio a algo parecido a una "temporada de reproducción" para hombres-bestia. 




Próximo capítulo: Temporada de Reproducción. 


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